Capítulo 15: Explicando Mis Penas
*-*NARRA HECTOR*-*
-Adiós... Hector -dice y entonces algo en mí explota, algo que se deshace y se va con todo lo que ha pasado este mes.
Se sube a su coche y conduce hasta que lo pierdo de vista en la inmensa carretera atestada de coches y taxis. ¿Se va para siempre? ¿Por qué siento esto por dentro? ¿Qué me pasa? ¿Por qué mi mente y mi corazón se han roto? ¿Por qué he sido tan tonto de dejarlo ir? Cierro mis ojos y convierto mis manos en puños deseosos de golpear algo que haga daño, algo que me haga desconcentrarme de esa frase que ahora rondará en mi cabeza por mucho tiempo.
¡No puedo! Deshago los puños mientras varias lágrimas caen por mis mejillas. ¿Por qué esto? Ese beso... Me dejé llevar, correspondí al beso. Pero eso no significa nada, ¿verdad? Tonto de mí, eso quiere decir muchas cosas. Ya da igual, se ha ido y dudo que vuelva por no hacerme daño.
-¿Hector? -una voz bastante reconocible deshace mis pensamientos, no es la de April.
Giro mi cabeza y la veo, tan guapa como siempre con su cabello rubio siendo llevado por el viento.
-¿Qué haces aquí? ¿Por qué tienes los ojos rojos? -Sofia se acerca a mí y me seca las lágrimas con un pañuelo que saca de su bolso.
-No pasa nada, ya no importa tanto como antes.
-Tú no estás bien, te conozco y ese tono no es normal.
-Parece que poquito tiempo te basta para conocer a alguien -suelto una risita sin sentimiento, mis ojos ya no muestran esa chispa de antes.
-Muy poquito tiempo es suficiente. Ahora dime, ¿qué te pasa? ¿Lucas te ha hecho esto? Dime si ha sido él porque así puedo matarle.
-No, tranquila, es por Lucas, pero no es lo que crees.
-¡Hector! -viene corriendo ahora April, algo preocupada. Llega a mí respirando a fondo-. ¿Qué te ha dicho Lucas? ¿Qué ha pasado?
-¿Quién es ella? -pregunta Sofia apuntando la figura de gimnasio de April.
-¿Quién eres tú? -pregunta April a Sofia.
-¡Hector! -gritan las dos mirándome como si esto fuera una comedia juvenil.
-Dejad que hable. Sofia, ella es April, mi gran amiga psicóloga que me ayuda bastante, la que me hizo ayudar a Lucas y que si no me lo hubiera pedido no te habría conocido. April, ella es Sofia, una chica joven y muy loca que se ha convertido en una buena amiga para mí.
-Encantada -dicen las dos a la vez.
-Hector, vamos a mi piso, hablemos tranquilos y cómodos.
-¿Puedo ir? -pregunta Sofia como una niña pequeña.
-Claro, vamos.
Entramos al edificio. El rellano es de suelo blanco con los lados grises y también un espejo al lado. Al otro lado están los buzones de todos los pisos, son un montón y van a lo largo del pasillo. Al fondo, girando una esquina, está el ascensor. Subimos y April pulsa su piso. Las puertas se cierran y abren en un piso bastante limpio, parece que la limpiadora ha venido hace poco. Vamos a la puerta del piso de April y abre.
Al entrar puedo volver a ver el sofá que hay en forma de "L" pegado al gran ventanal que muestra unas buenas vistas. Una cocina abierta con una isla en medio de granito gris y armarios blancos. El sillón de respaldo bajo en la que se sientan sus pacientes está al lado del sofá, y delante del sofá está el televisor de pantalla plana. April me lleva hasta su sillón y me acuesta, es muy cómodo, lo malo es que sigo pensando en esa frase.
-"Adiós"
No puedo quitármelo de la cabeza, quiero que desaparezca de mi mente, de mi corazón. ¡Pero es imposible! Sofia se sienta en el sofá al lado de April, quien esta vez no lleva la libreta y el bolígrafo que llevan normalmente los psicólogos.
