Especial "Mi vida después de ti": Empieza el conteo
Especial "Mi vida después de ti" Parte 1
Sé que ya lo subí antes en la primera novela, pero para poner todos los capítulos del especial en este libro y en orden lo volví a subir jajaja. Descuiden es lo mismo que el que ya subí :)
Nota: No encontrarás spoiler para la segunda temporada en este capitulo :)
Mi inicio de año no fue el que yo esperaba. Realmente fue todo lo contrario.
Hace algunos meses, si alguien me hubiera preguntado como recibiría el año 2014, yo les abría dicho que abríamos cenado con mi familia, justo después de haber quemado el año viejo, y luego de habernos abrazado deseándonos los mejores deseos. Yo les hubiera dicho, que luego de dejar a mi familia empachada por tanta comida, abría salido a saltar por encima del fuego moribundo de los monigotes quemados, en compañía de mi novia. Y si estábamos de suerte bailaríamos un poco en cualquier festejo de barrio en media calle hasta que nos duelan los pies. Posteriormente le hubiera dicho que si ella estaba deseosa, iríamos a su habitación en su hotel y dormiríamos juntos, para amanecer abrazados el primero de enero, pero ya veo que la vida me deparó otra cosa.
Mi primer día del año, era probablemente el peor de mi vida hasta el momento.
Lo que la vida me deparó para mi inicio del año 2014, fue estar sentando en una oscura cueva en una montaña de la que nunca supe su existencia. Escuchando el tenebroso chocar de hojas de arbustos del páramo, y sintiendo como el alma se me iba perdiendo con el pasar de los minutos, debido a la partida del la persona a la que siempre consideraría el amor de mi vida.
Aby era la mujer que más había amado alguna vez, y ahora tendría que suprimir mis ganas de amarla por cinco largos años.
—No creo que pueda, hermosa—yo murmuré con la voz temblorosa debido a mis ganas de llorar.
No sabía cuanto tiempo estuve sentando en ese duro y frío piso, sollozando en la oscuridad. Solo sé que en mi corazón había la esperanza de que ella vuelva aparecer milagrosamente, para decirme que mágicamente las voces que la trajeron al pasado, le permitían quedarse conmigo por siempre sin que ella pueda estar en peligro.
La única respuesta que obtuve a mis deseos, fue el doloroso silencio de su partida. Eso era lo único que quedaba.
Al pensar en lo que iba hacer con mi vida, sin ella, me causó un pavor que no imaginé. Nunca más volvería a escuchar su voz, diciéndome palabras dulces, ni sus labios tocando los míos. Su cuerpo jamás volvería a ser mio por más que deseara. Su imagen jamás estaría frente a mis ojos por cinco largos años.
—Si ustedes me están escuchando, ruego por un poco de compasión—dije con mis pensamientos en las supuestas voces de Aby. No se me ocurría otra solución mas que esos seres para tener a mi novia nuevamente—. Regresenme a mi abichuela. La necesito. Porfavor, porfavor.
Nunca creí que una chica me podría así de mal. Creo que ahora entendía la frase "el amor duele".
Mi amor por ella me estaba despedazando, aún mas cuando recordaba nuestros últimos momentos.
—Esto...esto es todo—me dijo con lágrimas en los ojos
Los fuegos artificiales hacían eco en aquel llano, donde la despediría hasta cinco años después.
—¿Cómo?—cerré los ojos, respirando fuertemente. No quería aun asimilar la verdad— ¿Cómo que todo, si...si aún no llegamos.
—Chris a partir de aquí tengo que ir sola—ella tocó mi mejilla.
Rayos, solo de pensar que se iba a ir de mi lado en todos los sentidos, me desesperó. En serio no tendría ningún tipo de contacto con ella más que con mis recuerdos.
—¡No!—dije con la vista nublada por la desolación—¡Aun tengo que ir contigo! Todavía nos queda un poco de tiempo.
—No, amor—ella empezó a llorar desconsoladamente—. Se terminó Chris... ya no puedes acompañarme.
