Capítulo 23: Perspectiva de una Familia - Son Gohan y Kakarotto

***

*Dos días después...*

*05 de noviembre del año 784*

*Universo 7 - Galaxia del Norte*

*Planeta 4032-Verde-877. La Tierra*

*A orillas de Satán City*

*Residencia de Son Gohan*

***


"¿Están seguros de querer venderla?" Preguntó de nuevo Mr. Satán. No pude evitar rascarme detrás de la cabeza. "Tal vez la necesiten para más tarde..."

"Ya lo hemos decidido papá. Gohan y yo hemos estado viendo algunas casas en la Capital del Oeste." Respondió Videl, mientras agarraba la mano de su padre. "Cuando encontremos el indicado comenzaremos a empacar..."

"¿Viendo casas? Pero Videl, puedo hacerles otra, solo tienen que decirme en dónde la van a querer." Sugirió mi suegro animado, mi esposa y yo comenzamos a negar con la cabeza, pero él ya se había dado la vuelta y caminaba en dirección a la habitación de Pan. "Tal vez una de color azul oscuro, podemos agregarle piscina... incluso la pequeña Pan puede ayudar..." escuché que divago hasta que subió las escaleras.

Videl suspiró derrotada, yo no pude evitar reírme un poco: así había sido la conversación con Satán poco antes de casarnos.

"Sabíamos que esto pasaría, mi amor." Mi esposa y yo tenemos la sospecha de que Satán gastaba su dinero en mi o mi familia porque se sentía culpable por haber tomado el crédito por Cell. Incluso Videl se disculpó cuando se enteró hace años, hasta con mi padre: fue él quien le dijo que esa coartada nos ayudó mucho, ni a mí ni a él nos gustaba la atención. "Al menos está vez podemos evitar que haga demasiados cuartos."

Mi esposa me volteó a ver y solo se encogió de hombros, riendo. "Ja, es capaz de hacer un castillo. Tal vez si Pan usa sus ojos dulces lo convenza." Eso definitivamente funcionará, era débil contra Pan. Todos en mi familia, de hecho, hasta el Señor Piccolo.

Volteé a ver la ventana cerca de mí, miré el cielo azul en compañía de algunas nubes grandes y blancas, eran apenas las 12 de la tarde. Mi mente llevándome a lo ocurrido hace un par de días.

Mi padre se había despertado no mucho después de que Goten saliera y me avisó, sorprendentemente mi tío ya nos esperaba a ambos en la salida de Corporación. No había sido del todo una sorpresa. Llegamos un par de minutos antes de que mi hermano saliera de esa mansión.

Papá había presentido desde hace tiempo que Goten tomaría justicia por él y el resto de los niños afectados, incluso antes de las lecciones con el tío Vegeta. Durante nuestra estadía en el planeta de Kaiosama y Yadrat había notado de verdad cuánto, la forma de pensar de mi hermanito había cambiado. Más se notó cuando nos contó a papá y a mí sobre la Cultura Saiyajin: estaba feliz de compartirlo y tener a más personas con quién hablar del tema.

La Cultura Saiyajin era bastante fascinante por sí misma. Era tan diferente de como lo había imaginado en un principio (la verdad ni siquiera creía que tuviera una), más aún cuando papá nos contó la verdad detrás de su llegada a la tierra: saber eso le había quitado cierta inseguridad y miedo que había mantenido guardado durante años. Tengo que admitir que a mi también, aunque aún me costaba sobrellevarlo.

Había pasado gran parte de mi vida evitando mis instintos: no estaba en completa sintonía con ellos, incluso después de despertar los vínculos. Mi moral humana chocaba constantemente contra mis impulsos saiyajin desde que era pequeño, sabía que incluso papá había tenido algunas dificultades, pero no tantas como las mías. No ayudaba que, cuando mis instintos llegaban a dominarme, me cegaba el poder y siempre acababa en desastre.

Ahora, por primera vez desde que tengo memoria mi papá estaba en paz, incluso tengo que admitir que mis instintos no habían estado tanto en conflicto como antes. Me estaba adaptando: mi parte humana aceptaba más fácilmente mis diferencias (las cuales Chichi muchas veces recalcó a lo largo de los años y me obligue a ocultarlas) y mi parte saiyajin comenzaba a mostrarse más, pero no de forma agresiva y cegadora como esperaba, sino lentamente, dándome tiempo para acostumbrarme.

