[ XIII ]
Oh, you don't know me 'cause I'm from a different age
And you can't see me 'cause I live in a different age
And you can hurt me but you wouldn't know what to say
But you should believe me, our dreams are all the same.
La respiración se cortó una vez el motor de su Night Train iba apaciguando la furia con la que había corrido a toda velocidad hasta su destino frente aquellas escaleras camino al templo Musashi.
Intento buscar la solución a la ecuación sin factores claros que habitaba en su mente mientras observaba a todas las personas uniformadas que iban ingresando una a una en espera de la llegada del presidente y el resto de capitanes para el anuncio que se daría esa noche.
Muchos en el lugar se extrañaron de ver al capitán llegar antes que el resto y más con una expresión indescifrable pero ensombrecida, sin embargo nadie comentaría nada al respecto. Por su lado Blake buscaba con desesperación a su amigo pelinegro con la esperanza de que ese fuera su destino aún si lo tenía prohibido, al ni siquiera poder enviarle un mensaje porque sabía que el pelinegro los ignoraría se sentía al borde.
— ¿Blake-san? — Un leve toque en su hombro y la voz tan conocida le sacaron de su trance antes de apartarse con violencia por la impresión. — Estás tenso, ¿te encuentras bien? —
Blake observó los profundos ojos azules tales como la anestesia para sus problemas y largo un suspiro.
— Hola Chifuyu, bueno yo- — Interiorizó por un momento si explicarle o no su inquietud pero intuyó que si le decía que Baji podía estar haciendo una estupidez y poniéndose en riesgo el rubio se alteraría y no quería que él acabara en su mismo estado actual, o al menos no en ese preciso momento. — Tenía curiosidad, por lo del nuevo capitán, y ya me conoces quería ver si encontraba al sujeto por mi cuenta. —
Chifuyu le miró por un momento como si intentara adivinar si aquello era verdad o no, pero a su parecer sonaba coherente luego de haber pasado el último tiempo bastante pegado a él y ver como en la frase "la curiosidad mato al gato" Blake llevaba todas las de ganar para ser el gato.
Chifuyu sonrió y acercó una mano hacía su cabello para ordenarlo un poco ya que este se había alborotado gracias al golpe del viento mientras montaba su motocicleta, el bicolor por su lado se quedó estático mientras sentía las manos de Chifuyu tocar con delicadeza su cabello.
— Ya quedo. Blake-san relajate, ya aparecerá Mikey para presentarlo y no deberías preocuparte que no ganas nada con eso, él sabrá a quién le ha cedido el puesto. Todo va a estar bien, descuida. — Blake solo asintió mientras sentía sus mejillas levemente calientes, pero aún así no despegó sus ojos de los contrarios hasta que esté volvió a hablar. — Me iré a formar con el resto, tú espera a los otros capitanes y no le des muchas vueltas al asunto. —
— Ah, si. Gracias Chifuyu. — El rubio solo se limitó a asentir sonriente y comenzar a alejarse.
Blake sintió como sus músculos comenzaban a descompresionarse y el aire circulaba mejor por sus pulmones una vez Chifuyu se fue. El rubio tenía razón aún si realmente no fuera el nuevo capitán su tema de inquietud, pero no ganaba nada con preocuparse por un panorama abstracto.
Solo le quedaba esperar, mientras, toco su cabello y sonrió levemente agradeciendo tener a alguien como Chifuyu.
Aunque de inmediato la cabellera negra cruzó por su mente haciendo que esa sonrisa se esfumara.
Podía sentir la mirada de Mitsuya pegada a su espalda como si supiera que algo sucedía e intentara descifrarlo, por su parte intentaba ignorarlo poniendo toda su atención en la espalda de Draken que caminaba al frente suyo y por quien no podía ver nada al ser este mucho más alto que su persona.
La formación se rompió al llegar al frente. Los capitanes tomaron lugar frente a sus divisiones mientras Mikey y Draken subieron a lo más alto de las escaleras y Blake se quedaba al frente de estas en el costado izquierdo observando al resto de la pandilla, de nuevo volvió a encontrarse con los ojos azules pero esta vez no podía sonreírle debido a su posición.
