5. ¿Te llevo a tu casa?
Mi cuerpo entró en una especie de torbellino, no tenía control sobre él. Mi mente estaba llena de preguntas que no alcanzaba a descifrar.
De pronto pude percibir un olor fuerte, que conforme pasaban los segundos empezaba a despertar mis sentidos. Posteriormente pude escuchar las voces de un grupo de chicos, pero no entendía lo que decían, tan solo escuchaba murmullos.
Cuando sentí que mi cuerpo quería reaccionar, traté de abrir los ojos pero aún me pesaban mucho. Quería darle una respuesta a todo lo que había vivido. Necesitaba saber si toda la película de ciencia ficción por la que había pasado era cierta. Solo esperaba que al abrir mis ojos, me encontrara con el grupo de chicos que había perdido en la montaña.
—¿Y si no despierta, que carajos piensas hacer?— aquella voz lejana no me resultó para nada familiar.
De pronto sentí el movimiento incómodo de un brazo sosteniendo mi peso, y unas piernas debajo de mi espalda. También pude sentir la respiración de esa misma persona a mi costado y su mano dando suaves golpecitos en mi cara.
—Ya está despertando, cálmate —en cuanto reconocí de quien era aquella voz a costado, mis ojos se abrieron dramáticamente. Ahora veía al dueño de la voz, sosteniéndome en sus brazos. Sorprendida por ello me paré de un respingo, lo que me provocó un golpe en la cabeza con algo que estaba por encima mío.
—Es real—fue lo único que se me ocurrió decir mientras miraba a Christopher Vélez con los ojos abiertos.
—Mejor llamo al 911 para que no vengan—dijo un chico que no reconocí, saliendo del auto.
Christopher mientras tanto me miraba con diversión y curiosidad. Lentamente bajó su mirada y apretó los labios intentando no soltar una risa. Al parecer mi situación le estaba causando gracia.
Al mirar a mi alrededor pude darme cuenta que estaba en un auto, específicamente en el asiento trasero, y lo que me había causado un posible chichón en la cabeza, era el techo de ese auto. Involuntariamente el dolor hizo que llevara mi mano a tocar el sitio del golpe lo que provocó que a cierta persona se le dificultara el guardar la seriedad. Pude notar que se enfrentaba a una épica lucha contra su sonrisa, lo que provocó que yo empezara a reír y al cabo de un segundo ya estábamos riendo los dos.
—Soy una boba—yo me reí—. Perdón por decir estupideces. Ya no se ni lo que digo, tal vez algo se desacomodó en mi cabeza luego de...—me quedé pensativa— ¿Qué me paso?—la verdad ni yo estaba completamente segura.
—Pues... estaba pidiéndote disculpas en el parque, y de pronto ya estabas en el piso inconsciente— respondió él mientras se movía un poco, dejándome espacio para sentarme —. Después todos se quedaron mirando como tontos sin darme ningún tipo de ayuda, y pues luego te traje aquí para tratar de despertarte con esto— él me mostró un trozo de tela y una botella pequeña de alcohol.
— Mmm... bueno, gracias por ocuparte de mí pero... ¿Dónde estamos?— pregunté mientras trataba de estabilizarme.
— Estamos en una de las calles trasversales del parque, a dos cuadras. Es que no había estacionamiento en un lugar más cercano, porque el parque estaba repleto- me comunicó Christopher.
—Pero... yo...que... ¿porque me trajiste?— me había causado curiosidad que un chico desconocido se haya hecho cargo de una chica, a la que apenas conocía como 20 segundos. Él bien y habría podido dejarme tirada en el piso, para evitar meterse en problemas.
Pude ver como su cara evaluaba la mía, tratando de descubrir mis pensamientos. Pero al parecer esta le causó incomodidad y pánico, ya que abrió la boca y la volvió a cerrar. Parecía no encontrar las palabras exactas.
— No...no...pensaras que... yo fui capaz de... que yo te traje porque... en serio que no te hice ningún daño— me aseguró nervioso, con su rostro de tono carmesí. En ese momento Chris me pareció el chico más tierno del mundo.