Tengo la hipótesis de que, como ya no tengo miedo de mi linaje y hasta cierto punto acepto mis instintos, estos ya no intentan dominar o tomar el control, sino que ahora quieren trabajar a la par con mi parte humana, tener un equilibrio.

Si era honesto conmigo mismo, tenía bastante curiosidad por saber de la Cultura Saiyajin, pero aún no me sentía preparado, como si faltara una pieza o un asunto pendiente: tal parecía que mi tío Vegeta lo noto, pues dijo que si cambiaba de opinión era bienvenido en sus lecciones cuando me sintiera preparado. Aunque, al parecer es un maestro estricto: desde el primer día Pan dejó muy en claro que no me contaría nada de sus clases conmigo. (Muy posiblemente se deba a que solo el más sabio puede enseñar) No me molestó, de hecho, lo prefería. Me daba tiempo para adaptarme a todos estos cambios.

Había sido mucho en poco tiempo.

"Gohan... tu mente de nuevo." Videl señaló, al mismo tiempo que puso su mano en mi hombro, se había puesto frente a mí sin darme cuenta, le sonreí un poco. "¿Qué estás pensando?"

"Solo recordaba... cuánto luchaba por ocultar lo que me hacía diferente de los humanos o incluso de tí." Le confesé. No tenía secretos con ella, conocía muy bien mis inseguridades con respecto a mi linaje. Si no fuera por ella probablemente no hubiera admitido siquiera mi amor por la lucha o ido a los entrenamientos con el Señor Piccolo y mi papá. "Creí que si era lo más normal posible todo estaría bien, pero... los deseos, casi provocan que te pierda a ti y a Pan." Tomé con delicadeza sus manos y les di un ligero beso.

Las primeras semanas de esa vida normal habían estado tranquilas y perfectas, pero no pasó mucho para que mi "odio" hacia las Artes Marciales y todo lo referente con los saiyajin generará discusiones, peleas... y casi el divorció. Videl me informó que había llamado al abogado de su familia para tramitar la documentación solo unos días después de la visita de Whis a la tierra: ella estaba harta de fingir y no quería que nuestra pequeña sufriera en un matrimonio problemático.

Ahora está casa, en la que habíamos vivido todo nuestro matrimonio la sentía asfixiante, incluso fría: ya no me sentía a gusto y tampoco mi esposa. Sin dejar de lado que Chichi había pasado mucho tiempo aquí, y su simple recuerdo me daban ganas de llorar. Si era de furia o tristeza, no lo sabía aún.

"En esos meses tú no eras mi esposo..." Videl tomó mis manos y las apretó, la mire a los ojos. "Eras solo un cascarón vacío, siguiendo las reglas de Chichi como si fuera algún evangelio, olvidando el daño que las mismas te habían hecho durante tu infancia. Te lo dije el día antes de casarnos. Amo todo de ti Gohan; no solo tu faceta de investigador exitoso." Puso su mano en mi rostro y acaricio mi mejilla con su dedo, no pude evitar ronronear por su toque cálido y suave, había extrañado tanto esto. "... también amo a ese niño con el dogy morado que peleaba contra Cell, amo a ese héroe llamado el Gran Saiyaman que peleaba por la justicia." No pude evitar reírme, ella se río conmigo. "... y también amo, al padre que pasó madrugadas enteras solo abrazando y ronroneando para Pan... " No necesitaba sentir su ki para saber que todo era verdad, podía sentir su amor fluyendo inconsciente a través del vínculo: era tan reconfortante y hermoso.

Levanté con mi mano un poco su barbilla, acerqué mi rostro al de ella y le di el beso más dulce que pude: dándole las gracias por amarme, por haberme perdonado todo lo malo que hice, dije o estuve a punto de cometer. Sentí que me hacía falta el aire y me alejé un poco a regañadientes, no sin antes dejarle un pequeño beso en la frente, ella me sonrió con tanta ternura e hizo lo mismo con mi frente teniendo que ponerse de puntitas, le regresé la sonrisa.

Tengo grabado en mi mente el día en él que papá y yo despertamos los vínculos, fue la única meditación que hizo en el planeta Yadrat: Goten nos guiaba mientras nosotros estábamos en posición de loto y con los ojos cerrados. Fue difícil, años estando sellados y sin conocer su existencia lo complicó más, pero cuando encontré esas conexiones y me conecté con todas ellas, mis ojos se llenaron de lágrimas por las emociones que sentí de cada una.

