19. Problemas en mi habitación
Nunca en mi vida había dormido en la misma cama con un chico, ni siquiera con mi ex novio. De hecho él nunca entro en mi habitación, y ahora aquí esta yo, con un Christopher Vélez en recuperación de una borrachera, durmiendo junto a mi. Definitivamente Chris estaba haciendo que perdiera mi rutina con respecto a los chicos.
Estaba empezando a sentirme extrañada, al no sentir que se movía. Asumía que ya estaba dormido otra vez, pero...de pronto, como si él me hubiera leído el pensamiento,nuevamente se movió. Pero esta vez noté que se alzaban las sábanas. Él muy atrevido se había metido debajo de las sábanas conmigo.
A esas alturas estabas más que nerviosa, y agradecí al cielo por no permitir que mis mejillas enrojecieran. Mas aún, cuando tenía su respiración en mi cara. Al parecer quiso volver a observar mi rostro mientras dormía.
—Abichuela, ¿estas despiertas?—susurró, pero yo no le respondí.
Luego de eso, ya no sentí ningún movimiento, y por miedo de que al abrir mis ojos me encontrara con su mirada, preferí mantenerlos cerrados por un buen rato.
Era tan cómodo estar así en aquella posición con él, por eso muy gustosa seguí fingiendo que estaba dormida. Quería míralo también mientras dormía, pero preferí quedarme solamente sintiendo su respiración en mi cara.
Sin poder evitarlo, aquel ambiente relajado con Chris, fue propicio para que mi mente se empezara a apagar dándole paso a mis dulces sueños.
Me fui a mi mundo favorito de los dulces y profundos sueños. Yo era de las personas que querían vivir su vida metida en ese mundo.
—¿Abigail?—dijo una voz lejana y extrañamente familiar.
¡Diablos, como odiaba que me saquen de mi hermoso mundo de los sueños!
—¿Aby?—escuché decir a la voz de Chris, cerca de mi oído—¿Aby?
Por un momento creí que se trataba de un sueño, pero en cuanto abrí los ojos levemente, me di cuenta que no era así. Justamente divisé que tenia a Chris bien envuelto en mis brazos.
—¿Ya te despertaste?—lo escuché decir por encima de mi cabeza.
Yo sin saber cómo reaccionar, subí mi mirada para verlo, y en seguida me encontré con su sonrisa coqueta.
—Abrazas tan fuerte, que ya me estas asfixiando—se burló
Sorprendida por sus palabras, me aparte instantáneamente lo más lejos que pude, lo que provocó que no midiera la distancia del filo de la cama, causando que caiga vergonzosamente en el suelo, llevándome todas sábanas conmigo.
—¡Aby!—grito él.
—¡Diablos!—me quejé mientras me sentaba en el piso.
—¿Estás bien?—Chris asomó su cabeza y me miró preocupado, pero al verme toda despeinada a causa de la caída y a recién haberme despertado, el se empezó a reír escandalosamente.
Yo mirándolo amenazadoramente, me quise poner de pie, pero me quedé a medio camino, cuando sentí el dolor de lo que supuse era mi costilla fracturada (si, estoy exagerando).
—¡Ay mierda!— coloqué mi mano en la espalda. Aquello causó que Chris se riera mas.
—Tranquila Aby, no te tienes que lanzar de la cama— él intentaba aguantarse la risa—. Yo no te voy a comer, puedo controlarme.
—Mejor ni me digas nada—repliqué terminando de ponerme de pie.
—Ok, mejor me callo—él se volvió a recostar con los brazos cruzados detrás de su cabeza —. ¿Pero puedo hacerte una pregunta?
—¿Qué quieres?— bufé malhumorda, lanzándole las sábanas que recogí del piso.
—¿Qué tan bueno soy como almohada?—él se volvió a reír a carcajadas por mi cara sonrojada—. Supongo que una muy buena, para que me hayas abrazado de la forma en que lo hiciste.
Inmediatamente maldecía mi costumbre, de siempre dormir abrazada a algo.
— Pues te cuento que eres una almohada muy aprovechada—le respondí, a la vez que él se volvía acurrucar bajo las sábanas—, una almohada que se tomó la libertad de meterse bajo las sábanas.
