Extra: ¿Eres virgen?
Festejo por el medio millón de lecturas
¿Recuerdan la vez donde Chris y Aby se pusieron de borrachos en rapidito y bueno? Pues... cuando Aby ya estaba en las ultimas hizo algo que nunca supo jajaja. Eso explicaría muchas cosas al dia siguiente. Espero les guste ;)
PD: Este cap se los debía desde hace mucho, lo sé
Créditos de la multimedia a: @chris.velez_tecomotodo (Tiene muy buenos edits de Chris)
En mi hermosa vida joven, había tenido la suerte de conocer a chicas de todo tipo de personalidades. Algunas fueron amigas mías, y otras chicas llegaron a tener algún tipo de relación sentimental conmigo.
La verdad siempre me consideré ser alguien muy amable y atento con ellas, no me gustaba ser un patán. Mi madre desde pequeño siempre me enseñó a ser un buen chico con las niñas. Pero... ser amable no quería decir que yo iba a ser niñero de alguna de ellas. A lo más que llegué con alguna chica, indistintamente de ser mi amiga o algún romance mio, fue a llevarla a su casa, para evitar que algún ladrón que rondará a sus alrededores le hiciera daño.
Quien diría que llegaría el día, en que tendría mi propia niña, de la cual debería ser niñero. Y no solo eso, pues estaba más que gustoso de serlo. Realmente no quería otro trabajo en el mundo más que ese.
Creo que estaba adquiriendo un extraño gusto por cuidar de Aby. En mi surgía la desesperada necesidad de protegerla de todo, y ahora mismo tenía que cuidarla hasta de sus propias acciones.
—¡Voy a vomitar!—ella se paró de golpe de nuestra mesa en Rapito y Bueno, salió corriendo en dirección a los baños.
Al parecer los estragos de haber ingerido tanto alcohol le estaban haciendo graves efectos.
Obvio no me quedé en mi lugar. Yo más bien salí corriendo detrás de ella, pues no la creía capaz de mantenerse en pie por mucho tiempo. Aby estaba"hasta las ultimas" debido a la cantidad de alcohol que ingirió. A duras penas y se podía mantener en pie.
—¡ABRAN LA MALDITA PUERTA!— la oí gritar en los baños y yo hecho flash entré corriendo al baño de chicas.
Cuando llegué, vi como Aby sentada en el piso, golpeaba una de las puertas de los dos baños que allí habían. Ella estaba arrimada con su cabeza y hombro, mientras con sus puños atacaba a la puerta cerrada.
—¿Segura no estas borracha?—yo me burlé de ella, acercándome.
Ella mal humorada alzó la vista a mi, en cuanto me puse de cuclillas frente a ella.
—No, yo nunca hago eso—ella rodó los ojos y enseguida siguió golpeando—. ABRA QUIEN SEA QUE ESTÉ AHÍ. YA ME HAGO DEL TRES.
Era obvio que a altas horas de la madrugada no había nadie mas en el restaurante más que Aby y yo, así que como conclusión... el baño estaba vacío.
—No hay nadie ahí—le dije a Aby, y ella se puso de pie arrimándose a la puerta, mientras me empujaba para que quedara lejos de ella.
—Claro que si lo hay, porque sino quien cerró la puerta... daaaa—ella empezó a empujar la puerta con fuerza, moviendo la chapa desesperada. Allí noté que en la parte superior de la puerta había una aldaba adicional—¡ABRAN YA!
Partiéndome de la risa, al ver como Aby intentaba abrir la puerta, yo la retiré suavemente del paso ante su mirada evaluadora.
—Hermosa...—dije al borde de la risa, cuando quité el seguro de la aldaba y giré la chapa de la puerta. Esta se abrió dejando al descubierto el inodoro—. Solo abrías la aldaba y ya. ¿Y así dices que no estás borracha?
—No estoy borracha—ella me dio una mirada asesina—. Solo... solo intentaba... probarte..yo.. yo...
Ella iba a decir algo, pero se quedó callada con la cara pálida, la mirada perdida, y una mano cubriendo su boca.