— ¡Damos inicio a la inauguración del nuevo líder de la tercera división! — Las palabras del presidente resonaron por todo el lugar y tras de ellas iniciaron los murmullos.
— ¿Será quien traicionó a Draken el nuevo líder? —
— No lo creo, lo más probable es que Blake tome el puesto mientras el anterior líder vuelve. —
— Si, eso tiene sentido. —
El bicolor por su parte escuchaba algunas de las suposiciones pero no les tomaba importancia, se concentraba más en ver a todas las personas presentes en busca de la presencia de cierto chico de sonrisa afilada. No fue hasta que vió a Takemichi que desvió un poco su atención para saludarlo disimuladamente con un movimiento de mano aprovechando la distracción con respecto al tema del nuevo capitán. Blake podía jurar que el rubio era un manojo de nervios y se preguntó el por qué.
— ¡Capitán del tercer escuadrón, pasa al frente! — De nuevo el silencio reinó por unos instantes mientras dos personas se abrían paso entre las filas. De nuevo murmullos, pero esta vez referidos al par.
Blake por su parte como era habitual con las nuevas personas que entraban en su lista de conocidos los analizó de pies a cabeza. Del más alto no podía decir mucho, se veía como cualquier pez común que persigue a su cardumen, por lo que inmediatamente supo que se trataba del más bajo de lentes.
Blake sintió un escalofrío.
Una mirada calculadora y frívola, movimientos demasiado ligeros y seguros como los de una fiera acechando a su presa, pero lo que más captó su atención fue el aura de grandeza que llevaba consigo, como si ahí dentro tuviera el poder. De inmediato desconfió.
Pero, como si quisiera poner la cereza en el pastel, al cruzar a su lado empujó el hombro con el suyo para que se apartara.
De inmediato quiso darse la vuelta y tomarlo del cuello, tuvo que morderse fuertemente la mejilla interna para no reaccionar puesto que suficiente alboroto se había armado entre el resto de la pandilla debido a esto y que el "nuevo capitán" tomara asiento dándole la espalda a Mikey de una manera despectiva. Ahí el bicolor tuvo que presionar fuertemente sus uñas contra su palma para no irse a los golpes.
— ¡Escuchen bastardos! — ¿A quién le hablas así, imbécil? — La persona sentada detrás de mí, ¡es el nuevo capitán de la tercera división! — Pues vaya egocéntrico de mierda haciendo que su perra sin bozal hable por él. — ¡Kisaki Tetta! —
— Es joda, ¿verdad? — El pensamiento salió en palabras sin querer haciendo varias personas voltearan hacía él pero poco podía importarle siendo que se había descolocado con el nombre del moreno, aunque también agradecía que su conciencia aún trabajara en español para que nadie pudiera haber entendido aquello. Quería reír y golpearlos al mismo tiempo.
Cuando iba a moverse los gritos de disconformidad comenzaron a hacerse presentes entre la pandilla captando una cosa en particular la atención del bicolor.
"No queremos a Moebius aquí"
¿Este chico pertenecía a esa pandilla?. Se cuestionó.
Había escuchado el reporte completo de aquella noche en que se dio la pelea contra Moebius y había guardado para sí el nombre de Hanma Shuji para tenerlo en su lista de objetivos peligrosos, pero además de él no había nadie más destacable, entonces, ¿quién era él?
— ¡Cierren la puta boca de una vez! — La voz de Draken congeló el ambiente como si del mismísimo invierno se tratase, hasta el mismo Blake se sorprendió por la defensa.
Ken, ¿acaso no ves como es este tipo?. Se preguntó con incredulidad en su interior.
— ¡Esto es lo que Mikey decidió, si no están de acuerdo den un paso al frente! — Al contrarió del resto que se quedó estático, Blake si amago en dar ese paso, pero de inmediato decidió que no sería bueno hacer más grande este alboroto por ahora, luego podría hablar con Mikey.