Aún no entendía el objetivo de haberme permitido conocerla en el pasado y hacer que me enamore perdidamente de ella. Bien y las dichosas voces solo habría tenido que hacer que yo pueda conocerla en Loja, teniendo una vida normal, sin ningún tipo de viajes en el tiempo, pero no... solo nos sentenciaron a enamorarnos de la manera más difícil y cruel.
—Regresenme a Aby
Realmente sentía que alguien estaba conmigo en esos momentos, lo cual daba cierto miedo. Pero creo que más sentía tristeza que miedo.
—Prométeme que vas a luchar por superar lo que tuvimos, y que vas a enfocarte en alcanzar el futuro que te mostré. Promételo— apretó mis manos suplicante—. Por favor, no me hagas responsable de arruinar tu futuro. No sería justo para ninguno de los dos.
—Claro...te ...lo prometo hermosa—afirmé dando un beso a sus manos entrelazadas a las mías
Y sin duda cumpliría con mi promesa.
Cada cosa que haría a partir de ese momento, sería pensando en ella. Yo viviría cada segundo pensando, que con cada paso estaría más cerca de Aby. Si en realidad las cosas que pasarían sería que ella se enamoré de mi por medio de la TV, más específicos por el programa La Banda, yo haría lo que fuera porque eso no cambie. En mis planes estaba convertir a Aby en mi mas grande fan, así como cuando la conocí en esta época. Yo quería que ella pueda volver en el tiempo, para dar a lugar a nuestra inolvidable historia de amor del "pasado".
Necesitaba que exista mi fan secreta del futuro nuevamente. No quería cambiar nada de eso.
—En cinco años, te buscaré así me toque enfrentarme a las malditas voces—alcé la vista mirando a mi alrededor con rabia. Era como si sintiera que alguien me observaba.
Quizás las voces.
—No quiero que tengas miedo—le clavé la vista mientras ella miraba anonadada su anillo rosa—. Así que cuando mires este anillo, quiero que recuerdes que te estoy esperando impacientemente en algún lugar, listo para continuar con lo que tuvimos. Esa es mi promesa para ti, seguir esperándote.
Exactamente, mi objetivo era esperarla en esta misma montaña que estaba pisando pero en cinco años, listo para pedirle que se casara conmigo. En cinco años, ya tendría el derecho de al menos soñar con algo así.
En cinco años si tendría una vida que ofrecerle a mi lado.
—Cinco años—murmuré arrimando mi cabeza a la pared, y cerrando los ojos al imaginar el grandioso reencuentro en el futuro.
De pronto vi a una atolondrada Aby, llegando de un tiempo del pasado, temiendo por si yo aun la amaba. Me imaginaba asustándola con algún chiste de que no la recordaba, o que ya no la amaba, para luego de que ella esté por llorar, arrodillarme frente a ella y pedirle que nos casemos.
Añoraba con todo mi corazón que llegue ese día.
En fin... las horas pasaron, y luego que el sol finalmente estuvo en su mayor resplador, yo me resigné a que el milagro de volver a verla jamás pasaría.
Ella se me fue definitivamente, solamente dejando como vestigio de que existió en mi vida, una huella de tierra movida en la cueva. Bueno, al menos eso creí pues la tierra parecía fresca.
Me preguntaba porqué estaba así el suelo.
—Adiós, Abichuela—susurré al ponerme de pie—. Vuelve pronto.
Con mis ojos sintiéndose hinchados, yo di un ultimo sollozo, y finalmente salí de aquel lugar que empezaba a odiar.
Aquel lugar me quitó a la chica que más amaba.
(...)
Llegué al hotel donde me había quedado con Aby, esquivando calles llenas de basura luego de los festejos de año nuevo, sintiendo a duras penas el entusiasmo por la esperanza de un mejor año.
Mi año sería todo menos feliz en todos los sentidos. Si ella me faltaba, la felicidad jamás sería verdadera para mi.
—¿Amigo, les preparamos el desayuno a usted y su novia?—me preguntó el chico de recepción al verme entrar—. El día de hoy tenemos encebollados, con pescado extra para las resacas. Solo les saldría cinco dólares cada uno.
