48. ¿Quieres saber la verdad?
Maratón (Parte 3)
Chris Mi more
¿Dónde estás?
Te estoy buscando para cobrarte mi noche de pasión :p
07:36, septiembre. 18
Chris Mi more
Aby, ¿Dónde estás? Me acabo de dar cuenta que tus cosas no están
07:44, septiembre. 18
Ami loquis
Chris me acaba de decir que tú ni tus cosas están. ¿Dónde estás? ¿Pasó algo? Y ya contesta el teléfono.
07:51 septiembre. 18
Jefecito
¿Te pasó algo?
08:06 septiembre. 18
Dani meloso
¿Dónde estás?
08:22 septiembre. 18
Chris Mi more
Hermosa, me estas asustando. ¿Te ocurrió algo malo?
Por favor contesta el teléfono.
08:31 septiembre. 18
Chris Mi more
Aby, en serio me estoy muriendo de la preocupación. Necesito saber que estas bien. ¿Dónde estás?
08: 57 septiembre. 18
Ami loquis
¡¿Estas pendeja o que?!
Ya contesta el maldito teléfono
09:12 septiembre. 18
Chris Mi more
Aby, no es gracioso lo que estás haciendo. No sé dónde te metiste. No sé si estás bien.
09:23 septiembre. 18
Para: Ami loquis
Estoy bien, estoy volviendo a Loja. No se preocupen.
09:28 septiembre. 18
Ami loquis
Al fin contestas Menzota, acá todos nos estábamos volviendo locos preguntándonos que te paso. ¿y quién crees que casi se muere del susto? Pues tu bodoque.
09:30 septiembre. 18
Chris Mi more
En este momento estamos saliendo para Loja. Yo sé que algo anda mal, así que espérame, que necesito hablar contigo.
09:31 septiembre. 18
Chris Mi more
¿Hice algo que no debía?, si es así perdóname.
10:16 septiembre. 18
(...)
Ya era las 2 de la tarde y hasta el momento tenía 20 llamadas perdidas de Chris, 13 llamadas perdidas de Ami. Claro que debían haber más, pero como apagué mi teléfono, debido a tanta insistencia, supuse que les había cortado la inspiración para seguir estando de intensos. Esas 20 llamadas perdidas de Chris, para mi significaban pequeñas 20 heridas en su corazón. Según sus mensajes, él estaba volviéndose loco por saber de mí, pero yo me había puesto en el plan de no contestarle nada.
¿Qué rayos estaba haciendo?
Si le contestaba no sabía ni que decirle. Tenía miedo de hablar con él, ya que quizás me iba a desmoronar en llanto por la impotencia que tenía al ser obligada a dejarlo.
Me preguntaba que estaría pensando que me pasó. Yo me desaparecí de allí sin decir absolutamente nada.
De pronto mi celular volvió a vibrar desesperantemente.
—¡Ya basta!—grité a todo pulmón en media calle. Por supuesto eso provocó que los pocos transeúntes me miraran raro.
Dejando atrás el pequeño ridículo, continué mi camino hasta mi hotel, y suspiré de alivio al no encontrar a nadie conocido cerca. Y por el momento la única persona más cercana en Loja era...
—¡Aby!—exclamó emocionada Gaby mientras entraba hasta el hotel.
—Ga... Gaby—hablé nerviosa, esperando que no me diga nada sobre...
—Christopher está hecho loco buscándote. Me dijo que te dijera, que...
—Sí, supongo—traté de no seguir con la conversación—. Bueno, mejor subo a dormir un rato, estoy cansada. Además al rato tengo que salir hacer algunas cosas pendientes, así que... —de pronto la imagen de mi intenso novio se me vino a la mente—. Ah, y si Chris llega por aquí, dile que salí y que no vuelvo hasta tarde. Pase lo que pase no le digas que estoy aquí.
—Ay no—Gaby me miraba triste—. ¿Se pelearon? ¿Por qué? ¿Ese bobo hizo algo? ¡Yo lo mato!
—No—yo interrumpí su repentino ataque de ira—Él no tiene ninguna culpa, y para tu información no estamos peleados. Simplemente necesito estar sola, porque tengo muchas cosas en las que pensar. Y tú muy bien sabes que con Chris a mi lado, no pienso coherentemente. Él me distrae mucho.
—Bueno, es un alivio saber que todavía siguen siendo "los Abichuelos del año"—ella me sonrió muy animada—. En todo caso, no te preocupes. Yo le digo que no estás si es que se aparece por aquí.
