16. Y se apaga la ilusión
Como Paúl lo había dicho, el parque estaba igual de lleno que la última vez. Y en verdad me sentí extraña al volver al lugar donde me encontré con mi mayor locura. Chris.
Parecía solo ayer, cuando él me paso empujando por error haciendo que yo caiga al piso. Ya habían pasado varias semanas desde aquel día, y aun no lograba encontrar una respuesta a mi gran misterio de regreso en el tiempo. Mi familia a esas alturas estaría con el corazón hecho pedazos.
—Hoy me voy a subir a todos los juegos—dijo Chris estirándose ruidosamente—. Por suerte tengo a alguien para que me invite, sino me quedaría pobre.
—No tan rápido, yo solo dije que te invitaría lo que comieras —protesté a su lado—, pero viendo todo lo que te has comido, ya me arrepentí. Creo que oficialmente caí en bancarrota.
—Hagamos algo, ¿que tal si tu invitas la comida y yo invito los juegos?—él me propusó —. Así entre los dos nos dejamos en bancarrota—me sonrió, mientras masticaba su hot dog. Yo asentí, en respuesta su sugerencia.
—Creo que hemos sido descolados— reclamó Amanda, quitándole a Chris un trozo de hot dog—. Si querían estar solos únicamente no nos hubieran invitado.
—Quien habla de descolar a quien—me defendí—. La chica que se la pasa perdida en el mundo del amor, con su novio. Ni siquiera cuando caminas te despegas de él.
—Pues al menos aprovecho—contraatacó, ya sabía que esa era una indirecta para mí.
Definitivamente me había convertido en una fan de mala calidad. Tenía al chico que me hacía suspirar con sus canciones a mi lado, incluso lo tuve a centímetros de mí y no fui capaz ni de abrazarlo. Solo me quedaba como boba mirándolo, fingiendo que él era alguien normal para mi. Si a otra fan le hubiera pasado lo mismo que a mí, quizás a estas alturas ya habría intentado conseguir algo más que un beso.
Mientras esperábamos en la fila de la montaña rusa, pudimos ver a Ramiro estirar el cuello a cada momento.
—¿Qué te pasa?—preguntó Chris.
—Es que mi amiga dijo que ya llegó, pero no la veo por aquí.
—¿Dónde te dijo que estaba?—preguntó Daniel, acercándose a la fila junto a Amanda.
—No me dijo—nos contó Ramiro—. Espérame, la voy a volver a llamar—él sacó su celular y al cabo de unos minutos empezó a conversar con aquella persona.
¿Dónde estás?
No te veo
Alza la mano, que no te veo
Todos empezamos a buscar a alguien que alzara la mano, pero no vimos a nadie.
—Dile que busque a los chicos gritones—dijo Paúl.
—¿Qué?—nos regresó a mirar Ramiro.
—Haber, todo a gritar "Tamara" —nos indicó Paúl.
—Ay no molestes—protestó Daniel.
—A la cuenta de 1, 2... —contaba Paul—3
Divertidos todos empezamos a gritar "Tamara" a todo pulmón.
—Otra vez—nos indicó Paúl—1, 2...
Entre risas empezamos a gritar, y toda la gente de la fila también se empezó a reír del show.
Ya te vi
Si los ridículos éramos nosotros
—Eso fue vergonzoso, pero divertido—me reía con Paul—. Hagámoslo de nuevo.
—Yo pensé lo mismo, ahora gritemos "Tamara y Ramiro se aman"—sugirió Chris burlón— Ojalá con eso, este bruto se decida a declararse —miré a Ramiro, pero él no parecía darse cuenta, del ridículo que le estábamos a punto de hacer.
—A que no se atreven a gritar eso— nos retó Paul- Ese chico los va a matar, ¿no ven que Tami es su amor secreto?
—Pues con mas razón —contratacó Chris—. Haber chicos, a la cuenta de 1,2,...
—¡Tamara y Ramiro se aman!—gritamos Paúl y yo. Extrañamente no habíamos escuchado los gritos de los demás.
—¿Qué paso?, ¿no que si se atrevían?—protestó Paul, regresando a mirarlos. Yo también lo imite.
Pude ver como Amanda hacia señas detrás de mí, no entendía a qué, pero sea lo que sea, había llamado la atención de todos, sobre todo la de Chris.
