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Sus manos continuaban temblando, el torbellino de emociones que su cuerpo estaba soportando eran demasiados. Rabia, frustración, enojo, tristeza y dolor.

Las conversaciones variaban entre lo normal, bobadas, lo romántico, erótico y lo vulgar. Una mezcla total donde el resultado era el mismo, Taehyung engañaba a su padre.

Por impulso quiso arrojar el celular a la pared y romperlo, pero se detuvo antes de que ya no estuviera en su mano

Necesitaba saber quién era la otra persona, conocerla, verle a la cara y preguntarle muchas cosas. Principalmente ¿Por qué mantener una relación con una persona casada y con hijos? Una baja autoestima debía tener para arruinar una familia, aunque si era honesto, la otra persona no era la única responsable.

Taehyung también lo era.

Porque para un engaño se necesitaban de dos.

Y lo hubo.

Un par de descarados y sin vergüenzas.

Ahogó un grito al cubrirse la cara con la almohada y apretarla con fuerza hasta casi no poder respirar y quedarse sin aliento. Con el pecho subiendo y bajando por quedar exhausto, tardó unos minutos antes de tomar nuevamente el celular para revisar el número.

No lo reconocía, jamás lo había visto. Marcó con la respiración agitada y el sudor colándose por su frente esperando que del otro lado de la línea contestaran.

Estaba consiente que eso no sucedería, porque la otra persona había apagado el celular y lo mantenía así desde el día de la muerte de su amante. Aunque de aquel pequeño detalle no tenía ni idea Jungkook, solo lo intuyó.

Intentó calmarse y su dedo pulgar subió al principio de aquel chat, que para su mala suerte era bastante extenso. Tardó bastante en encontrar el inicio de todo eso, que, a simple vista, parecía una charla de un par de desconocidos.

Decir que Jungkook no se pasó hasta altas horas de la madrugada leyendo cada mensaje, sería mentir. Pero prefería sentir ese dolor y tener el conocimiento de los mensajes, antes que su padre lo supiera.

No iba a permitir que los leyera.

•☭•

Intentar actuar como si nada pasaba se le daba de maravilla a Jungkook, porque la excusa perfecta para cuando le preguntaban que le sucedía, señalaba a sus hermanos o simplemente los nombraba.

Una repuesta corta con una sonrisa forzada que paraba a cualquier curioso.

Alejaba todo rastro de esos pensamientos que lo hacían caer en cuenta que Taehyung no era realmente quien decía. Donde la realidad era otra y los rumores los escuchó tan claro, que fue como si le hablaban en su oído.

—Y es allegado al viudo.

—Si, ser tan cercano y hacerle ese daño.

—Hay que ser descarado.

—La prima de la vecina de mi cuñada los vio.

Se hallaba haciendo las compras, pero se sentía como en una pasarela, con la atención de la gran mayoría puesta en él. Hablaban dándole la espalda, como animales temerosos a que se los comieran. Cuando Jungkook giró el rostro para hallar al dueño de aquella conversación, las personas a su alrededor estaban concentradas en sus compras.

Tampoco podía ir uno por uno preguntando o interrogando el tema de su conversación.

Necesitaba salir de ahí, teniendo que apurar el paso y ganarles en caja a un par de señores.

Taehyung no era su padre, pero le dolía tanto como si lo fuera. No quería ni imaginar si en algún momento sus hermanos se enteraban de la verdad.

Condujo a casa y ni saludó al entrar, argumentando que llegaba tarde a su curso cuando escuchó como su padre se quejaba por el ingreso tan silencioso que le hizo dar un gran susto.

Con las compras en la cocina, su mochila en su hombro y un abrigo en su mano, salió de la casa para ir a la ciudad.

Hoseok había tomado la decisión de mantener a su hijo ocupado, así que lo inscribió en un curso de ingreso a la universidad. Era una vez a la semana y con muchos temas impartidos y clases para estudiar.

Su primogénito aceptó, teniendo más posibilidades de ingresar a la carrera que quería ya que en los intentos anteriores no pudo.

El viaje a la ciudad le vendría de maravilla para dejar de pensar en el tema de Taehyung.ñ

•☭•

—Yo me puedo hacer cargo —se escuchó del otro lado de la línea. —Nadie está en casa, Jungkook llega casi a media noche y tú debes terminar tu trabajo.

Hoseok suspiró al sentirse frustrado.

Le surgió una decoración de último momento y no quería dejar a los niños solos en casa, tampoco estaría la vecina Lee. Así que no tuvo otra opción que recurrir donde su hermano mayor y pedirle de favor que cuide a los pequeños.

