Tu Cielo y Mis Estrellas

Caray, hace mucho que no escribía un Staig

Ambientado en el mundo medieval de "The Stick of True".

Contiene lemon. ¡Espero que les guste!

Adult Version

•••••~~~

–¡¿Kyle Broflovsky se va a casar?! ¡¿Tan pronto?! –Clyde tuvo que hacer lo posible para no escupir la cerveza de mantequilla que recién se había bebido.

–Si, me lo contó el Bardo –Token da un sorbo a su propia bebida –Están armando un jaleo, con eso la guerra entre humanos y elfos debería terminar.

–¿Y que humano se casará con Kyle Broflovsky? –Tweek no tenía cerveza de mantequilla, sino malteada de cereza ya que no le gusta mucho en alcohol –Debe ser un humano de gran influencia...

–Así es, Stan Marsh, líder de caballería, será quien despojará a Kyle en matrimonio–Responde Token.

–Vaya mierda, se nota a metros que es una boda forzada –Clyde mira su bebida.

–¿Estas bien Craig? Estás muy callado

Los cuatro amigos comparten una mesa en el bar, compartiendo bebidas y hablando de toda la porquería que ha traído la guerra. El rey Cartman fue claro, seguirá con sus pendejadas hasta que se muestre un símbolo de sacrificio. Y que mejor sacrificio, que ser atado de por vida a una persona que no amas.

Todo se mueve con el objetivo de joder.

–Bueno, supongo que no hay nada que hacer–Craig se mantenía tranquilo como siempre, aunque no estaba de humor para beber, su jarra aún esta media llena.

–La guerra terminará es lo único que importa ¿no?–Comenta Clyde.

–Supongo...–Responde Tweek.

Si tan sólo Craig tuviera los huevos para ponerse en pie y gritar "¡No! ¡No esta bien!". Pero en vez de eso, sólo se queda sentado, tomando algo de cerveza de mantequilla, escuchando a sus compadres conversar.

Por un lado, ambos bandos tendrán paz, la gente tendrá una vida mejor, más llevadera, pero por otro...Stan va a casarse.

Casarse con Kyle. Alguien que no ama. Sacrificarse de esa manera. Todo esto pone enfermo a Craig.

–En fin, volveré a la guarida–Comenta Tucker mientras se levanta.

–Amigo ¿estás bien? Estás un poco pálido –Tweek lo mira con ternura preocupación.

–Si, la cerveza no me sentó bien, los veo luego.

Antes de que alguno pudiera decir algo, Craig Tucker, experto ladronzuelo, ya se había esfumado. Tweek quería detenerlo pero entendía perfectamente porque Craig se mostraba tan a la defensiva. Clyde y Token no lo saben, por eso hablaron del tema como si nada.

–«Craig, aún sigues enamorado de él ¿verdad?»–Piensa Tweek sin poder evitar no sentir lástima.

El joven ladrón camina con pasos agitados, su cabeza es un lío, y de alguna forma está enfadado ¿pero de quién? Pues de él mismo, por haber permitido esta situación.

–«Soy un asco ¿qué puta mierda es esta? » –Era lo único en lo que podía pensar.

Stan Marsh. La única persona que ha amado en toda su vida. Y ahora verlo en brazos de otro (sin sentir amor además) es una herida que hace que Craig no pueda dormir por las noches.

–Necesito verlo...aunque sea una última vez.

Craig se escabulle por un callejón, es un ladrón con habilidades ninjas, el espionaje le es mejor por las paredes y los tejados.

Mientras Craig Tucker se desliza cual lagartija, Stan Marsh se encontraba en el cuartel de caballería, dándole instrucciones a sus tropas. También tenía que ver unos cuantos detalles de la boda, aunque ese tipo de cosas le dan muy igual, pero Kyle es un perfeccionista ¿será que él si se esta tomando en serio su próximo matrimonio?

–¿Ya enviaron la invitación al rey Cartman? –Pregunta Marsh.

