9. ¡No lo hagas!
Después que nos trajeron el pedido de la mamá de Chris, que consistía en unos panes de yuca con yogurt. La señora Yenny le contó a él, todo el incidente con ladrones que casi la asaltan. Durante él relato ella no dejaba de mirarme con una sonrisa de agradecimiento.
En un rato, luego que Chris ya conoció mi pequeño acto heroico, el tema de conversación cambió. Esta vez nos habíamos adentrado en una conversación sobre nuestras vidas.
—Me parece lindo de tu parte, que vengas a trabajar a una provincia desconocida, solo por ayudar a tus padres en el pago de tus estudios—dijo ella—. Siempre los estudios universitarios son muy costosos—ella regresó a mirar a Chris.
— Mmm, si...—fue lo único que logré decir ante tal admiración injustificada hacia mi. Me sentí culpable de que se haya creído todas mis mentiras. Así que por ello, intentando ocultar mi culpa, me concentré en meterme un millón de panes de yuca en la boca.
Cuando estaba nerviosa, y si tenia comida cerca, solía comer compulsivamente.
—¿Y dónde vas a trabajar?— me preguntó ella, tomando su yogurt.
Mis cachetes los sentía, rellenos de pan. Pues como ya les dije, solía parecer aspiradora de comida cuando estaba nerviosa.
—Buenoff...auff.... noff seff — dije con la boca llena. Y antes de seguir haciendo el ridículo, tragué rápidamente lo que tenia en la boca.
Apenada por mi acto, regresé mi mirada avergonzada hacia ellos. A la señora Yenny parecía no importarle, ya que ni siquiera me puso atención. En cambio Chris me miraba fijamente con una sonrisa oculta. Su mano sostenía un pan medio masticado. Él se mantuvo en esa posición, por un buen rato. Su dedicada evaluación a mi persona, causó que me sonrojara en un instante. Creo que le estaba causando mucha gracia mi situación.
—Lo siento—desvié rápidamente mi mirada hasta la señora—. Y pues... aun no estoy segura—continúe—, es que mi amiga dijo que su papá tenía un trabajo de verano para las dos. Creo que en algún almacén que iba a poner su familia. Pero aun no se en que consiste exactamente el trabajo.
—Ah, bueno. Lo importante es que vas a estar con tu amiga. Así por lo menos ya no te sentirás incómoda con gente extraña—dijo ella mientras regresaba a mirar a Chris, el cual seguía mirándome sin disimulo. Él al sentir la mirada de su madre, regresó fugazmente su concentración a su comida. Aun sonreía silenciosamente—. ¿Y ya trabajaste alguna vez?—ella volvió a mirarme con una sonrisa cómplice, lo que a mí me puso muy nerviosa.
—Eh...si, bueno, no realmente un empleo, sino más bien un trabajo que lo hacía por ayudar a mis padres. Ellos tienen una papelería, y siempre en temporada escolar los ayudaba en atender a los clientes.
—¿Pero mejor no te resultaba trabajar con ellos?.
—Bueno, no mucho. Es que todo lo que hacía no era con el fin de cobrar un sueldo, sino más bien como una forma de corresponder al esfuerzo por mi. Por supuesto ellos siempre me pagaban algo, pero no lo suficiente como para compararse a mi nuevo sueldo—le respondí intentando no mirar a Chris—. Además aun no es temporada escolar, así que las ventas por supuesto son bajas y mi presencia allí iría demás.
—Bueno, eso sí es verdad— ella me dio la razón —. En fin, me alegra mucho que tengas un medio de trabajo con el que puedas ayudar a tu padres.
Todos empezamos a comer en silencio nuevamente. Menos mal Chris había dejado de mirarme descaradamente.
—¿Y cómo fue que se conocieron?—dijo de repente ella.
Chris y yo nos miramos en busca de una respuesta a esa pregunta. La verdad era que el hecho de contarle, que Chris se había hecho cargo de chica desmayada y desconocida, no me parecía muy sensato. Así que preferí suprimir esa parte.
— Ahmm... es que... un día nos encontramos en el parque —empecé yo—, y él me ayudó a ubicarme un poco, ya que apenas y había llegado a Loja. Él me indicó direcciones y todo eso.Ademas, tuvo la amabilidad de quedarse conmigo para encontrar algún bus que me sirviera.
— Oh, que bueno que mi hijo pudo ayudarte.
—Sí, me porte como un caballero— le dijo él su madre con una sonrisa de niño bueno.
—Claro, como todo un angelito—bromeó ella, mientras miraba su reloj—. Wou, como pasa el tiempo. Ya es muy tarde.