— ¡La Tokyo Manji Gang peleará contra Valhalla! — Finalmente el líder habló. — Valhalla tiene un poder creciente y es un equipo mucho más grande que cualquiera que hayamos enfrentado hasta el momento, incluso Moebius, por lo que ToMan debe expandir su poder también. Kisaki Tetta es quien ayudó a unificar nuestra generación con Moebius. —
Blake comenzaba a entender los motivos de Mikey y en parte le daba razón pero la mirada pasiva agresiva que Kisaki le daba con disimulo le inquietaba como si le estuviera provocando adrede. Ambos sabían que no se agradaban.
— ¡Kisaki es necesario para poder pelear contra Valhalla! — Continuó Mikey. — ¡Kisaki Tetta es el nuevo capitán de la tercera división, recuerdenlo!, ¡la inauguración ha terminado! —
Los ojos como obsidiana intentaron contactar con los del presidente pero este una vez finalizó se retiró dándole la espalda a su pandilla, Blake entonces buscó a Draken y pudo descifrar en su expresión que tampoco él se encontraba cómodo, aunque no podía saber por qué exactamente.
Escuchó los agradecimientos del nuevo capitán y pudo afirmar definitivamente que ese sujeto no le transmitía confianza, suficientes ratas del bajo mundo había conocido como para que su instinto no le fuera a advertir por naturaleza.
De inmediato quisó subir las escaleras y seguir a Mikey para hablar sobre lo que acababa de ocurrir y el tema de Baji que tampoco le dejaba en paz, pero una brisa que erizó su piel en el costado le hizo distraerse encontrando una cabellera rubia dirigiéndose a toda velocidad contra el moreno a quien le propinó un golpe seguro y sin dudar.
Blake no pudo evitar sonreír levemente con orgullo aunque sabía que estaba mal lo que acababa de hacer, pero oh dios, cómo le agradecía a Takemichi.
Aunque claro la alteración no tardó en aparecer y también debía aparentar.
— ¿¡Qué demonios crees que haces Takemicchi!? — El grito de Draken alteró el ambiente y el revuelo entre el resto de la pandilla volvió a florecer, solo que esta vez los capitanes del resto de divisiones parecían tener intenciones de interceder también.
Pero Blake no movía ni un músculo mientras debatía qué posición tomar en la situación.
— ¡Takemichi ni siquiera eres parte de ToMan!, ¿¡Qué diablos pretendes!?, ¿¡Arruinar nuestra ceremonia!? — Continuó Draken.
— No chicos, yo... — Takemichi intentaba excusarse pero nada llegaba a su mente, fue entonces que el bicolor tomó una decisión.
— ¿Cuál es el significado de esto, Takemichi? — La grave voz de Mitsuya erizo su piel del terror una vez él, junto a Nahoya y Muto, los capitanes respectivos de la cuarta y quinta división se acercaban a paso lento y amenazador contra el rubio.
— ¿¡Estás tratando de avergonzar a Mikey!? — Nahoya estaba notablemente molesto y se preparaba para desquitarse con Takemichi.
— No, no, de verdad yo... — Como si Takemichi buscara donde esconderse una espalda no tan ancha, casi podría decir que fina se posó frente a él. - Blake-san... - El bicolor no decía ni una palabra, simplemente se mantenía frente a él con una postura firme y confiada mientras guardaba sus manos en los bolsillos dando un aire de desinterés que su rostro frío y sombrío contrarrestar a la perfección.
— Blake, ¿qué demonios haces? — Cuando Draken también iba a acercarse en son de ataque una voz interrumpió.
Una muy conocida y que le hizo a Blake apartarse para buscar a su respectivo dueño por quien había aclamado toda la noche.
— Vaya, ¿qué es todo esto?, parece que se está poniendo interesante. —
— Baji... — Pronunció el bicolor por lo bajo.
— ¿Eh? — La duda se hizo presente en Takemichi.