—No, gracias—dije con la cabeza gacha, pues no quería que notara mis ojos hecho papa.
—¿No? Bueno, debido a que hoy no hay clientes y debido a que su novia me cayó muy bien, les ofrecemos un regalo. A sus encenollados le adicionaremos un postre de helado y pastel. Tomenlo como regalo de año nuevo. El único requisito para el regalo sería una foto de usted y su novia describiendo en las redes sociales lo bien que la pasaron en nuestro hotel. Es que como apenas estamos abriéndolo pues... necesitamos publicidad.
—No, gracias—dije empezando a ponerme de mal humor.
—Pero... pero es gratis
—No se puede—murmuré con poca paciencia, intentando esquivarlo.
—Para que no diga que no, también les regalamos las bebidas. Solo queremos más publicidad en redes. Solo deben etiquetar a sus amigos y...
—¡QUE NO!—yo alcé la vista y le grité furioso—. Ella no poder salir en una foto conmigo porqué se fue. ¡¿AHORA ENTIENDE?! ¡NO SE PUEDE!
Sin más lo empujé de mal humor, y fui hasta mi habitación, dejando a un asustado chico recepcionista en medio del pasillo.
—¡Mierda, no puedo con esto!—yo abrí la puerta del cuarto, y luego la cerré de golpe—. Dime Abichuela... ¿como se puede superarte cuando todos me van a recordarte?
Al alzar mi vista, noté la cama con las sábanas aun desordenadas, debido a todo lo que pudimos hacer la noche anterior. Diablos aun podía sentir su roce en mi piel, sus suaves labios susurrando mi nombre, o su sonrisa en mi oído ante mis canciones infantiles (Las usaba como táctica para quitarle los nervios) y me daba pesar saber que jamás volvería a estar de esa manera con ella.
Sin más me lancé a la cama y permanecí en ella hasta el anochecer, mirando fotos y videos donde salíamos juntos, rodeado de su perfume que se había quedado impregnado en las sabanas. Era masoquista por pretender recordarla por ese medio con la esperanza de que el dolor y el miedo por el futuro se aplacara.
La herida dolía mas.
—¡Mierda, y apenas voy el primer día!—me senté de golpe, lanzando la almohada contra la puerta.
(...)
Llegué a Loja a los tres días de haberme despedido de Aby.
Necesitaba un tiempo para asimilar las cosas, y prepararme para todas las explicaciones que se me vendría luego de su desaparición. Yo debía afrontarlo todo solo.
Y precisamente ahora era cuando empezaría.
—¿Cómo les fue?—Ami me dijo en cuanto me vio llegar a mi casa—¿Ya conociste a los suegris?
Ella se empecinó en ir a recibirme para que le cuente todo sobre mi grandioso viaje a la ciudad de Quito.
—No—le respondí secamente, mientras la esquivaba para ir directo a mi habitación a encerrarme.
—¿Pero porqué no?—ella me seguía detrás—. Yo te creí capaz hasta de pedirles la mano de Aby ahí mismo. Debiste aprovechar, pendejo. Si le pedías matrimonio, de seguro dejaban que se case y que se venga a vivir a Loja con su marido. Era tú oportunidad de traerme de vuelta a mi menzota.
—Ahora no quiero hablar—dije cansado, a la vez que entraba a mi habitación.
Cuando estuve por cerrar la puerta, Ami había puesto el pie y de un empujón ya estaba dentro de mi cuarto.
—Está raro—ella me miró con cautela—. Diablos, te afectó mas de lo que pensé la partida de la menzota.
Ahora ella me daba un toque cariñoso en la mejilla, y yo solo agaché la cabeza.
—Es difícil, ¿sabes?—murmuré con dolor—. El no verla por tanto tiempo va a ser mi infierno.
—Que dramático—ella me miró con una risita—. Admito que yo también, me puse a modo "drama queen" cuando se fue pero luego me acordé que puedo ir a verla a Quito, o que puedo chatear con ella, o llamarla, se me pasó. No nos despedimos de ella de por vida, idiota. Solo pasa que no la veremos tan seguido.
