IV

"...Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. Levítico 26:19"



Cristian tomó la decisión de ir a la habitación de Daniel y disculparse por lo que había pasado. Los ánimos y la atmósfera estaban muy incómodos desde el día anterior debido a ellos. Él sabía que Daniel nunca quiso que la mochila cayera al abismo y era imposible que supiera del anillo. Tenía que reconocer que en ese momento había revuelto sus sentimientos de lo acontecido, con el malentendido y los celos. Como seguidor de Jesús debía tragarse su orgullo y hacer lo correcto. Iría antes del almuerzo para aclarar las cosas y disculparse y así recuperar la armonía en el lugar.

Luego de dos toques en la puerta de la habitación de Daniel, éste le abrió.

—Imagino que estás aquí para terminar lo que empezaste 

Cristian admiraba eso de Daniel. A pesar de su débil complexión física nunca le demostró miedo ni siquiera cuando lo intimidaba en la escuela. En realidad Cristian admiraba muchas cosas de él al punto de la envidia.

—No. Te debo una disculpa. Siendo honesto mi intención no era hacerte caer, pero eso no es excusa. Me desquité contigo por...diferentes cosas que tengo en la mente. Así que, lo lamento. Eres parte de nosotros tanto como yo, jamás debí decir que no debiste haber venido — expresó sincero.

—¿Ya te disculpaste con Anelís (Ana Elizabeth)? —cuestionó Daniel metiendo los dedos en sus bolsillos traseros, aún frente a Cristian. —Me parece que con ella es con quien debes excusarte, aunque sin importar lo que haga Cristian Martinez, ella siempre lo perdonará.

Su tono se escuchó sarcástico.

Cristian respiró profundo. —Si, ya me disculpé con Eli. Sé que lo que hice fue una idiotez —Y lo que pase entre nosotros no te concierne en lo absoluto. Dijo dentro de sí— Así que... ¿estamos bien? —preguntó levantando la mano abierta.

Daniel sacó una mano de sus bolsillos y le estrechó la mano con una pequeña sonrisa en el rostro. La expresión de Daniel ya se había suavizado. En eso se escucharon unos toques en la puerta de la habitación.

—Bueno, me alegra que todo se haya aclarado, entonces bajaré a almorzar —dijo Cristian aprovechando el momento para acercarse a la puerta. Al abrir Ana Elizabeth estaba afuera, sorprendida de ver a Cristian en la habitación de Daniel.

Ahora ella es quién viene a su habitación...

Cristian se acercó a la frente de Ana Elizabeth y la rozó con los labios. —Buen día.

—Bu..buen día... ¿Qué haces saliendo de la habitación de Daniel? —preguntó observando el interior por encima del hombro de Cristian tal vez comprobando que él hubiera dejado a su amigo ileso.

—Solo charlar —Dijo Daniel con la nariz arrugada acercándose al marco de la puerta, cuando Cristian salió completamente de la habitación.

—Nos vemos abajo preciosa —dijo Cristian dándole una sonrisa a Ana Elizabeth llegando a la salida del pasillo. Su sonrisa desapareció en cuanto se dio la vuelta.

No pienses en eso Cristian. No lo pienses...

Cristian fue el primero en llegar a la mesa para almorzar. Mientras se servía la ensalada con los cubiertos de madera, seguía repitiendo en su mente un versículo que le había ayudado en otras ocasiones. Gracias a su líder juvenil por ese consejo: Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará mi corazón y mis pensamientos en Cristo Jesús. A veces se preguntaba si todos los Critianos tenían batallas mentales tan fuertes como la suya. A Ana Elizabeth, a Daniel e incluso Gregorio quien se reconcilió después que él no parecía hacérsele tan difícil. Sentía que era el único luchando contra las tinieblas que no querían alejarse de él. Los celos, el deseo pasional, la envidia...

— ¡Cristian! —la voz de Gregorio lo regresó en sí.

