21


(Cuando yo os diga tenéis que oír esa canción de aquí arribita ;3, hazedme caso eh xD)  



HUNTER

La cara de Dana es un poema. La verdad es que no me esperaba para nada que reaccionara así, ni yo tampoco. Es decir, sinceramente no estaba pensando lo que hacía cuando la besé, solo la miré y vi esos ojos tan llenos de vida. Una vida enjaulada que está pidiendo a gritos que la liberen.

Y sin poder evitarlo, bajé la mirada hasta sus labios, que suelen mostrarme una sonrisa triste en un intento por parecer real. Y sentí en ese momento que quería hacer algo para que lo fuera, para que sus ojos dejaran de estar cansados y que sus labios se elevaran hasta el cielo, de verdad.

En ese mismo instante, elegí ser el que la hiciera feliz.

No nos equivoquemos, tan solo quiero que Dana esté contenta y cómoda, sin el miedo ese que siempre tiene a que la acosen. Solo lo he hecho para que la dejen en paz, nada más.

Cuando la señora Tanner nos pide amablemente que guardemos silencio para dar comienzo con las clases, nos colocamos en nuestro lugar, justo siendo la primera pareja y como bien dijo en su momento la directora, como los que abrirán el baile.

- No sé si la señora Tanner se fijado, pero no estoy prácticamente inválida para hacer este baile, tal vez con suerte, consiga que me sustituyan y así no tenga que bailar. – Murmura con la cabeza gacha mirando de un lado al otro para asegurarse de que nadie la oye.

- No creo que le interese lo más mínimo – Me río cuando levanta la cabeza al oírme hablar tan brusco. – Tú solo deja que yo te guie, ven.

Agarro sus muletas y con un gesto, hago que las suelte. Las dejo en el suelo y ella me mira expectante.

- Esto lo vi en una película. – La agarro de la cintura y levantándola unos centímetros del suelo, coloco sus pies sobre los míos.

Veo como su sonrisa se hace presente y comienza a reírse de la forma más aniñada posible, sé que la gente debe de estar mirándonos, pero me importa tres narices. Con ella parece que las cosas más estúpidas y simples, tienen algo.

- No sabía que hubieras visto Crepúsculo. – Chasqueo la lengua y le guiño un ojo.

- Esa era, Crepúsculo. Pues sí, pero en mi defensa te diré que todo el mundo la ha visto. – Ríe de nuevo y se fija en las parejas que tenemos alrededor. Todos están siguiendo los pasos que la señora Tanner indica pero nosotros solo nos movemos de un lado al otro. Básicamente estamos bailando un baile lento, pero somos tantos que no se nota la diferencia.

- ¿Te apetece venir a mi casa después?

¿Qué? Wow, no sé ni por qué he dicho eso.

Dana se mantiene en silencio unos segundos y después encogiéndose de hombros, asiente. Genial, así podré llevarle a Roger el dinero para ingresar a su mujer cuanto antes.

- ¿Tus padres estarán allí? – Pregunta como si tal cosa, pero por su mirada puedo asegurar que desea que le diga que no. No le hará ninguna gracia encontrárselos.

- No, están trabajando. Tranquila, sé cuándo no están en casa.

Me mira con lastima, pero no le digo nada. Ya conozco lo que piensa sobre mi comportamiento hacia ellos y no tengo nada que decir al respecto.

Cuando el ensayo acaba acompaño a Dana a su clase para recoger los deberes atrasados y explicarle al profesor su ausencia estos días. Le dice que no se preocupe y que se recupere cuanto antes, pero he leído entre líneas y lo que quería decir era: Más te vale recuperar todo el trabajo que no has hecho estos días si no quieres que te suspenda el curso, te devore las entrañas y te exprima los huesos... O algo parecido aunque igual un poco menos agresivo.

Al salir del instituto camino junto a ella que va dando pasos lentos por las muletas, vamos hablando de todo y de nada pero llega un momento antes de llegar al coche, en el que se detiene de golpe y su mandíbula se tensa.

