10. Y así empieza



Este día hubieron muchas cosas que estaban en mi larga lista de cosas que nunca sucederían con Christopher Vélez. No supe cómo, pero cada día que pasaba, en la lista se iban tachando muchas improbabilidades, ya que todas ellas extrañamente se estaban cumpliendo.

Mi nueva improbabilidad que se tachaba era la de jugar a las cosquillas con Chris. Esa sin duda era una gran improbabilidad. Hubiera sido un momento memorable, de no haber sido porque en ese preciso instante, tenía a la madre de Chris mirándonos como si fuéramos la cosa más extraña del universo.

—¡Mamá!—dijo Chris, a la vez que nos parábamos de un salto—. Ya estábamos por bajar...es que... estábamos buscando...una foto de Aby— él intentó apartaste de mi

—Ah— fué lo único que dijo la señora Yenny.

—Si... solo nos faltaba la foto para terminar— hablé yo desde el otro extremo.

—Ahhh—volvió a decir ella.

—Así es mamá— él se acercó hacia su mamá—. En un ratito bajamos, ya mismo acabamos.

—Bueno—nos miró insegura—. Los espero abajo, pero no se demoren mucho que se les va a enfriar.

Antes de irse nos volvió a mirar, como si quisiera decirnos algo, pero al parecer se arrepintió, porque se dio la vuelta y se fue.

—Qué vergüenza, ahora si va a pensar que me quería aprovechar de ti—bromeé acomodándome en la silla del escritorio. 

—Tú tienes la culpa por no tener una foto normal—replicó él divertido

—Ay bueno, entonces déjalo así. Omitiremos ese punto en la hoja de vida. Además como ya te diste cuenta, no hay ninguna foto razonable.

—Pero aún hay solución—me aseguró Chris—¿Qué te parece si ahora te tomo una foto para ponerla?—sugirió él tomando asiento junto a mi.

—No me parece mala idea.

—Creo que te la tomaré con mi celular, porque no creo que tengas cable USB para pasarla a mi computadora, ¿o sí?— él me miró

—Pues no—admití—, y mejor hagámoslo pronto antes que tu piense que estamos en otras cosas —me reí nerviosa—. Seguro me odiaría por atentar contra tu integridad—me burlé 

—Mmm, puede que si—asintió él —. Es que es algo celosa con su niño, pero creo que a ti es capaz de perdonarte todo—dijo el entre risas—. Además creo que tú eres su idola por salvarla. Asi que no te preocupes y ven- él me tomó de la mano, algo que hizo que mi corazón se volviera loco. 

Ambos nos dirigimos hasta una pared vacía de su cuarto. Esta tenia un fondo color blanco, perfecto para una sesión fotográfica. 

—Arrímate ahí, y pon cara de intelectual. Así seguro te dan el trabajo— Chris me sonrío. 

Obedeciendo su orden, yo intenté mirar seria a la cámara, pero aquello no me duró mucho. Ahora mismo estaba riendo a carcajadas debido al ejemplo de cara intelectual que me mostraba Chris. Él más bien tenia cara de estreñido.

Mientras me aguantaba la risa, pude escuchar el sonido que indicaba que las fotos se estaban tomando.

—Oye no me tomes así— puse mis manos entre la cámara y yo—. Se suponía que era una foto normal.

—Es verdad, ya ponte seria— él me dijo, cambiando su cara de seriedad fingida a una seductora. Debo decir que en ese momento solo me quedé pasmada mirándolo.

Chris me miraba fijamente, mordiéndose el labio, con ojos estaban entrecerrados. Definitivamente esa cara me robaba incontenibles suspiros, cuando aparecía en la redes de Cnco en el futuro. Ahora tenia su cara sexy frente a mi, para suspirar en vivo. 

Creo que faltaba un poco, para que yo soltara un grito de fanática loca. Aun era difícil acostumbrarme, al hecho de tener a mi amor famoso, actuando normal conmigo. 

—Ajá— yo logré decir. Creo que hasta la respiración se me fue. 

Nuevamente el sonido de captura empezó a sonar. Me imaginé que esta vez saldría en las fotos con mi cara de Julieta enamorada. 

—Aby- Chris llamó mi atención- tierra llamando a Aby

—¿Ah?—yo sacudí la cabeza. Chris me miraba con una sonrisa de satisfacción. Creo que se había dado cuenta de la reacción que su cara provocó en mi. Supuse que estaba como tomate en ese instante. 

