Capítulo 16: Perspectiva de un Padre Saiyajin
***
*31 de mayo del año 784*
*Universo 7 - Galaxia del Norte*
*Límites del mundo mortal*
*Planeta del Kaio del Norte*
***
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Entré a mi habitación y comencé a quitarme la ropa que usaba cuando trabajaba en el campo. Hoy había vendido gran parte de las verduras, el dinero había puesto a Chichi de buen humor.
(Pero su mirada me había puesto nervioso.)
Después de un baño, si me cambiaba rápido podría salir a entrenar un poco.
"Goku... ¿Qué estás haciendo?" Escuché la voz de mi esposa detrás de mí, al mismo tiempo que me quitaba la camisa. Voltee a mirarla.
(Su mirada aún me ponía nervioso e intenté dar unos pasos hacia atrás, pero no me moví.)
"Cambiándome." le dije con una sonrisa. "Quería entrenar un poco..."
"Cariño... ya habíamos hablado de ello. Ese entrenamiento no te ayuda en nada, estamos en una época de paz." Dijo en un tono dulce, mientras se acercaba lentamente a mí. "¿Qué tal si dejas de entrenar? Vegeta puede arreglárselas."
("Claro que Vegeta podría, pero no entrenó solo por eso." dije.)
"Tienes razón... debería de dejarlo."
(¿Qué? ¡Eso no fue lo que dije!)
"Además... podríamos hacer otras cosas si dejas de hacerlo." exclamó en un tono bajo, mientras comenzaba a quitarse lentamente su vestido. "Los niños no estarán en casa hasta dentro de unas horas..."
("Chichi no. Ya lo habíamos hablado." Un sentimiento de pavor comenzó a formarse en la boca de mi estómago. Quería tomar de nuevo mi playera y ponérmela, sentía como si temblara, pero mi cuerpo no se movía. ¿Qué estaba pasando?)
"¿Y qué es lo que tienes planeado?" Escuché que pregunté, también en un tono bajo. Mis manos estaban en mi pantalón el cuál comenzaba a desabrocharme.
("No... no, no, no. ¡Basta!" Grité. No quería tener más relaciones con ella. Es mi esposa, pero siempre me había negado desde que regresé: siempre fue incómodo, pero mi cuerpo no me respondía. ¡POR QUÉ NO PUEDO DETENERME!)
"Es algo que te gustará, eso tenlo por seguro..." su tono era seductor.
Terminó de quitarse el vestido y lo dejó caer al suelo, estaba únicamente en lencería. Ella tomó mi mano y nos llevó en dirección a la cama: ya me había quitado los pantalones y las botas. Cuando terminamos a la orilla de la cama ella llevó su mano a mi bóxer y comenzó a bajarlo.
("¡¡BASTA, DETENTE!!" pedí gritando. Tan rápido su mano me tocó había comenzado a temblar, el miedo se multiplicó y comencé a sentir repulsión. No quería ver esto, pero tampoco podía cerrar los ojos.)
"Eso se siente bien..." dije.
("¡MENTIRA!" Este era mi cuerpo lo sabía, pero no podía hacer nada, era como si alguien hubiera tomado mi lugar y me obligará a ser un espectador.)
"Pues espera lo mejor..." ella susurro. Dejó caer mi bóxer por mis piernas y tomo mi miembro con ambas manos.
(¡¡BASTA, ALÉJATE!!)
"Goku... jamás te vas a alejar de mí..." Ella declaró en voz alta. Me miraba directamente a los ojos, su sonrisa era perversa, oscura. Con ambas manos comenzó a masturbarme.
("¡NO! NO, No, no... no... Detente, DETENTE, ¡DETENTE! ¡DETENTE!)
...
..
.
"¡¡KAKAROTTOOOOOOOOOO!!"
.
..
...
~
Abrí los ojos de golpe, estaba sudando y jadeando. Me senté y comprobé desesperadamente si estaba vestido: tenía puesto un pans de color azul y tenía encima una manta café. Estaba acostado en lo que parecía un futón. Miré alrededor y vi lo que parecía una casa cápsula.
¿Dónde... dónde estaba? Comencé a respirar más rápido y cerré mis puños.
