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Hoseok se quedó dormido luego de haber llorado por mucho más tiempo, gastando toda la energía que tenía. Recostado en la cama y cubierto por una cobija abrigada, gracias al cuidado de Jungkook.

Luego de eso, el joven recién pudo mirar a su alrededor y ver la gravedad del asunto.

Objetos tirados al suelo, ropa de su padre desordenada en su armario y el cajón donde guardaban las pocas pertenencias de Taehyung botadas en una esquina de la habitación.

Soltando un suspiro frustrado, respiró para calmarse y evitar llorar.

Fue en busca de una escoba y una funda de basura, observando de paso a sus hermanos que seguían jugando en el patio.

Limpió intentando dejar lo más ordenado posible y pensando en todo lo sucedido.

Su tío.

La persona que más quería en el mundo luego de su padre y hermanos, esa misma persona que lo vio crecer y lo quiso como si fuera su hijo.

Aquella que los traicionó e iba a continuar así, sin ser capaz de asumir sus errores.

Al salir de la habitación miró a su alrededor, esperando que los pequeños no estuvieran cerca. Tenía que decirles que su padre debía descansar y no podían molestarlo o interrumpirlo.

Jisung lo tomó como una broma, así que se puso a querer abrir la puerta, más como un juego, logrando que Jungkook fuera perdiendo la paciencia.

Por otro lado, estaba Jimin, mirando con atención a sus hermanos que tenían una pequeña pelea—juego, donde uno trataba de abrir la puerta y el otro de mantenerla cerrada.

Mirando sus pequeñas manos, se mantuvo en silencio, respirando hondo y pausado.

Su padre se encontraba bien tras la puerta, solo necesitaba descansar y por eso su Hyung no permitía el paso. Era únicamente por eso. No porque se sintiera mal o enfermo.

La simple idea le hizo temblar su labio inferior y sus ojos acumularon lágrimas de miedo.

Mordió su labio para calmarse y apretando sus dedos aguantó la respiración para así no llorar. Con un suspiro ruidoso llevó aire a sus pulmones, llamando la atención de sus hermanos, que lo miraron con atención.

—¿Qué le pasa a Appa? —preguntó con su voz temblorosa. —¿Está bien?

Tanto Jungkook como Jisung se apresuraron en ir donde Jimin, olvidando lo que estaban haciendo minutos antes.

—Él está bien, no hay nada de que preocuparse —habló lo más seguro posible Jungkook.

—Pero te empezaste a enojar —respondió agachando más su cabeza.

—Mi culpa, jugábamos nada más —añadió Jisung.

—Y yo… yo pensé que… —su voz se hizo más débil. —Appa… —soltó sus dedos y se fregó sus ojos para limpiar las lágrimas contenidas.

Sin embargo, el dolor de solo pensar en que su padre estuviera mal lo rompió.

Ya había perdido uno y no se imaginaba si le llegara a faltar el otro.

Pocas veces Jimin lloraba y si lo hacía, era porque realmente se hallaba mal. Su llanto fue aumentando y aunque cubrió su rostro con sus manos, las lágrimas se escurrían a los costados y del rosado normal de sus mejillas, pasó a un rojo intenso por toda la cara.

—Jimin —Jungkook agarró sus hombros y el menor se encogió más. —Vamos, cálmate —esta vez lo envolvió con sus brazos, agachándose para quedar a la misma altura del menor.

Pero el menor no lograba calmarse.

Ni las palabras de Jungkook, ni lo que prometía Jisung que iba a prestarle, nada conseguía detener el llanto de Jimin.

Y como una luz que bañaba un ángel celestial, Hoseok apareció tras la puerta de su habitación y levantó al pequeño en sus brazos.

—Ya no llores cariño —susurró acariciando los cabellos suaves y castaños.

Jungkook suspiró aliviado mientras observaba como su padre consolaba al menor. Jisung seguía a su lado, también siendo espectador del reconfortante momento y nervioso por hacer llorar a su hermano menor.

