19. Florencia

Hay pocas cosas que disfruto tanto como hacer mi rutina fitness los sábados a la noche.

Llámenme loca, llámenme extraña, llámenme anti-adolescente, pero la realidad es que esa es mi realidad. ¿La realidad es que esa es mi realidad? No, la realidad es esa. Punto.

Salir por mi barrio corriendo, auriculares puestos y la música bien alta, disfrutando como los chicos me miran el culo y como la brisa del viento pega en mi cara y siente mi respiración agitada.

Que lindo.

Después de unos cuantos kilómetros, el volver a casa satisfecha. Chequear que haya corrido a una velocidad aceptable y en un tiempo decoroso. Eso se llama disfrute.

No puedo dejar de mencionar tampoco el vaso de agua fresca que me tomo para sacarme la sed y recuperarme para la tanda de sentadillas, estocadas y abdominales que me espera.

Toda esa rutina hermosa, para mí es lo mejor del fin de semana. Me la paso por los ovarios las fiestas, las salidas, las previas, las juntadas, y toda la mierda que hacen mis compañeros los sábados a la noche.

Ojo, que no se malinterprete. Si es cualquier otro día de la semana, le doy hasta las seis de la mañana sin problema. Me gusta salir. Me gusta tomar. Me gusta como eso me hace sentir.

Pero con los sábados a la noche no se metan.

¿Cuál es la cuestión de todo esto?

Que este sábado a la noche iba a ser muy distinto. De hecho, iba a ser muy malo.

Justo cuando ya me estaba poniendo mis calzas Nike para salir a correr, me vino un plan inesperado.

Un mensaje de un número desconocido. Y como están las cosas, no había que pensar mucho de quien podía ser.

Sí, de T.A.I.

No soy ninguna tarada, o más bien, no soy ninguna Martina descerebrada. Sé perfectamente que el número no es el mismo que utilizó con Ramiro y sé también que voy a poder con esto.

Ninguno intentó descifrar y jugar con el loquito este. Yo sí lo voy a hacer.

Hubiera estado bueno que le digan a Mariano, Pedro y Ramiro que hay que usar el bocho antes de hacer idioteces, para algo nos dieron cerebro.

El mensaje de T.A.I es el mismo que le mandó a Ramiro, solamente que cambia la personalidad "Virtuoso" por la de "Comandante". Soy alta jefaza.

Si se están preguntando como conseguí el mensaje, fue una cadena: Ignacio se lo pasó a Gonzalo, Gonzalo lo pasó al grupo de flacos, Diego antes de suicidarse lo mandó por el grupo del grado.

No piensen que soy una insensible. Soy poco empática, y más con la gente que no me importa. Pero bueno, al fin y al cabo eran mis compañeros. Pobres.

Bien, vamos a hacer todo lo que planeamos con las chicas. Me impresiona que Jazmín la haya pegado tan certeramente. Ella supo que T.A.I me iba a elegir.

Ahí mandé un mensaje por el grupo y ya todas se van a poner a laburar con la página evaluando todas las personalidades y particularidades de cada una. De la mía no tengo mucho que decir, la verdad que pienso que "Comandante" se adapta exactamente al tipo de persona que soy.

Así como a muchas personas le da miedo T.A.I, a mí me da miedo la precisión y calidad de la página esta de las personalidades.

Le dije a las chicas que primero busquen entre mi grupo de cuatro, el de los analistas.

Para el que todavía no se interioriza, la página divide dieciséis personalidades en cuatro grupos de cuatro: analistas, diplomáticos, centinelas y exploradores. Les aseguro que querrán saberlo cuando un asesino serial los convoque a ser parte de su juego.

Cada personalidad tiene sus propias características profundas y detalladas. Por eso la página es tan única.

El problema para muchos es que solo la introducción está en español, aunque tanto el resto de las chicas como yo podemos desenvolvernos con el inglés sin problemas. A fin de cuentas, la escuela Alfonsina Storni algo bueno hizo. Una bien.

Con la ayuda de las chicas, solo tengo que ir tachando los que ya sé que no son. Por ejemplo, el Emprendedor estaba asignado a Mariano, pero ahora está muerto. Es casi una certeza que hay una personalidad para cada uno de nosotros. 16 alumnos, 16 personalidades. No puede ser coincidencia.

Y después, analizar bien todo. Cada detalle. Cada palabra. No tengo que olvidarme que nada de lo que pienso de T.A.I refleja lo que en verdad es.

No tengo miedo. No le tengo miedo.

Sé que puedo, sé que las chicas pueden.

Seis es mucho más fuerte que una, y encima somos mujeres con un propósito.

Que T.A.I se agarre de su asiento y se saque los anteojos 3D.

Su función está a punto de terminar.

Yo, Florencia Vidriati, la voy a terminar.


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