23. Cerrando el trato
Maratón ( ultima parte)
Si de algo estaba segura, era que no me podía quedar con Chris, tenía poco tiempo para estar junto a él, creo que por eso surgió mi brillante idea de hacerme pasar por su novia. La verdad era que al menos quería saber lo que se sentía ser su novia. Estaba consciente de que no sería real, pero por lo menos quería sentirlo mío por alguna vez.
Era mi amor platónico, y no quería desaprovechar la oportunidad. Era patética, lo sé.
—Estás loca—se reía él—. No te obligaría hacer algo como eso.
—No me estarías obligando, yo quisiera hacerlo—suspiré profundamente—. Antes de irme quisiera dejarte un lindo recuerdo—hablé nostálgica—. Quiero que me recuerdes como la chica que te ayudo a conseguir al amor de tu vida. Tu amiga a la que no le importó hacer el sacrificio de ser tu novia, con tal de hacerte recuperar a Camila—yo le clavé la vista—. Al menos quiero que aquella persona a la que quieres te corresponda como es debido. Yo sé que si haces, que ella se dé cuenta de todo lo importante que eres, ustedes finalmente podrían empezar una verdadera historia. Tal como tu quieres.
—No quiero meterte en esto—él se pasó una mano por el cabello—. Contigo el empezar una relación falsa me daría miedo— Chris me regresó a mirar a los ojos—. Siento que todo esto podría salirse de las manos.
—Si te refieres al hecho de creer que alguno de los dos va a salir enamorado, no te preocupes—yo lo tomé de la mano—. Tú y yo sabemos que no me voy a quedar en Loja para siempre, así que esa norma de no enamorase de alguien la tengo desde hace mucho tiempo—yo le sonreí—, y tú no te podrías enamorar de mí porque tu amas a Camila.
—¿En serio aceptarías ser algo como eso?—él me miraba expectante.
—Claro, además solo se trataría de fingir en público y no creo que hagamos mayor cosa que andar un poco acaramelados—yo me empecé a reír, dándole un ligero codazo en su costado—. Además te recuerdo que ya somos casi novios, o no recuerdas los rumores que se encargaron de regar tus amigos. Supuestamente hasta ya tuvimos nuestra luna de miel.
—Estúpidos—se quejó él.
—Y si hubiera el caso de que me empezara a enamorar de ti, simplemente me iría a mi ciudad—dije en broma.
¡¿Que estás haciendo Mendoza?! , pensé.
—Este tipo de relaciones por lo general siempre terminan mal—Chris dijo inseguro—No quiero que a la final ambos quisiéramos asesinarnos.
—No creo que haya la necesidad— hablé con simpleza—. Igual no haríamos la gran cosa. Y con todo eso, te prometo que en solo días por fin tendrás a tu Camila—yo le extendí la mano, mostrándole el meñique— ¿Entonces es un trato?
Chris me miró por un momento inseguro. Pero creo que después de meditarlo un poco finalmente me sonrió abiertamente, algo que me hizo asumir que su respuesta era afirmativa.
—Es un trato...cariño—él me alzó una ceja, enganchando su meñique con el mío.
—Bueno tesorito, desde mañana vas a ser mío—yo también le alcé una ceja.
En qué diablos me estaba metiendo. No estaba segura aun si era mi mejor decisión, pero preferí tener un poco del Christopher que me tenía ilusionada, a nunca tener nada de él. Al menos ese recuerdo podría tenerlo para cuando regrese a mi verdadera vida. Él saber que Christopher Vélez fue alguna vez mi novio.
(...)
Me sentia horrible a la mañana siguiente. No supe como rayos fue que se me ocurrió beber tanto.
De mala gana debido a mi malestar físico, intenté abrir los ojos, pero tenia miedo de que al hacerlo un terremoto se abalanzara sobre mi. No estaba de humor para ver mi merienda de la noche anterior en el piso.
En cuanto logré finalmente abrir mis ojos por completo para enfocarlos al frente, lo primero que pude divisar frente a mí, fue una cabellera castaña muy despeinada.
Quise moverme un poco para hacer mi primer intento de ponerme de pie, pero me vi atrapada por algo que parecían sabanas. A lado mío Chris se movió dormido dejando al descubierto su pecho desnudo.
