Capítulo 16: Dudas
Narra Dominik
Llegué a casa y extrañamente mis padres estaban allí. Casi nunca los veo, y la verdad es que no es como si me importase. Suspiré lentamente y fui dando pequeños pasos para así no llamar la atención, no quería hablar con ellos, no quería verles la cara. No ahora.
__ Dominik.- era una voz gruesa, mi padre. Demonios...- ¿No piensas saludarnos?.- me detuve y gire sobre mis talones para verles.- ¿Dónde han quedado tus modales?.- preguntó cruzándose de brazos.
__ Justo donde quedó tu humanidad.- respondí con voz neutral. El gruñó.
__ No empiecen.- mi madre estaba concentrada en su teléfono.- Siempre es lo mismo.- añadió sin mucho interés.
__ Como sea.- rodé lo ojos y me giré dispuesto a salir de allí. Pero si algo sabía era que mi padre no se iba a quedar quieto, estoy seguro de que buscará otra cosa para molestarme.
__ Me han dicho que tienes novia, Dominik.- y aquí vamos otra vez.- Y es la hija de los Collins.- estaba dándole la espalda pero estaba seguro de que en su rostro no había una expresión muy bonita.- ¿Podrías explicar eso?.- suspiré y me giré nuevamente.
__ ¿Importa?.- arqueé una ceja y el apretó sus dientes.- Si, Camelia Collins, es mi novia.- me crucé de brazos.- ¿Feliz?.- mi madre se levantó y se colocó al lado del hombre que me engendró.
__ No, no lo estoy.- respondió.- Tu sabes perfectamente los problemas que tenemos con esa familia. Ellos son nuestros enemigos.- finalizó.
__ Ah si, casi lo olvido.- reí con ironía.- Casi olvido que mataste al hijo de mi tío para así poder quitar del camino al heredero de la fortuna del abuelo. Vaya, como olvidar tal acto de inhumanidad.- su rostro ahora era enojado, se acercó y trató de darme un puñetazo, lo atrapé con mi mano derecha.- Ya no soy el niño al cual golpeabas cuando hacía algo mal.- dije con la mirada seria y llena de odio.- Ya no mas.- le solté el puño y el retrocedió unos cuantos pasos por la sorpresa.
__ ¿Así es como me agradeces todo lo que he hecho por ti?.- preguntó.- Todo lo que hice fue por tu bien, Dominik.- añadió.
__ ¿Por mi bien?.- no podía creer lo que este hombre decía.- ¿Estas seguro de que lo hiciste por mi bien?.- reí.- Maldición, no lo hiciste por mi. Lo hiciste por ti, por tu codicia, por tu afán de ser el mas poderoso y por ser mejor que el tío Josep.- levantó su mano y me dio un cachetada, no intenté detenerlo esta vez.
__ Cállate.- mi mejilla izquierda ardía pero poco me importaba.- ¡Si! ¡Lo hice para ser mejor que ese imbécil!.- su verdadera naturaleza ahora salía a la luz.- Pero te diré algo Dominik Santorski.- río.- No me arrepiento de nada ¿Me has escuchado?.- una sonrisa adornaba su rostro.- No me arrepiento de nada.-. Volvió a decir.
__ Eres un monstruo.- murmuré y el río a carcajadas.- No eres humano, eres un monstruo.- añadí.- Jamás sería como tu.- finalicé.- ¿Cómo es posible que alguien sea capaz de matar a su propio sobrino?.- sonrió.- ¿Como duermes en las noches? ¿Acaso no tienes consciencia?.- no entendía como alguien podía vivir con tantas cosas malas sobre sus hombros, sinceramente no lo entendía.
__ ¿Y que te hace creer que tu no lo eres?.- mis ojos se abrieron.- Eres mi hijo, Dominik. Mi sangre corre por tus venas.- me señaló con el dedo indice.- Tu no eres tan diferente a mi.- finalizó.- Si yo soy un monstruo, tu también lo serás.- añadió y apreté mis puños.
El tenía razón, odiaba admitirlo pero era verdad. Le digo monstruo siendo consciente de que yo también lo soy. No soy tan diferente a el y soy consciente de ello. A veces dudo de mi, de ser diferente a el pues muy el fondo se que yo soy tan mierda como ese hombre que se hace llamar mi padre.
Narra Elliott
Abrí mis ojos con lentitud y el techo era de color blanco ¿Donde estoy? Me levante para inspeccionar el lugar y todo, absolutamente todo, era de color blanco. No habían puertas, no habían ventanas, no había nada. ¿Donde carajos estoy? Sólo habían cuatro paredes, todas del mismo color. Era como si estuviera en un cubo, como si estuviera dentro de una prisión.
