10. Inesperados accidentes



Capitulo dedicado a: @dangarvelez22 (Mil gracias por tu apoyo, ojalá te guste. Siempre s lindo leerte. Me encanta que siempre estás pendiente de mis noves 😘😘😘)




—¿Fue tan mala FBI que no supe cuando Joel sacó su licencia para conducir?—Aby me dijo pensativa.

—¿Y yo fui tan mala Joelnática que nunca supe que Joel tuvo un auto cuando era joven?—también me quedé pensativa.

Aby y yo atravesamos el pasillo del piso donde estaba mi habitación de hospital.

—Como sea, esa cuestión no es tan importante ahora. Lo que en verdad me aqueja es... ¿Cuál es el objetivo de haber fingido perder la memoria si al final sigues metida en la vida de Joel?—me preguntó Aby mientras entrabamos en el ascensor.

—El objetivo era que ninguno de los dos se sienta incomodo o triste de abandonar al otro. Se supondría que sin pasado, sin confesiones amorosas y secretos descubiertos, sería más fácil. Nadie debe tener lastima de nadie. Solo se tiene que dejar ir al otro sin problema.

—Ok, digamos que por perder la memoria ya no hay necesidad que saquen a colación los acontecimientos que vivieron, y básicamente pasaron a ser extraños, pero... ¿Ahora quieres hacer nuevos recuerdos?—Aby rodó los ojos burlona—. Conociéndote, no creo que quieras solo estar con Joel en el viaje a Los Ángeles. Si por ti fuera hasta aprovecharías que está solito para emborracharlo y llevarlo a un hotel.

—No soy tan patana—tosí incomoda—. Yo no lo emborracharía. Si algún día me llevo a Joel a un hotel, será porque él mismito quiere.

—Ash, mujer—Aby me ayudaba a salir del ascensor—. Ya date por vencida. En esta época no tendrás la virginidad de Joel. Tal vez en un futu...

—¡En el futuro ya no es virgen!—solté acongojada—. Él me lo dijo en Quito. Y creo que hasta le di consejos para que se la quitara. Ahora entiendo porque me ponía tanta atención cuando le daba mis clases de Captive in the dark. 

Dicho eso Aby soltó una carcajada.

—La virginidad no es algo tan importante—dijo ella mientras vigilaba que no tuviera problemas en caminar. Yo iba con muletas.

—Mira quien lo dice. La chica que tenía como ley darle su florecita a su esposo—le dije con aburrimiento.

—E-era mi novio cuando pasó así que... ¡Así que no le di mucha importancia al final!—ella intentó excusarse—. Y ya, en vez de interesarte en mi vida virginal, más bien metete en la cabeza que la virginidad no es la gran cosa.

—¿En verdad no será la gran cosa?—yo me detuve pensativa—. ¿Cómo se sentirá ser la primera persona en la vida de alguien a quien amas?

—Jen Villanueva eres una dramática

—Creo que llamaré a Chris—dije burlona mirando a Aby—. Necesito que me de más detalles de esa noche contigo.

—¡ZOPE!—soltó Aby con las mejillas como tomate.

—Ay, no te pongas así. Muy bien sabes que la historia favorita de Chris es esa. Por poco y lo relata como cuento de navidad en cada reunión. No se cansa de contarlo lo romántico y salvaje que fue su reconciliación—le dije en broma.

—Eso es mentira—Aby me miró escandalizada, y me dio un empujón avergonzada.

Creo que ya saben que mi amiga Mensota es un poco excesiva en cuanto a su fuerza, así que logró que me tambaleara.

—¡Ay!—logré decir cuando sentí que me iba de cara.

Pero entonces algo hermoso pasó. Mejor dicho alguien hermoso llegó.

—Cuidado—Joel me sostenía abrazándome por la cintura.

—¡Ay, Diosito algo se me rompió!—fingí dolor, y solté las muletas para agarrarme del cuello de Joel.

—¡Tú tienes la culpa!—Aby me miraba culpable, mientras agarraba las muletas—. ¡Ya sabes como me pongo cuando se ponen a bromear con mi primera vez!