"¡Goku! ¡Goku cálmate!" Escuché una voz no muy lejos de mí. Al instante mis manos se formaron en puños, pero cuando ví quien era me calmé.
"Kaiosama..." susurré con alivio. Cerré los ojos y me llevé las manos a la cara, intentando controlar mi respiración.
"Está bien Goku... solo fue una pesadilla..." dijo. Se acercó a mí y puso su mano en mi espalda acariciando, hizo que me relajará más. Cuando me calmé por fin lo miré.
"¿Por qué estoy en tu planeta Kaiosama?" Pregunté, pero solo eso bastó para que todo llegará de golpe...
×
"No digas eso Goku... podemos volver... todo puede ser como era antes... tenemos una niña en camino..." dijo, me dió escalofríos.
"¡¡UNA NIÑA QUE CONCEBISTE AL VIOLARME!!"
×
Las náuseas volvieron, me tape rápidamente la boca con mi mano.
"¡Espera Goku! espera..." Kaiosama grito mientras corría a un lugar detrás de mí. Escuché el sonido del metal y luego sus pasos acercándose. "Ten." Dijo, al mismo tiempo que me tendía una cubeta. La tomé y rápidamente vomité en el interior.
Tarde un rato, pero cuando las arcadas se calmaron levanté un poco la vista. "¿Mis... mis hijos?"
"Están bien, ellos están al lado de ti." Respondió. Inmediatamente me giré hacia la izquierda.
Goten y Gohan se encontraban dormidos en dos futones separados: ambos vestían el mismo pans de azul que yo y estaban arropados con una manta. Las heridas que había visto momentos antes de teletransportarnos estaban curadas, probablemente por Kaiosama. Por fin podía sentir su ki.
Miré de nuevo alrededor, está casa cápsula era mía. Después de la primera vez que Chichi me corrió de la casa por la noche no quería molestar a Vegeta, así que vine a pedirle asilo a Kaiosama varias veces: como su casa era algo pequeña le había pedido a Bulma una casa cápsula y la dejé en el planeta. Siempre me tranquilizaba dormir aquí.
Mi estómago volvió a sentirse mal y volví a vomitar.
"¿Quieres un poco de agua Goku?" Preguntó Gregory. Cuando acabé levanté la cabeza y lo ví frente a mí, extendiéndome una botella de agua y un trapo. Le di una leve sonrisa y los tomé.
Me limpié la boca con el trapo y abrí la botella, tomé un sorbo, enjuague mi boca y escupí dentro de la cubeta. El resto del agua lo bebí. Dejé la cubeta a un lado y suspiré, más relajado.
"¿Cómo es que puedo sentarme?" No pude evitar preguntar. El recuerdo de no poder levantarme estaba grabado en mi mente.
"Aislé la gravedad de tu casa, podrás caminar libremente aquí adentro. Pero... tan pronto salgas puede que te resbales." Dijo lo último en tono gracioso, tal vez en un intento de levantarme el ánimo, pero la afirmación sólo hizo que doliera. El mostró un rostro triste y puso su mano en mi hombro. "Perdón... creí que te reirías."
"Lo sé... no es tu culpa." Dije sincero. Me llevé una mano a mi cabello y lo alboroté un poco. Cómo odie ponerme ese gel.
"¿Cómo te sientes? ¿Tienes hambre?" Preguntó, la idea de una comida, incluso la de Kaiosama me revolvió el estómago. Negué con la cabeza.
"Adolorido, sudado y cansado... Siento que no he dormido, pero estoy seguro de que lo he hecho. ¿Cuánto tiempo?" Pedí, mientras me quitaba la manta de encima.
"Llevas tres días." Abrí los ojos, sorprendido. "Tan pronto me di cuenta de que te habías quedado dormido los llevé a todos a tu casa, aislé la gravedad y les cambié la ropa; Gohan ha abierto los ojos un par de veces, pero luego vuelve a dormir; Goten ha tenido pesadillas, pero hasta ahora nada. Tú eres el primero que despierta en su totalidad." Cerré los ojos y suspiré. Tal vez no lo había dicho en voz alta, pero él Gregory y Bubbles habían estado cuidándonos desde que llegamos.
