[ IV ]
Oh, when you're smilin', when you're smilin'
The whole world smiles with you, baby
And when you're laughin', oh, when youre laughin'
The sun comes shinin' through...
— ¿Te gusta? —
— Yo no dije eso. —
Silencio.
—... ¿Pero te parece interesante? —
— Sálvame dios. —
El rubio entonces se levantó de su lugar abrumado y el pelinegro comenzó a reír.
— Vamos Chifuyu, no tiene nada de malo. Yo digo que si tienes oportunidad. — En realidad la tienes. Pensó.
— Baji-san ya te dije que solo me da curiosidad, es todo... Además no creo que a Blake-san le vayan los chicos. —
Ay Chifuyu, esa loca batea para todos lados. Quiso decirle Baji en ese momento pero se lo guardó.
Ahí estaban los líderes de la primera división en la habitación del mayor de ellos discutiendo acerca del capitán general de ToMan.
Todo había comenzado con Chifuyu siendo recibido por un niño latino con un japonés bastante deficiente en la entrada de la casa de su capitán. Al inicio creyó que el chanclazo que su mamá le había proporcionado esa mañana por no haber metido la ropa la noche anterior cuando llovía le comenzaba a hacer efecto y se había equivocado de casa pero al instante apareció atrás del niño el pelinegro que buscaba.
Chifuyu no comprendía nada, comenzando por el hecho de que Baji odia los niños y esa tarde lo había encontrado jugando de los más feliz del mundo con uno y dos gatos callejeros que probablemente se habían colado por la ventana del mayor.
Baji le explicó que se trataba del hermano menor de Blake, aunque algo en su explicación le había parecido extraño, como si le estuvieran contando una verdad a medias. De todas formas prefirió no ahondar en el tema, más bien se concentró en que nuevamente encontraba algo en el chico de cabello bicolor que llamaba su atención.
El haberse encerrado en sus pensamientos hizo que a Baji le entrara curiosidad por saber que le causaba inquietud y luego de insistir Chifuyu terminó por explicarle que desde hace tiempo le había llamado la atención Blake.
Siendo alguien con quien había entablado una amistad de una manera extraña y habiéndose conocido como lo hicieron quería aprender de él, saber de su vida y ayudarle si era necesario; le parecía una persona carismática y llena de misterios que inconscientemente había causado que se obsesionara con obtener respuestas.
Baji suspiro y siguió a su mejor amigo a la cocina quien se disponía a preparar un peyoung yakisoba para ambos. Se sentó en una silla del comedor mientras observaba al rubio moverse en la cocina y decidió parar de molestarlo y mejor darle una que otra respuesta a sus dudas.
Aunque nada muy relevante.
— Es latino, aunque eso ya lo sabes. — la voz del pelinegro llamó la atención de Chifuyu y este paró por un momento para prestarle atención haciendo una señal con la cabeza para indicarle que continuara — pero a diferencia de lo que la mayoría de inadaptados piensa él no es mexicano. Blake nació en Colombia, a sus 6 años se mudó a Las Vegas en Estados Unidos y a los 9 llegó aquí a Japón. No tiene familia más que su papá adoptivo, que es un americano bastante parecido a Draken solo que da veinte veces más miedo. —
Keisuke tembló un poco al recordar la primera vez que lo conoció, sin embargo luego se dio cuenta que era un gran tipo y al día de hoy a veces iba a visitarlo a pedirle consejos de la vida o simplemente a pasar el rato.
— Y ahora está Dylan que, como ya te expliqué, es su medio hermano y vino a Japón hace poco. —
— Más parece medio hermano tuyo. — interrumpió el rubio haciendo referencia a que según la mamá del mayor que había venido por el pequeño hace un momento, el niño había pasado una semana viviendo con ellos a pesar de que Blake insistía en llevárselo y por lo poco que lo conoció se dio cuenta que era una copia de Keisuke.
— Detalles. — el pelinegro se encogió de hombros antes de continuar — Mikey y yo conocimos a Blake un par de meses luego de su llegada aquí y se decidió que fuera capitán general de la divisiones por su capacidad analítica, dios, si supieras como sabe mover personas como piezas de ajedrez quedarías helado. —
Chifuyu dejó el peyoung ya listo frente al pelinegro y este comenzó a comer gustoso, el mientras tanto pensaba en la información dada, sin embargo no le parecía suficiente, o mejor dicho relevante.