Ese instante me puse a pensar que cualquier otra chica, en mi situación habría salido corriendo a buscar a la policía. El hecho de despertarse de repente en el auto de un desconocido no era algo que se le considerara una situación de alegría y festejo. Las cosas iban muy al contrario por lo general. Pero en mi situación, las cosas cambiaban su lógica.
¿Que cncowner no querría despertar en brazos de su integrante favorito así de repente?
— No... este... no quise decir eso—le aseguré inmediatamente al ver la situación tan incómoda. En ningún momento se me ocurrió que Christopher Vélez era un violador en potencia—. Cálmate, no pensaría algo así de ti—me reí, a lo que él respondió con un suspiro de alivio.
— Me asustaste—me respondió él abriendo la puerta del auto, para luego salir—. Seguro mi mamá me mataría si le llegara un rumor así, aunque ni lo haya hecho — él me extendió la mano para ayudarme a salir también—, y probablemente después yo me quedaría huérfano
—Ya cálmate— él se arrimó al auto—. Además no tienes cara de violador— Chris me miró sonriente pero con duda—. Es decir... no creo... mas bien yo creo... te veo bueno— su sonrisa se había multiplicado al doble.
Creo que demasiado tarde me di cuenta que la frase " te veo bueno" se podría interpretar de diferentes formas. Al parecer Chris optó por entenderlo de la manera, en la que me hacia parecer una ofrecida de primera.
—Wou, si que eres observadora—se burló mientras se evaluaba a si mismo, con aire de arrogancia y diversión.
—No me referia a ese tipo de bueno. Yo nunca vi eso...osea tu si estas...¡ay!... ¡tú sabes a que me refiero!— me rendí con mi cara mas roja que un tomate.
—Para no discutir, dejémoslo en que mi bondad interior se refleja en el exterior—sonrió él—, y gracias por el cumplido—me dijo alzando las cejas con un ligero toque de seductor—. Aunque no vas a negar que si soy de ese tipo de buenos.
Yo le di un codazo en su costado izquierdo, deseando que le hubiera dolido, pero al escuchar las carcajadas tan contagiosas que caracterizaban a Chris, me di cuenta que no le causó ni cosquillas.
— Se nota que te amas mucho— yo me dejé contagiar de su risa.
— Con pasión — él bromeó, riéndose escandalosamente.
Siempre me preguntaba como seria, si yo fuera la responsable de provocar una de esas risas contagiosas. Ahora por fin tenia la respuesta. En ese mismo instante estaba riéndome inconteniblemente. Creía que si me contara un chiste destinado a ganar el limón de oro, por lo malo que es, igual me reiría a carcajadas si él empezara a reír.
— Estamos a mano, ambos tenemos la cara del mismo color— dijo dándose palmaditas en los cachetes.
Todo aún me parecía irreal. Pasé mucho tiempo imaginando como seria el tener una conversación con él. Aunque sea intercambiar un simple saludo. Ahora el destino me había llevado a un mundo, en donde me cargó en sus brazos, desperté junto a él, y para variar ahora estaba intercambiando indirectas y riendo como loca con Chris. Por supuesto no todo paso de la manera típica y romántica, sino mas bien todo lo contrario, pero para mi era de las mejores cosas que me hayan pasado.
—Oigan, ya llamé al 911 y les dije que ya te encontrabas bien—llegó diciendo el chico pelinegro un poco mas bajo y moreno que Chris—¿ya estas mejor, cierto? Porque si no ya mismo llamo a la ambulancia para que se regrese—bromeó sacando su celular.
—No, no — le dije reteniendo su mano —. Ya estoy bien, te lo prometo. Gracias por preocuparte—sonreí—. Es mas, ya estoy lo suficientemente repuesta como para irme.
—¿Segura puedes irte sola?—me dijo el chico un poco inseguro.
—No me parece prudente que te vayas sola— Chris me regresó a mirar—. Acabas de desmayarte por razones que nadie sabe y además parece que estas sola. No pensaras irte en ese estado, sola y a estas horas de la noche—él me miró con un rostro de preocupación —. Al menos deja que te acompañe a tomar un bus.
