Especial "Mi vida después de ti": Primera vez
Solo diré que este capitulo me lo han pedido mucho, así que... ¿lista para morir de amor con la primera vez de Chris y Aby?
Nota 1: este capitulo tendrá escenas subidas de todo, así que ya advertí jajaja
Nota 2: No encontrarás spoiler para la segunda temporada en este capitulo :)
Capitulo dedicado a: @mypeacejoel (Angie de mi vida!!!! No sabes lo mucho que me emociona dedicarte un capitulo. En serio en un gusto enorme tenerte de lectora, cada vez que pones algo en tus redes referente a los abichuelos, me matas de amor jajaja. No en serio, mil gracias por tu apoyo. Y realmente es un gran apoyo pues he visto que tú me haces marketing en tus cuentas, y dejame decirte que tú si manejas multitudes ggg. En serio te mereces todos esos seguidores, por el material que nos regalas (Mujer me matas de la risa con tus memes). En serio gracias por todo. Besitos Angie!!! )
En cuanto me bajé del taxi fui rápidamente hasta recepción, y sin pensarlo dos veces pedí la habitación que era de Aby. Afortunadamente esa habitación había estado desocupada. Aunque Gaby una vez me contó que un estudiante de electrónica la había alquilado por varios meses. Creo que ese chico fue el único que invadió el lugar de Aby.
—Hola, Chris—Gaby me dijo en cuanto me vio entrar—. ¿Qué haces por estos lugares a tan altas horas de la noche?
—Tengo una cita—le comenté con una sonrisa.
—¿Cita?—ella me miró con los ojos entrecerrados—. ¿Con quien?
—Con la abichuela—le dije animadamente
—¿Aby va a venir acá?—ella abrió la boca en gran manera por la sorpresa—. ¿Cuándo? Dime.
—Hoy—suspiré con nostalgia—. Es que hoy es nuestro aniversario.
—¿Quedaron en verse hoy?— ella me dijo dando saltitos de felicidad—. Dios, no puedo creer que finalmente la podamos volver a ver. ¿A que hora llega?
—No lo sé. Ella no me lo dijo—yo desvié mi vista de Gaby y miré al piso de arriba—. Este... podrías... ¿podrías darme la llave de su habitación? Y... no te preocupes, yo pagaré la noche.
Gaby, con todo el entusiasmo del mundo, se dirigió hasta el estante de las llaves, y me dio la tan conocida llave dorada desgastada, que era de la habitación de mi novia.
—En cuanto llegue, y en caso de que no la vea... dile que quiero hablar con ella. Esa desgraciada me debe muchas explicaciones. No se ha aparecido por meses—ella me dijo entre feliz y enojada.
—Aja—le respondí, y sin más me dirigí al piso de arriba.
Con extrema rapidez, fui por el pasillo, y casi con desesperación abrí la habitación. En tiempo récord yo había dejado al descubierto la habitación que se había convertido en mi favorita. Aquel lugar donde viví tantos momentos especiales con Aby.
—Volvemos a encontrarnos—susurré, mientras cerraba la puerta quedándome adentro.
El estar allí me hizo sentir de pronto su presencia. Podía sentir claramente su aroma en el ambiente, lo cual me hizo sonreír. De pronto eso no fue todo, porque pese al silencio, se me hizo escuchar su sonrisa, la misma que oía cada mañana cuando despertábamos juntos. Todavía miraba sus fotografías favoritas, pegadas en la pared junto a sus dibujos. Hasta se me hacia mirar su desordenada habitación frente a mis ojos.
En fin... habían muchas cosas propias de ella en la habitación.
Quise hallar una manera de sentirla conmigo en una fecha tan importante, y al parecer iba teniendo éxito.
—Te extraño mucho, hermosa—dije mientras caminaba lentamente por el cuarto.
