¿Conocidos?.
Kimetsu no Yaiba no me pertenece.
Prohibido copiar este long fic.
Advertencias:
Los personajes son mayores de edad
Au y Ooc.
Dedicado a todas esas personas que me dieron ese empuje extra, gracias a ellos este capitulo salio a la luz.
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Hace frio. Es de madrugada en lo que se alista con lo necesario para partir una vez mas en la búsqueda de su hermano, detrás de él siente la mirada de angustia sobre su persona desde hace rato, gira un poco y se percata que es su madre quien lo ve así.
Suelta un suspiro, se levanta y sostiene el arco de caza que le regalaron a Sanemi, pero desde la ausencia del albino, Genya comenzó a utilizarlo como un recuerdo constante de que tiene que tráelo a casa.
Flash back
-¡Hermano, mira!- señala al animal que esta a unos cuantos metros de distancia, escondido detrás de los arbustos que hay en esa zona.
Con cautela Sanemi le hace una señal a su hermano para que no hable mas de lo contrario el animal que ellos intentan cazar podría escapar.
-Quedate quieto- advierte él albino y espera por una puñetera vez su desobediente hermano menor le haga caso.
-¿Cómo quieres que me quede quieto? ¿Acaso no lo viste?- señala a la criatura de grandes garras, quien al oir sus voces comienza a acercarse a ellos.
-Tenias que decirlo-
-¡¿Querías que me quede quieto, mientras me usabas como carnada, para ser él hijo único que siempre quisiste?!- responde Genya.
-¡Realmente eres un pendejo!-
-¡Y tú un imbécil!-
-¡Lo dice quien huye como una gallina!-
-¡Para tú información, querido hermano, no soy el único! -se burla Genya, aprovechando el momento y la ocasión le saca lengua.
-¡Sino fuera porque eres un maldito miedoso no estaríamos en esta situación!-
-¡Si tú no fueras tan lento como disparar una bendita flecha, ahora mismo estaríamos en casa y no escapando de esa cosa espantosa!-
Y como si la bestia entendiera lo que dice, corre con mas furia hacia ese par.
-¡Mejor cierra el pico, enano!-
-¡Oblígame!- reta él menor con una valentía, que si quien se le pregunta, ni él mismo sabe que saco, pero solo sabe una cosa y es que se siente bien, tal vez lo haga mas seguido.
Sanemi no sabe como mierda saldrán de ese puto problema.
Genya solo sabe que él tipo que esta escondido en la rama de ese árbol luce como alguien sumamente sospechoso.
Espera...
¿Desde cuando estaba ese desconocido ahí?
Pero....él también tiene un arco en la espalda.
Como si se tratara de una especie de revelación divina mira con reproche a su hermano.
-Lo conoces- señala al desconocido.
Sanemi solo chasquea la lengua.
-Tomaré eso como un si- afirma Genya. -¡Oye tú! ¡No piensas ayudarnos!-
-¡No es mi problema!- responde con voz aburrida él de arriba del árbol, mordiendo una manzana.
-¡Desde aquí se nota que tienes miedo!
-¡Como se nota que es tú hermano!- se burla él mas alto de los tres presentes.
Sanemi rueda los ojos.
Genya se quedaría a platicar con él más alto en su humilde casa, pero no puede hacer eso, porque literalmente esta escapando de una bestia que quizás lo elimine, todo porque su queridísimo hermano mayor decidió no disparar, vaya a saber porque razón no lo hizo.
-¿Oye mocoso?-
-¡Cierra la boca, mujeriego de mierda!-
-¡Viste mocoso!- le habla a Genya con confianza y como si lo conociera de toda la vida. -¡Ahora entiendes porque tu hermano no tiene novia!-
-Uff, y con ese carácter ni que se diga-
Él más alto se ríe con fuerza.
-¿Seguro que es tú hermano?.-
-En estos momentos, yo mismo me hago esa pregunta-
Sanemi rueda los ojos.
Es entonces que la dichosa criatura comienza a hacer ruidos extraños llamando la atención.
-¡Maldita sea!-
-¡No puede ser!-
Genya no entiende porque hay una joven de cabellos rosas y verdes en lugar de esa dichosa bestia.
-Iguro nos matara-
-Si- confirma él de las cicatrices.