"Lo siento..." me disculpé. Sentía que mis ojos se volvían a humedecer. "No sabía a dónde ir..."
"Goku no te preocupes. No me molesta la compañía en mi planeta." Dijo con una sonrisa suave, mientras me revolvía el cabello, sonreí sin notarlo. "Además, siempre quise conocer a tus hijos, ya era momento de que los trajeras aquí." Medio me regaño, su sonrisa decía lo contrario. "Ahora levántate y date un baño, habrá más ropa cuando salgas. Puede que la idea de comer no te guste ahora, pero no puedes quedarte con el estómago vacío. Tal vez un caldo estaría bien o una sopa, es lo suficientemente ligero para que no tengas problemas con tu estómago..." comenzó a divagar mientras salía de la habitación con Gregory riéndose detrás de él, yo solo me reí un poco y me levanté.
No pude evitar una mueca. No mentía cuando dije que estaba adolorido, la mayor parte de mi cuerpo me dolía, sobre todo los brazos. Mientras movía mis hombros intentando quitar algo del malestar caminé en dirección al baño.
La casa cápsula era pequeña: contaba con una habitación, un baño, cocina y una pequeña sala. Recuerdo muy bien que había una cama en la habitación, pero era posible que Kaiosama tuviera que quitarla, para permitir que mis hijos y yo pudiéramos dormir juntos.
Cerré la puerta del baño tan pronto entré, me acerqué a la regadera y abrí las llaves, mientras se calentaba me quité la ropa. No me había dado cuenta que estaba frente al espejo hasta que ví mi reflejo, pero al hacerlo solté mi playera al verme.
Desde que tengo memoria siempre entrené, cuando crecí en mi entrenamiento con Kamisama había estado algo delgado al inicio, pero conforme mi entrenamiento aumentó mi musculatura también. He tenido la misma apariencia desde que conseguí despertar el Super Saiyajin fase 3. Ahora no lograba reconocerme: los músculos de mis brazos eran casi escasos, mis pectorales habían disminuido el doble; tenía un poco hundidas las mejillas, incluso se podían ver algunas de mis costillas. Me quité el pantalón y los tenis, la historia fue la misma. Jamás había visto mis piernas tan delgadas.
El vapor del baño comenzó a empañar el espejo, tome una de las toallas y lo limpie, pero algo que ví hizo que me detuviera.
Me acerqué más: en mi cuello, cerca de mi hombro tenía un pequeño círculo rojo, era algo claro, pero aún estaba la marca. Era un chupetón. Había tenido relaciones con Chichi no hace mucho.
"No... no, no, no." Repetí, cuando recordé mi pesadilla. Me talle con la mano la marca, pero no desaparecía.
Terminé de quitarme toda la ropa y caminé directo hacia el agua, sisee un poco, estaba caliente. Rápidamente tomé el zacate cerca de la llave y comencé a tallar una y otra y otra vez. No dejé de hacerlo hasta que sentí mi piel irritada. Apoyé mi cabeza contra los azulejos del baño, solté el zacate y me arrodillé en el suelo. Las lágrimas que había logrado contener con Kaiosama volvieron y está vez no las detuve. Comencé a sollozar.
"Mamá..." susurré.
Durante estos meses siempre que tenía una pesadilla escuchaba el grito de una mujer antes de despertar, siempre llamándome por mi nombre saiyajin: el grito apenas se escuchaba.
Nunca identifique de quién era, pero sabía que conocía a la mujer. Esta era la primera vez que se escuchaba su voz tan clara y fuerte. Al fin sabía de quién era la voz: era de mi madre.
El grito de mi madre siempre me despertaba de las pesadillas.
"¿Por qué no vinieron por mí...?" Pregunté, pero yo ya sabía la respuesta, ellos murieron junto a toda nuestra raza.
Volví a llorar.
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Cuando salí del baño había un closet al lado de la puerta, lo abrí y lo que encontré me hizo reírme un poco: dentro había 30 sudaderas y pantalones azules; playeras de manga larga, tenis, calcetines y boxees de color blanco. Kaiosama siempre exagerando. Tomé uno de cada uno y comencé a vestirme. Después revise a mis hijos.