—Tienes razón—le respondí —. Seria muy amable de tu parte, muchas gracias.
La lista de improbabilidades que se cumplían seguía aumentando. Ahora Christopher me acompañaría en una caminata nocturna hasta mi casa. Claro que ni tenia casa, pero estaba feliz.
—¿Un bus a estas horas de la noche? —dijo el chico pelinegro— Lo dudo mucho.
Saqué mi celular para ver la hora, y sin imaginarme ya era la una de la mañana. Ya llevaba aproximadamente ocho horas viviendo en el pasado.
—Bien, entonces voy a tomar un taxi a la salida—abrí la puerta del auto, para empezar a sacar mi mochila del asiento de atrás.
—No, déjalo—me ordenó Chris, mientras me quitaba la mochila de las manos—. Si tu quieres te puedo llevar hasta tu casa— él señalo el auto gris en el que habíamos estado.
—No te tienes que molestar, en serio. Ya me da mucha pena con ustedes, porque parece que les he dado muchos problemas. Mejor solamente aceptaré tu ofrecimiento de acompañarme a tomar algún trasporte y ya—sonreí avergonzada.
—No te preocupes, no nos causaste tantos problemas como pensábamos — dijo el amigo de Chris son una sonrisa de diversión—. Pero él tiene razón. No es muy seguro que tomes un taxi sabiendo que te podrías desmayar de nuevo.
—¿Y si llamamos a tu familia para que vengan a recogerte?— sugirió Chris. Si tan solo supiera que mi familia se había quedado en un futuro, y que mi familia de esta época estaba con mi yo joven en algún lugar de Quito.
— Ehmm...es que no tengo familia aquí, porque ellos viven en Quito—respondí algo insegura—. Y yo vine de allá hace poco tiempo. Soy nueva por aquí.
—Ya veo— Chris se limitó a decir-. Pero en serio, no es molestia dejarte en tu casa— luego sonrió incómodo —, a menos que pienses que soy un acosador, violador, asesino— bromeó.
—Tendré que confiar en mi instinto—sonreí—. Solo tienes cara de acosador, pero creo que podre manejarlo- respondí en broma, metiendo mi mochila por debajo del asiento.
—Tu instinto no se equivoca mucho—aseguró mientras me abría la puerta—. Daniel diles a los chicos que ya nos tenemos que ir— le dijo a su amigo, el cual desapareció al dar vuelta a la esquina.
A los pocos minutos ya todos nos encontrábamos en el auto. Chris estaba junto a mi en el asiento de atrás, y un chico bajito y un poco gordito estaba a mi otro lado. En la parte delantera del auto estaba un chico con un peinado al estilo puerco espin y Daniel en el volante.
—¿A que no sabes a quien vimos en el parque y con quien?—le dijo serio Daniel a Chris
—No me vayas a decir que ella— asumió Chris sorprendido.
—Si ella mismo—pude notar que todos se quedaron en silencio, mirando disimuladamente a Chris, el cual note que estaba muy tenso, apretando con fuerza la manija de la puerta. Creí que en cualquier momento saldría del auto, pero no, se quedo allí.
—Solo quiero preguntar algo—habló el chico gordito—. ¿El que ella esté aquí es solamente una coincidencia? Por que ultimadamente siempre que ella aparece lo es.
A esas altura yo había hecho mis suposiciones acerca de "ella". Llegué a la conclusión de que seria una chica que le gusta a Chris. Pero la pregunta que estaba inundando mi mente era si, "ella" fue algo para Chris o si nunca fue nada. En fin, como sea, "ella" despertó mis celos de fan, y desde ya no me agradaba.
—Es que...—balbuceó Chris y nuevamente se quedó en silencio.
—¿Si?—dijeron sus amigos incitandolo a continuar.
Los chicos de adelante lo miraron por el espejo retrovisor a la expectativa. Al parecer solo necesitaban una confirmación a la respuesta que ya tenían.
