Capítulo 13: Despierta, Idiota

Fin de semana, último fin de semana que April se queda fuera de Nueva York. Estoy deseando que llegue ya y que se haga cargo de Lucas, porque últimamente está un poquito caído después del encuentro que tuve con él en la carretera de camino a casa. Es bastante raro. Sé que le gusto, soy su droga, él mismo lo dijo. Debe ser que me vio con Jensen y creyó que éramos novios o algo, debió de ser la forma en la que me agarraba a Jensen, es que a mí las motos como que no me gustan mucho, pero con Jensen es distinto, me encanta esa sensación de montarme en su moto, de sentir el aire, de abrazar a Jensen cuando algo me da miedo... Nunca me ha dicho nada de eso, no se ha quejado ni una vez, cosa que también me sorprende.

Estoy en mi casa, jugando a la consola con Cleo. Me ha retado a que no podía ganarla en un minijuego que lleva uno de los juegos. Como no quiero que le dé otra de esas pataletas que tiene pues me dejo ganar fácilmente.

-¡Te gané! -grita eufórica, sin importarle que mamá esté arriba durmiendo todavía, hoy tiene día libre, así que no va a trabajar.

-Sí, has ganado limpiamente, así que ahora me voy a la calle, que tengo que hacer una cosa.

-¿Qué cosa? -me pregunta muy curiosa, lo normal a su edad.

-Una cosa que no te incumbe, así que dile a mamá que me he ido, si es que te pregunta.

-Vale -no dice nada más, me parece que se está acostumbrando que no le diga nada de donde voy y todo eso.

Recojo mi móvil y también las llaves, lo de siempre, y me salgo a la calle con la bicicleta. Pedaleo hasta ver el edificio donde vive Lucas, ese que tanto miro últimamente sin explicación alguna. En mi mente no sé qué pasa para estar mirando esa estructura que tanto me encanta. Ahora mismo pensar en Lucas no es buena idea, pensaré en él cuando esté ya pasando por las puertas de su departamento.

Vuelvo a pedalear hasta llegar a la entrada del edificio. Me levanto de la bicicleta y entro para volver a ver al portero, quien ya se ha hecho un buen amigo para mí.

-Buenos días, Hector. ¿Qué tal todo? No te he visto desde hace un par de días.

-Lo siento, Miguel, es que estaba un poco ocupado. Ya sabes, los estudios y todo eso -he estado hablando un poco con él los días que Lucas no estaba en su piso, aprovechaba el momento y el tiempo.

-Lo entiendo.

-¿Sabes algo de Lucas? -le pregunto, él debe de saber algo.

-Pues sí. Ha vuelto a tener esa cara de tristeza, pero sé que sigue luchando por no caer en la depresión de nuevo.

-Es bueno saberlo, no me coge los mensajes.

-Eso sí es raro.

-¿Alguna carta que deba subir?

-No, pero está esta revista que siempre le traen cada mes -me lo da y lo miro, es de moda masculina, este tío va siendo cada vez más raro-. Ah, y también he recibido una llamada de una chica, lo que pasa es que cuando le he dicho que no sé lo que pasa me ha colgado.

-¿Una chica? -Lucas no me ha dicho nada de eso.

¿Una amiga? Debe de serlo, tengo que ir a verle y ver qué le pasa.

-Bueno, gracias por todo, Miguel. Te debo todavía ese café.

-El que le debe algo a alguien soy yo a ti.

-No lo creo.

-¿Te guardo la bicicleta?

-Eh, sí, por favor. No quiero cargar con él hasta el piso. Me harías un gran favor.

La sujeta y se la lleva a una puerta que hay detrás suya. Nos despedimos y yo me voy al ascensor, el que ahora está libre. Lo llamo y llega en un momento. Pulso el piso y espero hasta que se abren las puertas de una vez. Al llegar a la puerta escucho un ladrido de Yago, sabe que estoy apunto de abrir la puerta. La abro y intento silenciarlo con varias caricias, las que me devuelve muy juguetón con su lengua. Me separo y me voy a la cocina para ver si Lucas ha rellenado sus cuencos. Lo ha hecho, eso está bien.

El hombre este debe de estar durmiendo todavía, es lo más seguro. O a lo mejor se ha ido otra vez ha trabajar, ¿tendré suerte para hablar con él? Me acerco a la habitación y un flash bastante fuerte me da en la cabeza. Ese día, su habitación limpia, pero no se podía decir lo mismo de su cama. Su cuerpo ahí inconsciente, sangrando por los brazos, por las muñecas, su cama manchada de rojo carmesí... Toda esa escena me dejó tocado, me dejó sin habla, pero saqué las fuerzas de todas partes y pude reaccionar de inmediato.

Tengo que ser fuerte ahora, sino ese flash aparecerá cada vez que pase por el marco de esta puerta, o peor, cada vez que mire la puerta. Sacudo mi cabeza y, con apoyo de Yago que me toca la pierna con su pata, agarro el pomo y abro. Suspiro de alivio al verle dormir plácidamente sobre la cama, sin rojo por ninguna parte. La mayoría de su cuerpo está destapado, mostrando sus músculos fuertes que en mi imaginación podrían parar un tren.