-¿No vas a apuntar lo que diga? -pregunto un poco sin sentimiento, se me nota de lejos.
-No eres un paciente, Hector. Eres mi amigo. Ahora di, ¿qué ha pasado con Lucas? ¿Qué te ha dicho para que te sientas así?
-Solo dijo "adiós".
-¿Y por eso estás así?
-No es solo por eso.
-¡Déjame adivinar! -grita de repente Sofia, haciendo que me sobresalte-. ¿Te ha pegado?
-¿Ves un moratón?
-No. Bueno, ¿te ha dicho algo malo aparte del "adiós"?
-Varias cosas, pero son sobre una cosa -se está acercando.
-Vale, vamos progresando. ¿Te ha hecho algo?
-Eeeh...
-Y la pregunta bomba, ¿te ha besado?
-...
-¿Hector? -me llaman las dos, pero lo único que hago es coger un cojín y taparme la cara con ella.
-¡Es eso! ¡Le ha besado! -grita eufórica de la emoción-. ¿Y cómo besa? ¿Ha sido sin camisa? Venga, di, picarón.
-Sofia...
-Tía, será mejor que me dejes a mí porque me toca. Ya has tenido tu turno. Hector, ¿qué pasó después del beso?
-Yo... Le dejé de mirar hasta que paramos en la autopista.
-Ya decía yo el por qué tardaban tanto. ¿Y la parada por qué fue?
-Porque... nos empezamos a gritar. Bueno, él empezó.
-Hector, ¿qué mierda has hecho? Ya sabes lo que le pasa a Lucas, si empieza a derrumbarse de nuevo puede que se vuelva a cortar las venas.
-¡Lo sé! Pero no podía mirarle, pensaba en muchas cosas.
-En Jensen -acierta.
-Sí, pero también en Andrew.
-¿Quién es Andrew? -pregunta April.
-¿El DJ? -pregunta Sofia.
-Sí...
-Madre mía, ligón. Estás hecho un tigre. Pareces un maldito imán de hombres.
-Hector, hablaré con Lucas, intentaré que os volváis a ver.
-No, April. Déjalo así. Necesito pensar con claridad, necesito estar alejado de él por si acaso se me va de la cabeza y puedo seguir viviendo sin su imagen.
Me será imposible deshacerme de su imagen, de sus ojos que me recuerdan a mi tía, de sus brazos que me hacían sentir seguro, protegido, de sus labios con los míos, que encajaban perfectamente y que sabían tan deliciosos con ese sabor que solo él tiene, de su olor a vainilla y canela, ¿cómo olvidar eso?
-Está bien, de momento yo seguiré cuidando de él y intentaré que no se mate. Hablando de tíos... ¿Qué tal con Jensen?
-Ah, pues me quiere llevar a París, eso sí, yo pago mi billete.
-¡Qué romántico París! ¡Llévame, mala persona! -me zarandea Sofia, como si intentara quitarme el billete de encima.
-Ojalá, así tendría apoyo -un móvil suena, no es el mío ni el de Sofia.
-Disculparme -se levanta April y contesta a su teléfono.
De mientras, Sofia y yo hablamos animadamente, me levanta el ánimo hablar con ella, igual que con April. Tendríamos que quedar los tres juntos para ver una película. Doy la idea y esta grita como loca de contenta por hablar de una fiesta de pijamas.
-¡Que buena idea! Bueno, hay que decir un día en el que quedar por la noche y ver una película, tomar helado cuando veamos una película romántica y de drama, usar pañuelos a saco, golpearnos con las almohadas y sacar las plumas de dentro...
-Alto ahí, loca fiestera. La casa es de April, ella tiene que aceptar.
-Vale.
De mientras seguimos hablando, April corta la llamada y llega a nosotros con un resoplido de pereza.
-¿Qué pasa que os he oído gritar?