Chris se movió nervioso, y sin saber que hacer regresó su mirada a mi, tomándome por sorpresa ya que yo también estaba esperando la respuesta.
—No quieres escuchar esta conversación, ¿verdad?—imitando a Chris también me empecé a mover incómoda. Pese a la muchas ganas que tenia de no alejarme de Chris, me vi forzada a tomar la decisión de irme de allí.
—Lo siento—dije mientras intentaba recoger mi mochila—. Creo que tienen mucho de que hablar y no quisiera molestarlos. Agradezco mucho todo lo que...
—No digas eso—interrumpió Daniel —, mas luego acosamos a este cabeza dura... ¿ahora dime a donde te llevamos?
Esa sin duda era una muy buena pregunta. Estuve tan feliz con la cabeza en las nubes por causa de Chris, que ni me di cuenta que debía buscar un lugar para quedarme. Después de darle vueltas a mi cabeza se me ocurrió algo.
—¿Para donde van ustedes?- pregunté rápidamente- Es que quiero calcular una ruta que no les desvie tanto de su camino.
Después de nombrarme un millón de calles, redondeles y sitios que supuestamente eran muy conocidos para ser una referencia de ubicación, yo me quedé en las mismas. Perdida en el tiempo y espacio.
—¿Viven por allí? ...ah, que bien, yo igual— hablé tratando de sonar sorprendida.
Mi idea era ir en el auto, hasta que en el camino se apareciera algún hotel en el que pudiera pasar la noche, y entonces me quedaría en un lugar cercano. Y si no aparecía me iba a quedar en cualquier lugar que me pareciera seguro. Solo esperaba que un hotel apareciera.
—Genial, entonces tu me dices cuando tenga que desviar—Daniel me dijo
—Me parece perfecto—le respondí aliviada. Menos mal no me hizo mas preguntas al respecto.
Chris se había mantenido callado desde el momento en que salimos del estacionamiento. Tenia su mirada perdida en algún lugar de sus pensamientos. No quería interrumpirlo, pero ya que tenia solo algunos minutos mas a su lado, me decidí a hablarle.
—¿Fue tan ridiculo mi desmayo?— él me regresó a mirar confundido
—¿Qué?—reaccionó a mi pregunta— Lo siento no...
—Te preguntaba que si mi desmayo fue muy ridículo—al parecer su mente había regresado al mundo, porque pareció comprender a que me referia—. Tú estabas allí, dime que no arme tanto alboroto, por favor.
—Solo un poco, pero por suerte estuve allí y te saqué de inmediato, antes de que empiecen armar bomba— sonrió con aires de suficiencia.
—Te lo agradezco mucho— le volví a repetir—. No se que hubiera pasado conmigo, si ustedes no aparecían—hablé en alto para que todos escucharan. Los chicos me respondieron con una sonrisa amable.
—Pero que tontos— Chris me miraba burlón—. Ya casi somos mejores amigos y hasta ahora no se como te llamas— me dijo recuperando su buen humor, pero aun notaba cierta incomodidad con sus amigos ya que ni los regresaba a mirar—. Bueno, yo me llamo Christopher- él me informó lo que ya sabia—, él es Paul—señaló a su costado— el de adelante se llama Ramiro y bueno pues, al que esta manejando ya lo conoces. Se llama Daniel.
— Ahm... yo me llamo, Abigail —les respondí a todos.
De pronto en el auto se escuchó una canción que se me hizo conocida. En la radio empezó a sonar "Mientes tan bien" de sin Bandera, lo que causo a Chris le diera un ataque de fan. De pronto él se puso a cantar con mucho entusiasmo. Yo sabia lo mucho que le gustaba Sin Bandera.
Lo único que pude hacer ese momento, fue mirarlo embobada mientras él cantaba aquella canción con tanto sentimiento. El resto de chicos seguían en sus actividades normalmente, creo que ya estar acostumbrados a los mini conciertos de Chris.
—¡Ay no!, ya empezó el señor cantante— bromeó Paul a mi lado.
El tener a Chris tan concentrado cantando, hizo que no pudiera evitar cantar aquella canción con él. Justo ahora estaba susurrando la letra con el mismo sentimiento.