Si supiera que con Aby no teníamos ni derecho de hablar. Cinco años nos separaban de ella.
—Supongo—logré decir mientras me quitaba mi chaqueta y la lanzaba a mi escritorio. Allí noté como esta caía encima de un diario muy especial para mi.
Era el diario que Aby me hizo para mi cumpleaños.
—De hecho, voy a llamarla ahora mismo. Necesito que te calme un poco, porque pareciera que estas agonizando—Ami sacó su teléfono, y la vi ponérselo en el oído.
Ella parecía muy feliz, esperando en línea con un numero que ni siquiera serviría jamás.
Por ahora lo mejor sería que ella siguiera creyendo que Aby la estaba esperando por algún lugar del mundo.
—Estoy cansado por el viaje—murmuré, mientras iba hacia el diario para tomarlo en mis manos—. Ami, podrías dejarme dormir. En serio lo necesito.
Amanda mirándome extrañada asintió.
—Solo me voy porque la estúpida no contesta, pero en cuanto lo haga, vengo corriendo a pasarte el teléfono—ella me apuntó con el dedo—. No me gusta verte con esa cara, hasta a mi me contagias la tristeza. Es que... ¡Rayos, el que tú estés así es tan anormal! Mejor bajo a la cocina, tu mamá y yo te estábamos preparando tu comida favorita para que no estés emo por la menzota. Te despierto en cuanto ya esté.
Ami me dio una palmada cariñosa en la cabeza y luego se fue dejándome encerrado en la soledad de mi habitación.
Diablos, apenas iniciaba esto.
Meses después
—¡No entiendo su ingratitud!—Ami me gritó en cuanto le conté que no pude localizar a Aby—. Mierda, eramos mejores amigas. Ambas prometimos jamás separarnos, pero no cumplió conmigo. Yo sigo aquí recordandola a cada segundo, intentando llamarla, o contactarme con ella por las redes, pero la muy idiota ni siquiera me deja en visto. No entiendo como es capaz de desaparecerse de mi vida así.
—Dale tiempo—fue lo único que le dije, mientras me sentaba en una de las mesas del restaurante.
—¡LLEVO DÁNDOLE MESES DE TIEMPO!—Ami empezó a llorar de la nada—. Es que... me siento muy sola. Ella era la hermana que nunca tuve, y la extraño como la mierda. Necesito al menos escucharla diciendo sus cursilerías sobre ti. Ahora mismo acepto hasta escucharla cantar, pero necesito algo de ella. No creo merecer que me ignore tan cruelmente. ¡Diablos desde que se fue ni siquiera he hablado con ella!
—En algún momento lo hará, se paciente—yo me bebí de un sorbo mi vaso de cerveza.
Últimamente se me estaba haciendo costumbre beber tanto.
Extrañamente, solía recordarla sin que duela tanto. Era como si ella apareciera a mi lado, para visitarme.
—No es justo—ella sorbía por la nariz—. Y así ella no quiera verme, yo iré por ella. Me tiene que decir en la cara que ya no quiere saber más de mi. Mañana mismo iré a verla a Quito, así que más te vale que me des su dirección ahorita.
En cuanto ella dijo eso, me puse alerta. Ami no encontraría a su menzota. Encontraría a una Aby que ella no conocía.
—No puedes hacerlo—dije rápidamente
—¿Por qué?—ella se cruzó de brazos—. Dame una maldita razón para no ir a jalarle de las orejas, y traerla a ver a sus amigos y a su novio que muere por ella.
—Porque ya no soy su novio—le solté las palabras con dolor.
Era momento de cortar todo tipo de esperanza para Ami.
—¡¿QUÉ?!—ella me miró con los ojos como platos, llevándose una mano a la boca—. ¿Cómo? ¿Cuándo?
—Hace varias semanas—le dije, sin mirarla a los ojos—. Fue un acuerdo mutuo. Y ella por ahora no quiere nada en su vida que le recuerde yo, y eso te incluye a ti. Me dijo que te dijera que le dieras tiempo para superar lo nuestro. Por ahora quiere estar sola, y hasta por eso creo que se fue de vacaciones a otro país con sus padres.