—¿Desde cuándo estás ahí? —dijo Cristian introduciendo un pedazo de lechuga aderezada en su boca.

Gregorio rechistó y extendió su cuerpo hasta el tazón de papas asadas junto a Cristian. —¿Aún no te has reconciliado con Ana Elizabeth que estas tan ido?

—Si lo hice. Incluso me disculpé con Daniel —confesó Cristian.

—¿De verdad? Wao... estoy tan orgulloso —pasó un dedo por debajo de su ojo derecho con jocosidad.

—Pero ¿sabes? A veces me pregunto por qué hacer lo correcto es tan difícil para mí. De momento siento que estoy arrancándome la piel cuando tengo que doblegar mi orgullo — Cristian se sirvió un poco de arroz en el plato.

Gregorio tomó su vaso y la jarra en medio de la mesa para servirse del jugo frutal, luego inclinó la cabeza y después de dar gracias tomó una servilleta de tela y contestó —Todos tenemos luchas Cris. Unos más fuertes que otras pero como siempre dice Ana Elizabeth ̈Dios no nos da cargas que no podamos llevar¨ ¿Crees que para mi fue fácil llegar puro al matrimonio?

—Espera... ¿No habías tenido... sexo con Patricia? Pensé que...

—¡Claro que sí! ¡No seas tonto! Recuerda que Patricia y yo decidimos aceptar a Cristo hace menos de un año y nuestra relación inició en la secundaria. —Contestó Gregorio.

—Entonces ¿A qué te refieres con llegar puro al matrimonio si ninguno de los dos eran vírgenes?

—La pureza no se trata de ser virgen Cris. No todos tenemos el privilegio de como Eli o Daniel servir a Dios desde niños. Algunos como tú o yo nos apartamos, o como Patricia conocen a Dios después de ya haber experimentado, e incluso algunos siendo hijos tienen un desliz. La pureza se trata de comprometerte con Jesús junto a tu pareja y de reservar ese privilegio para después de decir los votos. Es un sacrificio de amor hacia Jesús en obediencia a lo que Él cree que es mejor para nosotros.

Cristian escuchaba a Gregorio con detenimiento. Gregorio siempre fue un chico correcto que sabía dar su opinión basándose en una moral fundamental correctamente enseñada en una buena familia. Antes le parecía un comportamiento ridículo y anticuado, pero después de su reconciliación con Jesús cuando más necesitaba de los consejos de su amigo, la beca de Gregorio los alejó miles de kilómetros de él.

—Entonces ¿eso significa que tuviste luchas con tu decisión de comprometerte con Dios? —Gregorio escuchó la pregunta de Cristian mientras masticaba un pedazo de carne que se había metido a la boca.

—¡Por supuesto! —respondió con la boca llena y luego tragó —, Diría que es aún más duro cuando ya tienes experiencias con tu pareja. Oh men... Fue como caminar sobre brasas encendidas. Cada vez que Patricia y yo quedábamos un ¨finde¨ despues de días sin vernos por las clases de universidad era una tortura, nosotros dos, anhelandonos el uno al otro, lejos de casa, con free pass a tener intimidad en el dormitorio sin que nadie se interponga, era toda una prueba. Pero gracias a Dios fuimos responsables, trazamos límites, lo conseguimos y aquí estamos, regocijándonos en el néctar bendito de consumar con la aprobación de Dios. Disfrutar la intimidad sin sentirte culpable o reprendido es mas placentero que el sexo.

Las palabras de Gregorio le fueron de mucha inspiración. De alguna forma, no se sentía solo en la batalla. Sí sabía que Dios siempre le acompañaba en sus luchas pero contar con compañeros aliados luchando en un mismo regimiento con fines similares, le daba cierta motivación y fuerza.

—Wao, Greg. Como has madurado —expresó Cristian en son de broma pero con verdadera sinceridad.

