Porque será que esa carta no le daba buena espina

—Gero , Le debo de entregar esta carta Iida-kun. –Ladeó levemente la cabeza en un gesto de intriga mirando la carta con curiosidad .

Olía a perfume y tenía un corazón en medio de la abertura. Una confesión de amor probablemente ,mejor dicho está claro que lo es , una carta es la confesión más cliché que existe.

Y lo dice la que tiene 15 confesiones escritas con adjetivos totalmente diferentes describiendo la más pura belleza de su amada castaña.

Puntualmente el nombrado llegó y sencillamente le dió la carta.

|Segunda vez|

Vale, lo admitía, le miraba los pechos a Ochako cuando hacía ejercicio.

Pero nadie podía culparla por desear esos redondos y volubles pechos, que rebotaban levemente cuando saltaba o corría.

Oh por dios, quien fuera sudor para recorrerla entera.

Ya ,en los vestuarios no quería parecer toda una pervertida , no no no no. Ella no era así simplemente era pecado no admirar esas bonitas delanteras grandes y esponjosas.

Giro la cabeza completamente para cambiarse ella misma y salir ya de ahí, que tortura tener que admirar esas bellezas y no poder tocarlas.

Pero una notificación de su móvil la distrajo , a escondidas lo agarró y con cuidado leyó el mensaje

(Hermano)

Hey, mamá no está hoy tampoco.
Recuerda comprar la medicinas

Leyó detenidamente el mensaje para suspirar , rayos , otra vez le tocaba irse antes. Respondió para después guardar su teléfono y se percató que estaba totalmente sola en el vestuario , bueno , sorpresivamente alguien se había dejado una camiseta.

La tomó y por instinto la olió. Su olfato era muy agudo así que reconoció al instante que era el perfume mezclado con el sudor de su crush, Uraraka.

El ruidito de la puerta abriéndose le heló la sangre.

La hermosa castaña que le quitaba el sueño la observaba en una situación bastante embarazosa. Ni más ni menos que oliendo su camiseta usada.

—Te la dejaste gero... –La apartó inmediatamente y se la extendió avergonzada.

Ochako la tomó muy desconfiada, agradeció con voz baja para después correr como alma que lleva el diablo.