8. Doctor guapo
¡He vuelto! Espero que disfruten del siguiente cap donde tendremos participación especial
Me sentía por completo débil, y de alguna manera a medida que mi cuerpo volvía a ser dominado por mi, sentía como si estuviera despertando de un largo sueño.
Era muy extraño.
A duras penas y recordaba que estuve haciendo previo a mi despertar.
—¡La vi mover los dedos!—escuché la voz de Aby de repente.
¿Porqué Aby estaba conmigo?
Se suponía que ella estaba muy lejos de mí en New Yersey.
—Llamaré al doctor Smith—oí una voz femenina desconocida.
Y entonces sentí el tacto cálido de alguien en mi brazo, y seguidamente un voz suave me susurró en el oído.
—Zope, al fin despiertas—dijo mi mejor amiga en medio de un suspiro—. Abre los ojitos.
Obedeciendo a mi amiga, logré abrir los ojos con dificultad. Hasta para eso tenía mucho cansancio.
—¿Qué pasó?—murmuré débilmente con los ojos entrecerrados.
Me encontré en un habitación blanca, con dos veladores y un sillón. Algún aparato en algún lado hacia ruido titilante, y solo al enfocar mi vista a un costado me di cuenta que el ruido provenía de un electrocardiograma.
¡Estaba en un hospital!
—Mujer, estuviste inconsciente mucho tiempo. Me asusté mucho—soltó Aby mirándome con preocupación. Su mano sostenía fuertemente la mía.
Todos los últimos recuerdos que tuve, hasta antes de mi largo sueño aparecieron. A mi mente vino el momento donde llegó James a decirme que supuestamente le gustaba a Joel. Luego recuerdo que salí corriendo a buscarlo, y justo en el momento en que lo encontré él se subió a un bus. Después de ello solo recuerdo un espantoso dolor en mi costado, y acto seguido la perdida de la conciencia.
—¿Dónde estoy?—solté pensativa—. ¿Porqué estas aquí?
—Estas en un hospital de Hesperia. Y yo... bueno... solo vine corriendo apenas me dijeron que tuviste un accidente. No me bastó dos veces para correr a buscarte en el hospital donde estabas, tomando vuelos y buses.
Iba a seguirle preguntando sobre todo lo que ocurrió en el transcurso de mi inconsciencia pero entonces un batallón de médicos y enfermeras entró.
—Miss, Villanueva. Welcome—dijo un medico que debía rondar los 50 años mientra se acercaba a la camilla.
—Hola- logré decir, y en cuanto quise incorporarme sentí un dolor de cabeza insoportable.
Al enfocar mejor mi vista en frente, noté como mi pierna estaba enyesada.
Internamente me sentí aliviada porque al parecer mi accidente no dio a mayores consecuencias, pues al tocar toda mi cabeza no hallé rastros de alguna operación craneal. Solo vi moretones en mis brazos, mucho dolor en mi cabeza y costillas, y mi pierna enyesada.
Pudo ser peor.
En fin, el doctor hizo su trabajo y me hizo un chequeo general a la par que también instruía a sus estudiantes con mi caso. Yo solo permanecí seria, respondiendo preguntas por lo que me parecieron horas.
Me causaba mucha curiosidad que mi mente estuviera más en un chico bronceado de cabello rizado que en mi propio estado.
(...)
—Zope—me llamó Aby y yo no le hice caso—¡ZOPE!
Con pesadez regresé mi vista a Aby.
—Mmmm—logré exclamar.
Aby me miró con una ceja alzada, y luego me barrió con la mirada.
—¿Perdiste el habla con el accidente?—me dijo Aby, y acto seguido me dio una palmada en mi pierna enyesada. Por supuesto yo pegué un salto.
—¡Menzota, me vas a romper la pierna más de lo que ya está!—dije alarmada.