—Que va... Siempre fui más maduro que tú —se burló Gregorio. Ambos se rieron.

Patricia, Ana Elizabeth y Daniel bajaron juntos las escaleras conversando entre ellos en voz baja mientras se acercaban. Patricia tomó asiento al lado de Gregorio, y Daniel se sentó junto a Patricia. Ana Elizabeth se sentó al lado de Cristian

—Ya que estamos todos aquí, como ex encargada del club de los rescatados quiero proponer algo —dijo Ana Elizabeth de repente.

Con el entrecejo fruncido Cristian miró a Ana Eliabeth, aunque cada dos veces al año el grupo visitaba la secundaria para dar apoyo al proyecto que Ana Elizabeth había iniciado, jamás imaginó que ella lo mencionaría como algo de lo que conversar como si aún fueran parte de sus vidas.

—Como saben, aunque ya no somos estudiantes de secundaria seguimos dando apoyo a nuestro querido club para ser de ayuda a los estudiantes que mantienen vivo el proyecto. Recientemente el rector se puso en comunicación conmigo. Sigue agradeciéndonos todo el esfuerzo que pusimos en un proyecto que aún ahora es de utilidad para la escuela, me comentó que las actividades que aún se implementan sigue afectando de manera muy positiva a los que nos precedieron, pero más que nada... la transformación de uno de los rescatados —al enfatizar ese punto Ana Elizabeth dirigió la mirada hacia Cristian.

Cristian entre abrió los labios sorprendido — ¿Te refieres a mí?

—Eres una leyenda Cristian —dijo Daniel tomando la palabra —, en estos años que he estado dando seguimiento al proyecto más de cerca que ustedes he podido ver como tu historia ha cambiado la vida y ha hecho reflexionar a muchos de los chicos de esa secundaria e incluso de otras del alrededor que han conocido tu historia. Siguen hablando de tu cambio como un milagro, nuestra generación se la pasó a la siguiente como un legado inspirador.

Cristian no lo podía creer. Él como ejemplo para su generación. Hasta sonaba como un chiste para él.

—Cristian, antes que todo, creo que deberías considerar que si estás dispuesto a compartir tu historia eso puede cambiar la vida de muchas personas que han perdido la esperanza como tú lo habías hecho —añadió Patricia desde su asiento.

—No entiendo la verdad ¿A que quieren llegar? —Cristian les interrogó colocando en el plato vacío frente a él los cubiertos que había usado.

—Sabes que Daniel está estudiando cinematografía ¿cierto? —señala Gregorio —y hay un festival de cine en unos meses. Daniel está concursando. Todos creemos que es una buena idea llevar tu historia a la pantalla grande. Aunque claro, no la proyectarán en todos los cines pero podríamos llevarla a las escuelas, twittearla, subirla a youtube, quién sabe lo que podría pasar y a cuantos adolescentes podría impactar.

—Tengo el equipo necesario y el personal, todos estudiantes de cinematografía. Y queremos que seas quien protagonice tu propia película —informó Daniel colocando unos papeles sobre la mesa. —Tengo el guión, el presupuesto y todo lo necesario para iniciar de inmediato, solo necesitamos que lo apruebes.

—¿Qué? —Cristian jamás vio venir nada parecido a eso.

Ana Elizabeth le tomó la mano sobre la mesa —De esto era que quería hablarte y lo cual te hemos estado ocultado. Cuando Daniel salió esa mañana de mi cuarto, Gregorio y Patricia también estaban allí. Nos hemos estado reuniendo al respecto para tratar el tema. Estábamos trabajando el guión para entregarte todo preparado antes de proponerlo, queríamos aprovechar la oportunidad de que todos los involucrados estuviéramos juntos para discutir el asunto y como Patricia y Gregorio estuvieron de acuerdo lo hicimos aquí —Ana Elizabeth extendió su mano y tomó los papeles frente a Daniel —Creo que seria una muy buena oportunidad para mostrar a Cristo y su poder transformador en tu vida. Y qué mejor persona que tú para protagonizar tu propia historia —dijo quitando el plato frente a él y en cambio colocando el guión.

