7. Conociendo tus Recuerdos



Maratón (Parte 2)



Un sonido interrumpió la conversación. Amanda había atravesado la puerta de la cocina, y ahora se dirigía hacia los chicos con dos platos de comida.

—Haber, ahora sí que los quiero ver comer. Y más les vale que quiten esas caras de susto—los regaño Amanda—. Ya, que esperan. Empiecen a comer.

—¡No!—exclamaron  el par de chicosde una manera muy graciosa , lo que me provocó una risita.

—El único que se merece castigo aquí es este loco—Daniel protestó

—Oye, es tu novia. Mas bien tú deberías ser el primero en probar su comida—se defendió Chris.

—A ver amor, Chris tiene razón. Come ya—ordenó Amanda, haciendo que Chris estallara en carcajadas. Nuevamente tenía la suerte de escuchar esa risa tan contagiosa que tanto me gustaba. Sin poder evitarlo yo también reí.

Un momento de silencio inundó el lugar, por lo que asumí que el pobre Daniel, ya estaba siendo torturado. Bajé la vista a mi sanduche, y me entró curiosidad por saber si en realidad la comida de Amanda era mala. Así que le di un bocado, esperando que mis papilas gustativas empezaran a protestar, pero no. Todo sabia bien. 

—Wouu, ¿Ami seguro que lo hiciste tú?—al parecer Daniel estaba sorprendido

—¿Quién crees que se esta dedicando a ser la alumna de Alex en sus tiempos libres?- Amanda dijo 

—Haber, yo también quiero probar—escuché a Christopher—. Oye, si esta bueno. Menos mal Dani, porque ya te estábamos empezando a compadecer. Creímos que ibas a estar destinado a la comida de Amanda durante toda tu vida, y para colmo hasta tus pobres hijos; si es que los tienen, iban aguantar contigo—Christopher se reía a carcajadas. Luego se pudo escuchar el sonido de un golpe.

—Auch,  tu novia pega duro- se quejó Chris—Creo que tengo una contusión en la cabeza. Pobre Dani, yo no podría vivir con una mujer que golpea a los hombres —bromeó Chris.

— Claro, diviértete—replicó Amanda entre risas—Mi osito...

— No me digas así— se reía Daniel.

— Ok, ok... Daniel- se corrigió Amanda —Bueno, él aguantaría hasta mis golpes por Amor. Preferible aguantar mi amor salvaje, antes que el amor interesado de la Camila esa.

— Pues fíjate que la chica...ay digo, Camila, ya se va a quedar atrás— replicó Chris.

— ¿En serio?— Amanda parecía sorprendida—. No lo puedo creer, ya era tiempo de que te olvides de esa muchacha— pudé notar su voz emocionada— ¡¿Ya encontraste a alguien mejor?! cuéntame, cuéntame.

— Pues por el momento no, confórmate con eso— contestó Chris.

— Bueno, no te preocupes. Seguro alguna de mis amigas, quiere hacer el sacrificio de salir contigo— Amanda bromeó, provocando un bufido por parte de Chris—¡Ay hombre, tú ya deberías saber que eres un bizcocho!— ella aclaró — No te costaría ningún trabajo conseguir una chica. De hecho tengo en mi mente una larga lista de chicas que están loquitas por ti.

Internamente me proclamé la primera en la lista. 

— Sí, claro— habló Chris con ironía

—De verdad- insistió Amanda —. Deja de hacerte el modesto, contigo es la regla, chica que te conoce, chica que babea por ti — dijo Amanda—. No me digas que no te das cuenta.

—No, nunca lo vi así— se empezó a reír Chris

—Acuérdate de la chica de ayer—Daniel volvió hablar—. No me digas que no te diste cuenta que te miraba con los ojitos brillantes. Acuérdate, la chica que se desmayó—acotó el amigo de Chris, lo que provocó que me atragantara con mi comida. Pude sentir como se quedaron callados, supuse que por mirar mi mini ataque.

—¿Chica?, ¿cual chica?—Amanda sonaba interesada.