—No puedo creer esto
—Lo mismo quiero para mi—la miré con suplica—. Necesito superarla, así que por favor, preferiría que no hablemos de ella. Pido algo así como la ley del hielo en lo que respecta al tema de Aby. Te lo suplico Ami, ya no vuelvas hablar de Aby.
—A ver... ¿me puedes explicar porque carajos terminaron?—ella me miró acusadoramente—. ¿Qué pasó?—dicho eso ella se paró frente a mi con una ceja alzada—. ¿Acaso le hiciste algo?
Malhumorado por sus suposiciones de que yo hice algo mal, me puse de pie.
—Jamás le haría daño a Aby, si eso piensas—dije con ira—. Si terminamos, fue porque simplemente no es sano para nosotros una relación a distancia. Solo queremos dejarnos el derecho de vivir, sin estar ligados a personas que ni siquiera están presentes. Así de simple.
Ami me analizó con culpa, y yo me fui hecho una furia.
—Ay mierda—ella venía corriendo atrás de mi—. No debí decir nada.
Cuando Ami me tomó del brazo, hizo que me diera la vuelta para encararla.
—¡Es que ya me cansé!—murmuré con la voz temblorosa—. Todos piensan que ella desapareció porque yo le hice algo malo. Y yo... yo no hago mas que amar a esa loca con mi vida. Yo... yo mas bien pienso que ella es la que tiene la culpa de todo. Es que... con solo haberse aparecido en mi vida, ella me la terminó. Solo llegó me enamoró como pendejo, y ahora solo se fue.
Abatido por mi desesperación de extrañarla me arrimé a la pared, respirando una y otra vez para aclarar mi mente.
Estaba diciendo puras estupideces.
—Antes creía que sería tan divertido y tierno verte enamorado, pero ahora mismo no pienso eso—Ami se me acercó y me envolvió en un abrazo—. Jamás pensé que te vería tan mal por estar enamorado. Y la verdad siento que Aby no se merece que la extrañes tanto. Si ella no nos recuerda, y más bien nos abandona por siempre, nosotros también deberíamos hacer lo mismo. Diablos, jamás creí que Aby se comportaría así. Le dimos todo de nosotros y ella solo bota todo a la basura y se desaparece. Acabo de descubrir que ella no era la que pensábamos...
—Aby nos ama Ami—dije rápidamente, antes que siga pensando cosas que no son—. Ella realmente no hace más que pensar en nosotros, pero... ella.. ella no puede estar con nosotros.
—¡Pero al menos nos regalaría una simple llamada!—ella dijo malhumorada separándose para mirarme—. Yo no pienso seguir siendo la que se arrastra por su atención. Hasta aquí llegué. Jamás volveré a buscarla. Y menos mal que ya no tenemos ningún tipo de relación con ella debido a que terminaron. Ella volvió a ser una extraña para nosotros.
Ahora mismo Ami estaba odiando a Aby, y ella no se merecía eso. No era justo que pensaran lo peor de la Abichuela.
—Tú no entiendes nada de lo que pasa. Y si, hasta a mi me da rabia no poder estar con ella, y llegar al punto de ya no poder ser su novio, pero... créeme que si ella no ha podido llamar, es por una razón muy poderosa—suspiré abatido. No sabía como arreglar la situación.
No había manera de hacer parecer la desaparición de Aby, como algo que no sea ingratitud a mi amor por ella, o la amistad que entabló con los chicos.
—Ya no sigas justificándola—Ami soltó con dolor—. Ella no quiere nada con nosotros, así de simple. Y ahora antes de seguir oyendo tontería sobre su supuesta inocencia en todo este caos, mejor me voy que tengo mucho trabajo.
Diablos, Aby no se merecía esto.
—¡Ami!—llamé su atención en cuanto la vi alejarse—. Te juro que Aby te tiene muy dentro de su corazón. Tú eres la mejor amiga que jamás querrá perder, así me lo dijo alguna vez. Créeme que ella está sufriendo por nosotros en... en... alguna parte. Y hay una razón para que ella no pueda ni siquiera hablarnos. Es un problema muy grave, que no te podemos contar.