Gohan estaba profundamente dormido, aunque se había quitado la manta, la tomé y volví a arroparlo; Goten estaba igual, pero tenía el ceño fruncido y estaba sudando un poco. Ví un trapo y el traste con agua fría cerca de su futón. Me senté a su lado: tomé el trapo, lo mojé, exprimí y lo pasé por su frente, rostro y cuello.
"Parece que me ganaste Goku." Escuché la voz de Gregory en la entrada. Lo ví volando hacia mí.
"Hola Gregory... Entonces, ¿Tú cuidas de Goten?" pregunté mientras mojaba de nuevo el trapo, Gregory se sentó en mi hombro derecho.
"Si. Lo reviso cada hora, Kaiosama se encargaba de ti y ambos nos turnábamos a Gohan, aunque quien los vigila es Bubbles." Comentó alegremente mientras sentía como movía sus pies.
"Gracias... por todo." Le dije, mientras giraba mi cabeza para verlo, él me sonrió y me dió unas palmadas en la mejilla.
"No fue nada, era como cuidar a dos copias de tí, pero estás no roncan..." Negué con la cabeza, divertido. "Por cierto Goku, cuando estabas dormido susurrabas mucho un nombre... ¿Quién es Bardoock?" Dejé de mover mi mano y suspiré. Doble y coloqué el trapo en la frente de mi hijo, sentí que Gregory se movía en mi hombro, preocupado. "¿Goku?"
"Ese... es el nombre de mi padre." Dije, mientras pasaba una mano por el cabello de Goten, su ceño se había bajado.
"Creí que no tenías recuerdos de tus padres..." comentó Gregory sorprendido. Solté una risa sarcástica.
"Si los tenía solo... los olvide." Tomé la mano de Goten y apreté. "Con el deseo los recordé."
"Ya que los recuerdas... ¿A quién te pareces?" Preguntó algo vacilante pero curioso, cerré los ojos por un momento.
"Me parezco a mi padre, ambos tenemos el mismo corte de cabello peculiar... pero, él tiene una piel más oscura, yo... saqué el tono de piel de mi madre, también sus ojos..." Me reí un poco. "Goten con su cabello largo se parece a ella..."
"Se escucha como una linda saiyajin."
"Lo es, es más baja que mi padre, pero tenía una muy linda sonrisa... muy animada. Papá se veía muy serio, pero siempre sonreía al estar cerca de ella..."
"Tal parece que sacaste tu personalidad de tu madre, jamás había visto a Kaiosama reírse tanto." No pude evitar soltar una carcajada al escucharlo.
"Si... me parezco mucho a ella." Lo era... me parecía a mi madre.
Ahora lo sabía, el golpe en la cabeza no me convirtió en quien soy: ese accidente sólo hizo que olvidará a mis padres y dejará de buscarlos, llegando incluso a lastimar a mi abuelo por qué quería ver si habían regresado por mí.
No fui mandado a la Tierra para conquistarla, fui enviado para sobrevivir. Mis padres me amaban tanto que preferían mandarme lejos antes de arriesgarse a que muriera en nuestro planeta natal. No fui un perdedor a sus ojos, a pesar de ser un Clase Baja... solo era su hijo.
×
"Escucha, pase lo que pase tienes que sobrevivir..."
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"Te lo prometo... voy a sobrevivir." Susurré, con la imagen de mi padre clara en mi mente. Gregory no preguntó, se quedó en silencio aún sentado en mi hombro, pero jugando con mi cabello con su pequeña mano. Comencé a ronronear.
Sentí mi pecho más ligero.
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Gohan despertó dos días después. Bubbles los había estado cuidando cuando me avisó. Había estado en la sala con el resto poniéndome al corriente con lo que ocurrió en la tierra, pero inmediatamente corrí a ver a mi hijo.
"Hola Gohan, estoy aquí. Goten también está aquí." Le dije mientras me sentaba a su lado. Tenía los ojos ligeramente abiertos, su ki estaba en un rango bajo, pero podía sentirlo mejor que al principio.
"Papá... Hola." Me saludo, con una pequeña sonrisa. "¿Dónde está Videl? ¿Y Pan?"