Lo primero fue el amor y la preocupación de mi esposa, con ella estaba mi pequeña Pan, tan llenas de luz. En forma sucesiva sentí todos los vínculos, incluso el que tenía con el Señor Piccolo, que estaba al lado del de mi padre.

Lamentablemente con eso llegó una sensación de frío, vacío, engaño y traición que me quitó el aliento e hizo que el pecho me doliera. De todos, la traición era el más fuerte: es un dolor desgarrador que viene de lo más profundo, como si cortará desde el interior, el dolor volvía a aparecer cada vez que recordaba a los responsables de todo este engaño: fue la razón principal de porque evité que Krillin se acercara a mi padre ese día, si su traición me había dolido tanto, a mi padre lo había destrozado.

Escuché el sonido de unas pisadas bajando por la escalera y las voces de mi suegro y mi pequeña. Ya había terminado de empacar.

Rodeé la cintura de mí esposa y ambos observamos divertidos como Satán bajaba una maleta y traía a Pan en sus hombros. Bajaron y se unieron a nosotros en la sala, cada uno ya tenía su maleta lista.

"¿Ya terminaste de empacar Pan?" Preguntó mi esposa mientras se acercaba a su padre y tomaba a nuestra hija.

"¡Si mamá! Incluso el abuelo me ayudó... tiene buen gusto." Comentó divertida.

"¡Oh pequeña Pan! Yo siempre tengo buen gusto." declaró mi suegro, mi esposa negó con la cabeza, divertida.

La ropa que teníamos en Corporación se había comenzado a acabar, mi tía Bulma estaba dispuesta a comprar más si necesitábamos, pero no queríamos molestarla, ya había hecho mucho; a Goten y papá les pasaba lo mismo, pero ninguno de los tres estábamos dispuestos a regresar a la casa en la región 436. Trunks tuvo que hacernos el favor de ir y recoger algunas cosas que mi hermano y mi padre querían recuperar. Afortunadamente con los deseos de Porunga la mayoría de su ropa regresó aquí a la casa, llevábamos un par de bolsas de viaje con sus cosas.

"Bien, si ya tenemos todo regresemos a Corporación. Trunks no podrá entretener a Bra por más tiempo." Mi pequeña prima no quería separarse de Pan, su hermano tuvo que sacrificarse para que nosotros pudiéramos venir.

"¿Usamos el auto o la teletransportación?" Videl preguntó.

"¡Teletransportación!" Gritó Pan al instante. Ahora yo negué con la cabeza, divertido. Había estado pidiendo venir de esa forma, pero no había ninguna presencia que conociera en la casa o cerca. "¡Teletransportación, teletransportación!"

"Bien, bien tu ganas Pan. Nós vamos a teletransportar." Accedí. Solo esperaba no aterrizar encima de alguien, aún recuerdo cuando caí encima de Kaiosama. Goten cayó al suelo de la risa.

Yo me puse una mochila en los hombros y agarre las cosas de papá; Satán tomó un par de maletas mías y me toco el hombro; Videl bajo a Pan al suelo, agarró su maleta, la de nuestra hija y me toco la espalda; Pan se acercó y abrazo mi pierna. Le sonreí con ternura, ya ha crecido bastante.

Cerré los ojos y puse mis dedos en mi frente, cuando encendí mi sentido del ki... tuve que bajar mis dedos y abrir los ojos al sentir que una presencia se acercaba a la casa. Di la vuelta y miré hacia la ventana que daba al patio.

"¿Gohan?" Preguntó mi esposa. Debió haber visto mi rostro, la presencia me sorprendió.

Antes de que contestará el sonido de un vehículo se escuchó llegar, mi suegro cargo a Pan, Videl y yo nos acercamos a la ventana. Vimos perfectamente como el vehículo se estacionaba tranquilamente en el patio. Sabía que mi esposa no reconocía el modelo, pero yo sí.

"Es mi abuelo." Conteste. Videl volteo a mirarme, preocupada. Tomé su mano para calmarla. "No te asustes, él está solo." De lo contrario, me hubiera teletransportado.

"¿Quieres hablar con él?" Me preguntó, mi abuelo ya había estacionado su vehículo y salido.