Aparto la mirada, ¿por qué todos los que conozco tienen músculos? Aparte de mí, claro, aunque a mí no se me nota. Me acerco lentamente para no despertarlo y me apoyo en la cama. Yago me mira con la cabeza torcida, como si se preguntara lo que voy ha hacer, así está muy gracioso. La ventana de su habitación da a las calles de Nueva York rebosante de actividad, no sé cómo no me he dado con alguien.

Lo miro un poquito, no quiero ser como un psicópata. Cuando duerme es tan guapo, tan lindo, rozo su pelo alborotado para que no caiga en sus ojos y le haga despertar, soy tonto, lo sé. Me levanto y me pongo a su lado de la cama. Me inclino y le zarandeo, no despierta fácilmente. Le acaricio la mejilla, ante mi tacto mueve la cabeza, como si quisiera disfrutar de mi tacto, pero a mí me rasca la mano con su corta barba. Al pensar eso me sonrojo un poquito, espero no se despierte y vea que estoy un poco sonrojado.

Yago se acerca y se pone encima de la cama, esperando que lo despierte. Pues nada, le doy un beso en la mejilla y entonces una mano me acaricia la nuca. Me sobresalto al sentirlo, pero no me hago hacia atrás, no sé, no quiero hacerlo. Abre sus ojos lentamente, al igual que aparece una de sus sonrisas de perla.

-Hector -susurra como si fuera un sueño-, estás aquí.

-Claro que estoy aquí, tengo que vigilarte -susurro también, como si hablar fuerte fuera un problema.

-Pues no has estado aquí varios días.

-He estado, pero tú no. Vamos. Despierta, idiota.

-Mierda.

Se hace a un lado y me dice con la mirada que me tumbe en la cama con él. El sonrojo ya es notorio, no pienso decir que no me lo esperaba, pero es que no sabía que de verdad lo haría. Me levanto, no quiero hacerlo, lo siento por él, pero es que no creo que deba. Se sienta en la cama y se frota la cara con las manos, suspirando. Bosteza y se levanta para irse al baño.

Mientras, yo me voy a la cocina a prepararle un poco de café, lo necesita. Mientras se lo preparo, Yago viene conmigo, mirándome de una manera rara, debe de estar diciéndome que soy un imbécil por no haberme tumbado en la cama con Lucas. La verdad es que soy tonto, algo me está pasando con él, algo que no puedo decir todavía porque no sé lo que es. Estoy muy seguro de que es pena, aunque no me gusta que la amistad se cree cuando hay pena de por medio.

El móvil suena, pero no es el mío. El tono es diferente, me guío por el tono y lo encuentro. Es el móvil de Lucas, me sorprende el nombre del contacto que le ha puesto el hombre.

"Error Medio Bien". Vale, eso ya me parece raro. ¿Por qué un error medio bien? ¿Acaso es un romance que murió después de un tiempo? ¿Estuvo medio bien? No quiero saberlo, no voy a coger el móvil por él, no soy tan cotilla. Espero que sea algo bueno.

*-*NARRA LUCAS*-*

El agua caliente rozando mi piel, haciéndome pensar en Hector, en sus labios, en sus ojos, esos ojos que me han observado hace poco y que me han viciado. Sus labios son lo que quiero rozar con los míos, tenerle en mi cama y notar su respiración chocar con la mía, sentir su suave piel con mi piel. Me dolió mucho verle con ese chico en una moto, me duele seguir pensando en eso.

Me echo champú y me pongo bajo el agua.

Que no se haya tumbado en la cama me ha jodido mucho, ¿por qué no lo hizo? A lo mejor no le gusto, no me quiere, esto para él debe ser solo amistad. Debo de darle mucha pena para que siga viniendo, aparte de que le está haciendo un favor a April.

Me enjabono el cuerpo y me vuelvo a dar con el agua caliente que me tranquiliza.

Hector ya es especial para mí, veo en él algo que me encanta. Su sonrisa, su pequeña timidez, sus sonrojos que lo hacen adorable, su risa, el que sea igual de loco como yo, el momento en el que se desahogó conmigo, llorando en mi cuerpo, abrazado a mí... Ese momento me puso triste, me dolió verlo así de triste. Los dos perdimos una persona que amamos, personas que cambiaron nuestras vidas y que se fueron en momentos importantes de nuestras vidas. ¿Por qué el destino nos hace esto? ¿Por qué nos pone a prueba? ¿Por qué nos machaca tanto?

Salgo de la ducha y me empiezo a secar con la toalla que había preparado. Me salgo del baño y me voy a ver lo que hace Hector. Oigo la cafetera, me debe de estar preparando el desayuno o tan solo un café, se lo agradecería mucho si hace ese detalle. Cualquier cosa que haga él será agradecido, si pudiera, con un montón de besos.