—¡No lo haré!—ella puso cara de "guacala" respirando aceleradamente.
—¿Hacer que?
Sin más, ella desapareció de mi vista, pues se había lanzado arrodillada frente al inodoro, para vaciar todo su estomago en él.
La muy sobria, estaba muriendo en vida debido a todo lo que bebió.
Bueno... yo no tenía derecho a replicar pues alguna vez estuve peor que Aby. Menos mal ella no me vio en esas pues quizás me hubiera dado un sermón más insoportable que mi mamá.
Aby se aferraba al inodoro fuertemente mientras seguía desahogándose allí, y como vi a su cabello como posible victima de sufrir las consecuencias de tal acción, me agaché a recogérselo.
—¡Recuerdame jamás volver a tocar ese liquido infernal llamado alcohol!—ella me dijo en cuanto terminó—. ¡Mierda, siento que me estoy muriendo!
Ella con dificultad se arrimó a la pared del cubículo del baño, y yo hice lo mismo a su lado.
—Se nota—le informé a la vez que le daba un trozo de papel higiénico que había tenido en mi chaqueta. Ella lo tomó y se limpió la boca suavemente—. Yo creo que debo llevarte a tu casa para que puedas dormir un rato. Ojalá así se te pase. Menos mal no hay padres que me puedan matarme por llevarles una hija borracha.
—Mi padre te haría pedacitos por dejarme intoxicar con alcohol—ella reía poniendo una mano sobre mi pecho—. ¡Rayos, ahora mismo mi corteza cerebral ya se fundió, así que no me extrañaría si empiezo a decir cosas del futuro! Así que.. si...—ella dio un hipo que me causó sonreír—. Si.. si digo cosas raras no me hagas caso.
—En ese caso, no creo que solo por el alcohol digas cosas raras—yo arrimé mi cabeza a su hombro, mientras daba toquecitos cariñosos en su pierna—. Tú eres una chica muy anormal, pero descuida... por eso me gustas.
—¿Te gusto?—ella dijo alegremente—. Rayos, lastima que no te pueda corresponder... así... así quisiera. Mi vida es tan cruel.
Admito que aquello hizo que mi corazón sintiera una punzada.
De pronto se me vino a la imagen una escena donde Aby, ya no era solamente una linda amiga a la que quería mucho. Este gusto por ella empezaba a intensificarse en gran medida.
¡Diablos, dolía pensar que ella se iría en cualquier momento de vuelta a Quito con su familia. Supuestamente su estadía en Loja solo era por unos días.
—Maldita vida—yo me quedé pensativo—. Por eso mejor no me ilusiono más contigo. Siento que podría entregarme por completo a ti, y...y...
Juro que al decir aquello me sentí estúpido.
Diablos, ni siquiera sabía porque dije aquello de la nada. Tal vez todo aquello era producto del alcohol que ingerí con Aby. Ahora solo esperaba que ella no recordara nada de lo que se hablaba en el cubículo del baño.
—Juro que si mi cerebelo no estuviera añejado en alcohol, dejándome solamente con la capacidad apenas moverme para vomitar, en este momento me levantaría a darte una buena tanda de besos apasionados—ella dijo en medio de una risita—. ¡Cerebelo, reacciona y ayúdame a levantarme para besar a mi platónico de sexy voz!
—Ahora mismo no creo que quiera besos de mi amiga del alma. No me sabrían bien—dije, intentando bromear con mi anterior confesión—. Mi amiga bella a la que quiero mucho. Mi amiga del alma, a la cual me gusta cuidar. Mi amiga...
—¡Si ya, entendí que solo te gusto como una aburrida amiga!—ella bostezó, arrimándose a la pared con los ojos cerrados—. Creo que es preferible dejar las cosas así. Mi onda P ya no soportaría tanta despolarización ventricular, debido a tu sola presencia. Y ni se diga la PQ, que haces saltar cuando se provocas que se contraiga mi miocardio. A veces siento que puedo morirme por lo que me causas.
