15. Estrenando asiento
Maratón (Parte 1)
Aquella semana de trabajo había resultado muy cansada. Sobre todo por mis mini clases de cocina con mi jefe. Con suerte después de practicar mucho, por fin había logrado sacar platillos decentes, claro que no tan buenos como los de Alex. Él si era el profesional en esa cuestión. Amanda y yo solo éramos el reemplazo de emergencia.
Durante el tiempo que trabajé allí había adquirido una costumbre durante mis almuerzos. Y es que cuando tenía un tiempo libre, me sentaba en una mesa cercana a los grandes ventanales, a la espera de que cierto chico de gorra saliera de su casa. No lo podía evitar, todos los días quería verlo, pero lastimosamente ni él ni yo habíamos tenido el tiempo suficiente para vernos. Recordaba que Chris me había llamado hace algunos días, para advertirme que no fuera con esos mini pantalones, debido a que él iba a estar muy ocupado sacando papeles importantes en el centro con su madre, y entonces no tendría tiempo para ser mi guardaespaldas.
También me contó algunas de sus locuras prohibidas que hacia durante sus ratos de arrebatamiento, junto Daniel. Con todo lo que me dijo, me di cuenta que Chris no era el angelito puro que creí, y pensándolo bien, era igual que a mí cuando me juntaba con Jen. Ambos, llevados por la rebeldía, de vez en cuando cometíamos cosas, que si eran descubiertas por nuestros padres, seriamos sentenciados a un encierro de por vida. Ellos se parecian en lo de ser sobreprotectores.
—Es mi imaginación o siempre estas mirando, hacia la casa de cierto chico cuyo nombre empieza con Chris y termina en topher—Amanda interrumpió mis pensamientos.
—Es solo tu imaginación—me moví incómoda, recogiendo los platos vacíos de mi almuerzo.
—Te gusta Chris—ella se sentó frente a mi —. Te gusta Chri- is
—No, no me gusta—repliqué levantándome.
—Si te gusta, no puedes disimular verlo con ojitos de cachorro—ella seguía molestandome.
—Estás loca, Chris es mi amigo.
—¿Sabes que? , decidí que te voy ayudar mañana cuando lo veas. Estuve pensando que te voy a poner una mini blusa, y una faldita bien sexy— ella me miraba evaluadoramente como si intentara imaginar cómo me vería—. Yo te recomiendo que le menees un poco la cadera y ya verás cómo cae rendido.
—Estás loca si piensas que voy a usar algo como eso. En mi vida vuelvo a quedar como la facilita del "Rapidito y bueno". Además en lugar de atraer a Chris voy a atraer algún pervertido, y tampoco creo que Chris se ande fijando en ese tipo de atuendos.
—Aby, todos los hombres tienen el mismo cerebro, ¿porque crees que le gusta la chica mini?— me dijo ella.
—¿Chica mini?— dije dudosa—. Primero dime quien es la chica mini, y porque le dicen así.
—¿Acaso quieres estudiar a tu rival?
—¡No!, solo es por curiosidad
—Bueno, Camila, alias la chica mini, era un vacile de Chris. No sé exactamente cuánto tiempo estuvieron en eso, pero creo que si fue un buen tiempo.
Sentía alivio al escuchar aquello, ya que asumí que esa chica no era tan importante como pensaba, o al menos eso sospechaba ya que nunca habían iniciado una relación real.
—Yo creí que era su novia— simulé restarle importancia.
—No que nosotros supiéramos— ella se encontraba pensativa.
—¿Entonces esa chica es la que tiene a Chris loquito?
-Si amiga, ella mismo- me respondió Ami, mientras amabas entrabamos a la cocina.
Así que esa era Camila, la chica que supuestamente no quería una relación con Chris. Definitivamente esa chica estaba mal de la cabeza al ser capaz de rechazar a Chris. Si yo estuviera en su lugar no dudaría ni un segundo en aceptar a tremendo prospecto de hombre.