—Oye, yo solo quería que no te mueras de frío—Chris me miraba sonriente—. Te quise despertar para que te acomodes tú mismo, pero ...como estabas tan profunda preferí acurrucarte yo mismo—él me guiñó un ojo.
—Ah—exclamé insegura
Dejando de lado la situación anterior, fui a traer la charola con comida que había traído, para acercársela a Chris.
—En fin almohada— yo me referí a Chris—. Mejor ponte a comer, en lugar de andar coqueteando conmigo. Por cierto... ¿ ya estas mejor?
—¿Mejor?
—Si bobo, es decir... ¿Ya no estás tan borracho?— le pregunté evaluando su cara, y en mi opinión ya había vuelto a su aspecto de niño bueno. Aunque mirando su cabello despeinado, corregí mi pensamiento, y mas bien pensé que tenia aspecto de un Chris malditamente sexy.
Nunca en mi vida creí tener a un sexy Chris en mi cama. Reí complacida por la nueva situación que borraba de la lista de improbabilidades con Christopher Vélez.
—Pues creo que ya no tanto—me respondió pasándose las manos por la cara—. ¿Tú aun me notas raro?
—Yo te veo igual de menso—dicho eso me senté junto a él, extendiéndole la taza de café que había tomado de la charola.
—Que cruel eres Abichuela—él miró inseguro la taza—. ¿Qué es eso?
—Es una poción de amor—bromeé.
—No creo que sea necesario—me respondió con simpleza—. Ultimadamente, a ti no te haría falta algo como eso.
Él me miraba fijamente, no sé porque aquella respuesta me dio muchas ideas bobas en mi cabeza. La Aby ilusionada quería volver.
—Okey—simulé que le restaba importancia a su comentario—. Levántate pronto que te traje un café, ojalá eso te ayude a reponerte.
Chris obedeció mis órdenes y se sentó arrimado a la cama.
—Estaba caliente, pero como el bello durmiente se quedó dormido, entonces ahora ya está frío— él había cogido la taza que le di.
—Gracias hermosa—Chris empezó a tomar sorbos—. ¿Cuánto tiempo nos quedaríamos dormidos?
Yo me levanté para tomar mi celular, y en cuanto vi la pantalla con la hora, entré en un ataque de pánico.
—¡Las cinco y media!—grité, para después salir corriendo hasta mi armario—. Si me hago tarde, seguramente Ami me va a matar—yo lo regresé a mirar retadoramente—. ¿Por qué no me despertaste?
—Lo estuve intentando — él me miraba correr por toda la habitación—pero estabas tan cómoda conmigo, que preferí dejarte disfrutar del momento por otro rato. Y ademas, te cuento que me golpeaste cuando te moví— Chris se sobó el el pecho.
—¿Que yo que?—yo dije mientras seguí rebuscando en mi armario.
—Golpeas muy duro- él siguió quejándose de mi—y acabo de descubrir que tus golpes duelen mas, cuando se atenta contra tus sueños... ¡Mujer duermes como tronco!
Yo neurótica y ofendida por su respuesta le lancé una de las camisetas que tenía en la mano. Por suerte él evitó que esta llegue hasta la taza de café.
—Si llego tarde y Ami me mata, te juro que te mato—yo me acerqué a él apuntándole con el dedo.
—Tranquila Abichuela, que yo voy a ir contigo. Primero me tendrá que matar a mí para llegar a ti—él puso la taza de café en la mesa de noche, y me miró—¡Ahora corre, y ve a bañarte!
En el momento en el que iba a entrar al baño, recordé que ya no estaba sola en la habitación, ahora está acompañándome Chris.
—No hagas nada malo mientras salgo—yo advertí sacando la cabeza por la puerta—. Y solo para que sepas la puerta va a estar con seguro, así que no intentes nada. No confió en ti amigo Veléz—me burlé.
—¿Acaso estas soltandome una de esas propuestas, donde tratas de insinuarte haciendo lo contrario de lo dijiste, y por lo tanto queriendo algo distinto a lo que me pediste?—él me sonrió de lado—. No pensé que tu mente estuviera tan sucia.
—Y habló el tesorito de mami, el que no tiene ni un pensamiento impuro—contraataqué rodando los ojos—. Mas te vale, controlar tus pensamientos mientras salgo. Recuerda que soy experta en golpes en ciertas partes nobles.