— Baji-san... ¿Quién es Kenja? —
Silencio. Solo el rebotar de los palillos recién caídos de las manos del mayor fue todo lo que se escuchaba en la sala.
—... ¿Qué pasa con ella? — Baji recogió los palillos y se dirigió al cajón por otro par. Chifuyu no entendía qué había de malo con su pregunta como para recibir esa reacción.
— No lo sé, la noche que conocí a Blake-san todo mundo mencionaba su nombre y algo de un incendio. Siempre tuve la duda de quién era y que tenía que ver con el por qué Blake-san estaba en la situación en que lo encontré. —
Baji pareció meditarlo un momento mientras veía la comida enfriarse frente a el. ¿Decirle quién era Kenja? No, definitivamente no era opción, pero Chifuyu era inteligente y sabía tarde o temprano querría saber la verdad siendo él quien encontró a Blake esa noche.
Pero aún así no estaba en sus manos.
Chifuyu seguía expectante a una respuesta que comenzaba a pensar que no llegaría, sin embargo Baji continuó con su comida hasta llegar a la mitad que fue cuando le pasó el plato a su acompañante. Este lo recibió con un suspiro sintiendo que nuevamente quedaría en blanco pero no fue así.
— No soy quien para contarte la historia de Blake, pero se que estaría encantado de salir contigo y que puedan conocerse mejor. Dentro de poco hay un festival ¿por qué no vamos los tres a pasear por ahí y aprovechas a tomar más confianza con él? —
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Baji mostrando sus blanquecinos y afilados colmillos y Chifuyu lo pensó por un momento. Su capitán tenía razón, no podía buscar información por medio de otros, sería mejor si el mismo Blake le contara.
— Tienes razón Baji-san, le diré que vayamos al festival. — Se unió a la sonrisa antes de comenzar con su parte del plato.
Baji sentía una satisfacción en su pecho que no podía explicar. Tal vez eso podría marcar un cambio para la vida de su mejor amiga.
— Chifuyu — Lo llamó una vez más el pelinegro y recibió un pequeño "Hmm" en señal de que continuara — No sabía que te gustaban mayores. —
Baji esa tarde terminó lavando su cabello al cual Chifuyu había mojado con la soda que estaba bebiendo.
— Pah esta... —
— Fue su decisión Blake, no había nada que pudiéramos hacer. —
La voz de Draken era seria y profunda, hacía notar que nada de lo anteriormente mencionado era juego y que ahora mismo tanto ToMan como uno de sus amigos más cercanos estaban pasando por una situación muy grave.
Blake se dejó ir de espaldas hasta chocar con la pared. Estaba procesando todo.
Se había perdido la última reunión de la pandilla pues había sido la noche que rescató a Dylan pero más temprano que tarde se había enterado de la situación de su amigo y la pandilla conocida como Moebius. Decir que estaba furioso era poco y quería cobrar el daño que le habían causado a aquella pobre muchacha.
Más no estaba de acuerdo con las decisiones que Mikey estaba tomando.
Había algo que Blake y Aria compartían por igual y esto era su impulsividad, pero podía más su capacidad de análisis y ganas de salir con la victoria siempre, es por eso que en un lapso pequeño de tiempo pudo preveer que declararle la guerra a Moebius no era lo mejor.
Pero de todas formas pasó y no estuvo ahí para detenerlo.
Ahora el líder de Moebius, Osanai, estaba en un estado crítico en el hospital y Pah enfrentando la justicia por algo que en su interior siente que pudo evitar.
— ¡Mierda! — su español salió con naturalidad como la mayoría de veces que se molestaba. Golpeó con fuerza la pared tras de él. Estaba frustrado. — Pude haber evitado esto... —
— No había nada que pudieras hacer aún si hubieras estado en la reunión o lo que pasó hoy, simplemente pasó, se nos fue de las manos. — Mitsuya que también se encontraba escuchando la noticia se acercó y depositó su mano en el hombro del bicolor.
— Mitsuya tiene razón, ya nada se puede hacer por lo que pasó — la atención de los presentes se dirigió al rubio más bajo que se encontraba distante del resto — pero si podemos hacer algo por lo que viene. Hay que sacar a Pahchin de prisión. —
El silencio reinó en la habitación y la mente de Blake se había quedado en blanco por un momento.
¿Sacar a Pah?, ¿irrespetar de esa forma la decisión de su amigo?