"Quería hablar con él cuando lo ví, pero..." Fruncí el ceño al recordar ese día, mi esposa entendió y apretó mi mano. "Déjame hablar con él primero y luego dejas que Pan lo saludé." Quería saber porque venía aquí, algo me decía que no era la primera vez. Había marcas de aterrizajes pasados en el pasto.

Videl asintió y soltó mi mano, caminé directamente hacia la puerta y salí de la casa. Mi abuelo escuchó el sonido de la puerta y giró a mi dirección, sus ojos se iluminaron, pero no se movió.

Sonreí un poco, caminé rápidamente hacia él y lo abracé, él me lo regreso con fuerza e incluso me levanto. Lo había extrañado mucho, dolió cuando no pude acercarme a él.

"¡Gohan! Que gusto que te encontré." Confeso. Me dió un último apretón y me bajo, soltándome, ví que tenía sus ojos brillosos. "Había estado viniendo durante unos días, pero no había nadie."

"Lo siento... hemos estado quedándonos con mi tía Bulma desde que volvimos." Le informé, con mi manga me limpié las pequeñas lágrimas que había soltado sin querer, le sonreí. "Me alegra verte, abuelo."

"Veo que estás mejor." Puso su mano en mi cabello y lo alboroto. "Cuando... recordé todo, me asusté mucho por ustedes. Se veían tan delgados, sobre todo Goku." Su rostro se puso triste en un instante. "Krillin fue quien me dijo todo. Fue cuando recibí una llamada de Bulma, tu madre estaba..."

"Abuelo, por favor... ella ya no es mi madre, ni la de Goten." Dije instantáneamente, cerré mis manos con fuerza y miré hacia el suelo. Sentí la mano de mi abuelo en mi hombro, él apretó un poco.

Cerré los ojos con fuerza. Sabía que pasó ese día, mi tía nos lo contó todo: papá no habló ni comió en lo que resto del día, ni siquiera pudo dormir, mi hermano y yo nos quedamos con él toda la noche.

"De verdad lo lamento tanto Gohan..." Su voz se escuchó solloza, abrí los ojos y lo miré, tenía lágrimas en sus mejillas. "Si hubiera sabido de esto antes lo hubiera evitado. Goku me llamó ese día que la dejó, espere a que ella viniera al reino, pero jamás fue. La llamé en una ocasión y dijo que todo estaría bien. Jamás hubiera creído que haría todo esto, nunca creí que les haría daño a ustedes o a Goku..." contó, volví a abrazarlo, esperando que dejara de llorar.

Mi abuelo quería mucho a mi padre, lo veía como a un hijo y también por su relación con Son Gohan: su amigo y compañero de entrenamiento. Aparte de papá mi abuelo hablaba mucho de mi bisabuelo. Sentí que se culpaba por esto, lo que no entendía era porqué.

"Sabemos que lo hubieras evitado. Mi padre lo sabe, Goten y yo también." Me separé de él. "No tienes la culpa abuelo... después de todo ella sigue siendo tu hija y confiaste en ella, como todos lo hicimos. La única responsable de esto es ella y todos sus cómplices." Al menos los que seguían vivos. Mi abuelo me sonrió, sus ojos atormentados se volvieron más claros y brillantes. No merecía cargar con culpas ajenas.

La puerta de la casa se volvió a abrir, ambos observamos como Videl, Pan y Satán salían de la casa y se acercaban. Mi pequeña tan rápido vio quien estaba a mi lado corrió hacia él.

"¡Abu Ox!" Pan gritó mientras corría.

Mi abuelo se arrodilló y tomó a Pan entre sus manos y le dió un abrazo. "¡Oh pequeña Pan, has crecido mucho!" Videl se acercó a mi lado y me tomó la mano, le sonreí agradecido.

"¡He crecido más desde que me viniste a visitar!" Comento mi hija, emocionada. Se separó de su bisabuelo, pero se sentó en sus manos, eran lo suficientemente grandes para que estuviera cómoda. "¿Por qué no habías venido?"

"Bueno... es que, mi reino... Si ¡Mi reino! Había unas cosas de las que tenía que ocuparme." dijo nervioso, pero bastante creíble. Suspiré aliviado. "Pero todo está arreglado."

"Si tienes tanto trabajo. ¿La próxima vez iremos a tu reino a visitarte?" preguntó mi hija inocente, pero de inmediato mis instintos me gritaron.