–Si, se le veía muy contento –Responde Butters, un joven paladín.

–Claro que está feliz, el bastardo fue quien causó esto.

–Esto...¿Stan?

–¿Si?

–¡Felicidades por la boda!–Butters muestra su mejor sonrisa, él muy inocente no sabe que es una boda forzada que sólo esta atando destinos de forma injusta, supongo que la princesa Kenny no lo puso al tanto.

–Gracias Butters, ve a ayudar al Bardo Jimmy ¿si?

–Entendido, jeje, que feliz soy ahora que la guerra terminará.

Butters se va irradiando felicidad. Ahora que está solo, Stan se quita el casco de su armadura y se lleva ambas manos en la cabeza mientras suelta un suspiro cansado.

–Maldita sea...¿Porqué?

El cansancio es inquebrantable. El peso es más de lo que sus hombros pueden soportar. Sólo han pasado unos días desde que anunciaron la boda; la gente comienza a tener esperanza. Todo el mundo es feliz, el futuro pinta bien.

¿Pero porqué Stan parece querer irse al baño y llorar?

–«Acepté cualquier consecuencia, no puedo hecharme atrás, además, Kyle es mi mejor amigo, no será tan malo»

Ese pensamiento sólo hizo que su corazón se sienta más pesado. Lo hablaron hace una semana, tras un batallón contra el rey Cartman, Kyle pidió hablar con él a solas.

En ese momento, Stan accedería a cualquier cosa sin dudarlo, la guerra iba a acabar, estaba dispuesto a cualquier sacrificio, hasta que Kyle habló y su mente quedó en blanco:

–Si un humano y un elfo contraen matrimonio, se demostrará que ya no hay rencillas de odio–Decía Kyle con un rostro de fría seriedad.

–Eso sería suficiente para el pueblo pero no para Cartman.

–Si es una boda forzada, para él sería un símbolo de sacrificio, es un cabrón, le bastará con eso.

–¿Pero que humano y elfo accederían a casarse en contra de su voluntad?

–Por eso quería hablar contigo, Stan yo...

Marsh estaba dispuesto a morir por la causa, la guerra necesitaba parar, mucha gente moría a cada segundo pero el trato que le propuso Kyle Broflovsky era demasiado.

–¿Te casarías conmigo para salvar ambos reinos?

Stan casi hubiera preferido beber cianuro antes que esto. No tiene nada en contra de Kyle, lo adora igual que un hermano, pero...casarse con él, significaría rechazar a quien en verdad ama. Además, sabe de sobra que Kyle no está interesado en él por una simple razón: Kyle es heterosexual.

–No tienes porque hacerlo, no es tu obligación, sino mía esto de proteger a mi gente–Sigue hablando Kyle.

–...Kyle, si accedo, la guerra acabará ¿verdad?

–Si, es la forma menos violenta de solucionarlo todo.

Stan se lleva su puño al pecho, si es por el bien de la gente, hará cualquier cosa. Incluso rechazar a Craig Tucker que es quien de verdad ama.

–Esta bien, acepto.

Desde entonces, el mundo ha ido cuesta abajo para Stan, de seguro también para Kyle, pero como rey no puede permitirse anteponer su felicidad por su pueblo.

El pelinegro estira los brazos, su cuerpo se siente cansado, ni siquiera pudo dormir anoche. Se levanta de su asiento cuando de repente, se escucha unos pasos detrás suya; Stan, haciendo honor a su título de caballero, se da la vuelta desvelando su espada en pose de ataque.

–Tranquilo ciervo, vengo en son de paz–Craig levanta las manos con una sonrisa a medias.

–¿Cómo entraste?

–La ventana del baño estaba abierta.

–¿De verdad? Espera, aquí no hay baño.

–No dije que era un baño de aquí.