¡Sexy y estúpido Christopher Vélez!, pensé. 

—Esta foto hubiera servido—él miró su celular, y luego puso su vista en mi—. Si le hubieras bajado un poco al semáforo de tu cara, hubiera sido perfecta— ahora él se burlaba con muchas ganas.

—Yo no estoy como semáforo— instintivamente puse mis manos en mis mejillas—¡Y...ya... mejor bajemos a comer!—yo empecé a caminar, pero él me sostuvo del brazo. Luego alzó su celular cerca de mi rostro, y él sonido del obturador sonó. Él me había tomado otra foto.

—Creo que esta me gusta— él me sonrió, y después bajó la mirada a su celular. 

Era extraño tener a Chris siendo mi fotógrafo. Nunca creí que tendría al chico que perseguía, para captar una foto, tomándome fotos a mi. Esta vez yo era la protagonista de sus miles de fotos. 

Después de conectar su celular a la computadora; se desplegó ante nosotros una carpeta con los archivos del celular. Él entró a la carpeta donde guardaba sus fotografías, e inmediatamente aparecieron las miniaturas de todas las que él tenía guardadas. Entre las ultimas estaban las mías y unas pocas de los chicos que conocí la noche en que me encontré con Christopher. Pero sin duda lo que me llamo la atención, fue la miniatura en la que él aparecía abrazado a una chica castaña de cabello ondulado. Algo me decía que esa podría ser la supuesta Camila de la que había escuchado hablar.

En aquel momento, como siempre pasaba cuando veía a Chris en fotos acaramelado con alguna chica; sentí una profunda decepción. Era como si alguna de esas fotografías, me recordaran que aquel amor platónico nunca lo iba a tener. Hice memoria de varias fotos de él con sus supuestas novias, pero ninguna de ellas me había causado tanta decepción como la que tenia en frente.

Era un tanto difícil sentir esa sensación en mi tiempo, cuando él se encontraba a miles de kilómetros de mí. Pero ahora, en este pasado era el doble de decepcionante. Era como si Chris personalmente me dijera en la cara, " Nunca voy a estar contigo, porque mi corazón le pertenece a alguien más". 

Auch, eso dolia.

—Tu novia es muy bonita—intenté decir con una sonrisa falsa.

Él me miro pensativo, luego empezó a mover sus ojos en la pantalla, y al encontrarse con la foto que tenia junto a la chica, abrió sus ojos sorprendido.

—No es mi novia—me respondió—. Es solo mi amiga—inmediatamente Chris abrió una de mis fotos, haciendo que esta llenara toda la pantalla. Ahora Camila había desaparecido de la vista. 

—Ah, bueno. Entonces tu amiga es muy bonita, ¿cómo se llama?— lo interrogué. Yo ya tenía mis sospechas.

—Camila—me respondió como si nada. Él parecía estar muy concentrado en acomodar mi foto en la página Word. Se le notaba que fingía demencia. 

Luego de aquello no volví a decir nada. Sentía celos, tenía ganas de enojarme con él, y salir de allí por el simple hecho de fijarse en otra chica, pero mi lógica me decía que yo no tenía ningún derecho. Quería comportarme como una loca. Así que decidí ignorar mis pensamientos y mejor disfrutar de la presencia de Chris.

—Listo— dijo después de un rato —. Terminamos, dame esos cinco—él me mostró la mano, y yo sin dudarlo la choque con la mía.

—Ahora sí, vámonos que tu mamá me va a matar si seguimos aquí—advertí, mientras él dejaba a que se imprimieran los archivos.

Durante la merienda me había mantenido un tanto distante con Chris. No se me podía quitar de la mente aquella foto con esa chica. Él quería bromear conmigo, y yo también, pero en cuanto lo miraba mi buen humor se iba, ya que recordaba como abrazaba a Camila. Es por ello que la mayoría del tiempo, solo me la pasé hablando con su mamá.

Por más que lo analizaba siempre llegaba a la misma conclusión. Él no podría estar conmigo como yo quería. Si hubiera aunque sea una ligera oportunidad, igual no la podría tomar. Cuando llegara el momento (si es que llegaba) yo tendría que regresar a mi vida, y eso me obligaría a dejar todo el pasado que estaba viviendo. 