—Pues te la romperé si eso es necesario para que dejes de ignorarme y me cuentes que diablos te pasa. No has hablando conmigo desde que te despertaste. A duras penas y me respondes con monosílabos—ella se cruzó de brazos—. Medicamente no tienes algo de lo que preocuparte, más que de la fractura de tibia que tienes. Bueno, al menos hasta lo que logré ver de tus radiografías, tu resonancia y tus exámenes, no tenías algo de lo que preocuparte. Tu doctor dijo que todo estaba en orden—entonces Aby me siguió mirando y acto seguido abrió los ojos como platos—. A menos que la sombra radiolúcida en tu lóbulo frontal que vi...
—¡Joel me ama!—solté de golpe y ella se quedó callada con la boca abierta.
—¿Qué?—Aby seguía sin cerrar la boca—. ¿Jo-Joel qué?
Miré fijamente al techo, solté un suspiro de melancolía.
Quizás ustedes estén pensando que no me hace falta nada para vivir mi historia de amor con Joel. Aparentemente yo le gustaba y toda la cosa, pero resulta que mientras mi médico me revisaba empecé a analizar todo lo que implicaba que yo le guste a Joel.
—Antes del accidente llegó su amigo y me dijo que le gustaba a Joel. Me contó que "el virgo" llegó a buscarme, y que luego salió huyendo de mi, antes de declararse. Y bueno... cuando lo fui a buscar, Joel estaba por subirse en un bus, y luego... ¡Pum! ¡Un carro casi me aplana más de lo que ya estoy!—solté a toda prisa—. En resumen, lo que quiero decir es... ¡CREO QUE JOEL ME AMA!
Aby seguía observándome admirada.
Por supuesto me hacía muy feliz que le agradara a Joel, pero mientras el medico me examinaba, me encontré una y otra vez la mirada de Aby. Ahí fue cuando recordé que no era ningún juego avanzar en una relación real con Joel. Yo no estaba destinada a ser parte de su vida, y además dentro de poco podría perder mis recuerdos... y quizás lo iba a incluir a él.
—Te dije que no te inmiscuyeras tanto en su vida—ella parecía preocupada—. La idea de tu viaje era que le rondaras unos días. Máximo que lo besaras y luego solo te ibas.
—En verdad no puse empeño en meterme en su vida. Bueno... sí, pero... no me puse tan intensa como creí que sería—me defendí—. Las cosas más relevantes que nos pasaron en verdad fueron casualidades de la vida. Lo que yo hice por mi propio esfuerzo resultó casi siempre en fracaso.
Mi amiga se sentó a mi lado, y con un suspiro de cansancio me volvió a dar otro manotazo en la pierna que me hizo saltar.
—Okey, no nos alteremos—ella se acomodó mejor, y me miró atentamente—. Antes de creer que "el amor" de Joel es un peligro, primero quiero entender que tan serio fue todo lo que vivieron. Cuéntame todo, sin ocultar nada. Luego decidiremos si en verdad le hiciste o no algún daño, y si hay daño... pues... ya veremos.
Creo que me la pasé toda la tarde relatándole a Aby cosa por cosa de mi mini historia con Joel. Ella permanecía recostada a mi lado, reaccionando como toda un fangirl a mis aventuras con mi platónico. La verdad no parecía molesta, sino más bien emocionada. Aunque... al final de la historia si puso cara de Aby dramática.
Se quedó un buen rato pensativa, sobre todo por la ultima conversación que tuve con Joel. Cuando la oyó hasta la vi palidecer.
—Pues suena a que se ilusionó contigo. Y la verdad lo entiendo, porque... eso de jugar a los novios falsos es más romántico de lo que imaginas—ella soltó en una sonrisa nerviosa—. Cuando jugué a eso con Chris... ¡Me derretí! En verdad no pude evitar sentir cosas reales por él. Poco a poco me fui sintiendo más de él, y a la vez lo iba sintiendo más mío. Y cuando metes besos de por medio... ¡Eso te mata! El contacto físico es demasiado poderoso.
—En verdad que no planeé ser su novia falsa—yo me pasé una mano por la cara—. Juro que solo fue como intento de salvarlo. Mi... mi único plan serio con él, fue el de ser la chica repartidora de pollo....
—Lo sé, Zope—suspiró Aby y me sonrió.