"Ellas están bien. Kaiosama me dijo que fueron a Corporación Cápsula, se están quedando ahí. Pan se sentía un poco mal." No tenía el valor para decirle que debido a que el inhibidor salía de su sistema ella había estado vomitando y durmiendo mucho. Me exigiría volver y no estaba dispuesto a llevarlo a la tierra, no en este estado. "Bulma y el Dr. Briefs están cuidando de ella."
"¿Kaiosama? ¿No estamos en Corporación...?" Preguntó, mientras abría un poco más los ojos y miraba alrededor. No traía sus anteojos y la casa cápsula se parecía bastante a C.C, era claro que se confundiría.
"No. Estamos en el planeta de Kaiosama." El me miró fijamente, confundido. Lentamente sus ojos comenzaron abrirse, entrando en pánico y su ki aumentó. Las lágrimas comenzaron a caer y la furia se mostraba en su energía, había recordado todo. Tomé su mano y apreté. "Está bien Gohan... Chichi no se acercará a ellas, Vegeta no lo va a permitir." Literalmente Bulma había cerrado Corporación tan pronto refugió a mi nieta y mi nuera, Mr. Satán también estaba con ellas.
"Ella te daño..." exclamó con furia contenida, se levantó del futón y se sentó mirándome a los ojos, cerré mis ojos. Había creído que se había desmayado antes de escuchar esa parte. "¡Ella abusó de ti!"
"¡Eso no importa en este momento!" Grité, las náuseas habían vuelto, pero logré contenerlas. Lo mire directamente a los ojos. "Lo que me importa eres tú y tu hermano, quien aún no despierta." Cuando me escuchó él se dió la vuelta y vio a Goten. "La tierra puede esperar, pero primero tienen que estar bien..."
"¿Pero... y tú?" Preguntó con voz rota. Volteo a mirarme, puso su mano en mi hombro y apretó.
"Voy a estar bien." Dije, con toda la fuerza que pude reunir. Puse mi mano con la suya y apreté.
"Lo siento..." exclamó y está vez sus ojos mostraban culpa. "Yo... pude haberlo evitado... pude haber evitado que te dañara de esa manera..." comenzó a sollozar. "¡Lo lamento tanto papá!" Rápidamente lo acerque y lo abrace con todas mis fuerzas, las lágrimas acumulándose en mis ojos, pero me negué a soltarlas. No quería que Gohan me viera así, en este momento él me necesitaba. "Videl me va a odiar... el Señor Piccolo también..."
"Shh... no Gohan, no digas eso." Susurré mientras comenzaba a mecerlo de un lado a otro, como cuando era niño. "Videl no te odia, ella sabe que no dirías esas cosas de las artes marciales, ella lo entenderá y Piccolo..." me reí un poco. "Él jamás te odiaría, te ama tanto como yo... eres su hijo tanto como él mío." El sollozo con más fuerza. "No tienes que disculparte, no tengo por qué perdonarte nada. Soy yo quien debe pedir perdón... esto pasó por mi culpa. Lo siento hijo." Me disculpé, sentí como él negaba con la cabeza, pero no pudo hablar. Siempre perdonando mis errores.
"Ella nos drogo..." dijo llorando. Bulma me había dicho del inhibidor antes de todo este desastre. "Pan se había sentido mal durante algunas semanas, era ese maldito inhibidor y ella lo sabía, pero no le importó... ¡ESTABA DISPUESTA A DAÑAR A MI HIJA POR SU MALDITA LOCURA!" Grito en mi hombro, enojado con la mujer que había jurado cuidar a su hija. "¿POR QUÉ HIZO ESTO? ¿POR QUÉ QUIERE CAMBIARNOS? ¿Por qué... por qué jamás somos suficiente para ella...?" Despotrico mientras volvía a llorar. "¿Po-or qué nunca es suficiente...?"
