Capítulo 22: No Le Importas
-¡Me voy a llevar a Aron de vacaciones quieras o no! -le grita Lucas a su ex, estando su hijo aquí a mi lado con Cleo.
Los gritos suenan por todo el edificio, de eso estoy seguro. Cleo se ha venido a mi habitación con Aron por la advertencia del creador de los gritos.
-¡No puedes hacer eso! Yo mando en él y es hora de que empiece lo que tanto deseo. ¡Irme de Nueva York y llevarme al niño!
-No puedes, tiene derecho de ver a su padre. ¡Aún no has ganado su custodia!
-Soy la madre, me darán a mí la custodia por el simple hecho de que su padre estaba depresivo hasta tal punto en el que se emborrachaba y se drogaba, dejando de lado la atención del niño -su tono burlón me da asco.
-Yo... Mierda -se escucha más bajo.
-Admite que has perdido, Lucas. Has perdido a tu hijo.
Lo peor de todo es que el pequeño está escuchando esto, con una mirada vacía que me mata por dentro. Debo hacer algo, ¿pero qué? Debería intervenir, sacarla de casa para que no pueda seguir gritando sobre el tema con Lucas. Necesito hacer algo, pero ya.
-Mi madre nunca me ha querido -suelta de repente Aron, con la mirada fija en la nada-. Para ella solo soy su sirviente, el sirviente que mantiene a su cargo para ganar dinero de mi padre -me sorprende lo listo que es en estos temas, aunque también debe de haberlo aprendido de su madre-. Yo quiero quedarme con mi padre, vivir con él y contigo -me mira con lágrimas en los ojos-. Mi madre solo me hace limpiar, me insulta cuando no hago algo bien, me echa al suelo y no me deja marca de lo que hace, pero en mi mente se marcan los golpes verbales que chocan contra mí. Por favor, no quiero volver con ella.
Sus palabras me llenan de ganas de ganar la custodia, sería abogado, pero no creo que se me diera bien. Le seco las lágrimas con el pulgar y le agarro de las mejillas para que no aparte su mirada de mí.
-No tienes porque volver, solo tienes que quejarte, revelarte ante tu madre, decir en los juzgados lo que ella te hace, porque lo que te ocurre no es normal. Le daremos de su propia medicina.
-¿Quieres ganar mi custodia?
-Lo quiero con todo mi corazón, no quiero que tu madre te siga haciendo tales cosas.
-Eso significa que... ¿Quieres ser mi papá?
-¿Papá? Querrás decir "padrastro".
-Es lo mismo.
-No es... Da igual -me rindo suspirando, pensando en un plan para ganar esta batalla.
Esta situación... Es la primera vez que me ocurre en la vida y de seguro la única. Estoy decidido ante esta batalla verbal, pero tengo que idear un plan. ¿Pero qué puedo hacer? ¡Ya sé! La idea va a ser de lo más traicionera, pero es de lo más seguro para pillar a personas como ella.
Me levanto al seguir escuchando gritos procedentes del salón y le digo algo a Cleo.
-Cleo, quédate con Aron y asegúrate de que no escucha nada. Yago -se levanta de la esquina y se acerca-, protege a los niños, ¿vale?
Me responde moviéndose de su sito y poniéndose encima de Aron y Cleo.
-Pesas mucho, Yago -se queja Aron, pero el perro no se mueve.
-Muy bien, ahora vuelvo -hora de idear el plan.
Salgo de mi habitación y me voy al salón, donde vuelvo a ver el rostro a la engreída y asquerosa de Melani. Me encantaría borrarle esa sonrisa victoriosa, pero todo a su tiempo. Me acerco a ellos y de momento la estúpida de la mujer me mira con cara de asco.
-Fuera de esta casa de una vez, Aron vendrá con nosotros de vacaciones.
-No te puedes meter en asuntos familiares, chaval. Esto es entre el padre y yo.
-Lo siento, Melani, pero ahora Hector es de la familia -me cubre Lucas-, así que puede intervenir.
-¿Ah, sí? No vais a ganar nada estando juntos.
-Lucas ahora es un hombre nuevo que le presta toda su atención a su hijo, puede quedarse con lo que tú tanto anhelas.