Antes del accidente estaba convencida de que no había logrado nada con Joel, sin embargo al parecer si sucedió algo... y muy grande.
¡Yo le gustaba a Joel!
Yo creí que la gran historia de amor con él seria algo escandaloso y meloso, pero al parecer lo nuestro dio a lugar a algo más calmado y casi secreto.
Internamente me sentí tan orgullosa por haber logrado conquistar a Joel en tan poco tiempo.
—Mi bebé está loquito por mi—solté con una sonrisa triunfal, y Aby me dio un pellizco.
—¡Que la boca se te haga chicharraron! Por el bien de todos ojalá solo sea un gusto pasajero—me dijo alzando una ceja—. Además es muy rápido para decir que está enamorado de ti. Puede que si le gustes, pero... quizás con unos días de separación ya se le olvide. Además tú misma me dijiste que se portó muy distante un tiempo, así que pienso que si te haces un poco la difícil el muchachito se va y no vuelve jamás. Así que si de alguna manera queremos salvarlo de un mal rato, solo te haces la difícil y él se irá...
—¿Y si no me quiero hacer la difícil?—pregunté y ella me miró consternada.
—Zope, entiendo que quieras pasar más tiempo con él, pero... pueden pasar cosas malas—soltó con cansancio—. Anabiel me dijo que no debemos causar muchos cambios a nuestras vidas. Recuerda que para volver a donde deberíamos, vamos a tener muchos prob...
—Pero en serio quiero tener una bonita experiencia con Joel—protesté haciendo un puchero de niña berrinchuda.
—¿No crees que es muy cruel querer una relación con él, solo porque siempre ha sido una obsesión tuya?—soltó pensativa—. Hasta donde logré captar por todo lo que me has contado, y por uno que otro conocimiento basado en rumores de cncowner... Joel es más de relaciones serias. Es decir, que si en algún momento pretende algo contigo, será porque en serio quiere dedicarse. ¿En serio quieres aceptar esos lindos sentimientos, aún sabiendo que no pueden estar juntos por leyes del destino? ¿Acaso no has pensado que quizás el accidente que tuviste es una especie de alerta para que no se acerquen más?
Y entonces sentí como si alguien me hubiera dado un puñetazo en el estomago.
Realmente no pensé en que el destino pueda portarse tan violento ante una relación entre él y yo.
—Quizá solo fue una desafortunada consecuencia—dije nerviosa.
—Okey, supongamos que un coincidencia. Pero... con respecto a lo otro—ella acercó su cara a la mía y me miró calculadoramente—. Jen, dejando de lado tus sueños y obsesiones de fan... ¿En verdad sientes que puedes corresponderle con amor? ¿En serio sientes que lo podrías convertir en el chico por el que darías hasta tu vida? No me refiero a un amor de fan, donde tu más grande anhelo es solo vivir un cliché lleno de estrellas, sino una historia real donde hasta compartas sus pesadillas, miedos y defectos como tuyos propios. Donde pese a que no existan estrellas, aún sientas que esa persona es lo que más amas.
—Pues por todo el tiempo que lo he conocido...
—Se sincera—recalcó Aby
Me quedé pensativa, y la verdad sentí un nudo en la garganta por mi respuesta próxima.
—Tengo miedo de decirte que sí—solté con pesar—. Quizás es mucha presión... entregarse así. Ni siquiera sé si yo sea capaz de querer a alguien de tal modo.
Amar a un nivel donde mi vida ya no fuera mía, aún no era parte de mis planes.
Con esa pequeña conversación con Aby, me di cuenta que quizás yo solo estaba enamorada de la idea de "una historia de amor" con Joel, más no de Joel.
—Sé lo que piensas—Aby se recostó a mi lado, mirando al techo—. Muchas veces cuando estuve con Chris en Loja, me volvía loca pensando si mis sentimientos eran reales o falsos. No podía distinguir si en verdad mi corazón clamaba por Chris y todo lo que fui descubriendo, o si lo que iba descubriendo me gustaba solo por ser Chris. No era justo amar a un Chris de mis sueños y no al real.
—¿Y como supiste que amabas a un Chris real?