Dicho eso, ella se dio cuenta que su boca soltó algo que no debía. Su ojos como platos mirando a un Joel reprimiendo una risa, me dijo que estaba arrepentida.

—Creo que no voy a poder caminar—yo cambié la conversación y miré a Joel—. ¿Me llevas a caballito?

—¿Qué?—Joel me miraba sorprendido.

—A caballito. Ya sabes. Me subo a tu espalda, y tú me llevas galopando mientras grito "Arre caballito, arre!

Joel soltó una risita. 

—Lo sé, solo que es la primera vez que una chica me pide algo así—él se ponía de espaldas, asegurándose de que yo me arrimara siempre a él.

—Es que las chicas que frecuentas no saben aprovecharse de ti—le guiñé un ojo y en seguida puse cara de tragedia—. ¡Ay, mi costilla! ¡Ay como duele!

Joel sonrió ante mi acto tan obvio, y creo que hasta aceptó mi manera tan directa de confesarle que tan solo quería que me cargara.

—Tengo una duda—Joel se agachó y yo lo abracé por el cuello. En un rato ya me tenía agarrada de las piernas llevándome—. ¿Cuántas veces te has aprovechado de mi?

Contando las veces que lo toqué en lugares prohibidos cuando era cncowner en el futuro...

—Supongo que muchas—solté una risita—. Pero como no recuerdo....

—Menos mal que no recuerdas las veces que te aprovechaste de mi—Joel salía conmigo por la puerta movediza—. No me gustaría que recuerdes cuando me quitaste algo muy importante.

—¿Qué te quité?—yo me hice la loca—. ¿Tu corazón? ¿Tu dinero? ¿Tu primer beso? ¿Tu virginidad?

—Olvídalo—él aclaró la garganta.

—¡Dime!—yo reclamaba

—¡No!—él empezó a correr conmigo hacia el parqueadero.

—¡Fue tu virginidad! Yo lo sé—decía entre risas—. Un chico que se ve tan inocente de seguro...

—¡No soy virgen!—él se defendía.

—Dime que tal estuvo, ¿te gustó?—solté bromista y lo vi reír avergonzado.

No sé porqué, pero tenía la impresión de que ambos estábamos más felices y más tranquilos desde que acepté ir con él a Los Ángeles.

Con Joel y Aby fuimos en busca del auto donde se supone iríamos, pero por más que recorrimos todo el parqueadero no lo vimos. Tan solo nos quedamos como mensos en media calle, muriendo del frio. Aunque era todavía horas de la tarde, el clima era helado. 

—¿Entonces es tu auto pero no sabes donde está?—preguntó Aby mirándolo evaluadoramente.

—Es... es mi auto, sí. Y si no sé donde está es porque mi amigo se lo debió haber llevado a algún lado—Joel respondió nervioso—. Tal vez salió a comprar algo de comida.

La verdad no me quejaba de la espera, pues seguía en la espalda de Joel. Aby por otro lado me miraba a ratos y rodaba los ojos divertida por mi cara de fan enamorada.

—¡Ahí viene!—él señaló un carro tipo escarabajo color blanco que venía por la calle.

En unos cuantos segundos, el pequeño auto se estacionó frente a nosotros y un James sonriente nos saludó.

—¡Hola amiguitos, ¿les hice falta?—él nos dijo desde el volante.

—¡¿A dónde fuiste con mi carro?!—soltó Joel poniendo una cara de enojo con su amigo que me causó ternura. De enojado no tenía nada, más bien parecía nervioso.

—Pues tenía que ponerle gasolina, por eso tardé—James se bajó del auto—. Y ya hombre. No seas dramático. No le hice nada a tu gatito.

—Azopotamadre—miré a Aby, hablándole en un susurro—. Creo que Joel ya conoció a Chris antes de lo planeado.

—No le digas gato a mi esposito—Aby me miró con un ceja alzada.

Joel me ayudó a subir en el auto mientras Aby se encargaba de guardar las maletas en la cajuela.

—¿Y vas a manejar?—le pregunté a Joel cuando me dejó dentro del auto—. Se te vería sexy como conductor.

—Ahm...—él dio una mirada rápida atrás, y luego me sonrió claramente incomodo—. Yo... yo no puedo. Es que...