—No sé ni que le vio Chris—Amanda colocaba los platos sucios en el lavaplatos—. Es una tipo tan chocante, a la que no le gustaba estar con nosotros. Y se cree la reina del universo, la niña bonita, etc, etc, etc. Y hasta ahora no la he visto demostrar que en realidad quiere a Chris, y eso es lo que más me molesta.
A medida que iba conociendo de ella, se me iba metiendo la idea de que la chica no se merecía a Chris. Pero a veces una persona podría ser buena para los ojos de alguien; en este caso para Chris, pero para otra persona puede llegar a ser la peor escoria; como en el caso de Amanda. Aun no tenia derecho a juzgar.
—Y si es como tú dices, entonces, ¿porque Chris la quiere?—pregunté.
—Si algún día encuentras la respuesta a esa pregunta, dímela—me dijo ella, empezando a lavar los platos—Mientras tanto Aby, te ruego que te pongas una minifalda, para que logres convertirte en la nueva chica mini. Tú si me caes bien.
Yo solo sonreí ante aquella ocurrencia. Luego me acerqué a ella para coger los platos que iba lavados, para yo secarlos.
—Prefiero verlo dibujando corazoncitos con tu nombre, antes que tenerlo pensando en la innombrable—Amanda dijo malhumorada.
La verdad era, que el hecho de imaginarme teniendo algún tipo de relación con Chris, me puso a sonreír como tonta. Pero aquello era una gran improbabilidad, debido a mi situación de ser una intrusa del tiempo. Por esa razón solo podía conforme con tenerlo cerca.
(...)
Después que Amanda y yo habíamos cerrado el restaurant, empezamos a bajar por la calle que nos llevaba hasta la casa de Chris. Ese era el recorrido más rápido hacia la parada de buses. Y me alegraba que así fuera, ya que podria poner prueba mi suerte, para ver si lograba encontrarme con él. Ya iban varios días que no tenía suerte.
—Si que es bueno tener compañía—Ami me decía—. Cuando Dani, no podía venir a verme, yo tenia que sola el local, y después tenía que bajar a tomar mi bus también sola.
—¿Y nunca te ha pasado nada?—pregunté acomodándome mi abrigo.
—No, por suerte—me dijo ella—. Y desde ahora tampoco creo que me pueda pasar algo, teniendote a ti como mi defensora. No puedo creer que tenga a mi propia súper chica—yo rodeé los ojos divertida.
—¿Alguna vez se van a olvidar de eso?—la miré con los ojos entrecerrados.
—No, definitivamente no—me respondió con simpleza.
Mientras disimuladamente miraba hacia la casa de Chris que estaba más abajo, escuché a Amanda gritar como neurótica. Yo regresé a mirarla con los nervios de punta.
—¡¿Que?!—grité yo.
Cuando la miré, pude ver que alguien la sostenía por el cuello. Ella en cambio forcejeaba.
"Otro asaltante", pensé.
—¡Maldito delincuente!—yo tomé mi bolso, y sin pensarlo empecé a darle en la cabeza.
—¡Aby!, ¡Detente!—escuché la voz de Daniel.
—¿Dani?—susurró Amanda.
Inmediatamente deje de golpear y al alzar mi bolso, me di cuenta que la cabeza a la golpeaba le pertenecía a Daniel.
—¡Estás loco!— solté con ira— ¡Por poco y haces que me muera del susto!
—¡Que idiota!—Amanda se soltó del agarre y se alejó enojada de su novio.
—Solo quería ver si en realidad eras una...
—¡Si, si, súper chica!—completé de mal humor—¡Ya me sé ese cuento!—grite dándole nuevamente un golpe con el bolso—¡Por Dios, ya cambien de tema!, uno de estos días me van a matar del susto. Siempre me creo que les pasó algo.