— Mikey no creo que sea la mejor- — su voz se vio interrumpida por el más alto presente.
— Ni lo pienses. Esta fue la decisión de Pah y la vamos a respetar así sea duro para nosotros como amigos y para la pandilla entera. — Firme. Si Blake describiera a Draken sería así, firme.
El semblante de Mikey se oscureció. Tal parece que lo recién dicho había sido como gotas de limón cayendo en una herida.
— Podemos conseguir dinero para pagar la fianza. ToMan no abandonará a uno de los suyos. —
— ¿Dinero para la fianza?, ¿abandonar? — interrumpió el bicolor — Mikey a mi también me afecta lo que le pasó a Pah pero esta fue su decisión y fue él quien casi toma la vida de Osanai. Podrá haber sido Moebius quien inició el conflicto pero en ToMan no somos asesinos y casi rompemos con esa regla. No lo estamos abandonando, estamos dejando que salde su deuda. —
Palabras frías pero ciertas. Como Aria podía llegar a ser blanda en ciertas ocasiones y darle la razón al rubio más bajo, pero como Blake, capitán general de la Tokyo Manji, la historia era otra, podía tomar decisiones certeras por el bien de la pandilla indiferente de las personas involucradas.
En este caso, dejar preso a uno de sus amigos más cercanos por el bien común.
— ¿Quién te crees para hablar aquí, Blake? — ¿Qué?
Los capitanes presentes y Draken guardaron silencio. Mikey no le hablaba a Blake de esa forma.
— ¿Te recuerdo la posición que tú mismo me diste, presidente? — pero él tampoco se quedaría callado.
— ¿Para qué? No necesito recordarla si en los momentos más importantes no estás aquí por atender tus asuntos personales de mierda. — Veneno, eso era lo que el rubio más bajo expelía desde sus labios.
Blake quedó estático en su lugar por un momento. Mikey podía llegar a ser muy hiriente bajo presión pero nunca había tocado ese tema en su contra.
— ¿Te estás escuchando Mikey? — para Blake estaba siendo difícil procesar.
— Si, nos abandonas por hacerte el héroe y pasan cosas como esta. Quiero que tengas claro que mientras no tomes tu responsabilidad en esto no interfieras. —
— ¡Mikey! — Lo llamo Draken molesto, estaba desviando el tema a un ataque personal bastante sensible para el bicolor.
— Está bien Draken. — El semblante de Blake era rígido y severo. Claro que le dolía escuchar palabras así de la boca de una de las personas más importantes en su vida pero no por eso se mostraría débil, esa era Aria, Blake era fuerte. — Escucha Mikey. Podrás atacarme todo lo que quieras y culparme de todo esto si así lo prefieres, pero no moverás ni un centavo para sacar a Pah de prisión, de eso me encargo yo. —
— Vamos a respetar la decisión de Pah, Mikey, por el bien de él y de ToMan así te guste o no. — finalizó Draken y Blake simplemente se dio la vuelta ajustando su chaqueta para irse.
Las voces de los capitanes de divisiones comenzaron a hacerse presentes pero a Blake ya no le interesaba el desenlace de aquella pelea. Pasaría lo que tuviera que pasar.
Lo que no se imaginaba es que ToMan terminaría dividiéndose.
Un chico rubio teñido iba despertando de su desmayo no muy reciente. Su vista se concentraba en enfocar su alrededor descubriéndose así mismo en ropa de hospital rodeado de paredes blancas y algunos aparatos médicos.
Fue entonces que recordó el por qué estaba ahí. El encuentro con Osanai.
Decidió levantarse lentamente y estirarse ya que su cuerpo lo precisaba, estaba todo entumecido. Al estirar su brazos una de sus manos alcanzó una superficie extraña pero a la vez cómoda.
— Hanagaki Takemichi. — Escuchó una voz no tan grave pero firme a su lado y se dio cuenta que su mano estaba apoyada en el pecho de cierto chico de cabellos castaños y rojos — No pensé que te gustaran los de mi tipo. —
— Pervertido. — Mencionó una tercera voz en la habitación y Takemichi finalmente terminó de procesar apartando exaltado la mano del pecho del capitán general de ToMan, Blake.
— ¡Lo siento mucho, Capitán, le juro que es un mal entendido! — Blake se puso a reír y la chica rubia a su lado miraba con seriedad al menor de ambos chicos — ¡Emma-chan!, no te había notado, no me veas así por favor. — Comenzó a rogar.
