XXVII

"«Nada me produce más alegría que oír que mis hijos practican la verdad.».." 3 Juan: 1-4

—Cristian no hagas trampa —le advirtió Ana Elizabeth con una mano sobre sus ojos.

—¿A dónde me llevas?

—Ten paciencia

Cristian escuchaba cómo crujían las hojas debajo de sus pies y como la brisa fresca de la noche agitaba los árboles. Los sonidos de los insectos hacían evidente que estaban rodeados de naturaleza.

—¿Segura que no me estás secuestrando? —sonrió

Ana Elizabeth rio —Puede que si...

Después de una inquietante caminata de algunos minutos, Ana Elizabeth descubrió la vista de Cristian. Ella lo había llevado al parque municipal que visitaron de niños y donde se habían dado su primer beso, había montado un camping a la luz de la luna frente al lago.

—¡Feliz cumpleaños! ¿Te gusta?

Cristian estaba muy sorprendido, había una manta extendida sobre el césped con muchos bocadillos, una sidra en hielo y alrededor una gran cantidad de velas electrónicas iluminando y decorando el lugar. Cristian la tomó de la cintura y la atrajo hacia él, le dio un beso en los labios —Me encanta mi amor, gracias.

Ella elevó los brazos y rodeó su cuello. —Me alegra. Prácticamente recorrí la ciudad para encontrar esa cantidad de velas —comentó cómica.

Cristian rió, la encerró entre sus brazos y acurrucó el rostro en su cuello. Inhaló con profundidad para absorber su olor.

—Ely, te amo —apretó los ojos, su corazón se sintió ansioso—, te amo, te amo como a mi vida... —Cristian esperó una respuesta— ¿Ely? —Abrió los ojos de repente, sus brazos sintieron la ausencia. Ya no estaban las velas, ni la comida, ni la manta, el bosque de repente se tornó muy oscuro, aún más importante Ana Elizabeth había desaparecido. Cristian miró alrededor, su pecho descendía y se elevaba con rapidez, corrió entre el bosque, miró a todos lados —¡Ely! —gritó esperando recibir respuesta, estaba entrando en pánico, comenzó a marearse, a sentir un dolor intenso en el cuerpo, ya no podía correr, estaba perdiendo fuerzas, y con el último aliento que le quedaba gritó aún más fuerte...

Abrió los ojos —¡Ely! —gritó. Intentó levantarse pero apenas una inclinación le propinó aflicción. Su respiración estaba agitada y su corazón le retumbaba en los oidos, una enfermera que estaba en la habitación se acercó.

—Cálmese señor Martínez, fue solo una pesadilla, vamos, recuestese —le colocó una mano en el hombro para impulsarlo a recostarse nuevamente.

Cristian se recostó confundido mirando alrededor —¿Por qué estoy aquí?

—Tuvo un accidente automovilístico, tiene una fractura en su brazo izquierdo y en su pierna.

Cristian se observó, tenía un yeso en cada lugar de su cuerpo que la mujer a su lado había indicado. Comenzó a recordar, había cenado con Shannon y luego se había encontrado con Ana Elizabeth y ella dijo cosas que deseó hubieran desaparecido de su memoria en el accidente.

La enfermera tomó una jeringa y absorbió un líquido de un pequeño frasco de vidrio—Voy a administrarle un medicamento, tiene la tensión arterial muy elevada.

Cristian ignoró la información —¿Yo... llegué solo al hospital? —Era imposible que Ana Elizabeth no lo hubiera visto accidentarse.

—No. Una joven le trajo. Está abajo registrando su internamiento.

Cristian suspiró aliviado y sonrió.

De repente la puerta se abrió.

—Ah, ahí está. Se tardó bastante señorita.

—Disculpé, me perdí buscando la administración

Cristian se mostró sorprendido—¿Shanon?

Shannon se acercó de prisa —Gracias a Dios ya despertaste, me tenías preocupada

—¿Cómo te enteraste?

—Estaba ahí, regresé a buscar el móvil que había olvidado en la mesa del restaurante y presencié el accidente. No tienes idea de como me asusté —respiró hondo.

—Y... ¿No había nadie más allí?
Shannon agitó la cabeza hacia ambos lados—¿Por qué lo preguntas?

—No, por nada. —¿Lo había imaginado? Definitivamente Cristian recordaba haberse encontrado con Ana Elizabeth. Sus ojos comenzaron a sentirse pesados. —Voy a descansar un poco.

—Es el medicamento —dijo la enfermera mirando los tubos delgados conectados al suero —Volveré en unas horas, cualquier cosa que necesiten aprieten el botón rojo de emergencias —lo señaló junto a la cama.

—De acuerdo —Asintió Shannon, se acercó a Cristian y lo arropó hasta el pecho —Tu madre no tarda en venir, mientras tanto me quedaré contigo ¿De acuerdo?

Cristian movió la cabeza en un gesto positivo y se durmió de inmediato.