- Dana, ¿Pasa algo? – Me acerco a ella y rápidamente vuelve la atención a mí.

- ¿Qué? ¡No, nada! Todo está bien. – Reanuda el paso y yo la sigo no del todo convencido.

Cuando llegamos a mi casa ella sigue callada. Callada y muy seria. Lo achaco a que está nerviosa por entrar en mi casa y espero que cambie cuando se asegure que no hay nadie dentro salvo nosotros.

- Mi tío llega esta tarde. – Comento nada más recordarlo porque, sinceramente lo había olvidado.

- Tengo ganas de conocerlo. – Sonríe en mi dirección y comienza a inspeccionar la casa.

- Prometo presentártelo, hoy llegará cansado y creo que trae acompañante así que otro día, ¿te parece? – Camino hacia las escaleras para indicarle que me siga.

- Claro.

Subo tras ella por si tropieza con las muletas y cuando llegamos arriba la llevo hasta mi habitación. De repente me pongo nervioso, no sé por qué pero lo hago.

Dana entra delante de mí y creo que lo primero que tiene en su campo de visión son mi pantalón y camiseta del equipo tirados por el suelo. Mierda. Veo su expresión y parece que ni siquiera se ha fijado, menos mal.

- Puedes sentarte si quieres, voy a por algo de beber. ¿Tienes hambre?

- No, bueno un poco. Pero comeré en casa tranquilo. – Dice con tono avergonzado.

- Vamos, no te contengas que soy yo. Además la comida es lo más importante del día, no se juega con eso. – La regaño con tono burlón. Ella se ríe.

- Creía que el desayuno lo era.

- Oh sí por supuesto. Pero yo me refiero a todas las comidas en general. Ahora vuelvo, siéntate no vayas a caerte. – Salgo por la puerta riéndome por su cara de mal humor ante mi orden.

- No estoy inválida idiota, puedo levantarme si me caigo. ¡Aunque tampoco me voy a caer! – Grita según bajo las escaleras y yo no puedo más que seguir riéndome.

DANA

Cuando oigo que está en el piso de abajo respiro tranquila y me siento en la cama. La verdad es que quería sentarme más que nada, el pie me duele un poco y estoy cansada de moverme con las muletas de un lado hacia otro pero no quería que él viera que tiene razón.

Inspecciono la habitación y sonrío al ver la ropa del equipo tirada por el suelo. Es lo único desordenado que hay, por lo demás todo está bien. Nada fuera de su sitio y la verdad es que es una habitación muy acogedora, además de grande. Tal vez tres o cuatro veces más grande que la mía.

Dejo las muletas apoyadas al lado de la mesilla de noche para que no molesten y cojo una pequeña libreta que hay sobre ella para contemplar la imagen que hay en la portada pero en el proceso se me cae una hoja y me agacho rápidamente a por ella. La abro con curiosidad al ver que está muy arrugada, como si hubieran hecho una pelota con ella.

Me sorprendo al encontrarla llena de letras y tachones por todas partes, pero mi sorpresa es aún mayor cuando comienzo a leerla; (Introduzcan señoras y señores la seductora canción ahora por favor :3)

I want to go back

Forget that it's over

Paint it in black

When you left me alone

I never knew

She was sleeping next door

With the kid I grew up with

And I can't go back to her anymore, no

Quiero volver atrás,

olvidar que se ha terminado,

pintarlo de negro.

Cuando me dejaste solo,

nunca supe

que ella estaba durmiendo en la puerta de al lado,

con el chico con el que crecí,

y ya no puedo volver más a ella, no.

Es una canción. No puedo creer que sea una canción. No, mejor dicho, no puedo creer que Hunter haya escrito una canción. Sigo leyendo aún más intrigada.

You tell me you were happier with him

But you want me to stay

And you tell me that you needed time

But you pushed me away

And when you try to take me back

My heavy heart just breaks

No, I can't lift the weight

Me dices que eras más feliz con él,

pero quieres que me quede.

