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Era un domingo perfecto para pasear en bicicleta por la calles del pueblo y alrededores. Por eso Taehyung salió de la otra casa que tenían en el pueblo del sur y condujo su bicicleta para llegar a casa, pero antes pensaría y tomaría varias decisiones.
La última discusión con su esposo había sido hace unos días atrás, pero tal fue la molestia, que Taehyung no tuvo reparos en ir a quedarse en la casa en otro pueblo, que también era de ellos.
Quería a Hoseok, de una manera diferente, más por costumbre y los pequeños que habían tenido eran la razón de seguir junto a su esposo. Sus días habían resultado agradables durante años, pero sentía que la chispa de ellos ya no era la misma.
Debería pedirle el divorcio —pensó.
Sabía que tenían que hablar, poner los puntos sobre las íes y decir las cosas con claridad. La decisión estaba tomada, cuando llegara a casa, le diría y terminarían en buenos términos por el bien de los pequeños.
Un perro se le atravesó y tuvo que maniobrar para no ir a la calle, ya que conducía bien pegado al filo del parterre y así evitaba ser golpeado por algún vehículo. El susto pasó y siguió manejando. Las primeras casas anunciaban que estaba llegando al pueblito y sonrió de satisfacción.
Jugaría con sus hijos en el inmenso patio trasero y luego cocinarían algo delicioso, para cuando la noche cayera, por fin hablaría con Hoseok.
Si, ese era el plan establecido por Taehyung, que quedó solo en eso, plan. Porque no pudo llegar a ser ejecutado, cuando notó el golpe en la llanta trasera de su bicicleta y luego sintió su cuerpo volar.
En esos segundos, donde la cámara rápida fue apagada y la lenta se encendió. Taehyung vio su vida en un segundo, pensó en su familia, en sus hijos y en él. Que no era Hoseok. No se despidió de nadie.
Luego cayó al pavimento y cerró los ojos para caer en la inconsciencia, caminando hacia su muerte.
El chirrido de los frenos del carro, llamó la atención de los pocos habitantes que vivían cerca y ensordeció a varios que circulaban. Cuando salieron, encontraron al conocido Kim Taehyung, tirado en el asfalto y con sangre a su alrededor.
La ambulancia fue llamada y en menos de cinco minutos llegó, al ser un pueblo pequeño, no se demoraban. Los paramédicos alejaron a los curiosos y varios que habían estado ayudando. Una persona le estaba dando primeros auxilios y otro grababa desde que escuchó el auto frenar.
La marca de las llantas del automóvil desconocido quedaron en el asfalto, junto con las señas de la bicicleta ser arrastrada unos varios metros. El sol anaranjado pintaba muy poco en el cielo y se veía una hermosa combinación de gris claro con destellos naranja, completamente hermoso y alegre, nada propicio para el reciente accidente.
Taehyung fue llevado aún con leves signos de vida, mientras la familia no sabía de lo sucedido. Los curiosos pensaban que el hospital se encargaría de llamar a la familia y sólo se limitaron a caer en pena por el reciente accidente.
Sin embargo, no sucedió y viendo que la familia del conocido Kim, no llegaba, decidieron llamarlo. Lo hizo un enfermero, el que estaba menos nervioso y podía controlar su pena y no llorar mientras hablaba al señor Jung. El solo esperaba que sea el viudo el que conteste y no uno de los pequeños hijos que tenía con Kim.
El enfermero supo que el señor Jung entró en un shock cuando escuchó su suspiro de dolor, quizás pasaron unos cuantos segundos cuando una voz gruesa, pero más joven le habló. Era el hijo mayor del señor Jung. No tuvo tiempo a decirle y sólo dijo que estaba en el hospital y que falleció, no le especificó bien.
•☭•
El llanto de Hoseok era lo único que interrumpía el sonido del televisor, los más pequeños no entendían porque su padre lloraba y como su hermano mayor lo consolaba. No sabían que hacer e imitaron a Jungkook.
—Vamos a estar bien padre —repetía Jungkook con pequeñas caricias en la espalda a su padre.
—Kookie… pero… —seguía hipando.
—Yo iré, usted padre puede quedarse aquí.
—No, no, no, no yo también iré —alzó la mirada y sus ojos enrojecidos habían perdido el brillo.
—¿JiMin y JiSung?
—Pueden quedarse un par de horas solos hasta que regresemos —habló mirando a los menores de diez y ocho años —. Le puedo decir a la Señora Lee que los vea —explicó.
—¡Queremos ir! —repitieron los pequeños curiosos, queriendo saber porque su padre lloraba.
—Amores míos —los envolvió en sus brazos —. Su hermano y yo debemos hacer algo muy importante. Ustedes son muy pequeños y el es mayor.
—¡Pero papi! —reclamó JiSung, que era más revoltoso.
—No tardaremos, Jungkook les traerá la comida que quieran —dijo palmeando al mayor para levantarse y buscar sus cosas —. Pero que avancen todo y no desperdicien —miró con súplica a su hijo mayor.