—¿Qué problema?—Ami me miró con poca paciencia— ¡Ya me están hartando con tantos secretos! ¡Siempre hay algo que no me pueden decir!—de pronto ella se veía furiosa—. Eso solo me hace ver que no me consideran importante para ustedes. No me dan la oportunidad de ayudarles.
Ni siquiera ella podía ayudarnos.
—Es complicado—susurré cabizbajo—. Pero descuida, ella está... estará bien. Solo sucede que... ella no podrá hablar con nosotros por algún tiempo. Por eso mismo, debido a que duele tanto no tenerla ni siquiera para llamada, te pido que ya no me la recuerdes. Por favor, ayúdame a olvidarla por un momento. Lo necesito.
Amanda me analizó enojada, pero finalmente asintió.
—Acepto con la condición de que algún día me cuentes cual es el dichoso problema—ella rodó los ojos, y luego que rodeó en un abrazo—. Ustedes par de idiotas, me tienen que dar una buena razón para haber terminado su noviazgo. Debe ser algo muy grave para que hayan dejado de luchar de esta manera. No es justo.
—Esta bien—mentí
(...)
—¿Quieres bailar un rato?—me dijo una chica muy simpática, cuando se acercó a mi grupo de amigos. Todos bailábamos en conjunto. Creo que lo hicieron así para no hacerme sentir mal por no tener pareja.
—No, gracias—le sonreía tranquilamente—. Mi novia no me deja acercarme a otras chicas.
—¿Dónde está tu novia?—ella miró a nuestro alrededor con cara de aburrimiento—. Te estuve observando y la verdad no te vi con nadie.
—Mi novia no está aquí
—¿Entonces cual es el lío?— ella de pronto se había pegado más a mi, poniéndome a propósito su "pechonalidad" muy en frente—. Si tu quieres podemos bailar toda la noche, y no le diremos a tu novia. Luego, si quieres que te siga guardando secretos... podríamos crear un secreto aun más bueno. Quizás luego de bailar un rato podríamos ir a...
—Amo a mi novia—yo me di la vuelta dándole las espaldas—. No pierdas el tiempo.
Creo que desde el rumor de que andaba soltero se había empezado a regar, las chicas se me empezaron acercar cada vez con más frecuencia. La ausencia de Aby me convirtió en un producto que volvía al mercado.
En fin...
Al inicio todo fue bien, pues mis ocurridos amigos me hicieron reír hasta el cansancio con sus payasadas de borrachos, y sus conquiste fallidos. Yo la estaba pasando como hace mucho no la pasaba, pero de pronto a altas horas de la noche sonó una canción que inició una cascada de recuerdos.
Sonaba Fans, de tito el bambino. Justamente la canción con la que Aby me dijo indirectamente lo que nos deparaba el futuro.
Yo era el platónico que extrañaba a la fan a la que amaba.
En seguida se me vino a la mente aquella noche de nuestro viaje a la playa, donde ella me enseñó una canción que no sabía que sería mía en un futuro.
—Te quiero volver a ver.. eh eh. Estés donde estés.. hey yeah..hey yeah. Te quiero volver a ver.. eh eh. Estés donde estés.. hey yeah..hey yeah—cantaban los chicos a mi alrededor.
—¿Quieres que te enseñe la canción?—me preguntó con los ojos brillantes
—¿Me quieres enseñar?
—Sí—respondió sonriente—. Es que es una de mis canciones favoritas, y sería lo más hermoso poder escuchar esa canción con la voz de mi cantante favorito.
De pronto me teletrasporté a aquella época donde ella me enseñó estrofa por estrofa Tan fácil. Aun tenía en mi mente su expresión de absoluta emoción cuando la letra fue cantada por mi voz. Incluso juro que vi sus ojos cristalinos a causa de ello.
Deseaba regresar a esas épocas felices, donde ella ocultamente me revelaba cosas del futuro.
—Gracias—me susurró al oído
—¿Y porque?