Con nostalgia cerré los ojos, recordando la sonrisa que ella me regalaba cada vez que llegaba a su habitación. Aun sentía sus brazos envolviéndome con fuerza, en medio de pequeños besos que ella me daba por toda la cara. Siempre se alegraba de que le fuera hacer compañía, pues en este tiempo ella no tenía a nadie en el mundo.
En cuanto abrí mis ojos y al bajar la vista, hallé la cama donde ella solía descansar. Recordé su tierna imagen, durmiendo con la boca medio abierta, vistiendo una pijama enorme de animalitos y abrazada a una almohada. Siempre me gustaba admirarla sin que ella se de cuenta. Para mi era tan perfecto despertar así cada mañana.
El despertar con ella era todo un privilegio que solo fue mio. Afortunadamente, yo fui el unico chico con el que ella había despertado. De todas las veces que ambos amanecimos juntos, obviamente hubo una que siempre guardaré en mi corazón. Esa ocasión a la que me refiero es a nuestro despertar luego de haber hecho el amor por primera vez.
Diablos, creo que jamás en la vida había sentido lo que sentí esa noche.
Ese día sentí una paz que nunca había sentido, pues después de días de haber creído que todo estaba perdido, y luego de habernos hundido en miles de pesadillas sobrenaturales de un presagio de nunca más poder estar juntos, ambos logramos hallar una solución a todo mal en nuestro amor.
Obviamente nuestra respuesta desesperada fue mandar todo al carajo, y mas bien aprovechar lo poco que teníamos juntos. Y claramente, yo puse todo mi empeño para iniciar de buena manera aquellos planes, porque cuando hice el amor con ella, realmente me entregué por completo. Ella lo tuvo todo de mi, y no creo que pude haber sido más feliz por ello.
—Te amo tanto—ella susurró, mientras yo besaba con delicadeza su cuello.
—Yo también—yo detuve mis besos, y analicé su rostro.
Se notaba claramente su nerviosismo ante lo que estaba por pasar. Y era comprensible, pues era su primera vez.
—Chris... yo...yo...—ella movía sus manos temblorosa en mi espalda—Tengo una pregunta.
—Claro amor, dime—le dije, mientras pasaba delicadamente mi nariz por su mejilla.
Amaba aspirar su aroma, y más aun cuando estaba tan mezclado con el mio. Era algo adictivo.
—¿Es verdad que la primera vez duele?—ella me dijo, sonrojándose al instante cual tomate—. Es que... es que quiero prepararme psicológicamente para esto.
Riendo ante su pregunta, yo acaricié su mejilla y besé sus labios.
—No tengas miedo—le susurré en el oído—. Haré que no duela, lo prometo.
—Pues más te vale, sino te cantaré la rata versión remix— ella me dijo bromista, y yo solté una carcajada
Miraba aquella cama, donde compartí demasiadas veces intimidad con ella. Admito que desde aquella primera vez que ambos nos pertenecimos el uno al otro, había adquirido cierto vicio por hacer el amor con ella. Era algo inevitable para los dos.
Aby me miraba con una tanto de pena, desde la cama. Ella cubría su cuerpo desnudo con una sabana, mientras que yo había ido al otro extremo de la habitación a buscar un preservativo. Por supuesto cuando fui como Dios me trajo al mundo, a deambular por la habitación, Aby se sonrojo y se puso a mirar a cualquier lado menos a donde yo estaba. Me mataba de ternura verla ocultamente avergonzada a la nueva situación.
Ella quería fingir que todo estaba tan tranquilo, pues ella siempre reía y hacia cualquier tipo de broma en el transcurso, pero no lo lograba. Yo notaba su nerviosismo.
—Creí que esto iba a ser más salvaje—ella me dijo en medio de una risita, cuando yo volví a la cama.
—¿Cómo te imaginaste que sería?—yo exploté en risas, mientras me iba colocando encima de ella. Aby no dudó en envolverme con sus brazos.
—No se... es que como en las películas a veces muestran esto como algo desesperado y rápido pues...—ella me miraba con una sonrisa nerviosa.