—Él muchacho bebió mucho—James me informó mientras se subía al auto—. Antes de venir fue el cumpleaños de una amiga y pues... a mi querido Joel se le pasaron los tragos.

De seguro era una mentira.

—¿Lo dices en serio?—yo lo miré atónita. Aby a mi lado se subió para acompañarme en mi consternación.

Con mi amiga nos dimos una rápida mirada de sospecha.

—Sóplame—le dije a Joel con seguridad.

—¿Cómo?

—Sóplame en la cara—le pedí, y él parpadeó un par de veces.

—Okey—él se inclinó hacia a mi, y acto seguido me sopló en la cara.

Pese a que sus labios en piquito me acaloraron, más ganaba el impacto que causó su aliento con olor a alcohol.

Sin esperar a más puse mi mirada en Aby, dándole mi cara de sorpresa. Ella de inmediato se dio cuenta que mi boca abierta y mis ojos abiertos grandemente confirmaban que Joel si había bebido.

—¿Qué caraj...?—ella logró susurrar y acto seguido se mordió los labios.

Joel bebiendo alcohol es sus épocas de colegio no era algo que vi venir. Se suponía que él era un bebesito que no hacía cosas rebeldes.

Volví a evaluar su cara y noté algo raro. Bueno, de hecho lo raro es que no notaba nada anormal. No habían ojos rojos o adormilados, y su lengua no parecía pesada.

—¿Cuánto bebiste?—le pregunté—. Por tu aspecto supongo que te debiste haber bebido al menos dos sixpack de cerveza tu solo.

—Sí—él dijo con orgullo—.Logré aguantar dos.

Y entonces entendí la mentira.

Con dos packs de cerveza por lo menos debió caer conmigo aunque sea una vez apenas me levantó en su espalda.

No era posible que esté tan  bien con su equilibrio, y con tan poco olor a alcohol.

—Joel, súbete rápido. Solo faltas tú—dijo James mirándolo fijamente.

—Okey—Joel respondió sonriente cerrando mi puerta.

Mientras Joel se subía en el asiento del copiloto yo le dije a Aby en el oído:

—Mi teoría es que Joel no sabe conducir y que armó el show de estar borracho para no exponerse. A lo mejor solo se metió un sorbo de cerveza y ya.

—Por dos—Aby miraba con ternura a Joel al cual James también le susurraba algo al oído.

—Me lo como—yo le volví a susurrar a Aby.

¿Y si en verdad hizo todo el teatro solo por pasar conmigo?

Además yo no recordaba que el tuviera auto. Quizás el auto era del conductor o sea James.

Cada vez me gustaba más Joel

(...)

Emprendimos el viaje y así logré conocer un poco más de Joel y él de mi. Realmente empezamos a charlar mucho. Él me habló sobre como iba en su escuela, el club de teatro y sus pasatiempos con sus hermanos. Yo le conté sobre mi vida en preparativos para ir a la universidad. 

Luego que cambiamos de conversación nos pusimos hablar de lo que había olvidado. Básicamente me armó un cuento de que un día llegué a su casa por casualidad y que a partir de allí nos empezamos hablar a ratos. Y luego me charló de la vez que lo salvé de los niños populares. Me contó que por eso nos hicimos amigos, y colorín colorado en cuento se ha acabo. No se nombró nada de la repartidora enamorada, ni del primer beso, ni ninguna situación romántica. 

Un tiempo después que nos cansamos de hablar de películas, libros y todo tipo de cosas, a Aby se le ocurrió algo brillante. Tan solo propuso escuchar música desde su celular ya que la radio del "pichirilo" estaba dañada.

—Les gusta Sin bandera?—dijo Aby—Mi celular está repleto de todas sus canciones. Es que cuando a mi esposito se le acaba la batería y no tiene donde cargarla, agarra mi celular y se pone a oírlos.

—¿Tienes esposo?—Joel parecía sorprendido

—Sí—Aby respondió soñadora—. Soy la esposa secreta del chico más dulce, urgido e intenso del planeta tierra.

—Woou, nunca lo vi venir. Pareces muy joven para haberte casado—James dijo mientras la miraba por el retrovisor—. ¿Y a que te refieres con esposa secreta?

