Mientras Hoseok conducía, no podía dejar de pensar en lo que había escuchado sobre Taehyung.

Su Tae.

Su esposo.

No podía negarse a la realidad, si le comentaron eso, debía ser por algo.

Pero ¿Con quién?

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Cuando llegó a casa, encontró a los pequeños jugando en el enorme patio trasero. Uno donde junto con Taehyung habían planeado construir una piscina o jardín para poder descansar.

El primero que notó la presencia de Hoseok, fue Jisung y empezó a correr hasta poder abrazarlo. Jimin no se quedó atrás, porque Sung gritó que quien llegaba último era un huevo podrido.

Y Jimin no era eso.

Hoseok abrazó a sus hijos y todo el sentimiento de frustración se evaporó al tenerlos juntos. Besó sus mejillas, recibiendo quejas por parte de cada uno, pero igual no se alejaron y sonrieron marchándose —cuando se dieron cuenta que su padre ya había acabado la sesión de mimos— a seguir jugando.

—¡Jungkook! —llamó al no verlo en la sala ni en la cocina.

—Me voy a bañar —respondió desde su habitación.

Jungkook no quería que lo viera con sus ojos hinchados y por eso tomaría una ducha, así tendría la escusa que se le metió shampoo en el ojo.

Era un genio.

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Hoseok estaba pensando si debía comentarle o no a Jungkook sobre lo que se enteró. La verdad no quería involucrarlo en nada de eso, no eran sus problemas, era un joven que tenía que pensar en el examen de ingreso a la universidad. Solo que el nudo en la garganta no parecía querer disolverse.

Se le vino a la mente su hermano Yoongi, pero la vergüenza por llevarle posibles rumores, lo hacían dudar. Quizás lo que tenía que hacer era esperar, así podría confirmar o negar lo que sabía.

Así hizo, una semana duró esa tranquilidad, porque cuando estaba en el local de su trabajo, escuchó.

—Ya son varios meses desde que Kim falleció, una pena.

—Una pena si, pero sabes que dicen que tenía un amante.

—¿En serio?

—Si y que el esposo lo conoce muy bien.

—Hay que ser tan descarado.

Hoseok estaba limpiado las repisas para colocar unos nuevos productos que le llegaron y poder mostrarlos a sus clientes.

Salió lo más rápido que pudo para ver quienes hablaban, pero no había nadie cerca.

El estómago se le revolvió y tuvo que correr al baño para poder vomitar.

Esa persona era alguien que conocía muy bien.

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La situación lo llevaba a pensar en ir y preguntarle a la señora Gim y así, poder acabar con su tortura. Pero su orgullo y parte racional, le decía que no.

Solo que no quería ser visto como el marido tonto que su esposo engañaba y nunca supo o, si se llegó a enterar, se hizo de la vista gorda, como si no pasara nada.

No quería causar ese tipo de lástima.

Es más, no quería causar ningún tipo de ella.

Su trabajo le permitía que no le faltara nada en su hogar y lo habían comprobado esos pocos meses sin Taehyung. Además, de que su familia política tampoco se había desentendido de los menores y les depositaban una pensión.

Solo que ese dinero extra lo guardaba para cuando estuvieran en aprietos y para el futuro de ellos en sus estudios.

Como en ese momento —que había llegado temprano a casa, luego de regresar de terminar una decoración para un cumpleaños— y ayudaba a Jimin y Jisung en sus tareas.

Le encantaba que ellos fueran tan abiertos con sus pensamientos, que tenía miedo de la verdad que podría encontrar les afectara.

Por eso, esa noche decidió comentar a su hijo mayor de la situación. No podía tapar el sol con un dedo y el mayor en ese momento era uno de los pilares que brindaban confianza y estabilidad emocional en el caos mental que se encontraba.

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Jungkook revisa la pantalla del computador y notaba la intensa mirada de su padre sobre él, causándole un poco de nerviosismo.

—¿Estás ocupado Jungkookie? —preguntó Hoseok desde el otro lado.

—No, ¿Qué pasó padre? —respondió apartando la mirada de la pantalla del computador.

Hoseok suspiró soltando el aire retenido y se acercó para sentarse cerca de su hijo.