—¿Que películas ves?—le dije extrañado
—Pues muchas, pero... me gustó mucho la escena de la primera vez de bella en crepúsculo— ella me contó sonriente—. Y pues como ellos no fueron tan lento cuando lo hicieron pues...
—El novio de Bella era un vampiro con superfuerza y supervelocidad. Por eso hasta rompió la cama—le dije con una ceja alzada—. Tú novio, es un simple mortal que hace el amor como las personas normales.
—Buen punto—ella me dio un beso rápido en los labios-
—Bueno ni tan normal, porque quizás mi superpoder cuando hago el amor contigo, solo sea amarte como te amo—yo le guiñé un ojo y ella se quedó con su cara de fan enamorada—. No creo que nadie tenga mi poderoso e indestructible superpoder.
Aby acarició mi mejilla y me analizó por varios minutos.
—En serio que eres tan lindo que hasta se me hace que no te merezco—ella besó mi mejilla-. Gracias por aceptarme de nuevo en tu vida. No sé que habría sido de mi si no volvías. Quien sabe que hubiera hecho, si tú nunca hubieras venido a sentar en mi puerta. A lo mejor hubiera seguido haciendo mis tan acostumbradas estupideces que solo nos lastiman.
—Ya olvida todo lo que pasó—le sonreí con suavidad—. Mejor has como bella y seduce a tu Edward.
—Corrección... a mi bodoque—ella me dijo bromista.
Con el mismo buen humor volvimos a besarnos. Ella suspiraba entrecortado, mientras mis labios la recorrían por completo, y yo solo ahogaba gemidos a causa de sus manos curiosas, que iba tocando accidentalmente partes de mi anatomía que eran nuevas para ella.
—Si nos estamos tardando, es porque yo quiero cuidarte—le dije mientras interrumpía los besos—. Quiero que no lo olvides, por eso me estoy tomando esto con tanta dedicación. Te estoy preparando—involuntariamente mis caderas se empeñaban en chocar contra las de ella. Creo que la desesperación por ir al punto, me estaban enloqueciendo.
Diablos, con el solo toque de su intimidad con la mía, sentía que iba a explotar. Ella simplemente me hacia volar hasta con tan poco. No me quería imaginar lo que pasaría cuando finalmente pudiera consumir el acto por completo.
—Gracias... supongo—ella soltó una risita ahogada.
Nunca me había tomado tanto tiempo con una chica. Sencillamente con ella, cada toque, cada beso y caricia que hacia en su cuerpo, lo hacia con tanta dedicación y amor, que hasta sentía que se me iba a salir el corazón. Yo quería que ella disfrutara de esta experiencia en todos los sentidos.
Quería dejar mi huella en ella por siempre.
—Ahora lo voy hacer—le informé, y ella abrió los ojos un tanto asustada.
Como intento de distraerla, me lancé a besar su labios con la mayor dulzura que pude, y ella no tuvo más remedio que corresponderme.
Lo hice con lentitud pese a que quizás mi cuerpo quería otra cosa. Así fue como luego de unos segundos, fui sintiendo a mi alrededor la estreches de Aby dándome la bienvenida... una buena bienvenida que se vio interrumpida, pues ella de pronto se retiró. Así como así ella me había dejado con ganas de más.
—Espera—ella respiraba agitada mirando hacia abajo.
Con el poco control que tenía debido a la sensación electrizante, que me brindó Aby al dejarme invadirla por un pizca de tiempo, yo la miré.
—¿Qué ocurre, hermosa?—yo acariciaba su cintura, mientras mi otra mano acariciaba el cabello de su frente. Su cara mostraba molestia e incomodidad—. ¿Fui muy brusco?
—No, al contrario—ella respiraba con dificultad, hundiendo sus manos en mi cabello-. Es que...si... si dolió un poco. Pero no es tu culpa, no... es que... yo... yo...
