Hablando de tiempo... Pues todo es muy relativo, no siempre se tiene la misma maña a la hora de realizar diferentes procedimientos, unos aprenden más rápido, otros van más lento, alguno se queda estancado, como si le faltará levadura,...
Todas las personas pasan por diferentes momentos en su vida, digamos que cuando se es un niño, es como cuando preparamos los ingredientes que vamos a utilizar. Siempre puede haber algún cambio inesperado en alguna de las cantidades o añadiendo algún otro ingrediente que le dé otro toque.
Ya en la adolescencia, mezclamos esos ingredientes, ¡mucho ojo! Por qué es ésta parte una de las más importantes, no solo importa los ingredientes o sea la base que nos inculcan, es en esta parte la forma de mezclarse, el hambiente, los momentos...
Todo es importante para crear la masa perfecta, por qué no queda igual la masa si le añadimos la mantequilla sin derretir, y ,por qué, si la dejamos con grumos no quedará bien hecha la galleta.
El paso a la edad adulta o madurez... Muchos se pasan la vida en la adolescencia, supongo que no quieren ser galleta, por que ser una masa puede ser más divertido, eres más maleable...
Esta parte la puedo describir como, la cocción de la galleta. Aún siendo la masa perfecta, puede salir una galleta defectuosa o simplemente estropeada, los grados, el tiempo de cocción, incluso la posición del fuego puede determinar si la elaboración de la galleta es correcta o no.
La ancianidad es la ultima parte de la elaboración, podríamos decir que, ésta, es la presentación final. Todos los ancianos tienen un humor negro que puede llegar a sacarnos de quicio, a veces, son como niños, pero todas y cada una de sus vivencias se convierten en decoraciones, en esas pepitas de chocolate, esa canela espolvoreada, ese azúcar glas...
Teniendo en cuenta todo esto, y sabiendo que nadie es perfecto, es cuando te das cuenta que, aunque, te confundas en las medidas, en la forma, en el punto de cocción... la galleta puede salir una mierda o salir deliciosa, aunque, halla habido errores por el camino.
A parte de esto, no a todos nos gusta lo mismo, asique, lo que puede ser una galleta poco cocida, con muchas pepitas, pasada de azúcar, quemada o simplemente rota o dañada puede ser la ideal para tu paladar.
No hay que dejarse guiar por los perjuicios de los demás y descubrir, uno mismo, que clase de galleta, que ingredientes, que cantidad de cada ingrediente, como se ha elaborado y el tiempo de cocción... Por que, amigos, no solo la presentación es importante, si no, cada uno de los pasos que se ha seguido hasta llegar a esa presentación. Ahora vive y saborea la deliciosa galleta en la que puede que, si todo sale como esperas, te convertirás.