"Lo siento Pan... pero no podremos ir a la casa de tu abuelo..." Negué casi de inmediato. Mi abuelo se sorprendió, pero no dijo nada, por el rabillo del ojo vi que mi esposa y mi suegro suspiraron.

No quería saber nada de Chichi, pero me mantenía al pendiente de su ki, al menos para asegurarme de que no volviera a buscar a mi padre. Desde ese día ella había estado en el castillo del abuelo, fue la única razón por la que dejamos que Trunks fuera a la casa en la montaña, no había estado nadie en el lugar desde nuestro regreso, y según comentó él por el polvo acumulado en los muebles, desde que nos fuimos.

No permitiría que se acercara a mi hija de nuevo.

"Ohh..." Pan mostró un puchero triste. "¿En serio no podemos? Quería volver a jugar en el río."

"No pequeña, no podremos por un tiempo. Pero, podemos ir a la playa, hasta podemos invitar a Bra para que juegue contigo." Mi tío había sido inflexible en los lugares a los que Bra podía ir. De hecho, ninguno de mis primos conocía el reino de mi abuelo, mi primita ni siquiera había visto la casa en la región.

Ante la mención de su amiga y prácticamente hermana mi hija se emocionó y olvidó totalmente su idea de ir al castillo. Demasiado emocionada con la idea de la playa.

"¿Abuelo?" Lo llame. Había dejado a Pan en el suelo y miraba su vehículo con aprensión y melancolía. Solo tenía esa mirada cuando visitamos la tumba de la abuela.

"Yo... hay algo que quiero darles, Gohan. ¿Habrá alguna manera de que vengan tu padre y Goten?"

"No creo, ambos se han quedado en Corporación." Y la verdad no quería que vinieran aquí, yo mismo me sentía incómodo en la casa, para ellos sería igual o peor. "Pero podríamos ir con ellos."

"¿Sería eso correcto? La última vez no salió muy bien." Mi abuelo no mostraba miedo en su mirada, pero sí cautela. Recordaba el estado iracundo en el que estaba mi papá, al menos no le temía.

"Estará bien abuelo, ese día... no fue el mejor." Pareciera que incluso fue planeado, todos acorralando a mi padre en busca de un perdón que no merecían. Desde entonces no se sentía tranquilo en ningún lugar, siempre tenso, siempre alerta. Era posible que ya supiera que él está conmigo. "Papá no le hará nada, estaba a la defensiva por Chichi, no quería que se acercara a nosotros, pero contigo no hay problema, él confía en tí." Él mismo me lo dijo.

Mi abuelo suspiró, volvió a mirar de nuevo su vehículo y después a mí. "Entonces vamos." Tendría que decirle a Pan que no podremos teletransportarnos.

Suspiré.







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*05 de noviembre del año 784*

*Universo 7 - Galaxia del Norte*

*Planeta 4032-Verde-877. La Tierra*

*Residencia Briefs - Corporación Cápsula*

***


Al terminar de entrenar con Vegeta en la sala de gravedad, ambos estábamos comiendo en la cocina, habíamos calentado unos botes grandes de ramen. Tuve que detener un bocado cuando sentí que el ki de mi suegro se acercaba a Gohan, bajé los palillos y me quedé atento.

"¿Kakarotto?" Vegeta preguntó al verme, estaba sentado frente a mí.

"Ox Satán está con Gohan... parece que vienen para acá."

"¿Acaso quiere que mates a su arpía de hija?" Preguntó sarcásticamente.

"Viene solo." Aunque no pude evitar sonreír un poco por el comentario. "No hubiera permitido que se acercara a mi hijo si viniera con ella." Respetaba mucho a mi suegro, incluso después de todo esto mi mente seguía llamándolo así.

Aunque puedo admitir, al menos para mí, que fue él una de mis razones por las que me quedé con Chichi tanto tiempo: Ox Satán confío en mí para que cuidara e hiciera feliz a su única hija. Desde un inicio él fue un gran abuelo para mis hijos, tal como lo fue el mío. Eso no significaba que no le negaría la visita a mis hijos si su plan era que Chichi los viera.

"Me sorprende que venga después de tu estado iracundo... cualquier humano por supervivencia estaría lejos de aquí. Tal parece que lo confiado se lo pegaste." Puse los ojos en blanco.

"Y tú lo imprudente a mi sobrino." Devolví, me frunció el ceño indignado y me reí.

Antes de que Vegeta me insultara, el teléfono de la cocina sonó, me levanté y conteste. "¿Hola?"

