Especial "Mi vida después de ti": Te me vas


Maratón (Parte 1 de no sé cuantas, pero son muchas partes jajaja) 



¿Como fue que la presencia de una chica llegó a ser tan indispensable para mi?

Ya ni sabía si podría seguir buscando mis sueños, cuando sentía la necesidad desesperada de primero sufrir por ella. Y claro que habían días donde solo recordaba a Aby con alegría por haber estado en mi vida, pero habían días donde lo único que quería era congelarme para que me despierten en cinco años, cuando Aby finalmente estuviera. Pero creo que los malos ratos por su ausencia se hacían cada vez mas intensos. A medida que pasaba el tiempo, en lugar de mejorar, más bien iba empeorando. Solo de pensar que me faltaban cuatro años, me daban ganas de gritar hasta quedarme sin voz.

—¡¿Alguien podría ayudarme?!—yo me recosté con la cara hundida en la almohada—. Alguien por favor... 

Y la respuesta me llegó en ese momento, pues sentí como alguien tocaba mi espalda suavemente.

Obvio casi me hago pipi en ese instante a causa del susto, pero al girarme y ver quien estaba frente a mi, sentí todo tipo de sentimientos menos susto. Para ser mas específicos, sentía confusión.

—¡¿Qué crees que estás haciendo?!—Aby me dijo, luego de jalarme los audífono haciendo que estoy caigan—. Mira como estás.

Con la boca abierta, yo la miré sin mover un músculo. A duras penas y podía respirar.

—Si no llegaba a tiempo, quien sabe que idioteces hubieras hecho—Aby, se alejó de la cama y fue a cerrar la puerta de la habitación. No sé ni cuando la abrió, ni como. 

Al analizarla mejor, la vi cargando una enorme mochila que combinaba muy bien con su ropa de campista de la montaña. Ella estaba tan abrigada que a duras penas se le veía el rostro.

—Por un momento creí que nuestro aniversario la pasaríamos de una manera más romántica, pero no—ella suspiró, mientras se retiraba su ropa—. Resulta que ni medio llego me encuentro a un Christopher medio borracho, que ni siquiera me habla en cuanto me aparezco luego de volver del futuro. Diablos, ni siquiera reaccionas.

Y era cierto, yo solo me quedé sin habla, mirándola como estúpido desde la cama.

—¿Acaso no me vas a decir algo?—ella se cruzó de brazos, mirándome con una sonrisa melancólica.

Ante su pedido, lo único que pude hacer fue levantarme lentamente sin siquiera parpadear. Sentía que si lo hacia, ella desaparecería por ese descuido.

—Christopher Vélez, di algo—ella se seguía retirando su ropa, hasta quedar únicamente con un suéter y unos pantalones de licra—. O es que... ¿acaso quieres que me vaya?

Por mas que quería decirle algo, no podía. Parecía que me comieron la lengua los ratones, literalmente.

—Diablos, no me digas que... ¿Acaso ya no me quieres?—ella me analizó incomoda, y luego solo se agachó a tomar sus cosas en el piso—. Yo... yo mejor me voy.

Ella apresurada empezó a caminar a la puerta, pero yo la seguí detrás a toda prisa.

—¡NO TE VAYAS!—grité con desesperación, mientras la jalaba del brazo haciendo que me mire.

—Nunca me iré—ella sonrió, mientras ponía sus manos en mis mejilla—. Solo intentaba lograr que reacciones.

Mi corazón hacia ruido en toda la habitación, pues esto que pasaba era loco en todos los sentidos.

—¿Cómo es posible que estés aquí?—le dije atolondrado.

—Al parecer alguien estuvo muy dedicado a pedir por un milagro—ella me dio un pico en los labios—. Y resulta que las voces hicieron una que otra cosita, para que yo pueda viajar al pasado.

—¿Cómo? ¿A... a que te refieres?

—Me contaron que había un Chris que muerto de la desesperación por no tener a su abichuela, pidió por un milagro para ya no extrañarla más. Así fue como las voces hallaron que la mejor solución para el sería... regresarle a su abichuela. Me dijeron que va en contra de las leyes, pero aquí me tienes. Volví contigo, amor. Y nunca me volveré a ir, lo prometo.

