Capítulo 15: En el hospital

      Narra James 

     Rosas rojas, sus preferidas. Las únicas que le han gustado toda la vida, lastima que ya su tiempo se está acabando. Iba con pasos lentos por el pasillo del hospital, todo en aquel lugar era blanco, lo normal. Estos lugares no me gustan, los detesto. Odio los hospitales pues he perdido a personas importantes aquí, empezando por mi madre. Llegué a las escaleras y suspiré, debía subir 7 pisos, podría tomar el ascensor pero en lo personal no me dan buena espina. 

     Mientras iba subiendo toda mi vida pasaba frente a mis ojos, desde cuando mi vida era felicidad, luego la separación de mis padres, la enfermedad de mi madre, su muerte, luego mi vida en las drogas, le sigue la muerte de mi abuela que en realidad fue un asesinato y ahora esto. Sin darme cuenta estaba frente a la puerta de su habitación, suspiré y giré la perilla.  

 __ James...-susurró con tono cansado.- Te estaba... te estaba esperando.- sus sonrisa era débil, sus ojos se veían cansados, su cabello blanco le caía a los hombros y toda su piel estaba arrugada, una clara imagen de la vejez.

 __ Hola, abuela.- le saludé con una sonrisa forzada- No quería sonreír púes las ultimas noticias sobre su salud no habían sido buenas.- ¿Cómo te sientes?.- pregunté, aunque sé lo que responderá. 

 __ Estoy bien.- sonrió. Es una mentira, ella no lo está.- Veo.. veo que trajiste rosas.- extendió sus brazos y me acerqué hasta depositar el ramo de rosas en sus brazos.- Son hermosas.- susurró. 

 __ Son tus favoritas.- dije para luego sentarme a su lado.- Abuela.- me miró.- He ido a vivir con papá, ya me he instalado por completo.- asintió con su cabeza.- Y el ha dicho que podemos trasladarte a un lugar mejor, a la mejor clínica de la ciudad.- arrugó su nariz, no estaba de acuerdo con ello.- ¿Que opinas?.- pregunté, aunque en fondo sabía que a ella le desagradaba la idea.

 __ No es necesario, James.- cerró sus ojos.- Después de todo, no soy tu familiar.- hizo una pausa.- Nunca lo he sido.- finalizó.

 __ No tenemos un lazo sanguíneo pero eso no significa que no te considere mi abuela.- tomé su mano la cual estaba fría.- Fuiste la eterna amiga de mi abuela Helena, me he criado a tu lado; todas esas veces que mi madre y mi abuela salían a trabajar.- tragué saliva púes recuerdos como estos son los que evito a toda costa.- Tú, su amiga y vecina, le ayudabas conmigo, cuidándome, dándome de comer y aunque tu eras igual de pobre que nosotros siempre compartiste lo que tuviste, nunca fuiste egoísta.- no me había dado cuenta de que una lágrima se deslizaba por mi mejilla derecha.- Para mi eres como una abuela, y no pienso abandonarte, nunca lo haría.- finalicé mientras limpiaba mi mejilla, no era bueno llorar frente a ella.

 __ James.- susurró con una mirada nostálgica.- Después de que mis hijos me quitaran todo el dinero que poseía... Quedé sola, y sin nada.- hizo una pausa.- Recuerdo que Helena me recibió con los brazos abiertos, siempre estuvo para mi.- rió.- Era tan buena, no merecía morir así.- una lágrima se deslizó por su mejilla.- Si tan solo ese día no hubiera ido al trabajo, quizás ella aún estuviera viva.- apretó mi mano.- Ella no habría muerto.- lágrimas salían de sus ojos.

 __ No fue tu culpa.- con mi pulgar limpié sus lágrimas.- Ha sido mi culpa, fue una venganza.- suspiré.- Tuve una pelea con un tipo peligroso y sabía mi debilidad.- miré sus ojos azules.- No ha sido tu culpa, fue la mía. Yo soy el único culpable de todo.- finalicé.- Si tan solo... Si tan solo no me hubiera dejado llevar... Nada de esto hubiera sucedido.- añadí. 