— Pensé que tenías prohibido venir aquí. — Mencionó Muto con desinterés.
Antes de que alguien pudiera reaccionar Baji comenzó a golpear a Takemichi y ni siquiera Blake siendo quien estaba más cerca pudo detenerlo.
De no ser por Mitsuya que sostuvo el brazo de Baji con firmeza contra el suyo el resultado en el rostro de Takemichi hubiera sido peor, por su parte Blake estaba intentando que sus neuronas hicieran sinapsis para llegar a una conclusión de lo que estaba pasando.
— ¿Qué demonios haces Baji? —
— Quítate o te mataré, Mitsuya. — La voz de Baji trajó a Blake de regreso a la realidad donde quiso ir a obstruir su paso y pedirle una explicación de que estaba pasando. — ¡Mikey! — Pero se detuvo al ver que su objetivo era el rubio quien había permanecido inmóvil de espaldas desde que Takemichi golpeó a Kisaki.
— ¿Qué haces aquí Baji?, se te prohibió venir a las reuniones debido al conflicto interno. —
— Y aún así aquí me tienes golpeando débiles estúpidos. — Blake no sabía qué hacer para interrumpir pero sentía que si no lo hacía algo muy malo iba a pasar. — He arruinado tu importante reunión ¿qué vas a hacerme ahora?, ¿expulsarme? —
— Baji... — Mikey intentaba guardar la calma.
— Yo voy a unirme a Valhalla. — Pero se le hizo imposible al escuchar esas palabras. Para el bicolor por su lado sentía que todo comenzaba a encajar después de años de conocer al chico de hebras oscuras y haber escuchado ese cascabel persiguiendole últimamente. No quería creerlo. — No necesitas a un mocoso malcriado aquí, ¿verdad, Mikey? —
— ¡Baji! — Mikey perdía el control.
— Renunció. — Anunció el pelinegro con una sonrisa arrogante que si el bicolor no lo conociera como la palma de su mano la hubiera tomado como real. — El capitán de la primera división, Baji Keisuke, ahora es enemigo de ToMan. —
Entonces él, comenzó a irse.
— Jaja... Tal parece que ToMan se está cayendo en pedazos. — Mencionó Kisaki por lo bajo, aunque no era inaudible.
— ¿Quieres cerrar la puta boca maldito tetas chuecas? — Las palabras de Blake desconcertaron al moreno puesto que no las entendía aunque pudo notar el odio en ellas.
— Baji... —
— Dejalo Mikey, no te preocupes por eso... — intentó Draken apaciguar las aguas mientras veía a Baji retirarse del templo Musashi, el hogar sin título de la Tokyo Manji. — es solo que él es ese tipo de persona... ahora- ¡Blake!, ¿¡que demonios haces!? — Pero poco podían importar las palabras para el bicolor que corrió como alma en pena tras quien consideraba su hermano perdiéndose así de la vista de los líderes.
— ¡Kei! — lo llamó una vez logró alcanzarlo a un par de pasos de distancia. — Keisuke. — Los únicos que podían verlo eran un par de chicos que hacían de cotillas al final de las filas de la pandilla, y entre ellos cierto rubio de ojos como el océano veía atento lo que sucedía. — Mírame por favor y explícame qué demonios haces. Puedes mentirle a todos si quieres pero conmigo esas cosas no aplican y lo sabes. —
— Ari... — Keisuke vio por sobre su hombro a los intensos ojos que reflejaban la noche interna que habitaba en una de las personas que más amaba en el mundo. — Hice una promesa y debo cumplirla, creo que tu puedes entender eso. —
Y entonces finalmente pudo finalizar el rompecabezas de su mente.
