Capítulo 20: Perspectiva de un Vínculo Roto - Son Gohan, Kakarotto y Uranai baba

***

*23 de octubre del año 784*

*Universo 7 - Galaxia del Norte*

*Planeta 4032-Verde-877. La Tierra*

*Residencia Briefs - Corporación Cápsula*

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Abrí los ojos con horror y me llevé las manos a la boca, ahogando un grito.

No, no, no, no ¡No podía ser! Chiyo iba a nacer en unas semanas. Planeamos todo con papá y Goten, había comenzado a contarle a Videl nuestros planes cuando llegamos, ella está tan emocionada por tener a otro bebé en casa... mi hermanita iba a crecer junto a Pan.

Va... vamos a criarla solo nosotros tres...

"Gohan respira..." La voz del señor Piccolo me saco de mi shock. Bajé mis manos y me giré para encararlo, no pude evitar tomar con mis manos su capa.

"¡Señor Piccolo por favor dígame qué es mentira! ¡Solo está diciendo eso para lastimar a mi papá! Por fa-avor... dígame qué ella está en el castillo de mi abuelo..." suplique, sentía un nudo en mi garganta y el pecho tan pesado y hueco a la vez.

Las lágrimas se acumulaban en mis ojos, él cerró sus ojos con tristeza, volvió a abrirlos y en ese momento mis lágrimas cayeron por mis mejillas. Su mirada me lo dijo todo. "Lo siento Gohan..." se disculpó con tanto pesar, tomo mis manos y las apretó. "No hubo nada que hacer."

"¡ESTAS MINTIENDO!" Escuché la voz de mi hermano, me di la vuelta.

Goten estaba al lado de Trunks a unos pasos lejos de nosotros, respiraba con rapidez, Chaoz detrás de ellos, no muy lejos de ellos. Ni siquiera había notado cuando salió de Corporación. Dirigí mi vista de nuevo a papá, él no se había movido de su lugar; parecía una estatua el tío Vegeta aún estaba a su lado.

Chichi al escuchar a mi hermano sonrió. "¡Goten! ¡Mi niño...!"

"¡MIENTES! ¡MIENTES! ¡SIEMPRE MIENTES!" Volvió a gritar, pero está vez pude notar como su voz tembló. Intentó caminar en dirección a Chichi para encararla, pero Trunks lo tomó de los brazos y lo detuvo. "¡Trunks, suéltame! ¡Tengo que sacarle la verdad! ¿¡QUÉ LE HICISTE A MI HERMANA!?"

"Goten... yo-o, yo no le hice nada..." la voz de Chichi tembló, la furia que había mostrado delante de mi padre desapareció. "Fue-e... fue Goku... él tuvo la-a culpa..."

"¡Mentirosa! ¡Tú tuviste la culpa!" Gritó mi hermanito de nuevo, había comenzado a sollozar. Se tapo la cara con sus manos, sus piernas perdieron fuerzas y cayó al suelo de rodillas, llorando; Trunks se arrodilló a su lado y lo abrazó con fuerza. Me separé del señor Piccolo y corrí hacia él.

"¡GOTEN!" Chichi grito al mismo tiempo que me arrodillé y abracé a mi hermano, ella intentó liberarse de mi abuelo, pero la detuvo. "¡SUÉLTAME PAPÁ, ME NECESITAN!"

De repente sentí como el ki de papá comenzó a aumentar de una manera alarmante, el lugar en dónde estaba parado comenzó a romperse y había comenzado a temblar. Mi tía Bulma logró sostenerse del kiosco, el resto se mantuvieron en su lugar con algo de trabajo, pero mi abuelo y Chichi cayeron al suelo.

"¡Kakarotto!" El tío Vegeta gritó, pero no respondía, solo miraba en la dirección en dónde estaba Chichi. "¡Kakarotto reacciona!" Se colocó delante de él, lo tomó de los hombros y lo sacudió, pero no respondió.

"¡Vegeta! ¿¡Qué le ocurre!?" preguntó mi tía preocupada.

Al instante papá pasó del estado base al Súper Saiyajin, la fuerza de la transformación mandó volando el auto; al tío Vegeta; mi abuelo y a Chichi lejos de él; a No. 18 y los otros tres los mandó a chocar contra los árboles; al señor Piccolo y al señor Ten Shin Han también los golpeó, pero se protegieron junto con Dende; Trunks se alejó para proteger a mi tía.

Cerrado los ojos con la transformación al igual que Goten, pero cuando los volvimos a abrir vimos que Chichi había aprovechado para alejarse de mi abuelo y corría hacia nuestra dirección.

"¡Gohan, Goten!" grito nuestros nombres.

Coloqué instantáneamente a mi hermano detrás de mí, por el rabillo del ojo vi que el señor Piccolo caminó hacia nuestra dirección tan pronto la vió, pero en una ráfaga de velocidad mi padre apareció frente a nosotros: con su mano la tomó del cuello y la levantó del suelo hasta el nivel de sus ojos, deteniéndola.

"¡PAPÁ!" Grite aliviado. Sentí la mano de Goten en mi brazo y su suspiro.

"¡SUÉLTAME ASESINO! ¡Suéltame!" Gritó Chichi colérica, pataleo y golpeó el brazo sin tregua de papá, pero note como la mano en su garganta comenzaba a apretar poco a poco. "¡Sue-eltame...! ¡Go-ku.. de-détente-e!... Go-oku... pa-ara... no-o... po-or fa-av-vor..." pidió.

Ella vio a mi padre ahora con pánico, pero él no se detuvo, siguió mirándola a los ojos sin ningún signo de titubeo en su mano o postura. Observe en silencio con mi hermano como su rostro comenzaba a ponerse lentamente un poco morado y sus ojos rojos, comenzando sus pupilas ir hacia atrás: no entendía lo que decía, ya solo estaba balbuceando... suplicando porque papá no la matara.

Por un momento quise que él no se detuviera.

"¡GOKU DETENTE POR FAVOR!" Grito de mi abuelo, lo escuchaba lejano. Ni mi padre, ni nosotros volteamos a mirarlo.

De repente sentí una ráfaga de aire regresándome al presente, parpadeé y vi como alguien pateó a papá justo en el rostro y lo mandó a estrellarse en dirección a los árboles, cuando mire mejor note que el causante fue mi tío Vegeta, convertido en Súper Saiyajin, pero en la fase dos: gracias a su patada, papá había soltado a Chichi, quien cayó boca abajo directo al suelo, tosiendo sonoramente y con dificultad, al mismo tiempo que gemía intentando recuperar su respiración. La mano de mi padre quedando marcado en su cuello.

Mi instinto sintió satisfacción, yo solo mire hacia otro lado.

