28

¡FELIZ AÑO NUEVO MIS DUNNERAS! ESPERO QUE LO HAYÁIS DISFRUTADO CON LOS VUESTROS Y OS HAYAN REGALADO MUCHAS COSAS. ESTE ES MI PEQUEÑO REGALO DE NAVIDAD. 

Donde tooodo se desvela. ¿Estáis preparadas? :3


DANA

Cuando Hunter me besa me siento como en una nube. No puedo creer que después de todo, sienta lo mismo que yo o al menos una parte.

El caso es que al besarme por segunda vez, no me da tiempo a reaccionar pero sus manos me sujetan impidiéndome hacerlo de cualquier otra manera que no sea responder al beso. Lo hago gustosa pero antes de cerrar los ojos consigo ver una sombra a lo lejos, un cuerpo más precisamente. El hecho es que no habría nada que pudiera distraerme de este mismo instante, salvo una cosa. Una persona mejor dicho.

Thomas. Y eso es lo que veo, apoyado sobre el tronco de un árbol, con las manos en los bolsillos y la mirada concentrada en nosotros. Mi piel se eriza en ese mismo instante y me separo de inmediato del contacto de Hunter.

¡Dios mío Thomas está aquí!

Solo quiero echar a correr, que los dos lo hagamos en realidad. No puedo imaginar lo que podría hacernos si nos alcanzara. O mejor dicho, si alcanzara a Hunter.

Cuando me levanto y le pido que se vaya veo dolor en sus ojos pero no tengo tiempo para eso en este instante, necesito que me deje sola para que pueda ir a tranquilizar a Thomas. Tal vez hacerle entrar en razón...

No sé el momento exacto en el que deja de escucharme, pero lo que sí sé es el instante en el que sabe lo que está pasando y el miedo incrementa y se dispara por cada poro de mi cuerpo porque sé, que una vez lo ha visto, Hunter no piensa marcharse. Lo juró. Juró que se encargaría de él y eso es lo que piensa hacer, su mandíbula tensa y sus manos hechas puños me lo afirman.

- Mírame – Agarro sus muñecas intentando relajar la tensión de sus brazos, pero es inútil, ni siquiera me escucha. – Por favor, mírame.

- Vuelve al instituto. – Y se aleja de mí.

Salgo de inmediato detrás de él y me coloco de espaldas a Thomas centrando toda mi atención en Hunter. Ya me ocuparé de él en otro momento. Le sujeto del cuello para que baje la mirada hasta mí y tras unos segundos de forcejeo, lo consigo.

- Hunter, tú no entiendes nada. Esto es importante, te prometo que si te vas ahora mismo te lo contaré todo. Lo juro, pero tienes que irte ya.

- No me interesa una mierda lo que tengas que contarme Dana, ahora mismo solo quiero moler a golpes a ese tío, ¿No lo entiendes? – Me sujeta las manos que rodean su cuello y tras una última mirada que parece ser la respuesta final, me separa de él con delicadeza. Nada que ver con lo que Thomas le hará en cuento se le acerque.

- ¿Soy yo o me parece haberte visto besando a ese imbécil?

La última voz que esperaba oír hoy se presenta justo detrás de mí. Me doy la vuelta rápidamente y me interpongo entre ambos ya que Thomas está mucho más cerca de nosotros de lo que pensaba.

- No, Tommy yo... puedo explicarlo.

- No hay nada que explicar capullo, vas a dejarla en paz ahora mismo ¿me has oído? – Hunter me empuja colocándose delante de mí con voz amenazadora, pero a diferencia de cómo sé que Thomas es, parece una rabieta de niño pequeño al que no le dan chuches por navidad.

Como ya esperaba, suelta una carcajada limpia y saca de su bolsillo trasero una navaja que abre como si estuviera sacando un cigarrillo de su paquete.

- Discúlpame, no nos han presentado. ¿Quién cojones eres tú pedazo de mierda? – Le apunta con el filo de la navaja y para mi sorpresa, Hunter ni se inmuta. O tal vez sabe cómo poner una buena cara de poker.

- Te diré quién no soy. El que va a dejar que sigas tratando a Dana como te salga de los huevos. Solo te lo diré una vez, lárgate ahora y déjala en paz o no sales vivo de esta. – Por cada palabra que sale de su boca, mi corazón más se acelera, Hunter no se da cuenta de que lo está empeorando todo y Thomas se divierte cada vez más. Lo veo en su sonrisa, en esa mirada de psicópata que tiene. No es la primera vez que lo veo.

- ¿Dana de dónde te has sacado a este chico? Es muy gracioso, más que él otro. Una pena que vayas a acabar igual.

- ¡No! – Salgo de detrás de mi escondite y encaro a Thomas con toda la rabia contenida que he llegado a acumular estos años. – Ni se te ocurra tocarle.

Me aplaudo mentalmente al ver en su rostro cierto asombro, ni siquiera podía creer que yo le enfrentaría. Aunque en cierto modo no lo estoy haciendo del todo, porque lo que intento no es que salgamos de esta, solo que Hunter lo haga.

Me acerco a él lo suficiente para que Hunter no pueda escucharnos y pego mi boca a su oreja.

- Haré lo que quiera pero déjale marcharse. Sus padres son poderosos, no podrás librarte esta vez. Por favor Thomas, podrás hacer conmigo lo que quieras. – Le miro a los ojos y este sonríe.

- Nena, ya hago contigo lo que me da la gana. – Aparta un mechón de mi pelo hacia atrás con la punta de la navaja y Hunter tira de mi brazo para volver a colocarme tras su espalda.

- Llamaré a la policía.

- No, claro que no lo harás ¿verdad Dana?

Camina alrededor nuestro, despacio, jugando con la navaja. Hunter no parece entender por qué se comporta de esa manera y yo necesito que todo esto acabe ya.

- Tommy – Trago saliva sabiendo que lo que haré a continuación, seguramente acabe con las pocas posibilidades que tenía con Hunter. - ¿Nos vamos?

Estiro la mano en su dirección y este parece más que satisfecho porque guarda la navaja con lentitud y estira la mano para coger la mía. Me niego a mirarle, a ambos en realidad así que centro mis ojos en el suelo y camino dirección al coche de Thomas.

Oigo la voz de Hunter llamarme varias veces pero le ignoro y me obligo a tragarme las odiosas lágrimas que se acumulan en mi garganta formándome un nudo que me impide casi respirar.

Me abrocho el cinturón al entrar en el coche y me sorprendo al ver que hay dos personas más en el interior. Thomas se acomoda en su asiento y sin echar la mirada atrás, arranca el coche diciendo:

- Ocupaos de él.

- ¡No! – Grito al verles bajar del coche de inmediato, me desabrocho el cinturón e intento salir pero la puerta está bloqueada y el coche ya está en marcha. – Thomas por favor, por favor no le hagas nada. Me iré contigo a donde quieras, para siempre por favor Thomas. ¡Thomas!

Mis súplicas, mis ruegos, no sirven de nada. No me escucha y mis manos están doloridas de golpear el cristal. No puedo evitar pensar una y otra vez que la escena se repite. Lo que tanto he intentado que no pasara; Pasarme los años sola, el ignorar a Hunter, tratarle mal, no querer saber nada de él – aunque en el fondo sí lo hacía - todo eso no ha servido de nada. Al final todo se repite. La misma sensación de opresión en el pecho, el mismo sentimiento de impotencia, las mismas ganas de llorar hasta caer inconsciente, todo, todo se repite.

Todo vuelve a ser igual que hace dos años. Cuando Thomas mató a Mike.

Cuando mató a mi hermano.

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top