¡Mierda!, pensé.
¡¿Que hice?!
Al ver su piel expuesta tan cerca mío y con ambos envueltos en las mismas sábanas o lo que sea, llevó a mi mente a volar en un millón de pensamientos no precisamente puros. Quizás mi razón sufrió por un serio averío en cuanto el alcohol llegó a formar el noventa y nueve por ciento de mi cuerpo.
Mi primer reflejo ante la situación, fue sentarme de un respingo sobre el piso en el que estábamos, y en seguida miré debajo de las sábanas o más bien manteles de mesa para comprobar que mi mente pervertida no me haya ganado la noche anterior. Fue un alivio el ver que durante mi inventario de ropa, todas estaban perfectamente en su lugar.
—¿Qué te imaginas?—escuché una voz a mi costado. Yo aún tenía el mantel alzado haciendo que se abriera una especie de campamento entre Chris y yo. Para ese entonces mi cara estaba roja, y más aún al ver que la cabeza de Chris se acercaba a la entrada del instantáneo campamento.
—¿Qué busca ahí?— me preguntó divertido—. Tengo mis sospechas pero prefiero escuchar tu versión—dijo él, quitándome el mantel y envolviéndose por completo en el, para simular que volvía a dormir.
—Ay tonto, cállate— le grité avergonzada—. No creas que lo primero que se me vino a la mente fue que hicimos...hicimos... ¡ay olvídalo!— él como de costumbre se partía de la risa ante mi ataque de vergüenza.
—Ya veo que alguien por aquí tenía ciertos deseos la noche anterior. Por Dios Aby, ya deja de desearme tanto—él se me burlaba con muchas ganas, ganándose de mi parte un manotazo en la pierna. Él por supuesto adolorido se quejó.
—No te creas tanto. Ya quisieras que te mirara de esa forma— le dije mientras me ponía de pie. Sin darme cuenta, ese movimiento me provocó un miniterremoto, y en seguida perdí el equilibrio, algo que causó que caiga encima de Chris con mis manos sobre su pecho.
—Creo que alguien sigue con sus deseos oscuros—me dijo con una mueca de dolor. Yo inmediatamente me alejé y me recosté en el mismo lugar en el que había estado antes.
—Ugghh, lo único que deseo es una aspirina y un estómago nuevo— Aun no sabía cómo iba a soportar el día en el estado en el que estaba, caminando chueco y con montones de comida ante mi sensible estómago. Seguramente este iba a ser un largo día de trabajo—. ¿Siempre son así de horribles estas resacas?
—Pues obviamente van a ser así de terribles, si te pones a beber como camionero- él se reía burlón— Yo que creía que no te bebías ni una copa, y ahora resulta que te bebiste botellas enteras. Creo que ni yo he llegado a beber tanto.
—Juro que no lo vuelvo hacer—yo lo regresé a mirar, y me encontré con su pecho desnudo—¿Y tú porque te sacaste la camiseta?
—¿Acaso no te acuerdas que me la quité cuando estaba en tu habitación, y que solo traía mi chaqueta por encima?—él me recordó—. Y bueno, durante la noche mientras dormía tuve calor así que tuve que quitarme la chaqueta. Yo por lo general duermo con poca ropa.
Si, claro. Ahora me acordaba que Chris dormía únicamente en boxers.
—Ahh—exclamé yo.
A mi mente se me vinieron varios episodios de la noche anterior, pero todo aún se veía borroso. Algunas cosas quizás las estaba solamente imaginando, o al menos eso esperaba. Había cierta sugerencia en particular que me tenía un tanto preocupada.
—Oye Chris—llamé su atención.
—¿Qué?— él puso su mirada en mi.
—¿Hice algo tonto o ridículo mientras estaba borracha?— lo miré suplicante. Yo esperaba no haber hecho tantas estupideces.
—Pues si— él me respondió aguantándose la risa—. Sí que hiciste muuuuchas cosas. Pobre de ti.
—¡No me digas eso!—me lamenté pasándome una mano por el cabello—. ¿Y qué fue lo que hice exactamente? ...seguramente debió ser algo bien estúpido, ¿por qué soy tan estúpida?—me insulté a mi misma—. Si te causé problemas lo siento.