__ En las calles es muy fácil dejarse llevar. Yo más que nadie lo sé a la perfección.- ahora miraba al techo.- Mientras los ricos disfrutan de una vida con lujos y comodidades, los pobres sufren de hambre y de enfermedades que nunca curaron por no tener dinero para ir a un doctor.- me miró.- No seas como ellos, James. No te dejes llevar por las maravillas del dinero.- sonrió.- Nunca olvides de donde vienes, no dejes de ser humilde.- finalizó. 

 __ Abuela...- besé su mano.- Nunca lo haría, ustedes me enseñaron eso.- sonreí.- Deja que te ayudemos, por favor.- rogué, ella negó con su cabeza.- Por favor.- quiero ayudarla, debo hacerlo; no puedo dejar que muera como mi madre y mi abuela.

__ No se puede hacer nada, James. Mi muerte ya es segura...- suspiró.- Quizás dure un año, tal vez dos, pero eso es todo.- añadió.- Gracias por intentar ayudarme, James.- sonrió.

 __ Pero abuela...- negó con su cabeza.- Está bien, no seguiré insistiendo.- suspiré negando.- Pero al menos deja que te pague los tratamientos.- de nuevo negó con su cabeza.- No pienso aceptar un no como respuesta.- arqueé una ceja.

 __ Esta bien, James.- suspiró.- Pero sólo los tratamientos.- reí.- ¿Y serás el sucesor de los Hilton?.- preguntó cambiando de tema.

 __ Si, hace poco mi padre me ha presentado ante todos.- respondí.- Soy su único heredero así que todas sus empresas me serán transferidas.- hice una pausa.- Pero la verdad es que tengo miedo de fallar. No creo ser el mejor heredero para su legado.- admití.

 __ Eres el mejor para ello, James.- sonrió.- Mantén tus ideales y todo estará bien, te lo aseguro.- apretó mi mano dándome apoyo.- James.- se puso seria.- ¿Que ha pasado con la casa?.- preguntó.

__ He pagado la hipoteca.- respondí.- Mi padre hizo algunas cosas y ahora esa casa está a mi nombre.- añadí. 

 __ Me alegra.- rió.- Esa casa tiene muchas historias, quiero que la conserves... Creo que tu madre y tu abuela también lo hubieran querido.- asentí.- Allí hay historias que tu puedes mantener con vida.- finalizó.

 __ Lo haré, abuela.- me levanté para dejar un beso en su cabeza.- Mantendré con vida todas aquellas risas que alguna vez existieron, todos esos buenos momentos que vivimos juntos.- asintió con una gran sonrisa.- Lo prometo.- sonreí. 

    Esta señora ha sido alguien importante en mi vida, fue amiga de mi abuela y de mi madre. Ella a pesar de no tener casi nada siempre compartió lo poco que tenía. Ella esta muriendo, sus pulmones ya casi no existen; ella, la persona que me queda además de mi padre, pronto morirá y no puedo evitarlo. 

 __ Eso espero, James.- susurró.- Ojala y dios me permita verte en la cima, cuando seas alguien exitoso, cuando seas aquello que tu madre, tu abuela y yo siempre anhelamos.- aun mantenía su sonrisa. 

 __ Yo también lo espero.- dije viendo sus ojos.- Espero que estés ese día junto a mi, viviendo esa satisfactoria escena.- sonreí.- Eso es lo que más quiero.- hice una pausa.- Que estés a mi lado.- susurré para luego mirarle con tristeza ¿Por que la vida es tan injusta? Tantas personas malas que existen en este mundo ¿Por que las buenas son las que deben morir? Sinceramente, no lo entiendo. 

      Estuve un rato mas con mi abuela, hablando de muchas cosas y haciéndola reír, me gustaba verla feliz. Vi mi reloj y ya debía irme, le di un beso en su blanca cabellera y salí de la habitación, fui bajando las escaleras y no había nadie, todo estaba completamente solo. 