En esos momentos solo debo decir que me quedé sin habla. ¿Y porque me quedé sin habla? Pues no entendí un carajo y no sabía que responderle.
—Siento que estoy hablando con el medico de mi abuelita—logré decir con la boca medio abierta—. Y sea como sea... me podrías traducir lo que dijiste.
—Te lo dije así, porque el objetivo es que no entiendas—ella bostezó con una sonrisa—. No quiero que me entiendas.
Ella arrimo su cabeza a la mía, y puso su manos sobre la mía. La mano que estaba sobre su pierna.
Juro que sentí un escalofrío recorriéndome con su toque, pero preferí ignorarlo por el bien de mi cordura. Aby empezaba hacer que pierna la noción de la razón y más bien quisiera hacer cosas como por ejemplo besarla hasta el cansancio.
Siempre que la tocaba, surgía en mi la necesidad de obtenerlo todo de ella. Como si tuviera desesperación extrema por recuperar algo que no sabía que estuve extrañando.
Culpo al alcohol de mis pensamientos.
—¿Qué tal lo hice mi primera vez?—ella me dijo de la nada
—¿Qué cosa?
—Es decir... ¿realmente fui una mala borracha?—ella soltó una risa de ardilla seguida de un hipo—. Yo pienso que me he comportado muy bien para ser mi primera vez borracha.
Diablos, ahora que me confesaba esto, la veía como a una niña que debía seguir protegiendo de las cosas dañinas que había en el mundo. Aby simplemente me seguía admirando con su inocencia.
Me preguntaba que tanto ella habría descubierto del mundo.
Ella no era como otras chicas que conocí.
Ella enseñaba siempre lo que era bueno, y eso hizo que mi corazón se acelerara. Era de ese tipo de persona que todo padre quisiera tener, debido a ser un ejemplo a seguir. Ella no bebía hasta quedar tendida en el piso, no tenía vicios, no era mala gente con los demás, no era promiscua, siempre acataba las ordenes de sus padres, siempre daba amor a todo el que se le atravesaba, primero se preocupaba por los demás antes que por ella... ella era buena en todos los sentidos. Ella era tan perfecta para mi, pues sentía que ella podría complementarme.
Quizás mis errores ella los arreglaría, y yo desordenaría su perfección. Ambos podríamos crear un mundo de caos perfectamente equilibrado.
—¡Basta!—me dije a mi mismo al notar la cantidad de cursilerías que mi mente empezaba a tener.
—¡Tranquilo viejo!—ella dijo con la voz temblorosa. Yo alcé la vista, y la vi con cara de querer llorar—. Si fui tan mala borracha, solo debías decirlo con amor y paz. ¡No tienes porqué gritarme así!
Si supiera que mis gritos fueron por otra cosa distinta a la borrachera.
—No, no me hagas caso. Es que estaba pensando en... en algo. No tiene que ver contigo—yo mentí, mientras la abrazaba por los hombros.
—Mas te vale—ella me dijo malhumorada—. Ya estaba preparando mi rodilla para darte un regalito en tus partes nobles.
Su ternura me empeza a jalar a un hoyo negro del que posiblemente no saldría sin ser lastimado.
—¿En serio es la primera vez que te emborrachas?— dije divertido, mientras sentía el impulso de acariciar su cabello. Ella arrimó su cabeza en mi pecho.
—Sip. Y creeme que no lo pienso volver hacer.
—Eso espero—yo rodé los ojos—. No te sienta bien la borrachera. Te ves más bonita cuando estás sobria.
—Awww, que tierno—ella me dio un doloroso golpe en el estomago con diversión. Yo solo me tragué mis quejidos.
Esta mujer cada vez me agredía con más intensidad, y lo peor es que me estaba gustando.
—Dime Aby... ¿Qué otras cosas rebeldes has hecho en tu vida? ¿Qué otras primeras veces has tenido?
—Pues... una vez me escapé por primera vez de la casa por ir a un concierto de Cnco—ella me dijo alegremente.
—¿Cnco?—pronuncié el extraño nombre—¿Qué es eso?
