[ VIII ]
No one knows it's just a pose
Pretending I'm glad we're apart
But when I cry, my eyes are dry
The tears are in my heart.
— Espérame con Dylan, tengo que hablar con alguien. —
— Iré a dar una vuelta con el, tú ve a hacer... lo que sea que hagas aquí. —
El pelinegro asintió ante las palabras de su amigo y se retiró camino al muelle.
Chifuyu sintió algo jalar su campera y giró para encontrarse con el pequeño niño sonriendo.
— ¿Iremos a pasear en moto, Chifuyu-san? — El pequeño sonreía mostrando unos pequeños y afilados colmillos muy similares a los del capitán recién retirado.
Si no supiera que Dylan es hermano de Blake y viera a Baji solo con ese niño pensaría que el pelinegro tiene cerca de unos 20 años y es padre soltero porque Dios, parecían cortados de la misma tela.
— No son necesarios los honoríficos. — Chifuyu revolvió la cabellera castaña del menor y lo subió a su motocicleta — Oye, ¿vamos por un helado y a buscar gatitos? —
— ¡Si! —
Con esa afirmación el rubio se dispuso a hacer rugir el motor de la motocicleta haciendo al pequeño reír de la emoción.
— Sostente fuerte niño si no quieres aparecer en la versión pirata del exorcismo de Emily Rose. —
Y al sentir los delgados y cortos bracitos abrazar su cintura arrancó para colarse de nuevo en la carretera que pasaba junto al puerto y sentir la brisa salada chocar contra su cara y de nuevo escucho esa risita.
— ¿Te gusta el mar? — preguntó algo alto para que el niño lograra escucharlo.
— No me gustaba mucho pero desde que Blake-nii me trae aquí seguido me he acostumbrado a él. — Chifuyu no pudo evitar pensar en la noche que conoció al chico de cabello bicolor causando un escalofrío recorrer su piel.
Sin embargo también pensó que podría ser una buena ocasión para saber más del capitán.
— ¿A Blake-san le gusta la playa? —
— Para nada, odia la arena metiéndose en sus pantalones — el pequeño soltó una carcajada como si hubiera recordado algo muy gracioso — pero dice que viendo el azul del océano piensa en personas especiales para ella, como su mamá o una chica que no recuerdo su nombre. —
Chifuyu entonces no sabía en que concentrar su atención.
¿Su mamá?, ¿No que eran hermanos?, ¿Chica?, ¿Habla de la tal Kenja?
Su mente era un dilema y las preguntas parecían flotar en el aire a este punto, de no haber sido por la bocina de un auto este se hubiera perdido en un sin fín de posibilidades, pero estando en la calle decidió que era mejor esperar a otro momento para investigar.
La larga y sedosa cabellera azabache se movía al compás de la marea que podía observar al lado suyo en el camino. Aún no encontraba a la persona por la que había decidido exponerse a la molesta humedad de la playa pero era necesario y definitivamente no se iría hasta recibir una respuesta concreta sobre el paradero de cierta persona muy importante para él.
— ¿Keisuke? —
¡Al fin!. Celebró Baji en su mente.
— ¡Jacob!, al fin te encuentro hombre. — Tanto el rubio como el azabache se acercaron y se dieron un apretón antes de que el mayor lo abrazara palmeando su espalda. Baji Keisuke no era mucho de tacto pero de esa familia lo permitía sabiendo que en su cultura era muy normal.
— ¿Que te trae por aquí, hijo?, ¿problemas con alguna chica? — Keisuke negó riendo entre dientes. — ¿Un chico entonces?, ¿es el rubio que sale con ustedes en el fondo de pantalla de Aria? —
—¡No, definitivamente no! — Jacob comenzó a reír fuerte ya que todo lo decía en broma — Esos son los gustos de Aria, no los míos. —
— ¿Verdad que si le gusta? ¡Sabia! ya decía yo que muy raro que cambiara su fondo de Kaworu Nagisa por una foto con "amigos" —
— ¡Ese no es el punto!... espera, ¿cambió su fondo de Kaworu? — Jacob asintió y Baji abrió su boca con asombro — Y luego lo niega la hija de la chingada. —
Jacob comenzó a reír por el insulto en español de Baji que obviamente había aprendido de Aria y Baji le siguió un poco después, sin embargo su línea se cortó por un repentino cambio de atmósfera proveniente de los sentimientos del menor ahí.