—Ah, es que ayer fuimos al parque de diversiones, ese que recién llegó. Todos quedamos en encontrarnos a las 8, pero este menso como siempre no llegó puntual. Y pues estábamos esperando muy tranquilos, hasta que de repente...- Daniel se quedó en un silencio dramático 

—¡¿Qué?!— Amanda preguntó—.  ¡Ya dilo de una vez!

—Llego con una chica en brazos. Así de romántico fue todo—bromeaba Daniel. 

—¡Noo!— exclamó sorprendida Amanda—. Que cursi eres amigo. Eso de llevar a las chicas en brazos déjalo a los recién casados.

—Oye, no soy cursi—replicó Chris—. Además la chica se desmayó, y ni modo que la deje tirada entre un montón de extraños.

—¿Pero acaso tú no eras uno de esos extraños?—interrogó Daniel.

—Sí, pero ...es que...antes que se desmayara, yo choque accidentalmente con ella, y creo...que por mi culpa se cayó. Creí que algo en esa caída provocó que se desmayara. Yo por supuesto, empecé a preguntar a la gente si la conocía, pero todos me decían que no. Así que no tuve más remedio que traerla conmigo hasta que se la lleve alguna ambulancia.

— Ahhh, que romántico—Amanda suspiró—. El chico y la chica que se conocen por casualidad y los cuales resultan ser el uno para el otro, se casan y viven felices para siempre— se burló ella. 

¡Mis rezos, para que las palabras de Amanda se cumplan!, pensé.

—Ya deja de molestarme—se quejó divertido Chris.

—Por un momento si creí que iba a pasar algo asi. Tenias que haberlos visto. Ambos estaban hablando de casarse— Daniel y Amanda se empezaron a reír a carcajadas.

—Estábamos jugando estúpido—protestó Chris intentando no reír. 

A mi mente se vino la peculiar conversación que habíamos tenido con Chris en el auto. Me reí ante tal ocurrencia.

—Insisto Chris. Sí que te pasas de cursi—la chica seguía molestando a Chris.  

—¡Que nos soy cursi!—advirtió Chris entre risas. 

—Además para cerrar con broche de oro, le dio su número de teléfono, en un papelito en forma de corazoncito—continuó Daniel

—No seas mentiroso. Si le di mi número pero lo del corazón no es cierto—se defendió Chris.

— Bueno, digamos que no—Daniel tomó aire—. Por cierto, ¿si te llamo? Porque tú traías cara de quedarte la noche en vela hasta que te llame. Recuerdo que nunca le quitabas la vista de encima. Yo opino que ella si te gusto mucho— nuevamente me volví a atorar con mi comida, pero esta vez logre disimular.

—Pues no me llamó, así que supongo que no le gusté—explicó Chris. 

Por un momento sentí el impulso de levantarme de mi mesa. Quería ir a explicarle que no me había dado cuenta que el mensaje que le mande, había sido desde un número telefónico que aún no existía. Pero sabiendo que el decir aquello iba a sonar tonto, me quede en mi sitio lamentándome de mi situación.

—¡¿No te volvió a llamar?! ¿pero cómo?- Daniel alzó la voz — Juro que ella también te miraba como si quisiera comerte—dijo Daniel.

¡Obviamente quería comérmelo completito!, mi mente pervertida me decía. 

—Hasta esta mañana no tuve ninguna señal de ella. A menos que me haya llamado por la tarde, pero como mi celular esta descargado, entonces no sabría asegurarte.

—Mejor carga rápido ese celular, ¿que tal si está desesperada llamándote?—bromeó Amanda.

—Oye amor, y la verdad si me cayó bien la chica. Tenías que ver como hacia reír a nuestro amigo. De la nada le quitó el enojo que traía con Camila.

—¿Ah sí?— Amanda dijo con aire burlón —. Pues cualquiera es mejor que Camila. Ojalá y la chica te llame para que se cansen rápido. 

—Ustedes dos... sí que... son unos dramáticos—replicó Chris—. Y antes que empiecen hacer de mi vida una telenovela, mejor me voy.

De pronto escuche sillas moverse detrás de mí, lo que me obligó agachar más la cabeza. No quería que me vean.

— Bien, muchachos me voy— anunció Christopher —. ¿Y supongo que usted se queda joven?