—Cuando su dolor se hizo el mio—soltó con una sonrisa melancólica—. Es que... cuando era un simple platónico, si algo malo le pasaba solo le tenía lastima, me entristecía un rato y luego mi vida seguía como si nada. Él no cambiaba mi vida. Pero cuando en verdad lo empecé amar, si su corazón se rompía o algo lo lastimaba, yo sentía como si a mi misma me clavaran un cuchillo. Mientras su sonrisa no volviera, yo no podría seguir con mi vida. Mi ley se volvió, tú sonríes yo sonrío. Tú lloras, yo lloro. En resumen, me di cuenta que lo amaba cuando me hice una sola persona con él.
Lo confirmaba.
Yo fui testigo de que Chris y Aby se volvieron una sola alma.
El dolor de ella, era el mismo de él. Es por eso que ambos eran capaces de sacrificarlo todo por el otro. El centro de su vida, consistía en hacer algo por el otro para que así los dos puedan subsistir.
—Y gracias a que sentiste el mismo dolor por él, llegaste al pasado. Y luego cuando él sintió tu mismo dolor, también llegó al pasado—recordé sonriente—. Como siempre, los dos toman decisiones por el otro llegando a un mismo fin—yo arrimé mi cabeza a su hombro—. Vaya, lo de ustedes no es un amor común y corriente. Creo que empiezo a temerle a llegar a vivir una historia de amor como la tuya.
—No te la negaría, para nada es mi derecho prohibirte vivir tu vida, pero... yo no tengo la decisión en cuanto a tu destino. Recuerda que si no está escrito, ciertos seres de alitas te podrían hacer la vida a cuadritos. Dime, ¿Qué preferirías? ¿Alejarte por las buenas o por las malas? ¿Alejarte antes de causar un grave problema o antes de que exista el problema?
No respondí, solo me abracé más a Aby y cerré los ojos. La imagen del inocente Joel, empezando a ilusionarse conmigo, fue el incentivo para poner un alto a las cosas.
Joel no se merecía sufrir por mi amor.
Quizás después de todo, el accidente nos separó de manera pacífica.
(...)
El día pasó, y me mantuvieron en observación.
Yo mientras tanto me había quedado con Aby como mi cuidadora. Ella se convirtió en mi mamá, y realmente se esmeró en su trabajo.
Mis padres por supuesto quisieron venir a ver como estaba, pero yo les pedí que no lo hicieran. Con la ayuda del medico, y sus resultados en cuanto a diagnostico final, logró que ellos se mantuvieran tranquilos. Mi doctor les dijo que estaba bien, y que pronto me darían de alta, dejándome con la única preocupación tomarme mis medicamentos, y una posterior cita para evaluar mi pierna enyesada.
—Joel—solté en un suspiro mirando una foto de él en mi celular. El muchacho sonreía en cámara, mostrándome una foto de su torso desnudo.
¡En el futuro tendría un cuerpo que me haría pecar hasta con el pensamiento!
Tal vez se estén preguntando que pasó con Joel luego del accidente. Y pues les voy a contar.
Después de despertar estuve charlando con Aby sobre como fue que se enteró de mi accidente. Ella me contó que estuvo en su trabajo, cuando de repente recibió una llamada de un chico. Y según lo que dedujimos, la llamada fue de James; el amigo de Joel, que quizás halló a Aby como contacto más frecuente. Luego, el chico le contó sobre el accidente, y del hospital donde me tenían internada. Aby por supuesto no esperó a más y tomó un vuelo en busca de mi. Y en cuanto llegó al hospital se encontró con el chico que la llamó, el cual le entregó mi celular y mis cosas. Ella me contó que en ningún momento se encontró a Joel, o algo familiar a él.
Una vez que mi cuidado fue entregado a Aby, ya no volvimos a saber nada de James, y mucho menos de Joel. Ni siquiera había recibido algún mensaje.
—Maldito—murmuré, apagando mi celular y mirando al techo.
Ni siquiera fui merecedora a una de sus llamadas pese a que casi muero por alcanzarlo.