—Gracias amiga—yo le di una sonrisa fingida.
—Por cierto, me alegra que hayas vuelto. Creí que regresaban mañana—ella me gritó mientras yo subía las escaleras—. Mas en la noche te busco para que me cuentes como te fue.
—Mejor te espero mañana—le dije desde el piso de arriba, sin siquiera voltear—. Yo sé que ni medio toque mi cama, me voy a quedar profunda hasta mañana.
—Ah, bueno—ella parecía decepcionada—. Entonces mañana temprano vengo por ti.
—Sí, claro—dije despidiéndome con la mano, y empezando a caminar hasta mi habitación al final del pasillo.
El sonido de la puerta de mi habitación al cerrarse, desencadenó que de pronto todos mis sentimientos explotaran. En un solo instante estaba sentada en el piso, arrimada a la puerta, llorando como si se me fuera el alma.
Tenía mucho miedo por lo que tenía que pasar. Yo tenía que acabar con mis propias manos con el corazón de Chris y el mío.
No sabía cómo hacerlo, pero tenía que hacerlo pronto. Chris no era del tipo de chicos que esperan a que la respuesta llegue a él, estaba segura de que él llegaría tarde o temprano hasta mi habitación.
¿Y qué le iba a decir?
Él seguramente me preguntaría porque me fui, pero yo no tenía aún la respuesta a eso. Obviamente yo me había ido porque me resultaba insoportable simular que no pasaba nada, disfrutando del paraíso de la playa, cuando verdaderamente me estaba cayendo a pedazos por dentro, debido a que tenía que acabar mi relación con Chris.
(...)
Las horas pasaban y pasaban, y yo seguía sin tener la remota idea que hacer con Chris.
Si de algo estaba segura, era de que tenía que volver a mi futuro para poder ayudarlo a salir de los problemas que él tenía. Pero eso implicaba abandonar al Chris que en este momento estaba conmigo.
Esto era grave, muy grave en realidad.
¡Diablos, tenía que terminar con él!
Obviamente yo no estaba preparada para eso, pero tenía que terminar con mi relación porque así me lo dijeron las voces.
En fin... Si yo estaba destinada a dejarlo, al menos iba a disminuir el daño en su corazón. Y sabía que si las cosas seguían progresando, el dolor para ambos se triplicaría.
¡Tenía que parar esto ya!
—¡No está aquí!—escuché gritar a la voz de Gaby
¡Ay no, ya llegó!
—¡Está aquí! Es el único lugar que tiene para llegar—Chris hablaba en voz alta. Sonaba furioso.
—Ella dijo que vendría más tarde.
—Hasta que no vea que en realidad no esta en esa habitación, no me pienso ir—de pronto la puerta empezó a sonar.
—¡Aby abre!—me pedía Chris desde afuera— ¡Yo sé que estás ahí!
—Chris no seas necio, no está. Así que mejor ve a dormir un rato y yo te llamo cuando llegue.
Ante lo que pasaba afuera, yo no hice más que encogerme en mi cama, rogando porque él se fuera. Aun no tenía el valor de verlo a la cara.
—¡Necesito hablar contigo, hermosa!—él seguía golpeando la puerta—. Me estoy rebanando los sesos, tratando de recordar si hice algo mal alguno de estos días. Sea lo que sea perdóname. No sé qué hice, pero perdóname.
¡Me queria morir, lo juro!
Él estaba pidiendo perdón por algo que yo estaba causándole. Esto era una pesadilla
—Chris, no está aquí—Gaby insistía
—¡Bien, vuelvo luego!
Pude escuchar los pasos de Chris alejarse, junto a los de Gaby. Así que supuse que por fin podría estar sola con mi cargo de conciencia. Estaba sola para planear la pesadilla.
No pude evitar soltar mis estúpidas lágrimas ante lo que acaba de presenciar. Chris ya está siendo lastimado por mí, y yo como gran idiota estaba dejando que las heridas sigan aumentando.
¡Pero mierda, eso era lo que yo tenía que hacer!
—¡Christopher Vélez!—escuché el grito de Gaby de repente— ¡Dame esas llaves ahora mismo!
¡Mierda, creo que le había quitado las llaves de todas las habitaciones a Gaby!
—¡Tengo que comprobar que no está aquí!—de pronto pude escuchar la cerradura moverse constantemente, acompañado por el choque de un montón de llaves.
Sin lo que acontecía, me senté de un respingo. Juro que estaba por salir corriendo a meterme en el armario.