— Jacob... ¿Dónde está Aria? —
Un sabio dijo alguna vez que con las palabras puedes realizar lo que con manos no debes. Jacob sentía como si Baji le asfixiaba con una simple pregunta.
No contestó.
— Jacob por favor, no he sabido nada de ella en una semana casi. Mikey y Draken se arreglaron y el enano aunque no lo admita se siente culpable porque ella no aparece, sabe que estuvo mal lo que hizo pero quiere hablar con ella, pero no contesta llamadas, ha dejado a Dylan conmigo como si nada y tampoco a él le dijo nada, Jacob no te molestaría con esto si no fuera de suma importancia pero- —
— Yo tampoco sé dónde está. —
Fácilmente podría interpretarse como una mentira para esconder a la bicolor, el problema era que Jacob se veía frustrado y angustiado.
Baji era consciente que trataba con un tipo extremadamente preparado por quien sabe quien del bajo mundo y que le pudiera mentir en la cara de la manera más hábil posible pero cuando era de Aria que se trataba no podía ocultar bien sus emociones y era evidente que no estaba bien.
— Pero... —
— La vi solo una vez hace tres días y desde entonces no he podido dormir intentando descifrar dónde diablos está metida, pero es malditamente inteligente y ha aprendido a desaparecer. No doy con rastro de ella pero sé perfectamente que algo malo pasa, y no creo que sea algo tan simple como lo de Manjiro. —
La mirada azulada era fría y rígida como Keisuke siempre imaginó que un vikingo podría verle. Intentó ahondar en esta buscando una razón para aquella inmensa incertidumbre y preocupación pero un ladrido llamó su atención.
Uno que conocía muy bien.
— No me digas que... — las palabras del pelinegro fueron cortadas al recibir a un perro de pelaje como la nieve que venía corriendo en dirección a su persona a saludarlo batiendo su cola — Imposible, ella no dejaría a Buck- —
— Keisuke, ¿que tendría que pasar para que Aria dejara a Bucky y tiñera su cabello completamente de castaño de nuevo? — No comprendía, ¿Aria sin su tinte rojo y dejando a su fiel compañero?, por favor, antes...
— Déjate de bromas, antes se acaba el mundo. — La voz de Baji salió casi como un susurro por la inseguridad de sus palabras.
— Pues ve preparando tu bate con picos para el apocalipsis entonces. —
El telefonó de color negro fue extendido hacía el mostrando una fotografía. Baji dudando lo tomó entre sus manos y se dispuso a ver la pantalla detenidamente.
Pero su sangre se heló.
— No es ella. — el teléfono fue devuelto como si este le quemara las manos.
— Fue la última vez que fue a su cuarto de renta y la última vez que hablé con ella. Ese día me dejó a Bucky. Su cabello está teñido y supongo que esas son extensiones. —
La foto mostraba una larga cabellera castaña rizada cayendo por una espalda un poco más ancha de lo normal para una mujer en Asia. Llevaba su habitual ropa oscura y holgada, pero su cabello...
¿Qué mierda está pasando?
— No tengo ni idea de donde este pero sé que es peligroso porque nos alejó a todos de inmediato. —
Baji maldijo por lo bajo mientras golpeo uno de los contenedores cercanos con frustración. Odiaba que Aria jamás pidiera ayuda, pero a este punto lo mejor que podían hacer es buscar cualquier pista que los lleve a ella.
Solo que esta vez serían únicamente Jacob y él.
— ¡Mira Chifuyu!, se parece a Elmo. —
El castaño a su lado apuntaba a uno de los gatitos que los rodeaban y este se acercó a ellos para dejarse acariciar. Chifuyu mientras tanto le buscaba parecido al peluche rojo que veía en la tele cuando se aseguraba que tanto Baji como su madre no estuvieran ni cerca del edificio para descubrirlo.
— Dylan ¿eres daltónico? — el pequeño hizo una mueca molesta ante la pregunta y negó.
— No, me refiero a un gato que entra al cuarto de Kei-nii. Lo llamamos Elmo. — Para Chifuyu ahora tenía sentido el comentario anterior, pero ahora tenía curiosidad por qué el gato se llamaba así.