__ ¿Joven James?.- salté un poco por el susto, me giré y era una mujer. 

 __ ¿Señora Bianca?.- estaba sorprendido.- ¿Qué hace aquí?.- se supone que ella es la ama de llaves de la mansión Evans 

     ¿Que carajos hace aquí? 

 __ Joven James...- unas cuantas lágrimas bajaban por su mejilla.- Es el joven Elliott.- mis ojos se abrieron.- El... El ha intentado suicidarse.- finalizó y sentí un frío recorrer mi cuerpo.

 __ ¿Qué?.- me recosté de la primera pared que vi.- Eso no...- mi voz era débil.- No es posible.- dije negando con la cabeza.- ¿Dónde está?.- pregunté para luego tomarla de los hombros.- ¡Responde!.- grité y poco me importó dejar la decencia aun lado.

 __ El e-está en la Unidad de Cuidados Intensivos.- por fin logró responder.- S-su estado es crítico.- murmuró bajito y fue como un balde de agua fría. 

     No dije nada y salí corriendo a esa área, no podía verlo, estaba consciente de ello pero tenía que estar allí para esperar noticias. Mi corazón latía de prisa y mi pulso era acelerado al igual que mi respiración. Estaba nervioso, tenía miedo ¿Qué pasa si lo pierdo? ¿Qué pasa si pierdo a ese pequeñajo que siempre logra sacarme una sonrisa? Dios, no.

 __ Mierda.- gruñí. Una vez que llegue a la UCI comencé a caminar de un lado hacia el otro y viceversa, a este paso creo que abriré un agujero pero ¿Acaso importa? Unos minutos después llegó Bianca, al parecer no pudo seguir mi paso.- ¿Cómo paso?.- pregunté bajito mientras seguía caminando intentando calmarme.

 __ No lo sé, todo fue muy raro.- murmuró.- El joven Jackson y la señorita Sylvia fueron a visitar al joven Elliott, estuvieron un rato en su habitación y luego se fueron.- empezó a relatar.- Subí a la habitación y hable con el joven amo sobre su cumpleaños, luego lo dejé solo.- suspiró.- Subí para ver si quería algo, y como siempre toqué la puerta un par de veces pero no respondió. Me puse nerviosa así que busque la copia de la llave, al abrir la puerta vi al joven Elliott.- ahora sollozaba.- Estaba sentado en el suelo recostado sobre el borde de la cama y habían dos grandes charcos de sangre a su lado.- me imaginaba absolutamente todo.- Sus muñecas tenían cortes profundos.- se secó las lagrimas con su pañuelo blanco.- Su piel estaba pálida al igual que sus labios, me asusté y busqué ayuda.- finalizó.- El... El ha perdido mucha sangre.- añadió y mi miedo solo se incrementó.

 __ ¿Por qué dejaste entrar a esos dos hijos de puta?.- gruñí y ella se sorprendió un poco, no mucho pues sabe perfectamente que soy rudo y directo.- Ese ha sido tu gran error.- negué con la cabeza un par de veces. 

 __ ¿Acaso son malos?.- preguntó confundida, preferí no responder. Muy pocos saben la verdadera naturaleza de esos dos psicópatas.- Sylvia es su prima y Jackson su amigo. No vi nada malo en ellos.- susurró .

 __ Te daré un consejo.- la miré directo a los ojos.- No te confíes de esos dos.- suspiré.- Ellos no son lo que aparentan ser.- finalicé y ella asintió levemente. 

__ Familiares de Elliott Evans.- llegó el doctor. Rápidamente nos acercamos a el. 

 __ Somos nosotros.- dijo Bianca y el doctor se arregló los lentos.- ¿El esté bien, doctor?.- preguntó y el ya mencionado hizo una mueca para luego negar con su cabeza. Sentí una terrible presión en el pecho, es la misma sensación de cuando estaba esperando noticias de mi madre.- ¿El está...?.- el doctor no respondió.  