—Con Christopher nos casamos sin que nuestras familias lo sepan—Aby les contó suspirando—. Oigan, y ya en serio que quieren de música. Si lo les gusta Sin Bandera podría poner mis datos para oír lo que prefieran en Spotify.

—Pon Ed Sheeran—me dijo Jen.

—Amo a Ed Sheeran—dijo Joel emocionado y sonreí al pensar que ya lo sabía. 

Y una vez más el tiempo pasó pero con buena música. En esta ocasión también lo ocupamos en hablar de nuestras vidas. Aby y su matrimonio secreto fue el centro de atención. Mi amiga parecía volar en el cielo mientras les relataba su romántico día de bodas y debo decir que más se la pasó describiendo lo guapo que se veía Chris.

Cursi. 

—Cuéntales de la luna de miel—le dije fingiendo emoción—. Cuéntales como fue que se les acabaron los preservativos tan rápido.

Dicho eso Aby me dio un pellizco que me hizo gritar.

—Que tiernos—James dijo riendo disimuladamente.

Aby se hizo la desentendida y se puso a cambiar de canciones. Ahora sonaba "All of the stars". 

—Esta canción fue soundtrack de Bajo la misma estrella, la película. ¿Si lo sabían?—Aby dijo rápidamente—. Ese hombre Ed Sheeran es un genio musical. Esta en particular me gusta mucho.

—¿Has escuchado I see fire?—James nos dijo por el espejo.

—Claro—dije risueña—. Cuando mi amor platónico canta esa canción me deja en el piso.

—¿Tu amor platónico?—Joel dijo interesado. 

—Ajap—reí ocultamente—. Nunca vi a nadie cantar esa canción tan bien como a mi Dylan.

Dylan, el supuesto segundo nombre de Joel que quedó en rumor.

—Yo la canto mejor—Joel se puso a la defensiva mirándome desde él retrovisor—. Bueno, me han dicho que la canto demasiado bien.

—Cántame entonces y te digo si superas a Dylan—lo miré retadoramente y el alzó una ceja.

—lo dices en serio?—Joel dijo dudoso.

—Por supuesto—yo me crucé de brazos.

—Hazlo amigo. Muestrales esa voz que tienes—James lo animó.

Él pareció dudar un rato y al final asintió.

—Bien—Joel se giró en su asiento para mirarnos.

—¿I see fire?—Aby preguntó con la voz temblorosa—¿Te pongo esa canción?

—Lo haré a acapela—contestó Joel viéndome retadoramente.

—Como quieras—murmuró Aby y se arrimó a mi, ocultando su cara de fan enamorada atrás de mi hombro.

—Dale Joelito. Cállame la boca con tu canto—le sonreí maliciosa. 

Él soltó una risita de lado y luego de cerrar sus ojos empezó. 

Oh, misty eye of the mountain below. Keep careful watch of my brothers' souls—cantó de la misma manera que en su audición de la banda—. And should the sky be filled with fire and smoke. Keep watching over Durin's son. 

Aby y yo nos quedamos en silencio agarrándonos de la mano intentando no ponernos a gritar como locas.

—¿Y superé a Dylan?—me preguntó retadoramente. 

Lo miré embobada sin moverme un buen rato. 

—¿Quieres casarte conmigo?—solté atolondrada y él soltó una risita.

—Creo que eso es un sí—James dijo divertido.

Aby y yo seguíamos sin movernos, apretando tanto nuestras manos que dolía. Esa era nuestra manera de no enloquecer.

Nunca creí que ver cantar a mi platónico en el pasado fuera tan emocionante.

—Oye, decía en serio lo de casarte conmigo—aclaré poniéndome entre los dos asientos de adelante—. Quiero que mi esposo me cante así cada mañana.

—Deja de acosarlo, mujer—Aby me jaló hacia mi asiento.

—Joel cásate conmigo, no seas malo—solté queriendo volver hacia adelante-. Tengo dinero, así que podría ser tu "suggar mami". Y... y... no soy fea, al contrario. Incluso me han rogado para hacer trabajos de modelaje. Además te prometo que te seré fiel cada segundo de mi vida, algo inusual en mi. Incluso prometo darte muchos hijos. Tienes cara de querer al menos siete hijos. Uy, y fabricarlos será...

