Trueque. Sanezu
Kimetsu no yaiba no me pertenece.
Prohibido copiar este proyecto, sin autorización previa.
Pairing: Nezuko x Sanemi.
Advertencias:
-Los personajes son mayores de edad-
-Un poco de OoC-
-Magia-
-AU-
.......
Se encontraba sentado bajo la sombra de aquel árbol, sintiendo que el calor incrementaba conforme pasaban minutos.
-Joder - protesto Sanemi, movió una y otra vez la mano tratando de llevar un poco de viento a su rostro y ni eso era suficiente.
Cerró los ojos unos breves momentos.
Flash back
Una mujer de cabellos castaños salía de esa casa, tenia la mirada gacha, mientras que la madre sentia una fuerte opresión en el pecho.
-Tamayo-san- se acercó lo suficiente a la doctora. - ¿Qué tiene mi hijo?.
-Él presenta síntomas de esa enfermedad- notó como la madre perdía fuerzas y su pareja la sostenía.
Los padres sabían que no era buena idea que Genya jugara con los otros niños, si tan solo él habría hecho caso.
-Por el momento sería bueno que no salga de casa, de hacerlo su situación podría empeorar- aconsejo la doctora, retirándose del hogar.
La pareja asintió en silencio, se fueron a su propia habitación, sin tener en cuenta que él hijo mayor había escuchado todo, detrás de la puerta.
Fin del flash
-Se...ñor-
Escuchó como alguien le hablaba.
-Se... ñor- hablo una niña con un poco de temor, escondiéndose detrás del otro niño de cabellos negros.
Sanemi abrió los ojos.
-Viejo, no te muevas- le advirtió el otro joven de cabellos naranjas.
-Sabito, no seas así- dijo el muchacho de cabellos negros, recibiendo un bufido como respuesta. -No eres de por aquí, ¿Verdad?.
-Y a ti, que te importa-
-Soy Giyuu- se presento rápidamente él muchacho, ignorando que Sanemi lo fulminaba con la mirada.
-Makomo- dijo la muchacha y señalo a otro joven. -Oh... Él es Sabito-
-¿Qué te trae a estas tierras, viejo?- preguntó con aburrimiento Sabito, quien emitió un leve quejido de dolor, al recibir un codazo por parte de Makomo.
-Busco a esa perra-
Los pequeños vieron como Makomo, apretaba los puños, mientras que la sostenían para evitar que la menor desatara su furia.
-Te refieres a la maga- preguntó Giyuu con curiosidad.
-Como sea-
-La llaman con distintos nombres- comentó Sabito, mientras lo iban guiando a ese lugar.
Su maestra les pidió de favor guiarlo hasta ella, a cambio les enseñaría unos nuevos hechizos, relacionados con el clan del agua.
En el camino se encontraron con unas extraños guardias hechos de rocas, que le prohibieron el paso, Makomo murmuro unas palabras extrañas y dichas criaturas se rompieron en miles de pedazos.
-Tenemos que darnos prisa- sugirió Giyuu al saber que su otro maestro se iría de viaje.
Ahí, en plena entrada se encontraba la dichosa maga, la cual se encontraba de brazos cruzados, mirando fijamente a Sanemi.
Su nuevo invitado.
Giyuu se adelanto al instante y le susurro algunas palabras al oído, haciendo que esta sonría mas que antes. De su túnica saco unas monedas de oro.
-Fue un gusto hacer tratos contigo- dijo Giyuu mientras se iba acompañado de Sabito y Makomo.
Sanemi no comprendió lo que pasaba y el ver su rostro tan confundido hizo que la maga hable.
-Te vendieron por unas simples monedas- explico la maga.
-Maldita sea- la miro con fiereza.- ¡¿Por qué haces esto?!
-Porque, esa es una buena pregunta- la maga llevo delicadamente uno de sus dedos a sus labios.
-Habla de una puta vez, Nezuko- ella sonrió divertida.
-¿Quieres saber algo más? - propuso la joven acercándose a él, cerca de su boca. -Un joven vino a mi pidiendo ayuda, no era alguien muy adulto, tenia una extraña marca en el rostro, sin embargo cuando él hablaba sentia algo de paz, me pidió eliminar a su propio hermano, el señor Muzan. ¿Sabes de quien se trata?-
-No- ni le interesaba.
-Hablo de esa persona a la que ustedes halaban, el Señor Oyakata-sama.
-¡Cállate!- gritó casi de inmediato.
-No, no, no. Esa es la verdad - mencionó cantarina.- Pero él señor Muzan sabia algo de magia y los maldijo a todos.
"Al cumplir los dieciséis años, morirá él/la hermano(a) de cada pilar, no importa lo que intenten, su final llegara"
-Así es la vida. Si quieres ódiame o lo que quieras. Eso no es relevante, solo recuerda que toda tu desdicha es gracias al gran Señor Oyakata-sama. Por culpa de él, tú hermano es quien sufre esa extraña enfermedad.
Sanemi apretó con rabia los puños que había formado hace unos minutos.
-¿Cómo puedo salvar a Genya? -
No se rendiría hasta que lo vea crecer, formar una familia y vivir una vida tranquila.
-Yo no muevo un dedo por nada ni por nadie, sino obtengo algo a cambio- advirtió Nezuko. -¿Qué puedes ofrecerme tú a mi, Sanemi? -
El peli blanco sabia que no había mucho por ofrecer, dinero, fama, tierras, era irrelevante para Nezuko, ella con solo chasquear los dedos obtendría lo que queria.
-Habla de una puta vez - exigió perdiendo la paciencia. -¿Qué es lo que quieres exactamente de mí?,
-Me encanta que seas directo- alagó Nezuko. -Aunque me cuesta decir, esto - fingió un poco de timidez.
-¡Sólo dilo, maldita!-
Nezuko sonrió complacida, encantada por el carácter indomable de Sanemi
-Un trueque-
-¿Trueque?-
-Tú vida a cambio de la de Genya- él peli blanco asintió con la cabeza, se dio la vuelta, pero unos brazos delgados lo detuvieron, sus labios se acercaron lo suficiente a su oído, logrando que un frio escalofrió recorra su cuerpo.
-Esta noche, quiero que te entregues a mí, en cuerpo y alma-
- ¡¿Qué?!-
¿Fin?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top