—Si es verdad—yo también revisé el reloj de mi celular. Por un momento había olvidado mis entrevistas de trabajo—. Ahora que lo recuerdo tenía que dejar algunos papeles.
En seguida quisé revisar mi montaña de carpetas, pero para mí mala suerte estas nunca aparecieron.
—¡No puede ser!—me puse desesperada a buscar a mi alrededor.
—¿Qué paso o qué?— él me preguntó.
—Mis documentos... los que traía en las manos... creo que se me perdieron—me lamenté buscando como loca en mi bolso.
—¿Pero dónde las dejarías?— se acercó la señora Yenny —¿Quizás en el taxi?
—No lo creo, la última vez que las tenía, fue cuando esperaba en la parada del bus antes de ir con... usted—respondí al darme cuenta del lugar donde las había perdido.
Pude notar la mirada culpable de la señora Yenny sobre mi.
—Por mi culpa perdiste tus papeles— dijo ella sentándose a lado mio.
—No se preocupe, en seguida iré a sacar más...
—De ninguna manera—replicó—. Yo te causé este inconveniente así que yo lo resuelvo. Ademas te debo mucho, ya que me salvaste de que me robaran una gran cantidad de dinero— me aseguró.
—Me alegra que yo haya servido de algo—dije apenada—, pero no creo que sea necesario que me ayude en esto.
—No digas eso—replicó Chris quitandome la mochila—. Vamos, yo te ayudo a sacar denuevo tus papeles —él empezó a caminar.
Yo fui detrás de Chris para quitarle mi mochila, pero me costaba mucho seguirle el paso. Su mamá iba a unos cuantos pasos atrás.
—No quiero incomodarlos- yo logré alcanzar a Chris, él cual no se detuvo ni porque lo jalé del brazo—. Además ustedes me dijeron que tenían asuntos pendientes. No pueden dejarlos solo por mí—incómoda tomé el tirante de mi mochila, y Chris al ver lo que hacia, me imitó y empezó a jalar en sentido contrario.
—Nena, no te preocupes—la señora Yenny habló por atrás—A estas horas ya no alcanzamos a ir, así que mejor iremos mañana—ella caminaba detrás de nosotros—. Por el momento tenemos todo el tiempo para ti.
—Si ves, ya no tienes excusa— él jalo con más fuerza, pero yo no me quede atrás. Con todo mi esfuerzo seguí jalando, pero fue inútil ya que él me iba arrastrando con todo y maleta. Algunas de las personas de alrededor ya nos empezaban a mirar raro.
—Es que...bueno, está bien— me rendí mientras soltaba el tirante instantáneamente, y como Chris aún seguía jalando con fuerza, su equilibrio se perdió de una manera brusca. Estuvo a punto de caer de espaldas, pero un chico que se encontraba cerca lo había impedido, al estorbar el paso.
Yo sin pensarlo dos veces, fui agarrarlo antes que su peso provocara que ambos chicos caigan. Impulsada por el apuro de salvarlo, lo abracé fuertemente de la cintura para sostenerlo.
—¡Oye ten más cuidado!—protestó él chico con el que chocó de mal humor, mientras se sacudía la basta del pantalón blanco que Chris había pisado. Me causó chiste el ver una huella de zapato en el pantalón del chico—. ¡Mira nada más lo que hiciste!—él nos clavó la mirada ambos.
—Lo siento mucho —se disculpó Chris—. De verdad, perdóname.
El chico solo nos seguía mirando como si nos quisiera matar.
—Por lo menos cuando caminas deberías dejar de estar pegado a tu novia—nos regañó
Al escuchar la palabra "novia", ambos nos regresamos a mirar extrañados, preguntándonos el porqué de su suposición. Pero inmediatamente tuvimos la respuesta al ver mis brazos bien agarrados a su cintura—. Para la próxima fíjate por donde vas.
Chris y yo nos separamos de un raspingo. Para nuestra suerte el chico ya se había alejado, evitándonos la fatiga de explicarle que no éramos novios.
—Pobre muchacho—apareció la mamá de Chris—, esa mancha no se va a disimular fácilmente—se reía ella.
Ya una vez afuera del centro comercial ella se ofreció a pagarme todos los gastos de las impresiones y carpetas. Pero por más que caminábamos en busca de algún centro de cómputo nunca lo hallamos.
—No creo que haya ninguno por aquí—aseguró ella.
A esas alturas yo estaba mas que incómoda por hacerles perder el tiempo en unas cuantas impresiones.