Sin aguantar más, me lancé a sus brazos. La envolví con mi cuerpo como si mi vida dependiera de que tan fuerte la apretaba. Era la única manera que hallaba de comprobar que lo que pasaba era real.

—Debo estar soñando—dije en medio de mis intentos por no ponerme a llorar ahí mismo—. Esto... esto es imposible.

—El amor hace milagros, Bodoque—ella me separó de su cuerpo, y me dio un beso en los labios—. Tú, lograste traerme de vuelta.

No sabía que más hacer, así que solo me lancé a besar a Aby con desesperación. Ya llevaba mucho que no tocaba esos labios que eran tan míos. En serio que eran como mi oxigeno.

—Me devolviste la vida—le dije, mientras la volvía abrazar—. Gracias, hermosa por volver y darme vida otra vez. 

—Gracias a ti por dejarme volver—ella habló con los ojos cristalinos—. No sabes lo mucho que sufrí en el futuro, sabiendo todo lo que te deparaba tu vida hoy. Yo... yo solo quería morirme al imaginar tu dolor. Y quizás puede que en mi mundo estaba un Christopher, pero aun así a él no lo sentía como mi Bodoque del pasado. Él no era mi chico que me extrañaba, y al que se le iba el alma recordándome. Yo solo pensaba en regresar a ti.

—No tienes idea de todo lo que pasé por tu ausencia. Tú... tú te convertiste en mi vida, y no lo supe hasta que te fuiste. Por un momento creí que si podría cumplir con mi promesa de continuar mi vida sin ti, pero... no pude. Tú... tú lo eres todo para mi—yo le confesaba entre besos. 

Simplemente no podía dejar de hacerlo.

—Tranquilo mi amor—ella acariciaba mi mejilla con delicadeza—. Ya no sufrirás más. Ya todo esto se acabó. Estoy aquí...

—Si, lo sé—hablé a la vez que Aby me abrazaba del cuello. Con un poco de fuerza e impulso de su parte, ella dio un salto para envolver sus piernas en mis caderas—. Nunca más te volverás a ir de mi lado.

—No lo haré—ella sonreía, mientras regaba besos por toda mi cara.

Yo no resistí más, así que la llevé conmigo hacia la misma cama donde estuve recordando nuestra primera vez. Lo único que quería en esos momentos era recordarlo todo de ella, milímetro a milímetro.

—No tienes idea de lo feliz que soy ahora mismo—yo la coloqué sobre la cama, poniéndome sobre ella—. Tú me das vida Aby, no puedo decir más.

—Y tú me la das a mi—ella me abrazó nuevamente, acunando mi rostro en su cuello.

Su aroma volvía atontar mis sentidos.

Allí mientras la besaba, de pronto oí como voces rodeaban nuestro ambiente. De la nada, las cosas se pusieron oscuras.

—¡Lo siento Aby!—escuché una voz femenina en algún lugar, y tanto ella como yo regresamos a buscar el origen de la voz.

—¿Qué fue eso?—dije, mientras la sostenía contra mi. 

Algo estaba mal en todo esto.

—¡Lo intente, en serio lo hice!—la misma voz decía en medio de un llanto. Aby creo que reconoció la voz, pues me empujó levemente y se sentó sobre la cama con la cara pálida—. Perdona Abigail. 

—¿Qué pasa?—Aby miraba hacia todos lados con pavor—. ¿Qué está pasando?

—No puedes quedarte—dijo una voz masculina, y de pronto todo se empezó a poner oscuro a mi alrededor—. Debes volver ahora, antes que sea demasiado tarde

—¡No!—Aby gritó, mientras me tomaba de la mano y me hacia poner en pie de una sola.

De pronto la ventanas y las puerta se abrieron de golpe, y un viento infernal que hizo mover todas las cosas en la habitación nos inundó.

—¡Aby, necesito que regreses al futuro! Van a pasar cosas malas si te quedas—dijo la voz femenina, a medida que el viento se había mas intenso.

—¡No me iré!—dicho eso, ella me tomó de la mano y me empezó a llevar fuera de la habitación, pero en el momento en que estuvimos por llegar a la puerta, ella cayó al piso.

—¡Abigail!—grité mientras la sostenía en mis brazos. 