—Un grupo de chicos guapos, en el cual está el amor de mi vida—ella soltó una carcajada y me abrazó con más fuerza.
—¿El amor de tu vida? ¿Quién es ese?—le dije malhumorado
Ni siquiera sabía porque me afectó tanto que catalogara a otro chico como "el amor de su vida". Rayos, me dolía el pecho.
—Un chico que se robó mi corazón con su actitud de niño grande—ella suspiró, y en seguida sacudió la cabeza—. Algún día sabrás de su grupo, lo prometo.
—Mañana mismo los busco en google.
—No te molestes—ella dijo divertida—. Y cambiando de tema... tengo otra primera vez. Algo muy sucio que hice.
Admirado por su descripción me puse alerta.
Así que Aby no era tan buena después de todo... ja.
—¿Qué cosa?
—Es que una vez estaba con mi novio en su habitación—ella alzó su vista a mi, y luego dirigió sus labios a mi oído—. Era nuestro aniversario, así que buscábamos la manera de hacerlo memorable.
No sé porque pero me presentía lo que iba a decir, y juro que rabia absoluta me consumió.
—¿Y que hicieron?—dije en voz baja.
—Nos besamos en su cama—ella reía coquetamente, y yo mientras tanto quería que la tierra me tragara—. Y luego...
—¿Luego que?
—Luego nos manoseamos un rato—ella seguía riéndose como si estuviera contando un chiste—. Bueno... él me acarició las piernas y yo... yo...
—¿Tú que?
—Yo metí mi mano debajo de su camiseta—ella hundió su cara en mi cuello con un risita.
—¿Y luego?—yo tragué duro, pues sabía hacia donde se dirigía esa conversación.
—Nada—ella susurró riéndose—. Eso fue lo más sucio que hice con él. Nos toqueteamos.
No sabía si sentir rabia por la manera en que me hizo asustar Aby o si sentir alivio por que aquel encuentro no había llegado a más. Pero había una duda que surgió en mi debido a su perspectiva de "sucio" en una habitación y una cama.
Si ese era su concepto de sucio, querría decir que no había experimentado otra clase de "sucios"
—¿Hasta que punto has llegado con tu novio?—le pregunté.
—¿Cómo?
—¿Qué es lo... lo más... comprometedor que hasta hecho con él?—le dije sintiendo mis mejillas enrojecer.
Diablos, en serio que ni sabía porque me intimidé al preguntarle eso a una chica. Yo nunca me ponía así por eso. Solo con Aby me sentía así.
—¿Te refieres a nuestra primera vez?
Con incomodidad asentí.
—Pues...— ella me miró sonriente por un rato—. Nunca lo hemos hecho.
Y así fue como sentí que mi alma volvió a mi cuerpo. Ahora sabía que nadie había profanado su cuerpo, y eso me hizo por poco saltar en un pie de felicidad.
Bueno, se supone que solo tuvo un novio y no lo habían hecho pero.... ¿Hubo alguien que no sea su novio antes?
Otra vez mi alma se me fue del cuerpo.
—¿Entonces...?—yo me callé al sentir que no debía preguntar lo que quería— ¿Entonces eres...?
—Nunca he tenido sexo con nadie—ella arrimó tranquila su cabeza a mi hombro—. No me he estrenado. ¿Por qué lo preguntas?
Y así señoras y señores fue como de pronto empecé a ver a Aby como un valioso premio que debía tener alguna vez. Quería tener el derecho de solamente yo, obtenerlo todo de ella.
¡Diablos, ahora mismo mi corazón latía por descubrirla en todos los sentidos!
—Solo lo preguntaba por curiosidad—dije desviando mi cara, pues no quería que note mi cara sonrojada.
—Bueno—ella dijo débilmente—. Pero por si te lo preguntas... me muero de ganas por experimentar eso. Es que como veo que al mundo le gusta tanto, entonces quisiera saber que de espectacular le ven.
Diablos, con eso ella hizo que mi pulso se acelerara.
Bien y podría encantarla con promesas falsas para que ella me dejara enseñarle todo acerca de ese mundo, pero no. Ella era distinta, y lo único que podía hacer con ella era respetarla, y cuidarla.