Siguiendo sus miradas me volteé para ver lo que todos miraban, pero en seguida me arrepentí, ya que justo detrás mío, se encontraba una chica de cabello castaño y rizado. La misma que alguna vez vi en una foto del celular de Chris, aquella que no me agradaba.
Camila.
La chica era muy bonita, tenía una piel blanca perfecta, pude notar que tenía unos ojos verdes intensos y en altura me sobrepasaba por un poco. Cuando vi su ropa, entendí el porqué del apodo de "chica mini". Ella traía un vestido rojo que imaginaba que con un leve viento, mostraría todo lo que tenía debajo.
—Hola chicos—dijo ella sonriendo incómoda—. No sabía que estarían por aquí— ella dirigió una mirada furiosa a la chica llegó junto a Ramiro.
—Sí, nadie sabía nada—se apresuró a decir Ramiro nervioso, con su mirada clavada en Chris.
En numerosas ocasiones, había escuchado de la relación que Camila y Chris habían tenido hace algún tiempo. También sabía que él aun sentía algo por ella, pero lo que no sabía era si yo quería o no, ver su cara de chico enamorado.
Armándome de valor, me decidí a mirarlo, y en cuanto lo hice una pequeña herida se abrió en mi corazón. Chris la miraba fijamente, con su respiración agitada. Bajé la vista a sus manos, y estas estaban apretadas en puños.
—¿Cómo has estado Chris?—dijo ella mirándolo con la misma intensidad—, te ves muy bien.
—Me encuentro bien—respondió Chris mordiéndose el labio—. Estas muy linda.
—Gracias— le sonrió ella.
Aquello era una tortura, nuevamente había vuelto esa sensación de decepción.
Miré al resto de chicos, y todos estaban igual que yo, mirando la conversación como si fuera la mejor novela del momento.
—Espero no incomodarlos—se disculpó ella.
Nadie dijo nada.
—No, para nada— aseguró Chris, y me pareció que era el único que pensaba así.
—Tamy me dijo que la acompañara a una cita con un amigo. Al principio no estaba segura, pero termino convenciéndome—explicó mirando de mal humor a su amiga—. Nunca pensé que se trataba de Ramiro, y mucho menos pensé que ustedes estarían aquí.
—Que pequeño es el mundo ¿no?— habló Chris sonriéndole.
¡Diablos, no dejaban de mirarse!
—Y solo para que lo sepan, nunca me imaginé que Tamy traía una amiga—se apresuró a decir Ramiro, y todos incluyéndome, le lanzamos una mirada asesina.
—Bueno, ya que nos reunimos, mejor aprovechemos el tiempo y recordemos viejos tiempos—dijo Tamara mirando nerviosa a Camila.
—Es verdad, ya que estamos aquí, aprovechemos el momento—le dijo Chris a Camila.
—A recordar viejos tiempos entonces—Camila miraba fijamente a Chris
Juro que en aquel momento tenía unas ganas tremendas de salir corriendo. No quería seguir viendo el despertar de una vieja llama.
El decir que en aquel momento me encontraba distraída era poco. No podía dejar de mirar en cada momento a Chris y Camila. El par de chicos se habían apartado del grupo, y eso era algo que a mí no me agradaba.
—Nena— me dijo Amanda, caminado junto a mí—no me puedes engañar, yo sé que te gusta Chris, y por alguna razón pienso que tú también le gustas.
—No empecemos a discutir sobre eso—protesté de mal humor— él tiene su vida y yo tengo la mía, y en la mía no hay lugar para chicos, así que allí termina esta conversación.
—Deja de fingir—Amanda me tomó del brazo, haciendo que me detenga—. No puedes negar que hay una conexión entre los dos. Yo me he dado cuenta de eso— intenté bajar la mirada, pero ella me lo impidió al tomarme de la barbilla—. Esa conexión la tuvo antes con alguien, creo que ya te diste cuenta con quien—ella regresó a mirar a Camila, la cual se encontraba conversando muy entretenida con Chris, detrás de nosotras—, pero me temo que fue con la persona equivocada —Ami me clavó la vista con una sonrisa—. Estoy segura de que Chris vio algo en ti que le gusta mucho, aprovecha eso a tu favor.
No quería hacerme falsas ilusiones. Habían muchas cosas en mi contra, la primera; Chris sentía algo por otra chica,y pues la segunda y la más importante; mi estadía en ese tiempo no era definitiva. Aun guardaba la esperanza de volver con mi familia.