Emma finalmente solo suspiro y la seriedad volvió al ambiente. El bicolor simplemente se volteó a la ventana y observó la ciudad como si fuera lo más importante por el momento.
— ¿Qué pasó con Mikey-kun y los demás?, ¿están todos bien? — Takemichi pudo escuchar como el mayor en la sala chaqueaba su lengua. El semblante de Emma se ensombreció y comenzó a explicar.
— Recibí una llamada de Draken; cuando llegué ya estabas aquí. Mikey y Draken comenzaron a discutir y ahora... ambos están peleados, solo entendí que Pahchin había sido arrestado... — Emma comenzó a llorar y Blake se acercó para que ella pudiera abrazarlo para reconfortarse cosa que ayudó un poco y ella continuó explicándole como ahora ToMan estaba dividido entre quienes estaban del lado de Draken y quienes estaban con Mikey.
— ¿Blake-San tú...? —
— No estoy del lado de nadie, mi único interés es el bien de ToMan. — El semblante del capitán era sombrío y vacío, la pelea ya mencionada había tocado fibras sensibles en él — Pah es mi amigo y también quisiera que estuviera libre, pero las cosas pasaron y ahora estamos aquí... He venido aquí, Takemichi, porque he escuchado que últimamente Mikey se ha empecinado contigo. Actualmente él no escucha a nadie pero se que le llamas la atención y conociéndolo probablemente se acerque a ti por que por ahora está solo.
Takemichi no tenía una reacción exacta para lo que estaba pasando, pero sin duda tener a uno de los pilares más importantes de la pandilla inclinado en un perfecto ángulo de 90 grados ante él no era exactamente un escenario que alguna vez haya pasado por su cabeza.
— Mi trabajo es mantener las piezas en orden para que ToMan no caiga. Como amigos Manjiro y yo debemos arreglar las cosas de otra forma, se pasó de la línea, pero como capitán general sé que debo velar por la reintegración de la pandilla que cuido como mi familia... Takemichi, no quisiera pedirte esto por que es cargarte con mi responsabilidad pero por ahora eres la única solución que encuentro... haz que esos dos dejen de pelear. Te lo pido como Blake, no como Capitán. —
¿Le estaba pegando en su orgullo luego de que Mikey le haya tratado como lo hizo? Si. ¿Le importaba? Por la seguridad de la pandilla Blake era capaz de caer hasta en las peores situaciones.
El rubio estaba atónito y no sabía qué decir, era una enorme responsabilidad la que el chico frente a él le pedía que tomara; no obstante, él sabía que debía tomar estos retos por un bien mayor, para cumplir la misión por la cual estaba ahí.
—Haré lo que pueda Blake-san — ambas miradas ajenas se posaron sobre él y su semblante de determinación — Prometo que haré lo que esté en mis manos y más. —
El bicolor sonrió complacido y Emma no pudo contener sus lágrimas lanzándose a llorar al regazo del rubio.
— No, no, no. No llores Emma-chan, ya todo estará bien. — Takemichi comenzó a acariciar los cabellos rubios de la chica y Blake se acercó para intentar que la chica se apartara pero en ese momento una cuarta persona entró a escena.
—Takemichi-kun ¿estas.... — una chica pelirroja bastante linda y tierna había entrado a la habitación captando la atención de ambos chicos trayendo un silencio incómodo roto únicamente por los sollozos ahogados de Emma que fácilmente podrían interpretarse como algo más. De inmediato Blake unió puntos en su cabeza y comenzó a reír — ¡Takemichi-kun eso es obsceno! —
— ¿Pero qué...? — Takemichi así como el bicolor anteriormente comenzó a atar cabos y entendió la reacción de su novia recién llegada —¡Hina esto no es lo que parece!, ¡es un mal entendido! —
Blake seguía riéndose por la situación y la dulce Hinata intentaba hacer que todo esto tuviera sentido en su cabeza.
— Es mentira Hina-chan, todo lo que diga Takemichi es mentira. —
— ¿¡Blake-san!? — Takemichi se alteró ante las burlas del mayor y comenzó a parlotear intentando encontrar una solución.