—Por cumplir uno de mis sueños
Quien diría que esa chica que llegó a mi vida una noche que salí al parque de diversiones con mis amigos, se convertiría en la chica que se robaría mi corazón eternamente.
—Yo quiero que tus ojos me miren, y que tus labios me besen, para que nunca me olvides. DIme que te parece—canté con voz apenas audible.
Nadie notó mi pequeño acto para Aby.
Por suerte la canción había terminado, y yo seguí la noche intentando no recordar a Aby, pero resulta que no podíapues... era nuestro aniversario. O mas bien dicho, debía ser nuestro aniversario.
Si Aby se hubiera quedado conmigo, ahora mismo estuviéramos celebrando nuestro primer año de noviazgo.
—¿Cuál el grupo más animado de la noche?—gritó el animador del bar al que habíamos ido— ¡Mano arriba! ¡Mano arriba!
Los chicos empezaron a gritar y a silbar desde nuestro asiento, más yo solo pude curvar una sonrisa fingida.
Diablos, otra vez había perdido el control sobre mis sentimientos.
Ami se había dado cuenta de mi cambio de actitud repentino, y desde allí no había dejado de observarme. Su mirada de lastima incluso empezaba a cansarme.
Ya me estaba cansando de que todos me vieran como el vulnerable del grupo, y ya era tiempo de parar todo. Aby no querría que siguiera sufriendo en silencio por ella.
¡Hoy debía despedir el recuerdo de Aby hasta nuevo aviso!
—Chris, ya deberíamos irnos—Ami se sentó a mi lado extendiéndome una copa—. Solo bebe esto y ya nos vamos. Tú mamá ya debe estar preocupada. Como no le avisaste que...
—Hoy es un año desde que Aby y yo nos hicimos novios en el restaurante. ¿Te acuerdas?—yo sonreí con nostalgia—. Me acuerdo que la Abichuela casi se vuelve loca de celos, por creer que andaba de vacile con Ale. No sabes lo bien que se sintió ver a Aby muriendo en vida, por sus sentimientos hacia mi. Realmente me sentí amado, aunque ella me hubiera asesinado con la mirada.
—Cuando se comieron la boca delante de todo el restaurante— ella arrimó su cabeza a mi hombro—. Si, aun recuerdo las babas que salieron.
—Nunca creí que podría llegar a ser tan feliz como en ese momento. Era como si finalmente hubiera ganado una batalla que creí perdida. Como si Aby finalmente hubiera dejado amarse, luego de habérmelo negado por una eternidad— sonreí al tener en mi mente el beso que nos dimos—. Es extraño, ¿sabes? Sentirme tan aliviado, porque una chica me aceptó al fin.
—Par de intensos—ella me dio un codazo—Ambos se dieron por vencidos sin siquiera haberlo intentado. Si no hubiera sido porque yo me puse de cupido entre los dos, jamás hubieran aceptado lo mucho que se querían.
—Supongo—suspiré, mirando a la nada.
Los chicos hablaban a nuestro lado, sobre un supuesto partido de fútbol del cual se debían apuestas, pero Ami y yo no les hicimos caso. Solo estábamos sumidos en nuestros pensamientos, vagando en los recuerdos.
— ¡Ay... lo siento!—dije luego de chocar con ella en la feria—¡Lo siento mucho!— bajé mi vista a la chica del suelo, y me encontré con unos ojos cafés que hicieron latir mi corazón.
—Tú —me dijo quedándose como estatua
Mi mente no estaba bien. El aniversario no me ayudaba en nada a olvidarla.
—¿Aby?—exclamé al salir a mi balcón. Ella estaba parada allí, con su celular sonando a todo volumen, y con cara de borracha.
—Que linda esta la mañana...digo noche, en que vengo a saludarte...
—¡¿Qué diablos...?!— yo me acerqué y le tapé la boca con mi mano
—¡Voy a darte tu serenata quieras o no!—me advirtió, forcejeando conmigo—. Estas son las mañanitas...
Sin querer ante el recuerdo de su serenta con Ami solté una carcajada sonora. El recordar sus locuras, hizo que me enamorara aún más. No sabía ni como lo hacia.
