"A menudo pienso que la noche está más viva y con más colores que el día."

- Vincent Van Gogh.

— ¿Cómo... ¿Cómo es que acabaste así? —

La cabellera castaña fue empujada por el viento hacía atrás descubriendo un rostro masacrado por la vida. Los ojos cual obsidiana fijaron su mirada al cielo descubriendo a su única amiga, quien le había acompañado siempre y ahora le relataba su vida cual cuento de hadas cada noche antes de dormir.

— Han pasado muchas lunas, Takemichi. —

El pelinegro al inicio no lo comprendió, bien sabía que la persona a su lado era indescifrable la mayoría del tiempo, así que intento encontrar una explicación inspeccionando de pies a cabeza a su acompañante en aquel balcón frío que de no ser por la voz de Brenda Lee se sentiría tan muerto como el aura de aquella noche. Fue entonces que notó el tatuaje en el cuello y de inmediato alguien cercano a él apareció en su mente.

Alguien que había significado el mundo a los ojos de aquel corazón roto que observaba perdido el cielo como si estuviera esperando una respuesta de este. Fue entonces que comprendió.

— ¿De cuantas lunas hablamos? — su voz estaba quebrada y sentía unas inmensas ganas de llorar.

Finalmente aquellos ojos fueron fijados en él y pudo presenciar por primera vez en la noche de frente los estragos pintados en cicatrices y ojeras que aquellas lunas habían causado en lo que alguna vez fue el inocente rostro de una niña.

— Oh Takemichi... — una media sonrisa se asomo por la comisura de sus labios y muy suavemente terminó su oración — fueron más de las que puedo recordar... sin embargo también de las que puedo soportar. —

El momento fue rápido. Apenas y pudo reaccionar para cuando "the end of the world" marcaba el final de la reproducción de música en aquel viejo tocadiscos en la oficina tras ellos. La sangre corría y comenzaba a resbalarse por los límites del balcón.

Takemichi quería gritar, sin embargo su cuerpo entero se congeló en el momento que el cuerpo contrario se desplomó frente a él con un arma fina y pequeña a su lado sostenida entre sus manos. El cabello castaño finalmente volvía a teñirse de rojo y la luna terminaba de escribir la triste historia que por años presenció.

—No... tu... no vas a terminar así... ¡Tú no! —

Don't they know it's the end of the world...

It ended when you said goodbye

Goodbye.