HUNTER

Corremos hacia la siguiente calle y veo un bar bastante desierto. Empujo a Dana dentro de él y cierro la puerta de cristal tras nosotros.

Dentro solo hay un cliente algo borracho y el hombre de la barra que limpia un vaso con el trapo. Nada más ver la escena me recuerda al típico hombre de las películas en las que una persona desdichada se sienta a beber y a contarle sus penas en busca de consejo. En definitiva, parece un hombre sabio. Veremos si de verdad lo es.

- Necesitamos ayuda. – Tiro de Dana que respira con mucha dificultad y camina acurrucada en sí misma con una mueca de dolor.

No espero a que el hombre responda, cuando nos mira sorprendido con el vaso en alto. Paso bajo la barra y dejo a Dana sentada en el suelo, después me agacho yo y miro al hombre.

- Nos están persiguiendo unos hombres. Tienen armas y han intentado matarnos.

¿Os están buscando? – Su voz suena en alerta y mira a su único cliente, le hace una seña con la mirada de complicidad y este asiente aún intentando que no se le cierren los ojos. Menudo borracho más obediente.

- No os mováis. – Susurra y coge una botella de alcohol que tiene detrás.

Asiento en su dirección y le me giro para encarar a Dana que tiene la cabeza agachada mirando a un punto en concreto. Su vestido es un desastre, está hecho jirones y las piernas las tiene llenas de heridas.

- Dana, ¿qué pasa? – Susurro acercándome a ella.

No me responde, tan solo hace una mueca de dolor y encoge la pierna izquierda enseñándome la planta del pie, desde donde mana una cantidad considerable de sangre por culpa de un cristal.

- Joder. – Acerco inconscientemente la mano para ¿qué?, no lo sé pero ella aparta el pie rápidamente.

Oímos la puerta abrirse por el tintineo de unos cascabeles en el techo, el hombre sabio de la barra se aleja de donde nos encontramos para atender a quien sea que ha entrado y así no tenga que acercarse donde estamos nosotros escondidos.

- Buenas noches, ¿qué será? – Pregunta refiriéndose a la consumición.

- Nada, estoy buscando a alguien. – Se pronuncia con voz dura.

- ¿A quién?

- Un chico y una chica, muy bien vestidos. El vestido de la chica es rojo. ¿Los has visto?

- No. Lo siento.

- ¿Estás seguro?

- ¿Han hecho algo malo?

- ¿Los has visto o no? – Insiste el tío elevando la voz. La paciencia no es una de sus virtudes por lo que veo.

- No lo creo, por aquí no pasa mucha gente hasta bien entrada la noche – sonríe y se acerca hacia nosotros, oigo a Dana hacer ruido al respirar nerviosa y levanto la mano para taparle la boca. – Solo este borracho amigo mío. Siempre está aquí.

Palmea el hombro de su amigo y camina de nuevo hacia el hombre que se inclina en la barra, asegurándose de que dice la verdad supongo.

Me acerco más a Dana y la rodeo con mi cuerpo esperando que el negro de mi ropa disimule un poco la forma de nuestros cuerpos. Al menos las luces aquí están apagadas y podrían confundirnos por unas bolsas de basura. Triste, pero es lo que necesitamos en este momento.

- ¿Algo más? – El hombre sabio le corta el paso y debe retroceder y centrarse en él. Veo cómo niega con la cabeza y hace una mueca de desagrado. Después se oye la puerta de nuevo y el silencio se instala en el bar.

Voy a levantarme pero el hombre me hace un gesto vago con la mano para que espere.

- Ya podéis salir.

- Vamos. – Ayuda a Dana a levantarse y la veo quejarse por el dolor del cristal.

Levanto su cuerpo y la coloco sobre la barra, el borracho se sorprende pero no murmura nada. Me giro para pedirle ayuda al hombre y veo que él está mirando fijamente la pistola que he guardado antes en la parte trasera de mi pantalón.

- Chico, no estoy nada a favor de las armas. Si tienes algo que ver...

- Toma – La saco de mi pantalón y estoy a punto de lanzársela para que la coja cuando se la entrego. Me importa una mierda si está a favor o en contra, no es momento de pensar en ello. – Esta pistola es de ellos, la hemos cogido para protegernos, nada más. Haz lo que quieras con ella y ahora llama a una ambulancia, Dana necesita que le saquen ese maldito cristal del pie.

- Tu brazo. – Murmura intentando tocarlo pero la aparto, estoy seguro de que a ella debe de dolerle más.

- Estoy bien.