-No estoy de acuerdo, en su etapa de depresión no estuvo lo suficientemente estable para su hijo. Así que necesita una figura paterna a la que seguir.
-Tener a tu hijo limpiando toda la casa mientras la señora que debería limpiar su mierda está de compras no es algo que debería estar en una figura paternal.
-Yo no pongo a Aron a limpiar.
-Oh, claro que sí. Él me lo ha dicho.
-Ese niñato no sabe lo que dice -su sonrisa ahora es nerviosa-. Está claro que inventa para jugar con las mentes de las personas.
-¿Decirlo mientras llora quiere decir que actúa? Para mí que no.
-Tú no sabes nada, tus padres no te han criado bien -gruñe entre dientes.
-No metas a mis padres en esto, los padres que amamos son algo sagrado.
-¿Y por qué te metes en esta conversación?
-Porque tú no le importas a Aron, le das miedo a la vez que quiere alejarse de ti.
-Niñato de los cojones... -susurra, pero llego a oírla.
-¿Qué has dicho?
-¡Que no te metas donde no te llaman! -intenta darme una cachetada, pero Lucas llega a detener la mano amenazante-. ¡Suéltame! ¡Me voy con Aron!
-No te vas a llevar a mi hijo -murmura con un tono que hasta a mí me da miedo.
-No me hagas llamar a la policía, no sería bueno para ti.
-Hoy me toca con él, así que vete por donde has venido y sin el pequeño.
-Cuando vuelva a casa, le daré un duro escarmiento.
-¡No te atrevas a pegar a nuestro hijo!
-¿Acaso alguien me ha pillado? ¡Soy su madre! Puedo hacer lo que quiera -aparta su mano violentamente-. Volveré a por él en un par de días, un día antes del juzgado. Perderás todo esto, Lucas. Perderás lo que más amas.
Se acerca a la puerta y la abre con una furia que sobrepasa los límites, unos limites que nunca había visto y que supera los míos. Llevaré esa furia hasta el cielo y más allá, así conseguiré mi siguiente movimiento.
Cierra la puerta con mucha fuerza, creando un sonido estremecedor. Respira hondo y dejo salir todo, dejando que mi cuerpo se tranquilice.
-Lucas -me mira-, gracias por pararla.
-A ti por aparecer -me sonríe, esa oscuridad que había en su mirada se ha marchado-. ¿Crees que ganará?
-Esa arpía no ganará como que me llamo Hector Clark -una pequeña pausa aparece, pero lo corto-. ¿Sabes? Aron quiere que sea su padrastro, me pilló de sorpresa eso.
-Me sorprende a mí también.
-Vamos -le agarro de la mano y nos vamos de nuevo a mi habitación.
Cuando voy abriendo la puerta, un gruñido se hace presente, pero se calma al vernos. Pasamos y vemos a Aron ya con las orejas destapadas. Parece tranquilo, bastante diría yo. Lucas se acerca a su hijo y le acaricia la mejilla.
-No dejaré que tu madre te lleve lejos de mí, haré lo que sea para que te quedes conmigo.
-¿De verdad? -lo mira.
-Te juro que ganaré y estaremos juntos, como tuvo que ser desde el principio.
Lo abraza sin previo aviso con toda la fuerza que puede sus brazos. Me mira y me pide que me acerque, así que voy y me abraza a mí también.
-Quiero que seas mi padrastro, que hagas que mi papá esté feliz toda su vida y que tengamos aventuras juntos... Como una familia.
Como una familia... Sería algo nuevo para mí, pero... Estoy lleno de determinación. Solo tengo que descubrir unas cuantas cosas, así sabré el final de todo esto.
Lucas... Como una familia...
Andrew... Nos veremos en verano, porque sé que estarás liado.
Esta frase se quitará al corregir los posibles fallos ortográficos.
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Sí, sí, lo sé, ya era hora de publicar. Pero entendedlo, estoy en época de exámenes y no puedo centrarme en dos cosas a la vez.
Como siempre me han dicho, los estudios son lo primero, pero bueno...
Justo tenía un hueco para escribir, así que aquí tenéis un nuevo capítulo. Puede que el próximo ya sea sobre las vacaciones o el juzgado, nos vamos de cabeza.
Sé que no ha habido un beso, lo siento.
Bueno, nos vemos en el próximo capítulo.
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