—Si hiciste cosas raras—me respondió—, pero no te mortifiques, no fueron cosas tan ridículas como cuando me emborrache por primera vez. Eso sí es algo que quisiera olvidar.
—¿Tanto así fue?—yo intenté imaginarme las ridiculeces que haría Chris.
—Si fue algo muy tonto— él me confesó—, pero no pienso decírtelo.
—¿Qué pudo haber sido tan ridículo?—yo estaba absolutamente interesada por saber.
—Si alguna vez quieres saber, pregúntaselo a los chicos, ellos te lo dirán. De mi boca nunca lo vas a escuchar—me dijo, cubriéndose la cara con las sábanas.
—¿Cómo eres capaz de darme un chisme a medias?—protesté—. Anda, cuéntamelo. Te prometo que no me río.
—Noooooo.
—Christopher, no seas así- yo jalaba de las sábanas para destaparle la cara.
—Noooo, cállate....
—Sino no me ibas a decir, ¿entonces porque me lo mencionaste? ....Chris dime...
—No te lo voy a decir—me aseguraba metido debajo—, y ya deja de molestar que no lo vas a escuchar de mí. Aby, ya déjame en paz si no quieres que te recuerde lo que hiciste ayer—Chris me miró malicioso.
—¿Yo hice algo?—dije fingiendo demencia. Internamente pensé que si había hecho algo tonto prefería no saberlo. Al menos así aún podría ver a Chris a la cara— ¡No me lo digas! ...ehmm...y no me cambies de tema. Ya cuéntame lo que hiciste, no seas...
—Me dijiste que me amabas, y muchas veces— él salió de abajo de las sábanas, y ahora me miraba con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Es...estás loco!, ¿Qué yo te dije...?
—Sí y luego intentaste violarme...
Mi conciencia me decía, que tal vez una parte muy en el fondo de mi, si era capaz de hacerlo.
—¡Ahora si ya te pasaste! ...ni tú mismo te crees eso...—protesté escandalizada.
—Si no fuera por mis habilidades en defensa personal a estas alturas ya me habrías quitado mi virginidad- él se reía escandalosamente.
Mi boca estaba por completo abierta en una gran O, y el rojo de mi cara ya debía estar al punto de alumbrar toda la habitación por su intensidad. Chris por su parte estaba muy a gusto burlándose de mí con sus brazos cruzados detrás de la cabeza.
—No seas mentiroso, seguramente andas tan soñado de eso que hasta ya piensas que es real.
—Esta noche estas malditamente sexy—dijo él con su mejor cara seductora—. Así me lo dijiste, aunque de una manera más salvaje.
Rayos, eso también me creí capaz de decirlo.
—¡¿Qué?!—grité abochornada.
—Luego dijiste que tenías una foto de mí en tu pared...y que siempre habías querido conocerme—él seguía partiéndose de la risa. Yo mientras tanto me estaba poniendo en serio nerviosa.
Lo de la foto si era verdad. Yo había pegado un póster de él en mi cuarto. De hecho ese era mi póster favorito.
A estas alturas ya no sabía la cantidad de sandeces que se me habría soltado. Solo esperaba no haber dicho nada sobre su futuro ni el mío. Pero viendo la sonrisa de Chris a mis supuestas confesiones, supuse que él no me creyó ni un rábano.
—Esos labios son más apetitosos de cerca—dijo él mientras entrecerraba los ojos—. Dijiste eso y luego me robaste un beso. Ah... y tambien me dijiste que yo tenia los mejores labios de los cinco...ehmm... no me quisiste decir de cuales cinco, pero...
¡Cinco! ¡cinco!
Ahora si que estuve a punto de soltar la verdad. Seguramente me refería a los cinco chicos de Cnco. El grupo del que era parte en el futuro.
—¡Nooo!, ¡Ya no mientas!—pegué un grito antes de lanzarme sobre él, poniendo mis piernas a los lados de su cintura. Básicamente estaba sentada ahorcajadas sobre él, con mis manos tapando su boca. Parecía que lo estaba queriendo asfixiar.