—Bueno, lo siento—se disculpó Dani, ante mi mirada asesina. Luego desvió su mirada hacia su novia en busca de ayuda, pero ella también lo miraba amenazadoramente.
—De esta no te salvas— Amanda le clavó la mirada a Daniel, mientras se acercaba a mí para enroscar su brazo con el mío—. También estuviste a punto de matar a tu novia del susto. Oso malo.
—Ay no sean así, solo era una bromita—él se reía nervioso.
—Pues tu bromita no fue chistosa—repliqué evitando mirarlo.
—Bueno, entonces ¿que quieren que haga para que me perdonen?—él nos miraba tiernamente culpable.
A mi lado pude ver como Amanda ponía cara de niña enamorada, al parecer ella ya lo había perdonado. Pero yo la jalé conmigo para que empezara a caminar.
—Aby, mira esa carita, perdonémoslo—me susurró cerca del oído.
—Espera un poco más—le exigí a ella, intentando no reírme por su cara soñadora—. Tenemos que hacerlo sufrir.
—Digan que si—él nos puso las manos suplicando—, se los ruego—él se empezó a reír de su Amanda, que estaba conteniéndose para no correr a sus brazos.
De pronto, aquella conversación de ruegos fue interrumpida por la vibración de mi celular. Así que yo intentando retener a Ami a mi lado, saqué con dificultad mi teléfono, y contesté.
—Que no sea otro que quiera probar a la súper chica—rogué, mientras me ponía el teléfono en el oído—. ¿Hola?
—Ya perdonen al bobo—escuché decir a la voz de Chris
Sorprendida, empecé a revisar a mi alrededor. No me había dado cuenta que ya estaba junto la casa de Chris.
—Mira para arriba—me ordenó él.
Obedeciendo su pedido, alcé mi mirada, y con lo que me encontré fue con Chris mirándome sonriente desde el balcón de su casa.
—Hola—dijo el moviendo la mano.
—¿Tú... que haces ahí?—hablé por el teléfono sin quitarle la vista.
—Es mi casa, ¿Que no puedo estar aquí?—se defendió.
—No me digas... que tu planeaste todo esto del asalto...porque si es así, te juro que voy a subir a ...
—No, el idiota de Daniel se quiso hacer el gracioso solito. Yo no tuve nada que ver—me respondió divertido.
—Ah, sí claro—decía Amanda atrás mío—. Como si solo a Dani se le hubiera ocurrido semejante idea, seguro tú le sugeriste eso.
Cuando quise jalar a Ami nuevamente hasta mí, me di cuenta que había desaparecido de mi lado, y ahora precisamente estaba ridículamente abrazada a su osito.
—Ay, no Ami—me lamenté al verla dándole un beso.
—Si ves, aprende de Ami—Chris me decía en tono burlón—. Ella nunca se resiste a perdonar al prójimo—yo subí mi mirada de mal humor.
—Al parecer tendré que contagiarme de ella por este día—yo colgué mi teléfono—. Está bien osito, te perdono por la brillante idea—le dije a Dani, pero el ni me regreso a mirar, estaba muy concentrado en Amanda.
—Y para que quede claro, yo no tuve nada que ver—repitió Chris desde arriba—. Yo solo estoy aquí, porque me hicieron despertar por sus gritos y no quería perderme el show.
—Creo que llegué a la conclusión de que tus amigos estas igual de chiflados que tú—le dije a Chris.
-Esto no es nada. Mañana cuando salgamos, te vas a dar cuenta de lo chiflados están– me dijo él.
(...)
A la tarde siguiente después de mucha espera en el trabajo, por fin íbamos a encontrarnos con los chicos, para ir a la feria.
El día en el que Chris se convirtió en mi guardaespaldas, había quedado en invitarlo a comer en la feria. Y nos pareció mas divertido si íbamos de paso a los juegos con los chicos.