— Es él, ¿verdad? — Baji sentía cada músculo de su cuerpo tenso y quería regresarse y abrazar al de hembras bicolor. Pero no podía. — ¿Por qué tienes que hacer esto solo?, si es eso, déjame ayudarte, esto no tiene que ser así, no puedes cargar con esto tu solo. —
— ¿Quién es Aria Torres para decirme que no actúe por mi cuenta? — La faceta dura y fría se caía en pedazos dejando a la débil Aria salir frente a quien usaba sus mismas palabras en su contra. — Las pandillas y las amistades... —
— ... no toman vacaciones. Kei, ¿por que- —
— Tu me dijiste la razón esa vez, mi motivo no es algo distinto.— Baji de nuevo le dio la espalda y Aria sentía como sus piernas querían ceder ante la debilidad que se presentaba en ellas. — Cargar con esto no es sacrificio, es medir prioridades... —
Baji comenzó a alejarse de nuevo y Aria finalmente cayó de rodillas intentando procesar lo que acababa de suceder.
— Perdonenme, enserio perdonenme por favor... — Pero las palabras de Keisuke no serían escuchadas ni por la bicolor ni por ninguno de sus amigos a los que en ese momento les daba la espalda por un bien mayor.
O al menos eso quería creer.
▪︎ Septiembre 16, 2002.
— Para ti. —
— ¿Para mí? —
— ¿Acaso hay otro cumpleañero este día? — El chico de ojos miel negó y sonrió levemente mientras recibía la caja que le extendía la chica frente a él.
Miró fijamente a los ojos contrarios dubitativo en si realmente le estaba dando aquello y al percatarse de esto la castaña le arrebató la caja nuevamente y la abrió mientras rodaba los ojos.
— Ten, ahora sí, sorprendente o algo no sé. —
El chico realmente puso una mueca de sorpresa y no por el comentario si no que no creía lo que había dentro de la caja.
— Esto es... —
— Dijiste que te gustaba el mío, así que te conseguí uno para que vayamos a juego. — Sin esperar ni un minuto más el de hebras oscuras se lanzó hacía su amiga para darle un abrazo mientras sonreía.
— ¡Gracias, gracias, gracias Ari! —
— No es nada Kaz, me alegro que te guste. —
— ¿Me ayudas a ponermelo? —
— Por supuesto. —
Kazutora le dio la espalda a Aria mientras esta le colocaba el collar que le había regalado por su cumpleaños número doce, el cual se habían reunido para celebrar ese día Baji, Kenja, ella y él por supuesto, aunque por el momento los primeros dos habían ido a comprar algo de comer para ir juntos a la playa puesto que a Kazutora le gustaba mucho ir ahí.
— ¿Cómo me veo? — Aria analizó al chico poniendo una mano en su mentón para dar un aspecto más profundo según ella.
— Pues acerté, el citrino resalta tus ojos. — Kazutora sonrió y Aria correspondió.
El chico siempre le había dicho que le encantaba la obsidiana que la castaña siempre portaba alrededor de su cuello y le había llamado la atención tener un cristal especial también para él y a su amiga no le importó hacer un par de tratos con algunos de sus compradores con el fin de poder ver una sonrisa en la habitual expresión vacía de su amigo.
Porque todo era válido cuando de sus amigos se trataba.
— ¿Qué significado tiene? espero que sea algo increíble como tu obsidiana de guerreros. — Aria soltó una risa nasal mientras recordaba lo que su abuela le había enseñado sobre cristales. Agradecía tener buena memoria para haber retenido ese tipo de información.
— Me tardé en elegir un cristal para ti, no lo voy a negar, pero luego de pensarlo mucho llegué a la conclusión que el citrino era para ti. — Aria no solía creer en cosas mágicas ni nada por el estilo, pero a veces sentía que la obsidiana que su abuela le regaló antes de abandonar Colombia le daba fuerza de donde no la tenía para continuar y ese era su trabajo, por lo que al pensar en Kazutora quiso darle algo que... — Atrae la felicidad, la abundancia, energías positivas, y la protección contra emociones tóxicas o negativas, tú... eres alguien bueno Kaz pero se que sufres en silencio. —
Kazutora borró su sonrisa como si las palabras de Aria sonaran como una sentencia, como si quitaran un velo de falsedad en el que se ocultaba para que no vieran al niño débil que había tras él, uno en el que la castaña se reflejaba y por eso no quería ver mal.
