True Love
—Bienvenidos al festival anual de Noviembre de la universidad de Seul —dijo la directora a través del micrófono—. Dentro de poco, diferentes talentos de la rama artística, se irán presentando.
Afuera muchos aplaudieron eufóricos, regocijandosen de la dicha.
Yo estaba atrás del telón, con mi guitarra en mano, practicando mi voz porque faltaba muy poco para que me tocara cantar.
Estaba hecho un manojo de nervios, y no dudaba que en cualquier segundo cayera al suelo por las diferentes emociones que me recorrían.
Por si acaso no se notaba, esta era mi primera vez en un escenario, cantando delante de mis compañeros y de toda la universidad. Por ello estaba muy perfeccionista, revisando todo:
La guitarra estaba afinada.
Mi voz estaba hidratada.
Y llevaba conmigo mi manilla de la suerte.
Todo estaba listo.
—No se te ocurra vomitar allí afuera —me advirtió con mofa mi compañero de música Jimin, que estaba a mi lado esperando por ser llamado.
Él cantaría primero, luego le seguiría yo.
—Te digo lo mismo.
Él soltó una risa maliciosa.
—Esta es mi segunda vez presentándome, Taehyung. Lo haré de maravilla —sonrió pero luego me observó con una expresión tranquila y reconfortante—. Sin embargo estoy seguro que tú lo harás genial.
Esbocé una sonrisa.
—Eso espero.
Levanté un poco la cortina que dividía el escenario del camerino y miré hacia el público, esperando ver a alguien en especial. Hice un barrido con la vista a todas las personas, pero como esperaba, no lo encontré. Jungkook no estaba.
—Él no ha llegado —me informó Jimin, sabiendo de sobra a quién buscaba.
Hice una mueca triste que al instante oculté de mi compañero. Ni siquiera podía sentirme decepcionado, sabía que posiblemente él no aparecería.
—¿Y dijo que vendría? —pregunté, guardando en mi interior una mínima esperanza.
—Me avisó que quizás se pasaría por aquí. Solo que...
Calló sus palabras y soltó un jadeo cuando escuchó ser llamado por la directora de la universidad.
—El próximo en presentarse es Park Jimin, estudiante de música. Nos cautivará esta velada con la canción One Last Time... Démosle un fuerte aplauso.
Jimin no se movió de su lugar y eso me angustió. Parecía que quería terminar de hablar, pero no sé lo permití. Mejor le animé a subir porque se le hacía tarde, aunque él aún parecía en duda. Por eso le mostré mi mejor cara y así alivié parte de su preocupación.
—Enseguida vuelvo —me prometió, subiendo al escenario.
Sonreí agradecido por tenerlo a mi lado. Jimin siempre había sido un gran amigo y compañero de lágrimas.
Las primeras melodías de la canción empezaron a sonar de fondo, junto a las notas de piano que mi compañero tocaba. Logrando con su magia, relajarme y darme algo de paz, aunque fuera sólamente los minutos donde escuchaba las teclas clásicas. Sin embargo, esta vez a diferencia de otras, no me sentí por demasiado tiempo libre de estrés. Porque aún había algo que me atormentaba y lastimaba una parte de mi ser.
Mi ceño se frunció pensando en qué iba a decir Jimin. Por su mirada seguramente no era algo positivo.
Suspiré y pasé una mano por mi rostro, en un acto de frustración.
Aún me arrepentía de lo que había hecho unas semanas atrás... Accidentalmente me había besado con Jungkook. Fue más como un roce de labios que duró unos segundos, ni siquiera se le podía considerar como un beso real. No obstante mi primer acto fue abrir los ojos como platos y escapar de la incomoda escena.
Días después Jungkook quiso hablar de eso, de lo que habíamos experimentado. Pero yo huí de él, como si fuera una plaga.
No niego que en su momento me sentí en las nubes. Sin embargo por miedo evadía cualquier sentimiento, porque no aceptaba ser homosexual. Eso terminó en un corazón roto por parte de mi amigo (que no sabía que le gustaba) y en mí sientiendome culpable.
Ahora después de estar alejado de él y descubrir que había conseguido una novia, caí realmente en cuenta de lo que sentía y ya no podía callar.
Amaba a Jungkook pero había dañado mi única oportunidad de ser feliz.