-¿Crees que tendrá piedad?
-Lo dudo-
Genya no sabe lo que esta pasando por lo tanto merece una explicación, así que hay que decirlo de la manera mas civilizada posible.
-¡¿Qué mierda esta pasando?!- exige saber al ver que la joven luce con el rostro sonrojado y se muerde ligeramente los labios con notorio nerviosismo.
-Para ponerlo en palabras simples- explica él mas alto de los tres. -Ella es Mitsuri, una cambia formas, ah, también es la esposa del cazador de vampiros Obanai y... lo otro no lo recuerdo muy bien, pero era importante- se rasca ligeramente la nuca.
-¿Y tú eres...?
La sonrisa del más alto se borra lentamente.
-¿Es un chiste?
-Créeme que soy malo contando chistes- aclara él menor de los Shinazugawa.
-Sanemi, no le hablaste de mi-
-¿Por que debería hacerlo?- arquea una ceja.
-Creí que tú y yo teníamos una conexión especial desde que él patrón nos envió a esa misión-
Sanemi hace una mueca de asco.
-Mejor me presentó yo- Genya solo lo ve en silencio, cuando él mas alto hace una especie de poses raras. -¡Soy el porque las mujeres suspiran. Soy la razón de que muchos tienen los pensamientos mas impuros. Soy el motivo de muchas separaciones. Soy el asombroso y flamboyante Uzui!-
Genya ahora entiende porque su hermano nunca le hablo de Uzui.
-Eres raro- atino a decir Genya.
Se escucha unas ligeras risas que sorprendentemente venían de Mitsuri e incluso de Sanemi.
Genya también rio mucho ese día cuando conoció a varias de las amistades de su hermano.
-Mucho gusto, encantada de conocerte soy...
-No te quiero ver cerca ella- amenazó Obanai con cara de pocos amigos.
-Vaya, como funciona la genética- se burló con sutileza Shinobu.
-Rezaré para que tu camino sea libre de la maldad- explicó Gyomei.
-Tienes que crecer fuerte y saludable para proteger a los mas débiles- habló con voz fuerte y segura Rengoku.
-Al menos soy mas alto que tú- alardeó él mas joven de ellos.
Fin del flash back
Genya rio ante los recuerdos del pasado, lastimosamente muchos de ellos fallecieron cuando esa enfermedad comenzó a esparcirse por todos lados. Él hermano menor de Rengoku falleció a solo unas horas de cumplir los dieciseis años. Shinobu perdió la vida batallando, Kanae la hermana de esta dejo de sonreír luego de la partida de su querida hermanita. Muichiro solo cerro los ojos para nunca mas abrirlo, mientras que él hermano de este lucia mas sombrío de lo usual.
Yuuchiro es quien siempre dice.
Aquí hay gato encerrado.
Los demás siguen vivos solo que ya no los ve con la misma frecuencia que antes.
Entonces se levanta.
Su madre lo despide al igual que otras veces.
-Por favor, cuídate-
-Lo haré- promete él joven dándose la vuelta, emprendiendo un camino que lo guiara a lo que mas anhela.
-Mi querida Nezuko- miro el alba de la madrugada. -Yo se que tú maldición, es la que te causa mas tristeza, cumplí con mi parte, ahora es momento con que tú lo hagas-
Con esas palabras la mujer suelta a la ave de color verde y pupilas de un intenso violeta, esta comienza a volar a través de las suaves brisas del viento que lo guían a una isla, una muy grande y con mucha vegetación.
-Así que por fin llegaste-
-Nezuko-sama- la ave hace una leve reverencia.
-No es necesario que lo hagas-
-Usted siempre será Nezuko-sama-
-Ya no lo soy-
-Lo repito, usted siempre lo será-
La joven maga suelta un suspiro.
-Eh, mocosa, no viste a...
-¡¿Cómo te atreves a llamarla de manera tan confianzuda, mocoso impertinente?
-¿Ya desayunaste?- le pregunta Sanemi.
-No- responde de inmediato hasta que lo comprende al notar como la ave y él albino se lanzan rayos con las miradas. -Ni se te ocurra hacerlo- advierte la maga con seriedad.
-¿Solo es un simple pajarraco?
-¡No es así!- protesta la muchacha.
-¿Quién es?-
-Bueno él es....
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