Simplemente algún tipo de ilusión como el de amar de verdad a Christopher Vélez resultaría imposible. Me tendría que conformar con el amor de fan que le tenía. Solo eso podía hacer por el momento.

—¡Christopher!— gritó la señora Yenny mientras recogía los platos. Chris había subido en busca de mis impresiones—¡Baja rápido que ya se está haciendo tarde!

Aprovechando el momento a solas, yo me decidí a despedirme de la mamá de Chris.

—Muchas gracias por la comida—llamé su atención—. La he pasado muy bien con ustedes, y ...por cierto... gracias por ayudarme con mis papeles. 

La señora dejó los platos sobre la mesa, y me miró con una sonrisa reconfortante.

—Gracias a ti Aby. Me salvaste muchos días de arduo trabajo—ella suspiró— Lo que tenía en mi cartera, era una gran cantidad de dinero. Con parte de eso pensaba costear los estudios de Chris en Estados Unidos—me dijo ella—. Se podría decir que gracias a ti, el sueño de mi hijo no fue robado. No sé cuánto tiempo hubiera tardado en reunir tanto dinero.

— Vaya— yo no sabia que decir —. Ahora... que se... eso, me alegro mucho mas de haberla ayudado. Yo sé que su hijo tiene un gran sueño por delante— le dije a ella—. Le aseguro que todo lo que está invirtiendo va a valer la pena—sabía que así seria. Ella solamente me sonrió.

—Ya—Chris anunció su llegada a la sala—. Solo tenemos que ir en busca de algunas carpetas y ahí si estaría todo listo— dijo él mientras se acomodaba su chaqueta—Vámonos Aby.

(...)

Cuando salimos de la casa en busca de una papelería, nuevamente habíamos vuelto a hablar. Aunque todavía no recuperaba mi buen humor por completo. 

—Tú dijiste que tu amiga te había ofrecido un trabajo, en el almacén de su papa, ¿cierto?—él me miraba concentrado.

—Sí, ¿porque lo preguntas?—estaba muy intrigada.

—Pues...porque si ... ya tienes trabajo, ¿entonces porque estas armando todo este montón de hojas de vida?—él me miró expectante.

Había estado tan concentrada, en mi felicidad por estar nuevamente cerca de Chris, que no me había dado cuenta que mi mentira estaba siendo revelada. Rayos.

—Ah...es que...yo—empecé a tartamudear—, lo que pasa es que el negocio que estaba empezando su papá se tuvo que cerrar, por problemas de impuesto o algo así— le respondí mirando al piso. Otra vez me estaba picando el bichito de la culpa por mis mentiras—. Según tengo entendido ella junto a su familia van a regresar a su ciudad natal.

—Ahh—exclamo él—. Pero si eso pasó, entonces... ¿porque no te regresas tú también?- me dijo curioso.

—Si me estas intentando decir, que ya no me quieres en Loja entonces...

—No quise decir eso- él se apresuró a decir. Yo mientras tanto, cambié mi cara seria por una de diversión. Era divertido ver a Chris en apuros—Solo lo decía por curiosidad...y...y si no me crees, soy capaz de llevarte de nuevo a mi casa, para que mi mamá te adopte. En serio no quisiera que te vayas.

"No quisiera que te vayas".

 Esa frase hizo que empezara a sonreír como boba. Ahora mi amor platónico me pedía que no lo abandonara, y obviamente no lo iba hacer. En los pocos días que había estado con él, de alguna manera me había acostumbrado a tenerlo cerca.

—Está bien, te creo- yo me reí, mirándolo suspirar aliviado —. ¿Sabías que te ves tierno cuando te pones nervioso?

—Aunque no lo creas ya lo sabía, muchas personas me han dicho eso—me respondió sonriente—. Y ahora antes que me cambies de tema de conversación... ¿por qué te quedaste aquí, en lugar de volver con tus padres?

Mi mente empezó a buscar una mentira que explicara la pregunta.

—Es que yo llegué aquí con la ilusión de trabajar y juntar dinero para mi universidad—contesté incómoda—y no quiero irme sin haber cumplido aquel sueño.

No sé cuándo fue que me convertí en una máquina de mentiras.

—Wou, sí que eres valiente. Eres capaz de quedarte en una ciudad nueva, y donde no hay nadie a quien puedas acudir cuando tengas problemas—él miraba pensativo el piso—. Yo nunca sería capaz de sobrevivir así.