El solo imaginarme en una relación con Chris, me hacia sonreir como idiota. Ese sin duda seria mi mayor sueño de fan, hecho realidad. Al fin tendría a mi amor platónico para mí.
¿Pero y si las cosas llegaban al punto, en el que nos involucráramos tanto, que hasta perdiéramos la capacidad de alejarnos?
Eso sin duda sería un complicación grave en mi vida. No quería llegar al punto de elegir entre quedarme con Chris o con mi familia. Quería que las cosas siguieran normales. Mi Familia antes que mi amor platónico.
—Las cosas no son tan simples como lo dices—le dije a ella— Hay muchas cosas que desencadenaría el siquiera pensar en enamorarme de él. Prefiero que las cosas sigan su rumbo, teniendolo solamente como mi amigo. Eso es lo único que debo querer de él
Dicho eso me aleje rápidamente. No quería más preguntas al respecto, finalmente había entendido mi lugar. Yo tenía prohibido ilusionarme con Chris. Mi amor de fan debería permanecer, y mi amor como mujer debería desaparecer.
Quizás la presencia de Camila me recordó que él tenía una vida, a la cual yo no tenia derecho de interferir. Su pasado debía seguir su curso, y en su pasado no había lugar para mí.
Hace semanas, cuando aún era una fan enamorada, siempre me preguntaba que era lo que Chris veía en una chica para que llame su atención. Esa pregunta era constante en mi mente, cuando lo veía en fotos con chicas bonitas, de cuerpo perfecto, con las que supuestamente lo relacionaban.
Hoy semanas después, cuando me encontraba 5 años en el pasado, con un Christopher común, me seguía haciendo la misma pregunta, ¿que es lo que él ve en las chicas que le gusten? ¿que fue lo que vio en Camila?
Esa sin duda sería una pregunta que me interesaba responder, pero sabía que en cuanto sepa la respuesta, debería quedarme únicamente con el conocimiento. El aplicar la respuesta no era una opción para mí.
Mientras caminábamos por el parque fingiendo pasarla de lo mejor, la mayoría se percató de que Chris se había pasado todo el rato conversando con Camila. Y lo preferible era ignorar aquello, y esperar al final de la noche, para enterarnos de las posibles consecuencias de esa conversación.
—La señorita paga— escuché decir a Paul.
Paúl había cogido un algodón de azúcar, y con la sonrisa más angelical me miraba a mí y a la vendedora. Después sin más empezó a alejarse, pero yo lo atrapé de la chaqueta.
—Oye cuñis, el único por el que voy a pagar es Chris— le aclaré quitándole el algodón de azúcar de la mano.
—Pero creo que el ya no tiene hambre. Está tan entretenido con Camila, que hasta ignora la comida—dijo él mirándome con ojos de cachorro- Mejor podrías invitarme a mi, el pobre chico que muere de hambre y que está libre de chicas.
— Solo por esta vez invito—rodé los ojos pagándole a la señora—Por el momento el dinero no me sobras. Y si invité a Chris, fue porque quería agradecerle de alguna manera, su ayuda en conseguirme un trabajo.
Disimuladamente empecé a buscar a Chris entre la gente, pero al darme cuenta que ni él ni Camila estaban, sentí un horrible vacío en el estómago. Todo tipo de situaciones que podían pasar entre una pareja, que se ha vuelto a reconciliar se me pasaron por la mente. Recordé aquellos labios que habían estado tan cerca mío hace algunos minutos, y me dolió el pensar que quizás aquella chica estuviera besándolos. Solo rogaba que mi imaginación no concordara con la realidad.
—Cuñis, yo también estoy preocupado por él—dijo Paul a mi lado— ¿donde se metería ese tonto?
—Al parecer no le importo dejar plantados a sus amigos—dije simulando tranquilidad. Lastimosamente para mí, él me había dejado bien plantada, y eso fue algo que me puso sentimental.
En ese momento ya no quería seguir allí. Tenía miedo de tan siquiera regresar a ver algún lugar. No quería llevarme alguna fea sorpresa y encontrarme con Chris y Camila acaramelados. Si las cosas estaban así, prefería que siguieran perdidos durante toda mi estadía en el pasado, eso me evitaría decepciones.