Los menores ocuparon la cama de su progenitor, mientras este los envolvía con sus brazos y les contaba un cuento —que ya se sabían de memoria.

Y para cuando Jungkook se dio cuenta, estaban muy dormidos y él también necesitaba descansar.

Estaba agotado.

❲๑❳

La mañana siguiente Jungkook se esmeró en preparar el desayuno y que no le quedara tan mal. Levantó a su padre y que este se encargara de los pequeños y alistarlos para las clases.

Se notaba que la noche anterior había puesto sentimentales a los niños, por eso no paraban de abrazar, besar las mejillas de su padre y decirle lo mucho que lo quieren.

Jungkook evitó comentar el incidente del día anterior y el resultado en lo que su padre se convirtió con la verdad.

Hoseok esquivó las miradas intensas, despidiéndose de su hijo mayor y deseándole un buen día en el trabajo. Por obvias razones, ese día no trabajó y aprovechó que estaba solo en casa para tomarse su tiempo en arreglarse.

Tenía una conversación pendiente con su hermano y no quería llegar en las peores condiciones, dándole el gusto de verlo mal.

Le envió un mensaje preguntando si se hallaba en casa y que necesita un momento de hermanos a solas para poder charlar. Yoongi le respondió que ahí estaba esperando y dispuesto a escuchar todo lo que tenía que contarle.

Listo con su mejor ropa y el anillo de bodas en su dedo, salió decidido a enfrentar a su hermano.

❲๑❳

Yoongi tenía preparado un poco de café en la tetera, leche descremada, crema, azúcar y unos dulces que había ido a comprar cuando Hoseok le avisó que iría a visitarlo.

Esperaba que la conversación fuera deprimente, con un Hoseok llorando que su familia no estaba bien, que los niños extrañaban a Taehyung, que las deudas lo ahogaban y muchas penurias.

Se roció un poco del perfume que Taehyung le había regalado el día de su cumpleaños, uno que le encantaba cuando lo usaba y siempre lo dejaba bien claro porque no se apartaba de él.

El timbre de su hogar sonó y caminó despacio para poner su mejor expresión de hermano que apoyaba sus sufrimientos, aunque en el fondo se alegraba de cada uno de ellos. 

Encontrarse a un Hoseok totalmente diferente no fue de su agrado.

Se lo veía reluciente, como una flor que abría sus pétalos con los primeros rayos del sol.

Parpadeó varias veces y sonrió dejándolo pasar.

Yoongi observó a más detalle como Hoseok usaba un pantalón que a él le encantaba, un abrigo marrón de piel suave. Lo que más le llamó la atención fue lo que brillaba en su dedo anular de la mano izquierda.

El anillo de bodas.

Hoseok conversaba tranquilo, preguntando a su hermano sobre su esposo, es decir, Namjoon.

La charla estaba tomando un rumbo completamente equivocado, porque en ningún momento Hoseok lloraba, le contaba que estaba mal y que su vida iba de mal en peor.

Absorto en sus pensamientos, no escuchó con claridad lo que su hermano dijo.

—¿Te divertiste revolcándote con mi esposo?

Yoongi tuvo que toser para no atragantarse con el café que tenía en la boca y que le salga por la nariz. Hoseok no se inmutó en querer ayudarlo para que pueda respirar bien.

—¿Qué dices? —continuó tosiendo. —¿De dónde sacas eso? —con la servilleta se cubrió la boca para poder hablar.

La inexpresión de Hoseok no pasó desapercibido por su hermano, que carraspeó para aclarar su garganta.

—¿Te sientes bien? —le gustaba cambiar las cosas a su favor. —Creo que andas escuchando cosas que no deberías. Te puedo recomendar un buen psicólogo para que visites, quizás la pérdida de Taehyung aún te afecta y estás empezando a delirar.

—Escuchaste claramente lo que dije, así que no cambies las preguntas y deja de evadir por responder. Sé muy bien que eras el amante de mi esposo y por lo que veo, no muestras ningún signo de arrepentimiento o vergüenza.