Al cabo de unos minutos Hina entendió la situación luego de que Emma cesará su llanto y la chica recién llegada pudiera presenciar el verdadero panorama de la situación. Los cuatro a partir de ahí compartieron temas triviales y eso hizo que todo el estrés que los sucesos del día habían acumulado se fueran apaciguando un poco aun si siguen sin desaparecer.
Blake entendió entonces por qué Mikey se había encariñado con Takemichi. Era una persona increíble.
Luego de varias risas y anécdotas Emma y Blake decidieron que era hora de darle espacio a la pareja así que optaron por despedirse.
— Fue un gusto conocerte Hina-chan, eres una chica muy linda y atenta, no se como estas con este tonto — la queja de Takemichi no se hizo de rogar pero el mayor lo ignoro tomando una de las manos de la pelirroja depositando un trozo de servilleta en ella — Si algún día te aburres de el puedes llamarme ¿de acuerdo? — Blake dejó un suave beso en el dorso de la mano de la chica haciendo que a esta se le subieran los colores al rostro, Takemichi por otra parte ofendido le dio un golpe certero con una revista en la cabeza al bicolor. Este comenzó a reír. — ¡Es broma, es broma!, me caíste muy bien, simplemente me gustaría salir con ambos otro día, es todo. — La chica rodó los ojos y le dio una tierna sonrisa, Takemichi la imitó. — Bueno, nos retiramos — Takemichi — el rubio le dio una última mirada al capitán — Gracias por aceptar. —
El chico asintió y finalmente Emma y Blake dejaron la habitación.
Blake pasó un brazo por los hombros de su acompañante y ella se apoyó un poco en el hombro contrario.
— Ari-chan lo siento por lo que haya dicho Mikey y te agradezco mucho lo que estás haciendo por Draken y él. — Aria negó con la cabeza sin borrar su leve sonrisa.
— No tienes porque disculparte Emma, tu hermano es quien debe hacerlo. Lo que hago por ahora es lo menos. Sé que no puedo hacer nada por mi propia mano pero quiero agotar todas las alternativas. — Emma la miró de reojo sin comprender su motivación. Según Draken, Mikey había sido muy grosero con ella pero aún así aquí estaba bajando la cabeza para que una cuarta persona se metiera en ese lío con la esperanza de arreglarlo.
— ¿Por qué lo haces? — preguntó acercándose más en busca de calor, la noche se acercaba y parecía ser que llovería por lo frío que se tornaba el ambiente. Aria sonrió.
— Porque cuido a los míos Emma, y aunque uno me lastime hay otro que me necesita. Pah me pidió que no dejara que ToMan sufriera por sus actos. Yo pienso cumplirlo. —
— ¿¡Lograste ver a Pahchin!? — la bicolor asintió levemente ante la sorpresa de la más baja.
— Logré verlo antes de que lo llevaran a juicio. —
▪︎ Unas horas antes de la visita al hospital.
Las pesadas botas de cuero resonaban en aquel pasillo rodeado de celdas. Aquel teñido se consumía así mismo en la ansiedad y tristeza mientras escuchaba como iban y venían, sin embargo, sabía que esto era lo mejor para sí mismo y para su preciada pandilla, él había roto un código y actuado por impulso manchando el nombre de esta.
De nuevo las botas. Se había comenzado a hartar de la monotonía que existía en ese lugar, tanto de los colores, los sonidos y olores. Se sentía como si estuviera metido en un bucle de tiempo donde no había nada más que él, sus pensamientos y ese estresante resonar de las botas.
Eso fue hasta que escucho una variante entre los pasos, cuando en lugar de ser un par de botas parecían ser dos caminando al mismo ritmo. Esto hizo que por inercia levantara la mirada a la puerta de su pequeña burbuja sucia nombrada celda y frente a él se encontró con una pareja de policías que abrían está para espozarlo y comenzar a llevarlo a un destino insólito.
Su mente viajó a las posibilidades de que podría ser este. Tal vez ya era hora de su juicio, o de una vez lo ejecutarian por pena de muerte; ¿era eso posible para un menor de edad?, no lo sabía pero su mente no estaba en condiciones para descartarlo tampoco.
Las puertas cambiaban de sitio y mientras cruzaba una aparecía otra llevándolo a un sitio similar al anterior. ¿Que hubiera costado guardarse esa ira por unos minutos para no tener que aguantar este juego a su cabeza por quien sabe cuanto tiempo? Los arrepentimientos comenzaban a llegar.