Ignorando la pareja de desaparecidos, decidimos probar algunos juegos por un rato más. Y al parecer todos nos dimos cuenta de que en nuestra diversión nos hacía falta un chico castaño.
Ya nos habíamos subido a seis juegos y él seguía sin aparecer. Mientras tanto yo me vi obligada a fingir la mayor sonrisa, ya que Amanda no me quitaba los ojos de encima. Ella aun quería comprobar mi supuesto gusto por Chris. Y si ponía cara de María magdalena, no perdería la oportunidad de echármelo en cara, y por el momento no tenía humor de ponerme a negar la verdad.
—Oigan, yo creo que ya se está haciendo tarde—dijo Daniel saliéndose de la fila—, y el papá de Ami llamó para ordenarle que regrese a su casa. Si quieren ustedes quédense aquí, hasta yo ir a dejarla, luego podría volver para llevarlos a sus casas.
—Me parece bien. Mejor vayan rápido antes que el papá de Ami venga a matarnos a todos por corromper a su hija—se burló Paúl.
—Uy sí, somos tan mala influencia para ella—se burló Ramiro, lo que provocó que Amanda les diera un golpe en el brazo.
—Tu no digas nada, que tampoco eres un angelito—se defendió Amanda, mientras se despedía de todos—. Oigan bobos, espero que disfruten sin mí—ella miró a los chicos y luego a mí—, y sin Chris claro—yo únicamente desvié mi mirada—. Por favor encuéntrenlo, no vaya a ser que se nos desvíe por otro camino, ya saben con quien.
—Sí chicos, ya tienen tarea mientras vuelvo— dijo Daniel mientras jalaba a Ami—. Bueno, ahora si ya nos vamos— dicho aquello, ellos nos dejaron solos.
—Creo que voy a llamar a Chris para que venga, porque Daniel no demora mucho en regresar. Y la verdad es que estoy muy cansado, y ya quiero que nos vayamos —me dijo Ramiro.
—Si, mejor llámalo para que apresure sus asuntos con Camila. Mientras tanto nosotros podríamos subirnos en un juego más—sugirió Paúl.
Ramiro asintiendo marco rápidamente en su celular, y se lo acercó a su oído. Fue solo cuestión de segundos para que le contestaran.
¿Hola Chris?
Si aún estamos en el parque, ¿Dónde estás?
Ahhh, bueno, entonces si estás bien.
Si ya nos vamos, solo estábamos esperando por ti.
Ahh, está bien, te entiendo. Quieren tiempo a solas.
Auch, auch, auch. Algo estaba pasando entre Chris y Camila, y no sabía si era algo bueno o malo, pero era una horrible pesadilla, y quería salir pronto de ella.
Entonces cuídense, y regresen con cuidado. No olvides llamarme en cuanto llegues a casa.
Bueno, adiós.
Me sentía como si me hubieran acabado de traicionar en mis propias narices. Y aunque no tenía derecho de sentirme así, por un chico del que era únicamente fan y por cuestiones del destino también su amiga, igual sentía que mi corazón se había roto. Era mucho más doloroso aquella sensación cuando él estaba cerca de mí.
—Al parecer Chris y Camila se van a quedar un rato más— anunció Ramiro.
— No puede ser, otra vez va a empezar con las desapariciones misteriosas—se quejó Paúl— Creo que el que haya vuelto Camila significa; adiós a nuestro amigo, ¿me pregunto cuando lo volveremos a ver?- él habló sarcástico.
—Bueno, mañana lo iré acosar a su casa, y le preguntaré todito. Supongo que tendrá que contarme muchas cosas— Ramiro dejo de estar pensativo y regresó su mirada a su acompañante—. Pero por el momento dejemos ese tema para mañana y mejor vamos por otro juego. Y esta vez si te vas a subir conmigo—le decía Paúl a Tamara.
—¡No!, yo me muero si subo allá— respondió ella oponiéndose al jaloneo de Ramiro.
—Lo mismo te digo a ti Aby—murmuró Paúl—esta vez me toca subirme contigo. Ahora quiero ver qué tan buenos pulmones tienes para gritar.
Fingiendo una sonrisa asentí, y cumpliendo con su petición me decidí a subirme en aquel juego. Estaba deprimida, pero pensé que era mejor distraer mi mente en aquel juego, antes que quedarme esperando a los chicos, sola con mi corazón decepcionado.
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