—Te quemas—Aby me dio un codazo.

Joel me miraba sorprendido pero riendo divertido.

—Por esto nos cae tan bien Jen—James reía—. Es de las pocas chicas que en verdad no temen decir lo que piensan.

—Pero a veces habla de más—Aby me dio un patazo en el tobillo y yo me quejé adolorida.

—Es que es tan lindo Aby. Mira su carit...—quise decir pero ella me tapó la boca.

—Discúlpala Joel. Creo que la medicación que le dieron le afectó un poco—Aby dijo sin soltarme la boca—. Es más normal lo juro.

—No lo creo. Yo diría que es aún más anormal—Joel soltó sonriente.

Tuvimos una hora más de viaje, y no sé porqué pero se me hizo que Joel y yo nos mirábamos más de la cuenta. En lo personal quería admirar a mi virgo lo más que pudiera pues estaba por dejarlo hasta quien sabe cuando.

Si perdía mis recuerdos, quizás lo conocería en un año. Y luego de eso para que él llegue a Ecuador sería otro año más de espera. Y luego estaba la incertidumbre sobre si volvería a tener la misma historia de amistad extraña con él en un futuro. No sabía que tanto afectaría la nueva vida de Aby mi historia con Joel.

Básicamente ella pasaría a ser parte de la vida común de Chris, y se podría decir que lo cncowner ilusionada de Aby desaparecería. Obviamente conmigo podría ser igual, porque de igual forma al ser la mejor amiga de Aby y amiga de Chris, pasaba a ser parte de su vida común, y el ser cncowner quizás ya no iba a ser parte de mi vida. 

—Quiero seguir siendo cncowner—susurré alzando mi cabeza que estaba arrimada en el hombro de Aby. Ella me miró extrañada.

Los chicos estaban hablando adelante sobre una tarea que tenía que hacer el fin de semana.

—¿Qué dijiste?—Aby dijo pensativa.

—Nunca me había puesto a pensar el algo muy importante—le dije con tristeza.

—Dime

Y antes que pudiera decirle algo, el sonido de una explosión bajo nosotros nos sorprendió. Todos nos sobresaltamos, aún más porque el carro empezó a disminuir la velocidad.

—¡Gato malo!—dijo un James malhumorado.

—¿Se descompuso?—pregunté a la vez que el auto era estacionado a un costado de la carretera.

Afortunadamente no había mucho transito.

—Estuvimos tan cerca—Joel miró su reloj—. Y solo nos faltaba una hora de viaje.

—¡Ay, no puede ser! Ahora más nos demoraremos en componer el auto que el tiempo que tardamos en venir hasta aquí—James dijo acongojado.

No pude hacer mucho sinceramente. Por más que alguno quiso aportar un idea para determinar el daño, creo que todos estábamos más que perdidos en cuanto al tema. Así que no nos quedó más que llamar una grúa, y buscar un taller mecánico.

—¿Y si no lo arreglan hoy?—Joel miró con los ojos abiertos a James.

—Por nosotras no se preocupen—dijo Aby apenada—. Quizás tomaremos un taxi, o en el ultimo de los casos tomaremos un autobús. Ya no falta mucho para llegar. Y en verdad lamento que por nuestra culpa estén pasando por este apuro.

—No te preocupes, lo hicimos con gusto—James dijo con su alegría característica—. De todas maneras, debía venir por unos asuntos con mi hermana. Debía dejarle unos paquetes de parte de mi mamá. Aproveché que venía por acá con ustedes para también cumplir con lo que me pidió mi madre.

—Bueno aún así, que pena por tu carro—miré a Joel, y él apenas pareció darse cuenta de mis palabras.

—Ahm... sí. No... no te preocupes. Siempre pasa, y la verdad ya se me hizo costumbre—Joel soltó con un sonrisa suave—. Mas bien discúlpame tú. Quizás si esperabas un poco más habrías ido con... el doctor simpático que te rescató la otra vez. Así no estarías pasando por esto. 

—Sí, era simpático—solté en un suspiro—. Pero creo que tú lo eres más. Por tanto... prefiero estar varada contigo. 