Poco a poco mire como ella iba perdiendo el sentido. Era como si empezara a quedarse dormida.

—Lo lamento mucho, amor—ella me logró decir, y yo no evité llorar al ver como se desvanecía frente a mi—. Aun nos separan cuatro años. Lo siento tanto.

—¡No!—negué frenético y con el corazón roto—¡No te puedes ir!

Antes de que pueda hacer algo más, ella había desaparecido dejándome solo nuevamente.

—¡Aby!—grité, tanteando el piso—¡Vuelve! ¡Por favor, vuelve!

Y así estuve gritando por lo que me parecieron horas. Y abría seguido gritando por ayuda, pero resulta que misteriosamente el pitido de un carro en la calle, me despertó.

Todo había sido un maldito sueño.

—¡Esto me va a matar algún día!—protesté mientras adormilado me sentaba sobre la cama.

Miré a mi alrededor, y recordé que en esa misma habitación tuve a Aby por varios minutos gracias a mi sueño. Aun no sabía si fui afortunado por volver a encontrarla, pero... al menos la vi. Al menos en sueños volví a sentir sus labios.

(...)


—Cuidate mucho, mi Cielo—mi madre me dijo en cuanto quise salir de mi casa—. Ya sabes que las carreteras son muy peligrosas.

Llevaba meses enteros sin ver a Aby, y la extrañaba de una manera que aterraba. Si no podía tener a mi abichuela del futuro, al menos debía tener a la del pasado. Ahora mismo iría hasta Quito, a verla aunque sea de lejos.

—Manejaré con cuidado—le sonreí, y luego la abracé fuertemente.

—Me alegra que hayas decidido salir con los chicos, siempre es bueno pasar con amigos—mi madre me dio un beso en la mejilla. Ella estaba convencida de que iba a un paseo a la playa con mis amigos, cuando en realidad no era así—. Ay, mi vida. Sé muy bien por lo que estás pasando. Pero como siempre se los he dicho a ti, y a tu hermano, es bonito enamorarse, sí, pero... enamorarse no es sinónimo de perder tú vida—mi madre me sostuvo la mirada, a la vez que jugaba con mi fleco—. No tiene caso, quedarse sufriendo por un amor que quizás nunca fue para ti. Y sí, Aby fue una linda niña, pero si no sé quedó contigo fue por algo. La vida quita algo, porque quiere darnos algo mejor.

—Ese algo mejor es ella—le dije con simpleza—. Y aunque sé que no entienden, Aby no se fue porque quería.

—Esta bien—ella asintió cansada—. Pero de todas maneras, antes del amor a Aby, debes tenerte amor a ti mismo. Por eso, en honor a ese amor, debes continuar con tu vida. Nunca es bueno entregarse tanto a una persona, primero entrégate a ti mismo, mi amor. Eres todavía un chico de tan corta edad, con toda una vida por delante. E incluso puede que eso que llamas amor aún ni lo conozcas, porque quien sabe y la persona que sabrá cuidar de tu corazón aún está esperando por ti en un futuro. Y comprendo que ames mucho a Abigail, pero no por eso vas a dejar todos tus planes. Realmente hay todo un mundo allá afuera, esperando por ti. No quisiera que dejes esperando ese mundo de sueños, solo por un amor que no tuvo éxito.

—No lo haré, seguiré luchando por mis sueños, pero... de todas maneras, al menos quiero un poco de tiempo para superar esto. Como usted siempre lo ha dicho, soy humano y lastimosamente no puedo controlar lo que siento, y en este mismo instante siento que todo duele. Y sí, puede que piense que me estoy entregando demasiado, pero no me arrepiento. Todo lo que le entrego a Aby, va a valer la pena en un futuro. En unos años se podrá dar cuenta.

—Está bien, pero lo único que te pido es que no dejes que tu sentimientos te impidan luchar por lo que quieres. Y sé que no me lo vas a negar pero algunas veces así fue en el trascurso de estos meses, porque te recuerdo que muchas veces me pusiste pretextos cuando te hablaba de tu viaje al extranjero. Siempre me ponías trabas, para continuar viviendo en Ecuador. Incluso una vez, me dijiste que querías ir a estudiar a Quito, olvidando todos tus planes de ir a estudiar música al exterior. Yo sé que si querías ir a estudiar en Quito, fue por Abigail. Sé que tú lo único que quieres es seguirla a ella a donde vaya. Eso no me parece justo contigo, ni con las personas que queremos un gran futuro para ti.