"Go-ku... él... tra-ato de matarme-e." Escuche que exclamó, atónita y ronca. Como si no creyera que mi padre la dañaría y hubo un momento en el que eso habría sido imposible, pero ella causo que esa línea se rompiera hace tiempo.

"Tiene todo el derecho de hacerlo... maldita arpía." Contestó mi tío en un tono helado, sin siquiera voltear a verla. "Y con mucho placer lo dejaría hacerlo, pero tiene un corazón demasiado grande y una promesa bajo sus hombros... se arrepentirá." Confesó con un suspiro enojado. Tenía razón, esto no era por ella sino por papá: a pesar de todo, él no quería que nadie muriera. Mi tío se giró, tomó de mala gana el brazo de Chichi y la lanzó sin contemplación en dirección al abuelo. Ella aterrizó justo frente a él. "¡Toma a tu hija y lárguense! ¡Kakarotto no reconoce a nadie además de sus hijos, si se quedan la matara!" Advirtió. Mi abuelo asintió rápidamente, tomó a una Chichi aún en estado de shock y la llevó al auto, el cual era volteado con ayuda de 18 y Krillin.

"Piccolo, Ten Shin Han, ayúdenme a detener a Kakarotto." Ambos hombres asintieron a mi tío, el señor Piccolo desapareció su capa y turbante. Mi tío volteo y miró al resto. "Quédense dónde están. Bulma, Trunks, mejor entren a Corporación..."

El ki de papá aumentó, al mismo tiempo que camino, saliendo de los árboles: estaba en la fase 2, su aura hizo que el ambiente se sintiera muy tenso y pesado a la vez. Fue cuando por fin pude ver su rostro, tenía el ceño fruncido y sus labios en una línea sombría, pero sus ojos; ambos eran de un color completamente rojo intenso, sin pupilas, muy parecidos a los ojos de la forma Oozaru. Vi a Goten y él también tenía una mirada sorprendida, lo volví a abrazar, curiosamente no tenía miedo al verlo así, todo lo contrario... me sentía, seguro; cuando vi a mi hermano supe que a él le pasaba lo mismo.

Todos estábamos atentos a sus movimientos. Nos observaba, pero lentamente volteo a mirar en dirección al auto en dónde estaban mi abuelo y Chichi intentando entrar, comenzó a caminar en su dirección. El señor Piccolo hizo sus brazos largos y rodeo los brazos y torso de mi padre, deteniendo su caminata y haciendo que callera de rodillas al suelo.

"¡¡¡¡GGGRRRRRRRRRRRRRRR!!!!" Gritó él al ser obligado a arrodillarse, pero no era su voz la que se escuchó, parecía al de un animal y estaba furioso.

Mi padre vio al Señor Piccolo a los ojos y le enseñó los dientes, mostrándonos que sus colmillos habían crecido y también se habían afilado, su ceño frunciéndose aún más. Logró liberar sus brazos y tomó los del señor Piccolo voló hacia arriba, levantándolos a ambos, dio vueltas rápidamente con él y lo soltó, haciendo que se estrellara con fuerza en el suelo.

Cuando iba a bajar el señor Ten Shin Han voló hacia su dirección, golpeándolo en el rostro, papá lo miró y le gruñó, lo atacó y comenzaron a pelear en el aire. Por un descuido el señor Ten logró mandarlo de nuevo al suelo con un golpe y continuaron su combate en tierra: eso le dió tiempo a mi abuelo para entrar a salvó al auto. Mi tía Bulma se acercó con Trunks hacia nosotros y se arrodilló, sin despejar su vista de la pelea.

En un momento mi padre golpeó a señor Ten, desorientándolo, después lo pateó en el pecho mandándolo a chocar contra el kiosco, destruyéndolo. "¡Ten!" grito Chaoz. Quiso acercarse, pero lo detuve.

"¡Kakarotto!" Al escuchar su nombre de nacimiento papá dejó de mirar al señor Ten y dirigió su mirada a mi tío, quien se había colocado entre papá y el auto.

Mi padre lo miró, su ceño fruncido aún seguía en su rostro, pero no hizo el intento de atacar esta vez, solo miró a mi tío en silencio, muy quieto. Al menos hasta que el motor del vehículo sonó, intentando prenderlo, ví como apretó los puños con fuerza y enseñó los dientes, amenazante: mi tío hizo lo mismo, desafiándolo y lo ataco, pero papá lo esquivó, él lanzó una patada en dirección a su cabeza, pero mi tío Vegeta esquivó está vez.

Note que, por alguna razón, papá se contenía en esta pelea, esquivaba más de lo que lanzaba golpes propios: no había hecho lo mismo con el señor Piccolo o el señor Ten Shin Han, de hecho, con ellos sacó más fuerza del que tiene la fase 2 normalmente. Lo que sea que fuera está forma, permitía que mi padre luchará con el doble de fuerza que tendría en cualquier transformación y hasta de forma estratégica; lo suficientemente consciente como para pelear y esquivar, pero no para dar marcha atrás. Y su ki solo iba en aumento conforme su pelea se alargaba, si seguían así pasaría a la fase 3 en cualquier momento y estaríamos en verdaderos problemas.

Mi abuelo no podía hacer que el vehículo comenzará a flotar: No. 18 y el resto estaban demasiado ocupados observando la pelea de mi padre para evitar que se acercara. Le di una mirada a Goten y a Trunks, cuando ambos asintieron me levanté y corrí hacia el auto.

"Gohan, espera..." Escuché a mi tía Bulma susurrar, pero tuve que ignorarla.

Me detuve justo frente del auto, ví a mi abuelo en el asiento del piloto y Chichi al otro: me miró con preocupación y algo parecido al anhelo. Solo le fruncí el ceño. Abrí el capó y revisé el interior, no sabía mucho de autos, pero si lo básico: algunos de los tubos que se conectaban al motor se habían salido con la aleada de ki, tuve que volver a conectarlos uno por uno. Todo quedó en pocos minutos y cerré.

"Listo. ¡Váyanse!" Le dije a mi abuelo, él me sonrió un poco antes de volver a encender el motor y lograr hacer flotar el auto, pero escuché como algo era lanzado hacía los árboles, provocando un pequeño temblor. Levanté la vista cuando sentí a mi padre en el aire, en algún momento habían comenzado a flotar, bajo al suelo, de espaldas hacia mí, observando aún el lugar en dónde había lanzado a mi tío.

Tenía que intentar detener a papá antes de que todo se salga de control. Cerré los ojos, concentrándome e intentando llegar de nuevo a esas pequeñas conexiones que ahora se, son los vínculos: cuando encontré el que tenía con mi padre volví a abrir los ojos y caminé unos pasos hacia enfrente, sintiendo los ojos de mi abuelo y Chichi en mi espalda. Si el tío Vegeta tenía razón, entonces esto podría funcionar si no, tendría que pelear.