      Narra Camelia

 __ Bien, aquí vamos.- murmuró Dominik y asentí, estábamos frente a mi casa.  El me tomó de la mano y nuestros dedos se entrelazaron lentamente, una corriente eléctrica subió por toda mi espina dorsal ¿Cómo era posible que un acto tan simple provocara tanto efecto en mi? Sigue siendo un misterio, el amor es un misterio en su totalidad. 

 __ Hija, estábamos esperando por ti.- dijo mi madre. Llegamos a la sala y allí estaban ambos esperando por mi.- Vaya pero si es Dominik.- sonrió.

 __ Es un gusto volver a verles.- dijo Dominik caballerosamente. Vaya, este chico en verdad tiene distintas facetas. 

 __ ¿Y entonces?.- arqueé una ceja, era evidente que no andaba de buen humor.- ¿Aún quieren seguir con esta estupidez?.- mi padre me miró serio.

__ Así que eso es para ti.- su tono era frío.- Una estupidez.- algo me dice que terminaremos peleando.- Menuda hija tengo.- negó con su cabeza. 

 __ ¿Entonces como debo llamarle?.- reí con ironía.- ¿Un show de televisión?.- suspiré.- Porque eso es lo que parece.- finalicé.

 __ Una palabra más Camelia... Y no respondo.- su tono era amenazante, estaba enojado. Su pecho subía y bajaba aceleradamente.

__ Paren por favor, ya es suficiente.- la voz de mi madre era tranquila.- Imagino que quieres respuestas. Así que es momento de hablar.- se sentó.

 __ Eso sería bueno.- respondí cruzándome de brazos.- Quiero que me expliquen todo, no entiendo absolutamente nada.- arqueé una ceja.- Y esta vez no quiero mentiras.- concluí.

 __ Muy bien.- mi padre se sentó.- Y tu chico, largo. Esto es un asunto familiar.- murmuró mirando a Dominik. Es muy evidente que lo odia. ¿Por qué? No lo sé. 

 __ Bien.- Dominik suspiró y me miró con ojos raros.- Escríbeme cuando termines.- asentí.- Hasta pronto señores, Collins.- se preparó para irse y le seguí hasta llegar a la puerta.- Camelia.- Dominik se giró hasta quedar frente a mi.- ¿Tu padre tiene un hermano o hermana?.- no entendía su pregunta pero le di una respuesta.

 __ Si, una hermana.- respondí.- Pero esta muerta.- añadí.- ¿A que de se debe la pregunta?.- el negó su cabeza.

 __ Nada, no es nada.- contestó.- Bien, ya debo irme.- se acercó y tomó mi rostro entre sus manos.- Te quiero, recuerdalo.- dijo para luego acariciar mi mejilla derecha con su pulgar.- Y nunca lo dudes, por favor.- se fue acercando lentamente hasta que sus labios rozaron levemente los míos. Cerré mis ojos por el contacto, fue sólo un pequeño roce.- Pase lo que pase, recuerdalo.- murmuró sobre mis labios para luego besarme, fue un pequeño y tierno beso sin segundas intenciones.- Adiós.- me dio un beso en la frente y luego se fue. Me quedé mirando a lo lejos mientras desaparecía entre la oscuridad. No entendía lo que sucedía ¿Por qué ha dicho eso? Tengo un mal presentimiento. 

__ Quizás estoy imaginando cosas.- susurré para mi misma. Volví a la sala y me senté en un sillón que estaba frente a mis padres.- Es hora de aclarar todo.- les miré a ambos.

 __ Imagino que te preguntas porque me interpongo en tu relación con Dominik Santorski.- comenzó a hablar mi padre.- Y también porque hacemos todo esto.- me miró fijamente.- Es porque te estamos protegiendo Camelia, esa familia es mala.- dijo con aire sombrío.- Sinceramente, no quiero que estés cerca de ese chico.- finalizó.

 __ Esa no es excusa.- murmuré.- Dominik no es malo.- estaba segura de mis palabras.- Y esto no responde a ninguna de mis preguntas.- rodé los ojos. 