Cuando salí del restaurante, pude reconocer en la esquina a cuatro chicos parados, y entre ellos no pude pasar desapercibido la presencia de Chris. Él chico más alto y más guapo de todos según mi opinión.
—¡Dani hemosho!—pasó gritando Amanda a mi lado.
El par de chicos olvidándose del público presente, se empezaron a dar sus muestras de cariño. Y no cualquier muestra, sino más bien muestras de cariño demasiado apasionadas
—¿Me acostumbrare algún día a verlos así?— le pregunté a Chris, señalando a la romántica pareja que se comía a besos.
—Definitivamente no, pero no puedo criticarlos. A veces yo suelo ser peor— me respondió Chris, mientras lo saludaba.
—Cuñis—me acerqué a Paúl, para chocar puños. No supe desde cuando me volví tan amiga de él.
—¿Lista para la party?—me preguntó, simulando moverse al ritmo de la música imaginaria.
—Claro que si—le sonreí—, pero me temo que no vamos a una fiesta, sino a un parque de diversiones.
—¡¿Qué?!—replicó sorprendido. Al parecer no sabía de los planes que teníamos—. Ustedes me dijeron que iríamos a bailar.
—Para otro momento, te lo prometo—dijo Ramiro—. Ahora tenemos a Aby y debemos guiarla por el camino del bien—él se burló de mí.
—Ah, es verdad la nueva bebe—Paul se reía.
—Oye, no sabes cómo en realidad soy—me defendí de sus suposiciones un tanto ciertas—. Ehm... no soy inocente... ahm... tengo mi pasado oscuro.
Eres un peligro andante, pensé con ironía.
—Mmm, ¿ahora vas a resultar una chica mala?—se burló Chris clavándome la mirada—. No, mejor te queda la imagen de niña de mami—él se reía
—Bueno, entonces para que me crean, la próxima vez que nos veamos yo invito las cervezas, ¿ahí veremos quien cae primero?—yo los miraba retadoramente. Internamente, ya me di por vencida, pero no iba a admitirlo ante él.
—Quién dijo miedo—Paul se acercó desafiante a mí—. Ya me muero por ver a la bebé Aby borracha.
—No sabes con que locos viniste a caer—se reía Chris
—A estas alturas claro que lo sé, y por lo visto también estoy igual de loca—sonreí
La verdad nunca me considere una chica alocada, sino más bien una chica pacífica a la que le cogían sus ratos de hacer locuras. Pocas veces me había emborrachado, y si es que lo hice fue por una tonta razón: por haber terminado con mi ex novio Antoni. El haber roto con él me causó un gran daño, y a Jen como la mejor solución a mi corazón roto, se le ocurrió una noche de copas entre chicas. Por un momento aquello funcionó, pero al siguiente día, todo seguía igual, exceptuando el horrible dolor de cabeza.
Me preguntaba si alguna vez volvería a estar tan lastimada emocionalmente como para volver a emborracharme así. Esperaba que no.
—Espero que no les moleste que haya invitado a una amiga—nos interrumpió Ramiro.
—A mí no—le respondí terminando la pelea de miradas con Paul—. No sé qué dirán los demás.
—Claro que no, ya era hora de que te consigas una novia—le dijo Chris, lo que provocó que su amigo le diera un golpe en el brazo.
—Ni empieces—advirtió Ramiro.
—Ok, mejor me calló—se reia Chris regresando a ver a la pareja del año.
—Haber tortolitos—dijo Paúl—, ya nos tenemos que ir—Daniel y Amanda seguían tan concentrados en lo suyo que ni le hicieron caso a Paúl—. Oigan no exageren—el chico jaló a Amanda, haciendo que se separe de su osito.
—Ay que aburrido—protestó ella limpiándose el labial.
—Este amor suyo déjenlo para un hotel—Paúl se puso entre los dos chicos—Bueno ahora que ya estamos todos controlados, vámonos.
—Y después quien es la cursi—me burlé de Amanda.
