Capítulo 14: Perspectiva de un Esposo Saiyajin

***

*28 de mayo del año 784*

*Universo 7 - Galaxia del Norte*

*Planeta 4032-Verde-877. La Tierra*

*Lejos de la Montaña Paoz*

*En un bosque cerca del desierto*

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Vi cómo la traidora cayó de rodillas al suelo y miraba sin pestañear en el lugar donde antes habían estado su esposo e hijos... Al fin veía las consecuencias de sus acciones.

"¡¡GOKUUUUUUUUUUU!!" gritó ella. Se llevó las manos alrededor de su cabeza, negando desesperadamente y susurrando palabras que no lograba entender. Tal parecía que se había vuelto loca, aunque ya lo estaba desde hace tiempo.

Giré mi mirada hacia un lado y vi como Trunks ayudaba a Piccolo a levantarse. Fue un rayo fuerte por parte de Kakarotto, logró lanzarlo a varios metros.

"Gracias Trunks..." escuché que decía Piccolo cuando me acerqué. Tenía una mano en su pecho, pero no se veía mucho daño, a excepción de su dogy.

"¿Qué pasó? ¿Por qué el tío Goku te atacó?" Preguntó preocupado mi hijo.

"No lo atacó... lo alejo." Aclaré, él volvió a mirarme, pidiendo aclaración. "Es simplemente un milagro que Kakarotto despertara su ki. Estaba abrumado por todo, así que durante todo este tiempo estuvo actuando únicamente por instinto." Tal parecía que el instinto saiyajin de Kakarotto no estaba tan dormido como creí. "Cómo padre su naturaleza saiyajin le dictó que tenía que proteger a sus hijos. Cuando vio a la principal responsable de dañarlos y al verse en una posición tan vulnerable, casi sin energía: lo único que pudo hacer fue llevarse a sus hijos." Trunks mostró una sonrisa triste. "Piccolo simplemente estaba demasiado cerca. Incluso no lo atacó al verlo con Gohan y Goten, lo que demuestra que sabía en quiénes confiar." Probablemente ni siquiera notó nuestra presencia al no ser amenazas.

"Se disculpó..." comentó Piccolo. "¿A dónde se fue?"

"A un lugar que considere seguro... y no es la Tierra." Piccolo cerró los ojos.

"Papá... dime qué es mentira lo que dijo mi tío..." pidió Trunks casi asustado. Sabía que se refería a la parte de la violación.

Cerré los ojos, cansado. Le conté a Trunks muchas cosas de mi pasado al cumplir la mayoría de edad saiyajin, pero jamás de lo ocurrido en el Ejército de Frezzer. Aunque sabía que él sospechaba.

"No Trunks... todo lo que dijo Kakarotto fue verdad."

Mi hijo simplemente cerró los ojos y apartó la mirada. Puse mi mano en su hombro y apreté. Pensar que Kakarotto fue rebajado a este estado, solo por los simples caprichos de una arpía obsesionada...

Sentí como el ki de Ten Shin Han se acercaba a nuestra dirección, y no estaba solo: a los pocos segundos el triclope aterrizó y caminó directamente hacia Piccolo. Después aterrizó un vehículo oficial de Corporación Cápsula... y de ahí salió mi esposa. Ella tenía puesto un vestido sencillo de color rojo; tenis deportivos de color negro y un par de pulseras del mismo tono. Incluso se había puesto algo de maquillaje, aunque eso no ocultó su expresión devastada y llena de culpa. Apreté los puños con ira...

Escuché el jadeo de sorpresa de Trunks a un lado de mí. Claramente recordando lo que hubiera ocurrido si no se hubiera roto el deseo.

Me negué a apartar la mirada de ella, no se había movido de dónde aterrizo; tenía miedo; sus ojos estaban rojos e hinchados, probablemente había estado llorando durante todo el viaje. Su vista estaba entre nuestro hijo y yo.

"Vegeta... Trunks..." dijo en voz baja, al borde de las lágrimas.

De repente sentí como el ki de la arpía comenzaba comportarse de forma extraña, mi garganta se secó.

"¡AAAAHHHHHHHHH!" Grito de dolor, tomaba con sus manos su vientre con fuerza.

"Ay no..." Bulma susurro asustada. Ella corrió rápidamente a su dirección.

Me llevé las manos a la cabeza y no pude evitar soltar un gruñido. "¡Maldita sea!" Grité enojado. Me giré y caminé en dirección a la traidora.

"Papá... Mamá ¿Qué hacen?" Preguntó Trunks indignado. "¡Todo esto es por su culpa!"

"Pero lleva aún el bebé de Kakarotto." Le recordé. Esa niña no tenía la culpa de todo este desastre.

Bulma fue quien llegó primero, intentó levantarla, pero no pudo. La arpía solo gritó más fuerte e intentó apartarla.

"Vegeta, necesito llevarla al hospital..." pidió mi esposa. Rápidamente intenté levantarla por los hombros, pero ella se alejó gritando.

"¡ALÉJATE DE MÍ! ¡TÚ TIENES LA CULPA DE TODO! ¡SI GOKU JAMÁS TE HUBIERA CONOCIDO TODO SERÍA COMO ANTES!" Acuso en colera. Bulma se había enojado por sus palabras, incluso sentí como el ki de Trunks aumentaba.

"¡Si fuera por mi te mataba justo donde estás! ¡Pero sigues teniendo el hijo de Kakarotto en tu maldito vientre! La única persona que tiene la culpa de todo eres tú, incluso si no hubiera aparecido él te hubiera dejado desde hace mucho." Despotrique, no tenía el tiempo ni la paciencia para escuchar sus esto. Rápidamente le di un golpe en el cuello y ella se desmayó. La cargué y la llevé hasta el vehículo de mi esposa, algo en la boca de mi estómago me alarmó. "Trunks ve por unas semillas al templo..."