"¡PAPÁ!" Grite, mientras intentaba mandar un sentimiento, o algún mensaje por el vínculo. Ni siquiera sabía si lo estaba haciendo bien. 18 y el resto me vieron detrás de ellos y se alejaron, dejando un gran margen de espacio. Al escucharme el volteo a mirarme, supe que al menos me reconoció cuando su ceño fruncido bajó un poco. "Papá... soy yo..." repetí suavemente, como Goten hacia cuando hablaba con un animal o dinosaurio desconfiado. Camine en su dirección.

"¡NO TE ACERQUES! ¡TE HARA DAÑO! ¡¡GOHAN!!" Escuche la voz amortiguada de Chichi detrás, lo que hizo que volviera a fruncir el ceño.

No, papá jamás me haría daño. Lo sabía en mi mente y mis instintos estaban de acuerdo, raro, casi nunca lo estábamos regularmente. Continué caminando sin detenerme. Observé fascinado como su ceño fruncido desaparecía a medida que me acerqué más, incluso él comenzó a caminar hacia mí, pero con cautela. Quedamos frente a frente y note que comenzaba a parpadear, sus ojos pasaban de rojo a blanco sucesivamente su vínculo tocándome poco a poco.

"Papá... estamos bien, ya puedes dejar de pelear." Dije, esperando que mis palabras lograrán regresarlo. Puse mis manos en sus hombros y apreté un poco. "Estamos a salvó... regresa con nosotros papá..."

Instantáneamente la transformación del Súper Saiyajin desapareció, sus ojos dejaron de parpadear y me miraron; lentamente el rojo comenzó a desaparecer regresando sus ojos a su color original, volviendo a aparecer su pupila de color gris: había recuperado la conciencia. No pude evitar reírme. Él parpadeó un par de veces, pero jamás dejó de mirarme, levantó su mano y lo pasó por mi cabello, ronronee ligeramente, esperando que el sonido lo calmara. Aún estaba demasiado tenso.

"Gohan..." Susurró mi nombre con cariño. Le sonreí.

Sus ojos se humedecieron de repente y una lágrima rodó por su mejilla, una sensación fría y llena de tristeza llegó a mi pecho, tan intenso que me quito el aliento por un segundo: el sentimiento hizo que mis propias lágrimas volvieran. Venía de él... por Chiyo. Cayó su mano, cerró los ojos y se desmayó; lo atrape antes de que cayera. Me arrodillé con él en el suelo y lo abracé, colocando su cabeza en mi hombro. En ese momento fue cuando por fin escuché el sonido del auto alejándose de aquí, el ki de los traidores me alerto de que hicieron lo mismo, en silencio.

Miré el rostro de papá, limpié con mi manga su lágrima, aunque las mías comenzaron a caer por mi rostro, cayendo en la pechera de su traje. Aun sintiendo el vínculo busque el que tenía con Goten y note que había uno a su lado que no había notado antes. Se sentía tal y como mi hermano explicó que se sentiría un vínculo, cuando una persona fallece; sin color, sin calor, roto y helado, como un hielo. Es tan pequeño...

Era verdad... mi hermana jamás iba a nacer. No pude evitar llorar.


×

"¿Cómo es ella?" Pregunte. Papá a mi lado estaba comiendo, pero mostró curiosidad.

Estábamos en el planeta de Kaiosama, iríamos mañana (creó, no sabía qué hora era exactamente, no anochece en el planeta) a Yadrat. Papá estaba emocionado por volver al planeta, quería enseñarnos el lugar y que aprendiéramos la teletransportación en caso de que él no estuviera. Note que tenía miedo por nosotros. Solo espero no tardar tanto.

"Es muy linda." Goten dijo al instante. Había comenzado a contarnos lo que vio en su mente. "Tenía como unos dos o tres años en mi ¿Sueño?, pero su cabello era lacio, del mismo color que el de nosotros; su carita era algo gordita, fina; nariz pequeña pero respingada y ojos ovalados del mismo color que los nuestros, también tiene tú piel clara papá." Describió, mientras acariciaba la cabeza de Bubbles, el mono estaba abrazando a mi hermano por la espalda y su cara apoyado en su hombro. Tal parece que se agradaron mucho.

Muchos no sabían, pero papá tenía los ojos de un color gris oscuro, tanto yo como mi hermano los habíamos heredado. Ninguno sacó los ojos de Chichi quien los tenía de un color azul noche, su cabello en cambio un café muy oscuro, casi negro.

"¿Ojos ovalados? El abuelo no los tiene así y la nuestra abuela tenía los mismos ojos de Chichi." Pregunté, recordando la única foto que teníamos de nuestra abuela materna en la casa en la región 439.

"¡Y la nariz! Todos la tenemos recta." Mi hermano destacó.

"Nosotros no... pero su abuela Gine sí..." Papá casi susurro, con una sonrisa melancólica en el rostro.

Ambos volteamos a verlo. Cada vez que hablaba de mis abuelos tenía esa sonrisa. Nunca antes los había mencionado, ni cuando le pregunté de niño. Antes de recordarlos decía que solo tenía a mi bisabuelo, ahora no dejaba de hablar de ellos y siempre con una sonrisa. Parecía un niño que encontró un tesoro, y lo fue para él, según nos contó.

"¿Chiyo se parecerá a mi abuela?" Preguntó de repente mi hermano, emocionado.

"Tal vez... todos sacamos sus ojos." Eso era algo que había contado: teníamos la forma de ojos del abuelo Bardoock, pero el color de los de mi abuela Gine.

"Tal vez podamos comprarle ropita del mismo color que la armadura de la abuela..." Se le ocurrió a Goten, anotando su idea en una libreta que encontró en la casa capsula. "Era verde oscuro. ¿Verdad papá?"

"Si... pero también tiene muñequeras de color rosa fuerte, aunque los de tu abuelo son un azul algo claro..."

"De querer rosa aún tenemos ropa de Pan. Tenemos aún la cuna, solo es cuestión de armarla." Mencioné. "La habitación al lado de ella está vacía, podemos arreglarla."

"¿El maestro Roshi estaría dispuesto a hacer otro tú papá?" Pregunto Goten. Me confundí por un segundo.

"¿Hablas del muñeco de Bra?" Mi hermano asintió, él sonrió. "Puedo hacerle uno, incluso puedo hacer muñecos de ambos. Así tendrá versiones minis de sus hermanos mayores." Se río.

Siempre olvidaba que papá no solo sabía coser si no también bordar, gracias por mi bisabuelo Gohan. Recuerdo verlo coser sus dogys y los míos cuando mamá no tenía tiempo o no quería, en un intento porque dejáramos de entrenar, fue durante los tres años de entrenamiento antes de los androides. Hasta papá le remendó la capa una vez al señor Piccolo, fue en ese momento que el me enseñó a coser.

