22
Jellouses de parte de la Chloe aka Dana, con mucho amorcete del bueno y del sano.
Pasamos la tarde riéndonos de cosas sin sentido, tranquilos y a gusto. Nunca me había divertido tanto con un chico y me he dado cuenta de que Hunter no tiene nada que ver con el chico que aparenta ser frente a todos en el instituto. Egocéntrico, seguro de sí mismo, como si se sintiera superior a los demás, inaccesible... y muchas cosas más que no son él.
Y en el fondo, me hace sentir especial que conmigo se muestre como en realidad es. A veces siento que cuando me mira ve algo más que una simple chica insegura que no puede defenderse de nada, a la que no tiene lástima. Aunque supongo que muy probablemente parte de lo que he dicho sea cierto.
- Mis padres van a llevar en seguida. ¿Te parece bien si te llevo ya a casa? – Se levanta del suelo en el que sin darnos cuenta hemos acabado sentados los dos, el uno frente al otro.
- Sí, vale. – Me ofrece sus manos para ayudarme a levantarme y cuando ya estoy arriba me saluda su más que interesante sonrisa.
- Buena tarde, tenemos que repetirla.
HUNTER
Tras asegurarme de que ha pasado el tiempo suficiente para que Dana suba a su habitación, toco la puerta con un golpe casi imperceptible. Espero que no me abra ella porque no tengo ninguna excusa convincente que darle.
Respiro tranquilo al ver que es su padre que el que tengo delante. Él me observa sorprendido, pero después relaja la expresión al comprender lo que hago allí.
- ¿Hijo, estás seguro de esto?
- Totalmente seguro. Quiero que tu mujer se recupere de lo que sea que la haya llevado a estar así. Quiero que Dana recupere a su madre, se lo merece. – Le doy unos golpecitos en el hombro ya que creo que hay confianza suficiente y también porque parece que el hombre está teniendo un momento algo emotivo y no quiero que se ponga a llorar ahora de repente delante de mí. No sabría qué hacer.
Mis padres nunca me han educado de un modo nada sensible por lo que me cuesta bastante digerir algunos sentimientos y por supuesto tampoco ver cómo otras personas lo digieren.
- Toma, creo que aquí hay suficiente para ingresarla de inmediato. Que no me entere yo que mañana no está en una clínica, ¿entendido? – Señalo en su dirección como si le reprendiera y él se ríe.
- Mi hija tiene suerte, buenas noches Hunter. Vuelve cuando quieras ésta es tu casa. – Se acerca a mí para abrazarme y como yo me quedo quieto en el sitio, vuelve a entrar en su casa sin decir nada más.
¿Por qué tiene que ser tan... no sé, tan buen padre, buena persona?
Al día siguiente cuando me levanto encuentro a mi tío sentado en la barra del desayuno. Está comiéndose una tostada y contento por volver a verle le envuelvo en un abrazo fuerte. Él se ríe de mí y me llama nenaza pero eso tengo que rebatírselo al ver que justo frente a él hay una bandeja preparada para subir a su habitación a la que supongo que será su invitada especial, esa que me quería presentar.
La semana pasa igual de tranquila, recojo a Dana en su casa por las mañanas y vamos al colegio, después la dejo en casa otra vez. Ella parece más contenta, su madre por fin está en una clínica y la están tratando. Por supuesto ella no sabe que yo soy el que paga todo eso pero igualmente solo de ver la ilusión que tiene y las sonrisas que me regala cada mañana, merece la pena sobradamente. Su tobillo se va recuperando por momentos, ahora puede bailar en los ensayos sin necesidad de que la sujete sobre mis pies. A veces le tomo el pelo recordando ese momento y por ende recordando el beso que nos dimos, ella se sonroja y evita el tema y yo claramente me río. Aunque en el fondo me cabrea pensar que quiere olvidarse de ese día, yo en cambio lo revivo casi cada noche.
La otra noche cometí un pequeño error causado por una de las muchas no discusiones que tengo con mis padres. Un error que condujo a que tuviera que inventarme una excusa lo bastante convincente para que mis padres dejaran de darme la lata por "no pasar el tiempo suficiente en casa". Si tan solo supieran que todo ese tiempo que ellos creen que estoy por ahí haciendo vete tú a saber qué, lo estoy en mi habitación.
El caso es que no se me ocurrió otra cosa que decirles que tenía novia, una novia con la que iba muy en serio y estaba totalmente coladito y era con ella con la que estaba todas las tardes y la razón por la que cuando ellos ya estaban en su habitación, yo aún no había llegado a casa.
Ahora viene el problema.
No tengo novia.
Me mantengo con ese pensamiento dándole vueltas una y otra vez sin saber qué hacer porque mis malditos padres quieren conocerla -A esa novia que no tengo- Cuando Dana entra en el coche soltando un suspiro. Giro el cuerpo hacia ella centrándome por un momento. Sonríe en mi dirección, ahora siempre lo hace. No parece que le molesten las miradas inquisitivas de los demás y cuando camina por los pasillos parece hacerlo tranquila. Me alegra saber que todo el tema de su madre le hace sentirse de tan buen humor. Espero que siga así cuando se entere de que soy yo el que paga las facturas, si es que se entera.
- ¿Qué tal hoy?
- Una locura, en la clase de arte nos han mandado pintar un desnudo y el modelo ha llegado media hora tarde. Nos hemos pasado ese tiempo pintando fruta de un cesto.