—Sería mejor que ya no sigamos buscando—me detuve—. En serio, no tienen que hacer esto.
—Que no te preocupes nena, estoy más que encantada de ayudarte —ella me guió del brazo y seguimos caminando en nuestra búsqueda.
Estaba disfrutando mucho de aquella corta caminata junto a Chris y su mamá, pero a la vez me sentía un tanto frustrada. Tenia a mi amor platónico a solo pasos de mí y no podía hacer nada. Ni siquiera había podido seguir conversando con él, ya que la señora Yenny estaba muy entretenida hablando conmigo.
Internamente mientras lo miraba de reojo, deseaba que él nuevamente tropezara para yo poder salvarlo y abrazarlo como pretexto.
Solo lo había tenido unos cuantos segundo en mis brazos, y ya extrañaba tenerlo otra vez.
—Yo creo que por aquí no hay nada—asumió él cansado—, ¿te parece si mejor hacemos esto en casa?—sugirió Chris a su mamá.
—Cómo crees que vamos a llevarnos a Aby hasta allá. Le vamos hacer viajar mucho...
—No te preocupes mami. Ella vive cerca de nosotros—aseguró Chris mientras empezaba a buscar un taxi—. Así que si la llevamos a casa, también la estaremos acercando a la suya.
— Si es así, entonces me parecería bien— ella me regresó a mirar—. ¿Te parece si hacemos eso?
—Pues...si...claro, por mi está bien—respondí a la vez que un taxi paraba en frente nuestro.
Aun no entendía como fue que me metí en esta situación. De la nada llegué a convertirme en la heroína de la mamá de Chris . Las cosas que me iban pasando cada vez me sorprendían más. Me pregunté que otra cosa me podría pasar.
(...)
Después de varios minutos de viaje, al fin llegamos a aquella casa tan familiar para mí. La casa de Chris.
—Pensaba que podríamos ir al centro de computo de Fernando pero...— ella se quedó pensativa— yo creo que no seria necesario ir allá, cuando mi hijo mismo te puede ayudar aquí. Además mientras hacen todo ese papeleo, podríamos comer algo— ella me sonrió—. Entonces...¿Aceptarías mi propuesta?
Pude ver que Chris también me clavaba la mirada en busca de una respuesta.
—Claro, como no- yo le devolví la sonrisa—. Lo que usted diga me parece bien.
—Muy bien, entonces andando—ella me dijo.
Sabía que me pasaría otra cosa improbable. Ahora me había convertido en la invitada de honor en la casa de Chris. Me causó risa el recordar que junto a Jen, alguna vez imaginamos como seria si viajáramos a Loja, para intentar meternos a escondidas a la casa de Chris con el objetivo de secuestrarlo. Fue una conversación muy graciosa de hecho.
—Bienvenida a mi humilde hogar — él me sonrió mientras abría la puerta que daba al interior de su casa. Él me dejo paso para entrar primero.
Al entrar pude sentir un ambiente muy cálido. Algunos de los lugares si los reconocí, ya que aquella casa se me había vuelto uno de mis temas de investigación. Se podría decir que era una fan muy exagerada.
—Bonita casa—hablé mirando a mi alrededor.
—Gracias linda— la señora Yenny pasó a mi lado, para ir a la sala —. Ven siéntate.
Chris estaba preparándose para sentarse junto a mí, pero su mamá lo interrumpió.
—Mi amor—lo llamó su mamá —. Tú mejor ve a encender tu computadora, para que ya puedan empezar con los papeles de Aby.
Chris obedeciendo a la orden se puso de pie, y dándome una última mirada se fue al piso de arriba.
—¿Quieres algo de tomar?—me preguntó ella desde la cocina.
—No, muchas gracias—respondí. Ella salió después tomando un vaso de agua.
—Bueno Aby- ahora la señora miraba las escalera por donde había subido Chris —. Vamos a ver que paso con esa computadora—ella me hizo señas para que la siguiera.
Yo me levanté de mi asiento, y la acompañé hasta el segundo piso. Y en cuanto llegamos a la puerta de la supuesta habitación de Chris ella golpeó rápidamente.
—¿Que paso?— escuché la voz de él desde adentro.
—Traje a Aby para que la ayudes—gritó ella.
—¿Aby?—dijo él y en seguida escuché sus pasos acercarse a la puerta
—Si amor, abre la puerta— ella le pidió, y tiempo después Chris salió a nuestro encuentro.
La señora Yenny entró a la habitación y me invito a pasar. Al ver a Chris pude notar que miraba sorprendido a su madre. No estaba segura porque.