Al salir, Hector desvía la mirada y llega a verme en toalla. Se sonroja al instante, ese sonrojo que tanto me encanta. Me acerco a él, decidido a lo que voy ha hacer. Es el momento, no me importa lo que pase, ya que de seguro el chico con el que estaba es su reciente novio. No voy a dejarlo ir sin luchar.

-Eh, Lucas, ¿qué haces? -pregunta cuando estoy a tan solo un par de pasos de él.

No le contesto y le arrincono en la esquina de la cocina, donde está la cafetera preparando el café. Le miro serio y decidido, debe de estar percibiendo mis sentimientos, mis pensamientos con tan solo mirarme a los ojos. Me acerco lentamente, su boca se acerca, nuestros labios se van a unir, os lo digo como que me llamo Lucas Fariely. Yago ladra, pero no le hago caso.

Hector apoya sus manos en mi pecho, intentando separarme, pero no lo consigue, soy más fuerte que él. Nuestras respiraciones se chocan, noto lo nervioso que está, sus manos tiemblan bastante, su pecho se mueve al ritmo de su respiración, que es rápido. Cuando nuestros labios se rozan, una chispa en mi cuerpo me hace querer más, recorre por todo mi cuerpo, como una chispa bastante fuerte.

Rompo ese centímetro de más y le beso suavemente, pero de pronto lo hago bastante salvaje. Me corresponde al beso, nuestros labios encajan perfectamente, la suavidad de sus labios me encanta, me hace querer más de él. Sus manos ya no me quieren alejar, ya no, tan solo se apoyan en mí, rozando mi piel, mis músculos duros y relajados al hacer por fin esto.

Me separo por la falta de aire y veo que Hector tiene los ojos cerrados. La cafetera para de hacer ruido, cosa que hace abrir los ojos a Hector y volver a mirarme. Se da media vuelta y echa un poco de café en un vaso. Lo deja en la encimera y se aleja de mí, pasando por mi lado y sin mirarme ya. Un móvil suena, no es el mío, es el del chico que ahora no me hace caso. Contesta y empieza ha hablar mientras yo le doy un sorbo al café recién hecho, arde bastante.

-¿Diga?

No debería haberle besado, me he precipitado, me he vuelto un impaciente de mierda. Pero es que no he sentido esto por nadie, es algo nuevo para mí, aunque haya tenido sexo con muchas personas. Tuve un error, pero al menos ese error me dio algo bueno, una buena experiencia.

-¿En serio?

¡Soy un idiota, un imbécil, un gilipollas por haber hecho esto! Ahora seguro que no me mirará con los mismos ojos. Ya no me mirará como un amigo, sino como un imbécil. Creo que he perdido su amistad, ahora se irá y me dejará sólo, tal y como ha hecho el destino con mi hermana.

-Vale, es una sorpresa, pedazo de cabrona. Ahora vamos -¿vamos? Eso quiere decir que no piensa dejar de ser mi amigo.

Dejo el vaso a un lado y me acerco a él, imaginándome en lo que pasa.

-¿Qué pasa? -le pregunto, no me mira, pero me habla.

-April ha vuelto. Vístete, que vamos a por ella -que no me mire me duele, me he precipitado, pero al menos le he dejado claro lo que quiero con él.

Vuelvo a mi habitación y me empiezo a vestir, pero sin dejar de pensar en él. ¿No le ha molestado el beso? Algo le hace pensar en que no me deje como amigo. Pero, ¿el qué? El por qué da igual, ahora lo importante es arreglar esto, una sorpresa supongo. Tengo que hacer algo... ¡Tengo una idea!

Lucas... ¡Me has besado!
Jensen... Lo siento de nuevo.
Andrew... Por favor, llámame de una vez.

----------------------------------------------------
¡Sorpresa! Lucas besa a Hector de una vez, echándole un par de huevos. ¡Ese es mi Lucas! Y, encima de todo, April vuelve. ¿Cómo será todo ahora con ella en la ciudad? ¿De qué lado estará?

En cada capítulo pondré al final en negrita lo que piensa Hector, da igual quién narre, ahí estará.

Os quiero decir que vostros/as elegís quién narra en el próximo capítulo. Tiene que haber mínimo 3 votos de cada personaje que son Hector o Lucas. La encuesta la pondré en mi Twitter para que empecéis a votar de inmediato, o podéis decir quién en los comentarios.

Si queréis una dedicatoria la pedís en comentarios y yo os lo pongo gustoso.

¡Tengo Facebook!
PedroLibros

¡Tengo Twitter! (Muy activo últimamente)
Pedro100Libros

¡Tengo Instagram! (Oficial / Personal)
Pedroletras16 / Pedroj16_99

#TEMDLucas
#TEMDHector
#TEMDJensen
#TEMDAndrew

Ya estoy con esto jaja algo nuevo y bastante rápido jaja.

¡Hasta el próximo capítulo!
♥♡♥♡♥

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top