- ¡Ah claro, que tú querías ver al modelo desnudo eh! – Se sonroja al escucharme y me mira de mala manera. Yo suelto una carcajada y arranco el coche.
- Sabes que eso no es así. Hoy puedes dejarme en tu casa. La clínica de mi madre está cerca de allí y quiero ir a verla.
- Vale, entonces vamos para allá. – Enciendo la radio y pongo la música que sé que a ella le gusta. Por el retrovisor me parece ver la silueta de un hombre fumando dentro de un coche, observándonos de manera seria y tranquila pero no le hago mucho caso a mi cabeza ya que Dana me pregunta algo.
Al llegar a mi casa, cuando Dana se baja del coche y recoge sus cosas del interior veo a mi tío salir de casa agarrado de la mano de su al parecer ahora novia. Me sorprende verle así ya que siempre ha sido un alma libre y nunca se ha atado a nadie, pero me alegra saber que tiene a alguien en quien apoyarse y tal vez así consiga asentar la cabeza. Le quiero porque es mi tío pero en realidad es un cabra loca que debería centrarse un poco y pensar en formar una familia cuanto antes si lo quiere disfrutar algún día.
Se acercan a nosotros y yo le indico a Dana que venga hacia mí para presentárselo, ella parece nerviosa y eso me hace sonreír.
- Hunter, me preguntaba cuándo llegarías. Agnes y yo vamos a ir al cine y después a cenar así que no llegaremos hasta la noche. Te quedas tú solo cenando con tus padres ¿vale?
- ¿Hablas en serio, no podéis salir a cenar otro día? – Me cruzo de brazos como si fuera un niño pequeño. Hoy es la cena familiar y mi padre quiere que cenemos todos juntos, pero ahora mi tío me suelta eso y pretende dejarme a mí solo con ellos.
- Vamos Hunter, relájate solo es una cena.
- Eres un tío de mierda. – Le suelto molesto, él me sonríe conociendo mis jugarretas pero Dana me da un codazo en las costillas que me hacen quejarme.
- ¡Hunter! – Me giro para mirarla y tiene una mirada recriminadora por lo que acabo de decir.
- ¿Qué? Él me entiende. – Mí tío se ríe y Dana nos mira sin entender nada.
- Tranquila cielo, este chaval tiene muy malos modales pero estoy acostumbrado. Nos hablamos así continuamente – le explica con buena cara y después se gira hacia mí giñándome un ojo. – Y que sepas que tú también eres un sobrino de mierda. ¿Por qué no invitas a tu novia a cenar esta noche y así no estás tan solo?
¿Mi qué? ¿Está hablando de Dana?
- Oh no señor Hudson. Hunter y yo no... - Ella se adelanta en corregirle pero yo la interrumpo.
- Es una buena idea tío. Ahora mismo lo hablamos, pasadlo bien y Agnes, no dejes que este cerdo te meta mano en el cine, es muy ruidoso.
- ¡Cállate idiota! Eso no es verdad nena, no le escuches. – Se alejan discutiendo sobre ello entre risas y arrumacos. Entonces me giro hacia Dana que espera expectante una respuesta.
- Vale verás, necesito con urgencia que vengas a cenar esta noche conmigo.
- Hunter no puedes hacer esto por el simple hecho de que no quieras estar a solas con tus padres. En algún momento tendréis que hablar. – Sujeta mis manos y veo en sus ojos una mirada de lastima, odio eso pero en este instante me importa una mierda.
DANA
Hunter me arrastra hasta el porche de su casa y nos sentamos en las escaleras para hablarlo más tranquilamente. No entiendo a qué le tiene tanto miedo, tan solo es una cena ¿qué puede tener de malo?
- No es solo por la cena, eso es un caso aparte. Lo que pasa es que, bueno... - Parece que le cuesta hablar y tarda varios minutos en conseguir ordenar las palabras para seguir hablando, yo me desespero mientras tanto.
- Hunter, vamos suéltalo ¿qué pasa?
- Verás, tal vez puede que les haya dicho a mis padres que la razón por la que estoy tan poco tiempo en casa es porque tengo novia. – Mis ojos se agrandan y no mi cabeza repite la última palabra varías veces como si fuera un horroroso mantra.
Novia. Novia. Novia. Tengo novia. Novia.
- ¿Y eso qué tiene que ver conmigo? Por cierto no me habías comentado que tenías novia... - Suelto más borde de lo que quería sonar. No quiero que piense que me importa.
- Es que ese es el caso, no la tengo y te necesito ahora mismo más que a nada.
- ¿A mí? – Enarco las cejas sin entender a dónde quiere llegar. O tal vez sin querer entenderlo. Hunter se lame los labios y sujeta mis manos acercándose a mí.
- Dana, ¿Quieres ser mi novia?
WOOWW WOOOW WOOOW.
Vamoh a calmarnoh a ver qué pasa aquí, que la Dana se nos vuelve loca.
Sinceramente si Hunter me pidiera a mí eso, no lo dudaría ni un instante.
A ver chicas... ¿habéis visto esa cara? JA, imposible decirle que noo.
Os dejo con mi Shawni aka Hunter para que lo disfrutéis caaasi tanto como yo (=
P.D. No me babeéis la pantalla. Un besooo XOXO.
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