— Y ¿por qué le pusieron Elmo? —
— Porque hace que las gatas se pongan en fila. —
Chifuyu que se disponía a comer de su helado se vio interrumpido por el comentario que casi lo hace ahogarse.
Si, definitivamente no preguntaría qué cosas le enseñaba Baji al niño.
Realmente habían pasado una tarde genial ya que Baji pareció tardar más de lo acordado, pero eso le sirvió a ambos para escabullirse hasta un arcade, luego fueron por una pizza, después Dylan quiso un juguete de una maquinita expendedora y Chifuyu se ofreció a comprarle uno, el problema resultó cuando Dylan se empecinó con un Charmander y en la bola le apareció un Clefairy.
Literal se colgó de la máquina amenazando con quemarla si no le daba su Charmander.
Afortunadamente en su segundo intento apareció un Charizard y eso pareció complacerlo, aunque prometió en voz alta volver por su Charmander.
Luego de ese suceso ambos cumplieron con su plan inicial y compraron helados para luego ir hasta una zona del parque donde Chifuyu sabía que llegaban muchos gatos; agradecía que Baji le hubiera dado algo de dinero para todo lo que se habían gastado esa tarde.
Ambos se sentaron uno al lado del otro y comenzaron a acariciar a los felinos que se acercaran entre pláticas triviales, pero finalmente Chifuyu vio ahí una ventana de oportunidad para aclarar aunque sea una de sus dudas.
— Cuentame de ti Dylan, ¿te gusta vivir aquí? — Chifuyu comenzó a poner en orden la información que había obtenido por Baji de Blake para atar puntos con la del pequeño a su lado.
— Pues ha sido difícil, extraño a mis padres pero Blake-nii ha sido bueno conmigo las últimas semanas así que ha hecho que me guste un poco el haber venido aquí. Casi no extraño Guatemala. —
¿Sus padres? Pero si él vive con su padre adoptivo.
¿Guatemala? No, Baji-san dice que es de Colombia.
— ¿Tu y Blake-san no son hermanos? —
Dylan fijó sus orbes color miel sobre el rubio y lo vio incrédulo como si le hubiera hecho un halago pero este comenzó a reír un poco.
— No, Blake-nii es demasiado bonita para parecerse a mi. Pero me ayudo y vivo con ella temporalmente. Es muy dulce. —
Bonita.
Ella.
¿Qué acaba de decir?
Su mente cayó en cuenta de que no era la primera vez que había escuchado el pronombre de la boca del niño, pero con el viento de la carretera pensó que eran ideas suyas.
— ¿Ella...? — el pequeño pareció palidecer al darse cuenta de su error.
— ¡Quiero decir Él!, lo siento, aún me cuesta un poco el japonés. — Chifuyu entonces bajó la tensión de sus hombros, era entendible la situación.
Dylan por otro lado suspiró profundo ya que aunque era muy pequeño entendió cuando Blake le pidió que a nadie le revele que biológicamente es una chica.
Pero de nuevo el rubio le hizo una pregunta.
— Pero entonces ¿cómo conociste a Blake-san? — Dylan sonrió al recordar. Pudo haberse tratado de un infierno lo que vivió pero estaba tan agradecido con quien había llegado para salvarlo a él y no sabe cuantos niños antes igual.
Pero Dylan no le contaría eso a Chifuyu.
— Porque Blake-nii es Batman. —
— ¿Huh? —
— Si, por el día es un chico normal... bueno no, normal no es, pero el punto es que durante la noche es Batman, y acercate te contare la mejor parte. — Chifuyu siguiendo sus indicaciones acercó su oído a él y en un fino susurro le dijo: — Yo soy Robin. —
El niño pasó el resto de la tarde riendo por la insistencia del rubio por saber acerca del bicolor, aún si cambiaban de tema él encontraba la forma de volver a sacar preguntas al azar que lo llevaran a obtener alguna que otra respuesta, pero solo conseguía frustrarse más ante las burlas del menor.
Finalmente Chifuyu recibió una llamada de Baji pidiéndole que volvieran y ambos se dirigieron a la salida del parque por la motocicleta del rubio.