Pero estos se callaron una vez visualizó algo familiar, tanto que tenía ganas de correr, derribar el muro que los rodeaba y abrazar a esa persona tras las ventanas a la que sentía que le debía años de disculpas.
— Blake... — Si no hubiera sido por la cabellera flameante de dos tonalidades posiblemente le hubiese confundido con otra persona siendo que traía un vestido azul marino con un escote que dejaba ver un poco lo que tanto le avergonzaba y se esmeraba por esconder, pero ahí estaba. Con una sonrisa amargamente dolorosa viéndolo del otro lado de una ventana.
— Tienen 10 minutos. — Anunció el guardia que lo dejó sentado junto a un teléfono que inmediatamente tomó entre sus temblorosas manos para aprovechar al máximo esos minutos.
— Hey — Escucho la pasiva voz que lo saludaba. Quería romper en llanto.
— Tu... ¿cómo es que estás aquí?, ¿y qué haces vestido así? — Las palabras salían entre suspiros por la sorpresa, su acompañante simplemente negó.
— Convencí a unos oficiales que me dejaran verte antes del juicio con la excusa de que era tu novia, se me da bien la actuación así que sintieron pena y me dejaron pasar. Por eso esta ropa ridícula. — Al elevarse de hombros y haber imaginado lo difícil que tuvo que haber sido para su amigo haber salido así en público por su causa le apretaba el corazón.
— ¿Saliste así por un "tal vez lograr verme"? — Blake asintió y Pah negó sintiendo las lágrimas comenzar a bajar por sus regordetas mejillas — no te merezco como amigo... gracias. — Su mente estaba al borde sin duda alguna, pero ese pequeño acto por parte del bicolor sabiendo lo que significaba para él hacerlo le dio una calma inimaginable.
— Esto es lo mínimo que puedo hacer por ti... yo te falle, no estuve para apoyarte antes y una parte de mi siente que esto pudo ser diferente con mi presencia ahí pero- — Pah lo interrumpió poniendo una mano extendida sobre el vidrio para que parara.
— No es tu culpa Blake, esto pasó por mis impulsos y es por eso que estoy aceptando mi castigo. Yo te debo una disculpa a ti y toda la pandilla por meterlos en esto y por sobre eso manchar su nombre, soy... una vergüenza. — El chico bajó la mirada recriminándose nuevamente cada uno de los hechos sintiendo cada vez más como si la sangre en sus venas fuera ácido puro.
Pero nuevamente algo lo hizo conectar a tierra. Sintió un poco de calor del otro lado del fino cristal y ahí pudo ver la mano apoyada de su compañero sobre la suya, Blake le otorgaba una dulce sonrisa con la intención de alejar los pensamientos que evidentemente consumían a su amigo por dentro.
— ¿Manchar el nombre de la pandilla?, Pah, no somos un gobierno o alguna organización a la que le rindamos cuentas o haya algo "correcto". Tu actuaste por impulso y eso está bien porque en nuestra pandilla todos somos humanos, somos chicos que buscamos divertirnos y crear una nueva era. ¿Recuerdas cómo se fundó esto? bueno eso sigue y seguirá siendo así. Cometiste un error y eso nadie lo va a cambiar, pero a pesar de la insistencia de todos para que huyeras te quedaste a afrontar las consecuencias y te conozco lo suficiente para saber que no lo hiciste pensando solo en ti... Pah te estás sacrificando por todos y eso no es para avergonzarse. —
El rubio no sabía que decir, la sonrisa de Blake no desaparecía y la presión en su pecho disminuía. Se fijó en las facciones ajenas, la cara de la niña que alguna vez conoció tenía cicatrices y aquel cabello largo con rizos por los que muchas mujeres matarían estaba corto y alborotado con la mitad dañado por la decoloración y tinte berreta que tanto amaba utilizar. Su cuerpo era más robusto que el de cualquier asiática y sumado a la cantidad de ejercicio que hacía, este sería una atracción para cualquier hombre promedio aquí, pero sabía que lo ocultaba a como diera lugar para que lo tomaran como lo que ya hacía años decidió ser reconocido: como un chico.
