Capítulo 15: Excursión (I)

DEDICADO A
AlepandiBTS

-Digamos que tengo solo ganas de estar aquí, contigo. Me perdería una excursión totalmente esperada en mi clase solo por ti. ¿Cómo me compensarías?

-Pues te daría chocolate -dice Cleo, sacando la tableta de chocolate fría de la espalda.

-¿De dónde la has sacado? -me quedo impresionado, sabe que no puede tocar el chocolate por la mañana.

-Me lo ha comprado Lucas por haberme portado bien cuando fui con él a pasear.

-Ah, muy bien. Así me gusta, hermanita -le acaricio el pelo, alborotando lo que ya tiene alborotado.

-Para, que sino para cepillarlo ya es un reto.

-No seas exagerada. Anda, vuelve a la cama, que es muy pronto para ti.

-Vale -se pone a andar hacia su habitación, yo la acompaño hasta su cama, donde la acuesto y la arropo como mejor puedo-. Hector...

-¿Si?

-Te voy a echar mucho de menos mientras no estés.

Sonríe ante sus palabras, algo dentro de mí se ilumina al verla y oírla así, es como si ella fuera mamá, como si su espíritu hubiera sido absorbido por su cuerpo. La verdad es que poco a poco se me va yendo el dolor, pero aún sigue ahí, no sé cuanto tardará en irse, pero lo que sí sé es que pronto lo superaré. Cleo ya lo a hecho, me toca a mí superar el vacío del corazón. Sé que si ella sigue a mi lado, sana y salva, lo superaré en cuestión de días o tan solo horas. ¿Quién sabe?

-Y yo a ti, hermanita -le doy un beso en la frente y me levanto para salir de su habitación.

Cuando salgo, vuelvo a mi habitación y termino de una vez de preparar la maleta. Es tan solo pocas cosas, un cargador para el móvil, ropa y el cepillo de diente. Cuando termino y cierro la maleta, una presencia pasa a mi habitación, debería seguir durmiendo, pero parece que se ha levantado temprano.

-Vaya, vaya... Parece ser que el hombre de la casa se ha levantado por una vez temprano -sonríe ante mi burla.

-Quería despedirme de ti, sé que no te veré en un par de días y por eso me levanto temprano.

-¿Por mí? -agarro la maleta y lo dejo en el suelo, es de ruedas, así que por eso lo dejo en el suelo levantado.

-Sí, por ti -se acerca poco a poco, menuda despedida quiere darme hoy-. La verdad es que te iba a pedir que no fueras, pero te hacía mucha ilusión ir y no quería estropear eso.

-Te iba a decir que no de todos modos.

-Ya, lo sé. Soy un poquito tonto.

-Un poco, pero eso es lo que me gusta de ti, esa tontería tierna.

-Sí, soy tu tonto -se acerca más, ya noto el calor que desprende y su mirada fija en mis labios-. Solamente tu tonto y de nadie más -me agarra de la espalda y me apega a él suavemente-. ¿Puedo besarte? Será mi despedida.

-Eh... Sí, puedes -me sonrojo al ver su sonrisa de perla.

Nuestros labios se vuelven a juntar, suave pero brusco de nuevo, despacio, como si no hubiera prisa, como si no hubiera ninguna cosa que hacer. Se profundiza el beso, el calor ya es insoportable, y si lo profundizamos más se hará eterno y llegaré tarde a la excursión, y no quiero eso, es lo que estaba esperando mucho tiempo.

Nuestro beso se corta, pero por su parte, ya que dice algo que esperaba que dijera.

-Vas a llegar tarde. Yo te llevo.

-No hace falta, los padres de Jensen vienen a por mí.

-Llama y diles que yo te llevo.

-¿Y quién despierta a la niña?

-Es tan solo diez minutos, cuando llegue la despertaré, la vestiré y la llevaré al colegio.

Pienso dos veces más, no hay ninguna contra para decirle que no.

-Está bien, les diré que no vengan a por mí.

-Llama mientras bajamos al coche.

-Vale.