—Me dijiste que...antes ibas... hacer ... cualquier cosa por conocerme— él forcejeaba conmigo.
—¡Idiota!, ¡¿crees que en serio estoy tan loca?! ...¡nunca haría eso!—en cierto modo si estaba así de loca por Chris. Yo era una fan media exagerada.
—Me besaste en el cuello—él giro su cabeza lo más atrás posible, dejando al descubierto el costado de su cuello, el cual efectivamente estaba manchado con mi lápiz labial.
—¡Mierda!... ¡no!— yo estaba demasiado avergonzada—¡Yaaaa, cállateee!
—Que amor más salvaje el de ustedes—dijo una voz desde la puerta, provocando que Chris y yo regresáramos a mirar al mismo tiempo. Amanda estaba muy bien acomodada en el marco de la puerta, disfrutando del espectáculo—. En serio no creí que les urgía tanto.
—No es lo que parece—gritamos los dos al mismo tiempo.
—Si claro, siempre las mismas excusas—ella empezó a recoger las botellas causantes de mi borrachera del piso—. Oigan par de libidinosos, no es por querer interrumpirlos, me da igual lo que hagan, pero les recomiendo que ya se levanten y arreglen todo esto. No creo que quieran que el jefecito los encuentre así.
—Amanda me voy a vengar de esto—le dije mientras me ponía rápidamente de pie.
—Si claro, eres tan peligrosa como una lechuga—ella rodó los ojos.
Chris por su parte ya se había puesto de pie para empezar a recoger las cosas del piso y yo lo imité. Entre los tres nos pusimos arreglar el desastre fugazmente.
—Ya viene Alex—dijo Chris mientras espiaba por la ventana. Yo me acerqué a la ventana junto Chris, y fue allí que divisé a Alex descargando cajas de su auto. Desesperada por eso, empecé a recoger aun mas rápido el desorden.
—¿Dónde pongo esto?—dijo Chris abrazado a un montón de botellas y manteles de mesa. Por afuera pude escuchar el pitido que anunciaba que un auto se había cerrado.
—No lo sé, acomódalo por la cocina—le respondí, mientras intentaba acomodarme un poco para no parecer una chica recién levantada y con resaca.
—Claro amor—dijo él burlón, provocando que Amanda y yo lo regresáramos a mirar con los ojos como platos.
—Espera... ¿Amor?—empezó a balbucear Ami—¿De qué me perdí?
En seguida mi mente rebobinó todo lo ocurrido la noche anterior y fue allí que concluí que mi mayor preocupación al parecer si fue cierta. Era oficialmente la novia falsa de Christopher Vélez.
En ese instante aun no sabía cómo reaccionar, así que simplemente le seguí el juego. Luego seguramente tendría que ordenar mi mente, para decidir si en realidad el hacerme pasar por su novia era lo que quería.
—Ah...gracias cariño— le acaricié la cabeza como si se tratara de un perrito, provocando que Chris me mirara raro. Luego él se fue intentando no reírse de mi torpe forma de actuar.
—¿Amor?, ¿cariño?—dijo Amanda poniéndose una mano en el pecho, como si estuviera a punto de sufrir un infarto—. Ustedes dos están...
De pronto nuestra conversación se vio interrumpida cuando se escucharon varias cajas caer al suelo.
—Chicas ayúdenme con esto, hoy tenemos mucho trabajo —anunció Alex.
Amanda me clavó la vista con una sonrisa de oreja a oreja y se acercó a mi.
—Quiero todos los detalles— ella me guiñó un ojo y se fue ayudar a Alex.
Esto era una locura, ahora si ya había anunciado al mundo que era la novia de Chris. Pensaba así, ya que supuse que si Amanda sabía, seguramente era cuestión de horas antes que todo el mundo se entere.
—Querida Abichuela—me llamó Amanda, la cual ya estaba junto a Alex—. ¡Necesito de tu ayuda por aquí.
—Sí, claro—me apresuré a decir volviendo a la realidad.
En cuanto me acerqué a Amanda, me puso una enorme caja en los brazos. Por un momento creí que el peso me iba a vencer.
—Ponlo en la cocina—me indicó Alex, a la vez que cargaba una caja todavía más grande que la mía.