—Sigues siendo tú—se defendió ella— ¿cuál es la chica que mira en silencio a Ch...?
—¡Amanda!—le clavé la vista en advertencia.
—Solo iba a decir la verdad—dicho eso la muy boba se fue a abrazar a Daniel.
—Vamos a ver el auto —dijo Daniel, llevándose a su novia con él.
Mientras esperábamos a los chicos, empezamos a conversar con Chris. Alli tuve la oportunidad de evaluar mas a profundidad su rostro.
—¿Tu mamá se molestó por eso?—le pregunté apenada, señalando el casi desaparecido moretón alado de su labio.
—Al principio cuando me vio, estuvo a punto de hacerme otro moretón con la escoba por andar de buscapleitos—él se reía—. Pero cuando le conté que todo fue por salvar tu honor, ella me perdonó—bromeó sonriente—. De hecho me premió, y me trato como su pequeño bebé todo el dia. Incluso me preparó mi comida favorita y todo. Me dijo que solo por ti me permitía hacer estupideces—él me regresó a mirar—. Ya tengo con que excusarme cuando haga algo malo, solo tendré que decir que fue por ti y ya estoy perdonado.
—¿Es decir que todo lo que hagas va a ser en mi nombre? —yo me reí—. Parece que soy tu salvación, deberías pagarme con algo.
—Te doy lo que quieras— él me sonreía coqueto—, y yo si me refiero a todo, absolutamente a todo lo que quieras.
Yo divertida me reí y le baje la visera de su gorra de manera que le cubría los ojos.
—Teniendo en cuenta la cantidad de veces que te va a perdonar tu mamá en mi nombre, me vas a quedar en eterna deuda—dije mientras Chris se ponía la gorra en su lugar.
—Será una deuda que estoy más que dispuesto a pagar—él alzó los hombros.
Ambos nos miramos detenidamente, pero al escuchar el carraspeo de Paúl junto a nosotros, decidimos cambiar de conversación.
—Ahm... Amanda me contó que por fin dejaste de quemar la cocina—volvió hablar Chris
—¡Si! — respondí emocionada—. Ya logré eso, pero en cambio empecé a sufrir de una ligera tendencia a romper platos—me reía al recordar la cantidad de veces que chocamos con Amanda, mientras ella intentaba entrar a la cocina y yo salir al mismo tiempo. Por lo visto ella estaba muy acostumbrada a entrar y salir a su antojo sin tener cuidado de la mesera nueva.
—Eso también ya me lo contó. Al principio ella te odiaba por eso, pero dijo que después ya te tomo cariño— él seguía riéndose de mi.
—Pues dile que yo también la quiero a veces—le pedí divertida. Pese al poco tiempo que había estado junto a Amanda le había empezado a tomar mucho cariño. De alguna manera ella llenaba el vacío que me había dejado la ausencia de mi mejor amiga, Jen.
De repente, nuestra conversación fue interrumpida cuando un pitazo nos asustó a todos.
—Haber niños suban rápido—nos ordenó Amanda desde el asiento del copiloto.
Yo fui la primera en entrar al auto, seguida de Chris y finalmente Ramiro. Paúl se había quedado sin asiento.
—Creo que tendré que ir en taxi, pero ustedes me lo pagan—Paúl nos miraba haciendo un puchero de tristeza.
—Apéguense más chicos, claro que entramos—hablé yo acomodandome mas cerca de la puerta.
—Aby, no creo que sus atributos traseros quepan en ese lugar—afirmó Chris mirando los pocos centímetros que habíamos dejado libres en filo del asiento.
—¡Ya se!—exclamó Paul—Tú tendrás que llevarme en tus piernas—él miraba sonriente a Ramiro.
—¡Ni siquiera lo pienses!—protestó Ramiro—. Mis debiluchas piernas se van a romper. En todo caso tú me llevas a mi.