 __ Verás hija, hay algo que debes saber...- mi madre jugaba con sus manos.- La familia Santorski ha sido nuestra enemiga desde hace tiempo, incluso antes de que tu padre y yo nos casáramos.- me miró.- Esa familia es muy mala.- aseguró. 

__ Seguramente te preguntas el extraño comportamiento de Dominik.- mi padre estaba de espaldas.- Oí lo que hablaban.- me sonrojé.- ¿Quieres saber la verdad?.- preguntó y volví a rodar mis ojos. El ya sabe la respuesta.- Vayamos al hospital, hay algo que debes ver.- dijo para luego caminar hacia la salida, mi madre hizo igual y por ende yo también ¿Que esta pasando aquí?. 

(...............) 

       Tardamos aproximadamente 30 minutos en llegar, la verdad es que no vivimos muy cerca del hospital, cosa que es buena ya que si intento suicidarme no podrían salvarme; pero a la vez es mala pues en una emergencia sería difícil trasladarnos. Al llegar el olor a hospital (alcohol, y un aroma que no sabría describir) invade mis fosas nasales, sentí ganas de vomitar inmediatamente.

      Odio los hospitales. 

     Dejé mis pensamientos a un lado y me concentré en la situación; mis padres iban delante, guiando el camino mientras que  yo iba detrás tratando de seguirles el paso, cosa que se  me dificultaba pues sentía mi estomago revolverse cada vez mas. Quizás se debe al aroma a hospital, quizás es por miedo a lo que se se avecina, además de que tengo un presentimiento que no es nada agradable; es esa sensación que da cuando algo no va bien. 

__ Ya estamos cerca.- susurró mi madre con temblor en su voz. Sólo asentí pues no era capaz de responderle. 

     Seguimos por un amplio pasillo y creo que ya estábamos llegando al final del hospital, ya habíamos pasado varias secciones del mismo, tales como emergencia, sala de shock, maternidad, traumatología y lo demás estaba en el segundo piso, tal como el lugar de hospitalización. Tomamos el ascensor y llegamos a un sitio que no había visto antes, este era totalmente desconocido para mi; había una amplio pasillo donde todo estaba en completo silencio, claro que en los hospitales es así pero en aquel lugar era como si todos estuviesen dormidos, o como si no hubiera nadie. Seguimos por el pasillo hasta la ultima puerta, esta era la habitación 255. Mi padre tomó la perilla de la puerta y la giró, esta abrió y entramos inmediatamente, sentí escalofríos al ver a un chico recostado sobre la camilla. 

 __ Señores Collins.- habló una enfermera cuya presencia había sido ignorada debido a mi asombro.- Pasen, por favor.- mis padres se acercaron y saludaron a aquella mujer con mucha familiaridad.- ¿Ella es su hija?.- me miró y sonrió. Su cabello era rojizo y su piel era pálida, tenía algunas pecas en su rostro el cual era igual al de una muñeca, simplemente perfecto.

__ Si, es nuestra hija.- mi padre me miró.- Ella es Rebecca.- aquella chica se acercó a mi y me extendió la mano la cual tomé por decencia. 

 __ Es un placer conocerte.- me sonrió como si me conociera ¿Pero que diablos?.- Soy Rebecca Adams.- se presentó.

__ El placer es mio.- sonreí aunque era mas bien una mueca.- Mi nombre es Camelia.- ella rió como si lo supiera ¿Que demonios sucede aquí? 

     Joder, ya me estoy cabreando. 

 __ Bien, ya me voy.- soltamos nuestras manos.- Debo ir a atender a otro paciente.- se giró para quedar frente a mis padres.- Antes de irse quisiera hablar con ustedes.- no podía ver la expresión de su cara.- ¿Les importaría esperarme luego?.- mi madre negó con la cabeza.