Yoongi aceptó en cuanto abrió la llamada, ni sabía lo que Hoseok le pediría y ya dijo que sí.

Le agradeció por la ayuda que le daba y así poder estar más tranquilo.

No es nada, lo hago con gusto.

Al colgar la llamada, luego de despedirse, envió un mensaje a Jungkook.

Que fue recibido al instante, pero no leyó.

El joven tuvo un descanso de treinta minutos y los aprovechó para ir donde un técnico en celulares.

En realidad, quería un friki o hacker capaz de dar con la otra persona que Taehyung hablaba.

Eso solo pasaba en las películas, pero eso no evitó que una llama de esperanza se encendiera.

No perdía nada con buscar.

•☭•

Jungkook conducía de regreso con sus hermanos, su tío había preparado el desayuno y lo invitó a pasar. Yoongi le preguntó como estaban sus ánimos y el de Hoseok, respondiendo falsamente con una sonrisa. —Avanzando.

No le gustaba que tocaran ese tema, sin importar si eran cercanos o desconocidos. Porque quienes resultaban más afectados de todo eso eran sus hermanos y las personas no tenían tacto al preguntar.

Comió rápido y apuró a los pequeños porque ese día iría a ayudar en un local de comida y no quería llegar tarde. Era un trabajo que le recomendaron para que pudiera ahorrar en sus futuros gastos universitarios.

En el auto le contaban lo que habían hecho con su tío y los juegos nuevos que realizaron. Cuando se estacionó fuera de casa, los menores bajaron y corrieron a saludar a su progenitor, que se encontraba en el jardín.

Jungkook permaneció en el auto, mirando como sus hermanos corrían, exactamente como Jisung lo hacía y Jimin lo imitaba. El menor se detenía cada tanto y antes de entrar, se detuvo por unos segundos y luego avanzó.

Los gritos de sorpresa se escucharon hasta afuera y Jungkook sonrió al imaginarse a su padre riendo contento.

•☭•


A la siguiente semana que a Jungkook le tocó viajar a la ciudad continuó buscando quien le pudiera ayudar.

En casa las cosas seguían normal.

Si eso suponía a un Jimin más callado, un Jisung tranquilo y su padre apagado.

No, nada estaba bien.

Mirar a su padre y ocultarle sobre los mensajes, le agobiaban.

Quizás ya debía ser hora para decirle la verdad.

Lo hizo cuando los pequeños dormían, luego de una larga lucha con el más pequeño.

Esperó sentado en el mueble con la televisión prendida, cambiando de canal a una película de acción. Cuando lo vio entrar a la sala, se levantó de inmediato y lo abrazó por la espalda, así como cuando era pequeño.

Hoseok sonrió y se giró para devolver el abrazo a su hijo, acariciando sus cabellos tan rebeldes como los suyos.

—Tengo algo que decirte, padre —su voz sonaba nerviosa.

Los ojos del joven huían del mayor cuando este deshizo el abrazo y se imaginó lo que se avecinaba.

—Recuerdas que las pertenencias de Taehyung fueron entregadas a mi luego de… bueno, eso —intentó continuar, pero no hallaba las palabras correctas para seguir y estuvo así por un minuto completo. —Luego que me comentaras los rumores, yo… yo revisé su celular.

—¿Qué?

—No podía dejar de pensar en eso y…

—¡Pero tu mismo dijiste que son eso, rumores! —espetó alterado.

Ya no estaban abrazados, Hoseok se había alejado unos pasos y Jungkook arrimado a unos de los muebles.

—Aparte, no quiero que te involucres en eso. No es tu problema, es algo que yo debo solucionarlo.

—¡Claro que es mi problema! —se apuntó con le dedo y luego señaló a su progenitor. —Tú eres mi padre y todo lo que concierne contigo o mis hermanos es mi problema —declaró dolido.

Hoseok negó reteniendo las lágrimas, no quería eso para su hijo.

—Taehyung si tenía a alguien más —susurró.

Era algo que Hoseok tenía conocimiento, pero tampoco lo aceptaba.

Su corazón no lo hacía.

—Leí sus mensajes y puedo confirmar su engaño. Su infidelidad —la última frase la dijo en voz baja, como si fuera un secreto.

De seguro deben estar cansadxs de mis disculpas, la espera esta vez fue mucho más larga.

Muchas Gracias a quienes continúan aquí. ♡

Creo que hay un poquito de trama en el relleno.

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