—Ven nena, siéntate. Entre los dos van acabar rápido—ella me mostró una silla junto al escritorio—. Y tú también Chris— ahora puso una silla junto a la mía.
Chris y yo nos sentamos a la espera de la siguiente orden de la señora Yenny.
—Como ya mismo es la hora de la merienda, mejor bajo hacerla. Ustedes terminen pronto con eso. Así podrán bajar a comer tranquilamente—ella nos sonrió amable.
Dicho eso la madre de Chris salió, cerrando la puerta y dejándonos solos, lo cual me resultó un tanto extraño. Ahora ambos estábamos en un silencio profundo mirando el lugar por el que se fue.
Nuevamente recordé mi ocurrida conversación con Jen sobre el secuestro de Chris. Ahora que estaba a solas con él, bien podría aprovechar para hacerlo. El solo imaginarlo me causó risa.
—No te pongas incómoda, que yo no te voy a comer—me sonrió él, acomodándose mejor frente al escritorio.
—El decirme que no me ponga incómoda, hace que de verdad me ponga incómoda—aseguré con una sonrisa nerviosa.
El tenia su expresión que aparentaba estar pensado, mientras conectaba el cargador a su computadora. Por un momento se detuvo a mirarme en medio de sus pensamientos.
—¿Sabes que eres la primera chica que no es de mi familia que entra a mi cuarto?— él me miró sonriente, mientras alzaba sus cejas de manera graciosa.
—No te creo— hablé dudosa—. Seguro alguna de tus pretendientes ya se infiltró aquí. Yo no te veo con cara de angelito.
—Oye eso me ofende— bromeó
—¿No me digas que nunca dejaste entrar a alguna de tus novias a tu casa, para así tener un lugar mas privado?
—A mi casa sí, pero a mi cuarto no. Mi mamá me regañaría si lo hiciera. Es muy conservadora en ese aspecto, no se porque razón.
Porque seguramente sabe que eres un pícaro. pensé.
En el futuro sabia que él era un coqueto sin vergüenza. Es por ello que siempre terminaba con mi corazón de fan rotó por culpa de sus novias temporales.
—¿Y que tengo yo de especial, para que tu mamá mismo me haya encerrado en tu cuarto contigo?—pregunté insegura
—No sé, pero lo mismo me estoy preguntando yo—Chris curvó una sonrisa curiosa.
Ambos nos miramos pensativamente por un largo tiempo.
—Bueno, como sea...—yo bajé la vista— . No te tienes que preocupar porque yo esté en tu habitación. Te aseguró que tampoco te voy a comer— bromeé—Yo nunca me aprovecharía de hombres inocentes.
—Más te vale, porque soy capaz de acusarte con mi mama—él me dio una última risa, para luego dirigir su atención a su computadora—. A ver superchica empecemos con nuestro trabajo. Dame tus datos —él se puso a escribir en su computadora.
Después de varios minutos de estarle dictando, mientras el escribía, finalmente terminamos de llenar todos los datos de mi supuesta hoja de vida.
—¿No te parece que hace falta una foto? —me sugirió él.
—Es verdad, no puse ninguna—admití mi error.
—¿Tienes alguna en tu celular, o en alguna en de redes sociales que pueda servir?
— Si las tengo fotos ahi, pero... ninguna decente para un curriculum
—Solo indecentes—él fingió mirarme severo, algo que hizo que me riera—. Haber déjame ver tu perfil para rescatar alguna foto. Por lo menos una debe estar razonable.
—Oye, tampoco es para que me insultes—le dije dándole un golpe en el brazo.
—Auch Aby, eso dolió. Ahora entiendo al pobre ladrón. De hecho me compadezco de él, porque creo estar imaginándome como lo habrás golpeado.
—No me lo recuerdes. Solo espero que la ambulancia lo haya encontrado—mentí.
—¿De verdad lo dejaste tan mal?—me dijo dudoso, era muy divertido verlo asustado.
—Solo estoy exagerando, claro que no le hice nada. No creo que mis armas mortales puedan hacer algo —le aseguré mostrándole mis brazos— Aunque espero no haber puesto en riesgo su descendencia, a lo mejor lo deje estéril.
—¿Qué le hiciste al pobre hombre?- él sonreía gustoso
—Pues le di en su parte más noble— le contesté incómoda. Chris me miró pensativo, supuse que no se daba cuenta de que hablaba.
—¿Parte noble?—él me miro confundido.
— ¡Ay no me digas que no sabes cuál es la parte noble de todos los hombres!—le dije con la cara sonrojada, ya que no pude evitar mirar el sitio donde se estaba su parte noble. Chris pareció darse cuenta de que hablaba, porque enseguida desvió su mirada hacia la computadora.