—Hombre, tú sí que eres necio— ella parecía enojada.
—¡Tiene que estar aquí!—Chris exclamó—¡¿Escuchaste Aby?! ¡Estoy abriendo en este momento la puerta! ¡Ahórranos el tiempo de estar probando todas las llaves y ya abre!
No lo podía ver aun.
No estaba preparada.
https://youtu.be/NjvDWYwEgak
Desesperada por la posible entrada de Chris, me puse de pie de un salto y justo cuando iba a entrar corriendo al baño, la puerta se abrió de golpe dejándome ver a un Christopher preocupado en extremo.
—¡Al fin!—él suspiró exageradamente
—Te juro que no la vi llegar—Gaby me miró apenada, mientras entraba detrás de él—. Y saben que, mejor me voy. Supongo que necesitan tiempo a solas.
Dicho aquello, Gaby salió de la habitación, casi que corriendo.
—¿Dónde estabas? ¿Acaso querías que me vuelva loco?
—Tenía que volver, me sentía mal—yo cogí mi maleta y la subí a mi cama.
—¿Mal cómo?—él inquirió
—Creo que me enfermé y ademas aún tengo resaca por mi borrachera de ayer—yo mentí empezando a sacar la ropa de la mochila—, por eso necesito descansar, para que ya se me pase.
—¿Te afectó tu chuchaqui que hasta te hizo llorar?—él se acercó lentamente hasta mi.
—Es por la gripe que me dio—yo bajé mi rostro para evitar que él siguiera viendo mis ojos hinchados.
—Entonces debe ser una gripe muy fea—Chris habló dando otro paso hasta mí. Creo que ya hasta podía sentir su respiración.
—Sí, es horrible, así que mejor me voy a dormir un rato—nuevamente metí toda la ropa que saqué en la mochila
Ya no sabía ni lo que hacía.
Estaba completamente nerviosa.
—Bien, entonces descansa. Yo me quedo aquí por si necesitas algo.
¿Tenía que ser tan tierno justo en este momento tan crítico?
—Tú debes estar cansado por el viaje—con mis manos temblando, agarré la mochila y la metí en el armario. Todo esto lo hice sin mirar a Chris —. Mejor ve a descansar. Por cierto, tu mamá debe de...
—Ya fui a mi casa a dejar mis cosas, y también ya le pedí permiso para quedarme en la casa de Dani como excusa, así que tengo el resto de la tarde y toda la noche para estar contigo.
Al ver mi reloj me di cuenta que ya eran más de las seis de la tarde.
En aquellos momentos prefería no discutir con Chris diciéndole que se vaya, así que únicamente me limité a meterme en las sábanas. Él por su parte miraba cada cosa que hacía con el mayor detenimiento. Eso me ponía aún más nerviosa de lo que estaba.
—¿En serio te sientes tan mal?—él me miraba mientras yo me acurrucaba entre las sábanas.
—Sí—le respondí con poca voz—. Y cuando estoy así, es preferible que esté sola, porque suelo desquitarme con las personas que están cerca.
—Pues desquítate conmigo, no me importa. Tengo que quedarme porque supongo que tienes cosas que contarme.
Lo único que hice como respuesta, fue moverme un poco para darle las espaldas. Ahora con mi cara fuera de su vista, podría sufrir en silencio.
Al parecer mi indirecta de que quería estar en paz, si sirvió, ya que Chris no volvió hablar. Solamente pude sentir sus pasos por detrás de mí.
Me preguntaba que estaría haciendo.
En este momento tenía ganas de gritar de la impotencia. En serio que quería salir corriendo a sus brazos y decirle que me perdonara por haberlo dejado plantado de una forma tan garrafal. Me había comportado como una desgraciada, pero en serio no podía estar más tiempo junto a él. No quería que él viera como me estaba cayendo a pedazos. Pero supongo que mi plan no dio resultado, ya que Chris no me había dado ni dos horas a solas en Loja.
En aquel momento estaba desesperada por decirle a Chris que viniera a recostarse junto a mí, y que me abrazara como últimamente lo estaba haciendo en nuestra habitación, en el hotel de la playa. Pero sabiendo que eso solo haría peor las cosas, ya que seguramente me iba a poner a llorar como "María Magdalena", preferí permanecer en silencio, rogando porque Chris no tuviera las ganas de hacer eso.
—Oye, Aby—lo escuché decir detrás de mi.
—¿Mmm?—murmuré con los ojos cerrados.