"¿Qué tal un pequeño señor Piccolo?" No pude evitar sugerir, con una sonrisa traviesa.

"¡También un pequeño tío Vegeta!" Continuó mi hermano.

"Uno a la vez..." medio regaño papá, pero él también estaba sonriendo.

"Tengo una mejor idea... ¿Y si pintamos una nube voladora en su habitación?" Se le ocurrió a Goten. De todos probablemente era él el más emocionado, siempre quiso un hermano pequeño, le encantaba cuidar tanto a Bra.

"Si quieren háganle un pequeño Kaiosama también..." Comentó Gregory al acercarse.

"¿Y qué tal si vienes con nosotros? Junto a los peluches nadie notará que estás vivo... puedes asustar a cualquiera que entre." Mi hermano dijo. Me tape la boca con las manos y papá casi se ahoga con la comida y s estaba golpeando el pecho cómicamente. Le di unas palmadas en la espalda, aguantando la risa.

"¿¡Oye qué me crees!? ¿Un peluche?" Preguntó indignado.

"No... pero si con el tamaño de uno." Dijo, se escuchó la risa de Kaiosama desde la distancia, a partir de ahí nuestro control se fue y todos nos reímos. Incluso Gregory.

×


"Gohan... tenemos que llevar a Kakarotto adentro." Escuche la voz de mi tío Vegeta, sacándome de mi recuerdo. Intentó tomar a papá, pero negué desesperadamente y lo abracé con más fuerza. "Gohan... tienes que soltarlo..."

"... pero se va a romper..." exclamé en un susurro, apoyé mi cabeza junto a la coronilla de mi padre y vi a mi tío directamente a los ojos. "Se va a romper si lo suelto..." repetí, con voz quebrada.

"Todos nos rompemos en algún momento Gohan, incluso Goku, por más fuerte que él sea... es parte de la vida, no puedes evitarlo." Dijo el señor Piccolo detrás de mí, con vos tranquila y sabia. Lo miré. "Lo único que queda es ayudar a levantarlo..."

"Usted no entiende... no vio lo mal que estaba cuando Goten no despertaba... no puedo verlo así otra vez..." Recordé los vómitos constantes, el escaso apetito, incluso estaba seguro de que bajó más de peso durante esas semanas. "No sé si pueda ayudarlo..." Me sentía más impotente que con Chichi.

"La pena de un saiyajin es profunda, más si es un padre." Comentó mi tío, volví a mirarlo. "Pero se aprende a vivir con el frío... Kakarotto aún los tiene, si no se levanta por él lo hará por ustedes, son lo más importante para él." contó y tuve la horrible certeza de que lo primero lo decía por experiencia, si sintió esto cuando el Planeta Vegetta exploto ahora más que nunca lo respetaba. Es un dolor frio y horrible que parece no querer irse nunca. "Anda... llevemos a tu padre a descansar." Pidió, mientras extendía sus brazos.

Escuché en silencio los latidos del corazón de papá por un momento, suspiré y se lo pasé a mi tío con cuidado; puso una mano en su espalda y otra debajo de sus rodillas, lo acercó a él, lo cargó mejor y se levantó del suelo. El señor Piccolo me ayudó a levantarme, me limpié las lágrimas de la cara. Mi tío Vegeta entró a Corporación Cápsula, cuando ví alrededor noté que Chaoz ayudaba al señor Ten Shin Han a levantarse del kiosco destruido: dejando de lado algunos pocos golpes en el rostro, no se veía muy herido, Dende incluso ya lo estaba curando; él señor Piccolo había vuelto a colocarse su capa y turbante, de él no note alguna herida o golpe visible.

Busqué a mi hermano, él seguía en el mismo lugar: había parado de llorar y ahora estaba con los ojos cerrados, siendo abrazado por mi tía Bulma quien lo estaba meciendo de un lado a otro, como papá hacía con nosotros. Caminé hacia ellos.

"Creo que se durmió..." susurro mi tía, me arrodillé frente a ambos. Trunks estaba al otro lado de Goten, pasaba una mano por su espalda. Eso regularmente lo hacía yo.

"No... sigue despierto." Contesté y le acaricié el cabello a mi hermano. Abrió los ojos y me miró, se separó de mi tía, abrazándome con fuerza; escondiendo su rostro en mi hombro, le regresé el gesto. Comencé a ronronear para calmarlo, estaba tenso. Él emulo el sonido y se relajó, muy poco para mi gusto.

"Deje a Kakarotto en su habitación... puede que no despierte hasta mañana." Anuncio mi tío, levanté la vista y vi que aterrizó al lado de Trunks. Goten se separó un poco y volteo a verlo.

"Tío Vegeta... ¿Qué le pasó a papá?" Preguntó lo que todos queríamos saber. Jamás lo había visto así, su energía estaba ahogado en irá, rabia pura que irradiaba de él en oleadas de energía y la descripción creo le quedaba corta. "Sus ojos estaban rojos y cuando grito..."

"Se escuchó como un rugido." Terminó mi tío Vegeta. "El estado que despertó Kakarotto se parece un poco al Oozaru: es un estado iracundo en su forma normal, al presenciar o presentir una amenaza a su familia sanguínea: padres, hermanos o hijos. En ese estado esta fuertemente ligado a sus emociones e instintos saiyajin, por no decir que es como su representación en el cuerpo; solo identifica a la familia sanguínea y hace lo que sea para protegerla. Lo que no sabía era que se podía combinar con la transformación del súper saiyajin, tal vez incluso a las divinas, al menos el Blue." suspiró, cansado. "La cola de un saiyajin no solo servía para transformarnos en Oozaru, hasta cierto punto nos ayudó a controlarlo, al igual que nuestros instintos. Al arrancarnos la cola la intensidad disminuye y su control." Agregó, con una mirada perdida. "Kakarotto tenía demasiadas emociones encima. Con la llegada de los traidores tenía sus instintos un poco a raya, pero llegó la arpía y se le resbalaba... cuando rebeló su aborto, termino por explotar. Sus instintos tomaron el control, dispuestos a hacer lo que Kakarotto no... Castigar a la arpía por su traición y por dañarlos a ustedes. Si él hubiera tenido su cola y todo su poder, esto hubiera sido mucho peor." Comentó, el señor Piccolo y el señor Ten Shin Han habían escuchado todo, se miraron entre sí, preocupados. Dende mostró una expresión triste.

"Cuando Chichi se acercó a Gohan y Goten activo el estado, percibiéndola como una amenaza." El señor Piccolo aclaró, mi tío asintió. "¿Puede que regrese o despierte en ese estado?"