-Ejem... -carraspea Sofia-. Por la presente y por el ánimo de Hector, te sugiero que hagamos una fiesta de pijamas en tu casa, bueno, solo una quedada y ya está. Vemos una película y todo eso -se pone a pensar detalladamente, algo debe de estar pasando por su cabeza.
-Está bien, es una buena idea. ¿Cuando la hacemos?
-Pues mañana son las vacaciones de invierno y en dos días me voy a París con Jensen. ¿Qué os parece cuando vuelva?
-Me parece bien, pero ya estarás bien en su momento.
-Lo dudo.
-Entonces decidido -dice Sofia-. Cuando vuelvas de París haremos la fiesta.
-Pues ahora iros, que tengo que irme yo también -nos ordena April.
Nos levantamos y nos salimos del piso para ir al ascensor. Al bajar miro mi móvil y me entero de que ya es mediodía. Como pasa el tiempo de rapido. Salimos a la calle y April recoge su coche, el cual es uno gris, como el de todo el mundo. Sofia se va por su lado, ya que dice que estaba de camino a la casa de una amiga que ahora debe de estar muy enfadada. No me importa, así que le digo "hasta luego" y me voy por mi lado a casa.
Por el camino pienso una cosa sobre la fiesta. ¿Cómo es una fiesta de pijamas? Nunca he ido a una y me hace pensar bastante sobre el tema. ¿Mi primera fiesta de pijamas con mis dos amigas rubias locas? Menuda coincidencia. Mis dos amigas locas son rubias y los tres chicos que más me importan ahora son musculosos y guapos. ¿Por qué mi vida y mi historia tiene que tener a personas guapas? ¿Por qué tiene que parecerse a la típica historia en la que el protagonista piensa mucho por ese chico? Me pego en la mejilla bastante fuerte y la punzada de dolor me saca de mis pensamientos. Lo necesitaba.
Camino por la calle hasta que recuerdo que por un callejón me ahorro cinco minutos y una buena caminata. Este es el callejón. Giro a la derecha y camino por el callejón lleno de cubos de basura y ratas que pasean como si estuvieran en las alcantarillas, sucias y malolientes. Una puerta que debe ser de un restaurante chino de mala reputación en la que nadie va a comprar por la mala comida, aunque si quieren matar a alguien sin dejar pruebas pues ese es el sitio perfecto.
Voy a girar a la izquierda, donde en el fondo habrá otro camino a la derecha en el que me sacará de este callejón, pero me paro en la esquina al escuchar un golpe y unos gritos provenientes de una mujer y puede que de algunos hombres. Me asomo poquito a poco para ver lo que pasa y cuando lo veo me quedo de piedra. Es tan solo un hombre y una mujer pateando y golpeando a otro hombre. El hombre que está de pie tiene una pistola en la mano y la mujer una vara de hierro con un poquito de sangre a un lado. Eso es preocupante. Llamo a la policía y entonces espero que vengan.
-¡Esto por engañarme! -le pega con la vara de hierro en las costillas, eso debe de doler.
No puedo esperar a la policía, ese hombre podría morir en este momento por la cantidad de sangre que veo en la vara y en el suelo. Creo que tengo un plan y es bastante suicida porque podría morir hoy. Solamente tengo que encontrar algo con lo que atacar. Miro a mi alrededor y me encuentro con cubos de basura y también hay unas varas de hierro al lado. ¿Por qué están aquí? Debe ser que alguien ha dejado de darles uso. Ya tengo el plan pensado, pero no detalladamente.
Agarro la bolsa de basura con las dos manos al igual que con la vara. Corro a los sujetos y acciono mi plan. Lanzo la bolsa de basura a la mujer y le da de lleno en la cabeza, haciendo que se caiga al suelo y llame la atención del hombre. Este se da la vuelta y me intenta apuntar con el arma, pero soy más rápido por el efecto sorpresa y le pego un buen golpe con todas mis fuerzas en la cara y otro en la mano.
