Capítulo 19: Un Café

Mirando a la nada pensando en todo, la frase que nuevamente se queda grabada en mi mente. ¿Por qué será que estando aquí sentado me ponga a pensar? No lo sé, debe de ser por la disputa que tuve con Lucas, no fue nada bueno. ¡Le oculté lo de Terry! Pero lo hacía por el bien de todos creyendo que nunca volvería. Un momento... ¿No lo dije antes sin querer? Tengo un vago recuerdo, pero no sé si fue con él o lo dije delante de otra persona.

No tenía cara de tener miedo, sino de preocupación. Se preocupada de que ese loco pudiera ir a por mí, a por Cleo y a por Aron. Entiendo su preocupación, pero tampoco es para ponerse así cuando intento ir a una cafetería para ver a un amigo. Sí, esta tarde, después del instituto, ha intentado dejarme sin salir a la calle con la simple excusa de pasar con él una tarde de cine en casa. ¡Llevamos así como tres días! Al final conseguí disuadirle diciendo que si no salía a la calle me iba a ver más arisco, y funcionó.

Y sí, estoy en una cafetería esperando a mi amigo, aunque no puedo pensar exactamente en eso, sino en Lucas y Andrew. ¿Los estaré poniendo en un gran riesgo estando conmigo? Meneo mi cabeza de un lado a otro y me doy una bofetada en la cara para despejarme. ¡No estoy haciendo nada malo! Solo es ese psicópata que se ha metido de nuevo en mi vida para hacerla pedazos de nuevo.

-Siento haber llegado un poco tarde -una voz me despierta y me devuelve a la realidad-, ¿llevas mucho esperando?

Se sienta y se quita las gafas de sol que lleva. Vuelvo a observar su cabello castaño claro con los que combinan perfectamente sus ojos, ya que son iguales. La verdad es que es el único chico que conozco que no tiene pareja, que yo sepa.

Justo ayer me puse en contacto con él y nos pusimos ha hablar un poco, hasta el punto en el que quedamos en esta cafetería, ya que había vuelto a Nueva York.

-No, tranquilo, llegué hace diez minutos.

-Eso es mucho -sonríe mostrando sus dientes blancos.

Un camarero se acerca y toma nota de lo que pedimos. Este lugar se ha ganado buena fama por el servicio y la calidad. Él pide un café con leche y yo igual, coincidencia. Al irse, comenzamos a hablar.

-¿Sabes? Cuando me mandaste ayer el mensaje me sorprendí, ya que creía que me habías olvidado.

-¿Estás loco? ¿Cómo olvidar al hombre que me prestó la toalla aquella noche de fiesta? -este Abraham debe de pensar aveces mal.

-Solo fue un detalle por lo que hicieron, algo así se olvida.

-No lo creas -nuestros pedidos llegan y esperamos a que se enfríen un poco-. Justo ayer encontré por fin el papel con tu número y me animé.

-Pues menos mal que hemos quedado, porque sino me estaría muriendo del asco en el sofá viendo la televisión, y no es bueno estar en el sofá viendo cotilleos.

-¿Eres una de esas "marujas"? -me burlo un poco, necesito reírme un poquito.

-¡No! Pero en las fiestas uno se entera de muchas cosas -echa un sobre de azúcar en el café.

-Eso quiere decir que sí.

-¿Tú no lo eres? -agarro un sobre de azúcar y hago lo mismo.

-No lo afirmo, pero tampoco lo niego.

-Me das muchas cosas que entender.

-¿Acaso me estás estudiando?

-Puede... Si vamos a ser amigos, necesito saber cómo eres -me dedica una sonrisa amable, puede que mucho.

-Estás tomando mucho confianza, Abraham. Si quieres saber cómo soy, solo tienes que ver cómo actúo ante distintas situaciones.

-Puede que lo haga, en algún momento, así que no pares de vigilar tus alrededores porque estaré ahí para espiarte con los prismáticos -se ríe un poco, ahora me ha dado un poquito de miedo eso-. Es coña, no voy ha hacer tal cosa.

-Me ha asustado eso. Estaba pensando en si huir de ti o no.

-Sincero... Me gusta.

-Socorro... -murmuro en voz baja, pero lo suficientemente alto como para que me oiga.

-Nadie te va a salvar. Por cierto, ¿cómo te va? No es que hayamos hablado mucho antes, pero tengo curiosidad por saber.

-Me va bien, y espero que esa curiosidad no sea muy grande.

-Lo normal. Empecemos con una ronda de preguntas. ¿Cuál es tu sueño? -le da un sorbo a su café.

-Abrir mi propia tienda de repostería con mi mejor amigo.

-¿Coincidís en el mismo sueño?

-La verdad es que sí -aunque dudo que no haya cambiado de sueño siendo yo con quien abriría la tienda-. Ahora te hago la misma pregunta, así que responde.

-Mi sueño es... Que tontería, ¡si ya lo he conseguido! Soy actor.

-Vaya... Nunca he conocido a un actor, debe ser un tanto difícil.

-No lo creas, se hace natural.

-Y cuando estás enamorado, ¿también actúas?

-No, con el amor no se puede actuar.

-Seguro eres muy bueno, ¿apareces en alguna serie o algo?

-Luego hablamos de ello. Y seguro tú haces buenos pasteles.

-No lo creo -me rasco la nuca solo de pensar en eso, no creo hacer unos buenos pasteles.

-¿Harás uno para mi cumpleaños? Es el mes que viene.

-¡Claro! Serás mi primer cliente -me río de lo que digo, aunque no tenga gracia.

-Bueno, sigamos hablando de otras cosas. ¿Ya estás enamorado? -me dedica una mirada pícara y la imagen de mis amigas se me viene a la cabeza.