—Se siente bien—fue lo único que dije.
—Lo dices con tanto entusiasmo que creo que ya se me quitaron las ganas—ella rió con suavidad.
—Algún día lo calificaras tu misma. Es que pienso que cada quien tiene su punto de vista al respecto—dije sintiendo incomodidad.
—¿Y cuando crees que sea un buen día para perder mi virginidad?—ella alzó su vista curiosa a mi
—Conociéndote a ti, pues... quizás un día en que estés de luna de miel, con tu esposo—le dije, con pesadez. Me costaba imaginarla con alguien más—. Imagino que para ti, la mejor opción para perder la virginidad sería... con alguien con quien vayas a pasar el resto de tu vida.
—Sería tan romántico perder la virginidad con mi esposo—ella se arrodilló de pronto frente a mi, mirándome con los ojos bien abiertos—. Pero...
—¿Pero que?
—Es que sería tan horrible, si no llegas a llenar las expectativas de tu esposo ese día. Es decir... no tener experiencia en esa clase de cosas—ella se veía preocupada—. A mi me gustaría entrenarme para él.
¡Carajo, eso no me gustó en lo absoluto!
Imaginarme a una loca Aby entrenándose cada dos que tres veces, para ser experimentada me dio una punzada en el corazón.
—¿Y como te entrenarías?
Ella se quedó pensativa mirándome tan perdida que hasta me empezaba a dar miedo.
—Probaría con otra persona—ella empezó a reír soñadoramente—. Alguien que quizás sepa más sobre eso... como... como tú. ¿Quieres ser mi primera vez?
Yo me quedé sin habla, únicamente oyendo mi corazón latir y mi temperatura subir por tal propuesta.
Juro que quería decir que si, pero mi conciencia y mi propio corazón me exigió no dar rienda suelta a ese impulso. Mi deber era mantener la inocencia de Aby, tal como me gustaba.
—Yo... yo...— tragué duro, y más bien la tomé de la mano para ponernos de pie—. Yo creo que ya te volviste loca.
Ya mucho tiempo habíamos estado encerrados en un cubículo de un baño, hablando de estupideces.
—No quieres hacerlo porque no te gusto? Si, eso debe ser. No te debo parecer atractiva—ella suspiró triste mientras la ayuda a ponerse en pie—. Y pensar que creo que antes decías que si, a otras chicas sin pensarlo dos veces.
La verdad su respuesta me extrañó.
—En primera, no digo que si así como así—le dije un tanto molesto—. Y en segunda, tú eres tan hermosa para mi, que hasta ya me estas volviendo un maldito loco.
¡Diablos, esto que estaba diciendo lo iba a pagar mañana!
—¡Me morí!—ella soltó una carcajada, y en seguida la vi tambaleándose—. ¿Entonces cual es el inconveniente para que me enseñes? Sería tan lindo perder la virginidad con mi mejor amiguis—ella reía , mientras se dejaba sostener por la cintura.
Realmente me estaba encantando tenerla envuelta en mis brazos.
—Solo dices esta clase de cosas porque estás borracha—suspiré sabiendo que era verdad.
A la mañana siguiente, ni aunque le pusieran una pistola en la cabeza, ella me pediría que fuera su primera vez.
—Pero en serio quiero que tú seas el primero—ella me hizo un puchero berrinchudo, que me hizo sonreír de ternura—. Vamos, Chris.
—No sería correcto—le respondí, para posteriormente alzarla en mis brazos. Era más rápido llevarla así, antes que hacerla caminar por sus propios medios.
Aby seguía insistiendome por que yo sea su primera vez, mientras acomodaba en el piso una improvisada cama para que ella pueda descansar, pero como siempre yo le respondía con un "estas loca".
La verdad no creía conveniente salir a altas horas de la noche, cargando a una Aby borracha y por supuesto un yo un tanto pasado de copas. Preferí más bien dormir un rato hasta que en eso de las cinco de la madrugada, vuelvan a pasar taxis, o algún transporte seguro para ambos.