 __ Cuando salgamos iremos a buscarte.- la enfermera asintió y luego se fue. Quedamos nosotros tres en la habitación, bueno, cuatro con el chico que esta en la camilla.- ¿Te parece conocido?.- preguntó mi madre y arqueé una ceja ¿Debería conocerlo? Negué con la cabeza.- Acércate, ve más de cerca.- le mire raro y luego me acerque un poco al chico. Su piel estaba pálida, sus labios estaban partidos y pálidos al igual que su piel, y su rostro estaba tranquilo, como cuando se esta durmiendo. Sus cabellos eran finamente dorados y estos le llegaban a los hombros. No estaba de pie pero era notablemente alto.- ¿Quieres saber quien es el?.- preguntó mediante un susurro.

 __ Si.- respondí sin vacilar.- Si me han traído aquí es por una razón.- murmuré para seguir mirando al chico notablemente inconsciente. Ahora me fijo bien, este chico o mejor dicho hombre, debe de tener aproximadamente 24 o 25 años de edad.

 __ Empecemos.- mi padre de preparo para hablar.- ¿Recuerdas a Rose?.- asentí, ella era la hermana de mi padre.- Bien.- se sentó.- Rose siempre fue alguien independiente y rebelde.- sonrió.- Solía hacer lo que quería, nunca obedecía a nadie. Y ese fue su gran error.- suspiró.- Ella fue a estudiar a Varsovia y allí conoció a alguien, a un polaco.- me miró.- De apellido Santorski.- mis ojos se abrieron un poco, nunca había escuchado esta historia.- Tuvieron un romance muy apasionado, pasaron unos años y Rose quedó embarazada.- hizo silencio.- Ella estaba feliz, tendría un hijo del hombre que amaba.- apretó sus puños.- Pero aquel hombre se negó a aceptar al niño, el no quería arruinar su futuro.- típico, las embarazan y luego se van.- Mi hermana quedó devastada, ella ansiaba tener una familia feliz pero no fue así. Ella cayó en una gran depresión y así pasaron los meses hasta que por fin tuvo al bebe.- estaba tratando de escuchar cada detalle.- Pero ella no lo quiso pues el bebé era igual a su padre, y el recordarlo sólo le causaba dolor...- ¿Que madre hace eso? Esto es una locura.- Tu madre, que en ese tiempo era mi novia me ayudó con el.- mi madre sonrió y se sentó al lado de mi padre, se tomaron la mano como si se dieran apoyo, y quizás era así.- Pasaron los años y Rose seguía sin hacerse cargo del niño, el cual ya tenía 9 años. Ya tu madre y yo nos habíamos casado, luego de un tiempo llegaste a nuestras vidas.  Rose por su parte seguía rechazando al niño, seguía negándose a aceptarlo y luego, una noche se suicidó.- me miró.- Ella se ahorcó.- dijo triste, después de todo era su hermana.- El niño lloró pues a pesar de todo quería a su madre, luego en el entierro apareció el desgraciado de su padre.- dios, esto parece una novela.- Quería llevarse al niño, pero el se negó. El infeliz seguía insistiendo hasta que lo logró. Acepto irse cuando tenía 15 años, tu en ese tiempo tenías 8.- suspiró.- Lloraste mucho, no querías separarte de el.- le interrumpí.

 __ ¿Por que no lo recuerdo?.- arqueé una ceja.

__ No interrumpas.- me regañó mi padre.- El día de su partida, cuando ya estaba a punto de irse pasó algo.- hizo una pausa.- Tu saliste corriendo ya que estabas enojada con el.- me miró.- El corrió detrás de ti y nosotros también.- apretó su mano.- Te detuviste en una calle y se acercaba un auto.- mi cara se deformó.- El te dijo que te quitaras de allí pero tu no obedeciste, al auto se acercaba y el corrió a salvarte.- una lagrima bajaba por su mejilla derecha.- El te empujó lejos, te dejo a un lado de la calle logrando salvarte... Pero no sucedió lo mismo con el.- mi padre ahora lloraba.- El auto impacto contra él y debido al golpe salió disparado. Su cuerpo cayó al pavimento y esto produjo un derrame cerebral. Desde entonces el está en coma.- finalizó, al parecer no podía seguir con aquello. 