Ella empezó a tartamudear, era claro que los nervios la estaban absorbiendo.
En esos momentos, no se me ocurrió mas que una locura para quitarle la tensión. Ella siempre me dijo que era muy bueno para quitar malos ratos. Decía que mi actitud de niño grande hacia que toda una tempestad pase sin causar daños.
—La vaca lola, la vaca lola, tiene cabeza y tiene cola—yo canté con diversión, y enseguida Aby explotó en risas.
Su nerviosismo se esfumó en cosa de nada, lo cual me alivió. Claramente sentí sus músculos relajarse.
—Apagaste la llama de la pasión—ella acariciaba mi espalda con una mano, mientras reía.
—Si quieres la vuelvo a encender—le dije, mientras mi mano bajaba lentamente con su vientre. Yo tenía muy en claro el lugar donde quería que trabaje.
—A lo mejor primero me da un infarto—ella soltó un gemido ahogado en cuanto sintió mi mano juguetona en su parte femenina.
Diablos, su cara de placer ante mis caricias me empezaba a nublar la vista. No había mejor estimulo que ese escenario.
—¿Qué otra canción quieres?—logré decir, mientras seguía torturándola con mis caricias—. Yo te puedo cantar lo que quieras.
—Ahora... ahora... mismo no creo que... quiera ... una...—ella se mordía el labio con los ojos cerrados—. Ay, mierda... ya estate quieto—ella me pidió, pero era claro que no quería, pues su cuerpo estaba reaccionando más que bien a lo que hacia.
—A mi burro a mi burro, le duele la cabeza...—canté, mientras besaba la mejilla de Aby.
—YA BASTA—ella se lanzó a reírse, y noté como más capas de tensión se iban de encima de ella.
—Entonces dime que canción quieres que te cante.
Diablos, moría por sentirla, pero debía ir lento. Con ella tenía que tener sumo cuidado.
—Sol solecito—ella me miró con su puchero de diversión
Siendo sincero, no creí que me iba a seguir el juego pero bueno.
—Okey... ya que insistes—yo alcé los hombros y aclaré la garganta para ponerme a cantar—. Sol solecito, calientame un poquito...
—No lo decía... en serio—ella me dio un golpecito en el pecho—. Oye... ¿No te parece macabro que mezcles canciones infantiles con un acto para nada infantil?
—Un poco—solté una risita, mientras me friccionaba apropósito contra ella.
Al menos debía sentir el roce glorioso, ya que no podía aun estar dentro de Aby.
Creo que Aby se dio cuenta de mi desesperación por poseerla por completo, pues su rostro me analizaba por completo con expresión pensativa.
—Me siento estúpida—ella puso sus manos en mis caderas, deteniendo mis movimientos que hasta se me hicieron involuntarios—. Yo... yo... te estoy matando.
—¿Qué?
Aby, de la nada puso andar su mano lentamente desde mi cintura hasta mi trasero, luego con la misma tortuosa lentitud llegó hasta mi masculinidad. Me tomó por sorpresa cuando apretó allí con delicadeza.
—Se nota que ya te urge—ella soltó una risita en mis labios—. Y sí, la verdad es que estoy un poquito nerviosa, pero... pero no me hagas caso. Tú solo hazlo.
—No puedo simplemente entrar como un cavernícola—le repliqué malhumorado.
Hasta la ira empezaba a llegar a mi por la urgencia de sentirla ya.
—¡Pareciera que me tienes miedo!—ella me miró con una ceja alzada—. No me tengas miedo, solo hazlo. No soy una vasito de vidrio de mala calidad que se va a romper. Soy solo una chica que está ansiosa por experimentar lo que es hacer el amor con su novio, al que ama con todo su corazón.
Aún así ella me estuviera rogando porque ya lo haga, no lo haría. Aun debía prepararla para el gran momento. Todavía recordaba su cara de dolor en cuanto intenté entrar en ella, y no quería volver a verlo.
