26.Rivales




—Aby, ponte esto—Karen me entregó lo que parecía una camiseta del equipo.

—¿Esto?—miré insegura, la camiseta que parecía de la talla de mi pequeña hermana. Obviamente eso no me iba a entrar.—. No te preocupes, puedo acomodarme con mi ropa. Ademas no creo que me quede. 

—Si, creo que tienes razón—ella sintió—. Pero te vas a ensuciar la ropa. 

—Descuida—le aseguré—. Tampoco es que vaya hacer la gran cosa. Solamente voy a estar parada como poste.

—Bien, entonces andando que ya va a empezar el partido— Karen se puso de pie y me llevó hasta la cancha donde los chicos se empezaban a retirar. 

—Insisto, yo no puedo jugar. Así que si no quieren perder, no me pasen la pelota—dije avergonzada.

—Tranquila Aby, solo encargarte de hacer acto de presencia, con eso nos ayudas mucho— ella quiso darme ánimos.

Mientras me acercaba a la cancha, pude ver a Chris pasando a mi lado, y él al notar mi presencia inmediatamente se me acercó. 

—¿Lista para dedicarme muchos goles?—él se burlaba de mí. 

—Más bien diría, que estoy lista para dejarte en vergüenza. Voy a mostrarle al mundo que tienes una novia inútil que no puede jugar fútbol. No creo que combinemos bien en ese aspecto, porque tú eres todo un Ronaldinho— suspiré desanimada—. Ojalá no les estorbe mucho a las chicas. 

—No te preocupes, no creo que seas tan mala como dices—él me miraba con lastima, lo cual era vergonzoso—. Mejor alégrate que te estaré dando ánimos desde arriba.

Debo admitir que Chris se veia tan lindo, empepado de sudor. Así que no pude evitar mirarlo embobada. 

—Alguien está muy caluriento hoy—yo me burlé de él, al verlo limpiandose la cara y él cuello con una pequeña toalla. 

—Si, es que te vi y pues...—él quería hacerse el gracioso. 

—Ya empezaste—yo me quejé divertida—Y como ya no quiero seguir oyendo tus pensamientos indecentes, mejor me voy al matadero a estar de inutil—yo quise empezar mi camino hasta el centro de la cancha, pero él me jaló del brazo.

—Te falta la patadita de la suerte—él me dio un sonoro beso en la frente, y yo por supuesto me sorprendí. No esperaba eso. 

—No creo que eso sea una patadita—sonreí mirándolo interrogativamente—. Bueno, mejor me voy. 

Rápidamente me aleje de él, pero en el momento en que iba a salir corriendo hasta la cancha, casi choco con algo, o más bien con alguien. 

Cuando enfoqué mi vista me encontré con Camila. Supuse que ella estaba viendo todo el espectáculo del beso. Ahora entendía la sorpresiva acción de Chris.

—Hola—fue lo único que le dije mientras pasaba junto a ella. 

—Ah sí, que tal—ella quiso sonreírme, pero no le salió. 

Intentando no ponerme nerviosa por su cercana presencia, fui directo a mi sitio en la cancha. 

Ahora si, el partido iba a empezar.

—Suerte Aby—nuevamente empezó a animarme la prima de Chris, por detrás de mi.—, y ya quita esa cara de susto. 

—Si, aja—le contesté nerviosa.

El pitido de inicio sonó y todas las chicas a mi alrededor empezaron a correr. Yo por supuesto me quedé en mi lugar sin saber qué hacer, así que como única opción, hice lo que casi toda persona que no sabía jugar fútbol hace. Empecé a correr detrás de la pelota por toda la cancha, sin sentido alguno.

A lo lejos pude ver a Camila jugar. La chica si se defendía cuando se trataba de jugar fútbol, yo en cambio...era un desastre.

Debido a que estaba ayudando poco a mi equipo, me decidí a pararme junto al arco. Por lo menos iba intentar estorbar a la persona que quisiera meter un gol.

—¡Vamos amorcito tu puedes!—escuché gritar a la voz de Chris—¡Dedícame un gol!—volvió a gritarme, provocando que todos en el graderío estallaran en risa. De hecho hasta la arquera detrás de mí, se empezó a reír escandalosamente. 

Algo me decía que no tenían ninguna expectativa de que al menos tocara el balón.

—¡Gracias por el apoyo tesorito!—grite irónicamente desde mi lugar. Él muy idiota seguía partiéndose de la risa. 

Quise ponerle mala cara, pero me vi interrumpida cuando sentí un balonazo en mi brazo. Juro que estuve a punto de gritar de dolor.

Cuando busqué a la persona grosera, causante de mi posible moretón, me encontré con la mirada de Camila.