—Recuerdas el día que fui a la otra casa a arreglar problemas de la tubería —Jungkook asintió —. Lo que pasa es que ese día alguien me hizo un comentario, que al principio pensé que era fuera de lugar e inoportuno.

El hijo escuchaba con atención.

—Entonces regresé y como las dudas me mataban, empecé una conversación hasta que topamos cierto punto del comentario anterior y lo que me dijo —la voz se le quebró —. Me provocó tal shock, que me desmayé.

—¿Por qué no dijiste nada ese día? —reprochó preocupado. No sabía comportarse así con su padre, pero le preocupaba la salud de este y que no le dijera nada, lo enojó un poquito.

—No quería preocuparte —calmó acariciando el brazo de Jungkook.

—¿Qué fue lo que te dijeron?

Hoseok le sonrió triste, soltando el brazo de su hijo para poder recargar su cabeza con sus manos entrelazadas, mirándolo unos cuantos segundos; para luego cubrir y frotar su rostro en una clara demostración de angustia y nerviosismo.

Jungkook no quería presionar a su padre, pero verlo así lo ponía mal.

—Pa...

—Que se veía con alguien más en casa —habló despacio y suspirando agotado.

La copia casi exacta de Hoseok en versión joven no entendió. No es como si no llegaran personas a su casa, muchos clientes, vecinos, amigos.

—No veo nada de ...

—No es solo eso, hay ... Rumores —añadió.

—Los rumores son eso, rumores y no son verdad —mencionó.

—Pero eso es cuando lo escuchas de una persona, no de varias. La persona que me dijo, confesó que lo había visto.

—Y de seguro esa persona vive pegada en la ventana de su casa viendo vida ajena —escupió enojado.

Hoseok no decía nada, mantenía su rostro tapado con sus manos.

—Es que no entiendes hijo.

—¿Qué no entiendo? —preguntó —. ¿Qué estás haciendo caso a posibles falsos rumores para dañar la memoria de Taehyung Hyung?

—Ese es el problema, que no quiero hacer caso —Se defendió y el primer sollozo se escuchó —. Que no quiero creer a nada de lo que dicen, pero tampoco quiero vivir una mentira —soltó llorando mas fuerte.

El cuerpo de Hoseok generaba espasmos debido al llanto por la confesión de lo que tenía guardado. El abrazo cálido que le dio su hijo lo hizo no sentirse solo.

—Mi corazón se rompería si eso llega a ser verdad, me dolería demasiado —murmuró entre hipidos y el consuelo de Jungkook.

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Luego de lo sucedido minutos atrás, Jungkook pudo tranquilizar a su padre con un poco de té y llevarlo a su habitación para que pudiera descansar; mientras que intentaba hacer lo mismo en la suya.

Jamás en su cabeza se le hubiera ocurrido que su Hyung tuviera otra persona o que engañara a su padre.

Se le hacía algo muy tonto, porque no veía que eso fuera necesario. Conocía los principios de Taehyung sobre la familia y el amor entre ellos.

Intentó dormir, pero no paraba de dar vueltas en la cama y recordar el llanto de su padre. El tampoco podía quedarse con los brazos cruzados y debía averiguar.

Recordó las pertenencias que le dieron luego de la autopsia y de un brinco estaba en pie y buscando los objetos en su armario. Lo primero que revisaría sería el celular.

La batería estaba agotada. Nada difícil, con un cargador se solucionaba y un poco de tiempo de espera.

Solo que Jungkook no era alguien que podía esperar, encendió el celular cuando obtuvo los primeros porcentajes de energía y siguiendo en números rojos. Menos mal la contraseña que tenía era fácil, ya que él mismo le ayudó.

Con los dedos temblando abrió los mensajes y empezó a buscar. Tenía dos chats anclados, uno era de su padre, que reconoció por la foto y el otro no sabía. No tenía foto y el contacto tenía un emoticón en vez de un nombre.

Abrió el chat sospechoso, encontrando conversaciones bastante comprometedoras.

Los rumores que había escuchado su padre eran ciertos. 

Holis, hoy traigo un nuevo capítulo. 

Espero que les este gustando como va quedando la trama. No tengo mentalizados cuantos capítulos serán, pero si la linea de tiempo y espero no apresurarme en algunas cosas. 

Tengan un lindo día/tarde/noche.