 __ Cuando su cuerpo cayó al suelo tu corriste hasta donde estaba y debajo de su cabeza había sangre, todo su cuerpo estaba lleno de heridas y de sangre en general. Intentaste moverlo, querías que abriera los ojos y que te hablara. Te alejamos de allí, creíamos que estaba muerto. Tu al ver que no despertaba entraste en un estado de shock y quedaste inconsciente, fue mucho para ti y cuando despertaste no recordabas absolutamente nada.- ahora era mi madre la que hablaba.- Decidimos ocultarte todo, no queríamos que recordaras aquel día.- finalizó y me recosté de la baranda que posee la camilla. Y como si fuera un rayo, los recuerdos llegaron, uno detrás de otro y sin detenerse. 

                                                                           ~~~~~Flash Back~~~~~ 

      Salí corriendo de la casa, estaba enojada. Mi hermano, mi preciado hermano se iría de la casa para irse a vivir con su padre. El era la persona mas importante para mi y ahora me estaba abandonando. Empecé a llorar y podía escuchar a mi hermano llamarme a lo lejos, no quería escucharlo. De repente me detuve para hacerle frente.

 __ ¡Vete!.- estaba llorando, no quería que se fuera. El venía corriendo. 

 __ ¡Camelia!.- gritó el ojiverdes.- ¡Quítate! ¡Viene un auto!.- gritó y lo ignoré, seguramente era mentira.

 __ ¡No! ¡No te haré caso! ¡Te odio!.- grité enojada sin moverme, escuché una bocina a lo lejos. 

 __ ¡Cuidado!.- el corrió hasta mi y me empujó, me golpee un poco con el filo de la cera pero eso no importaba; escuché un frenazo y luego un gran golpe, un impacto. Vi como un cuerpo era lanzado a lo lejos, luego descendió hasta caer al piso donde se escucharon sus huesos crujir, como si se hubiesen roto cada uno de ellos. 

 __ ¡NO!.- gritó mi madre a lo lejos. Todo pasaba en cámara lenta. Corrí hasta aquel cuerpo y debajo de el había un gran charco de sangre, sus ojos estaban cerrados y su pálida piel tenía rasguños producidos por el impacto. Traté de moverlo pero no abrió sus ojos. 

 __ ¡Despierta! ¡Por favor hermanito, despierta!.- lo movía para que así despertase y me diera una de sus sonrisas.- Por... favor...- susurré y lágrimas salían de mis ojos.- ¡NO!.- grité mientras lloraba y vi mis manos cubiertas de sangre, de su sangre... Luego todo se volvió negro y no supe nada más. Solo recuerdo haber murmurado su nombre antes de olvidar aquello.

                                                               ~~~~~Fin del Flash Back~~~~~ 

 __ El me salvó.- susurré mientras sentía las lágrimas caer por mis mejillas. Mis piernas fallaron y caí al suelo, con una mano me tape la boca, estaba en shock. 

 __ Si, hija.- mi padre tenía su mirada en el suelo.- El es tu primo, tu hermano y tu salvador.- finalizó.- ¿Ahora entiendes porque le tenemos rencor a esa familia?.- asentí débilmente.- Y eso no es lo único.- suspiró.- Aun faltan algunas cosas por contar.- añadió. 

 __ Pero ellos no causaron aquel accidente.- murmuré débilmente. La familia Santorski no tenía la culpa de aquel accidente, fue eso. Un accidente. 

 __ Ellos son los culpables.- mi padre se levantó y quedó frente a mi, mi mirada subió hasta encontrarse con la suya.- Porque el que iba manejando ese auto era el padre de Dominik.- finalizó y mi mandíbula cayó al suelo. ¿Como era eso posible? ¿Por qué lo hizo? Todo a mi alrededor se movía, mi cabeza daba vueltas. Todo se volvió negro y caí al suelo.

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