Antes de que Stan pudiera responder, Craig lo toma de las caderas para besarlo con pasión y precisión. No lo iba a negar, extrañaba a Marsh, cada cualidad suya lo amaba, quería aferrarse a su cuerpo hasta morir. Sólo así Craig cayó en cuenta de lo mucho que adora a Stan, no iba a permitir que se casara. Por nada del mundo iba a dejarlo ir.

–¿Qué haces aquí?–Stan se aparta ligeramente, no quería deshacer el abrazo pero tampoco correspondió al beso.

–Necesitaba verte.

–Ya estoy aquí ¿querías algo?

Nunca Stan había sido tan indiferente con él. Quizás así sea mejor, pero Craig no está aquí para que las cosas sean mejor, él quiere demostrar su amor hacia el caballero del pompón rojo.

Quizás sea su última oportunidad para recuperarlo.

–Vas a casarte con Kyle Broflovsky...

–Si, ya te lo había explicado–Stan se aparta, lejos del contacto de Tucker.

–No estoy de acuerdo.

–No te estaba pidiendo permiso.

Stan se muestra firme, él tampoco está de acuerdo y aún así obedece.

–Stan, ¿qué te ha sucedido?

–¿De que hablas?–Marsh se sienta en su escritorio, estaba repleto de cartas, quizás felicitaciones.

–Stan Marsh es la espada justiciera de este reino, no un perro al que le han puesto una correa.

–Todo estará bien...

–¡No lo está carajo!–Craig pone ambas palmas en el escritorio frente a Stan–¡Vas a abandonarme para irte a los brazos de alguien más!

–Eh...–Nunca había visto a Craig tan alterado, normalmente controla sus emociones–La guerra...

–¡Me importa un coño la guerra Stan!

–Craig, no lo hagas más difícil, ¡acepté por voluntad propia!

–Fuiste forzado, es la única explicación lógica, tiene que ser eso.

–¡No, nadie me forzó a nada!

–¿Entonces porqué puñetas aceptase?

–Porque...–Tuvo que desviar la mirada, los ojos de Craig están ahí –¡Porque amo a Kyle!

Hubo un silencio de un minuto antes de que Craig mostrara una sonrisa burlona. Acercó su rostro a Stan, quien se puso algo nervioso.

–¿De veras Stanley? ¿Haces esto por amor?

–S-Si...«Joder ¡intenta disimular cabrón! ».

Craig no iba a permitirse algo así, Stan es una bolsa transparente en cuanto a sus emociones. Es tierno de su parte que trata de mentir de esa manera.

El ladrón se acerca a Stan, lo toma de los hombros para darle un beso; Marsh al principio se opone pero termina cayendo ante su querido Craig Tucker.

–Me sigues amando, líder de caballería, no dejas de pensar en mí...–Susurra Craig contra sus labios.

–Craig...te extrañé tanto, hijo de puta, eres un insistente...

Stan se pone de pie y es él quien besa al ladrón. Por fin, un poco de libertad. Se abrazan, buscando calor y rasgando un poco sus ropas. Craig fue el primero en meter mano, tocando debajo de sus pantalones y su vientre.

–Ah...C-Craig...–Stan de alguna manera se sintió sucio, está en su lugar de trabajo, pero tampoco detiene al ladrón, esas expertas manos suyas lo enloquece–Ah...s-se siente bien...

Craig recuesta a Marsh en el escritorio, quitándole el cinturón y levantando su camisa. Stan cierra los ojos, es demasiado vergonzoso (pese que no es la primera vez que lo hacen) pero siempre se ha sentido algo inferior a Craig en cuanto al físico.

–Stan, ¿podrías verme?

–No...

Craig suelta un suspiro cansado.

–Vale, como quieras, oye Stan.

–¿Qué quieres?

–Sabes bien que te amo ¿no?

El labio inferior de Stan tiembla un poco. Craig no es muy romántico, pero es adorable cuando se lo propone. Stan no puede huir de eso.

–Yo también te amo...–Responde el caballero.