Puede que quizás mi obsesión por tener a Aby, aunque sea la del pasado, se había salido de control.

—Yo sé que va a ser difícil, pero no puedes dejar que tu vida se pare por una simple chica como yo.

Prométeme que vas a luchar por superar lo que tuvimos, y que vas a enfocarte en alcanzar el futuro que te mostré. Promételo.

Por favor, no me hagas responsable de arruinar tu futuro. No sería justo para ninguno de los dos.

—Claro... te... lo prometo, hermosaoí mi propia voz en mis pensamientos

Yo no estaba cumpliendo con mis promesas. Ciertamente, aún no había logrado superar mi historia con Aby. 

Si tan solo hubiera una manera de borrarla de mis recuerdos, hasta cinco años después cuando ella vuelva. De seguro la vida sería más fácil para mi.

—Mamita, le prometo que luego de este viaje todo va a cambiar—le informé animadamente, mientras cargaba mi mochila con ropa—. Voy a luchar por todo lo que soñé.

—Sé que así lo harás. Gracias, mi Cielo—ella me dio un beso en la frente.

Tenía que cumplir con mis promesas, pero a lo mejor le haría una que otra modificación.

Me despedí de mi madre, luego de varias explicaciones acerca de los planes del "tour" falso en la ciudad de Manta junto a mis amigos. Supuestamente estaría una semana en Manta y luego volvería. Menos mal Dani, me ayudaría con la mentira (Solo él sabía de mi viaje secreto a Quito, para ver a Aby). Su misión estaba en impedir que alguno de mis amigos, deambulara cerca de mi casa o mi familia. Obvio ellos no debía aparecer pues estaban conmigo en Manta.

Si alguno era descubierto en Loja por mi familia, mi mentira también tendría que ser descubierta.

(...)

Era un maldito loco.

Era un maldito loco.

Y era un maldito loco.

—¡La besé!—solté un grito en cuanto entré a mi habitación del hotel.

Aún no podía creer que realmente hubiera sido capaz de robarle un beso, a una Aby que no sabía quien carajos era. Aunque la verdad, para no conocerme estuvo demasiada entusiasta con corresponderme.

Sonreí de lado,y más que gustoso al pensar que Aby siempre reaccionaria así ante mi presencia. Ni aunque no me conociera, su corazón me reconocería como esa otra mitad que le falta. En cualquier tiempo o espacio ella sabría que me pertenece, y de igual manera sería conmigo.

—Ella me prefiere, imbécil—solté al recordar a Antoni.

Cuando recordé que no era el único chico, por el que Aby suspiraba, me frustré. Era tediosa la idea de saber que ella se debía a alguien que no sea yo. Y de alguna manera en este mundo, yo era solo un desconocido que le gustó por un mínima cantidad de tiempo.

Como extrañaba aquellos días en que Aby se moría de celos, en cuanto alguna chica me echaba el ojo. Ahora tal vez si alguien lo hacía, a ella no le importaría.

Caminé pensativo hasta la ventana, y me arrimé allí mirando el paisaje de la ciudad de Quito. Allí mientras disfrutaba de la vista, analicé mis planes con respecto a mi futuro.

Aby me dijo varias cosas del futuro, y obvio más las dijo por mi terquedad de saber más. Ella me habló de que básicamente tendría que vivir siempre entre cuatro paredes para tener privacidad, y a veces ni así. Me dijo que para que yo pueda salir a solas, siempre debía tener a algún gorila siguiéndome incluso hasta al baño. Siempre tendría la ajetreada vida, en la cual todo mi tiempo debería organizado de acuerdo a la productora y sus negocios. Me habló sobre las fechas especiales en familia de las que me despediría, pues siempre estaría ocupado en asuntos de Cnco. Ella dijo que desde el éxito de Cnco, mi vida estaría en maletas, y sin descanso por meses enteros. Sería viaje tras viaje, madrugada tras madrugada, avión tras avión incluso sin dormir días enteros. 

—¿En realidad vale la pena?—me cuestioné haciendo figuras con mis dedos, en los vidrios empañados.