—El siguiente en pasar es Kim Taehyung, estudiante de música. Nos presentará la canción True Love. —La voz femenina me sacó de mi trance para luego escuchar varios aplausos provenientes de la multitud.
Era mi turno.
Después de meses de practica, había llegado la hora de salir y mostrar lo que amaba hacer.
Jimin bajó la plataforma, sonriéndome.
—Lo harás estupendo, Taehyung.
Afirmé con la cabeza para darme seguridad y subí los escalones cautelosamente hasta llegar al escenario.
Al frente había un micrófono a mi espera y los músicos se encontraban alistando los instrumentos. El lugar estaba abatido de gente ansiosa. Ya estando posicionado en la mitad, viendo hacia la parte de adelante, fue que noté que habían sacado un pequeño espacio para que las personas bailaran.
Mis nervios seguían intactos, provocando que tragara fuerte.
Era el momento.
Empecé tocando los primeros acordes y emití las primeras letras de la canción, cerrando mis ojos.
Si pudiera hacerlo otra vez, tal vez lo haría distinto.
Tal vez no estaría aquí en esta posición.
Dejé que la música fluyera en mí y asimismo abrí los ojos. Fue entonces cuando lo ví, a Jungkook. Estaba cerca del escenario, bailando con Jisoo, su novia.
Nuestros miradas se cruzaron unos instantes y mi corazón se detuvo.
Te encontré y te perdí.
Mirar hacia atrás es una tortura y duele saber que te dejé ir.
Vives a la vuelta de la esquina.
Ahí estaba el amor de mi vida bailando con alguien más que no era yo. Él se veía feliz junto a ella y juro que estaba a punto de dejar de tocar la guitarra pero seguí, con mi alma haciéndose añicos.
Y pude haberlo tenido todo...
Y pude haberlo tenido todo.
Amor verdadero.
Sé que lo tenía.
Amor verdadero.
Fue tan difícil de encontrar.
Amor verdadero.
Si pudiera recuperarlo...
Le miré y las lágrimas salieron sin intenciones de parar. Cada palabra cantada era como una estaca lastimando mi corazón.
Jungkook le dió la vuelta a Jisoo en un baile improvisado y volvimos a vernos.
Por un pequeño tiempo me pareció ver su mirada dolida, aunque podían ser imaginaciones mías.
No lo dejaría escapar.
Esta vez, si hubiera sabido, lo que ahora sé, estaría contigo esta noche.
Si hubiera sabido lo que ahora sé, estaríamos juntos.
Las lágrimas eran la prueba de mi alma rota.
Evité sollozar, y seguí cantando con pasión y aflicción.
Pude haberlo tenido todo...
Pude haberlo tenido todo.
Pude haberlo tenido todo...
Pude haberlo tenido todo.
Tapé de nuevo mis pupilas y suspiré con pesadumbre.
Amor verdadero, se qué lo tenía.
Amor verdadero, fue tan difícil de encontrar.
Amor verdadero.
Si pudiera recuperarlo, no lo dejaría escapar.
El verdadero amor, te inspira.
El verdadero amor. Era mío, todo mío.
Amor verdadero. Si...
Dejé salir mi melancolía y destapé mis ojos nublados por mi llanto. Aun así lo podía ver, y sosteniendole la mirada manifesté los tonos finales de la canción.
Si pudiera recuperarlo, no lo dejaría escapar...
Esta vez... no lo dejaría escapar.
Esta vez...
Amor verdadero.
Los últimos acordes fueron tocados, acabando con la melodía. Me alejé del micrófono y solté un sollozo desde mi adolorido corazón.
Los aplausos no se hicieron esperar, pero mi atención solo estaba en el castaño que se iba de la mano junto a su novia. Quería gritar y patalear. Decirle que me esperara que no se fuera, pero las palabras quedaron estancadas en mi garganta.
Mis lágrimas no me permitían pensar y fue entonces cuando la mano de Jimin me despertó.
—Ve tras él, Taehyung. Si no lo haces... Te arrepentirás por el resto de tu vida.
Lo pensé detenidamente y agarrando valor, hice lo que mi corazón dictaba.
Me quité la guitarra, pasándola por mi cabeza y se la entregué a mi compañero, para segundos después hacerle caso y salir corriendo detrás del hombre que amaba.