Cuando Cristian quedó rendido Shannon salió cautelosa al pasillo, se acercó a los asientos de afuera donde alguien le esperaba y se sentó a su lado.

—Cristian ya despertó, me preguntó por ti, bueno, técnicamente.

—Gracias por no decirle —Ana Elizabeth levantó la vista

—No lo entiendo ¿Por qué no quieres que él sepa que tú fuiste quién lo trajo aquí? Yo no sabría nada si no me hubieras contado todo cuando le llamé.

Ana Elizabeth se levantó y ella también —Lo importante es que no fue nada grave y se recuperará pronto. —dijo y tomó su bolsa para marcharse.

—Ana Elizabeth —Shanon la detuvo—, quiero que sepas que Cristian es muy importante para mi pero no hay nada entre nosotros, nuestra relación no es lo que parece.

Ana Elizabeth se giró para quedar frente a ella ¿Por qué le creería? Al parecer él era tan importante para ella como ella para él— No tienes que explicarme nada, nosotros ya no estamos saliendo así que tienes la vía libre, aunque no tanto, las mujeres no lo dejan en paz.

—De verdad Ana Elizabeth, no es lo que crees —intentó convencerle tomándole del brazo. —Eres muy valiosa para él por eso no quiero que haya malentendidos.

Ana Elizabeth hizo un movimiento brusco logrando soltarse del agarre de Shannon —No me veas la cara de estúpida, se que se conocieron en un prostíbulo, se que lo llevaste a tu cuarto personal ¿Vas a negarlo? Solo eres otra de sus prostitutas baratas con las que se acostó, pensé que había cambiado pero no es más que un falso, mujeriego, hipócrita, mentiroso...

Shannon levantó la mano y la abofeteó. Ana Elizabeth se tocó el rostro y miró a Shannon atónita.

—Sé que no lo dices enserio pero no dejaré que hables mal de él. Él me habló de ti. Se que se conocen desde niños. —La rubia soltó un suspiro incómodo —Mira, sí trabajaba en un prostíbulo y llevé a Cristian a mi habitación, es cierto ¿Pero sabes qué pasó? ¡Me predicó! No hubieron besos, ni caricias, ni sexo, él me predicó de una manera tan impactante que dejé el prostibulo y me reconcilié con Dios. Por eso él es tan importante para mí, viví cinco años en ese infierno y solo él supo confrontarme con su testimonio para que yo cambiara. Muchos Cristianos me señalaron y acusaron con palabras vacías pero él removió mis entrañas en unos minutos. Ahora él es como un hermano para mí, bueno, lo es, un hermano en Cristo.

Los ojos de Ana Elizabeth se llenaron de lágrimas. Tomó asiento nuevamente y se cubrió el rostro con ambas manos para estallar en llanto. Shannon se sentó nuevamente junto a ella y la rodeó con un brazo.

Ana Elizabeth se sentía muy avergonzada y arrepentida. ¿En que se había convertido? Probablemente lo que le había dicho a Cristian había provocado su accidente. Lo había herido física y emocionalmente, mientras que él estaba haciendo lo que ella siempre había anhelado para él, ser luz en medio de las tinieblas ella estaba actuando por celos y prejuicios como una cobarde. El veneno que llevaba en el corazón se estaba esparciendo a su alrededor infectando a todos los que amaba.

Ana Elizabeth y Shannon se despidieron amistosamente. La bofetada había sido dura pero tal vez era lo que había estado necesitando para enfrentarse a su realidad. Tal vez su madre tenía razón y debía dejar de ser un secreto. Tal vez necesitaba liberar los secretos del pasado para que el peso fuera más liviano. Si lo hiciera ¿Qué pasaría entre ella y Cristian? O más bien, ¿Que esperaba que pasara? Eso tendría que averiguarlo en la marcha

Tomó un taxi y sacó el teléfono de su bolsa.

—Que sorpresa que me llames

—Hola, necesito verte de inmediato.

Cristian se quitó los audífonos cuando escuchó que alguien tocó la puerta —Pase —contestó.

—Cristian ¿No podías haberte accidentado en un mejor momento? ¿Prácticamente a días del estreno? —expresó Daniel inmediatamente abrió la puerta.

—Uy si Daniel, lo olvidé. Que tal si viajamos en el tiempo y agendo el accidente para dentro de un par de meses más —Contestó sarcástico

—¿Estás bien? Tu madre me dijo que solo fueron algunas fracturas —dijo mientras se acercaba.

—Si, estoy bien, gracias a Dios.

—Bien, entonces hablemos de trabajo

Cristian rió —De acuerdo ¿Cómo van las cosas?

Daniel tomó asiento en la silla del acompañante —Ya que se arruinaron todos mis planes para las promociones, tendremos que trabajarlo desde las redes sociales, transmitirás en vivo una de las canciones que se grabaron en la película, haremos un par de vídeos más y los transmitiremos en you tube motivando a la audiencia antes de publicar formalmente el trailer. También estoy pensando publicar en youtube la película a la misma hora del estreno, creo que eso aumentará el alcance de los espectadores..