"No lo creó... Kakarotto tiene un buen control de sus instintos saiyajin, pero es mejor que no vuelva a ver a la arpía. Solo por precaución."

"¿Dónde está el cuarto de papá?" Pregunté. Quería llevar a Goten con él, estaba cansado.

"En el tercer piso, está junto a la habitación de Videl." respondió mi tía Bulma, me daba una sonrisa maternal. "Vengan, los voy a llevar. Dormir les hará bien..." Solamente asentí.

Me levante, ayude a mi hermano a hacer lo mismo y caminamos a la entrada, con mi brazo en sus hombros.

Necesitaba a mi esposa...

Entramos todos a Corporación Capsula en silencio, Videl tan rápido me vio dejo a Pan encargada con mi suegro, ella podía leerme demasiado fácil. Mi tía, Videl y yo acompañamos a mi hermano a la habitación de papá, se quedaría a dormir con él. Probablemente mi tío Vegeta les explicaría todo. Agradecí en silencio que nadie hubiera salido o preguntado algo cuando entramos. Goten me dio un abrazo antes de entrar al cuarto, mi tía Bulma también me abrazo, no dijo nada, me hubiera roto en ese momento y ella igual. Me sonrió una última vez y regreso a la sala.

Videl tomo mi mano suavemente y me llevo a la habitación de a lado, entramos y cerró la puerta, mientras miraba al rededor: pude ver que varias de las fotografías que estaban en nuestra casa estaban aquí, cuando vi la foto de nuestra boda me acerqué y la agarre. Por culpa del deseo las fotos en las que aparecía el señor Piccolo fueron cambiadas, pero ahora estaban de vuelta en su estado original. No pude evitar sonreír un poco al ver al señor Piccolo con los ojos cerrados.

Sentí la mano de mi esposa en el hombro, deje la foto en donde estaba y me gire, Videl me sonreía con dulzura, sabiendo que eso siempre me tranquilizaba. Se sentó en la cama y haciendo señas con las manos me indico que hiciera lo mismo; me senté a su lado. Tomo mi mano y yo la apreté un poco.

"¿Qué paso?" pregunto, en un tono bajo. La mire a los ojos y deje que las lágrimas que había mantenido contenidas salieran, ella me abrazo acomodando mi cabeza en su hombro, la abrace por la cintura. La había extrañado tanto.

"Mi hermanita está muerta... sufrió un aborto..." Confesé entrecortadamente, antes de que comenzara a sollozar. Ella me abrazo con más fuerza, sentí sus propias lágrimas en mi traje.









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*4:50 de la madrugada*

*24 de octubre del año 784*

*Universo 7 - Galaxia del Norte*

*Planeta 4032-Verde-877. La Tierra*

*Residencia Briefs - Corporación Cápsula*

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"Kakarotto..."

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Abrí los ojos lentamente, la voz de mi padre haciendo eco en mi mente. Me lleve una mano a la frente, me dolía un poco la cabeza.

Miré al techo por un rato, reconocí la habitación: era la que me asignó Bulma cada vez que me quedaba a dormir cuando entrenaba hasta tarde con Vegeta. Podía sentir el aire frío de la mañana entrar por alguna ventana, tal vez era de madrugada, estaba oscuro. Giré hacia un lado y vi a Goten: estaba profundamente dormido, tenía puesto una playera y pantalones holgados, tapado con una manta hasta el pecho; sonreí un poco, cuando ví que tenía los brazos sobre su cabeza, había heredado mi forma desordenada de dormir.

Tanto en el planeta de Kaiosama como en Yadrat dormimos los tres siempre juntos. Cuando mis hijos comenzaron su meditación, yo comencé con el entrenamiento de otra técnica por lo cual llegaba a dormir antes o después de que ellos ya estaban despiertos: eso me causo algunas pesadillas. Gohan fue el primero en darse cuenta y desde entonces uno de ellos dormía conmigo. Ayudó la mayoría de las veces.


×

"¡TÚ MATASTE A MI BEBÉ!"

×


Suspiré, había comenzado a temblar.

Cerré los ojos con fuerza y pasé una mano por mi rostro. Volví a buscar ese pequeño vínculo al lado del de mi hijo menor, queriendo ver qué no fuera un error... o más bien esperando que fuera uno, pero aún seguía ahí, tan corto y frío... tal vez congelado.

Me levanté de la cama lentamente y arrope de nuevo a Goten, asegurándome de que siguiera dormido. Entré al baño, encendí la luz, prendí la regadera y comencé a bañarme. Termine, me seque, enrolle la toalla en mi cintura y salí del baño, caminando silenciosamente hasta el armario.

No pude evitar suspirar.

Kaiosama había intentado cambiarnos una vez los pans azules al dogy que siempre uso... pero tan pronto lo puso frente a nosotros, ninguno pudo.

Usé ese dogy por más de 30 años, significaba mucho: mi inicio formal como alumno del Maestro Roshi; el comienzo de mi camino como practicante de Artes Marciales; cada Torneo de Artes Marciales al que asistí; todas mis batallas, todas las veces que salvé la tierra y todas las veces que morí.

Ahora, cada vez que lo veía... me hacían sentir que era un error volver a ponérmelo, mi mente solo destacando los años en los que tuve que esconderme bajo una personalidad tonta, como si usará mi dogy como un disfraz, uno que ya no estaba dispuesto a usar. Algo parecido les pasaba a mis hijos; para Gohan su pelea con Súper Buu principalmente, le hacía recordar la impotencia y la humillación; con Goten, cuando Chichi le insistía que se vistiera igual que yo, lo hacía sentir un reemplazo o una copia de mí.

Fueron honestos conmigo y yo con ellos.

Abrí el closet, ahí encontré varios dogys, pero también algunos pans y playeras sin mangas que usaba a veces cuando entrenaba, tomé uno de cada uno y un par de tenis de color blanco. Terminé de vestirme y vi por última vez a mi hijo, sentí el ki de Gohan, mi nuera y Pan en la habitación de al lado, con eso abrí la puerta corrediza, saliendo al balcón: el cielo no estaba del todo oscuro, estaba comenzando a amanecer lentamente, tonos naranjas y amarillos habían comenzado a verse por el horizonte.

Si conocía a Uranai Baba lo suficiente estaría esperándome, o al menos, no se sorprendería por mi llegada.


×

"Goku... cuando todo terminé ven a visitarme."

×


Después de todo, ella me invito.



&&&



Al llegar me detuve por un momento, había preferido volar para intentar tranquilizarme, no estaba funcionando como esperaba.