Mi corazón latía con fuerza, y las manos me sudaban. Limpié mis lágrimas en un rápido intento por ver y salí del camerino. Corrí y corrí, hasta que sentí la fría brisa de Noviembre en mi rostro.
Ya estando afuera de la universidad, descansé mientras buscaba a Jungkook pero no lograba localizarlo. Hasta que reconocí su melena castaña y le ordené nuevamente a mis piernas correr así estuvieran cansadas.
No lo podía dejar ir.
No, esta vez no.
Jimin tenía razón. Si lo perdía de nuevo, solo me arrepentiría por lo que quedaba de mis días vivo.
Esquivé a varias personas, y choqué con uno que otro carro de comida, pero no me detuve. Viendo mis posibilidades de alcanzarlo lejanas, sucumbí al único medio: gritar.
—¡Jungkook! ¡Detente, Jungkook! ¡Por favor!
La gente a mi alrededor ante mis gritos y mi atuendo desprolijo, me empezaron a dar cabida entre ellos. Permitiendo que lo pudiera ver mejor, no obstante a pesar de que lo llamaba, él no me escuchaba.
La fe en lograr hablarle y decirle lo que sentía se disminuía. Sin embargo para mi sorpresa, una señora mayor me acompañó en mis exclamaciones y así otra persona tras otra. Hasta que una gran masa de personas lo llamaban por su nombre.
Jungkook se detuvo abruptamente y así pude alcanzarlo. Él se dió media vuelta y se encontró conmigo frente a frente.
Mi respiración era pesada y agitada, por lo que tomé un descanso sosteniendome de mis piernas.
—¿Estás bien? —fue lo primero que me preguntó al verme en ese estado.
Me enderecé, y lo observé después de haber tomado una gran bocanada de aire. Jisoo estaba atrás de él, viéndome estupefacta.
—No —respondí exhausto—. Necesitamos hablar, Jungkook.
El castaño tensó su espalda y volteó a ver a su novia, suponía que era para que nos diera espacio. Ella asintió, para luego irse algo retirada de nosotros, pero sin dejar de vernos.
Las personas a nuestro alrededor no se dispersaron como hubiéramos querido, aunque si estaban algo alejadas.
—¿Qué sucede?
No creía que esa fuera la mejor pregunta para proclamar, después de semanas ignorandome.
—Hace tiempo que intenté hablar contigo pero me evadías.
—Tú empezaste —agregó en mi contra.
Su mirada estaba preocupada por mi estado pero se notaba que hacía un esfuerzo por parecer indiferente.
—Eso no importa, Jungkook. Quería decirte... —titubeé al mirar a Jisoo unos segundos, pero si había decidido correr hasta aquí, no me podía hechar marcha atrás—. Me arrepiento a creces por haber escapado ese día, en vez de haber hablado.
Jungkook suspiró y desvió la vista durante un tiempo.
—De igual forma no era importante.
Esas palabras hicieron a mi corazón estrujarse, y aunque lo intenté evitar, solté una lágrima.
El semblante de Jungkook se relajó al verme en ese estado. Preocupado quiso retractarse, pero no lo dejé. Necesitaba decirle lo que sentía por él.
—Te amo. Te amo, como nunca pensé amar a alguien, Jungkook. Y ese día debí haberte devuelto el beso... —Las lágrimas recorrieron mi cara—. Y ahora... estás con Jisoo y eso me está matando. Perderte me está lastimando como no te podrás imaginar.
Las emociones que pasaron por el rostro de Jungkook eran casi indescriptibles. Desde esperanza, confusión hasta resignación.
—Taehyung... —Su mirada me lo dijo, él me iba a dar una respuesta positiva, pero luego sus ojos cambiaron y sus palabras me dejaron pasmado—. Tienes razón, ahora soy novio de Jisoo. Y no puedo hacerle esto. Yo la quiero, lo de nosotros no puede ser.
Sollocé y agarré mi pecho con fuerza.
No podía estarme pasando esto.
—Aún me amas, Jungkook, lo sé —repliqué acercándome a él—. Lo puedo ver en tu mirada indecisa, por hacer lo correcto o seguir tu corazón.
Él evadió mi verdad titubeante.
—Te equivocas, Taehyung.