"Por qué lo único que le importa es una familia humana normal..." conteste, serio. Vegeta había intentado muchas veces que admitiera ese hecho. Estaría insultándola en este momento. "Puede que no sea un erudito como tú pero puedo ver cuánto amas tu carrera... tal vez para Chichi no era suficiente, pero para mí sí." Le dije y era verdad. Siempre me había alegrado como Gohan amaba sus estudios, incluso si al inicio había sido por Chichi a él de verdad le gustaron y estudió algo que él amaba de verdad, muy parecido a mi amor a las artes marciales. Sentí como se acomodaba mejor en mi abrazo y dejaba de sollozar. "Tú y tu hermano son mi orgullo, no me importa lo que estudien o si no lo hacen, siempre los voy a querer..." comencé a acariciar su cabello y él se apoyó más en mí.
"También te quiero papá..." dijo él y podía sentir su cariño incluso a través de su ki. Sonreí un poco. Nos quedamos en silencio, no tenía la intención de soltarlo y tal parecía que él tampoco, seguí meciéndonos a ambos suavemente.
Solo cuando Kaiosama tocó la puerta de la habitación supe que había pasado una hora.
"Puedes entrar Kaiosama, aún sigue despierto." Dije en voz alta. Gohan no hizo ningún movimiento para levantarse así que nos quedamos así.
"Uh. Qué bueno que ya despertó..." comentó él, mientras estaba con una bandeja con dos platos con sopa. Dejó la puerta abierta y entraron Gregory con Bubbles, todos acercándose a nosotros. "Es un gusto conocerte Gohan, tu padre había tardado en traerlos... aunque tardó años en revivirme, no debería de sorprenderme." se medió quejo. Yo sólo levanté una ceja, pero mi hijo se río, Kaiosama sonrió al conseguir que se riera. Dejó la bandeja frente a Gohan y yo.
"El gusto es mío Señor Kaio..." dijo, mientras se sentaba a mi lado y se apoyaba en mi costado, deje de abrazarlo, pero pase mi brazo por sus hombros, él hizo lo mismo. "Papá dice que hace una comida muy buena."
"Ja debí de imaginar que Goku hablaría solo de comida." Dijo riéndose, yo hice una mueca. Gregory se acercó a mi hijo y se sentó en su hombro derecho, para mí sorpresa Gohan no se tensó, solo lo miró con curiosidad.
"Yo soy Gregory, es un gusto conocerte." Saludo con una sonrisa, extendiendo su mano, mi hijo sonrió y le dió la mano, o al menos el dedo.
"Hola Gregory... ¿Sabes? Cuando papá me contó de ti creí que eras más alto." Gohan comentó, no pude evitar reírme al mismo tiempo que Kaiosama. Bubbles se acercó a mi hijo, cuando él lo vio le acarició la cabeza.
"Puede que sea pequeño, pero soy muy veloz. Veremos si puedes alcanzarme cuando comiences a entrenar..." dijo con un pequeño ceño fruncido y una sonrisa maquiavélica.
Mi hijo parpadeo. "¿Entrenar? ¿Me va a entrenar Kaiosama?" Preguntó animado, incluso me sorprendí. Había creído que pediría un chiste.
"Si, solo después de que me cuentes un chiste..." Negué con la cabeza, sonriendo. "...pero la razón principal es por su condición. Tengo entendido que habías vuelto a entrenar desde el Torneo y con todo esto... bueno ya saben." Dijo vagamente, Gohan y yo asentimos para que continuará. "Vegeta me informó que era posible que tuvieran que entrenar todos desde 0 y por cómo llegaron tengo que darle la razón." Suspiro. "El uso prolongado de ese inhibidor causó una especie de bloqueo en todas sus transformaciones, al disminuir su conteo de Células S: sus sistemas ya han comenzado a purgar lo que queda del inhibidor, en el caso de Goten y tuya." Señalo a mi hijo. "Su sistema tardará dos meses, pero con tu padre es distinto: tal parece que su cuerpo identificó lo que lo hacía más débil y la velocidad con el que su sistema está eliminando el inhibidor es el doble de rápida, puede que solo tarde un mes. El hecho de que sea un saiyajin puro pudo ayudar en eso... los cuerpos de los saiyajin se adaptan según las circunstancias. Será cuestión de una buena alimentación, entrenamiento y podrán recuperar sus niveles de poder y todas sus transformaciones." Gohan estaba serio, pero escuchaba todo con atención.
"¿Mi tío Vegeta sabe que estamos aquí?" Preguntó mi hijo.