—Como saliste así sin decir nada, no pude darte un regalo que planeaba dártelo allá, así que te lo traje para dártelo aquí. Ojalá que viendo esto te pongas mejor.
Dominada por la curiosidad, me volteé lentamente. Quería ver cuál era el supuesto regalo.
—Ten—él me extendió una bolsa pequeña, que no había visto en el momento que llegó.
—Gracias... pero... ¿Qué es esto?—yo agarré el paquete en mis manos
—Ábrelo
Haciéndole caso, abrí el paquete y con ello me encontré con dos ojos enormes mirándome con una sonrisa.
—¿Es el peluche del puesto de artesanías?
—Sí, yo sé que te gustó, así que te lo quise dar—él se sentó a mi lado—Y como sé que te gusta que te sorprendan, este vino con un pequeño detalle más.
Inmediatamente me puse a buscar el detalle extra y casi en seguida lo encontré. El pequeño amigo tenía un collar en su cuello, que más parecía de perro, ya que hasta la forma de hueso tenía. Ese collar fue adicionado por él seguramente.
Muerta de la curiosidad, tomé el collar en mis manos, y juro que en cuanto vi lo que estaba escrito allí, mi corazón latió a mil por hora.
Cocohuate
Propietario: Abichuela Vélez
Cuando volteé el collar había grabado algo más.
(JA-JA Yo te di primero mi apellido)
El idiota me había bautizado con su apellido a través de un peluche, y eso solo hacía que recordara que quizás ese sueño de tener su apellido, sería algo muy incierto ya que no sabía que me deparaba el futuro con él.
—¿Cocohuate?—dije con un hilo de voz. Juro que estaba resistiéndome con todas mis fuerzas a no llorar.
—Sí, es que tú querías ponerle un nombre y yo otro, así que mejor decidí repartirnos la custodia del nombre—él se sentó en la cama junto a mi, dándome una sonrisa leve.
—¿Vélez?—yo volví hablar intentando que las lágrimas se quedaran escondidas.
—Sí, eres mi Abichuela—él hizo que lo mirara, poniendo su mano en mi mejilla—. Y quería algo que te recuerde, que eres y siempre serás mía.
Él quería un futuro que a lo mejor no le podía dar. Bueno, al menos no el futuro más cercano. En cuanto al futuro más lejano, aun no sabía si iba a tener éxito.
—No puedo más—yo me abalancé hacia Chris en un abrazo—No creo...—inmediatamente exploté en llanto.
Toda la frustración que guardaba, en ese momento estaba saliendo a flote. Mis sentimientos ya no se podían mantener ocultos para él chico que amaba.
—¿Qué paso?—Chris me apretó con fuerza, mientras acariciaba mi cabeza delicadamente—Tranquila yo estoy contigo, así que no hay nada que temer.
—No puedo... seguir... dándote alas—intenté decir, pero simplemente me era difícil hablar con mi escandaloso llanto—. Tú no puedes... seguir queriendo un futuro conmigo.
—Aby, no digas esas cosas—él sonaba preocupado.
—Tengo que decirlo. No puedo seguir viéndote queriendo tener un futuro conmigo, y aunque yo lo quiera, no se puede.
—¿Qué está pasando? ¿Por qué de pronto dices esa clase de tonterías?—Chris se había separado un poco para poder mirarme a la cara.
—No es una tontería. Tú y yo no podemos estar juntos.
—¡Aby, esto me está poniendo muy nervioso! ¡Ya dime de una sola vez que es lo que te pasa!—él me exigió, tomando mis manos entre las suyas.
—Amor, te equivocaste conmigo. Yo no soy la persona con la que te convendría tener una relación. Yo solo te voy hacer daño si me amas—sollocé con mis manos temblando.
—¿Por qué lo dices?
—Porque yo soy una mina de secretos, que seguramente a ti no te van a gustar nada—yo empecé a temblar involuntariamente. El miedo me estaba invadiendo de maneras que no imaginé—. Yo sé que no te va a gustar nada la verdadera yo. Todo este tiempo estuviste con un ser extraño que se la pasó haciéndote creer lo que no era. Tengo un secreto que va hacer que dejes de quererme.
Desde que había salido de la playa, me había puesto a pensar en todas las 8 horas de viaje, como sería una buena forma de terminar con él sin lastimarlo. Y como única opción se me había ocurrido, que quizás la verdad lo iba alejar de mí. Quizás si le contaba que yo era un fenómeno del universo que volvió en el tiempo, él iba a salir despavorido de mí. Seguramente él se iba alejar de mi sin daño en el corazón, únicamente se iba alejar muerto del susto por creerme una loca.