__ ¿Dónde se supone que estoy?.- pregunté aunque era obvio que no obtendría respuestas. Me senté como indio y traté de recordar lo que había pasado.- Bien, aquí vamos.- cerré mis ojos y me dispuse a recordar todo.
__ Intentaste suicidarte, eso sucedió.- dijo una voz a lo lejos, abrí mis ojos y no había nadie ¿Quién era? ¿Dios?.- No soy dios si es lo que crees.- se escuchó una risita, la cual no era burlona, al contrario era mas bien amable y agradable.
__ ¿Entonces quién eres? ¿Dónde estoy?.- pregunté mirando hacia todas las direcciones para así ver si lograba dar con el dueño de la voz; pero nada, no había nadie.
__ No sé como llamarle a este lugar.- una sombra se iba acercando.- He pasado mucho tiempo aquí. Esto ya es casi mi hogar.- añadió y por fin pude verle con claridad.- Bienvenido.- su sonrisa era hermosa. Era un chico alto de cabellos dorados, su rostro era pálido y liso como el de una muñeca de porcelana, sus ojos eran más o menos grandes y eran verdes, eran en verdad hermosos.
__ ¿Quién eres?.- volví a preguntar, el sonrió y se sentó frente a mi, ladeo un poco su cabeza.- ¿Qué pasa?.- su sonrisa era extraña, parecía muy feliz.
__ Nada, es que estoy feliz.- le miré confundido, no entiendo nada.- Es la primera vez que veo a una persona desde hace años...-susurró.
__ Vale...- no le entendía pero al parecer esta persona sería la única con la que tendría contacto.- ¿Y cómo es que terminé aquí?.- pregunté.
__ Estas en coma, Elliott.- mis ojos casi se salen de lo sorprendido que estaba.- Intentaste suicidarte, sin embargo no moriste.- suspiró.- Te encontraron a tiempo. Pero has perdido mucha sangre y ahora estas en un profundo sueño.- finalizó.
__ Joder, ese no era el plan.- murmuré.- ¿Y como puedo salir de aquí?.- no me gusta este lugar, es tan vacío... No quiero estar aquí.
__ Luchando, sólo así lograrás salir de aquí.- se levantó.- Pelea, no te rindas. Si lo haces terminarás como yo.- añadió y se dio la vuelta dispuesto a irse.
__ No te vayas, no quiero estar solo.- susurré y el se detuvo, se giró un poco para así mirarme a los ojos.
__ Debo irme.- suspiró.- Sólo recuerda lo que dije. No te rindas, no dejes de luchar... Las esperanzas son lo último que se pierde.- sonrió y esta vez sí se iría.
__ Al menos dime tu nombre.- me levanté para luego acercarme hasta el.- Tu nombre, solo pido eso.- al parecer se lo estaba pensando.- Por favor.- el no dijo nada y comenzó a caminar.
__ Novak, ese es mi nombre.- dijo para luego desaparecer por completo.
Volví a sentarme como indio y traté de meditar. En verdad estoy jodido, he oído que la mayoría de las personas que están en estado de coma al final mueren, bien sea de forma natural o por desconectarles de la maquina que les permite respirar. No debo rendirme, si lo hago me quedaré aquí por siempre.
__ James... Por favor sácame de aquí...- susurré para luego recostarme en el suelo.- Por favor...- eso era mas bien una suplica. Mis parpados se sentían pesados así que los cerré, me relaje por completo y me dormí.
Narra James
Entre la habitación y allí, recostado sobre una camilla, estaba Elliott; fui hasta la silla que estaba frente a la camilla y me senté, tomé su mano izquierda entre las mías. Su piel estaba fría, como si estuviera muerto, sentí nauseas cuando eso pasó por mi cabeza. Miré su muñeca, estaba cubierta por un gran vendaje, los vendajes estaban cubriendo las heridas que el mismo se hizo con la cuchilla.
__ ¿Por qué Elliott? ¿Por qué lo hiciste?.- pregunté bajito, era como un susurro que apenas si era perceptible.- Eres un idiota.- dije para luego besar su mano.- Aunque más idiota soy yo por no haberte protegido.- añadí, y tenía ganas de golpearme a mi mismo.- Han dicho que estas 24 horas serán cruciales, estas serán determinantes para tu futuro.- tragué grueso.- Existe la posibilidad de que mueras, existe la posibilidad de que despiertes y por ultimo, está la posibilidad de que quedes en coma.- finalicé. No sabía porque decía esto, era obvio que el no me escuchaba pero sentía la necesidad de hablarle.