— No— respondió el chico—. Me voy contigo un rato. Quiero asegurarme de que no te lances por un puente, solo porque la chica desmayada no te llamo— se burló Daniel—. Ya vuelvo amor— luego pude escuchar un sonoro beso.

La puerta del restaurante sonó, anunciándome que los chicos ya salieron, cosa que me alivio.

Vi que Amanda se dirigía hacia el mostrador y sacó un cuaderno. Después regresó a verme con una sonrisa.

— Dime que si te gustó, por favor— me pidió ella mientras veía el plato de mi comida.

— Ahm...si— respondí— De hecho estaba muy rico, gracias por preguntar.

Por la ventana pude ver como Christopher y Daniel caminaban por la calle. Sin querer suspiré ilusionada mientras lo miraba. 

—Coff... ehm... parece que algo te llamó la atención— escuché que decía Amanda, lo cual me sacó de mis pensamientos bruscamente.

— Este... si...es que me di cuenta que ya se hizo muy noche— yo me intimidé de su mirada peligrosa—. Creo que mejor me voy— inmediatamente me empecé a poner mi bolso.

— Ah— exclamó ella insegura—. ¿De casualidad no estabas viendo a un par de chicos guapos?— dijo ella sin ningún preámbulo.

— No... en serio— me puse de pie.

— Uno de ellos es mi novio — me comunicó mirandome con los ojos entrecerrados—Si es que te estas fijando en el chico pálido, guapo y alto...— ella me miró evaluadoramente, y supuse que mi cara delató que efectivamente el chico que describia, se trataba del que llamó mi atención —  Bueno... si es con él la cosa, no me importa. Más bien te lo recomiendo mucho, es un chico muy tierno— ella me volvió a sonreír como antes. Ya no me veía como una amenaza.

—Ahm...si...ehm... muchas gracias por la comida— incómoda me di la vueta y caminé hasta la puerta.

— Gracias a ti. Vuelve pronto— la escuché decir.

Al salir regresé mi mirada a la casa de Chris con la ilusión de verlo cerca, pero me llevé una decepción, ya que la entrada estaba vacía. Supuse que ya había entrado con Daniel.

Bueno, al menos ya lo miré desde lejos, pensé. 

Cuando llegué a mi habitación, el ambiente solitario me obligó a recordar todas mis preocupaciones. El alejarme de mi familia era la mayor de todas. Por volver a ellos, tendría que trabajar mucho. Aun no sabia en que consistía eso, pero debía hacerlo lo antes posible. 

Mi día de vacaciones había terminado. A partir del día siguiente me tendría que dedicar a buscar un trabajo urgentemente, ya que mi pequeña fortuna se estaba terminando. Ademas tenia que encontrar una solución a mi sobrenatural problema. No tenia idea de como se estaba viviendo mi desaparición en el futuro. Me dolía el corazón al pensar que mis padres quizás estaban volviéndose locos buscándome. Y ahora con respecto a mis amigos, los creía capaz de buscar hasta en el mismo cráter del volcán, que quedaba cerca de la montaña en la que me perdí. Para el momento muchas personas dependían de mí y tenia que evitarles cualquier tipo de sufrimiento.

Tenia que hacer todo lo sobrenaturalmente posible para regresar con mi familia y mis amigos. De hecho ya empezaba a sentirme culpable, por haberme tomado un día libre para ir en busca de un amor platónico, al que seguramente le importaba poco. 

Era cierto que quería saber mas sobre Christopher, pero creo que ya era hora de dejarlo ir. Era tiempo de parar mi obsesión con él, para poder dedicar mi tiempo al objetivo que valía la pena. Buscar mi camino de regreso con mi familia y mis amigos.

Él tendría que seguir con su vida, y yo intentaría recuperar la mía.

(...)

Después de un buen desayuno, me decidí a ir en busca de mi nuevo trabajo, es por ello que aquí estaba. En un centro de computo, queriendo encontrar mis posibles opciones en Internet.

Después de lo que me pareció un día completo, pude juntar varias opciones de trabajo. Entre ellos estaban, la de niñera, impulsadora, vendedora, mesera, incluso tenia entre mis posibles empleos, integrarme a una agencia de entretenimiento. Tenía la ligera sospecha de que me iban a disfrazar de payaso. Esperaba que esa fuera mi última opción, ya que no encontré más trabajos de medio tiempo. Y en serio que estaba desesperada por un trabajo.