— Quizás a veces no quieras hablar y está bien, pero, confío en que tal vez el citrino ayude un poco. Cada vez que lo veas quiero que recuerdes que no estás solo porque sea lo que sea que hagas tus amigos siempre estarán para tí, ¿de acuerdo? —
Kazutora entonces atrajó a su amiga contra su pecho mientras la apretaba contra sí mismo para que no se alejara y así no viera las pequeñas lágrimas que cruzaban por sus mejillas.
— Gracias Ari...—
— Ya me dijiste gracias tontito, no hace falta más. — Dijo mientras reía levemente y correspondía el abrazo.
— No... gracias por ser mi amiga. — Aria borró su sonrisa y lentamente se despegó del chico para verlo a los ojos para notar que estos estaban cristalizados.
Despacio y con delicadeza limpio aquellas lágrimas con sus pulgares y de nuevo sonrió.
— No me agradezcas por eso Kaz, tener un buen amigo es un regalo que te da la vida, por eso a veces cuando siento que me trata feo solo me abstengo de renegar cuando se que me dio la oportunidad de conocerlos. Solo intenta ser feliz a pesar de todo, así se agradecen los pequeños detalles. —
"Amigos", "felicidad"
Si, Kazutora tenía eso con ellos.
El chico sonrió levemente y asintió mientras sorbía por la nariz para calmar sus sollozos.
— Te quiero Ari. —
— Y yo a ti, Kaz. —
Ambos se veían fijamente como si cerraran una promesa silenciosa de no separarse, de jurarse lealtad, de ser amigos y vivir momentos como el actual para siempre.
Pero la vida a veces da vueltas que no podemos imaginar ni controlar cuando suceden.
— Oye, hoy tú conduces hasta la playa. —
— ¿Eh? — La expresión de Aria cambió rotundamente al escuchar la idea que proponía Kazutora.
— ¡Si!, vi a Baji enseñarte el otro día, vamos e intentalo. —
— Kaz no creo que sea buena idea, lo del otro día no terminó bien, te juro que no- —
— Que quieres poner a Danny a conducir ¿dices? — Las estruendosas risas de Kenja se hicieron presentes, de inmediato la castaña pudo notar como las mejillas de su amigo se tornaron rosas y eso le causó gracia, ella sabía que a él le gustaba la pelinegra y Baji también, cosa que servía para burlarse de él de vez en cuando.
Como ahora.
— Mmm, alguien se sonrojo. — Comenzó molestando Aria.
— ¿¡Que!?, ¡no, callate! — Kazutora intentaba cerrarle la boca a la castaña pero era imposible calmar su risa.
Hasta que Baji se metió al juego silbando de una manera extraña.
— Vaya Kazutora, ¿tan fácil caes? — Sin embargo nadie río ante el chiste por el reciente silbido. - ¿Qué? -
— Keisuke... — Kenja fue la primera en romper el silencio.
— ¿Que carajos intentabas hacer con ese silbido? — Y ahora eran Aria y Kazutora quienes reían descontrolados.
— ¿Se supone que ese era un silbido sexy o algo por el estilo? —
— ¿Que no era así? —
— ¡No! — Los tres chicos se reían del pelinegro mientras a este último se le subían los colores al rostro de la vergüenza.
— Oigan, oigan. — Kenja llamó la atención del resto mientras las risas se apaciguaban. - Puede que ese no sea el silbido correcto pero sonaba bonito. -
— Bueno en eso tienes razón. — Concordó Aria, y es que el silbido había sido fino y claro, como si estuviera llamando a alguien como en un juego de búsqueda para niños.