"Si, probablemente lo supo desde que vio a Goku teletransportarse. Estoy casi seguro que Piccolo también sabe, pero ninguno ha dicho nada a nadie." Cuando lo escucho Gohan mostró una pequeña sonrisa. "Vegeta dijo que regresarán cuando se sintieran seguros, y cito: 'Bulma se encargaría de todo.'" Mi hijo se rio, me reí con él. Bulma siempre ayudándonos y Vegeta solo dándole más trabajo. Me alegraba que siguieran juntos aún después de lo ocurrido. "Ahora basta de eso, ambos tienen que comer. Sus cuerpos se acostumbraron estos meses a la pequeña cantidad que consumían, así que tendrán que comer de poco a poco y aumentar sus porciones para regresar su organismo a su funcionamiento original. Sobre todo, tu Goku." Hice una mueca, mi estómago había estado tranquilo, pero con las náuseas no me apetecía comer, pero si no lo hacía Gohan se iba a preocupar y Kaiosama tal vez me regañaría.
Mi hijo me sonrió yo le regrese la sonrisa, feliz de que por fin despertara. Tomamos cada uno un plato.
&&&
"¡GOKU, GOHAN! ¡YA DESPERTÓ!" Escuché el grito de Gregory desde la casa cápsula. Habíamos estado saliendo a hacer ejercicios de calentamiento para acostumbrarnos a la gravedad del planeta.
Mi hijo y yo nos vimos y rápidamente corrimos hacia la casa, Kaiosama y Bubbles nos seguían desde atrás.
Cuatro días, Goten tardó cuatro días en despertar. En los últimos días había estado susurrando o en algunas ocasiones gritando, no importó cuanto intentamos despertarlo no fue posible. Al menos su temperatura regresó a la normalidad, pero no era un verdadero consuelo.
"¿Dijo algo?" Preguntó Gohan cuando llegamos a la puerta de la habitación donde Gregory estaba, había dejado la puerta entreabierta. Kaiosama le había dado a mi hijo unos anteojos nuevos.
"No ha dicho nada, solo ha estado mirando hacia el techo... ni siquiera se ha movido." Respondió, nervioso. Jugaba con sus manos, algo en mi pecho comenzó a pesarme. Gregory voló hacia un lado y permitió que entrara, Gohan detrás de mí.
"Hola Goten." Salude, acercándome.
Gregory tenía razón, no se había movido. De hecho, estaba en la misma posición en la que ha dormido durante los últimos días: seguía tapado con la manta y su mirada estaba clavada en el techo. Me arrodillé a su lado, Gohan hizo lo mismo del lado contrario.
"Goten... estamos papá y yo aquí. Estamos en el planeta de Kaiosama." Dijo mi hijo de forma animada, pero ni con eso mi hijo menor lo volteo a ver, su mirada estaba clavada únicamente en el techo. "Goten, dijiste que querías conocer al Señor Kaio... ¿Recuerdas?" Preguntó Gohan, esta vez un poco desesperado.
Goten no dijo nada, su expresión estaba en blanco, no mostraba ninguna emoción: sus ojos estaban opacos, sin el brillo infantil con el que siempre me veía, solo parpadeaba mirando hacia el techo. Las náuseas volvieron junto con un mal presentimiento.
Comencé a asustarme. "Hijo... Goten, respóndeme." Dije yo está vez, puse mi mano en su hombro y lo moví ligeramente, pero no reaccionó. "Me dijiste que querías volver a entrenar, podemos hacerlo ahora..."
"Goku creo que... está catatónico..." Kaiosama comenzó, pero Gohan lo ignoró.
"Goten soy Gohan... soy tu hermano mayor." Repitió mi hijo, sonaba asustado. Levantó un poco la manta y tomó la mano izquierda de su hermano apretándola. "Aprieta mi mano, aprieta solo un poco..." repitió, ví sus manos unidas, pero Goten no regresó la acción, su mano estaba blanda y seguía abierta. "Se que me escuchas solo... solo tienes que apre... tar..." Gohan había bajado la manga de la sudadera de su hermano, pero cuando vio unas marcas rojas dejó de hablar. "¿Cuándo pasó esto?" Bajo su manga hasta el codo: todo el antebrazo de Goten estaba lleno de heridas de lo que parecía un látigo. Abrí los ojos con miedo al igual que mi hijo, mi pecho dolía en este punto y mi respiración se volvía rápida: tuve el presentimiento de que Gohan sentía lo mismo.