Chifuyu subió a Dylan primero ajustado el casco a su pequeña cabecita y habiendo revisado de ambos lados que estuviera seguro se dispuso a subir al volante.
— Bueno Robin, agárrate de nuevo que si no cambiaras de universo para aparecer en la primera edición de Marvel zombies que sale en Diciembre. —
— ¡Ay no, también prefieres Marvel que DC!, bueno al menos Kei-nii me apoya. — Se quejó el pequeño cruzándose de brazos. Chifuyu río.
— ¿Ah sí?, ¿y quién está en su contra? —
— Blake-nii. Vive peleando con nosotros porque dice que Marvel es mejor. —
Bueno, al menos ahora sé algo que le gusta. Pensó con una sonrisa.
— Es que si lo es, pequeño diablo. Pero la gente como Baji-san y tú no están preparados para esa conversación. — El rubio se reía mientras Dylan daba pequeños jalones a su chaqueta en forma de queja una vez él se había unido al tráfico en la carretera.
El trayecto no fue muy largo ya que no era una hora muy transitada para las calles y al visualizar la cabellera pelinegra a lo lejos bajó un poco la velocidad.
— Oye Chifuyu — Chifuyu se sorprendió un poco al haber estado tan concentrado en el camino.
— ¿Qué pasa Dylan? — Las olas eran pasivas acercándose la hora pico del atardecer y su sinfonía era muy calmada permitiendo que el viento al no ser tan violento las palabras fueran escuchadas con mayor claridad.
— Mi papá me enseñó a que no puedo hablar de la vida de otra gente, así que no te puedo decir lo poco que sé de Blake-nii por que yo también tengo muchas dudas. — Chifuyu suspiro profundamente ya aceptando ese hecho como una realidad sabiendo que no tendría respuestas que no vinieran de la boca del misterioso chico teñido de rojo. — Pero quiero pedirte un favor. — Chifuyu entonces le dio una corta mirada por sobre el hombro en la que el pequeño pudo identificar la confusión. — ¿Podrías cuidar de Blake-nii? —
Chifuyu entonces paró por un momento para poder escuchar al pequeño con claridad absoluta.
— Sé que quizás es mucho... pero él parece querer hacer todo solo y sé que si se lo pido a Kei-nii querrá hacerlo pero también sin pedir ayuda y ese no es el punto. Tontos, son iguales. — Chifuyu se río bajito por la ironía de quien decía esas palabras, pero asintió para que el niño siguiera. — Pero sé que él está triste, no lo demuestra pero lo está. Él es alguien muy dulce, Chifuyu, y parece que te aprecia... así que ¿podrías hacerme ese favor? —
Él lo sabía, sabía que algo no estaba bien con el capitán y podía sentir que específicamente en este momento que algo más grande que la pelea que tuvo con el presidente de su pandilla estaba pasando, también tomaba como opción que la razón de Baji para ir al puerto ese día tenía que ver con eso y que el hecho que le pidiera que se llevara a Dylan a pasear fue por que no lo quería involucrar.
Pero él también quería a Blake y aunque tuviera muchas dudas que resolver quería poder ayudarlo.
— Lo haré, daré todo de mi para cuidarlo lo mejor que pueda. —
El pequeño sonrió y abrazo fuerte a Chifuyu por la espalda.
— Gracias, Fuyu-nii. — De nuevo fue sorprendido por Dylan esa tarde pero esta vez sonrió al recibir gustoso ese nuevo apodo. Ahora entendía por que Dylan había sido un revuelo en la pandilla, era especial.
Y le recordaba a Blake.
Ropa en combinaciones alocadas y de colores tan brillantes como las luces que chocaban contra sus extravagantes y diferentes texturas haciendo que estas llamarán aún más la atención, aunque no tanto como cuando una a una estas iban cayendo hasta dejar expuesta la carne y su tono tan básico y terso expuesto a la morbosa vista de las personas que tiraban billetes a las mesas o a la barra de licor.
— Por aquí, señorita Meiji, el negociante la espera en la zona V.I.P. — El inglés del hombre que la guiaba era bastante marcado y bien pronunciado denotando en su totalidad el ser nativo de América.
— Agradecería que deje de llamarme Meiji. Es Torres y fin de la discusión. — El hombre asintió mientras sostenía una puerta dando paso libre a la habitación iluminada y decorada con colores opacos. Un área evidentemente destinada para negociaciones totalmente diferente del desorden que era el lugar por fuera.