Craig sonríe ante eso. Se inclina a besar a su preciado Stan, al mismo tiempo en que sus manos acarician su cuerpo. Toma uno de los pezones y lo estimula a basa de ligeros pellizcos; su otra mano se detiene en la entrepierna.

–Mmh...–Stan aprieta sus labios, tiene la cara muy roja.

Los pantalones de Marsh son bajados junto con la ropa interior.
Ahora Craig puede estimular directamente desde el propio miembro. Stan arquea un poco la espalda, Tucker no duda en masturbarlo un poco.

Son movimientos lentos, dándole una completa erección a Stan, quien abre un poco los ojos.

–Más rápido...

–No quiero hacerte acabar tan rápido.

–Entonces no lo haré, pero házlo más rápido.

Craig obedece, también se inclina a besarle el cuello al caballero. El cuerpo de Stan recibe cadenas de placer uno tras otro, pero no quiere quedarse atrás, así que le desabrocha los pantalones a Craig con habilidad.

Craig termina de hacer el resto al quitarse la camisa y el gorro. Mueve su mano con precisión, haciendo temblar a Stanley.

–Ah...C-Craig...

–Resiste un poco más.

Las ropas terminan de caerse, ahora ambos están desnudos. Stan hace lo posible por no correrse hasta que Craig decide parar.

–¿Qué sigue ahora?–Pregunta Marsh.

–Debo lubricarte, no quiero hacerlo así nada más.

–Tú nunca te tomas el tiempo para eso.

–No soy un salvaje–Le entrega un pequeño beso–Sólo quiero hacerte sentir bien.

Craig acomoda las piernas de Stan, le levanta un poco las caderas e introduce su lengua en su entrada para lubricarlo. Stan deja rienda suelta a sus gemidos, cerrando sus ojos y dejando de prestar atención a su alrededor, únicamente al placer.

En ladrón siempre fue noble a la hora de tener intimidad con su pareja, pero la idea de la lubricación le parece aburrida. Y Stan nunca tuvo quejas al respecto. Quizás sólo lo quiera consentir.

Craig se detiene un momento para llevarse dos dedos a su boca y los lubrica con la lengua. Para Stan, fue una de las imágenes más excitantes del mundo; Craig es erótico a su manera. Se acomoda entre las piernas abiertas de Stan.

–Si hay algo que te incomoda, no dudes en decirlo–Comenta Craig antes de meter el primer dedo.

–¡Ah!–Pero Stan se permitió disfrutar, parece que pasaron años desde la última vez que tuvo relaciones.

Craig mueve sus dedo de un lado para el otro, pasado unos minutos, mete el segundo y comienza a simular embestidas.

–Joder...–Stan vuelve a arquear un poco la espalda.

Craig está perdido, admira el rostro de Marsh cual trozo de arte. No importa las circunstancias, ellos piensas ser felices juntos.

–Con eso es suficiente–Comenta Stan.

Craig saca sus dedos, toma su propio miembro erecto para guiarlo a la entrada de Stan.

–¿Listo?

–Por ti, siempre–Stan relaja su cuerpo lo máximo posible.

La penetración es tortuosa, de poco a poco. Stan da un gemido ahogado, entrecerrando sus ojos. Estando ya unidos, da rienda a las embestidas. Craig toma las piernas de Stan para moverse con más facilidad.

–Ah, aaah...Craig... –Stan también mueve sus caderas con el ritmo.

–Stan, t-te amo...–Se inclina a besarlo al mismo tiempo en que se mueve más rápido.

Ambos quedan absorto en su propio placer y calor. Craig también cierra los ojos, dando suspiros y gruñidos, sintiendo esa calidez alrededor de su pene. Stan, por lo tanto, da gemidos un poco mas fuerte, sintiendo un éxtasis profundo.

–Craig, más rápido...

–Si, aaah....

Abrazados, suben la velocidad, queriendo fundirse eternamente; olvidando los problemas del mundo. Tan sólo un momento de paz antes de desaparecer.

