03.

Corría con prisa a la casa que se nos había asignado, al entrar me encontré con mi hermana arreglando unas cosas y al verme me ha mostrado una gran sonrisa.

—Bienvenida. —sin poder evitarlo me he lanzado a abrazarla con fuerza, ver su sonrisa en este momento y la bienvenida que me había dado, era lo mejor que me había pasado en este día. —¿Cómo te ha ido?

—Los chicos de mi salón se han burlado de mí. —le comenté con un poco de tristeza mientras recordaba sus risas y burlas. —Pero, los he golpeado como me has dicho, ttebane.

—Bien hecho. No tienes que dejarte intimidar por ellos. —acarició con suavidad mi cabellera rojiza, la cual era exactamente igual a la de ella. —Tienes que defenderte siempre que puedas.

—Pero no me gusta la violencia.

—Lo sé, pero si no te defiendes serás el blanco de todos ellos y no quiero que sufras.

Mi hermana acarició un poco más mi cabello, el que estuviera haciendo aquello me dio una sensación agradable e hizo que todo temor que sentía se esfumara en tan solo segundos.

Kushina es la mejor hermana que podría tener y nunca la cambiaría por nada.

❀❀❀

Nuevamente había sido acorralada por algunos chicos de mi salón, ellos se burlaban constantemente de mí con ese apodo que me habían puesto.

❝Tomate❞ 

Los tomates eran algo que me gustaban, pero al ser ahora un blanco de burlas con ese apodo estaba odiándolos por completo. Yo no era un Tomate y nunca lo sería, pero por más que se los decía a mis bravucones, ellos no entendían.

—¿Estás escuchándonos, Tomate? —preguntó aquel chico que me había impuesto aquel apodo mientras agarraba mi cabello. —Te he preguntado si me has escuchado.

Él jaló un poco de mi cabello causándome un pequeño dolor, sabía que las palabras con él no funcionarían por lo que he optado nuevamente por la violencia y le he dado su merecido. Agradecía internamente a Kushina que me enseñara defensa personal, aunque su defensa era algo más agresiva y en veces me daba miedo de poder dejar a alguien noqueado o malherido.

—¡Ya déjame, Tomate!

El oír nuevamente ese apodo me he sentido más molesta y no dejé de golpearlo en la cabeza.

—No quiero que vuelvas a llamarme Tomate. —le he dicho con un tono de voz severo mientras me alejaba de él. —¡No me llamen más Tomate!

Al verme furiosa han huido como si sus vidas dependieran de ello y en ese preciso momento he sentido como si alguien me estuviera mirando. Al darme media vuelta me he topado con la mirada de aquel chico de cabellos rubios, si recordaba bien su nombre era Minato.

Él me veía con una pequeña sonrisa y pensé que también se estaba burlando de mí por lo que lo he mirado de mala manera causando así su sorpresa. Decidí no prestarle más atención y así ir a mi respectivo lugar para esperar que la clase comenzara.

No sabía exactamente cuanto durarían todas estas burlas, pero esperaba que pronto se acabaran.

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