¡No pensaba hacerle pasar por lo mismo otra vez!
—Aún no puedo—yo volví a bajar mi mano hasta su intimidad, y ella pegó un respingo.
Sin siquiera darle tiempo a reaccionar, volví a jugar con ella. Esa era la mejor manera de tenerla lista para todo lo que se vendría. No podía simplemente hacerlo a lo bruto.
—Sí, me dolió... lo... ah.. lo admito—ella me miraba con tanta intensidad, que sentí que me iba a morir ahí mismo—. Perdón si... si.. fui muy expresiva...
No quería que su rostro quite esa expresión, así que continué desesperado con aquellos movimientos.
—¡Creo que... que... voy a..!—ella dijo, dándome un manotazo, y quitándome de su entrada. Su cara de éxtasis lo decía todo.
Ella se quedó callada, respirando agitadamente. Luego me miró directo a los ojos, y con un simple empujón ella me tenía recostado sobre la cama. No sé ni como le hizo pero en tiempo flash estuvo sobre mi regazo.
—Solo hazlo—ella besó mis labios con fervor.
Ella quería provocarme, eso era seguro, pues ahora mismo sus manos jugueteaba con algo que no debía.
Aby me iba a matar.
—¡No lo haré! Aun debo...— quise replicar pero mis sentidos se iban agudizando por lo que Aby hacia conmigo.
—No seas terco, ya... hazlo—ella me dijo, mientras asentaba su frente en la mía.
—¡Es que te va a doler!
—¡NO ME VA A DOLER!
—Aun tenemos que prepar...
—¡Hazlo!
—¡La vaca lola, la vaca loca!
—¡Ya cállate!—ella soltó una carcajada
—¡La vaca loca, la vaca loca, tiene cabeza y tiene cola!
—Ya estoy más que lista, idiota—ella me dijo, mientras besaba mis labios.
—Pero...
—¡Este hombre me va a volver loca!—ella de pronto detuvo sus besos, para poder mirar hacia abajo.
—¿Qué vas a..?
De pronto, sentí como ella misma era la que tomaba la iniciativa de poner mi masculinidad en su entrada.
—Si me duele, será bajo mi responsabilidad—ella logró decir con la voz entrecortada.
Ni siquiera pude replicar, pues a tortuosa lentitud Aby fue rodeándome por completo.
Todo se sentía como la maldita gloria.
—Aun no estaba... listo—murmuré en broma. Internamente sentía la adrenalina correr por mis venas por lo que había acabado de pasar.
—Calla—ella me calló con un beso en los labios.
Aby estaba unida a mi por completo yo lo sentía. Su estreches me estaba volviendo loco, pero debía aguantar las ganas de moverme. Primero debía esperar a que ella se adapte a la nueva sensación.
—Me dolió—ella susurró, mientras subía sus manos para rodearlas en mi cuello. Su rostro mostraba una cierta molestia, pero de a poco esta iba desapareciendo—. Wou... es que es... demasiada presión allí abajo.
Con una sonrisa de ternura, sobre todo porque ella miraba con curiosidad y sonrojo hacia abajo donde nuestros cuerpos se unían, yo la fui recostando para poder quedar encima de ella.
Carajo, a medida que nos íbamos acomodando, sentí claramente como friccionaban nuestros cuerpos internamente. Era inevitable no percibirlo, e incluso Aby soltó un gemido entre adolorido y placentero de sus labios.
—Me toca el trabajo a partir de aquí—le dije en el oído, mientras lentamente salía de ella.
Aby solo me apretó la espalda con sus dedos ante mi movimiento.
—Ya hice la parte difícil—ella me recriminó divertida—. Bodoque miedoso.
—Intento cuidarte, y aun así te quejas—dije fingiendo estar ofendido
—Admito que fue tierno que quisieras prepararme pero... ni yo misma me aguantaba mas—ella admitió, mientras se mordía el labio a causa de la lentitud con la que volvía a entrar.