— Tengo una idea. Keisuke, vuelve a hacer ese silbido. — Ninguno de los tres comprendía que hacía Kenja, sin embargo Baji obedeció y repitió el sonido, solo que, a diferencia de esa vez, ahora Kenja le respondió en una escala más baja. — Ahora está completo. —
— ¿Completo para qué? —
— Nadie más en el mundo podría conocer ese silbido, así que si alguna vez escuchan esto sabrán que es alguno de los cuatro llamándolos. —
Los cuatro sonrieron y asintieron afirmando que guardarían aquello como un secreto.
Uno que más tarde ocuparían cuando Kazutora y Aria se perdieron y estrellaron contra una palmera por que Aria no sabía conducir bien la motocicleta, pero esos eran detalles.
Luego de eso Kazutora prometió enseñarle a Aria a conducir mejor pero al menos habían probado que el silbido si era inconfundible, único para ellos cuatro.
Único como una promesa que debería durar toda la vida.
Pero entonces ¿qué cambió?
El ambiente era acogedor entre esas cuatro paredes de la sala en el apartamento de Blake, la luz de la luna filtrándose por la ventana y hombro con hombro chocando mientras ambas personas sostenían una taza de chocolate caliente que poco a poco se enfriaba tanto como los sentimientos que esos dos chicos cargaban en su interior.
— ¿Cómo llegamos a esto? — El silencio que había reinado por un tiempo largo e indefinido finalmente fue roto por una voz grave y rota, como si luchara por no llorar. A su acompañante esto le hizo reaccionar.
— ¿De qué hablas, Blake-san? — Fue entonces que el bicolor reaccionó y se dio cuenta que había hablado en voz alta producto de sumergirse en sus memorias.
— Solo recordaba algo... ¿Qué hacemos Chifuyu? Yo, yo no tengo ideas ya. — El bicolor dejó su cabeza apoyarse sobre el hombro del rubio producto del cansancio, por ahora solo sabía que al menos la compañía le daba un poco de paz y aunque la culpa persistía por un momento quería ser egoísta.
Chifuyu imitó su acción recostando su cabeza contra la del chico sintiendo el olor a chocolate que desprendía su suave cabello mientras soltaba un largo y profundo suspiro frustrado.
— Yo tampoco lo se, solo se que Baji-san no hizo lo que hizo por que en serio odia ToMan, más creo que la esta- —
— Protegiendo. — Finalizó Blake.
— Exacto. Tan solo quisiera saber como ayudarlo, pero hoy por primera vez no se como leer lo que tiene en la mente. —
Blake lo sabía, ambos estaban sufriendo, pero uno a diferencia del otro tenía una idea borrosa de lo que había tras todo esto, pero aún así hacían falta variantes en la ecuación y le frustraba no tener el panorama claro.
Sobre todo sabiendo que una parte de su corazón se estaba poniendo en riesgo con aquel chico de cabello azabache.
— Lo averiguaremos Chifuyu, verás que si. — El rubio asintió levemente ante una promesa inconcreta de la que no tenían posibilidad de saber si podría ser cumplida.
Simplemente les quedaba esperar.
La noche los cubría con su manto frío y melancólico mientras ambos caminaban como dos almas perdidas en el limbo de la incertidumbre sobre qué estaban haciendo.
O quizás solo Keisuke se sentía de aquella forma tan cruel, como si hubiera mordido a quien le tendió la mano para ayudarlo y quererlo.
— Hoy fui a verla y comprobé lo que había sospechado todo este tiempo. —
— ¿Qué? — Baji entonces no comprendió a qué se refería su acompañante, solo sentía que el ambiente se había puesto más pesado como si aquello fuera posible.
— Kenja, ella está muerta. — Los ojos como el citrino no mostraban expresión alguna, simplemente se ensombrecían más de lo usual.
— Fue hace casi un año, no hubo forma de saber que pasaría. — Baji entonces presionó sus uñas contra su palma en un puño cerrado al recordar el peso de la caja de madera sobre su hombro y los ojos inertes de su mejor amiga caminando hacía el frente sujetando la caja del otro extremo.
— Fue ella, ¿verdad? — La voz neutra caló en sus nervios con hielo.