Él únicamente me miraba riendo, con aquella sonrisa que siempre causaba que estuviera a punto de desmayarme.
—¿Y si la de los pensamientos eres tú? ...entonces...¿Qué haría yo para defenderme?— él se cruzó de brazos, mirándome con su cara seductora.
—Si algo así pasara, difícilmente tendrías escapatoria—lo miré con una sonrisa angelical.
Una vez dicho eso, vi como su boca estaba ligeramente abierta de la impresión. Y antes que él viera que me arrepentía de haber dicho lo que dije; ya que seguramente eso me hacia ver como una lanzada, me metí al baño. Ahora que estaba sola, me empecé a reír de mi misma, al haber sugerido cosas. No tenia idea de porque me revelaba estando con él.
Creo que con Chris, me empezaba a comportar de una manera que casi no lo hacia.
Luego de haberme dado una ducha rápida yo volví a mi habitación, y me encontré con Chris, que se estaba preparando para empezar a comer. Ahora recordaba que ese chico, era una aspiradora de comida a todas horas. Creo que esa fue otra de las características que me hicieron su fan.
—¿Qué hora es?—pregunté secándome el cabello.
—Cuarto para las seis—me comunicó, metiéndose una cuchara de arroz en la boca—. yaff efftaff tardefff
Yo rápidamente sequé y peiné mi cabello, mientras Chris se atragantaba con su comida. En aquel momento estaba tan concentrada en alistarme para salir al trabajo, que no me di cuenta cuando Chris empezó a dar pequeños gritos.
—¡Agua!, ¡Agua!—gritaba él mientras se abanicaba con sus manos.
—¿Agua?- yo lo regresé a mirar extrañada- ¿porque...?, ¡Ay, el Aji!- recordé lo que le habia puesto a su comida
Chris se puso de pie de un salto, y ahora caminaba desesperado por toda mi habitación.
—¡Demonios, esto pica...como no te imaginas!—él protestó—¿Lo hicieron con fuego o que?
Cuando quise pasarle alguna de las bebidas que le traje en la charola, me di cuenta que ya se las había tomado. Ahora él estaba corriendo por mi habitación en busca de algo que redujera la picazón.
—¡La llave de agua!— sugerí, mientras entraba corriendo con la tasa de café vacía al baño.
Sin esperar mas tomé un poco del agua de la llave y salí corriendo en busca de Chris, pero en cuanto quise salir choqué con cierto castaño grito, lo que provocó que la taza que llevaba con agua se derramara. Por suerte el único perjudicado fue Chris.
—¡¿Acaso te estas vengando?!— Chris aun ventilándose con las manos, pasó corriendo a mi lado para ir directo a la llave de agua.
Chris bebía grandes bocadas de agua como si no hubiera un mañana, y aquello me causo risa. Esta situación lo había dejado con el cabello, la cara y la ropa empapada.
—¡¿Qué...clase de... comida es esa?!— lo escuché quejarse, mientras seguía bebiendo agua.
—Es la comida del restaurante, con todo el ají que logré conseguir— le dije culpable. Pero si de algo estaba segura, era que Chris definitivamente ya estaba bien sobrio.
—¿¡Me quieres matar?!—él se quejó divertido, regresando a mirarme—. ¿Cómo se te ocurrió hacerme esto?—él aun seguía abanicándose con la mano.
—Es que Gaby me sugirió—me defendí mordiéndome el labio para evitar soltar una carcajada.
—¡¿Quién es Gaby?!—él me miro dudoso.
—Mi vecina—le respondí soltando una risa escandalosa.
—Pues dile a tu vecina que no me simpatiza—él también se empezó a reír.
—Yo creo que debería ser al contrario, porque gracias a su original idea ahora estas perfectamente sobrio— le aseguré burlona, y él me miró con los ojos entrecerrados—Tu mamá ya no te va a querer matar.
Después que Chris se tranquilizó, él bajo su mirada hasta su camiseta, al parecer apenas y se había dado cuenta que estaba mojada.
—¿Y cuando ocurrió esto?—él se miraba el pecho.
—Creo que cuando te chocaste conmigo en el baño—me reí al verlo revisando su camiseta.
—No sentí nada, que raro—me aseguró mientras se quitaba la chaqueta.