Me sorprendí mucho cuando Chris me regresó a mirar divertido, para luego cantarme un parte de la canción. A esas alturas estaba a punto de desmayarme de nuevo. Mi amor platónico estaba cantándome solo a mi.
Mientes tan bien
que he llegado a imaginar
que en mi amor llenas tu piel
y aunque todo es de papel
hmmm,mientes tan bien
Nuevamente él había vuelto a cerrar los ojos para terminar de cantar la canción. Debo admitir que moría por sacar mi celular y grabar mi concierto privado. En mi mundo, era imposible vivir aquello con él. Era frustrante no poder tomar alguna foto o video, solo tenia que guardarme aquello en mis recuerdos.
Cuando la canción terminó, él me volvió a mirar curioso.
—Es la primera vez que alguien reacciona así cuando canto—me dijo mientras me miraba sonriente. Asumí que aun estaba con cara de boba.
—¿De verdad?— traté de poner poner mi cara normal—. Supongo que soy la primera fan enamorada entonces—le aseguré, provocando que él riera con gratitud.
—La primera y la única de toda mi vida—me dijo suspirando con nostalgia.
—Con esa voz eres capaz de lograr miles fans en todo el mundo—yo sabia que en algunos años así seria—. ¿Supongo que quieres dedicarte a ser cantante?
— Bueno...si—me respondió inseguro—. Se que es casi imposible alcanzar un sueño así, pero quiero intentarlo. Voy hacer de todo para poder cumplirlo.
—Te aseguro que llegara el día en el que tu sueño se va hacer realidad. Eso te lo prometo- dije sabiendo que era una completa realidad. Aunque seguramente para él solo eran palabras de aliento.
—Lo dices tan segura que hasta ya te creí.
— ¡Al fin, hombre de poca fe! —yo hablé dramaticamente—Tienes que confiar en tus fans... es decir tu fan—me corregí en broma
—La primera fan que se desmaya cuando me ve, la primera a la que tengo que llevar en brazos para que luego de revivirla, tener que llevarla a su casa— él se estaba burlando de mi con muchas ganas.
— Exactamente— yo suspiré pensativa—. Solo espero que no me olvides cuando te hagas famoso—dije mas para mi que para él. De alguna manera anhelaba que Chris me reconociera en el futuro.
Chris negó divertido. Todo en su cara me decía que no me creía ni un comino. Y era lógico que no lo hiciera, ya que el alcanzar algo así era una misión imposible.
—Yo se que si realmente quieres algo y luchas por ello, pese a todas las dicultades del camino, vas a conseguir lo que te propones— yo lo miré—Además en el mundo pueden pasar siempre las cosas mas improbables. ¿Que tal si tu eres una de esas improbabilidades?... de hecho...yo soy algo asi como una improbabilidad.
—¿Improbabilidad? ¿tu?—él se veia confundido. Si supiera que estaba sentado junto a una viajera del tiempo.
— Creeme cuando te digo que en el mundo puede pasar hasta lo que menos te imaginas— él me miraba con mucha atencion—. Asi que cuando encuentres alguna oportunidad no la sueltes.
De pronto una funda de nachos se puso en frente mio, interrumpiendo nuestra conversación.
— ¿Quieren? — nos dijo Paúl acercándonos mas la funda— Luego pueden seguir en lo suyo- nos sonrió el chico.
— Te metiste en mi cabeza— escuché decir a Chris.
— ¿Qué...?— Paúl y yo lo regresamos a mirar sorprendidos, y con la boca llena de nachos.
— Es decir, me leíste el pensamiento. Es que siempre he pensado como tu. Tal vez en algunos meses salga del país en busca de esa oportunidad que tu dices— explicó él.
— No me digas que fui tan buena oradora, que te convenci tan rapido de buscar tus sueños— estaba confundida
— Tan poco es para tanto— se empezó a reír. Pude ver como regresaba a mirar a sus amigos—. De hecho ya llevo esa idea desde hace mucho tiempo.
Los chicos parecían ya saberlo y le sonrieron a Chris.