Rápidamente tomé la mano derecha de Goten y bajé su manga: las mismas marcas de látigo estaban ahí, pero estás eran más profundas, incluso podía ver marcas pasadas ya curadas. Tuve que hacer un esfuerzo para bajar mi nivel de pelea y las náuseas.
"Oh no..." exclamó Gregory.
"Pa... papá ayúdame..." pidió mi hijo de repente, ahora más asustado. Había retirado la manta por completo. "Necesitamos sentarlo..." me senté en el suelo y levante a Goten por las axilas, logrando sentarlo en el futón.
Estaba flácido en mis brazos, pero se mantuvo lo suficientemente rígido para que pudiera sostener sentado sin ayuda: Gohan bajó el cierre de la sudadera y con mi ayuda se la pudo retirar; después se levantó y se acomodó detrás de su hermano, siguiendo con su playera; tuve que ayudarle con los brazos, pero cuando la retiró el rostro de mi hijo mostró horror y se tapó la boca con la mano para no gritar.
"Gohan ¿Qué...?" Quise preguntarle, pero cuando me acerqué a su lado ví por qué reaccionó así. Mi estómago se revolvió con más fuerza. Aquel dolor en mi pecho que tuve durante meses volvió a aparecer.
Toda la espalda de mi hijo tenía marcas: estás eran más marcadas y anchas, varias incluso se veían un poco frescas, pero la mayoría eran antiguas y no fueron curadas en su totalidad.
"Estos no son de látigo... son de un cinturón..." susurro preocupado Kaiosama, él estaba detrás de mí.
"Goten... hermanito, ya estás a salvó." Gohan volvió a arrodillarse a su lado, quien ahora estaba viendo a la pared. "Estamos a salvó... nadie te va a lastimar otra vez, estás seguro..." dijo en un susurro, pero Goten ni siquiera giró para mirarlo. "Ya estamos a salvo..."
"Goten..." lo llame de nuevo. Llevé una mano a su mejilla e hice que me viera, pero sus ojos simplemente no me reconocían. "Goten... por favor responde." Implore, sus ojos siguieron opacos. Baje lentamente mi mano, la cual temblaba: su cabeza regreso a su posición inicial, de nuevo mirando hacia la pared frente a él. Escuché a Gohan sollozar.
Me llevé una mano a la boca y rápidamente corrí hacia el baño. Abrí la puerta y vomité en la taza, arcada tras arcada siguieron mientras comenzaba a unir los puntos. Los tutores, habían sido los tutores que Chichi contrato. En ese momento ella se negó a enseñarme los papeles que pidieron que firmáramos, ella dijo que se encargaría de todo. Fácilmente hacía caso a todo lo que decía, así que jamás pregunté.
Cuando deje de vomitar tire la cadena y con una toalla me limpie la boca, mientras cerraba los ojos con fuerza. Lo último que escuché fue como alguien entró al baño y se arrodilló a mi lado, abrazándome, yo lo abracé de vuelta al sentir que era Gohan, él seguía llorando, sentía como necesitaba consuelo. Mi pecho dolió más.
"Él va-a a estar bien... lo vamos a sacar de ese-e estado." dijo mi hijo en voz alta. Si era para convencerme a mí o a él mismo no lo sabía, pero eso me relajo un poco.
"Lo vamos a sacar... lo vamos a sacar." Repetí y lo abracé con más fuerza.
Mi padre me pidió que sobreviviera y con eso venían mis hijos: ellos también iban a sobrevivir. No iba a permitir que ellos pagarán por mis errores, no de nuevo.
Esto era mi culpa... tengo que arreglarlo.
Notas:
- Los pans azules que comenta Goku son los mismo que el usa en su entrenamiento con Kaiosama. Aparecen en la película de Dragon Ball Z: La batalla de los Dioses
- ¿Son Goten de verdad está en estado catatónico? Esta es una pregunta qué él mismo nos responderá.
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