Ya una vez terminada mi búsqueda, me puse a armar mis carpetas para dejarlas en todos aquellos lugares a los que iba a ir.

Me dirigí al mostrador, donde se encontraba la persona a cargo del centro de cómputo, para pagar por mis impresiones del montón de hojas de vida, copias de mis documentos personales y por los minutos de navegación en Internet. 

—Me cobra de esto por favor—le dije al hombre mostrándole mis papeles—. Ah... y me vende también unas 5 carpetas sencillas—le pedí, a lo que él asintió, y se agachó a buscar en una de las repisas inferiores. 

Esperando al señor, yo me puse a revisar mi celular. Estaba tan concentrada que no me di cuenta de la presencia de alguien cerca.

—Don Fernando—habló Yenny Muñoz, la madre de Christopher. El señor que me estaba atendiendo, salió y se levantó para entregarme las carpetas que había solicitado.

—A los años que la veo, señora Yenny—él se había acercado hasta ella para darle la mano, parecían ser bueno amigos—. Uno preocupado por usted y su familia. Ya ni me han ido a visitar.

—No diga eso, si recién le vimos en la fiesta de graduación de mi hijo—replicó ella con una sonrisa—. Pero ahora que lo recuerdo usted no fue.

—Ah sí. Es que tuve un percance con mi familia en Cuenca. Así que como entenderá, tenía que ir—se disculpó él—. Pero mándele mis felicitaciones a Christopher. Dígale que por acá estamos muy orgullosos de que ya se haya graduado. Cualquiera de estos días le voy a dejar su  regalo. 

Lo único que podía hacer en aquel momento, fue simular que clasificaba las hojas. Mi suegra soñada estaba junto a mí, y no se porque, pero eso me ponía nerviosa. 

—Ahorita mismo le digo—sonrió ella— justo me estaba yendo a encontrarme con él. Teníamos que ir por algunos papeles importantes al centro.

Se me vino la idea, de que a lo mejor Chris estaba por allí cerca, esperando a su mamá. Y pese a que había decidido dejar mi obsesión por él, en aquel momento tenia ganas cruzarme "accidentalmente" en su camino. No lo podía evitar. 

—¿Papeles? ¿Y de qué?—preguntó él interesado

—Ah, un montón de papeles que le pidieron para poder salir del país—respondió ella—. Es que Chris quiere salir a estudiar afuera.

—Me parece bien, siempre he visto al muchacho con grandes proyecciones para su futuro. Le aseguro, que el chico le va a dar muchos motivos de orgullo. Desde pequeño se le veía con esa madera, aunque también era travieso — ambos empezaron a reír. Yo mientras tanto seguía metiendo hojas en las carpetas—. Me acuerdo que con mi sobrino Daniel, andaban de un lado a otro armando alboroto.

—Sí, ahora que me lo recuerda, ese par son imparables. Hasta de grandes siguen dándome dolores de cabeza—sonrió Yenny.

Me sentía muy extraña al estar en medio de esa conversación. Era como si estuviera metida en el diario personal de Christopher. Pese a que no era una conversación reveladora, me sentía de alguna manera una intrusa en la privacidad de Christopher.

Seguramente aquel lugar me iba a resultar una mina de recuerdos sobre Christopher. Así que lo mas probable era que seguiría conociendo mas aspectos de su vida, cosa que me pareció muy interesante. Y era algo gracioso, ya que el protagonista de esos recuerdos aun vivía allí. Tenia cerca al protagonista del diario. Lastima que ya no podría cruzarme con él. Mi familia tendría que ir primero. 



Hola a todos jeje, y como lo prometido es deuda, aquí les tengo el nuevo capitulo de este maratón. espero les este gustando los nuevos capítulos.

Para el siguiente capitulo, Aby y Chris se volverán a encontrar, y de una manera un tanto inesperada jaja, ya van a ver. Bueno, yo creo que en el siguiente capitulo se van a dar cuenta de la importancia del papel de nuestra querida suegra en la historia. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top