__ El tiempo se ha acabado, señor Hilton.- dijo una enfermera. Asentí y ella se fue.
__ Ya debo irme, Elliott.- besé su mano.- Pero volveré, lo prometo.- acerqué mi mano hasta su mejilla izquierda, la acaricie con mi pulgar y su piel seguía igual de tersa a pesar de todo.- Tienes que pelear pequeño, sólo tu decides si te vas o si te quedas.- suspiré.- No te rindas, tu eres capaz de salir de esta.- añadí. Tenía la esperanza de que abriera sus ojos, quería volver a ver sus hermosos ojos, esos que me hacía perder la razón.- Nunca te lo dije...- suspiré.- Pero amo tus ojos, son tan hermosos.- sonreí.- Así que por favor déjame verlos de nuevo, despierta... Déjame ver otra vez esos ojos de los que me enamoré.- finalicé.
__ Señor Hilton, por favor salga el tiempo ha acabado.- era la enfermera otra vez.- Podrá verle mañana, no se preocupe.- dijo en tono suave.- Le espero afuera, y esta vez por favor salga.- murmuró para luego irse.
__ Ya me voy, pequeño.- me acerqué hasta el y le di un beso en la frente.- Recuerda, sólo tu puedes decidir si seguir o abandonar.- miré su rostro por última vez.- Si decides abandonar, morirás y yo también lo haré.- no era broma, si el muere yo también lo haré.- Pero si decides seguir, vivirás y yo, James Hilton, seré la persona mas feliz del mundo.- reí.- ¿Sabes por qué?.- que ironía, le hago una pregunta a una persona que está en coma.- Porque juro vivir lo que me queda de vida junto a ti, sin importar nada estaré a tu lado, protegiéndote.- me alejé un poco.- Y amándote, como lo he hecho todos estos años.- finalicé para luego sonreír con nostalgia y salir de allí.
__ James...- esa voz, me giré y mis ojos se abrieron un poco.- ¿Qué haces aquí?.- preguntó un tanto confundida.
__ ¿Camelia? ¿Qué haces tú aquí?.- le miré confundido ¿Qué carajos hace ella aquí?.- Creí que estarías con Dominik.- murmuré y ella agachó la cabeza.
__ No, no estoy con el.- murmuró bajito.- Y creo que no lo estaré en un buen tiempo.- susurró, a penas si pude escuchar.- ¿Y tú qué haces aquí?.- volvió a preguntar.
__ Un amigo intentó suicidarse y ahora esta en estado crítico.- suspiré con pesadez.- Existe la posibilidad de que quede en estado de coma.- finalicé.
__ Vaya. Lo lamento, James.- se acercó y me abrazó, no correspondí inmediatamente ya que estaba sorprendido.- Justo ahora estamos igual.- susurró y no le entendí en lo absoluto.- Tengo a alguien importante en estado de coma, por eso estoy aquí.- respondió a mi pregunta anterior; entonces correspondí el abrazo, la verdad es que lo necesitaba. Luego de unos minutos nos alejamos uno del otro para volver a la distancia anterior.
__ No sabía que tenías a un familiar aquí y mucho menos en estado de coma.- mentí.- ¿Y por que dices que no estarás con Dominik durante un buen tiempo? ¿Ha pasado algo entre ustedes?.- arqueé una ceja.
__ Es un tema largo y complicado.- contestó.
__ Tenemos toda la noche.- sonreí.- Yo invito la primera ronda de café.- le guiñe el ojo y ella sonrió.- Vamos.- asintió y me siguió hasta la cafetería donde pedimos dos cafés bien cargados, necesitábamos mantenernos despiertos y para ello no hay nada como una buena taza de café negro.- Entonces...- ella me miró.- ¿Lista para hablar?.- ella suspiró y asintió levemente con su cabeza.
__ Primero que nada.- miró su café.- Hoy ha sido un día de mierda, al menos el final.- asentí.- Hoy mis padres por fin hablaron con honestidad y me han explicado la razón por la que se oponen a la relación que tengo con Dominik.- dijo con sus ojos fijos en la taza.
__ Y todo es porque el padre de Dominik intentó matar a Novak.- le interrumpí, ella se sorprendió.- Mi padre me ha hablado de la familia Santorski, de los Collins, y del gran problema que existe entre ambos.- añadí.
__ Estoy sorprendida.- admitió.- Al parecer sabes más que yo pues, por lo que se ve tu sabías la verdad y yo no.- dijo negando con su cabeza.- ¿Cómo es que siempre termino enterándome última?.- le dio un sorbo a su café.- Putos sean todos.- murmuró.