YA ABAJO

Ya he llamado a Jensen para decirle que nos veremos en el instituto, que Lucas me lleva en coche, así no se gastan gasolina de más. Bueno, vale, la gasolina es una tontería hablando de sus padres, ya que tienen dinero, pero bueno. Dejo la maleta en el maletero y me subo al coche, donde esta ya Lucas preparado para conducir. Yago despertará a la niña si se le hace tarde al hombre de la casa. He dejado su puerta un poco abierta, así la despertará con lenguetazos y leves ladridos, igual que hizo conmigo ayer porque casi no me despierto a tiempo. Me encanta Yago, es un perro genial.

Dejo de pensar en ello y escucho la música de la radio que hay ahora mismo. No suelen poner buenas cosas por la mañana, pero algo es algo. Los edificios me parecen iguales, todos son iguales tras la marcha. No sé porqué pienso eso, pero bueno...

Ya veo el instituto a lo lejos. El autobús ya está llenándose de maletas y de alumnos. Están pasando lista y yo llego justo a tiempo. Aparca detrás del autobús, llamando un poquito la atención. Varias miradas se posan en nosotros, pero se va al momento.

-Parece que llegamos a tiempo -dice Lucas con una sonrisa-. Tenía razón, si hubieras tenido que esperar llegarías tarde.

-No veo a Jensen, ¿llegará a tiempo? -intento mirar a todos los que hay, los único que veo son a Darius y a Jennifer.

-Ahí está -señala al otro lado de la acera, saliendo del coche de sus padres con una maleta en mano, no se ha parado a ponerlo en el maletero.

-Pues voy bajando.

Me bajo del coche y voy al maletero, el cual Lucas abre y saca mi maleta con cuidado, ni que tuviera cosas frágiles dentro.

-No lleva cristales, así que puedes dejarlo con fuerza -río.

-Es por la maleta, estas cosas se suelen romper fácilmente, al menos conmigo.

-Será por tu fuerza que las cremalleras salen volando.

-Eh, las que me venden son defectuosas.

-¿Todas?

-Todas -me río ante esas palabras, es algo que no viene a cuento, pero al menos nos reímos a buenas horas de la mañana-. Oye, quiero que tengas cuidado estos dos días.

-Sabes que tendré cuidado.

-Lo sé, pero no se sabe lo que pasará. Si alguien te hace daño, se lo dices a algún profesor y se tomarán medidas. Si Jensen te hace algo, ten por seguro que no se saldrá de rositas.

-No digas eso, Lucas. Jensen es mi mejor amigo, no me hará nada que me haga daño.

-Lo digo por si acaso, no se sabe lo que puede pasar -vuelve a repetir.

-Tendré cuidado. Y tú, cuida a Cleo. Tampoco le des chocolate, que esta mañana lo ha cogido y por la mañana no puede tomar dulces.

-¿Por qué?

-¿Te acuerdas del gran pedido que hiciste en esa cafetería que me diste una caja muy grande llena de cosas dulces?

-¿Dulces como tú?

-Ya conoces mi lado agrio, y sí, esos dulces.

-Sí, me acuerdo.

-Pues comió un poco y se puso como una moto.

-Cuidado con los dulces, lo apunto.

-Bien. Hasta luego, Lucas -le doy un beso en la mejilla y me alejo con mi maleta en mano.

Cuando llego al autobús, veo que mi pequeño grupo me estaba esperando en la puerta, ya que la profesora sigue pasando lista con los últimos. Dejo mi maleta en el compartimento que lleva el autobús al lado y me junto con mis tres amigos.

Sonreímos entre nosotros, Jensen está sonriente y me parece genial. La pareja del día están muy felices por hacer esta excursión juntos y, encima de todo, tener compañeros de viaje.

Pues bien, empecemos el viaje.

Lucas... Cuida bien de la niña.
Jensen... Me alegra verte contento y sonriente.
Andrew... Seguro estás trabajando, espero que la mentira no te coma la mente.

Esta frase se quitará al corregir los posibles fallos ortográficos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top