—Ah sí, ya lo sabía—se apresuró a decir, mirando una hoja en blanco de Word como si fuera la cosa más interesante.
De pronto un horrible silencio inundó el lugar, y ambos empezamos a mirar a lados opuestos de la habitación.
—¡Chicos bajen a comer!—gritó la mamá de Chris.
—¡Ya vamos!— él anunció
Yo empecé a ponerme de pie para bajar al comedor, pero él me lo impidió al jalarme del brazo.
—Falta la foto—me recordó con una sonrisa traviesa—. Ni creas que te vas a salvar de mostrarme tu perfil de Facebook.
Yo lo miré fingiendo ponerme de mal humor, lo que a él le causó mucha risa.
Pude ver como él hacia algo en su computadora, y tiempo después ya vi su perfil de facebook en la pantalla.
—¿Y?— él me miraba expectante—¿cómo estas en facebook?
Sin decirle nada, me acerqué a su laptop, escribí mi nombre de usuario, y dándole un click, mi perfil apareció en pantalla.
Era extraño entrar a mi perfil del pasado, y mucho más raro mostrarle a mi amor platónico mis fotos ridículas. Desde ya me estaba arrepintiendo de haberle dejado entrar a mi perfil, porque ante nosotros apareció un álbum con fotos que odiaba. La pantalla estaba llena de fotos en las que yo aparecia con mi rostro tapado con un fleco. Ahora recordaba haber pasado por la fiebre de las fotos emo.
—Que linda—dijo él burlándose de mi foto. Yo por supuesto quería matar a mi otra yo por subir esas fotos tan terribles. Recordé muy claramente ya haberlas borrado en mi época.
Yo avergonzada intenté quitarle su laptop, pero él fue más rápido y se la llevó lejos de mi alcance.
—¡Cierra ahora mismo esa página, me veo horrible!—el decir aquello causó que Chris se empezara a reír ruidosamente.
Él siguió pasando las fotografías y casi me da un infarto cuando noté que les daba like a todas. Mi otra yo en Quito seguramente iba a pensar que un acosador llamado Christopher Vélez, había estado vigilando todas sus fotos.
—¡No hagas eso!—protesté mientras forcejeaba por quitarle la computadora— ¡Ya no sigas dando like, te lo suplico!
Él me ignoró y siguió con su tarea.
—¡De verdad!, ¡ya para!— grité preguntandome que estaría pensado mi yo alternativa—. ¡Quieto hombre!
—¡Quieta mujer, que me estas aruñando!
Pude ver que en la pantalla aparecía la otra época de moda en fotografías. La misma época que se había quedado como favorita de Jen. La de las fotos con los labios de pez.
—Vean nomas que labios—se burló dando mas likes.
Ese momento sin duda llegaría a la lista de mis grandes momentos de vergüenza. Lo único que podía hacer era seguir luchando por obtener esa computadora, pero nunca lo logré. Ya estaba prácticamente recostada sobre sus piernas.
—¿Te parece si te dejo un comentario?— él me miraba divertido.
—Ni se te ocurra hacer eso. Te prometo de que te voy a denunciar por acoso— bromeé.
El como siempre no me hizo caso y empezó a escribir algo que no distinguí.
—¿Qué pusiste?—le pregunté dudosa.
—Cuando vayas a tu casa revisa tu perfil y te enterarás de las palabras que te dediqué.
Como única venganza, decidí darle un manotazo en la mano, pero creo que ni le dolió.
—¡Oye, ya estate quieto y deja de ver mis fotos!- hablé angustiada.
Esta vez como último esfuerzo yo recurrí a las cosquillas, cosa que si resultó ya que se empezó a retorcer de la risa.
—¡Deja de toquetearme!— me gritó entre risas
—Y tú deja de likearme
—¡No!
—¡No!
—¿Chicos?— escuché decir a la mamá de Chris
Ambos regresamos a mirar asustados. Básicamente estábamos con las manos en la masa, o más bien dicho, él con sus manos en mí y yo con mis manos en él.
Buenas, buenas jeje, espero que hayan tenido un lindo día. Y también espero que les haya gustado este nuevo capitulo.
Gracias por apoyarme dándome un voto en cada capitulo, cada uno de ellos, hace que me emocione mucho jeje.
Si la historia llega a los 100 votos , prometo subir en seguida, dos capítulos el mismo día. De ustedes depende que lo suba mas rápido.
Ahora si me despido, saluditos.
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