Cristian apoyó los codos de la mesa entrelazando los dedos y susurró —Revivir mis heridas... mostrarle a todo el mundo mis demonios pasados —Cristian volteó hacia Ana Elizabeth ya con un tono un poco más alto —¿Si quiera consideraste mis sentimientos al pensar en esto? —luego dirigió la mirada hacia los demás —Todos ustedes, quieren exponer ante todos lo que quiero ocultar más que nada en el mundo. Todo lo que hice...

—No lo veas así, Cris... —Patricia intentó calmarlo.

Cristian se levantó de repente. —¡Una chica murió por mi culpa! ¿Lo han olvidado? —la mano de Cristian se deslizó por toda su cabeza con frustración.

—Amor, cálmate y hablemos —Ana Elizabeth intentó tomar su mano pero él con un movimiento rápido se lo impidió.

— No quiero seguir hablando de esto —dijo y salió de la villa.

El bosque estaba un poco más oscuro de lo normal aunque era de tarde, posiblemente por la nubosidad que ocultaba al sol.

Cristian no podía creer que esa fuera la razón del misterio. Concluyó que a Daniel le encantaría recalcar que él nunca sería la persona indicada para Eli.

Para testimonio dicen ... ¡Jah!

La gente no vería el esfuerzo incansable que había estado haciendo para cambiar y ser diferente, lo juzgarían y señalarían por todos los errores cometidos. A veces parecía como si Ana Elizabeth solo pensara en dar a conocer a Cristo sin importarle nada más. Y ella. Ella también era parte de su historia. ¿Estaría dispuesta a exponer el hecho de que el padre de su novio había intentado hacer algo horrible con ella? ¿Eso también estaba en el guión?

Cristian no quería ni imaginarse decirle a todos lo que su propio padre había intentado hacer contra la chica más considerada, hermosa y amada por él y por todos. ¿Y Greg? ¿Lo aceptaría como cuñado después de saberlo?

Una gota de lluvia cayó en su mejilla. Cristian abrió la mano y miró al cielo, sintiendo dos gotas más en su palma. Lo mejor era regresar. Al voltearse y mirar hacia atrás se sorprendió de cuánto había caminado. Esperaba poder recordar el camino a la villa.

Cuando regresó empapado a la villa todos estaban en el living del primer piso esperándolo. Ana Elizabeth se levantó de inmediato del sillón hacia él.

—¿Dónde estabas? Estuviste afuera por horas.

—Solo fui a caminar —contestó sin contacto visual.

—Cristian...

—Estoy cansado. Voy a bañarme y acostarme. ¿De acuerdo? —interrumpió a Ana Elizabeth antes de que tuviera la oportunidad de sacar el tema.

Ana Elizabeth asintió y lo vio irse hacia las escaleras.





Nota de yai (Autora)

Hola, Hola. Hermosuras

Otro capitulo corto pero intenso. ¿No lo creen?

Ahora se volteó la torta y el enojado es Cristian. ¿A donde irá a parar esta situación?

Cuentenme que les parece la idea de Daniel  y Ana Elizabeth acerca de la película. ¿Ustedes pagarían por ver la historia de Cris en pantalla grande? ¡Yo si! Jajaja obvio que si.

Como el capitulo es corto y ahora es que esta historia esta empezando, no seré muy exigente. Si al menos diez personas comentan ¡EXTRA! publicaré un extra el miércoles sin dejar de publicar en el día acostumbrado (Sábado) Ustedes deciden. Idea: Compartanle a sus amigos wattpaders para que le ayuden en el reto.

Gracias por sus cariñosas estrellitas. Sus vistas y sus comentarios. Ustedes son lo máximo!!

Nos leemos. Besos.

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