Pese a que podría ser impresionante estar en los más grande escenarios, ser el centro de atención de toda la prensa, y de miles de fans que me amaban de manera que a veces era una locura, quizás el precio de la fama podría ser mas fuerte.

Amaba cantar, y perderme en un mundo distinto con cada melodía, pero... ¿En serio quería que mi sueño de ser cantante llegue a tales limites?

Obviamente yo prometí a todos que lucharía por mi sueño de triunfar en la música, pero.. quizás lo podría hacer de una manera no tan extrema como la que haría con Cnco. Tal vez, si conseguía mi sueño por mi solo, sin ayuda de Cnco tal vez llegaría pero no de una forma tan explosiva.

—¡¿Que carajos hacer?!—yo me di contra la ventana, haciendo que esta suene en toda la habitación.

Aquí solo tenía dos opciones, ser un famoso inalcanzable pero sin familia y amigos, pues casi nunca los vería. O no ser famoso (O al menos un poco famoso) pero con mi familia y amigos por siempre.

Habían cantantes ecuatorianos que eran conocidos en el país por ejemplo. Ellos cumplían con sus giras en el país y algunas veces fuera, pero a la final solo eran unas cuantas ocasiones. Ya cuando todo terminaba se la pasaban cerca de casa con sus seres queridos, yendo a los estudios de grabación en la mañana y regresando a casa luego del trabajo para pasarlo con su familia, así como las personas normales.

No eran "los famosos acosados" pero bien y cumplían su sueño de cantar en escenarios y tener a fans que los apoyaban. Para mi eso bastaba y sobraba.

—¡Con Cnco irías a Viña del mar!—me dije nuevamente al recordar las ventajas de continuar con mi destino de ir a la banda, y ganar—. ¡Conocerás todo el mundo, y hasta llegarás a ser conocido en Japón!

Mierda, así como habían "contras" con respecto a mi vida con Cnco, también habían muchos y jugosos "pros".

—Prince Royce, Wisin y Yandel, little mix, Meghan trainor... ¡Diablos, no puedo creer que vaya a cantar con ellos!—yo arrastré abatido mis pies, hasta llegar a mi cama. En un cinco me lancé y me empecé a revolcar con frustración.

No sabía que elegir.

Tal vez la vida de famoso, no debía ser tan trágica después de todo. A lo mejor solo disfrutaría mi vida de fama extrema por cinco años; que era lo que duraría el contrato con Cnco y luego volvería a mi vida normal.

¿Pero y si nunca recuperaba mi vida normal?

—¿Y si me convierto en un Justin Bieber?—yo me quedé congelado, mirando al techo.

A ese chico sin duda le dejaron sin vida privada y con una destruida reputación hasta el final de los tiempos.

—Ser famoso asusta—yo tragué duro.

La fama no era tan bonita después de todo.

Otra de las cosas que también me dio una punzada al corazón fue pensar que ya no viviría en mi bello Ecuador. Aby me contó una ocasión que yo llevaría a mi familia a vivir en Miami, y obviamente las excusas para volver a las calles que me vieron crecer se terminarían.

Ya no iría a la cancha a jugar fútbol con mis amigos, o a vaguear con ellos en los miradores. Ya no viviría en la casa, que para mi era el mejor lugar del mundo para vivir. Ya no vería a mis tíos, o a mi padre y mis hermanos. Ya no comería la comida lojana tan exquisita que era mi perdición. Ya no estaría en mi país, sino más bien estaría en un lugar donde me sentiría como un extraño. Ciertamente mi estilo de vida en Estados Unidos, será muy distinto al que tengo en mi humilde Ecuador.

Con decirles que hasta me daba la impresión de que extrañaría con el alma, salir a comprar a la tienda de la esquina un dólar de pan en chanclas.

—Y si me caso con Aby, necesariamente la tendría que llevar a vivir a Miami—susurré con culpa.

Un matrimonio a distancia no funcionaria, así que o ella o yo debíamos elegir a quien seguir. Si ella me seguía a mi en Miami, o yo seguirla a ella a Ecuador. Pero no creía que un matrimonio podría funcionar, con ella haciendo sus sueños en un país y yo en otro.

¡Diablos, esto era complicado!