Un chico fuerte y temido, que lo respetaran por quien era y no cualquier mierda en su cuerpo, que le costó más que a cualquiera integrarse a la sociedad, que tuvo que revolcarse en lo profundo del infierno para poder tener una mejor oportunidad de vida, que tuvo que perder tanto para ganar tan poco a lo que merecía. Un chico con un corazón gigante que sacrificaría su vida por quienes están en él; ese, ese era el chico que estaba frente a él con un vestido que sabe que le fue difícil ponerse y el mismo que a pesar de que el lo vio de menos en el pasado le cambió la mentalidad de una bofetada y luego tuvo que ver su espalda mientras avanzaba. Ese era Blake.
— Blake... Eres increíble, hermano. Gracias por no caerte aquel día y pelear por el lugar que te correspondía, ToMan no es nada sin ti. — Pah finalmente curvo sus labios finos y agrietados en una pequeña sonrisa. Blake entendía a qué se refería y simplemente asintió — Ya tienes que irte — dijo al notar que los oficiales ya comenzaban su movimiento para llevárselo — Sé que esto que pasó ha de estar causando problemas internos en ToMan así que... te pido por favor que cuides de todos. De Mikey, de Draken, de Peyan... te los encargo. —
El bicolor tenía sus emociones mezcladas. Mikey le había dado en uno de los puntos que más le dolía recientemente, pero Pah le estaba pidiendo algo y él a pesar de todo sentía la responsabilidad. Entendía que ToMan le necesitaba y su amigo también, eso podía con la barrera de cualquier orgullo.
— Lo haré Pah, es una promesa. —
Emma y Blake se despedían mutuamente en la entrada a la propiedad de la familia Sano, no quería entrar ya que era muy alta la probabilidad de cruzarse con el rubio y quería evitar eso por el momento.
Luego de darle un último abrazo a su amiga Blake decidió tomar camino hacia su "apartamento" si así podía llamarle.
Caminaba perdido entre la idea de si había algo más que pudiera hacer por la situación actual y comenzaba a llegar a la conclusión que solo debería ver el desenlace el día de mañana con Takemichi en juego. Su intuición no estaba mal al decir que era especial el día que lo conoció.
— ¡Blake-san! — Escuchó una voz llamarlo a la distancia. Ya era de noche y no pensaba encontrar a nadie por el camino, pero esa voz le sonó familiar y todo dio sentido una vez visualizo frente a qué edificios estaba pasando.
— ¡Chifuyu! — Saludó con una sonrisa al rubio que se acercaba hasta llegar frente a él. Ambos eran de la misma estatura lo cual les permitía conectar su mirada con facilidad y ver el brillo en los ojos del otro — ¿Pasa algo? —
Chifuyu negó y comenzó a caminar para hacerle compañía un momento mientras hablaban ya que no quería retrasarlo en su camino a casa por sus ocurrencias. Blake comprendió y se posicionó a su lado.
— Baji-san me dijo que pasabas por aquí para ir a casa más o menos a estas horas y quería preguntarte algo así que esperé. — La sonrisa tan inocente del chico era como anestesia al estrés del día del bicolor y se preguntaba por qué. Se cuestionaba si era la capacidad de sonreír por no pasar la carga que él llevaba en ese momento.
— Y ¿de qué se trata? —
— Verás, el tres de Agosto hay un festival por la noche, ya sabes juegos, comida y esas cosas, no es el punto. Quería saber si te gustaría ir conmigo. — Blake en ese momento se detuvo al sentir el calor subir a su rostro. Chifuyu al notar la repentina reacción comenzó a analizar qué había dicho mal y terminó por entender que su oración no había sido finalizada haciendo que los colores también subieran a sus mejillas y comenzará a mover sus manos frente a él intentando borrar el malentendido. — ¡No es una cita!, olvide mencionar que también irá Baji-san y es para distraernos un poco, ya sabes más con lo que está pasando... ¡Pe-pero no tienes que ir si no quieres!, o podemos hacer otra cosa, ¿prefieres hacer otra cosa?, podriamo- — La risa del contrarió calló los balbuceos de Chifuyu. Este al detenerse se concentró en eso, únicamente su risa y sus expresiones siendo iluminadas por la linterna que se encarga de iluminar la calle.
Tiene una risa muy bonita. Pensó.
No era la primera vez que la escuchaba, pero si la primera vez que le prestaba atención al punto de analizar al capitán en su totalidad a partir de eso mientras se veía bastante relajado. Chifuyu sonrió por ser el causante de hacerle pasar un buen momento.