Brota sangre de su nariz y boca y el arma cae al suelo. Corro a agarrar la pistola mientras la mujer se levanta y corre a por mí con una mirada asesina. Consigo agarrar la pistola, pero un fuerte golpe me da en la costilla izquierda y me tira al suelo de morros. La adrenalina hace su efecto y me da fuerzas para actuar. Me doy la vuelta y la apunto con el arma, ahora se queda quieta, con las manos en alto, mostrando la vara ensangrentada. El hombre tampoco se mueve, creo que le estoy empezando a dar miedo.
El efecto de la adrenalina ha hecho esto posible, nunca había actuado de este modo, es la primera vez que hago esto de salvar a una persona de la muerte. Suelto la vara de mi mano y agarro la pistola con las dos manos. El hombre intenta acercarse, pero no le dejo tras disparar cerca de su pierna.
-No te acerques, porque la próxima bala sería fácil de acertar en la cabeza.
La sirena de policía resuena por las calles, ya han llegado. Justo a tiempo. Un coche se asoma por mi espalda y sé que es el de policía, la sirena sigue sonando. La sirena cesa, una puerta de coche cerrarse se escucha y por fin los pasos y avisos de un agente de policía que al final sujeta una pistola que apunta hacia mí aparecen.
-¡Tira el arma!
-¡Agente! Menos mal, soy yo quien ha llamado -bajo la pistola-. Mire, esa mujer lleva una vara ensangrentada -el policía mira la mano de la mujer y le apunta a ella.
Agarra la radio de su pantalón y llama a una ambulancia para el herido. Yo me acerco al cuerpo que sangra y cuando me acerco bastante me doy cuenta de que no es alguien desconocido.
-¡Andrew! -me acerco y intento hacer algo, pero el policía dice que lo deje ahí, que la ambulancia está de camino.
Veo cómo el policía se acerca a los dos sujetos de mala muerte y los esposa. Se los lleva al coche y justo se oyen las sirenas de una ambulancia, creía que tardaría más en llegar. La ambulancia aparece por el callejón y se acercan paramédicos con una camilla. Cuando se acercan los ayudo a levantarlo y tumbarlo en la camilla. Esto me preocupa. Al tumbarlo veo el coche de policía llevarse a la mujer de pelo rubio y ojos rojos y al hombre de cabello negro azabache y ojos verdes oscuros.
Me acerco a la ambulancia y les pido que me dejen ir, que es un amigo mío.
-No puedes subir -me dice uno.
-¡Por favor! -les suplico.
-No puedes...
-Hector... -se oye un susurro proveniente de la figura que sangra en la camilla-. Dejadlo... es... mi novio.
Al decir eso me sonrojo, pero al menos los paramédicos me dejan subir de inmediato. Le ponen cosas en el cuerpo, le pinchan algo e intentan parar la hemorragia, pero no lo consiguen completamente.
-Andrew... No te mueras -susurro al ver que se ha desmayado por la falta de sangre-. ¡No te mueras!
Jensen... Espero poder ir contigo a París.
Lucas... Me dueles.
Andrew... ¡No te mueras, por favor!
¡El día no puede ser peor!
-------------------------------------------------
¡Bombardeo! Jaja, que no. Bueno, menudo golpe están sufriendo nuestros queridos chicos, cada vez va habiendo más salseo. ¡Saaalsaaa! Estoy re loco, wey jaja
Bueno, lo dicho. Aún sigue nadie sin acertar el concurso y creo que lo voy a retirar. Así os quedáis. Well, well, well.
Espero que os haya gustado y que le deis a la estrellita para mostrarme todo vuestro apoyo y que dejéis vuestros comentarios, me sirven de mucho para saber si la historia está siendo buena o mala.
¡Tengo Facebook!
PedroLibros
¡Tengo Twitter! (Muy activo)
Pedro100Libros
¡Tengo Instagram! (Oficial / Personal)
Pedrolibros / pedroj16_99
¡HASTA EL PRÓXIMO CAPÍTULO!
♥♥♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top