Yo sabía que él sí sería capaz en algún tiempo. Chris tendría que enfrentar un situación similar en los Estados Unidos.

—Nunca digas nunca—fue lo único que le dije.

Después de comprar las carpetas nuevamente empezamos a caminar de regreso.

—¿Ahora para dónde vamos?—me pregunto él—¿dónde vives?

—¿Estás seguro que quieres acompañarme?—lo miré apenada.

—Pues tengo que querer. Son órdenes directas de la jefa—él curvó una sonrisa.

—Claro, solo porque te lo ordenaron—simulé ofenderme.

—Pues fíjate que no, porque yo pedí llevarte hasta tu casa. Mi mamá te iba a llamar un taxi únicamente, pero yo la convencí de que era peligroso mandarte sola—dijo él—. Así que aquí me tienes, como tu guardaespaldas asignado. Y... ahora que lo pienso...aun quiero descubrir ese "no sé qué", que te hace inolvidable— él imitó la frase que le dije en el centro comercial en la mañana.

Chris no quería dejarme aún, eso ya era un gran paso. Quise pensar que podría tener alguna oportunidad con él, pero al recordar a Camila, mis ilusiones se fueron nuevamente al piso.

—Piensas igual que yo. Tú también me dejaste con la duda de tu "no sé qué"—le dije 

Por un rato creí que él ya no me escuchaba, ya que su mirada estaba perdida en algún lugar. Al parecer algo andaba rondando su cabeza en esos momentos. 

—¿Quieres un trabajo sin importar cuál sea?—me soltó de repente

—Pues claro, entre mas rápido empiece mejor—le respondí curiosa— ¡¿Por qué?! ¡¿No me digas que me vas a dar un trabajo?!

—No, claro que no—se apresuró a decir—. Es que hace algunos días la novia de mi amigo, me contó que necesitaban a alguien, para que los ayude en el restaurante donde trabaja.

Estaba segura que la "novia" se trataba de Amanda, y que el restaurante, era el mismo que se encontraba a pasos de la casa de Chris.

—¿De verdad?—hablé emocionada—¿crees que me contraten?, ¿dónde es?, ¿es a medio tiempo?, ¿cuándo empiezo?

—Calma mujer— él me veía riendo con duda—. El restaurante queda en la esquina, cerca de mi casa. Y me parece que es a medio tiempo- él respondió parte de mi avalancha de preguntas — Yo creo que si te contratan, porque la chica de la que te hable es una buena amiga, y si le digo que te recomiende con el dueño, te contrataran en seguida.

—¿De verdad harías eso por mí?—lo puse mi cara agradecida—. Si logras que me contraten me estarías salvando la vida.

Me di cuenta que Chris se había convertido en mi salvador desde que llegué. Hasta el momento había aparecido justo cuando necesitaba de ayuda. Y era raro, ya que siempre que intentaba abandonar mi sueño de acercarme a él, algo ocurría, y terminaba aún más cerca. Era como si el destino me empezara a cruzar con él a propósito.

—Pues te debo una muy grande, ya que a más de salvar nuestro dinero, también salvaste a mi madre. No sabes lo que habría hecho si algo malo le pasaba. Esto que hiciste por ella, no creo que lo pueda olvidar nunca.

Se veía tan agradecido conmigo, lo que causó que me empezara a derretir de la ternura. Nunca en mi vida creí hacerle poner esa cara a Christopher Vélez.

(...)

Mientras viajábamos en el taxi, pudimos conversar sobre mi hazaña de rescatar a su madre. Él se reía cada vez que le contaba que había dejado al ladrón arrodillado en el piso luego de mi super golpe. Pero así mismo se preocupaba cada vez que le contaba que el tipo había agarrado a su mamá por el cuello.

—Dios mío, el susto que se debe hacer llevado mi mamá—terminó diciendo él—. Gracias por ayudarla Aby.

—Que ya no me agradezcas mas, me encanto serle de ayuda—le sonreí—. Además, siempre he querido poner en práctica mis clases de defensa personal. El costal de papas al que dejé en arrodillado, fue una buena forma de aplicar lo que aprendí.

—Insisto, tu eres muy peligrosa—dijo él mientras simulaba alejarse una siento de mi.