—Si dices que sí, podríamos intentarlo ahora mismo—ella dijo desde su asiento donde estuvimos bebiendo.
—No, ya te lo dije—yo puse la ultima almohada hecha con manteles, y me puse de pie para dirigirme a Aby.
—¿Tienes idea de lo mucho que sueño con esto?—ella me seguía mirando con cara de cachorro mojado—. Tú... tú fuiste mi sueño desde.... ¡Ya no recuerdo siquiera desde cuando! Si dieras un vistazo a mi vida en el futuro entenderías.
Aby estaba diciendo cosas más raras de lo normal.
—Si, claro—dije, solo por seguirle la corriente. Luego solo la tomé entre mis brazos y la llevé hasta la improvisada cama.
Allí la puse, sin que antes ella me golpeara con sus puños por mis insistentes negativas a su propuesta. Además también me dio uno que otro patazo, porque se puso hacer berrinche debido a que no quería dormir sino más bien seguir bebiendo.
—Aun no podemos dormir—ella dio un bostezo, mientras se recostaba de lado, mirándome. Yo estaba en la misma posición que ella—. Al menos debo emborracharte, para ver si así aceptas. Y ahora... devuélveme mis botellas.
Aby se puso a patalear, mientras yo la sostenía para que no fuera a buscar más licor. Yo por supuesto solo me partí de la risa debido a su comportamiento.
Nunca la vi así.
—Eres mas terca que una mula—yo de un jalón la volví a recostar, y ella malhumorada me mantuvo la vista.
Aprovechando que se calmó, puse sobre nosotros uno de los manteles para cubrirnos del frío.
—No puedo creer que en serio te hagas de rogar—ella dio un bostezo
—No soy tan fácil como crees—le dije guiñándole un ojo divertido.
—Ajap—ella puso su mano en mi mejilla, acariciándola lentamente—. Creo que solo conmigo haces esto. Eso es un bajón de autoestima, idiota.
Yo reí ante sus palabras, y ella no hizo más que darme un golpe en el pecho. Pero creo que lo más gracioso fue que luego de golpearme volvió acariciarme con tanta delicadeza que hasta me hizo creer que me amaba.
—Esos labios son más apetitosos de cerca—ella me dijo mientras pasaba su pulgar por mi labio inferior—. Muchas veces me pregunté que se sentiría solamente verlos de cerca, y mírame ahora. Y... eso que no cuento que antes era capaz de hacer lo que sea por conocerte. Tú si que me tenías mal. Rayos y ahora... te tengo aquí conmigo, y... aun no me lo creo.
—¿Acaso me espiabas en secreto desde antes de conocerte o que?
—No... pero...—ella bostezó ruidosamente—. Olvídalo, creo que lo soñé. Eso me pasa por andar fantaseando con que serás mi primera vez. ¿En serio no quieres?
Esta noche casi no entendía el 80% de lo que ella me decía.
—Y sigues con eso
—Es que quiero hacerlo contigo—ella de pronto se sentó de golpe, y lentamente sin que lo vea venir se fue colocando sobre mi—. Que mejor que hacer el amor por primera vez, con el chico al que amas.
Esa respuesta me quitó el aliento. Ahora mismo sentía a mi corazón queriendo salirse por mi boca.
Y pensar que lo que Aby decía era solo producto del alcohol.
—Mejor duerme—yo desvié mi vista, e intenté quitarla de encima mio.
Sin verlo venir, ella llevó sus labios a mi cuello y yo me quedé sin saber que hacer. Ella estaba provocandome tantas cosas que quizás no podría controlar. Mis hormonas se estaban empezando a desquiciar.
—Esta noche estás malditamente sexy—dijo con una cara que quería parecer de seductora profesional, pero más bien parecía de chica sonámbula—. ¿Dirías lo mismo de mi?
Sin poder resistirme empecé a cambiar mi posición, y de a poco fui recostando a Aby, quedando yo encima.
—Tendría miles de cosas que decirte ahora mismo—dije, mientras acariciaba su mejilla.