Al final creo que Aby tenía razón. Quizás solo bastó un poco de separación para que se le quite la ilusión que tenía por mi.
—Zope, tengo tus muletas—Aby entró animada, con mis nuevas mejores amigas—. El doctor me autorizó para que intentes probarlas. Ven acá.
—¡No las quiero!—solté malhumorada—. Esas cosas no combinan con mi carita hermosa.
—Pues tendrás que acostumbrarte, porque tendrás que usarlas por un buen tiempo—soltó Aby mientra se acercaba a mi cama—. Luego le pones estrellitas o colores para que combine con tu ropa. Eso es lo de menos. Lo que me interesa es que empieces adaptarte porque pronto nos iremos de aquí y no voy a poderte cargar.
—¡No quiero!—repliqué, escondiéndome bajo las sábanas.
—¡Levántate, mujer!—Aby empezó a soltar las cuerdas que mantenían mi pierna en alto—. Además necesitas bañarte. Hoy es muy necesario que estés lo más arreglada posible. Es un hermoso día para recibir visitas y no quiero que te encuentren apestosa, con cara de trasero.
—¡Me bañaré con pañitos húmedos!—yo seguía luchando contra mi amiga—.Por ahora solo quiero morir en esa cama porque Joel no podrá estar conmigo. ¡No me apetece arreglarme!
—Mujer, no seas necia. Levántate que necesito que te pongas linda. Incluso te traje un vestido y toda la cosa—ella me jalaba del brazo y yo me aferraba al colchón.
—¡No quiero ver a nadie!—solté con desanimo.
—Lo vas a querer ver—ella aseguró con una enorme sonrisa.
—¿Porqué voy a querer a esa persona que al parecer es de género masculino?—yo me detuve un momento y lo miré con sospecha—. No me digas que va a venir quien creo que estoy pensando.
Aby desvió su vista de mi con tristeza.
—Bueno, no... ahm...—ella aclaró la garganta—. De hecho son otras personas que quizás no esperabas.
—¿Quiénes?
—Tu papá me llamó, y me dijo que te dijera que iba a venir a visitarte un tal Mauricio. Me encomendó que estuvieras presentable, así que muévete. Por algo debe ser.
—¿Mauricio?—yo me quedé pensando, y al recordar quien era abrí los ojos.
Según mis tenues recuerdos, Mauricio era el hijo del señor que me iba a entrevistar.
La verdad no entendía como una persona que no me conocía se tomaba las molestias de visitarme, y tampoco sabía porqué para mi papá era tan importante que lo recibiera lo más arreglada posible.
—Pienso que quizás tiene que ver con algo de la universidad y la entrevista a la que no pudiste asistir.
—Yo creo que es otra cosa, y espero equivocarme—solté con pavor—. Creo que empiezo a creer que mi entrevista de universidad no era entrevista realmente. Quizás...
—¡Quizás que!
—A lo mejor solo fue pretexto para...
—¿Para qué?—Aby me miraba interrogativamente.
¿Saben cual era una de las cosas que aborrecía de la vida de alta sociedad y por la cual me empeñaba tanto en alejarme de ese mundo?
Pues en mi mundo, era tan común que los padres quisieran darte un empujoncito para que conozcas a personas de tu mismo rango económico o social. Mi padre no era tan anticuado como en la novelas, donde si un padre elige con quien te vas a casar lo haces y ya, él se podría decir que amorosamente intentaba relacionarme con personas que creía que serían buenas para mi, pero no como obligación, sino como sugerencia.
Desde niña siempre me atrapaba en alguna cita secreta con amigos o posibles prospectos de parejas de la clase alta, pero nunca funcionaba. Todas las personas que conocí por las trampas de mi papá simplemente era unos babosos presumidos. Por eso siempre me esforcé en parecer lo más común y corriente, para que esos muchachos no se me peguen como moscas.
—Creo que mi papá quiere que siente cabeza con algún niño rico—solté rodando los ojos, y Aby pegó una carcajada.
—Bueno, sea lo que sea tu papá me hizo prometerle que te tendría lo más guapa posible para que veas a esa persona que se supone vendrá. Dijo que ayudaría en mucho a tu traslado al hospital de Los Ángeles a donde iremos ahora.