—Lo siento—ella intentó acercarse a mí, pero yo solamente la miré enojada y me alejé. 

Intenté no poner pensamientos erróneos sobre su conducta. Quise pensar que el hecho de haberme dado un balonazo, solamente se trataba de un error por haberme entrometido entre ella y el arco.

Por abajo de la ancha mientras tanto, pude ver a Karen acercándose con la pelota, y ella al verse bloqueada por una chica me la pasó. Pero para mi mala suerte, la pelota terminó lejos de mí, así que torpemente empecé a correr al encuentro del balón, y milagrosamente lo atrapé con el pie. Ahora que preparandome para patear el balón, me vi empujada por una fuerza brutal que por poco me manda al piso.

Enojada por tremendo empujón quise buscar a mi agresora, y para mi sorpresa nuevamente me encontré con la silueta de Camila. La chica esa, se alejaba de mi con la pelota.

Al parecer mis suposiciones no eran tan erróneas, ella me quería buscar pelea. Y por el momento solo yo me di cuenta.

—¡Aby!—escuché gritar a Chris—¡Solo es un juego!, ¡no te preocupes!—Chris me miraba a mí y a Camila por turnos. Creo que él también se dio cuenta de la actitud de la tipa. 

Haciendo caso al comentario de Chris, intenté calmarme. Y por supuesto, esa calma solo fue pasajera, ya que durante todo el tiempo que habíamos jugado, me la pase sintiendo empujones, patazos, pisotones y demás por parte de Camila. Y ya me estaba empezando cansar, aunque yo no era del tipo de chicas que se enojan fácilmente.

—Cúbreme—escuché decir a Lorena, la chica que se había puesto de arquera.

—¿Qué?—dije distraída. 

No pude decir más, ya que sentí como un balonazo me llegaba en la pierna. 

—¡Mierda!—dije mientras me frotaba la pierna con las manos. Maldecía internamente por haberme puesto shorts, ya que así se sentía aun mas el dolor del impacto. 

Cuando regresé a mirar a la persona causante del golpe, me encontré con Camila concentrada en meter la pelota al arco. Una chica que no conocía la estaba cubriendo.

Ya molesta por ser la inútil y maltratada del equipo, me decidí intentar jugar en serio. Así que me acerqué hacia lugar donde Camila se debatía por el balón, pero este salió rodando y yo aprovechando eso, desesperada corrí tras él. Por suerte estaba cerca de mí, así que con dificultad lo atrapé.

Mientras me debatía en qué hacer con el balón, pude ver a Camila acercarse. 

¡De ninguna manera me lo iba a dejar quitar! 

Impulsada por la competitividad, salí corriendo lo más rápido que pude. Y no sé ni cómo pero aún tenía el balón conmigo.

En cuanto vi que todas las chicas me empezaron a seguir me desesperé, todas venían a quitarme el balón, y Camila era la más cercana.

—¡No puede ser!—exclamé al ver a Camila junto a mí. Ella empezó a patear al balón para quitármelo, y yo la imité—¡No, no!—grité sentí que el balón me era arrebatado. 

Aquella mini batalla duro poco por lo visto, ya que Camila aplicó un movimiento rápido y brusco para patear el balón, y este salió disparado hacia arriba. Aquel mismo movimiento hizo que ambas perdiéramos el equilibrio y cayéramos al piso.

Yo definitivamente llegué a mi limite en ese instante, así que sin siquiera esperar me levanté echa una furia, y fui directo a enfrentar a mi oponente. 

—¡¿Podrías calmarte?!—le reclamé furiosa y ella se puso de pie. 

—¡Pero si no te estoy haciendo nada!— ella se defendió.

Cuando regresé a mirar al resto de jugadoras, me percaté que ellas ni siquiera nos miraban, solo estaban concentradas en el juego.

—¡No sé qué carajos te pasa conmigo, pero ya van varias veces que me golpeas!—yo me acerqué a ella. 

—Yo no tengo nada contra ti— ella me respondió rodando los ojos.

— Sí, claro—me acerqué señalándole mi pierna aun sonrojada— ¿Esto es no tener nada contra mí?—Camila me miró incomoda.

—Fue un accidente, yo solo quería anotar—ella se fue de mal humor.

—Es por Chris—le solté la frase, antes que se alejara mas.

Ella por supuesto ante lo dicho, se detuvo en seco y me regresó a mirar enojada. Incluso su expresión me asustó un poco. 

—Me vale madres lo que ese imbécil haga con su vida—Camila me dijo con malicia—. Y para empezar...¿porque tendría que ver con él?