El Palacio estaba exactamente igual a la vez que vine por Frezzer para pelear en el Torneo: la sensación alerta y desagradable de nuevo apareció en mi pecho al recordarlo; ni siquiera porque ayudó en la última batalla en el Torneo desapareció el sentimiento de advertencia. Tal parecía que mis instintos siempre estaban alertas cuando se trataba de él.

Bajé y aterricé justo en medio de la pequeña plataforma quedando frente al palacio: mi mente me mostró el enfrentamiento que tuve con mi abuelo hace tantos años, sonreí un poco sin darme cuenta. Ese momento con él había sido mi único consuelo durante años. Me sentí tan culpable por su muerte que nunca lo visité en los 7 años que pasé en el otro mundo.

Él tenía un enorme corazón: hasta el último momento cuido de mí, incluso si mi transformación fue la que se llevó su vida, cuando se reveló en esa pelea él seguía mirándome con ese cariño paternal. No hubo odio, solo el amor de un abuelo por su nieto, lo conocía tan bien que sabía que él me diría que no tenía la culpa, lo mismo dijo Bulma hace años, incluso Vegeta.

Ese recuerdo tenía que ver con las artes marciales... por culpa de los deseos se selló, mi único consuelo me lo quitaron. Muchas noches soñé que él me recriminaba su muerte, me culpaba y me decía asesino o monstruo: las palabras a las que siempre les había temido. Muchos de los momentos con mi abuelo fueron sellados por la misma razón.

Aunque, hubo algunos que recordé gracias a Porunga. Tendría que ir a nuestra casa en la Montaña Paoz en algún momento, tenía que saber que había en esa caja... "Hola Goku..." escuché la voz de Uranai Baba delante de mí, levanté la vista. Estaba arriba de su esfera, pero su expresión no era la pícara de siempre, se veía tensa, tal vez incluso decaída.

"Hola, Uranai Baba."

"Supongo que todo ya terminó." No fue pregunta, pero asentí de todos modos. Suspiró. "Quieres respuestas..."

"Quiero saber... qué fue lo que viste el día de mi boda." exigí.

Ahora sabía que Uranai vio algo en esa esfera, y lo que fuera la preocupó: lo suficiente para que se fuera de la fiesta antes de tiempo.

Ella me miró por un momento, hizo girar su esfera y se dirigió al interior de su palacio. "Entra Goku... te lo mostraré." pidió, la seguí.

Cuando estuvimos dentro de su palacio entró a la boca de la estatua frente a la entrada, caminé detrás de ella: adentro estaba completamente oscuro, al menos hasta que la esfera de cristal comenzó a brillar iluminando el lugar y pude ver qué la bruja se había bajado, estaba parada en el suelo, a un lado de su esfera.

"Ya sabes Goku, yo práctico la magia." Comenzó. "Cuando viniste aquí por primera vez me pediste ayuda para encontrar la esfera del dragón que les faltaba por reunir, lo que use ese día fue magia del tiempo. Está área en particular cambia constantemente, el futuro no se muestra a menos que quiera, incluso cambia. Eso tú lo sabes..." comentó ella, no pude evitar recordar a Trunks del futuro. "Yo principalmente puedo ver el presente y el pasado sin impedimento, pero el futuro no: solo llegó a ver hasta después de 5 años, a veces llega a mostrarse más cuando lo desea." Extendió sus manos, haciendo que la esfera de cristal brillara con más fuerza. Me arrodillé frente a ella. "El día de tu boda quise darles un regalo, mi intención fue solo ver lo que pasaría dentro de 5 años, pero cuando lo hice... me mostró más." dijo en tono serio. La esfera brilló más y de repente mostró algo.

Reconocí el lugar, era Kame House: estaba el Maestro Roshi, Bulma, Krillin e incluso la tortuga ahí. Podía verme a mí, pero también a Gohan con 3 años; él tenía puesto ese traje de color amarillo con verde y en su sombrero estaba colocada la esfera de cuatro estrellas, tenía aún su cola. Estábamos platicando. De repente mi yo de la esfera frunció el ceño, volteé a mirar al mar y no pasó mucho para que apareciera otra persona: mi hermano Raditz.

"¿Sabías que yo era un saiyajin?" pregunté, frunciendo el ceño.

"No Goku, como puedes ver la visión no tiene sonido, siempre es así con visiones del futuro. Una contra medida de la propia magia para que yo no pueda interferir." suspiré. Tal como con los dioses, la magia tenía los suyos. "Después... la esfera mostró esto." movió un poco más sus manos y la imagen cambió.

En la esfera de repente me ví, volando por un bosque, me detuve en un claro... que me parecía familiar. La imagen se alejó y mostró a más personas: Krillin, Yamcha, Puar, Oolong y Chichi y detrás de ellos estaban las esferas del dragón, activadas.

Abrí mucho los ojos al reconocer la escena...

Observé como le grité a Chichi y ella volteo a mirarme, un escalofrío pasó por mi espalda al ver de nuevo esa maldita sonrisa. Ví como Shenlong al cumplir el deseo hizo que me desmayará; alcance a ver qué Vegeta me atrapó en el aire antes de que se moviera la imagen y me mostrará a Gohan, inconsciente, cargado por Piccolo. La escena cambio, era la sala de estar de la casa de mi hijo mayor: Goten y Videl estaban ahí caminando en círculos, nerviosos, Pan estaba sentada en el sillón jugando con unos juguetes. Al mismo tiempo los tres se desmayaron, Pan en el sillón, Goten y Videl en el piso de la sala.

Y después la esfera ya no mostro nada...

"Viste... cuando pidieron el deseo..." susurré, atónito.

"Cuando ví ambas visiones supe que era algo en lo que no podía interferir... cuando ví a los jóvenes supe inmediatamente que eran tus hijos con Chichi así que le dije que tendría una gran familia, después de todo, no era mentira." justificó. Me senté en el suelo y me llevé las manos a la cara. "Cuando ví a Piccolo en la visión estaba sorprendida, pero Vegeta..."

"Aún no lo conocíamos, no sabía ni que era un saiyajin..." Respondí amargo. Quite mis manos y la mire.

"Exacto. Pero su armadura me recordó un poco al del hombre que ví en la primera visión, por lo que pensé, era posible que vinieran juntos. No fue así al final, pero fue a causa de tu hermano que Vegeta llegó a la Tierra." Contó su pensamiento de ese entonces. "Quise ver qué más lograba sacar de esas visiones, pero no lo logré. Cuando moriste a causa de Cell, creí que habías evitado este futuro, pero cuando reviviste gracias al Ancestro de hace 15 generaciones... supe que se cumpliría tarde o temprano..." Cerré los ojos con fuerza.