La ahora castaña se acercó con paso firme hasta el sillón frente a la mesa ratona donde descansaba una botella de whisky con dos vasos cristalinos limpiados pulcramente esperando su llegada.
Aria se sentó al centro del sillón aterciopelado estirando sus brazos a lo largo del respaldo de este con toda la confianza que internamente no sentía al estar en presencia de todas esas personas en un lugar como aquel.
El hombre frente a ella sirvió ambos vasos hasta la mitad con aquella bebida alcohólica y le ofreció uno a la castaña, sin embargo ella simplemente se digno a sacar un cigarrillo de su abrigo y lo encendió frente al vaso como claro signo de rechazo, él entendió el mensaje y depositó el vaso de nuevo sobre la bandeja metálica en el centro de la mesa.
Podrá haber aceptado hacer el trabajo pero no cualquier clase de alimento que ellos le ofrecieran, antes prefería el ardor del cigarrillo en su pecho.
— ¿Aron "Luck" Chain? — preguntó con voz vaga mientras veía fijamente al hombre de traje evidentemente costoso frente a ella.
¿Cuántos cómics y mangas pudiera comprar con lo que cueste ese traje?
Se regañó mentalmente por sus pensamientos estúpidos estando en la situación actual.
— No, mi nombre es Damian Paul. Soy representante del Presidente Chain. — Aria dejó caer la cola de su cigarrillo sobre el cenicero sobre la mesa y dio una bocanada de él.
— Entonces vienen a hacer tratos con uno de los grupos más reconocidos del bajo mundo de Japón y mandan al vocero de turno. Genial. —
— No veo en qué posición puede hablar usted siendo que una mujer y menos tan joven podría dirigir una organización como el grupo Meiji, así que es evidente que usted también viene de vocera de su Presidente. — El hombre intentaba someterla bajo mando en la reunión pero Aria ya había vivido suficiente esa situación como para no dejarse doblegar por las vacías palabras de un hombre.
— No somos nosotros los interesados en el trato Señor Paul, es el grupo Chain, así que si sigue siendo de su interés no veo por qué sigo hablando con la paloma mensajera y no su dueño. —
El hombre se levantó alterado apuntando con un arma directo a la sien de la castaña y esta simplemente curvo sus labios en una sonrisa ladina, sus pupilas ni siquiera se dilataron al escuchar el seguro de todas las armas presentes siendo retirados.
— Alto. —
Detuvo una voz grave y profunda desde detrás del telón que cubría el fondo de la habitación hizo que todos voltearan al punto de donde provenía causando que las armas enemigas bajaran y las aliadas se fijaran en ese lugar.
El claro sonido de un tacón fino típico de zapato de marca para hombre chocar contra la madera bajo sus pies hizo que la sala se hundiera en un aura de imponencia y respeto.
Aria de inmediato asimiló la situación con la presencia de Manjiro frente a toda la pandilla, solo que esta era mucho, mucho más profunda y chocante.
El aire era tan denso que Aria se vió obligada a apagar el cigarrillo en el cenicero.
— Damian baja el arma, la Señorita tiene razón, el trato nos interesa a nosotros. —
Un hombre robusto, muy alto y de cabello teñido de un color azul real casi llegando al azabache se acercó al asiento frente a ella y dejó caer su pesada mano en el hombro del anterior mencionado, este se inclinó y se disculpó antes de apartarse y dejar que el protagonista de la escena tomara asiento con la misma libertad que Aria lo había hecho.
Al conectar sus miradas había sentido una corriente atravesar todo su cuerpo en cuestión de segundos pero ni por sus impulsos nerviosos perdería la mirada afilada y tan oscura como la mismísima noche que la miraban con intensidad como si le estuviera escaneando hasta el alma.
Pero por un momento pudo sentir como si aquellos presentaran cierto brillo de asombro, como el de un detective al haber encontrado las pistas correctas que lo llevarían a descubrir la verdad tras su caso.
Pero Aria lo ignoró puesto que no habría razón para que eso fuese así.
— Bien Señorita Meiji, iniciemos con la verdadera reunión. —
Aria no iba a protestar por el nombre, ese hombre frente a ella había logrado intimidarla.