"Hola papá." Me saludó mi hijo. "Estoy en el carro en camino a Corporación..."

"Vienes con tu abuelo." Complete, él soltó un bufido.

"Si, vengo con él... quiere hablar con los tres. ¿Puedes decirle a Goten y vernos en el jardín?" Note que no faltaría mucho para que llegara, unos minutos tal vez.

"Yo le digo, aunque. ¿Qué quiere decirnos?" Era raro hablar con él de temas serios.

"La verdad no lo sé, pero creo es importante, me dijo que no era la primera vez que iba a la casa."

"Bien, le estaré diciendo a tu hermano." Con eso él colgó. Deje el teléfono en su lugar. "Vegeta..."

Me interrumpió. "Dudo que Trunks se aleje de Goten, lo que quiera tu suegro le concierne a él también, son hermanos."

"Lo sé..." Suspire. Tenía razón, no se iban a separar.

No me sorprendería que también Bulma se uniera. Ha estado muy sobreprotectora conmigo desde que llegué.



&&&



Todos estábamos cerca del kiosco ya completamente reconstruido. Vegeta tenía razón; Trunks estaba al lado de Goten, Bulma se unió ¡Incluso él estaba aquí! El sol comenzaba a ocultarse por las nubes poco a poco, no tardaría en llover, desde hace rato el aire olía a humedad.

Vimos cómo detrás del auto de Gohan venía el de Ox Satán: todos observamos cómo ambos llegaron al jardín y estacionaron. Los primeros en salir fueron Pan y Satán los cuales muy animadamente vinieron a mi dirección.

"¡Abuelito!" Gritó mi nieta al verme. Corrió hacia mí, la cargué y la acomodé al lado de mi cadera. "Adivina... ¡El Abu Ox vino con nosotros! ¿Se puede quedar?"

Había estado haciendo eso mucho, preguntándome y pidiendo permisos, hizo lo mismo cuando pidió permiso para tomar lecciones de la Cultura Saiyajin, primero a sus padres y luego a mí. Vegeta me lo explicó: mi constante alerta y preocupación lo sienten toda mi familia, los niños sobre todo al ser más sensibles a los vínculos. Así que ella inconscientemente ve la necesidad de obtener mí aprobación.

"Bueno Pan, primero tenemos que hablar a Ox Satán, pero después tienes que preguntarle a tu tía Bulma, está sigue siendo su casa." Ella frunció un poco su ceño, pero asintió. "Ahora ve a la guardería, Bra te está esperando."

"¡Siiii! ¿Abu Satán me acompañas?" Volteó a verlo y hasta usó sus ojos de cachorrito. Evite reírme.

"¡Claro pequeña Pan! ¡Vamos!" Mr. Satán aceptó. Baje a mi nieta al suelo y ella salió corriendo junto a su abuelo.

Mientras hablaba con Pan, mi hijo menor había ido con su abuelo y lo abrazó, hablando un poco con él.

Suspiré, volteé a mirar a mi suegro: él estaba a un lado del auto, traía puesto su camisa a cuadros, pantalón negro y su clásico casco de siempre. Su rostro mostraba la misma emoción que su energía: aprehensión.

"Ox Satán no le haré nada." dije, mientras caminaba lentamente hacia él, para no asustarlo. "Ese día..."

"Lo sé Goku, sé que no me harás daño, al menos no a mí." Dijo, pero con tal sinceridad que no pude evitar abrir un poco los ojos. "Solo... que no sé ni cómo comenzar a disculparme."

Me llevé una mano a la frente y me reí, solo un poco. "Ahora se dé dónde sacaron mis hijos la necesidad de disculparse por cosas que no hicieron." Gohan y Goten soltaron un bufido al mismo tiempo; Ox Satán sonrió un poco, pero sentí que estaba sorprendido por medio de su ki, tal vez por la falta de mi comportamiento estúpido.

"¿Solo de él?" Vegeta soltó divertido, me gire para verlo, con el ceño fruncido. Mi sobrino se tapó la boca con sus manos para amortiguar su carcajada, también Bulma.

"¡Vegeta!"

"¿No sé supone que serían honestos todos?" Se justificó.

"¡Vegeta, por favor!" Bulma lo regaño. "Solo dejarles hablar."

"Tch... como si me importará." Se dió media vuelta y entró al kiosco, dándonos la espalda, pero él aún podía escuchar todo a esa distancia.