- No, no lo estás. Te han disparado, ¿o acaso crees que no me he dado cuenta? – Frunce el ceño y me centro en distraerla hasta que la ambulancia llegue.

- He llamado a la policía, la ambulancia llegará en unos diez minutos.

- ¡Diez putos minutos es mucho tiempo! Maldigo y Dana me agarra de la nuca para que le mire.

- Tranquilízate, estoy bien. Solo, necesito un poco de agua. – Intenta sonreír.

- Toma. – Una mano amiga aparece en nuestro campo de visión con un vaso y se lo entrega a Dana que se bebe sin pensar hasta la última gota.

- Gracias, y gracias por ayudarnos.

- Lo habréis pasado mal, ¿qué quería ese hombre? – Me mira a mí al hacer la pregunta pero yo la miro a ella esperando una respuesta.

- No lo sé. Ni siquiera sé quiénes eran.

- Pero te querían a ti. – Es imposible que no lo sepa, casi nos matan joder, algo debe saber.

Sin embargo, niega con la cabeza al ver que no aparto la mirada.

- Está bien, no te preocupes. Lo solucionaremos. – Agarro su mano y sin pensárselo ella la aprieta y hace un amago de sonrisa que no le sal muy bien.

Cuando la ambulancia llega, sacan una camilla y colocan a Dana en ella. La policía viene detrás así que me relajo un poco, podrían seguir cerca eso hombres.

- Hunter. – Oigo su voz buscándome y camino hacia ella para agarrar su mano, no quiere que la suelte, lo veo en sus ojos.

- Tranquila, voy contigo. – Nos subimos a la ambulancia y dejo a los profesionales hacer su trabajo, pero no suelto la mano de Dana.

- Chico, ¿cómo te llamas?

- Hunter.

- Bien Hunter, necesito que te gires, voy a ver ese brazo.

- Estoy bien, ella. Atenderla a ella. – Niego su ayuda, ya tendrán tiempo de atenderme en el hospital.

- ¡No! ¿Estás loco? – Dana se incorpora rápidamente ganándose la reprimenda de uno de los hombres que le inspeccionan el pie.

- Dana cállate, tienes un puto cristal clavado en el pie. Te van a atender a ti primero y luego...

- ¡Y tú tienes una jodida bala incrustada en el brazo Hunter! – Su grito suena por toda la ambulancia y todos cierran el pico un instante, después como en si estuvieran en sintonía, vuelven a sus labores. – Te callas tú y dejas a esta chica que te mire le maldito brazo.

- Haz caso a la chica. – Hace una señal con su mano para que me gire y sin salir de mi estupor por el ataque de ira de Dana, que nunca habría imaginado por el carácter introvertido que tiene, me giro y quedo con el brazo vendado frente a la chica.

- Veamos, esto tiene mala pinta. La bala sigue dentro y seguramente te dolerá cuando te la saque. Por ahora no puedo hacer mucho, debemos estar quietos para sacarla así que habrá que esperar a llegar al hospital. Deja que te la limpie antes. – Saca una gasa y alcohol para desinfectar la herida y siento la mano de Dana apretar la mía.

- No me va a doler. – La tranquilizo, pero cuando la miro veo que no lo hace para apoyarme a mí, sino porque le están limpiando la sangre a ella y como es normal, le dolerá horrores.

- Pero a mí sí. – Me confirma. Le devuelvo el apretón y cuando la chica coloca una gasa nueva pegada a la herida, veo que hemos llegado al hospital.

- Aquí os atenderán mejor. Tranquilos, la policía ha venido con nosotros y os tomarán declaración. – Nos sonríe y van bajando de la ambulancia para sacarnos a nosotros.

Miro a Dana que se recuesta de nuevo en la camilla suspirando.

- Supongo que ahora viene la peor parte. – Susurra.

- Supones bien.

----

¿Pero qué está pasando? T_T 

No entiendo nada chica/os, ¿vosotros sabéis que les pasa a estos dos?

¡Qué mala suerte tienen! xD

P.D. Quería invitaros a participar con unas buenisimas escritoras de Wattpad y conmigo a @bullying_stops_here que es una iniciativa que hemos creado para que gente que sufre de acosos, abusos y bueno eso "bullying" y que necesitan ayuda. Queremos hacer llegar esta iniciativa a muchos oídos y si alguno de vosotros habéis pasado por esto o lo seguís pasando, creo que os vendría bien uniros, hablar con otras víctimas de esta MIERDA que hay en el mundo por alguna extraña razón.

Gracias y besazos,

M.