Pasaron varios minutos desde que salimos del parque, y al parecer la tensión entre los chicos ya había desaparecido. Nuevamente volvía el buen humor.
— Así que siempre viviste en Quito— habló Chris
— Si, pero me decidí a venir acá por un trabajo que me ofreció una amiga. Me pareció bien el aceptarlo, para de esa manera ahorrar un poco de dinero para la universidad. Es que quiero ayudar a mis padres con los gastos— todo lo que dije era una gran mentira claro.
—¿Y que piensas estudiar en la universidad?—me preguntó Chris.
—Si los resultados del examen me lo permiten, medicina—En mi época ya era media doctora.
— Wou si que no tienes vida social.
—Si, ya se que en cuanto ingrese a la facultad desapareceré de la tierra como por 6 años, pero ese es un precio que estoy dispuesta a pagar- le aseguré
—Así que eres una chica inteligente, eso me gusta—él me sonrió de lado, haciendo que yo me perdiera en su sonrisa—. Además eres linda y bajita, eso también me gusta. Tú deberías ser mi novia—bromeó él. Pude ver a mi lado a Paúl rodando los ojos—. Yo soy un chico inteligente y guapo, aunque si un poco alto, pero bueno... ahí nos acomodamos—yo me reí a carcajadas ante lo que dijo.
Una parte de mi se preguntaba, si en verdad algo en mi le llamaría la atención. No me refería al hecho de que le haya llamado tanto, que hasta era capaz de enamorarse a primera vista. Sino mas bien, me refería al hecho de que le gustara conocerme un poco mas, para intentar ser amigos.
—Bien pensado. A mi también se me ocurrió lo mismo—le seguí la corriente—. ¿Y si nos casamos mañana?
—Si que van rápido—se burló Daniel desde el asiento de adelante.
—Y si pasado mañana nos compramos un perrito— continuo él.
—Ya callen a ese par—escuché que dijo Ramiro riéndose.
—Y pasado pasado mañana nos divorciamos, y yo me quedo con la mitad de tu fortuna. Eso me gustaría mucho, aprovechando que no tengo nada aquí en Loja. No me vendría nada mal tener la mitad de tu casa— seguí con las sugerencias. Ambos estábamos riéndonos con ganas.
—Y te faltaria llevarte la mitad de nuestro de retoño- él me sonrió—. ¿Qué ya olvidaste al fruto de nuestro amor? —puso la cara de ofendido—. Eres una mala madre.
—Oye capaz que ni el traje de novio te quitas aun, y ya andas diciendo que hay un retoño—me reí ruidosamente al ver la cara de los amigos de Chris. Lucían extrañados y a la vez entretenidos con nuestra conversación.
—Pues obvio ya me quite ese traje , sino como crees que se hizo el retoño.
Esa frase hizo que mi mente se empezara a imaginar cosas poco castas, lo que provoco que mis mejillas se ruborizaran violentamente.
—Me quiero cambiar de asiento—protestó Paúl—. Hay demasiado amor aquí atrás— escuché a los chicos reírse adelante.
—Bueno...entonces después ...luego...luego- intenté seguir la conversación y simular no haber escuchado lo que dijo Chris, pero mi mente me estaba queriendo jugar trucos con la frase "ya me quite ese traje".
¡Mente pervertida!, pensé.
El parecer tartamuda hizo que todos se empezaran a reír a carcajadas de mi, y pese a que amaba a Chris, en ese momento deje de lado mi amor de fan, y mas bien me dieron unas ganas de matarlo por haber dicho aquello.
Hola todos, primero que nada, perdón por no actualizar el fin de semana, es que tuve carios inconvenientes, pero bueno, aquí les traje el nuevo capitulo, espero les haya gustado.
Y de paso quiero agradecer a todas las chicas que siempre le dan like a la historia, ya las voy conociendo mas, son unas lindas jeje.
Bueno, estoy pensando en hacer un maratón, ¿quieren que lo haga?, me dicen si lo quieren jeje.
Ahora si ya me despido, espero tengan un lindo día. Bye.
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