—No lo digas— ella metía lentamente su mano por mi chaqueta, y yo sentía claramente como la cordura se me empezaba a ir—. Demuéstrame.
No podía decir que sí, y fallarle a Aby. Ella no querria arruinar nuestra amistad por una borrachera.
De pronto sentí como Aby empezaba a retirar la chaqueta, y para mi maldita suerte no me pude resistir. Tan solo dejé como sus manos jalaran de la chaqueta quedándome con el torso desnudo. Horas antes me había quitado hasta mi camiseta, por que ella me había mojado. Era como si todo hubiera estado fríamente calculado para que ella me fuera dejando sin ropa de a poco.
¡Diablos que estaba haciendo!
—Si te digo que quiero hacerlo, es porque sería el mas grande recuerdo que me llevaría de ti—ella dijo con lagrimas en los ojos—. Dame ese recuerdo.
—Hablas como si te fueras a ir para siempre—le dije extrañado.
Aby, acariciaba mi espalda con sus manos suavemente, y yo no podía hacer más que responder a sus caricias con suspiros ahogados. Su solo toque estaba empezando a hacer que cierta parte de mi cuerpo empezara a responder como no debería.
Diablos, en serio quería hacerlo, pero no podía. Aby ni yo mismo me perdonaría si aceptara hacer el amor con ella en esta situación.
—¿Me darás un recuerdo así antes que me vaya?— ella me veía con mucho dolor.
—Claro—le susurré cerca del rostro—. Lo haremos.
Moría por besarla, pero a la vez me resistía por respeto a ella.
—¡Yeiii! ¡Entonces empecemos!—ella me abrazó por el cuello intentando besarme, pero yo desvié mi rostro desesperadamente.
—Lo haremos, pero no hoy—le dije con diversión mientras me recostaba a su lado—. Prometo que algún día lo haremos.
—¿Cuándo?—ella me miraba con ese puchero que se me hacia cada vez más favorito.
—Cuando sienta que verdaderamente vas a ser mía por siempre—le respondí con una sonrisa.
—Tal vez eso no pueda ser—ella desvió su vista—. En algún momento me tendré que ir.
—El hecho de que te vayas, no quiere decir que vayas a dejar de ser mía
Ella me miró con los ojos abiertos, y luego sin decir nada, solo se apegó a mi, abrazándome por la cintura. Ambos nos quedamos allí recostados solo oyéndonos respirar por lo que me parecieron horas.
Por suerte Aby olvidó su terquedad de que hiciéramos el amor, pues de pronto de la nada, empezó a contarme que tenía una foto de mi como póster en su cuarto. Luego me dijo algo de que iba a necesitar lentes, y que luego no. Me dijo algo sobre que un día tendría el cabello demasiado largo, y otro demasiado corto.
En fin... muchas cosas que no entendí fueron las que me dijo. Y eso solo lo tomé como tonterías que se le salían por lo borracha.
Ella siguió hablando hasta quedarse dormida, y yo en el trascurso solo había llegado una conclusión que me daba miedo. Realmente no sabía si concluía en eso por el alcohol que tenía mi cuerpo pero... creo que me había enamorado de ella.
Rayos, en lo profundo de mi empezaba a descubrir que ella me había atrapado.
Ahora en lo único que pensaba era en poder hacerla mía algún día, y no solamente como algo momentáneo, sino durante toda mi vida. Realmente empecé a imaginar que yo amaba cada milímetro de ella, con la promesa de que jamás se iría de mi.
Y sí, claro que cumpliría con mi promesa de ser su primera vez, pero solo sería cuando hallara la manera de jamás perderla. Cuando sintiera que se quedaría siendo mía pese a la distancia o el tiempo.
Pero en fin... hasta ese día, todo lo que pasó en este momento quedaría en secreto para ella.
Hola chicas bellas!!!
Díganme que más les gustaría leer el este festejo por los 500 k de lecturas??
Me refiero a los dos libros, que extras o que puntos de vista les gustaría leer. Estaré leyendo todas sus sugerencias.
Nos vemos en el siguiente extra :)
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