¿Enamorado? Lo estoy, pero no sé de quien. Los estoy haciendo esperar bastante, mi corazón debería decidirse de una vez y no seguir así de confuso, me tiene harto. Sería una gran respuesta si no fuera porque lo estoy pensando.

-Enamorado... -iba a dar otro sorbo al café, pero me he detenido-. Más bien confuso.

-¿Dos personas? Eso jode bastante.

-Y que lo veas.

La verdad es que es un maldito infierno sufrir esto cada dos por tres. ¡Estoy a punto de apuñalar mi corazón y dejar a los chicos y al amor de lado! Sería el chico amargado y solitario del grupo, sería todo un enigma mi rostro y mis pensamientos. ¿Pero qué digo? Cada vez deliro más y más, necesito unas pastillas para esto.

-¿Hector? -esa voz no viene de Abraham, me es muy familiar.

Y tanto que me suena familiar, es la voz de Jensen. ¿Pero qué hace aquí? Debería de pegarme más seguido. ¡Esto es un sitio público!

Hector, querido, no te pegues más mentalmente, estoy sangrando.

Lo siento, conciencia.

Bueno, voy a pensar bien mis palabras, no vaya a ser que suelte una tontería.

-Jensen, ¿qué tal? -le sonrío y me levanto para darle un abrazo como saludo.

-Pues bien, viniendo a tomar un café -me corresponde al abrazo y en cuestión de un minuto nos separamos-. No sabía que te encontraría aquí con... -lo mira e intenta adivinar su nombre-. ¿Cómo te llamas?

-A... A... A... -que raro, no es normal que se comporte así-. ¡Abraham! -suelta su nombre de golpe.

-Encantado, yo me llamo Jensen -incluso él está raro.

Tenía pensado en ir a hablar con él, pero es que lo noto así de distinto y... No sé, es extraño. Le pido a Jensen hablar a solas, lo cual acepta. Nos alejamos de mi mesa y hablamos, la verdad es que su actitud es distinta.

-¿Estás bien? -pregunto con delicadeza.

-Sí, estoy bien. ¿Qué te pasa?

-No sé, es que hace poco que tuvimos esa pequeña charla en el hotel. Es raro que te comportes así.

-Tranquilo. Sé que ya no tengo oportunidad contigo, pero tengo la oportunidad de cumplir nuestro sueño -sonríe de oreja a oreja, como un niño pequeño, ese niño pequeño que era antes.

-Ahora estoy tranquilo. Oye, si quieres te sientas con nosotros, así conoces a Abraham.

-Lo siento, pero tengo que irme, mi padre quiere que vaya con él a algún lugar, no me dice cuál, pero cuando lo sepa, te lo digo.

-Vale, lo entiendo. Yo vuelvo con mi amigo, que sino se marcha.

Nos despedimos y yo vuelvo a mi mesa, en el que Abraham está petrificado y sonrojado. ¿Qué le pasa?  Creo que la mente de April me iría de maravilla ahora mismo.

-Abraham, ¿estás en nuestro mundo o te has ido al otro lado?

-¿Eh? -zarandea su cabeza y vuelve a prestar atención a su alrededor.

-Te me has ido al otro barrio.

-Ya, bueno... ¿De qué conoces a ese chico?

-Es mi mejor amigo, con el que comparto mi sueño.

-Dios... Es guapísimo.

-¡¿Qué?! ¿Te gusta mi amigo? -creo que el amor a primera vista se ha enganchado en él, como con Andrew.

-Gustar... No sé... Necesito conocerlo. ¿Podrías organizar algo en el que haga conocernos? Seguro me encanta conocerle.

-Vaya, vaya...

-¡Te lo agradecería eternamente! ¡Seré tu mejor amigo! -me río ante su reacción.

-No sé... Mi amigo recién ha superado una ruptura, aunque no sea exactamente eso.

-Oh, no lo sabía. Pero me conformo con ser amigos, e intentar algo.

-¿Perdona? -lanzo una mirada pícara.

Se pone colorado como un tomate al sentir mi mirada.

-¿Yo no soy suficiente para ti? -tan solo estoy bromeando, pero por hacer unas risas lo que sea.

-Sin ofender, pero dudo que puedas satisfacerme.

-¿Qué? ¿Cómo puedes decir eso ahora que estamos casados? -hora de actuar un poco.

-¿Pero qué...?

-Nuestros hijos adoptados... ¿Nunca los has querido?

-¿Qué hi...? -se para a pensar y luego lo entiende-. Ah, ya veo. Me has engañado. La verdad es que serías un buen actor.

-Me siento halagado.

El resto de la quedada consta de risas y preguntas que hace que nos conozcamos más. La verdad es que con Abraham puedo tener una buena amistad, podría contar con él en momentos especiales y también podría presentarle ante las chicas. También hacer que conozca a Jensen, que veo que le ha gustado muchísimo.

Un momento... Eso no es de buen amigo. ¿Me odiaría Jensen por esto? Bah, lo dudo. Solo llevaría a un amigo a su casa o a alguna salida con el grupo. ¿Qué puede salir mal?

Lucas... No has conseguido retenerme, loco.
Andrew... ¿Cómo estarás?

Esta frase se quitará al corregir los posibles fallos ortográficos.

-------------------------------------
, lo , este capítulo ha sido una caca. Por favor, decirlo, es una caca. Peor que toda la historia.

Debería ser mejor, pero es qué le pasa últimamente a mi mente. Bueno, como sea. Lo importante es que os he traído un trozo más de la vida de Hector. Se avecinan muchas cosas y al final de todo esto una gran sorpresa con la que me mataréis posiblemente.

, una cosa que hará que me matéis. No digo nada, lo dejo ahí y me voy.

Bueno, nos vemos, amigos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top