El camino a su habitación fue devastadora, porque tenía las pertenencias de Taehyung iguales como las había dejado antes de la pelea. Buscó sus documentos, algunos de su esposo y dinero. También un abrigo porque, de por sí la temperatura en el pueblo era baja, por las noches era aún peor.
Se miró en el espejo y no encontró al característico Hoseok, alegre y optimista. Ahora solo veía unos ojos ligeramente enrojecidos. Respiró varias veces antes de salir y evitar llorar cuando sus hijos lo mirasen.
—Padre —el golpe en la puerta de su habitación se escuchó —. Vamos, ya hablé con la señora Lee.
—Si —abrió la puerta y su hijo le mostró una sonrisa triste —. Vamos cariño.
Los pequeños se despidieron desde la ventana, mirando con preocupación a su padre y hermano.
—¿Crees que haya pasado algo malo? —JiMin le preguntó a su hermano mayor.
—Cosas de adultos —JiSung respondió —. Pero averiguaremos de que se trata —prometió al pequeño de ocho años.
JiMin asintió y siguieron viendo la película. Unos pequeños niños no debían preocuparse por nada más que jugar, pero los menores Kim también sufrirían las consecuencias de las decisiones de su difunto progenitor.
•☭•
El Hospital estaba cerca, pero en ese momento no podían darse a ejercitarse y tomar aire, no. Jungkook conducía el auto de su padre y de manera inmediata llegaron al hospital.
—Voy a estacionarme —avisó Jungkook a su padre.
Hoseok empezó a correr el pequeño tramo desde la acera al hospital y preguntó por su esposo. Difunto esposo.
El doctor encargado de atender a Kim, salió de una sala y se acercó al señor Jung.
—¿Dónde está mi esposo? —la respiración agitada indicaba qué estaba muy nervioso.
—Buenas Noches señor Jung, el señor Kim fue llevado al centro forense para realizarse la autopsia.
—¿Qué sucedió? —preguntó cuando el nudo en la garganta bajó y el malestar se instaló en su estómago.
—El llegó aquí sin signos vitales, no resistió en el camino. Pero según el informe de los paramédicos, sufrió un accidente mientras conducía su bicicleta y un carro topó su bicicleta, ocasionando que sea lanzado al pavimento y goleado parte de su cabeza.
—Buenas Noches —Jungkook abrazó a su padre y se unió a la conversación.
—Buenas Noches. Como le seguía diciendo, eso provocó politraumatismo en ciertas zonas, pero no podemos confirmar la razón exacta de la muerte sin la autopsia.
Hoseok tembló en los brazos de su hijo y este simplemente lo apretó más fuerte.
—Mis condolencias señor Jung, para usted y sus hijos. Me retiro.
El doctor entró a otra sala, para dar intimidad al dolor de los familiares.
—Debemos ir al centro forense —habló Hoseok cuando se calmó.
—Está bien padre —salieron del hospital apenados.
La autopsia sería programada para las primeras horas de la mañana del día siguiente y sugerían que un familiar estuviera presente, aunque era opcional. Hoseok no permitiría que su hijo tuviera que presenciar tremenda impresión y prefirió que no entraría nadie. Quería recordarlo como era cuando estaba vivo. Aparte, era su esposo y no tenía más familia que él y sus hijos en el pueblo.
Demonios, tenia que avisarle a la familia de Taehyung que vivía en Daegu.
A regañadientes Jungkook aceptó y se fueron a comprar la comida para los pequeños y ellos. El hambre se había esfumado en Hoseok, pero se obligó a ingerir alimento ante la insistencia de sus hijos y miradas preocupadas.
—Appa Taehyung no ha llegado aún —JiMin miraba por la ventana por si acaso su progenitor llegaba.
—De seguro llega mañana y nos recoge en la escuela —comentó JiSung con la comida a medio masticar.
Los pequeños eran distintos en algunos aspectos, por ejemplo, JiSung se parecía a su padre Hoseok, con sus hebras oscuras y un poco quebradas, mientras que JiMin tenía un parecido más a Taehyung, en su cabello castaño y personalidad calmada. Ambos eran distintos físicamente, pero juntos eran muy parecidos a sus padre y Jungkook. Aunque este último no compartía lazos sanguíneos con Taehyung.
Jungkook se ofreció a limpiar los platos, mientras su padre acostaba y hacía dormir a los menores. Se sentó al final de la cama que ambos compartían y los miraba con una sonrisa forzada, pero una lágrima traicionera rodó por su mejilla.
Menos mal, los pequeños dormían y no se percataron de aquello, porque hubieran inundado de preguntas a su progenitor. Hoseok besó los cabellos revueltos de sus pequeños y salió de su dormitorio.
¿Cómo les diría a sus hijos menores que su padre no llegaría al día siguiente, ni nunca? Que no estaba vivo. Ese fue el primer problema que tuvo que afrontar, sin saber los muchos que vendrían.
Hola, espero que este primer capítulo les haya gustado.
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