La puerta al final de aquel pasillo que había cruzado hace unas semanas en compañía de Jacob ahora era golpeada con brusquedad mientras tiraba varias carpetas sobre el único escritorio que había en la habitación.
— Listo, ahí tienes los contratos de las siete putas reuniones a las que querías que fuera. —
El teñido con mechas violeta frente a ella las tomó gustoso y observó entre todas los contratos y firmas puestos en cada uno de ellos sintiéndose orgulloso de su decisión.
Su estruendosa y enferma risa no se hizo esperar.
— Joder Aria, eres una maldita genio, ahora entiendo como lograste colarte y robarnos tanta mercancía. ¿De donde mierda saliste? — La castaña miraba asqueada al de ojos oscuros mientras intentaba apartar las molestas extensiones que el tipo frente a ella le había obligado a usar.
— Mi vida no es de tu puto interés, ahora que ya te traje lo que querías dejame ir y alejate de mi y de mis conocidos ¿quieres? — Los mechones violeta pararon sus alocados movimientos para fijar su cínica mirada sobre la chica frente a él.
— Mmm nop. — El fuerte golpe en el escritorio que los dividía alertó a los guardias fuera de la habitación que entraron de inmediato a apuntarle a la cabeza de la misma forma en la que ella apuntaba con una navaja el cuello de Yamato haciendo que este volviera a reír — Por favor Aria, eres una puta joya, cerraste contratos que ninguno de los imbéciles de mis voceros pudieron cerrar sin ser asesinados y tu lograste siete en una semana. ¿Crees que te dejaré ir así sin más?, no cariño, hasta el día en que no tenga con que extorsionarte seguirás siendo mi perra. ¿Lo entiendes? —
Aria se apartó con violencia del escritorio del Presidente del grupo Meiji y a paso apresurado y molesto salió de la habitación siendo perseguida por el eco de la risa maníaca de Ishida Yamato.
No tardó mucho en llegar al cuarto piso del lugar y usar las llaves que le había proveído el maldito con el que recién se reunió para entrar a una de las tantas habitaciones medianamente decentes que habían ahí.
— ¿Aria? — La voz que la llamaba se vio interrumpida por un golpe seco de la castaña contra la pared. — ¡No hagas eso, te vas a lastimar! — El chico con el que compartía habitación se acercó a ella tomándola de los brazos para detenerla.
— Da igual Yuno, el hijo de puta de Yamato no me deja irme de todas formas. — Sus palabras eran tajantes y frías. El chico pelinegro la soltó y dejó que la castaña se tirara sobre la rechinante cama en la que había dormido la última semana.
— Pero el trato decía que- —
— Se pasó el trato elegantemente por las pelotas, me tendrá aquí hasta que mate a todos mis seres queridos o le aburra y decida matarme. —
Días atrás luego de la inesperada visita de Ishida Yamato a su apartamento, Aria fue a darle una visita al sucio lugar al que durante años volvió a mitad de la noche a encerrarse a una celda.
Sin embargo había varios cambios y no era para menos sabiendo a la perfección como se vio afectado todo el lugar luego de que Jacob la resctara de ahí y la policía interviniera, por lo que sabía había tardado un año en reabrir. De todas formas le daba repulsión y escalofríos.
Al reunirse con Yamato este le comentó que la quería probar para firmar unos tratados con otros grupos poderosos del mundo de los cuales solo había fallado con dos y ganado siete, ilusamente creyó que así la dejaría en paz luego de con fotos demostrarle que tenía ubicadas personas que no tardarían en desaparecer si no obedecía.
No tomo mucho para que cediera bajo esas circunstancias.
Ahora no sabía qué hacer, su única compañía era un chico trans con el que compartía habitación que servía como guardaespaldas principiante en el grupo que la seguía a las reuniones. Su nombre era Hayashi Yuno, sin embargo, al igual que ella, estaba atado hasta el cuello en ese lugar.
— Mañana es tres de Agosto... lo siento Chifuyu... —
El pelinegro observó a su nueva amiga triste. No podía negar que era letal como una mamba a la hora de los negocios, todavía se preguntaba de donde emergía ese ser tan imponente, pero no olvidaba que bajo esa coraza había una niña de quince años que le había comentado que saldría con un chico que le parece lindo a un festival el día de mañana... Lastimosamente no sabía qué hacer para poder ayudarla.