"Puedo ver qué siguen llevándose como siempre." Comentó divertido Ox Satán.

"Si, sigue teniendo la misma cara de limón agrio." Mis hijos se rieron y escuché vagamente un: *Maldito insecto* dentro del kiosco. "Pero no debe disculparse por nada, usted no sabía nada, ni siquiera sobre las discusiones." Cuando le hablé ese día que dejé a su hija jamás le conté lo ocurrido en esos 3 años. Ante todo, seguía siendo el padre de Chichi, no quería que su opinión sobre ella cambiará.

"Eso no quita mi responsabilidad en esto, quien ocasionó y planeo esto fue mi hija. ¡La pequeña que yo crié! ...Jamás, ni en pesadillas creí que el amor que decía tener por ti llegará a tanto." Él bajó la mirada. "Recuerdo que estaba tan ilusionada con su boda desde el día que te conoció... Admito que yo también: el nieto de mi mejor amigo y compañero de entrenamiento estaría con mi hija, no podría haber pedido mejor persona para cuidar y proteger de ella. Sabía qué Son Gohan te inculcó los mismos valores por los cuales yo lo respeto mucho." Ahora fui yo quien bajó la mirada, sentí las manos de mis hijos en los hombros. "Tengo culpa en esto Goku... te di una enorme responsabilidad con la cual cargar y es mi culpa que Chichi creyera que podría tenerte incluso en contra de tu voluntad."

"Ox Satán..." Susurre. No quería que continuará, mi pecho volvía a molestarme, el vínculo destruido haciéndose presente, pero él negó con la cabeza.

"Cuando mi esposa falleció no supe que hacer, mi hija era tan pequeña que no la recordaba. Tú sabes qué pasó con mi primer castillo, me sentía tan triste que me llené de riquezas, hasta que apareciste con el Maestro Roshi." El primer castillo de mi suegro había estado cubierto en llamas junto con todos sus tesoros, no permitía que nadie se acercara por temor a que se lo robaran, muy diferente al hombre frente a mí. "Gracias a ambos me hicieron ver mi avaricia y me dediqué completamente a Chichi; le di todo lo que pedía, a veces más; decidió que sería ama de casa solamente, yo no intenté que cambiará de idea y la entrene cuando quiso ir a buscarte en el Torneo de Artes Marciales." Sus ojos se habían puesto llorosos. "Te pedí que hicieras feliz a mi hija, pero cometí el error de no enseñarle a ella que también tenía que hacerte feliz. Que un matrimonio es de dos." Sonrió melancólico, derramando un par de lágrimas. "El poco tiempo que pase con su madre, me quiso por quien era, como yo por ella, la amaba tanto... Vi en mi hija su recuerdo y no tuve el valor para negarle algo. Por eso lo lamento Goku, lamento el daño que te hizo, no solo con los deseos, sino todos estos años."

Dio unos pasos frente a mí y me abrazó, abrí mucho los ojos.

Realmente nunca había abrazado a mi suegro desde que lo conocí, ni siquiera en la boda. No era como si me importara de todas formas, él me apreciaba y lo sabía. Aun así... el abrazo se sintió reconfortante y una especie de consuelo: como los que me daba mi abuelo y, solo un poco, al que me dió mi madre... antes de meterme en esa cápsula. No pude evitar regresarle el abrazo y apoyar mi cabeza en su hombro.

Par de padres que somos: él consintió tanto a su hija que creyó podría tener todo sin consecuencias, y yo estuve tan ausente que no pude ver a mis hijos crecer, solo dejándoles mis problemas.

"Gracias..." Me dió unas palmadas en la espalda antes de soltarme.

"Hay algo más... no tienes la culpa por la pérdida del bebé." Cerré los ojos con fuerza. Iba a decir lo mismo que Kaiosama.

"Suegro por favor..."

"No Goku, es verdad." Corto, lo mire confundido. "Fui a recoger a Chichi en el hospital, había estado en peligro de aborto, pero aún estaba embarazada." Se alejó y volvió a acercarse a su vehículo, entró y salió con algo entre sus manos; parecía una caja, pero estaba envuelta con una pequeña manta rosa y encima tenía un folder. "La llevé a mi reino para cuidarla, estuvo en completo reposo tal y como dijo el Doctor, pero no funcionó... solo ¡Paso de la nada! Unas semanas después... la llevé al hospital." Tomó la caja envuelta con su mano izquierda, con la derecha tomó el folder y me lo tendió. "Me dieron esto primero." Por alguna razón sentí un hueco en mi estómago desde el momento que ví la caja, no era algo malo, pero era importante.