Joel sonrió un tanto avergonzado.

—¡Okey, antes que anochezca pensemos que vamos hacer—James interrumpió mirándonos divertido—. Yo opino que les pedimos un taxi a las chicas para que lleguen al hospital al que se supone...

—Está muy tarde para ir a la consulta. Quizás mañana—dije pensativa—. En todo caso ahorita deberíamos ir en busca de un hotel.

—Bien—James asintió—. Entonces luego que las chicas se vayan a su hotel, pasemos a la siguiente victima de este accidente; Joel—el chico miró a Joel preocupado—. Como no querrás que tu mamá se enoje por no llegar a dormir...

—¡Debo quedarme hasta que reparen el auto—dijo Joel mirando fijamente a James—. No puedo dejar en otra ciudad mi carro.

—Hombre, tu mamá te va asesinar si no llegas a Hesperia hoy mismo—James miró incomodo a Joel—. Yo haré el sacrificio de cuidar tu auto, y aunque sea encierras con candado el garage para que tu madre no vea que falta el auto hasta que lo lleve reparado, pero vete. No querrás meterte en problemas.

Si el daño del carro era grave, quien sabe cuantos días necesitarían para que se los entreguen.

—Díganle a la grúa que los lleve a Hesperia de una vez. Así no habrá problema con que lo dejen en el taller y vayan a sus casas a descansar mientras se lo entregan—dije rápidamente.

—Costaría más—James me dijo.

—Yo pago todo...

—No te preocupes—James me sonrió ampliamente—. Yo iré a Los Ángeles con él auto. Como les dije, de todas maneras debo ir allá por mi hermana. Así que aprovecharé el aventón de la grúa, para llegar allá. Y si tengo que esperar a que reparen el auto no será problema porque puedo esperar en la casa de mi hermana, y de paso arreglaría los asuntos que tengo con ella—él dio a Joel unas palmaditas en el hombro—. Yo me encargo del auto, no te preocupes.

—No te dejaré solo con este problema—Joel dijo tajante—. Me quedo en Los Ángeles.

—Tu madre te arrancará esas pestañas hermosas que tienes—James lo miró asustado—¿Estás seguro?

—No importa—Joel me regresó a mirar, y soltó una risita animada—. Y ahora... ¿Las acompaño a tomar un autobús o un taxi? Quizás tarde mucho en llegar la grúa...

—Nos quedamos con ustedes—aseguré instantáneamente—. Luego todos llegaremos a Los Ángeles juntos. Así puedo invitarlos a comer algo. ¿Qué les parece?

—Por mi está bien—dijo Aby con tranquilidad.

—Okey, entonces entremos a esperar—les dije intentando abrir la puerta de atrás.

—Perfecto—escuché decir animadamente a Joel, y acto seguido me abrió la puerta del auto. 

Sin querer sonreí por su entusiasmo. 

En fin...

Cumplimos con nuestros planes. Efectivamente llegamos a Los Ángeles en un carro que fue remolcado por un a grúa. Todo ese proceso no llevó a estar libres al anochecer.

Al final, el mecánico nos dijo que entregaría el auto en dos días. Entonces como conclusión. Los chicos, o al menos el verdadero dueño que sospechaba era James, debía quedarse hasta que esté listo.

Por otro lado con Aby acordamos buscar un hotel por allí cerca, y los chicos en cambio pensaban alojarse en la casa de la hermana de James.

Debo admitir que poco faltaba para decirle a Joel que se quedara conmigo en el hotel. Menos mal Aby me dio un pellizco antes de hablar.

—Los invito a comer—les dije mientras salíamos del taller—. ¿Se les antoja tacos?

—Son mis favoritos—afirmó Joel.

—Lo sé—solté sin querer, y él me miró dudoso—. Es decir... lo asumo. Porque eres mexicano y toda la cosa. 

—Okey—él sonrió extrañado. 

La noche siguió, y ahora estábamos disfrutando de una buena charla junto con buen comida. Pero cuando acabaron las raciones de tacos, la incomodidad de no saber que hacer para no irse se hizo presente. Así fue como repetimos raciones varias veces. Entonces al final de todo, ya no había espacio en nuestras barrigas para más tacos, por tanto se me ocurrió ocupar el tiempo lentamente en consumir algo más ligero.