▪︎ Agosto 3, 2005. 3:47 h. HOTEL GAJOEN TOKYO.
— El contrato me es indiferente, es ella, Damian, no cabe duda. — finas palabras pronunciadas por sus labios una vez terminó la repetición del audio que había grabado un chip metido cuidadosamente en el contrato firmado esa misma noche con el grupo Meiji.
La delicada y fina copa de cristal era forzada a moverse en círculos haciendo al vino bailar en su interior al ritmo de la melodía clásica que tocaba aquel tocadiscos propiedad del hombre protagonista de la escena. Un tocadiscos viejo y especial que repararía siempre y lo acompañaría sin importar las circunstancias.
— Pero señor, podemos simplemente secuestrarla y ya, no es necesario destruir a un grupo que durante años ha puesto régimen en el bajo mundo de Japón. Es ilógico pensar que- —
— ¿Vas a contradecirme, Damian? — El tembloroso hombre de no más de treinta años negó repetidas veces al bajar la cabeza. — Ya escuchaste, esa mocosa no es del grupo Meiji y toda su cara grita que es extranjera, la están haciendo trabajar para ellos y con razón, es una maldita genio, te apuesto que no pasa de los dieciocho aún y manejo la situación mejor que un viejo promedio con los que a diario nos encontramos. Tú escuchaste su verdadero apellido y sabrás bien a quien te recordó esa mirada. —
Damian tragó en seco al sentir la mirada penetrante de su jefe sobre él.
— ¿Qué hará entonces, jefe? — pregunto haciendo un esfuerzo por que las palabras no salieran atropelladas de su boca. El hombre sonrió con malicia y emoción en una expresión retorcida como hacía años su representante no lo veía usar.
— Este día por la noche haremos desaparecer al grupo Meiji y la dejaremos escapar, esperaremos pacientemente el momento adecuado porque mientras la quiero ver desenvolverse en su vida cotidiana. Analizar sus puntos fuertes y débiles, ver que hace día a día y con quien se reúne, investigar cada detalle de su historia hasta ahora y sobre todo que ella nos lleve hasta cierta sabandija escurridiza. ¿Copiado, Damian? —
Cínico, analista y loco, si, ese era su jefe al que amaba enfermizamente con locura y al que por años ha seguido y lo seguiría haciendo hasta el final de sus días.
Damian sonrió en una mueca enferma y torcida.
— Copiado Señor Chain. ¿Alguna petición extra? —
— Traeme la foto. — En cuestión de segundos el representante desapareció por una puerta y regresó alcanzando a su jefe quien se había movido hasta la amplia vitrina que le permitía apreciar la ciudad desde la comodidad de su costosa suite.
El hombre tomó la foto con una mano y le dio una señal de cabeza a su acompañante para que le dejara en completa soledad, cosa que no tardó ni un minuto reloj en suceder.
— Hola preciosa, tengo una pequeña noticia para ti — sentía la adrenalina recorrer cada uno de sus sentidos y su sonrisa se ensanchaba cada vez más — He encontrado el tesoro que tanto he buscado durante años y ¿qué crees? Ella sola vino a mi y es malditamente perfecta. Espero que puedas contemplar cómo retoma el camino hacía su destino, Torres. —
My darling, can't we make up?Ever since our breakup
Make believe is all I do
I'm laughing on the outside
Crying on the inside
'Cause I'm so in love with you
I'm laughing on the outside
Crying on the inside...
- Bernadette Carroll
NOCHES POR QUE BUENO EL CUMPLEAÑERO DEL 20 DE AGOSTO
Y feliz jueves para los que aún estamos en el pasado como yo xd
Pero para muchos posiblemente ya sea el cumple de Mikey así que tómense unas heladas o lo que sea por el cumple de nuestro solecito.
Detalles y detalles, no saben como me emociona todo lo que viene por delante.
Gracias por sus lindos votos y comentarios, amo leerlos y espero seguir contando con su apoyo. Como siempre pueden dejar sus dudas y las resolvere lo antes posible.
Cuidense mucho y nos vemos la próxima semana mis amores!!! ❤
Atte. Darky
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