Tomé el folder y lo abrí, mis hijos se acomodaron detrás de mí para poder ver. Había solo dos hojas: un Acta de Nacimiento y un Acta de Defunción; el espacio para el nombre estaba en blanco en ambos; solo especificaban que era una pequeña de casi 7 meses. En el Acta de Nacimiento estaba la información de los padres, la de Chichi y la mía, pero faltaba mi firma, como también los nombres y firmas de los testigos.

Pero cuando ví la fecha de ambos documentos no pude evitar sorprenderme: por el jadeo que soltó Goten y la mano de Gohan apretando mi hombro con más fuerza, supe que lo notaron.

'26 - Junio - 784'

Chiyo falleció el mismo día que su hermano despertó de su estado catatónico de tres semanas. El día que soñó con ella.

"Papá..." Goten susurró a mi lado. Cerré el folder, se lo di a Gohan y rodeé a mi hijo menor por los hombros, él ocultó su cabeza en mi hombro. "La sensación fría... el frío que sentí era de Chiyo... sentí cuando se fue papá..." Exclamó, aguantando las ganas de llorar.

"Y... también, les traje esto..." Ox Satán habló, pero su voz esta vez se escuchó completamente devastada. Me separe de mi hijo y note que había vuelto a acomodar la caja entre sus manos.

Lentamente retiró la manta que lo cubría y pudimos por fin pudimos verlo; es una caja sellada de madera oscura pulida, un poco más grande que una caja de zapatos, con una pequeña placa metálica ocre, parecía tener forma de una corona, colocada justo enfrente.

Mis ojos se dirigieron al nombre tallado en la placa.

Me congelé; logré ver que Goten se tapó la boca con sus manos y comenzó a llorar; Gohan temblaba a mi lado, escuchaba pequeños jadeos salir de él.

Era el ataúd de mi hija, de su hermana.

"Me la entregaron un par de días después...yo personalmente elegí el ataúd." Mi suegro explicó entre lágrimas, al menos así se escuchaba. "Quería enterrarla con mi esposa... pero no lo creí justo... Chichi te quito la decisión de tene-erla... al menos puedo darte la libertad de enterrarla."

Extendí mis brazos lentamente. De nuevo la sensación que venía del vínculo roto de mi bebé volvía a inundar mi pecho como aquel día, siento como el frío y el dolor me quema desde adentro; mis ojos comenzaban a arder, no podía, ni quería apartar la vista; tenía tantas ganas de gritar... pero no lograba mover mis labios; ni siquiera podía respirar bien, me faltaba el aire. Sentí que se formó un nudo en mi garganta.

Tomé tan delicadamente como pude la caja de las manos de mi suegro, noté distraídamente que temblaba. Acerque a mi bebé y la abrace contra mi pecho, el primer abrazo que lograba darle: vi las manos de mi hijo menor acariciaron la madera con delicadeza, mientras sus sollozos se hacían más fuertes; mi hijo mayor jadeaba y pasó sus dedos por la placa.

"Lo siento tanto Goku..." Escuche que susurró mi suegro, estaba llorando. "De verdad lo lamento."

"Gracias... gracias por traerla." dije, mi mirada aún clavada en la caja acurrucada en mí pecho.

Después de un rato escuché los sollozos de Bulma y mi nuera detrás de nosotros.

Mis hijos apoyaron sus cabezas en mis hombros, comencé a moverme casi sin darme cuenta de un lado al otro, lento; meciéndonos a los tres en silencio, como hacía cuando eran pequeños para que se calmaran o pudiera dormir... como se suponía haría con su hermana cuando naciera.

No tuve la opción de tenerla, pero eso jamás me importó, incluso después de recordar todo: la amo tanto como a sus hermanos, hubiera dado mi vida por ella sin dudarlo... a pesar de las circunstancias seguía siendo mi hija... mi bebé. Ahora no hay nada de ella... solo quedándome el vínculo roto en mi interior, como con mis padres.

Cerré los ojos y suspiré temblorosamente.

Ya sabía en donde dejarla, en un lugar en el que jamás estará sola... Mi primer hogar.



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