Una fina sonrisa se formó en el rostro de Yoongi. —Yo te dije que no es bueno andar con las vecinas porque ellas solo viven de los chismes de la gente. Estoy seguro de que comentaron algo fuera de lugar y como estás con la pena, les creíste.

Un mensaje le llegó a Hoseok, Jungkook le preguntaba dónde estaba porque había llegado a casa y no lo halló.

Entiendan al pobre de Jungkook, se preocupaba tanto por su progenitor que temía que hiciera algo que le dañara o una locura, como la de ir donde su tío y armar tremendo escándalo.

Como no respondió, recibió una llamada y la contestó para que dejara de insistir.

—Estoy ocupado, te llamo más tarde.

Solo que su voz no fue lo único que se escuchó, también a Yoongi.

Dile que estás aquí injuriando contra mi persona.

Colgó para que no escuchara la sarta de artimañas y victimizaciones de Yoongi.

—¿Qué pensará Jungkook cuando sepa que estás creyendo toda esa clase de mentiras e inventos —alzó la ceja y lo miró desafiante.

—Solo tienes que responder si o no, ¿qué tan difícil es eso? —encogió un poco los hombros. —¿Qué tan mal debes estar para meterte con el esposo de tu hermano y dañar un hogar? —negó con la cabeza e hizo un sonido con la lengua acompasado a cada movimiento. —Triste, pero no de sufrimiento, si no de pena y falta de amor propio.

—No voy a seguir aguantado que vengas a ofenderme en mi casa —se levantó para abrir la puerta de su casa. —Si quieres regresar, puedes hacerlo con una disculpa.

Una carcajada pura y limpia soltó Hoseok. ¿Era acaso una broma?

—¿Por qué no eres sincero? —se puso de pie y dio unos pasos para acercarse a su hermano. —La verdad siempre se sabe, no importa cuan dolorosa o cruel sea. Y me duele, porque yo te consideraba una persona indispensable en mi vida, eres mi hermano y la sangre nos une, pero veo que tú no piensas igual.

—Retírate Hoseok —ya no había amabilidad en su rostro.

—No te gusta escuchar la verdad, pero yo me encargaré de que te quede bien claro el tipo de persona que eres y del cual no quiero en mi vida ni en la de mis hijos. La culpa no solo es tuya, lo sé, porque para un engaño se necesitan de dos y no puedo ir a la tumba de Taehyung y ponerme a preguntar por qué lo hizo, en cambio, a ti si —Hoseok le barrió con la mirada. —Descarado y mal agradecido.

—Suficiente —Yoongi empujó a Hoseok a la salida. —¡Estás loco! Deberías buscar ayuda para que dejes de inventar cosas en tu cabeza y hacer ideas raras de mí y tu difunto esposo. No le tienes ni un poquito de respeto y vienes a ensuciar su nombre con injurias.

Llevaba tratando de mantenerse sereno y no perder la cordura, pero le resultó muy difícil al final, ya que Yoongi prácticamente le dijo que estaba mal de la cabeza.

Entonces hizo lo que jamás pensó hacer en su vida.

Golpear a una persona por culpa de un hombre.

En realidad era más por su desfachatez de ser tan descarado y sinvergüenza.

Solo hizo puño la mano y lanzó el golpe en la mejilla de Yoongi. Supuso que le dio en el hueso, porque su mano empezó a doler.

El golpe fue tan inesperado que Yoongi perdió el equilibrio y cayó al suelo.

Ok, yo jamás he peleado por un hombre y espero no hacerlo. Aunque a mí si llegaron a hacerme problemas a mi casa, jeje, pero no le di chance y le dije que yo no era la de la culpa, él me buscaba aunque yo siempre decía que me dejara en paz. A ambas nos decía que nos amaba y blablabla 🙄.

Un momento de mi vida bastante intenso y tóxico del cual pude salir y no regresar más.

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