—Sí- yo le puse mi cara peligrosa—. Por eso si no quieres verme así, cuando regreses a tu casa, quiero que quites todos los likes que les diste a mis fotos de perfil.

—No—me respondió simplemente—. Es más, desde ahora te voy a acosar por chat.

—¡No!, ¡ni se te ocurra!—exclamé nerviosa.

Me imaginé que aquello sería una tragedia, ya que la persona que recibiría aquellos mensajes seria mi otra yo.

—No te esfuerces tanto en mandarme mensajes por allí— le dijé simulando que no me importaba—. Como te habrás dado cuenta no tengo internet, así que no voy a poder entrar allí seguido. Si quieres acosarme, te doy permiso para que lo hagas por mensajes de celular.

—Prometo que asi lo voy hacer—él me regaló su sonrisa—. Y esta vez tengo que mantenerme en contacto contigo, porque yo soy el que te va a conseguir trabajo.

—Eres tan lindo— lo miré con mi cara de niña ilusionada—. En serio te has ganado el cielo. Lo que más deseo en estos momentos es un trabajo.

—Te prometo que ese trabajo va a ser tuyo. Eso es lo mínimo que puedo hacer, después de lo que hiciste este día por mí.

Al poco tiempo de viaje, llegamos al hotel donde me estaba quedando. Él se bajó conmigo, dándole instrucciones al conductor para que lo espere, y luego me acompaño hasta recepción.

—¿Así que tu habitación queda en el segundo piso, en el último balcón?—me preguntó, mientras me entregaba mis cosas, ya que él se había ofrecido a llevar mi bolso.

—Ajap—asentí—. Así que ya sabes a que balcón llevarme serenata, cuando quieras agradecerme lo de hoy— bromeé.

—Ten por seguro que ya voy a ir preparándola. Seguramente Paúl va a querer venir conmigo, él es el experto en ese tema de las serenatas.

—Pues mi balcón estará listo para recibirlos 

Ambos nos miramos por un momento, asumimos que ya era la hora de despedirnos.

—Bueno, está haciendo mucho frío, será mejor subir—dije sin muchas ganas. Aun no quería alejarme de él. Nuevamente se había activado mi obsesión de fan y esta vez sería más difícil apagarla.

—Sabes que yo pienso igual. Será mejor que le diga al taxista que se vaya, porque creo que me acabas de invitar a quedarme contigo—me puso una sonrisa pícara, que causó que mis mejillas enrojecieran.

—¡¿Qué?! , ¡No!, ¡yo no te dije eso!—hablé escandalizada— Lo de subir lo decía solo por mí... es decir solo yo — yo estaba nerviosa—. Si tu mamá te escuchara decir eso, seguramente te mantendría encerrado en tu cuarto hasta que cumplas 30. No creo que le paresa que su niño bueno, ande visitando habitaciones de señoritas— me burlé.

—Buuu, en eso tienes razón, así que mejor no le digas esto—bromeó—. Y como al parecer me acabas de echar, mejor me callo y me voy.

—Sí, eso estaría bien, calladito te ves más bonito— le di mi mejor sonrisa—.En fin...Chris...me la pase muy bien contigo. Ha sido un gusto volver a verte, y disculpa si me estoy entrometiendo mucho en tu vida.

—No te preocupes. Si tú quieres puedes seguirte entrometiendo en mi vida todo lo que quieras— me respondió regresando su vista al taxi— Ehm...yo creo que ya es hora de irme. Mi mamá se va a preocupar si no llego pronto, y mas ahora que pasó todo lo del asalto— él me dio un beso en la mejilla a manera de despedida—Nos vemos Aby, cuídate mucho.

—Tú también, cuídate mucho Chris.

Mientras él se subía en su taxi, no pude evitar sonreír como mensa. Me pregunte si siempre me pondría así después de verlo. Y al parecer las veces que lo iba a ver durante mi tiempo en la época, iban a ser muchas.

Finalmente había empezado a entrar en la vida de Chris.




Holas a todos, jeje, perdón por no actualizar a los 100 jeje, es que tuve una gran problema con el internet, y tuve que esperar a que abrieran algún centro de computo por mi casa, y al parecer el otro también tendré que subirlo desde un centro de còmputo :(

Bueno, en fin, espero que les haya gustado, en unas horitas subo el otro capitulo. Nos vemos jejeje

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