__ Hey no malentiendas las cosas.- levanté mis manos.- Mi padre me ha contado todo eso ya que yo iba a ser tu prometido y por ende tenía que saber todo acerca de ti, de tu familia y obviamente de sus problemas.- añadí.- Incluso de los problemas financieros.- finalicé.
__ ¿Qué?.- Ups, creo que he metido la pata.- ¿Problemas financieros?.- Si, he metido la pata y hasta el fondo.- James Hilton, es mejor que comiences a hablar o juro que te dejo sin hijos.- amenazó.
__ Demonios...- me pase las manos por la cara.- Bueno, es mejor que lo sepas de una vez.- suspiré.- Tu familia esta en quiebra, ya no tienen dinero.- ella se tapó la boca con su mano derecha.
__ ¿Por qué no lo sabía?.- no se si me lo ha preguntado a mi o si se lo esta preguntando a si misma.- ¡Demonios!.- gruñó.- ¿Cuando pensaban decírmelo?.- me miró a los ojos.
__ Todo quedaría en secreto y para la alta sociedad sería un matrimonio de negocios, lo típico.- suspiré.- Y en verdad era un negocio, cambiar a su hija por dinero...- susurré.
__ Entonces eso es lo que soy.- unas lágrimas de aproximaban en salir.- Un objeto de negocios, algo que pueden cambiar por dinero.- ahora estaba llorando.
__ Pero no lo hicieron.- me apresuré a explicar la situación.- La familia Thomsonp estaba dando mucho dinero por ti. Pero el trato era que te vendieran por completo, es decir, serías de su propiedad, y ellos podían hacer lo que quisieran contigo.- sentí nauseas al recordar los rostros de esos imbéciles.- Tu familia rechazó la oferta.- sus ojos mostraban confusión.- Mi padre, siendo amigo del tuyo le propuso algo.- suspiré.- Debido a que su hijastro era alguien de mal carácter, era obvio que nunca conseguiría una novia, y mucho menos una esposa. Su señora, la madre de Jackson, propuso el comprometerte con su hijo.- ella arrugó su nariz, era obvio que no estaba de acuerdo con ello.- Tus padres vacilaron un poco pues tu madre sabía lo que había pasado entre ustedes. Pero tu padre no vio problema en ello...- me interrumpió.
__ El aun no sabe nada de eso.- rió.- No sabe que a su hija la hacían pasar un infierno.- susurró.
__ Lo suponía.- suspiré.- Bien, el caso es que no podía permitir que te comprometieran con ese imbécil.- rodé lo ojos.- Así que le pedí a mi padre un favor, el cual era que yo pudiera tomar el lugar de Jackson... Al principio el no estaba de acuerdo pero luego aceptó.- le di un sorbo a mi café.- Pero bueno, ya ves donde estamos.- hice una mueca.- Esta situación parece un show de televisión.- finalicé.
__ Mi padre ha decidido acabar con esta locura.- le miré raro.- A cambio de algo.- murmuró.
__ Dejar a Dominik, claro está.- ella asintió.- ¿Y lo harás? ¿Dejarás a Dominik?.- no hubo respuesta.- No pienso entrometerme pero creo que debes pensarlo bien, Camelia.- le miré fijamente.- No hagas algo de lo que luego te arrepentirás.- añadí.
__ Lo sé, James.- se revolvió el cabello.- Pero no es tan fácil como parece.- arqueé una ceja ¿En que momento dije que era fácil?.- Y justo ahora estoy en un mar de dudas. ¿Qué me asegura que Dominik no es similar a su padre?.- me levanté abruptamente, ahora si que estaba cabreado.
__ Escucha con atención, Camelia.- gruñí.- Porque no lo pienso repetir.- me acerqué a ella y mi rostro quedó muy cerca del suyo.- Tú más que nadie deberías saber que Dominik, a pesar de su carácter y bipolaridad, es una buena persona y jamás sería como su padre.- me alejé de ella.
__ Lo lamento, no quería que te molestaras.- murmuró.- Yo tampoco creo que Dominik sea malo, es solo que...- suspiró.- Una vez que empiezo con mis dudas no hay quien me pare.- murmuró.
__ Te entiendo.- volví a sentarme.- Me he pasado de la linea, lo lamento.- ella negó con su cabeza.- Pero si me pides un consejo...- señalé la puerta.- Ve por el, aclara tus dudas y una vez que tengas las respuestas decide tu siguiente paso. Tu eliges si quedarte con las dudas o si aclarar todo de una jodida vez.- finalicé.- Y confía en ti por el amor de dios.- ella rió.- Confía en ti, confía, en tus decisiones, y estarás bien.- añadí para luego guiñarle un ojo.
¿Desde cuando me había vuelto un jodido psicólogo?
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