—Te ves emocionado

—Bueno, es mi primer proyecto y creo que muchas personas serán bendecidas con esto, no es para menos.

—Me gusta como te entregas en las cosas que haces para Dios.

Daniel levantó una ceja —¿Cristian Martinez me está halagando? Ese golpe si que fue duro.

—La verdad es que siempre te he admirado, tal vez por eso te intimidaba en la escuela. Sentía celos de ti, de tu entrega y valentía.

Daniel explotó de la risa —¿Queeee? ¿Cristian Martinez el dios de la secundaria celoso de mí? Eso tendré que escribirlo en mi diario

—Aveces me pregunto si la vida de Ana Elizabeth hubiera sido diferente si ustedes estuvieran juntos —dijo sonriendo pero su mirada mostraba una profunda tristeza.

Daniel se congeló y lo observó en silencio.

—Te aseguro que daría lo que fuera, Daniel, por devolver el tiempo y desaparecer de su vida para dejar que ustedes tuvieran una historia juntos. —Una lágrima se escapó del rostro de Cristian, con el dorso de su mano buena la limpió de inmediato

—¿Pasó algo que yo no sepa?

—Talvez si tu te acercaras a ella he intentaras nuevamente conquistarla ella acepte darte una oportunidad

Daniel se levantó de repente —Espera, ¿Estás renunciando a Anelis?

—Todo porque ella sea feliz... además ella ya no me ama.

—¿Cómo lo sabes? ¿Ella te lo dijo?

Cristian asintió.

El rubio de anteojos se cruzó de brazos —Y tu le crees

Se encogió de hombros—Es mejor así. Desde que llegué a su vida solo le han pasado desgracias.

—¿Sabes? No entiendo ni pío de lo que me estás diciendo, además como te dije quiero a Ana Elizabeth pero como amiga. Ya estoy interesado en alguien más

Cristian miró a Daniel con interés —¿Quien? —Como Daniel trataba a las mujeres era difícil saberlo.

Daniel sonrió —Metete en tus asuntos Martínez. En cuanto a lo de la peli, si te viene bien, mañana podemos hacer la transmisión desde aquí mismo, creo que será aún más interesante que la transmitas desde aquí, así que pediré el permiso.

—De acuerdo.

—En cuanto a lo de Ana Elizabeth, ella no necesita a nadie más que a Dios para que la confronte, lo que sea que le esté pasando está más allá de una intervención humana. Tal vez lo que menos necesite en este momento es una relación de pareja, lo que realmente necesita es apoyo, que oremos por ella y la aconsejemos. Así que... no pienses idioteces y descansa ¿Ok?

Cristian esbozó una sonrisa triste. Mientras Daniel salía la madre de Cristian iba llegando con una silla de ruedas, se saludaron y Daniel se marchó, la madre de Cristian entró.

—Hijo, vine a buscarte, tu padre ya despertó.

A Cristian se le erizó la piel. Su madre le había informado que él estaba internado en el mismo hospital donde estaba su padre. ¿Coincidencia o Diosidencia?

—Ok, vamos.

La señora Martínez ayudó a Cristian a bajarse de la cama y sentarse en la silla. Ella lo condujo por los pasillos y se trasladaron por el ascensor hasta el piso donde la habitación del señor Cristofer estaba ubicada. La madre de Cristian abrió la puerta después de tocar y empujó a Cristian cerca de la cama del hospital.

El señor Cristofer levantó la cabeza de la almohada y abrió grandes los ojos cuando lo vió, se quitó la mascarilla de oxígeno.

—¿Cristian...? —dijo con voz temblorosa y débil

— Hola Papá



Feliz año nuevo mis queridos wattpaders !! Bueno, faltan algunas horas pero aún así les deseo un feliz año, que todas sus metas y sueños se hagan realidad, no miren al pasado, no piensen en lo que no lograron, vean que aun tienen la oportunidad de mejorar y seguir avanzando. Les espera una gran aventura,  y esa aventura que se llama vida es mejor si la vivimos con Dios de nuestro lado. Sin temor. El que teme pierde y nosotros somos mas que vencedores.

Ya faltan menos de cinco capítulos para que esta historia termine, ay,  ya me estoy poniendo nostálgica. Espero que el resultado sea el esperado y produzca en ustedes una huella, si les digo la verdad, mientras escribía, en mí lo hizo, y espero así sea para ustedes también,

Bueno, no me voy a despedir, aún no es el final de esta historia pero si de este año y lo despedimos dándole gracias a Dios por todo lo recibido y porque a lo que le llamamos derrotas se convirtieron en experiencias para transformarnos en la mejor versión de nosotros.

Espero este fin de año lo celebren con sus seres queridos y no olviden darle gracias a Dios.

Les envío un gran abrazo de fin de año.  Los quiero.

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