"¿Qué quiere decir esto? ¿Ya estaba escrito que las cosas terminarían así desde que me case?" Pregunté. "¿Qué a mí y a mis hijos nos lavarían el cerebro?, ¿Lastimaría a mis sobrinos?, ¿Sería usado como un juguete?, ¿Qué Gohan casi pierde a su esposa e hija?, ¿Qué golpearan a Goten hasta el punto en el que vivirá con marcas toda su vida?, ¿¡Que perdería a mi hija!?, ¿¡Me traicionarían no importara lo que hiciera!?, ¿¡ESTO ES LO QUE ESTABA DESTINADO A PASAR DESDE EL PRINCIPIO!?" Despotrique, la furia y el dolor volviendo con toda su fuerza. Me levanté del suelo y me di la vuelta, tomé con las manos mi cabello, intentando calmarme.

"No puedo darte respuestas que no tengo, Goku. Ni siquiera ella tiene todas las respuestas..." exclamó sería, pero sincera.

"Ellos no merecían esto..." Dije cansado. Me giré y vi a los ojos a Uranai. "Mis hijos Vegeta, Bulma, mis sobrinos... mi familia, ninguno merecía pasar por esto... Chiyo no merecía esto..." el nudo en mi estómago se apretó con más fuerza, su vínculo roto pesando y doliendo en mi pecho.

"Tampoco tú... no puedes pasar la vida lamentando lo que no pudo ser, o lo que te fue arrebatado, Goku." Fruncí el ceño al escucharla. Tuve el extraño presentimiento de que no solo hablaba de mi hija. "A partir de aquí tú decides que hacer... has vivido gran parte de tu vida complaciendo a los demás. ¿Vas a repetir la historia?, ¿O vas a empezar de nuevo?"

Los rayos del sol comenzaban a entrar por el palacio, miré hacia otro lado y noté que ya había amanecido, caminé hasta quedar en la entrada: me apoyé en la esquina con los brazos cruzados. Escuché los pasos de Uranai Baba a mi lado.

Siempre me tranquilizaba ver paisajes así: yo y mi abuelito despertábamos un poco antes del amanecer: nos quedábamos los dos sentados cerca del pequeño acantilado de la Montaña en donde estaba nuestra casa, para ver cómo el sol aparecía o cuando era tarde, como se ocultaba; escuchábamos como la naturaleza en la Montaña despertaba, los pájaros; con mi oído llegaba a escuchar la corriente del rio no muy lejos de nuestra casa. Al morir seguí viéndolos solo, me recordaban a él.

No fue hasta años después que Kamisama me quito la cola al entrenar en el Templo, que por fin pude disfrutar de la vista de la luna llena y las estrellas: cuando no podía dormir siempre veía la luna, me traía una sensación cálida y de paz, podía pasar horas viéndola y no me cansaba, siendo ella mi única compañía, junto con el aire que a esas horas parecía cantar. Ahora sé que me hizo recordar a mis padres, el día en el que me enviaron a la tierra.

Pero ahora... la sensación de calma que me daba mirar el cielo ya no estaba.

Desde el instante en que desperté hace meses estaba alerta a cada momento; vine aquí y aún me mantenía alerta del ki de mis hijos, preocupado de que alguien se acercara a ellos, incluso antes de que llegara Krillin. Durante el vuelo miraba a todos lados, esperando ver una nave siguiéndome. Sentía ojos en mi espalda a cada momento. Ya no encontraba paz en la Tierra... me la quitaron.

Mi pecho ha estado pesado desde que regresé, en la fiesta de Bulma al menos logré distraerme, al inicio. Había visitado con mis hijos a Broly poco antes de regresar a la Tierra, pude darle algunas capsulas con comida a él y sus amigos al estar guardadas en la casa capsula en el planeta de Kaiosama, ahí hasta la sensación de bienvenida y tranquilidad que tenía siempre en el Planeta de Vampa no estuvo por mucho tiempo.

Desde que me conecté con los vínculos todas las emociones que reprimí durante años (sobre todo la furia) las sentía el doble. Perdí el control de mí mismo hoy y casi mato a Chichi, a pesar de que me prometí desde el día que mi hermano llego a la Tierra que jamás mataría a un humano. ¿Qué pasaría si volvía a verla? ¿Si ella volvía a intentar usar las esferas? Solo recuperé el control gracias a Gohan y sabía que, en el mejor de los casos había sido temporal... era cuestión de tiempo para que la volviera a ver y probablemente la dañaría.

Sabía que las esferas ahora estaban seguras, pero ni eso me consoló. Kaiosama me contó las modificaciones de Dende, las medidas que tomó Bulma para evitar la detección de las esferas y eso calmó mis instintos, al menos lo suficiente para permitir que regresáramos.

Pero ahora tenía miedo... por primera vez en años, sentía miedo de todo.

"Ya no puedo quedarme..." Confesé lo que había sabido desde que desperté en el planeta de Kaiosama y no me hizo sentir mejor.

Sabía que estaba siendo injusto y egoísta de nuevo; Gohan tenía una vida aquí y Goten también, tenía a mi nuera y a mi nieta, sin dejar de lado a mis sobrinos, hasta Vegeta, a quien veía como a un hermano mayor.

Esos 10 meses en los que fuimos controlados no pasé mucho junto a mis hijos: siempre trabajando y haciendo todo lo que Chichi pedía sin preguntar. Ahora, que pase 4 meses completos con ellos, ya no podía imaginarme estar lejos por tanto tiempo... pero ya estaban mejor, sé que se mantendrían en condición y seguirán entrenando, sabía que Vegeta y Piccolo los iban a proteger si pasaba a mayores. Después de todo, ellos no eran un imán para los problemas... puede que, tan pronto me vaya, vuelvan a estar tranquilos. Esto pasó por mi culpa, si me alejaba los dejarían en paz, al igual que a la Tierra.

Fui un mal padre en gran parte de sus vidas... al menos podía darles a mis hijos una vida tranquila. Aunque eso significara alejarme de ellos para llevarme mis problemas para no volver a arrastrarlos y evitar que volvieran a dañarlos.

Uranai Baba tenía razón, no podía repetir la misma historia, pero no podía comenzar de nuevo en la tierra, no en otro planeta en el que me conocieran, ni siquiera en este Universo... si iba a irme, lo haría en serio.

"¿Cuánto tiempo te quedarás en la Tierra?" Preguntó ella de repente.

"El suficiente para arreglar todo..." Respondí y volteé a mirarla. "Cree... que pueda quedarme un poco más. No quiero molestarla..." Este era de los pocos lugares en dónde estaba seguro que no me buscarían, aún no quería regresar a Corporación.

"Claro Goku, quédate el tiempo que necesites." Ella dijo con esa sonrisa pícara en el rostro. Asentí, agradecido.