—Entonces a ambos nos urgía
—Y todavía nos sigue urgiendo—ella dijo con los ojos cerrados, mientras al parecer disfrutaba del dolor que se iba convirtiendo en placer.
Apenas iniciábamos y yo ya no podía más. La excitación me empezaba a consumir por completo.
—Entonces deberíamos hacer algo al respecto ¿no?—le dije, a la vez que sostenía con fuerza su cintura con una mano.
Diablos, a duras penas me podía sostener sobre mi codo. Yo en lo personal me sentía como gelatina, más aun cuando empecé a salir y a entrar de ella con más rapidez.
Aby parecía estar muy bien adaptada a todo lo que hacia.
—¿Podrías... podrías hacerlo mas... ah... rápido?—ella respiraba tan agitada, que hasta parecía que le faltaba la respiración.
—Aún debes acostumbrarte a...
—¿Quieres que vuelva a robarte tu trabajo?— me dijo, mientras atrapaba mis labios con desesperación.
—No claro que no—le respondí, mientras cumplía con la petición de Aby.
Tal como ella quería, yo empecé a aumentar la velocidad de mis embestidas, en medio de besos que me quemaban vivo. Ella y yo solo estábamos locos por sentir todo del otro. Ambos queríamos más besos, más caricias, más palabras dulces, más toques de piel, más embestidas... en fin... ambos estamos dándonos todo él uno del otro.
En lo personal sentía que ya no me quedaba más que darle. Absolutamente todo de mi se lo estaba entregando en ese momento tan único.
—Ahí va...—ella dejó de besarme, y en seguida apretó su frente contra la mía. Me sostenía con tanta fuerza que hasta empezaba a dolerme el cuello—. Creo que voy a... a...
Ella no pudo decir más, tan solo la sentí estrecharse extremadamente bien en mi, mientras sus labios proferían un gemido tan sutil que hizo que mi corazón saltara de ternura.
—Ay... diablos... eso... eso...—ella se mordía fuertemente el labio inferior, mirándome fijamente. Sus ojos estaban ligeramente entrecerrados—Me parece que eso fue... ¿un orgasmo?
—Ajam— yo logré asentir frenéticamente pues yo estaba apunto de recibir el mio. Mis movimientos aun no cesaban.
La contracción de Aby en mi, me hizo perder el poco control que aun tenía sobre mi cuerpo. Ahora solo veía estrellas por todos lados.
—Se sintió... muy... —ella logró decir, mientras iba aflojando su agarre de mi—. Fue lo mejor que he sentido en mi maldita vida.
Mientras Aby superaba su climax personal, yo había empezado con el mio. Así que con un gemido ahogado en sus labios, finalmente culminé con lo mio.
Era un maldito paraíso.
Con las pocas fuerzas que me quedaban, logré recostarme a un lado de Aby, la cual ya estaba más recuperada por lo que sintió. Ella me analizaba con sus grandes ojos cafés y sus hermosos labios enrojecidos, pero son una sonrisa tan cálida que me llenaba el alma.
Ella se veía tan feliz.
—Eso fue perfecto—ella puso su mano en mi mejilla, y luego me dio un pico en los labios—. Gracias por todo, amor.
—Gracias a ti—yo me apagué mas a ella, abrazándola con fuerza—. No creo que haya mejor regalo, que ser el único hombre en la vida de su futura esposa. Si antes te sentía mía, ahora ese sentimiento se cuadriplicó. Creo que no voy a poder dejar que ni el viento te toque desde ahora.
Era extraño pero ahora sentía que jamás quería dejarla ir de mi lado. Quería tener su piel tocando la mía tan íntimamente con la mía por siempre.
Yo podría morir con ella en esta misma cama.
—Mi guardaespaldas se hará mas peligroso ahora que desvirgó a su protegida—ella también envolvió sus brazos a mi cuello.