—¿Nos vamos a Los Ángeles?—dije alarmada.
¡Joel se quedaría lejos de mi otra vez, y ni siquiera había venido aún!
—Sí, amiga. Dijo que te quería siendo atendida por los mejores médicos, por eso dijo que te llevemos a Los Ángeles, sitio donde está el hospital donde trabaja el amigo de tu papá, y donde al parecer te consiguió fácil acceso. Dijo que su amigo amablemente accedió a disculparte por tu inesperada inasistencia a la entrevista y que además se preocupaba por conseguirte una habitación. Dijo que por eso lo mínimo que podía hacer era sonreirle y lucir linda. Dijo que como recompensa a que te tenga bonita y gordita para tu visita, que iba arreglar lo del préstamo que les iba a dar a mis papás para que empiecen con el negocio de la farmacia, así que se buena amiga y ayúdame.
—¡NO! De seguro es otro niño bobo que solo habla de cuanto dinero tiene—solté malhumorada, metiéndome bajo las sábanas.
—Jen, ayúdame. Necesito cumplir con mi promesa para que tu papá me dé el préstamo...
—Mi papá ya tenía el préstamo desde hace tiempo, solo te quiere tomar el pelo—informé rápidamente—. Era obvio que te prestaría el dinero.
—Bueno pues en agradecimiento cumpliré con mi promesa.
—¡Aby! ¡Quiero ser pordiosera para que el tipo se decepcione y no se enamore de mi! ¡Si me arreglo de seguro se enamora y me acosa!
—Cuanda humildad—Aby dijo sarcástica.
Entonces Aby empezó a jalarme de un pie.
—¡Déjame!—repliqué cansada.
No estaba de ánimos para visitas sociales con personas que no conocía. Mucho menos cuando esa persona era una posible pareja o amigo con el que mi padre quería que me relacionara.
—¡Apúrate, Zope! Se supone que en unos minutos se pasará por aquí. No creo que quieras conocer a una persona tan importante en pijama, con el pelo mugroso y cara de zombie. De seguro le podría hablar mal de ti a su papá, y la entrevista...
—¡NOOOOOOOOOO!—yo le grité saliendo de la sábana y nuevamente me escondí.
—¡MUÉVETE!—ella continuaba jalándome
Así fue que como entre jaloneos y gritos que logró sentarme al filo de la cama. Yo por supuesto seguí jaloneando, hasta que en una de esas... la fuerza de Aby fue demasiado excesiva, causando que las dos saliéramos volando a un lado de la cama.
Caímos dolorosamente en el piso. Ella desparramada en el piso, mientras que yo caí recostada sobre su pecho.
—¡Hija de la grandísima! ¡Me rompí la otra pierna!—me quejé mientras rodaba a un lado.
Si antes me dolía el cuerpo y la pierna, ahora me dolía aún más. Estaba más sensible de lo normal.
—¡Perdóname!—Aby se me acercó con pánico—. ¡Tú tienes la culpa por no cooperar!
—Ya mejor cállate y ayúdame—yo la miré con los ojos entrecerrados—. Y solo por este incidente me debes el número de Zabdiel. Quizás aún esté a tiempo de lavarle el cerebro para que no se fije en viejas.
Aby soltó una carcajada, y en seguida se levantó para ayudarme a poner en pie.
Debo decir que fue muy complicado ponerme en pie. El peso del yeso, y la rigidez de mi pierna a causa de ello, hacia que pierda la estabilidad. Incluso llegué a pensar que mi operación estaba echándose a perder.
—¡Párate duro!—Aby gritó, mientras yo me aferraba a su cuello para no caer de espaldas.
—¡No puedo, tengo roto todo, recuerdalo!
—¡ZOPE!
—¡Me caigo, hombre!—solté en pánico.
Estábamos por inclinarnos como la torre Pisa, rumbo a desbaratarnos por completo, cuando sentimos como alguien corrió a toda prisa hacia nosotras.
¿Saben algo?