Y me dices que necesitabas tiempo,

pero me rechazaste,

y cuando intentas recuperarme

mi pesado corazón se rompe,

no, no puedo levantar este peso.

Justo en el momento en el que termino de leer la última línea de la canción, Hunter entra por la puerta con una bandeja en las manos y una sonrisa en la cara. Pero en cuanto ve lo que tengo entre las manos su expresión de felicidad desaparece y es sustituida por otra que no podría definir.

- Eso es privado. – Deja la bandeja sobre la mesilla y me arranca la canción de entre las manos para guardarla en otro cajón. No me da tiempo a contestar nada cuando se gira con el ceño fruncido.

- ¿No sabes que no se tiene que cotillear las cosas de los demás?

- Lo siento, yo no... Perdona. – Decido que mejor me callo pues no tengo excusa alguna que pueda convencerle de que no era mi intención ser cotilla.

Resopla y se revuelve el pelo, después se sienta en la cama justo a mi lado.

- No importa, es solo que nadie lo había visto antes. – No me mira y eso me da una idea de cuál es su estado de ánimo. Tan solo se siente avergonzado de que la hay leído.

Estiro la mano para cubrir sus hombros y acariciar su brazo, le sonrío dejándole en claro que todo está bien. Parece más importante de lo que creía para él.

- ¿Puedo decirte algo? – Suelta el aire mirándome por el rabillo del ojo, preparándose teatralmente para lo que voy a decirle.

- Idiota – Me río – Solo quiero decirte que lo que has escrito es precioso y que no lo digo porque lo hayas escrito tú, porque si fuera una canción de cualquier otra persona te diría lo mismo. Tienes un corazón muy profundo. ¿Es real?

- ¿El qué? – Se gira hacia mí algo más relajado.

- La canción, ¿Has sentido eso de verdad, alguien te ha hecho sentir así?

- ¡Ah! No, por supuesto que no. Soy un rompecorazones ¿vale? A mí no me pasan esas cosas. – Bufo dándole un golpe en el brazo por no poder mantener una conversación seria ni por un segundo.

Nos reímos tras quedarnos en silencio unos segundos y después se recuesta sobre el colchón, yo hago lo mismo un momento después.

- A veces me gusta escribir. Escribo pensamientos, historias reales o simplemente según como me vaya viniendo la inspiración, tampoco es algo demasiado importante.

- Sí a ti te gusta debe de serlo. – Gira su cabeza hacia mí y yo me mantengo mirando hacia el techo.

- ¿Qué te gusta a ti? – Una buena pregunta. Lástima que no me lo haya planteado nunca.

- No lo sé, ¿el piano? – Me río incómoda.

- Haríamos un buen dueto. ¿Qué te parece, Hunter y Dana en concierto? – Eleva las manos teatralmente como extendiendo un cartel en el aire y eso me hace reír, él me acompaña.

- ¿Y por qué tu nombre va primero?

- Porque yo he sido el de la idea. – Contesta totalmente seguro, después se levanta y se gira en la cama quedándose en silencio por un instante. Cuando vuelve a hablar desearía que no lo hubiera hecho.

- ¿Qué ha sido del chico ese, el del coche? – Carraspeo y me siento en la cama junto a él sin mirarle, no podría volver a mentirle a la cara.

- Nada, no ha sido nada de él. ¿Comemos? Me muero de hambre.

Sé que no me cree por la forma en la que me mira, pero me niego a contarle que le he visto hoy mismo observándome desde el aparcamiento del instituto. No sé lo que haría, pero mejor que no se entere ya que es muy probable que Tommy me encuentre en otro momento a solas y se cobre todos estos días en los que no le he visto.

Pero soy una chica fuerte, puedo con eso y más. Si he conseguido sobrevivir a una noche en la que intentaron matarme, podré aguantarle a él.

O al menos eso espero.

-------------

Ale, ya me quedao agusto, 3 mesecillos y pico de vacaciones. Y ya estoy aquíiiiii.

Un besazooo (=

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top