Mentira.
—Mirame y dime que lo nuestro no puede ser, que no te mueres por dejar todo y estar a mi lado.
El castaño ignoró mi súplica y dió media vuelta, incapaz de verme.
—No te amo —aseguró en un hilo de voz. Sus manos estaban hechas puños, controlando sus sentimientos—. Es mejor que dejemos las cosas en como eran antes de que eso sucediera.
¿Eso? Aunque lo quisiera negar, sus palabras me acababan de quebrar mi frágil corazón y de paso mi alma se sentía débil e inestable.
—Es mentira —sollocé y al ver que él estaba dispuesto a irse, sucumbí a mi última carta.
Lo besé.
Había agarrado su espalda y lo había obligado a voltearse. Fue ahí, cuando lo cogí de la solapa de su camisa y estampé mis labios con los suyos, en un beso necesitado.
Sin importar las personas a mi alrededor observando, ni mucho menos Jisoo a unos metros de mí.
Quizás luego me sentiría una persona horrible, pero por ahora quería probar el sentimiento de amar y ser amado.
Jungkook luego de unos segundos me correspondió. Porque sentí sus manos aferrarse a mi cintura y atraerme a él. Sus labios eran igual de exigentes que los míos.
Estábamos necesitados el uno del otro.
Me sentí en las nubes, saboreando su beso. Nada de lo que estaba sucediendo era tierno y dulce y me encantaba. Porque lo único que me hacía falta era Jungkook, tenerlo cerca de mí era como estar en el cielo.
Hasta que la realidad me cayó como un balde de agua fría y el castaño se separó de mí despacio, como si tampoco quisiera hacerlo.
—Esto no está bien —alegó agitado.
Tomó bastante distancia de mí, con los labios hinchados y los ojos aguados, y... se fue de mi lado.
Se acercó hasta donde Jisoo, quien lo miraba dolida, pero luego de que ambos tuvieran una charla corta, cogieron rumbo lejos de la universidad. Hasta que se volvieron un punto lejano casi imperceptible.
Las personas a mi alrededor siguieron con lo suyo apenados de presenciar cómo terminó todo.
Y yo lo único que pude hacer fue llorar en medio de la calle y a un lado del paimento.
El cielo tronó, y en cuestión de segundos se extendió un aguacero por cada rincón de Seúl.
Me desplomé en el suelo, colisionando. No tenía fuerzas, por eso no me había molestado en dejarme caer, preso de temblores por el inminente frío.
Gotas de agua se deslizaban por mi cabeza y pasaban por mis hombros, para al final cubrir por completo mi cuerpo.
La lluvia empapaba mi cabello y ropa interior, pero aún así no me movía de mi lugar.
Sabía que hacía esto como un castigo. Esta era mi reprenda por comportarme como alguien que no supo aceptar sus sentimientos y lo que representaba.
Minutos después sentí una presencia a mi lado con una sombrilla cubriéndome del fuerte aguacero.
Era Jimin.
—Todo estará bien —dijo a través de la lluvia. Se agachó a mi lado y me colocó una manta encima, protegiéndome del frío. También me abrazó, dándome confort.
Esperaba que fuera así, pero eso no evitaba que mi corazón estuviera ardiendo como si lo aplastaran cruelmente.
Mis labios temblaban por la brisa e impotencia por saber que no podía estar con Jungkook, porque ella estaba al lado de él. Dolorosamente me los imaginaba juntos, en la casa del castaño, mientras hablaban de trivialidades. Mis ojos se aguaron y retuve un grito lastimero por no poder ocupar el lugar de su pareja. Ser el que Jungkook acariciaba y mimaba para resguardarlo de las solitarias y frías noches.
Lo más triste seguramente sería que era muy conciente de que Jungkook no me vería aquí rendido, con las gotas cayendo sobre mí, un atuendo desprolijo y mi mirada devastada. Tampoco vendría para arroparme con su calor corporal.
Sabía que eso no sucedería.
Por lo que con el corazón roto y los jadeos de mi alma queriendo gritar me quedé tirado en el suelo, sin importar el aire gélido, ni nada parecido —el dolor que sentía era más grande que eso— y lloré imaginando al amor de mi vida besando a alguien más que no era yo.
Fin.
Gracias por leer. ♡
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