—Pues porque él es mi novio, y cada vez que Chris me hablada, tú me lanzabas una maldito balonazo—le dije con reproche—. Y entiendo tu actitud, ya sé que ustedes tuvieron algo.

—No te creas tanto, me importa poco lo que hagan—ella se empezó alejar—. Y ya mejor dedícate a jugar en lugar de ponerte a creer estupideces— Camila dándome una última mirada asesina, volvió al juego.

Dejando de lado mi pequeña conversación con Camila, empecé a mirar el partido nuevamente. Por lo menos le había echado en cara que Chris era mi novio. Esa era la única manera en la que me podía desquitar de los golpes que me dio.

—¡Aby!—escuché la voz de Amanda, y yo por supuesto la busqué. Ella estaba sentada junto a Chris—¡Cálmate, que esos celitos tuyos pueden lastimar a alguien!—yo iba a replicar por la ofensa, pero al ver que la mirada de Ami no estaba en mí sino en mi salvaje rival, me quedé callada. Menos mal que las supuestas palabras eran para Camila, mas no para mi. 

—¡Yo nunca tendría celos!—le seguí la corriente a Amanda—. Nunca dudaría del amor que Chris me tiene—Camila me miraba de reojo, y yo festejé internamente.

—¡Si!—gritó Ami—. Eso es amor... ¡Chris y Aby por siempre!— Amanda empezó a saltar en su puesto, formando un corazón con sus manos. A su lado Chris se estaba partiendo de la risa, al ver a nuestra fanática.

Esta vez Camila me regresó a mirar fugazmente, pero al chocar con mi mirada ella se volteó rápidamente para ocultar su enojo. En serio que tenía los labios fruncidos. 

Agradecí internamente a la loca de Ami por su ridícula forma de actuar, ya que gracias a eso los celos de Camila se habían triplicado.

El partido siguió, y tanto los celos de Camila y los golpes hacia mi persona habían aumentado, pero yo únicamente la miraba como queriéndola matar.

Nunca me ha gustado pelear con nadie, ni siquiera sabía cómo hacerlo, y pese a que quería cachetearla por seguirme empujando, no me atreví a buscarle pelea. Por eso, en vista de aquello me decidí a hacer algo más elegante para vengarme... y justo en el graderío se encontraba mi arma secreta.

—¡Chris hemosho!—grité hacia el graderío, donde todos ponían cara de aburrimiento ante mis palabras—¡Necesito agua!

Él algo extrañado me sonrió, para luego quitarle la botella de agua a Ramiro y empezar a bajar las gradas. Yo por mi parte sonreí ante su obediencia, era tan tierno.

Chris cruzó corriendo por los alrededores de la cancha hasta llegar a mí, y como no había nadie cerca, ya que todas se encontraban intentando meter un gol en el arco contrario, estábamos solos. Bueno Chris, yo y la arquera.

—Gracias—le dije tomando la botella en mis manos, y dándole una gran bocada—. En serio me estaba muriendo de sed.

—Si claro, sobre todo porque eres la estrella del equipo—él se burló de mis habilidades— . Hiciste tanto por el equipo, pobrecita debes estar bien cansada. 

—Tu solo espera, que apenas estoy calentando—lo miré con suficiencia.

—Uy, cuidado—él se alejó de mi dramáticamente—. La superchica va a jugar. 

Detrás de mi pude escuchar la risa de la chica arquera. 

—Te vas a arrepentir por molestarme—yo me aproximé unos cuantos pasos a él—. Ahora mejor vete que ya viene la jauría con la pelota.

—Okey, pero recuerda dedicarme un gol—él me sonrió, quitandome la botella de agua. 

Antes que Chris se vaya, aproveché para jalarlo de la camiseta y atraerlo hasta mí. Él por supuesto me miró sorprendido. 

—Ya te dije que actúes mejor—susurré poniendo mis manos sobre su cuello. 

—¿Qué?—él me miró con los ojos abiertos, y estaba a punto de decir algo, pero yo no lo dejé. Yo lo atraje hasta mi para juntar mis labios con los suyos.

Otra vez felizmente míos , pensé. 

Esta vez no lo besé inocentemente. Esta vez sí fue algo intenso, demasiado intenso diría yo. El por supuesto tardó un poco en tomarme el ritmo, pero en cuanto lo hizo, juro que sentí como si una corriente eléctrica pasara por mi cuerpo. Nunca en mi vida había besado a alguien de una manera tan pasional. 

Pese a que la situación se trataba de una forma para llamar la atención de Camila, yo no dudé en poner mi alma en aquel beso. Sus labios se movían salvajemente junto a los míos, y sus manos en mi cintura me apretaban fuertemente contra él. 