Bien y podríamos ponernos de acuerdo para que ella estudie y cumpla con su trabajo de médico en Miami, mientras yo trabajaba en los estudios de grabación. Luego ambos podríamos regresar en la noche a tener nuestra vida de esposos. ¿Pero si ella no quería seguirme a Miami, y más bien quisiera estudiar y desempeñar su vida profesional de medico en Ecuador? ¿Que tal si ella no quisiera separarse de su familia y su amigos en Ecuador, para seguirme? Yo no la podía obligar a ir conmigo, y mucho menos lastimarla al alejarla de las personas que ella ama.

—Y ni siquiera en Miami creo que voy a tener vida—dije desanimado, empezando a gimotear de la frustración.

Mi vida se regiría a viajar todo el tiempo, así que obviamente tendría que abandonar a Aby y a mi familia casi siempre.

Si ahora que llevaba separado de Aby por unos meses, ya me estaba volviendo loco, que pasaría si mi vida entera estuviera sentenciado a vivir en giras y sin la compañía de ella.

—¿Y si ella y mi familia viajan conmigo?—tragué duro al hallar una solución un poco egoísta. 

¿Y si ellos no quieren dejar sus sueños por seguirte como perrito faldero?

¡Esto era un gran dilema para mi!

Para poder darme más ideas de lo que significaría ser famoso, me puse a stalkear videos y testimonios de gente que se volvió desquisiadamente famosa. Allí llegué a la conclusión de que muchos de ellos, solo tenía un deseo en común... "ser olvidados".

Miré también varios videos de fans de boybands a lo largo de los tiempos, y juro que me dio miedo la marea de fans que se les agolpaban. Fans, que no les daban ni un milímetro de espacio. Fans, que eran su responsabilidad, pues si ellos hacían algo mal, ellas sufrirían sus consecuencias. Así era de pasional el amor de ellas.

Ya una vez cansado de tanto pensar, me decidí a bajar a buscar algo de comida en el restaurante del hotel, uno que quedaba a varios minutos de la casa de Aby.

Con todo y confusión por mis pensamientos, bajé a buscar comida, sentándome en la primera mesa que hallé. Allí note que no había mucha gente, y lo único que animaba el ambiente era una televisión donde se transmitía un concierto de salserín.

La canción que cantaban era fan enamorada.

¿Porqué tenía la impresión de que Aby me dijo algo importante sobre esa canción?

—¿Y que ordenará?—me preguntó un chico pelinegro, sonriéndome calidamente.

Miré rápidamente el menú, y opté por la opción menos saludable. Yo pedí una papi pollo, y un batido de mora. Hubiera pedido una salchipapa, pero eso no era bueno para mi nostalgia. Aby siempre se relacionaría con esa palabra.

—Una fan enamorada—murmuró el chico y sin verlo venir se sentó frente a mi sin despegar su vista de la tele. Servando y florentino ahora eran salvados por parte de seguridad de una cuantas chicas que se pasaron las vallas de seguridad durante el concierto—. Vaya, debe sentirse tan bonito el amor de una fan enamorada.

—Yo diría que asusta—hablé, al ver que las chicas se desmayaba de la emoción, y otra hasta agarraban a golpes a los policías que las querían sacar del escenario.

—Puede que asuste, pero pienso que ese amor tan intenso puede ser capaz de llenarte el corazón de manera inimaginables—él chico me regresó a mirar, y allí note unos ojos azules que me atontaron por un segundo—. Estoy seguro de que cambiarás de opinión pronto. 









Chan chan chan!!!

Jajaja, Woli, woli. 

Yo sé que ya se dieron cuenta quien era el mesero de ojos azules. Si no se dieron cuenta ya pues... jajaja. 

Sé que piensan que este especial tratará sobre la triste y dramática vida de Chris sin Aby, pero déjenme decirles que no será tanto así. Este especial será más dedicado a Chris y a sus inseguridades sobre el futuro. No tienen idea de la sorpresota que les voy a soltar más adelante. De seguro se me mueren con lo que se viene, y sé que se van a divertir mucho.  

Por cierto, adelanto del siguiente cap: Quizás haya una batalla a muerte entre Antoni y Chris jajaja. Ok no, ya exageré. 

Nos vemos en la siguiente actualización :)

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