A veces el destino es tan terco. Cuando se empeña en ponerte una meta, simplemente te la mete frente a los ojos así arriesgues tu vida por evitarlo. Simplemente cuando tiene que suceder sucede.
—¿Están bien?—dijo una voz masculina a mi costado.
Ni siquiera vi quien era, solo me enfoqué en sentir alivio por no cae ridículamente. Lo único que logré captar a duras penas, fue los brazos y el torso ancho de un personaje que me llamó la atención.
—Creo, que... sí—logré decir, mientras sentía como me estrechaban en unos apetecibles brazos.
Al alzar la vista, me encontré con la cara de una apuesto chico. El tenía la piel blanca, perfecta, con una ligera barba creciendo en su mentón. Su cabello era un tanto largo, lacio y castaño. Su sonrisa era fina, y se curvaba de lado de una manera muy seductora. Uy y ni les cuento sobre sus ojos claros que hasta parecían brillar.
—Gracias—dijo la voz de Aby a un lado.
De reojo la vi incorporándose mejor mientras me sostenía de un brazo. Yo era algo así como el embutido de un hot dog, entre Aby y el chico guapo.
—¡Creo que me rompí algo!—yo fingí debilidad, y como damisela me eché un poco para atrás. El chico vestido con traje de medico se apresuró a abrazarme más fuerte—. No me siento bien. Necesito ayuda.
Hice a propósito mi cuerpo de gelatina, causando que el chico guapo me mirara con preocupación. Él, muy amable me iba apegando más a su cuerpo.
—Deberías volver a tu cama—murmuró, y yo con una sonrisa de boba me abracé a su cuello.
—Sí, yo también lo pienso—me mordí el labio—. ¿Me ayudas?
Y así fue como el chico no puso "peros" y en un cinco ya me tenía cargada en sus brazos.
Intenté hacerme lo más pesada posible, para que se le dificulte el acomodarme. Afortunadamente, el chico amablemente se tomó su tiempo de acomodarme con una sonrisa en el rostro. Yo no lo dejé de abrazar ni un instante.
¡Olía tan bien!
No sé ni como, pero en cosa de nada él ya se había posicionado sobre mi, con su cara muy cerca de la mía. Era como si el tiempo se hubiera detenido, y solo existiéramos los dos respirándonos cerca, mientras reíamos como pendejos.
—¿Debería lanzarme de mi cama más seguido?—dije en medio de una risita de niñita, y él me sonrió suavemente.
—Mi localizador estará listo para atender la emergencia—él me siguió la corriente.
En verdad la conexión que tuve con él fue impresionante. Por poco y el mundo dejó de existir. Solo eramos él y yo. Por un momento no hubo nada, hasta que de repente...
—¡Jen!—dijo la voz de Aby, y yo no hice caso—. ¡Jenifer!
—Mmm—logré murmurar.
—¡Jen!—volví a oír que decía e intenté ignorarla, pero me fue imposible ya que Aby me dio un pellizco en el brazo.
Adolorida la regresé a mirar, pero cuando noté que no me miraba sino hacia la puerta, me sorprendí.
—¡Mierda!—murmuré al ver el sitio donde Aby miraba.
Justo en la puerta se hallaba Joel con su amigo James.
Los dos miraban con cara de sorpresa la escena de yo abrazada a un doctor guapo. Sus ojos se encontraban bien abiertos y no movían ni un musculo.
Holi jejeje, les presento al guapo doctor que será muy importante en esta novela 😍
Lo que se viene estara muy bueno. En verdad que tengo muchas ideas para esta novela. Ya que no tengo más estrellados al menos por un rato, podré dedicarme más a esta novela.
Van amar todo lo que va a pasar jeejeje.
¿Qué creen que haga Joel ante la presencia del guapo doctor?
¿Quien creen que sea el guapo doctor?
Bueno, como adelanto... Jen cometerá un errorcito que en lugar de arreglar las cosas las empeorará, pero con eso nosotras vamos a ver el mundo arder, y de seguro disfrutaremos muchísimo de esta novela.
Chaitos, nos vemos en la próxima.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top