—Hasta que te acordaste que tenías madre!—
—Callate Irene, no eres mi madre—dijo rodando los ojos mientras caminaba hacia adentro del hospital.
Luego del almuerzo, Rosé se fue con Yoongi a la escuela de música para comenzar con los preparativos para el inicio de clases que pasaría dentro de unas semanas. Platicaron tanto de la escuela como de sus vidas y como ambos habían llegado a ese punto en ellas, Rosé no pudo evitar sentirse feliz por su hermano y comprendió aun mas el hecho del porque no quería revelar nada a nadie.
Sus amigos eran personas que él valoraba y apreciaba, que lo habían aceptado sin interés en otra cosa. Y no digamos lo que significaba Jennie en la vida de él, incluso le platico acerca de su historia de amor. Yoongi le había aclarado que había encontrado aquella felicidad que no tenia estando en Australia, y lo feliz que estaba que ahora ella la iba a vivir.
Una vez terminado el día, ambos concluyeron que seguirían al día siguiente y se encaminaron hacia el restaurante del cual Yoongi le había dicho horas antes, compraron la comida y se dirigieron al hospital. Él se ofreció a recogerla de regreso a lo que Rosé se negó rotundamente y le pidió que disfrutara la velada con su cuñada. Por lo que ahora se encontraba caminando hacia el hospital para compartir la cena que había comprado para Jimin, y al mismo tiempo aprovechó para llamar a su mejor amiga.
Irene rió—Casi que lo soy, así que no me retes Roseanne—
—No lo hago señorita—sonrió mientras caminaba por los pasillos—Leíste mis mensajes?—
—Si que lo hice, como es eso que encontraste posada tan rápido? Acaso que en Corea te ofrecen los departamentos como dulces o que?—
—No idiota, la chica que se sentó a el lado mío en el vuelo me lo ofreció...es muy amable—
—Y no te reconoció?—
—Al parecer no!—se rió—No tienes idea de lo bien que se sintió—
—Me alegro mucho por ti Chaeng, se lo mucho que querías eso. Ahora por favor asegúrate de que no sea una asesina en serie, una psicópata o un paparrazzi disfrazado de mujer—
Ella solo rió—Tranquila, recuerdas que te hable de mi hermano?—
—Si, del famoso Park Yoongi. Que pasa con él?—
—El vive aquí—entró al elevador—Irene! Lo encontré justo gracias a esa chica!—
—OH DIOS MÍO!—gritó la chica—Roseanne Park, definitivamente esa chica no es una psicópata!
Rosé solo negó con la cabeza—Eres increíble, te dejo voy a cenar!—
—Ah pero cuando cometes los errores a quién buscas? A tu madre osea yo!—
—Que no eres mi madre! Dios mío, adiós!—
—Ni un 'te quiero Irene, gracias por mandarme a Corea'? Juro que tomo un vuelo y te halo las orejas para que me lo digas—
—No! Te quiero muchísimo idiota! Hablamos mañana—
—Así me gusta, y me vuelves a decir idiota hago que te tragues las palabras—rió—Yo también te quiero!—
Rosé solo negó con la cabeza y le colgó a su amiga, salió del elevador una vez este había llegado al piso en donde la oficina de Jimin estaba. Se encontró de nuevo con Sohyun, quién la miró con una sonrisa un tanto confundida.
—Chaeyoung cierto?—la castaña asintió sonriendo—Hola! Que te trae por aquí a estas horas?
—Está la oficina de Jimin abierta?
—Si, siempre la deja así por si tiene alguna emergencia y necesita algo de ahí, yo lo saco y se lo llevó. Por qué?
Ella sonrió tímidamente y levantó la bolsa de comida que traía.
Sohyun río—Vamos, deja te ayudo.
▪▪▪
Jimin estiró su cuello una última vez mientras caminaba por los pasillos en dirección a su oficina, estaba cansado no lo iba a negar y lo único que quería en estos momentos era sentarse en su oficina y perderse en sus pensamientos al cabo comería completamente solo.
Cuando llego a la recepción encontrándose con Sohyun, quien comenzaba a empacar sus cosas para dirigirse a su casa.
—Sohyun! Ya te vas?—pregunto mientras se apoyaba en escritorio.
—Si—le sonrió—Dongwoon dijo que se encontraba afuera.
—Me alegro, solo puedes hacerme un último favor antes de irte?
—Claro.
—Ordena comida de mi restaurante habitual por favor, muero de hambre—dijo tocándose el estómago.
—No te preocupes, de eso ya se encargó alguien más—sonrió pícara—Nos vemos Jimin!—dijo despidiéndose con la mano mientras se dirigía al elevador.
El rubio se despidió igual un tanto confundido y se encogió de hombros mientras se dirigía a su oficina.
Probablemente Lisa me dejo comida...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top