—Rata inmunda...Animal rastrero... Escoria de la vida... Adefesio mal hecho
Luego recordé el día en que la perfecta vida normal había terminado para mi. Pues ella me confesó un secreto que me hizo entender que ella no sería para mi por siempre.
—¡Carajo, Chris ya acéptalo! ¡La chica que está en frente de ti, viajo en el tiempo!—gritó en mi cara, y yo solo no sabía como reaccionar.
Nada parecía real.
Ella parecía una loca que me llegó asustar, pero aún así yo la amaba infinitamente.
Pensar que ese pequeño detalle, de tener una novia que viajó en el tiempo, y la cual debía regresar al lugar de donde vino, me iba a causar un dolor que apenas alcanzaba a controlar.
El amar a Aby no era tan fácil después de todo.
—Lo que te quiero decir, es que quiero que tú y yo vivamos una vida normal, pero juntos. Quiero que ambos disfrutemos de cada minuto que tengamos, y que nos olvidemos del hecho de que me tengo que ir en algún momento. Solo quiero tenerte a ti, hasta el último segundo que pueda, y amarte con toda mi alma hasta ese momento. Te prometo que te voy a entregar todo de mi durante ese tiempo—ella me decía una hermosa sonrisa, aunque en lo profundo de sus ojos se notaba la tristeza en su corazón.
Era una bella propuesta con un final no tan feliz.
Ambos creamos hermosos recuerdos al entregarnos todo mientras estuvimos juntos. Cada recuerdo uno estaba muy bien guardado en mi corazón, pero resulta que era difícil omitirlos para que no hieran.
Diablos, no sabía como todo lo que iba tan bien, de pronto se convirtió en un desastre al final. La partida de Aby volvió mi vida un desastre, y por mas que me esforzaba, tarde o temprano volvía a desesperarme por no tenerla conmigo por años.
—Amor—ella se separó de mi, y puso sus manos en mis mejilla—. Me ...tengo que ir
Y allí íbamos... otra vez a recordar el doloroso final.
—Tú ve por tu camino, y yo iré por el mío. Como te dije antes, no quiero que nada te pase- ella me dijo con lágrimas en los ojos—. Cuando yo me vaya, quiero que tú también te vayas. ¿Entendido?
A la mente se me vino la imagen de su mano despidiéndose de mi a lo lejos.
—Nos vemos pronto amor—fue lo último que me dijo antes de irse.
Juro que en cuanto se dio la vuelta, yo tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para tambien voltearme. Creo que jamás habia sentido tanta desesperación por voltear.
Yo quería simplemente seguir mirando la silueta de mi chica, lo más que pudiera, antes que ella dejara mi tiempo. Pero ante la impotencia de no poder hacerlo, solo me resigné a sollozar mientras caminaba hasta mi nuevo destino.
—Ami, creo que yo ya me voy—dije de repente poniéndome de pie—. Ya estoy cansado, y quisiera dormir.
—Vamos contigo—ella habló poniéndose de pie, y dándoles manotazos a los chicos para que vieran lo que pasaba.
Todo regresaron su vista a mi confundidos.
—Ustedes quédense, no se molesten—les sonreí suavemente—. Nos vemos otro día. Gracias por la salida.
Ami me llamaba en voz alta, pero yo la ignoré. Solo me fui de allí dejando a los chicos, y preparándome para celebrar a mi manera el aniversario con Aby. De alguna manera quería tenerla cerca en una fecha tan especial. Por ello tomé el primer taxi que apareció cerca del bar y lo dirigí a un lugar en el que extrañaba estar.
A lo mejor la gente que viera mi comportamiento me diría que estaba loco, y siendo sincero ya no me importaba. Aby me hizo así, y eso me gustaba.
¿Y porque me considerarían loco?
Pues resulta que ahora mismo iba en un taxi rumbo al lugar donde vivía mi novia desaparecida, en la fecha de nuestro aniversario.
Y sip, me estaba portando muy intenso.
Bueno, chicas bellas. Nos vemos en la siguiente parte. Quizás descubramos varios secretitos que Chris no recordó en la siguiente temporada.
Chaitos.
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