Ella permaneció allí, dibujando son sus dedos en mi torso, y respirando cerca de mi boca. Solo me miraba con dedicación mientras intentábamos asimilar lo que hicimos.
—¿Crees que podríamos..?—ella desvió la vista incomoda, para luego regresara a mi—. Es que... ¿me preguntaba si... podríamos volver a repetir? ¿Si se puede? Es que...
Ella bajó su vista hacia mi parte baja.
—Solo hay que volver a encender la pasión—le respondí con una risita, mientras me volvía a colocar sobre ella.
—¿Otra vez empezaremos todo?
—Sip— yo la besé suavemente—. Y esta vez será más divertida.
—¿Si? ¿Por qué?—ella me miró curiosa
—Arroz con leche, me quiero casar...—le dije en medio de una carcajada
—No más canciones de niños—ella se tapó los oídos.
—Pero nos divertimos con...
Ya no pude decir más, pues Aby cubrió mis labios con los suyos, besándome con hambre. Al parecer a alguien le urgía mas que a mi.
—¿Haremos esto todos los días?—me preguntó ella pasando su pulgar por mi labio inferior
—Las veces que tu quieras—sonreí de oreja a oreja, al saber que Aby estaba tan deseosa de repetirlo como yo.
Creo que a partir de hoy ya no podría vivir sin poder hacerla mía a cada instante.
—Siento que deberíamos comprar un camión de preservativos—ella soltó una risita—. Porque siento que estaremos haciendo el amor hasta que se nos acabe la vida.
—Acabo de crear un monstruo—dije en medio de risas.
El recordar aquel día tan bello, y compararlo con este día donde estaba solo sin su compañía. Sentí una punzada en el corazón.
—Necesito verte otra vez—solté mientras me restregaba la cara.
Cinco años no era una simpleza en separación. Era una crueldad que no me creia capaz de soportar. Realmente por más que puse mi esfuerzo por no sufrir, no podía. Ella siempre me hacia falta.
Me la pasé allí en la habitación de Aby mirando al techo en medio de la oscuridad. Y allí, mientras la recordaba, también recordé una canción que me había enseñado.
Debo admitir que se convirtió en una de mis favoritas en cuanto ella me la hizo escuchar.
Volverte a ver
Así se llamaba la canción que ella alguna vez me enseño a cantar.
Quien diría que estaríamos viviendo esa canción en carne y hueso.
—Quiero que sepas que escucho tu voz—yo canté entre sollozos—. Y que yo vivo extrañándote. Que no hay distancia entre tú y yo. Que me impida seguir amándote. Que necesito hacerte el amor, como la primera vez. Que aún recuerdo tu olor. Y cada lunar de tu piel...
Quería seguir cantando aquella canción con dedicatoria a Aby, pero para mi maldita suerte ya no recordaba lo que seguía de la letra, y ya no tenía a mi informante del futuro para que me la recuerde.
—Quiero volverte a ver—susurré la frase, mientras me abrazaba a la almohada.
Yo era un masoquista nivel, Dios, eso les puedo asegurar, por esa misma razón no dudé en poner a modo repetición "Mientes". Con eso la recordaría y de paso me seguiría haciendo añicos sentimentalmente.
¿Por qué era así de dramático?
—Feliz aniversario, hermosa—susurré con una risa melancólica, mientras me ponía los audífonos para meterme mas de lleno en la tonada de la canción.
¿Que tal?
Yo sé que hay lectoras perver que desde la primera temporada esperaron esto jajajaja. Cuando corté los detalles casi me matan gggg. Bueno, ya les di gusto otra vez. Aqui dejé un poco de detalles.
Bueno chiquillas, en el proximo capitulo habrá misterio, pues como dije Chris tuvo muchos secretitos y ni él se acordó en la segunda temporada.
Bye, bye... nos vemos en el siguiente capitulo del especial de Chris y su vida despues de Aby :)
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