— Tranquilo Chifuyu — dijo finalmente mientras paraba de reír — Es que, tenía tiempos que alguien no me invitaba a salir así de bonito y de frente, perdón — Blake no borraba su sonrisa y eso al rubio le daba satisfacción — Si, me gustaría ir con ustedes al festival, será divertido. —
Chifuyu sonrió mostrando sus blanquecinos colmillos claramente no tan prominentes como los de Baji pero a Blake le parecían bonitos.
— Prometo que no te arrepentirás — afirmó elevando su pulgar y Blake asintió en señal de confianza — No te quito más tiempo Blake-san cuídate en tu regreso a casa y nos estaremos viendo. —
— Adiós Chifuyu, gracias. — El rubio volvió corriendo con una emoción inexplicable a su casa. Por otro lado Blake ahora se sentía mejor luego de todo lo que había pasado en el día. Sin duda Chifuyu tenía una magia especial en él y lo sabía desde el día en que lo conoció.
Pero también era consciente de que no podía permitirse más que una bonita amistad con el chico, aún si por el momento eso fuera suficiente.
Aria llegó hasta su pequeño cuarto rentado y a pesar de haber sido un día pesado su sonrisa aún no se borraba por la reciente invitación. Pensaba que ya nada podía perturbarle.
O eso fue hasta que encontró la puerta de su hogar abierta.
Esto la puso alerta y con cuidado de no hacer mayor ruido al entrar sacó un arma de una caja bajo el mueble al lado de la puerta de la entrada. Esperaba que no fuera necesaria y que solo se tratara de un robo.
Pero sentía que su suerte no podía ser tanta al escuchar el quejido de un perro desde su habitación. Sabía de quién se trataba.
— ¡Bucky! — dijo alterada apuntando hacía su cama donde yacía su peludo amigo sujetado con fuerza sobre las piernas de un hombre al que apenas y le distinguía la cara. Hubiera disparado de no ser porque este amenazaba al cachorro con un arma y otros dos hombres a ella de la misma forma.
— Buenas noches niño listo, o debería decir ¿chica?, me complace saber que vas del otro lado corazón. — La voz de aquel hombre era tétrica y sarcástica haciendo que a Aria le doliera el estómago.
— ¿Quién mierda son ustedes? — preguntó con una voz profunda mientras bajaba el arma para evitar que lastimaran a su amigo. El hombre rió con ironía.
— Oh cariño. Solo vengo a saldar cuentas, necesito un par de favores. Te dejaré ir una vez pagues por los tres niños que te llevaste. Agradece que no sea por cada prostituto. — En ese momento aquel tipo reveló su cara a la luz de un relámpago que hizo presencia por la lluvia que comenzaba a azotar afuera. Aria de inmediato lo reconoció asqueada.
— Maldito infeliz. — Agradecía tanto haber dejado a Dylan en casa de Keisuke ya que esa noche estaba por tomar un giro muy oscuro.
— Solo sé que es bueno verte de nuevo, Aria. Con ese cuerpo que tienes ahora me darías buena plata de no haber sido por aquel niño rubio y aquel hombre hace casi dos años. Dime ¿Aún recuerdas esa noche? —
La risa de ese hombre era estruendosa y a Aria parecía calarle hasta en lo más profundo de su sistema nervioso.
La madrugada del 15 de Agosto del año 2003 creyó que sería la última vez que tendría que cruzarse con esta gente pero su tonto corazón blando la hizo arriesgarse por otros con la posibilidad de que esta situación se diera.
— Habla de una vez. —
But when you're cryin', you bring on the rain
So stop your sighin', be happy again
And keep on smilin', keep on smilin'
And the whole world smiles with you.
-Louis Amstrong.
NOCHES POR QUE BUENOS ESTAN MIS LECTORES
Bueno ya xd, tenía pensado darles doble actualización ayer pero henos aquí, durante estas dos semanas estaré actualizando sin horario debido a que tengo vacaciones y puedo estar en paz.
Me gustaría saber que les esta pareciendo todo hasta ahora y como se sienten con nuestro protagonista.
No tengo mucho que decir más que "Tiempos oscuros se acercan Harry" ;^;
Se los digo por que ayer mi papá me encontró llorando mientras escribía, yo sola me lastimo JAJAJAJAJA
En fin, tengan lindo día, tarde o noche y agradecería mucho su apoyo.
Los quiero, cuídense. ❤
Atte. Darky
#humorantesdelatragedia
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