—¿Secreto? ¿De qué rayos hablas?—él me miraba igual de nervioso que yo
—Del secreto más grande del universo, o bueno, no creo que nadie tenga el mismo problema.
—Aby, ya deja el drama, y cuéntame lo que te puso así. ¡Mierda, ya suelta el maldito secreto!—él se veía en serio impaciente.
—¡¿Quieres saber cuál es mi secreto?!—yo le grité casi en la cara, a medida que lágrimas bajaban de mis ojos—. Pues mi secreto es que soy una cosa rara. Soy algo extraño del universo.
—¡Ya basta!—Chris me sostuvo del rostro—. Te prohíbo que sigas diciendo estupideces.
—¡Pues es la verdad!—yo me solté de él desesperada—¡Si supieras lo extraña que soy, tú me dejarías, y creo que es lo mejor que nos puede pasar!
—¡No digas eso!—él replicó
—Así tienen que ser las cosas. Tú y yo nunca podremos quedarnos juntos—miré a Chris con el corazón hecho pedazos—. Y tampoco creo que quieras estar conmigo después de saber la verdad.
—Te equivocas—él me sujetaba fuertemente de los hombros, pero yo solo intentaba zafarme de él—. Nada va hacer que cambie lo que siento por ti.
—Pues lo que te voy a decir lo va a cambiar todo—yo le dije con la mirada fija en el piso—. ¿Listo para dejarme?
—¡Por un carajo! ¡Ya basta!—él quiso acercarse para volver a tocar mi mejilla, pero yo no lo dejé ya que de un salto salí de la cama, y me alejé de allí.
—Ahora veremos—dicho eso, fui hasta mi armario para sacar de mi mochila el artículo que sin duda estaba repleto de la verdad. En ese artículo estaba mi futuro.
Mi celular iba a ser mi arma secreta para revelar la verdad.
—¿Aby, que estás haciendo?—él se puso de pie, y se aproximó hasta mi.
Yo había tomado una decisión que quizás iba a ser el mayor error de mi vida, pero no tenía opción. Chris quería estar junto a mi sin importar nada, y mi última opción para alejarlo de mí, era la simple verdad.
Esa verdad iba a ser la salvación para ambos, sobre todo para él. Yo no iba a interrumpir su pasado más de lo que ya lo hice.
Desde ahora pensaría en él, en como lo tendría que ayudar, y era absolutamente necesario que yo me aleje para ayudarlo en un futuro. No quería ver al amor de mi vida destruirse en el futuro. Lo elegía a él en el futuro, pero lo abandonaría a él en el pasado.
—Comprobemos si en realidad vas a quedarte conmigo después de esto—yo tomé mi celular, para buscar alguna de las grandes pruebas que comprobaran que yo venía del futuro.
Mi celular en aquellos instantes estaba lleno con todas las verdades del Chris del futuro, aquel chico superestrella para el que nunca existí.
—¡Abigail Mendoza, basta!—él dijo exasperado.
—Esta bien, me callo para que veas el espectáculo a gusto—yo me empecé a reír nerviosa, sentía pánico por lo que iba hacer—. Mejor toma asiento porque lo vas a necesitar.
Mierda me estaba riendo, y llorando a la vez.
—¡Cálmate, hermosa!—él me miraba un tanto sorprendido por mi actitud de loca—. Mejor hablemos mañana con más calma—Chris se acercó para abrazarme, pero yo se lo impedí. En su lugar lo tomé del brazo para llevarlo hasta la cama y obligarlo a sentarse.
—No sé que estoy haciendo—yo lo miré intentando guardarme mis lágrimas—. Yo sé que te voy a perder después de esto.
—Yo siempre estaré para ti—Chris me tomó de la mano.
Sí claro, seguramente todas esas palabras quedarían en la nada, cuando él crea que estoy loca de remate.
Hola muchachas, jeje, ya vi que algunas si que sufrieron con el capitulo anterior.
En fin, les cuento que los capítulos que se vienen van a ser lo principal de la historia.
Creo que por fin se viene el capitulo mas esperado. Y lo que pasa es que al fin Aby le va a contar a Chris, que ella viene del futuro. ¿Como creen que reaccione Chris?
Jeje insisto no me maten. (Ahora me voy lentamente antes que se arrepientan)
Bye...
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