Salí del palacio y caminé hasta quedar a la orilla de la plataforma justo a un lado, me senté, acerque mis piernas a mi pecho, las abrace y apoyé mi barbilla en ellas. Seguí viendo el cielo y el mar, intentando recordar los momentos felices en la tierra, al menos los que no estaban manchados con la sensación fría y hueca que ahora sentía cada vez que recordaba a Chichi, Yamcha y Krillin.

Eran pocos...








#








***

*24 de octubre del año 784*

*Universo 7 - Galaxia del Norte*

*Planeta 4032-Verde-877. La Tierra*

*Palacio de Uranai Baba*

***


Observe en silencio como Goku se sentaba del lado izquierdo de la plataforma y abrazaba sus rodillas. Recordé cuando lo ví por primera vez: un pequeño niño con cola demasiado entusiasta con las peleas. Ni cuando vio a Son Gohan y lloró de felicidad se veía tan vulnerable como ahora. Pareciera que le quitaron hasta la sonrisa, el brillo en sus ojos que siempre había tenido durante años, ahora se había apagado.

Me giré y caminé un poco más profundo dentro del palacio, regresando al interior de la estatua. Me aseguré de que estuviera lejos del alcance del oído mejorado de Goku, pero que aún se pudiera ver desde la distancia.

"¿Creen que estará bien?" pregunté a mi esfera, que aún brillaba.

Moví mi mano, haciendo visible a las dos personas que presenciaron todo desde el principio: uno de ellos era un hombre mayor que conocía muy bien, pues había sido estudiante de Roshi: Son Gohan tenía una expresión triste en su rostro al ver a su nieto; a su lado una mujer, a ella la conocí hace un tiempo. Es un poco más alta que Gohan; cabello negro, despeinado; armadura completa con falda de color verde, amarillo y blanco; muñequeras rosadas, botas largas y una cola enrollada fuertemente en su cintura: Gine, la madre de Goku estaba devastada, miraba a su hijo con amor y pena a partes iguales. En sus mejillas aún había marcas de lágrimas; entre sus brazos, ignorante de toda la situación estaba cargando a una pequeña bebé de unos meses, envuelta en una manta verde oscuro, del mismo tono que su armadura; vestida con un mameluco de color turquesa, una pequeña muy parecida a ella de pelo cortito pero lacio.

Enmadaiosama le había dado un cuerpo físico al alma de la pequeña que no tuvo la oportunidad de nacer, como un regalo para Goku, para el día en que su vida acabara. Desde que llegó al paraíso la saiyajin y Son Gohan han cuidado de ella con todo el amor, a pesar de las circunstancias de su concepción.

Había un hermoso jardín en el fondo, todo rodeado de un pasto tan verde y exuberante lleno de flores de muchos los colores y toda clase de plantas; un cielo de un celeste claro con un degradado en un rosa pastel en compañía con nubes amarillas y muy esponjosas, incluso más que el de la tierra. El paraíso se veía igual que siempre.

"No lo sé..." respondió Gohan. Uno de los privilegios de estar en el más allá: les permitían a los muertos ver a sus seres queridos, hasta que se reunieron con ellos. La saiyajin veía mucho a su hijo, ella le contaba a él si pasaba algo malo, se llevaban muy bien. Ambos teniendo en común el amor incondicional a Son Goku o Kakarotto y sus nietos/bisnietos.

"Se siente perdido..." exclamó Gine. "El dolor de un vínculo destruido por traición es horrible; cualquier momento feliz que haya tenido con ellos ahora lo hará sentir frío y traicionado." Miró a su nieta a quien mecía suavemente, la bebé gorgoreaba contenta. "Pero un vínculo roto, más el de un padre es mucho peor... es un dolor indescriptible."

"Si los viera a alguno de ustedes... ¿Puede que se sienta mejor?" Eso tal vez podría animarlo. Ninguna batalla lo había dejado en un estado tan... roto.

"No, eso no." Negó al instante la saiyajin, las lágrimas volviendo a caer por sus mejillas, Gohan le puso una mano en el hombro. "Está en sintonía con los vínculos de nuevo, estará eufórico si nos ve... pero cuando nos vayamos le provocará más dolor. Eso no lo va a ayudar ahora, puede que incluso venga aquí antes de tiempo." Explico, Son Gohan agachó un poco la cabeza. Posiblemente él ya sabía esto. "Tendrá que sobrellevar esto por su cuenta, hasta Gohan y Goten..."

"Lo que me preocupa es dónde piensa irse..." Gohan mencionó. Ya había salido el sol en su totalidad y caía directamente a la cara de Goku. "Puede irse a cualquier lado, incluso a otro universo. De hacerlo, temo que lo hará solo..."

"No lo creo." Sonrió un poco Gine, limpiando sus lágrimas, yo y Son Gohan la vimos. "Mis nietos son tan o más tercos que Bardoock... no dejarán que Kakarotto se vaya solo, se va con compañía, cerca o no se va." Declaró, muy segura del hecho, pero con una mirada algo baja. Siempre pasaba eso cuando hablaba del padre de Goku. Hace tiempo que supe que él estaba en el infierno con su hijo mayor. "Pero peleará, sé que lo hará..."

"¿Por qué tan segura?" no pude evitar preguntar. Vi la seguridad en su mirada, muy parecida a la de su hijo menor. Ahora sabía de quién la heredó.

"Su padre se lo pidió..." dijo, sonrió al ver a Goku, ahora con una mariposa blanca en la mano. "Desde que llegó a la Tierra no ha hecho más que cumplir ese pedido, lo recordará o no. Mi pequeño va a sobrevivir... él va a vivir, es un saiyajin después de todo." sentenció. Al escuchar la mención de su padre la pequeña Chiyo se carcajeó, su abuela y su bisabuelo sonrieron al escucharla.

"Muchas gracias Uranai Baba... necesitábamos verlo." Agradeció Son Gohan, yo sonreí.

"No hay problema, tal vez te visite para un combate más tarde." Advertí, él me sonrió de acuerdo. Gine se despidió y después su imagen desapareció de mi esfera, apagando su brillo.

Volví a mirar a Goku, aún tenía la mariposa en la mano con una muy pequeña sonrisa adornando su rostro; pero su postura tensa y a la defensiva, claramente no se sentía a salvó, ni siquiera aquí. Esperaba que la visión que ví hace unos días en mi esfera se cumpla (por más imposible que pareciera cuando la observe a detalle).

Puede que esto valga la pena al final.







Son Goku ya tomo una decisión... comienza cuenta regresiva.







Notas:

- El color blanco se asocia comúnmente con la pureza, la paz y la espiritualidad en muchas tradiciones. Por lo tanto, las mariposas blancas se consideran portadoras de mensajes de: esperanza, espiritualidad y positividad. También suele verse como un signo de curación e inmortalidad o como un mensajero de la luna.




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