De pronto lo miré tomando los bordes de su camiseta. Al parecer estaba pensando muy seriamente en quitarse la camiseta, a tan solo pasos de mi. Obviamente era tentador mirarlo sin camiseta, pero debido a que aun seguia haciéndome la difícil, inmediatamente protesté.
—¿Qué haces?—lo miré con los ojos bien abiertos.
—Me estoy quitando la camiseta— él me dijo tranquilo, mientras su abdomen empezaba a mirarse. Creo que sus cuadritos del futuro, aun no aparecían.
—Oye no aquí—repliqué, jalando de su camiseta hacia abajo, para que regrese a su lugar. El por supuesto me miro coqueto.
—Conste que te iba a presentar un bello espectáculo gratis— el engreído se empezó a reír—no muchas personas tienen la oportunidad de mirar a este chico en paños menores— Chris se burlaba con muchas ganas.
Si supiera cuantas veces en mi vida de fan, deseé mirar el dichoso espectáculo. Bueno...si lo había visto en fotos... pero el verlo en vivo, era otra cosa.
—Si claro—le dije sacudiendo mi cabeza— Ahm...y mejor ve a secarte—yo lo empecé a empujar hasta el cuarto de baño.
—Pues creo que tendré que sacarme la camiseta mojada, para únicamente quedarme puesto la chaqueta. Como comprenderás, no acostumbro a llevar ropa extra...—él me miro arrimándose al marco de la puerta— A menos que me quieras prestar tu ropa, la cual por cierto no creo que me luzca bien, sobre todo tus mini pantalones que me costaron un golpe en la boca.
Nuevamente lo vi empezando a quitarse su camiseta.
—Esperate hombre— me volví a quejar entre risas.
—¿Y ahora que?—él me miraba sonriente—¿no me dijiste que viniera al baño acomodarme?
—Si, pero no frente a las señoritas—lo empujé mas adentro del baño—. ¿Sabias que no eres para nada recatado?— dándole una última sonrisa, lo deje encerrado en el baño.
Después del incidente de la comida de Chris, busqué mi bolso y mi abrigo para finalmente salir al encuentro de una furiosa Amanda. Seguramente me iba ahorcar por mi exagerada tardanza.
Al mirar mi reloj me di cuenta que ya eran las 6 y 15.
—¡Chris, apurate!—grité peinandome un poco mas.
—Que intensa—él broméó, saliendo del baño—. Bueno... y yo de que me quejo, si suelo ser peor.
—No quisiera imaginarme lo intenso que llegarías a ser—yo seguí recogiendo mis ultimas cosas en mi bolso—.Bien, ya estoy lista—regresé a mirar a Chris, el cual había regresado atacar a la comida—¿Cómo puedes volver a comer eso?—lo mire extrañada.
—Es que estoy muriendo de hambre—me informó, mientras tomaba agua y se ventilaba—. No he comido nada desde el desayuno, ademas si le quitas le quitas lo picante, lo demás está muy rico.
—Bueno... creo que alguien estuvo tan concentrado bebiendo con Paúl que ni se dió cuenta que se olvidó de comer— negué con la cabeza—En fin... ya es hora de irnos, a menos que quieras quedarte un rato mas— yo rebusqué en mi bolso, para encontrar la llave que planeaba dejársela.
—Yoff teff acompañoff—él me respondió con la boca llena.
—¡Ok, pero entonces ya vamos!—yo me acerqué hasta donde estaba él, y tomándolo de su chaqueta, hice que se pusiera de pie de un jalón.
—Deja el maltrato físico mujer, y tranquilízate—él me sonrió mientras dejaba que lo llevara a rastras.
(...)
En cuanto llegamos al restaurante Amanda salió a nuestro encuentro
—Oigan bobos, llegan tarde—se quejó ella—. Entiendo que hayan aprovechado el tiempo a solas en la habitación, pero debieron ir más rápido.
—¿Tu sabias que lo iba a tener en mi habitación?—dije sorprendida.
—Sip, yo y nuestros bobos amigos. Y como ya lo saben ellos, asumo entonces que ya todo el barrio está enterado. Así que básicamente Chris y tú ya son pareja oficial en luna de miel—ella me respondió burlona.
—¡¿Qué?!—dije atónita—. ¡Ay no!