Con mucha dificultad empecé a dirigirme a la cocina. Aparte del peso de la caja, mi reciente resaca hizo que empezara a caminar chueco.
Me estaba dirigiendo con dificultad a la cocina, hasta que de repente pude sentir que mi nuevo novios se me atravesó en el camino.
—¡Hombre, permiso!—grité mientras trataba de abrirme paso—¡Esta cosa pesa...!
—Trae eso para acá—sin poder evitarlo, él ya me había arrebatado la caja, la cual no parecía pesarle en nada.
—Te lo agradezco mucho— le sonreí aliviada
—Ooooohhh—exclamó Amanda detrás de mí. Ella tambien caminaba con una caja igual a la mía—. Te falto decirle amor. Lo correcto era decirle ...te lo agradezco mucho amorcito— ella nos sonreía con su cara de niña ilusionada.
—¿Qué?—se sorprendió Alex—. ¿Ya son novios?—Alex nos miraba sonriente a Chris y a mi.
Algo me decía que iba a pasar escuchando las mismas preguntas durante todo el día, y lo peor de todo es que les tendría que mentir en la cara.
—Si—afirmó Chris—. Ya es oficial.
Pude escuchar a Amanda pegar un grito de emoción, al parecer ella era la mas feliz en todo el asunto. Yo en cambio, lo único que hacía era mirar mis zapatos como si fueran la cosa más interesante.
—Pues ya era hora—se burló Alex—. Todo el mundo ya se daba cuenta que se tenían ganas menos ustedes—Chris y yo nos regresamos a mirar dudosos. Sin duda aquella información no nos la esperábamos.
—Si bueno—interrumpí abriendo la puerta de la cocina—. Todavía hay mucho trabajo para hoy—Chris entró inmediatamente y dejo la caja en el piso, seguido de Amanda y Alex
Adentro los distinguí descargando las cajas, y se suponía que debía ayudar, pero ... no quería quedarme. Por esa razón, haciéndome la desentendida, salí de la cocina sigilosamente. Necesitaba mi espacio para asimilar mi nueva situación sentimental.
NOTA:Lean la letra porfavorcito jaja, es la canción perfecta para este capitulo, recién ayer la descubrí mientras lo escribía, fue una gran coincidencia , pero ame la canción ...ggg, perdón, continúen leyendo jaja
https://youtu.be/wL8myEmsN6M
Finalmente había logrado lo que siempre había soñado. Ser la novia de mi amor platónico.
Era tan frustrante no saber cómo actuar ante algo así, seguramente esta relación falsa no iba a durar más de una semana por mi culpa.
—¿Aby?—escuché decir a Chris detrás de mí. Estábamos solos en el salón principal.
—¿Sí?—dije empezando a mover las sillas sin ningún sentido—¿ya terminaron los chicos allá adentro?
—¿Estás bien?—me pregunto sin preámbulos. Luego se acercó a mi, y me quitó la silla que yo planeaba mover.
—Sí, muy bien, claro—fingí sonreírle.
—No lo creo—él me miraba fijamente.
—Te aseguro que todo está bien.
—Yo se que estas así por nuestro trato de anoche. Así que...si tú me dices que no quieres cumplir con eso, no importaría—él revisó a que nadie estuviera cerca—. Si es así, quiero que me lo digas antes que todos se enteren. Ya sabes que Ami es demasiado chismosa, y si no la paramos va a empezar a regar el rumor—Chris no me quitaba la vista—¿Entonces quieres o no quieres que el rumor empiece?
Yo aún no estaba segura. Muy en el fondo sabía que mis sentimientos por Chris empezaban a cambiar, y de alguna forma ya no solo se trataba del amor de una fan, esta vez tenía miedo de enamorarme de verdad de él. Y si eso ocurría sería una catástrofe, pues yo tenía todas las de perder.
En ese momento me vi forzada a pensar de manera sumamente instantanea. Mi cabeza segada por mis deseos, me decía que quizás me arrepentiría si no lo hacia, ya que ...¿en que otra oportunidad podría ser la novia de Chris?
Esta vez podía cumplir el sueño, aunque no de la forma en la que siempre imaginaba.