Creo que en ese momento me sentía la intrusa en el grupo de amigos. Por mi culpa, uno de los integrantes, se había quedado sin el lugar que siempre le perteneció.
—O mejor alguno de ustedes me lleva a mí en sus piernas—interrumpí yo
—¡Eso!—dijo Paul—. Haber Chris muévete para que Aby se pueda sentar sobre ti.
https://youtu.be/dswcPD0XwTc
Chris me regresó a mirar dudoso, como si estuviera preguntándome si estaba segura de elegirlo como mi asiento. En respuesta a su mirada yo le sonreí y me senté sobre sus piernas.
—Tranquilo amigo, no te voy a comer—le dije a él mientras me arrimaba a la puerta.
Él me correspondió a la sonrisa y puso sus manos en mi regazo. Yo tenía muchas ganas de poner mis brazos en su cuello, pero decidí resistirme, y en lugar de eso abracé la cabecera del asiento de adelante. Si me acercaba más de lo debido seguramente no me resistiría a besarlo y eso sí sería una tragedia. Arruinaría la amistad que hasta el momento había logrado con él.
Mientras viajábamos, me sentí muy incómoda. Las piernas se me estaban acalambrando debido al escaso movimiento que tenía sobre ellas. Y todos en el asiento de atrás pudieron darse cuenta.
—Me desesperas—dijo Ramiro—. Mejor sube tus piernas sobre todos nosotros así creo que dejaras de estar tan incomoda.
—No déjalo, si estoy bien—me volví a mover para acomodar mis piernas entre las de Chris.
—No estás bien—afirmó Ramiro, mientras el mismo agarraba mis piernas y se las ponía sobre su regazo. Mis pies llegaron hasta las piernas de Paul—. ¿Más cómoda ahora?
—Creo que sí, pero si les piso el pantalón sin querer, no es mi culpa—advertí para nuevamente abrazar la cabecera. Chris me miraba fijamente.
Cuando vi a Amanda, me di cuenta que tenía una sonrisa burlona en su rostro. Se estaba divirtiendo de mi situación.
—Abrázalo— leí sus labios, y yo desesperada miré a Daniel para ver si se dio cuenta de lo que dijo, pero no. Él seguía concentrado manejando—. Aprovéchalo—volvió a mover sus labios.
—¡Cállate!—reclamé en voz alta haciendo que todos me miraran.
—Nadie dijo nada—aclaró Chris mirándome divertido.
—Sí, ya se...es que...olvídenlo—empecé a mirar por la ventana muy concentrada.
Al parecer la nueva posición no me estaba resultado para nada cómoda. Debido a que el ángulo en que me había acomodado, para poder abrazar la cabecera no era el adecuado, mi columna dolía como rayos.
—Tu cara me dice que no estas cómoda—susurró Chris detrás de mi.
Yo no dije nada, solo lo miré insegura.
De repente sentí la mano de Chris tomar la mía y sin que pudiera reaccionar, él ya había acomodado mi brazo alrededor de su cuello, haciendo que quedara muy cerca de él. Ahora mi cara estaba pegada a la suya, creo que solo bastaban unos centímetros para poder adueñarme de esos labios que me traían loca desde hace mucho tiempo.
—Ahora si ya puedo estar tranquilo—dijo él con sus ojos cafés cerca de los míos.
—Yo no creo lo mismo—logré decir, al sentir que mi corazón estaba moviéndose descontroladamente. Esta sería la segunda vez que tenía sus labios provocándome.
Al regresar mi mirada a los demás pasajeros me di cuenta que todos nos miraban con una sonrisa cómplice.
Holas, holas jeje, espero que hayan tenido un lindo día, bueno como lo prometido es deuda aquí esta el primer capitulo del maratón de 3 partes, mañana subo el siguiente.
En el capitulo de mañana va aparecer un nuevo personaje, uno muy importante en esta historia jeje, ¿Quien será?, les dejo con la duda.
Chaitos
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