—Son unos idiotas—Chris estaba en las mismas que yo—. Espero que su chismesito no le traiga problemas a Aby.
—No puedes ser—me lamenté—. Primero lo de los mini pantalones, y ahora el haberme encerrado con el chico nuevo. Esta vez sí voy a quedar como la facilita de Loja
—Ay, no seas boba, claro que no. Solamente estas quedando como el nuevo amor épico de Chris—se reía Amanda—. Lo de los pantalones, hizo quedar a Chris como el novio loco de celos que salió a defender lo que era suyo...y pues lo de encerrarse en tu habitación, los hizo lucir como los novios apasionados que se entregan su amor.
—¡Cállate!—le grité sonrojada.
—Tranquila amiga, míralo por el lado bueno. Si es que en realidad los chicos fueron tan bobos, como para andar contando lo de hoy, supongo que ya no tendrás acosadores que quieran ver tu trasero. Desde ahora ellos van a tener miedo de que llegue el cavernícola de "tu novio" a golpearlos.
Al regresar a mirar la reacción de Chris, me quedé asombrada. Creí que iba a estar preocupado por el rumor de una novia, cosa que podría llegar a oídos de Camila, pero no. Él muy idiota estaba divertido con la situación.
—Creo que se te está haciendo tarde Ami—dijo él, empujándola hacia la puerta principal—, así que en lugar de quedarte en el chisme, ve aprender ingles.
—Si bueno, ya los dejo para que puedan continuar con lo que dejaron en pausa en la habitación—ella nos puso una cara pervertida, y yo en cambio le puse mi cara de pocos amigos—. Okey, ahora si me voy.
Luego nuestra pequeña batalla de miradas, ella se fue dejándonos solos, ya que ni siquiera había clientes.
—Cada día la quiero más—sonreí sarcástica, mirando el sitio por el que se había ido.
Regresando nuevamente al presente, me decidí a prepararme para el trabajo, por lo cual me puse el uniforme del restaurante. Chris en cambio ya se había sentado muy cómodamente en una de las mesas.
Al ver el salón y la calle vacíos llegue a la conclusión; en lo que quedaba del día no vendrían muchos clientes. Todo a nuestro alrededor estaba desolado.
—Espero que no se arme un tremendo chisme—yo lo miré apenada, sentándome frente a él—. Supongo que no te gustaría que se den malos entendidos con Camila.
Él me miró dudoso, como si intentara descifrar el porqué de haberla nombrado.
—¿Ami te contó algo sobre ella?—él parecía interesado.
—Sí, ya me contó—le respondí, bajando mi mirada—. Y no porque yo se lo haya preguntado—me apresure a decir—, la verdad nunca me gusto meterme en la vida de nadie pero...
—No te preocupes Aby—él me sonrió—, ya te dije que puedes meterte en mi vida todo lo que quieras.
—Bueno...pero... si tú no quieres hablar de ella... yo entendería—lo miré incómoda.
—Yo sé que tienes muchas preguntas al respecto—aseguró él, sonriéndome arrogante. Él bobo por lo visto, me vio con cara de desesperada por saber sobre su vida amorosa—. Si quieres que te las responda, te las responderé. Además a lo mejor tú me ayudes a comprender un poco más de esta situación.
—¿Seguro?—pregunté curiosa.
—Si Abichuela, empecemos con la entrevista.
Estaba insegura acerca de si debía o no seguir con esa conversación, ya que quizás varias de las respuestas me llevarían a decepcionarme.
Finalmente iba a conocer la historia de Chris y Camila.
Absolutamente era una masoquista, debido a que yo misma quería hacerme daño al indagar sobre su vida amorosa. Pero pese a eso, igual quería oírlo todo. Quizás solo escuchando aquella historia, a lo mejor mis ilusiones desaparecerían de una vez por todas, y finalmente vería a Chris como lo que era. Un amigo y mi futuro cantante favorito, pero nada más.
Hola a todos y perdón por la demora, es que he estado un poquitin ocupada , tenia que subirles ayer el capitulo pero ya no pude jeje, así que lo siento mucho.
LO SIENTO DE VERDAD jeje, y espero que este nuevo capitulo les guste, y muchas gracias por que cada vez se van sumando mas lectoras. Besitos...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top