— ¿A qué te refieres? —
— Aria. Sé que ella y Kenja estaban saliendo, me lo contó en una carta. Si Kenja no está quiere decir que Aria no pudo cuidarla. — Baji entonces frenó en seco y esto hizo que su acompañante volteara hacia él frenando el paso a su vez.
— Te equivocas, ella no tiene nada que ver con lo que pasó. —
— ¿Ah no?, ¿qué crees que no investigue que pasó?, por favor. Si Aria no hubiera sido tan estúpida Kenja aún seguiría aquí. — Baji tenía un nudo en la garganta y no sabía que decir, la situación y las emociones del día lo superaban. — Ella me quitó a Kenja y pienso devolverle el favor. —
— Kazutora no, ella no tiene nada que ver con lo que pasó con Kenja. No busques una pelea donde no la hay por favor, Aria es tu amiga y- —
— ¿Y me quiere? — Baji calló ante la actitud amenazante que desprendía Kazutora. — Cariño y una mierda. Ella solo tenía una tarea, cuidarlos, y ¿sabes que pasó? Salgo de prisión para encontrarme con que dejó que unos malditos cualquiera asesinaran a la chica que amaba y que por cierto también era su novia. — Kazutora volvió a darse la vuelta dándole la espalda a Baji y este se mordió su mejilla internamente para evitar explotar y arruinar el plan que tenía establecido para ayudar a su mejor amigo a recuperarse de la persona en la que se estaba convirtiendo. — Va a correr sangre Baji, no soporto a los traidores y Aria Torres se convirtió en una desde el momento en que ella misma puso en riesgo a Kenja. —
— Tora no seas injusto, ella no podía controlar lo que sucedió y a pesar de todo siempre estuvo pensando en ti y- —
— Ya te lo pregunte pero aún así quiero confirmar. — A Kazutora poco le importaban las vacías excusas de Keisuke, para el Aria lo había traicionado y fingido inocencia por cartas llenas de mentira para su conciencia. — ¿Estás conmigo o con ellos? —
Culpa, tan natural en el ser humano que pareciera una extensión más del mismo o un fantasma que te persigue aun mientras duermes. Baji Keisuke en ese momento se hundía en culpa y frustración.
Pero había tomado una decisión junto a un plan que ya había iniciado, ahora debía terminarlo.
De un momento a otro se puso al lado de Kazutora y nuevamente ambos volvieron a emprender camino mientras el de mechas rubias ponía una sonrisa retorcida consumida por la locura mientras hacía sonar el cascabel de su arete. Baji se vió atraído hacía su persona por el mismo hecho y entonces pudo notar algo que hizo que aunque sea en una mínima cantidad la esperanza volviera en su interior.
El reflejo de la luna contra un cristal que había perdido su brillo natural pero que aún permanecía con su color vivo y tan único colgando del cuello de su mejor amigo.
Baji entonces pensó que tal vez y con esfuerzo había un chance en que todo volviera a ser como antes.
Solo quería volver a aquellos tiempos donde sus risas inundaban las calles por la madrugada cuando los motores de las motocicletas rugían feroces hacia un destino sin nombre.
Like a life without love
God, that's just insane
But a love without a life
Well, that just happens everyday
And I wish I could change, but I'll probably just stay the same
And I wish you could sing along
But this song is a joke and the melody I wrote, wrote!
- Nick Rattigan
No me maten, se que esto debí publicarlo el Viernes ;^;
Pero henos aquí nuevamente, en fin. ¿Como están mi gente bonita?, ¿siguen en la negación de esta semana?
Yo esta semana me paso de todo, con decirles que acabe sin poder caminar dos días JAJAJAJAJA pero estoy bien, no se preocupen.
Como siempre gracias por su apoyo y espero que hayan disfrutado el capítulo, si tienen alguna duda o teoría no duden en compartirla que yo les leo y respondo con gusto.
Cuídense mucho y yo los veo el Viernes espero sin falta. ❤
Pd: Y si, esta semana debía dedicarle la foto a el.
Adiós Draken 🖤
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