—Tráigame unas cervezas—le dije al mesero en cuanto se acercó a llevarse los platos vacíos—. Quiero la promoción de viernes del cartel. 

En cuanto dije aquello, todos me miraron boquiabiertos. Sin querer solté una risita al recordar que estaba con niños "buenos" que se podrían emborrachar con piña colada.

—¿No es muy tarde ya?—dijo Joel mirándome a James y a mi por turnos.

—No, apenas son las 10—solté con simpleza.

—Mañana tienes cita medica. Deberías ir a dormir—Aby insistió mirándome con cara de "¿Qué te pasa mensa?"

—Que importa—yo alcé los hombros y los miré retadoramente—. O acaso tienen miedo de un par de cervecitas.

—¿Qué?—James soltó una risita—. ¡No, que va!

—¿Qué me dices Joel?—yo me arrimé a la mesa y lo miré burlona.

Él sonrió nervioso un rato.

—Por hoy ya bebí demasiado—me respondió, y bajó su atención a su celular—. Pero gracias por la invitación.

—¿Y tú Aby?—di un codazo a mi amiga—. Me aceptas un traguito. ¿O tienes miedo de cantar rancheras?

—¿Qué tonterías dices?—Aby soltó una risita mirando avergonzada a los chicos—. Y... y... no tengo miedo. Trae esas cervezas que no me harán nada. Como agua me pasarán.

Era obvio que Aby no quería pues tendía a hacer tonterías de borracha. Menos mal tenía un orgullo inquebrantable para no parecer cobarde.

—Entonces... solo un persona me ha rechazado—yo puse mi cara triste—. ¿Porqué me rechazas Joel? ¿Acaso no soy también tu amiga? Recuerdo que en el hospital que me dijiste que fui una buena amiga de la que estás agradecido.

—No te estoy rechazando... solo que...—él trago duro.

—¿Acaso nos soy tan importante como tu amiga por la que bebiste en la mañana? Yo también me merezco un brindis contigo. Además te recuerdo que este podría ser nuestro brindis de despedida. En lo personal me encantaría beber un trago con mis buenos amigos de Estados Unidos como fin de mi aventura. 

—Jen, tu no puedes beber—me dijo Aby severa—. Estas tomando medicamentos.

—Pero pueden brindar por mi—le dije como si nada, y volví mis ojos hacia los chicos que se miraban de vez en cuando—. Para mi es una tradición beber y reír con mis amigos en fiestas de despedidas. ¿No es así Aby?

—Sí de hecho, pero...

—¡Joel!—volví a mirarlo—. Solo por una vez en tu vida deja de hacerte el difícil, y... acéptame esta tanda de bebidas. ¿Lo harías?

—Yo....

¿Se preguntan porqué hacia esto?

Pues... simplemente porque me moría por ver a Joel de borracho. Nunca tuve la oportunidad de verlo en esas fachas. Nunca se filtró algo así en un futuro. Y me mataba la curiosidad de verlo así. Solo e imaginarlo me moría de ternura.

—Entiendo—yo puse mi mejor cara de decepción—. No soy digna de un brindis tuyo. No valgo más que tu amiga cumpleañera...

—No quería beber porque quizás mañana tenga que conducir—Joel aclaró la garganta incomodo, pero luego me sonrió suavemente—. Pero por ti, lo haré. Será un placer brindar por Jen. 

Creo que la noche iba a ser muy divertida.  





Hola chicas bellas!! A los años vuelvo por aquí jejeje

¿Les va gustando la nove de los olvidados?

Pues las cosas se van a ir poniendo cada vez mejores con el paso de los capitulos, ya verán. 

Por cierto, ya les solté una pizca de lo que será el gran problema de la nove y lo que tendría que ver con los abichuelos. Poco a poco irán entendiendo la razón del prólogo jiji. 

¿Qué creen que ocurra el siguiente capitulo? hahahaha

Bueno chicas, nos vemos en siguiente cap donde quizás un trio borracho nos acompañe jijiji. 

Chaitos!!

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