–¡Craig!

Stan no pudo más, se corrió sobre el estómago del ladrón. Las últimas embestidas fueron las más feroces, haciendo que Craig termine.

–Stan...–Se corre dentro de su amante.

Quedan recostados en el escritorio, intentando recuperar el aliento.

–Craig, se me ocurrió una idea para terminar con todo–Comenta Stan.

–¿De veras?

–Si, si sale bien, todos terminaremos ganando.

~~~~

L

a noche había caído, y todo el pueblo se había reunido en la plaza mayor donde se llevaría a cabo la boda. El líder de caballería, Stan Marsh ya está presente. La música empieza a sonar cuando el rey de los elfos, Kyle Broflovsky hace presencia.

La boda ya había comenzado.

–Queridos hermanos, nos hemos reunido aquí para unir en sagrado matrimonio, a Kyle Broflovsky y Stan Marsh–Anuncia el padre.

En primera fila, se encontraba el rey Eric Cartman, fingiendo que esto le importaba. Ya tenía pensado tres o cuatro chistes sobre los matrimonios homosexuales.

–Si hay alguien que cree que esta boda no debe llevarse a cabo, que hable ahora o calle para siempre.

Por supuesto, había alguien que no estaba dispuesto. Craig Tucker, el ladrón más famoso de los barrios, se levanta de su asiento.

–¡Muere bastardo!–Grita mientras corre hacia Kyle, con un cuchillo en mano, listo para matarle.

–¡Craig, no!–Stan se para frente a Kyle, recibiendo el ataque, justo con en el corazón.

La escena es lenta. Stan Marsh, cae mientras su pecho brota sangre aún con el cuchillo atravesándolo. Kyle se agacha a recoger dicho cuchillo.

–¡Pagarás hijo de puta!–Grita Kyle, seguido apuñala a Craig justo en el corazón.

El ladrón también se desploma, muriendo al instante.

La gente se queda asombrada, sin habla. Hasta que Clyde grita con entusiasmo.

–¡A vengado a un humano!

–¡Así se hace!–Grita la princesa Kenny.

–¡Viva el rey de los elfos!–Se oye el grito Butters.

–¡Viva el rey!–Grita Token.

–¡Un elfo ha vengado a un humano, nuestras razas pueden llevarse bien!–Exclama Tweek con emoción.

–Joder, apesta a muerto–Es lo único que dice Cartman.

Kyle pide que lleven ambos cadáveres al crematorio. Que él mismo revisará los cuerpos. Todo el mundo comienza a gritar con emoción, oficialmente la guerra ha terminado.

Mientras tanto,ya sin nadie cerca, Kyle abre una ventana.

–Buena trabajo, la guerra llegó a su fin–Comenta Kyle.

Ambos cuerpos se levantan y se quitan los sacos de tinta roja por debajo de su ropa.

–¿Te das cuenta que acabamos de fingir nuestras muertes?–Pregunta Craig.

–Bah, salió buen, no hay guerra ni boda–Dice Stan.

–Craig tiene razón, no podrán andar libremente por ahí, tendrán que iniciar de cero lejos de aquí–Responde Kyle.

–Será mejor irnos, tienes que celebrar con tu gente, rey Kyle–Dice Craig mientras cruza la ventana.

–Gracias por todo Kyle–Comenta Stan.

–Fueron ustedes quiénes salvaron mi reino, gracias–Hacía mucho que Kyle no se veía tan feliz–Buena suerte.

Stan cruza la ventana, le toma de la mano a Craig y ambos salen corriendo al bosque, donde un par de caballos y equipaje los esperaba. Ahora son libres, y no habrá quien pueda parar sus deseos de vivir felices para siempre. El cielo nocturno nunca pareció tan radiante como hasta ahora.

Fin

¡Gracias por leer! ¡Vota y comenta si quieres más historias así! <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top