—Aby ya despídete de tu galán y ven ayudar—Ami había salido a espiar por la puerta de la cocina.
—Si ya voy—le dije a Amanda. Creí que se iba a ir pero no, la mensa se quedó arrimada al marco de la puerta mirándonos sonriente. Creo que ella era la más emocionada en todo esto.
—Piénsalo— me sugirió Chris—. Recuerda que no hay mucho tiempo—susurro bajito, señalando ligeramente con la cabeza a Amanda—. Te llamo en la noche para saber la respuesta— él empezó a dirigirse a la salida.
¡Mierda!, no sabía qué hacer. Quería y no quería a la vez.
Mi cabeza era un remolino, pero pese a eso, poniendo toda mi concentración en aquellos pocos segundos, finalmente obtuve una respuesta. Por lo visto no requerí de más tiempo para pensar.
—¡Chris!— grité, haciendo que él se detuviera. Ya casi estaba por salir del restaurante.
—¿Qué?—él se volteó para mirarme.
Quizás fue por la cantidad de alcohol que aun guardaba en mi organismo, o quizás por mis locos deseos que ya tenía guardados desde hace muchos años, pero sin siquiera pensarlo me acerqué apresurada a él, y fui directo a mi objetivo. Aquellos labios que me traían loca. Yo sin dudarlo ni un segundo y lo besé.
Al principio él se quedó paralizado, por lo visto no se esperaba aquello, ni yo tampoco. Pero solo bastaron segundos para que él me empezara a corresponder. Finalmente estaba sucediendo, estábamos besándonos.
Mi corazón estaba a mil por hora. No quería desaprovechar el momento así que puse mis manos en su cuello, quería atraerlo más hacia mí. Él entendiendo mis deseos se agachó más, y para acomodarse mejor, puso sus manos en mi cintura. Nuestros labios se empezaron a mover en perfecta sincronía. Aquel beso sin duda era una muy buena firma a nuestro singular trato.
Maldecí al maldito oxígeno, ya que me estaba empezando a faltar la respiración. Por eso, de mala gana me vi obligada a dar por terminado el beso.
El beso con Christopher Vélez había terminado.
En cuando abrí los ojos me encontré con los de él. Su mirada me traspasaba, lo cual me puso a temblar involuntariamente.
—Esa es mi respuesta—le dije a él dándole mi mejor sonrisa—pero no sabes actuar—me burlé de Chris y él me sonrió—. Cuando haya público presente actúa mejor—susurré.
Chris me seguía mirando intensamente. Esa mirada me iba a matar.
—Uuff, que beso—escuché decir a Amanda, mientras yo no podía despegar mi mirada de Chris
—Aja—logré decir.
—Oigan en la noche pueden continuar con esto—de pronto sentí que Amanda me jalaba, separándome de Chris—. En serio necesitamos de tu ayuda adentro.
En aquellos momentos odiaba a Amanda por interrumpir mi conexión con Chris
—Perdón por llevarme a tu Aby— sonrió Amanda.
—Si...si...no te preocupes—él empezó a mirar hacia todos los lugares menos a mi.
—Bueno vámonos—Amanda dijo mientras me seguía jaloneando.
—Si, ya —dirigí mi mirada a Chris—. Nos vemos—me despedí con la mano.
—Eso espero, a menos que mi madre me mate por no ir a dormir a la casa—él me sonrió—. Nos vemos amor, en la noche te llamo.
Antes de que empiece a sonreír como mensa, él ya se había ido.
Ya tenía otra cosa que reducir a mi larga lista de cosas que nunca podría hacer con Christopher Vélez. Ese beso sin duda encabezaba la larga lista.
Hola lindas jeje
Creo que algunas estarán diciendo, "Ya era hora" jaja, "Al fin se besaron", etc. Déjenme decirles que este capitulo me gusto mucho escribirlo, ni yo planeaba lo del beso, pero ya pues, se me ocurrió de repente.
En fin, como ya se habrán dado cuenta la historia empieza por un nuevo rumbo. Espero les guste, y gracias a todas las que siempre me escriben, comentan y votan, se los agradezco un montón.
Bueno ahora si me despido, hasta la próxima.
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