Su respiración y la mía estaban muy agitadas, pero no podía parar. Sus labios eran una especie de adicción, y lo peor de todo es que aquella intensidad con la que nos estábamos besando, hacia que la adicción se triplique.

—¡Chicos ya vienen para acá!—nos advirtió una voz femenina detrás de nosotros.

De mala gana me separé de Chris, y como él había hecho la primera vez que lo besé, me miró intensamente mordiéndose el labio.

¡Se veía tan sexy!

Yo obviamente ante aquel acto, solo quería besarlo nuevamente, pero la voz anterior nos volvió advertir.

—Es mejor que te vayas—le ordené, mirando a las chicas acercarse cada vez mas.

—Suerte—él me tomó del rostro y me dio un corto beso en los labios. Aquello sí fue nuevo, por lo visto ya se estaba empezando a desenvolver mejor en la actuación.

Dejando de mirarlo como tonta mientras se iba, me enfoqué nuevamente en el partido, y justo a tiempo me di cuenta que una chica del otro equipo venia luchando por el balón, y ella al no podía esquivar a una chica de mi equipo, le paso el balón a Camila. 

¡Oh no! pensé.

En cuanto noté que Camila se dirigía hasta el arco a toda velocidad me puse alerta. Ni loca la iba dejar anotar. Por eso en fracción de segundos, antes que ella patee me atravesé ante el arco. Y justo cuando quería ponerme de espaldas para que el balón no me golpeara en el rostro, ya fue demasiado tarde. Él maldito balón chocó justo en mi cara.

Con la cara adolorida en seguida caí de espaldas en el suelo, todo se veía negro.

¿Como fue capaz una chica de esa estatura dejarme casi inconsciente?

—¡Mierda!—me quejé con la mano en mi nariz. A mi alrededor todas las chicas de mi equipo se aglomeraron.

—¿Estás bien?—Karen quiso quitar mi mano de mi rostro.

—¡No claro que no!—grité adolorida—¡Esa desgraciada patea duro!—dije con toda la rabia que pude.

—Tranquila—Karen me tomó de la mano—. Todo va a estar bien.

En cuanto vi mi mano alejarse de mi cara, pude distinguir un resplandor rojo.

¡La imbécil esa, me había sacado sangre de la nariz!

—¡No!—volví a gritar al examinar mi mano— ¡No puede ser!

Karen se acercó a apresurada a evaluar mi rostro, pero no vi preocupación en él.

—Descuida, no es tan malo. Vamos—ella me dio la mano para poder levantarme.

—Pero duele mucho—estaba furiosa.

De pronto en medio de mi ataque de ira, pude ver como un chico castaño se abría paso entre las chicas del equipo. 

—¡Aby!—dijo Chris sorprendido al verme—. Oh por Dios, ¿estas bien?— él hizo la tonta pregunta.

—¡No estoy bien!—me quejé, abriéndome paso para ir a las bancas.

—Ven hermosa, vamos conmigo—Chris tomó mi mano libre y empezamos a caminar. 

En cuanto nos dirigimos por la cancha, enfoqué mi vista al frente y me encontré con la mirada verde de mi mayor enemiga. La chica que casi me rompe la nariz. 

Ella se veía tan concentrada en mirar nuestras manos entrelazadas. Y yo, pese al dolor que sentía mi cara, sonreí sin disimulo. Me alegré por dentro, ya que tenía la delantera de esta pelea ficticia. Ella en cambio aún seguía suspirando por el chico. El chico que era mío.

—Bueno chicas, continuemos con el juego—gritó Karen—. Ami ya vino, así que ya puede bajar a reemplazar a Aby.

Chris y yo subimos rápidamente al graderío, y con lo primero que nos encontramos fue con la mirada soñadora de Ami. 

—Estas desastrosa— ella se burló de mi, atándose los cordones de sus zapatos de fútbol—. Se ve que estuvo fuerte la pelea por conquistar al chico.

—Cállate— le reclamé de mal humor.

—Esta bien, pero no te esponjes—ella empezó a bajar las gradas—. Y mejor alégrate que tú te quedaste con el corazón del chico— Ami puso cara sentimental, y finalmente se fue. Chris por su parte estaba muy gustoso riéndose. 

—No le hagas caso—él me habló sonriente—. Ven, vamos a limpiarte eso. 





PERDÓN, PERDÓN, jaja no me linchen por desaparecerme, lo siento :(

Bueno, pero les tengo una buena noticia, este fin de semana, subo otro, así que no van a tener que esperar tanto. 

Gracias por su paciencia, sobre todo las chicas que me estaban escribiendo para pedirme actualizar jeje.

Que pasen un lindo fin de semana, bye. 

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