"Eso no funcionará. Las semillas solo sirven para curar heridas, no enfermedades o situaciones de naturaleza similar." Dijo Piccolo instantáneamente, voltee a mirarlo con el ceño fruncido. "Lo que le está ocurriendo es algo natural, las semillas no ayudarán en nada. Ni siquiera Dende puede intervenir." Explicó, rechine los dientes con ira.

"Solo queda llevarla a un hospital." dijo Bulma decidida. Ella entró al asiento del piloto y encendió su vehículo, yéndose a máxima velocidad. La observé hasta que se perdió de vista.



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Pasado varias horas desde que todos recuperaron sus recuerdos; seguí el ki de mi esposa hasta que llegó a un hospital; Ten Shin Han y Piccolo habían decidido regresar al mirador, Chaoz se había quedado en el dogo, pero era seguro que buscaría al triclope en el templo. Trunks y yo regresamos a casa.

Bulma regresó a Corporación durante la cena, dejó a la arpía estable en el hospital al cuidado de su padre. Mis suegros la abrazaron y la sentaron, ni yo ni Trunks hicimos el intento de acercarnos, todas las discusiones y malos momentos estaban demasiado vivos, incluso con los deseos rotos. Ni siquiera Bra quiso abrazarla, ella solo se aferró con más fuerza a mí, Bulma lo entendió, pero su mirada era triste.

La explicación de lo ocurrido no fue tan fácil como creí; comencé desde los deseos que cumplió Shenlong hasta mi viaje a Nuevo Namek; Bulma había golpeado la mesa cuando revele quiénes fueron los responsables; tuve que detener a Trunks antes de que fuera a buscarlos, la furia muy presente en sus ojos, y sólo aumentó cuando Bulma dijo en dónde posiblemente habían quedado Mai y sus amigos. Pudieron convencerlo para buscarla mañana, hoy había sido un día largo.

Cuando la cena terminó deje a Bra con su hermano y caminé en dirección al laboratorio de mi esposa. (Al cual ya podía acceder) Me dirigí al refrigerador, me quite el guante y escanee mi huella, cuando abrí la puerta ví todos los viales del Inhibidor.

Se habían guardado más de una docena, ahora sólo quedaban la mitad... Cerré la compuerta y el refrigerador de un solo golpe. Apoyé mis manos en una mesa cercana y suspiré cansado. Mi mente divagó hacia Kakarotto.

"Kaiosama, ¿Kakarotto está contigo?" Pregunté, en la oscuridad del laboratorio.

"Si Vegeta, llegó aquí con Gohan y Goten." Respondió Kaiosama, no pude evitar reírme un poco.

Solo él podía teletransportarse hasta su planeta, la única otra opción hubiera sido Nuevo Namek, el planeta Yardrat o Vampa, aunque para este último aún tenía que concentrarse.

"Kakarotto tendrá problemas con su ki, al igual que sus hijos. Han estado ingiriendo por casi un año el inhibidor, sin mencionar que está fuera de condición y no han comido lo suficiente para un saiyajin. Probablemente tengan que entrenar desde 0... todos ellos." Advertí. Ese cabeza hueca no debió de ser capaz de transformarse, su furia y dolor habían sido altas, su hijo incluso tuvo la energía para hacer un ataque, aunque fuera pequeño.

Había visto las heridas de Gohan y Goten: su condición como híbridos no debió permitir que se lastimaran tan fácil, pero el no tener acceso a su ki de forma natural y ser obligados a contenerlo durante tanto tiempo provocó que su cuerpo fuera tan débil como el de un terrícola, tal vez más.

Los saiyajin desde sus inicios han sido una raza guerrera; el uso del ki era natural para nosotros, evolucionamos con él. Nuestro cuerpo se acostumbró a tenerlo siempre accesible, incluso cuando algunos no eran guerreros.

Durante estos meses la familia de Kakarotto perdió esa accesibilidad, su cuerpo ya no tenía la energía con la que tanto se acostumbró y evolucionó, se hizo más débil; su regeneración también debió de haber disminuido o no funcionado en lo absoluto; dificultades para dormir (dormía más o casi nada) o falta de concentración. La falta de alimento solo lo empeoraría.

"Vegeta..." escuché la voz de mi esposa detrás de mí, antes de que encendiera las luces del laboratorio.

Me giré lentamente y finalmente la confronté.

Ella estaba un poco lejos de la entrada, pero quedando justo frente a mí por un par de metros. Temblaba, lo que no sabía era si de miedo o enojo, cuando supo que fue Krillin uno de los causantes, se había puesto lívida.

"Sabes... en dónde estaba. ¿No es así?" Preguntó ella, su mirada estaba clavada en el suelo todo el tiempo.

"Si." Sus hombros comenzaron a temblar más. "Se todo lo que has hecho durante estos meses..."

"Estaba a punto de encontrarme con él hoy, cuando escuché la voz de Porunga..." Reveló, sabía que hablaba de ese bastardo. Entrecerré los ojos ante su mención y apreté mis puños con fuerza, pero dejé que continuará. "Hace unas semanas él me había dado un anillo de compromiso... quería casarse tan pronto te hiciera firmar los papeles del divorcio..." Sin poder evitarlo comencé a temblar de furia. "Cuando recordé se sintió un temblor... ví la columna amarilla desde Satán City y sabía que era de Goku, me había contado sobre su picnic... tomé mi vehículo y volé a su dirección... Tiré el maldito anillo a mitad del viaje." Se abrazó a sí misma. Solo un par de pasos nos separaban. "¡Nunca fue mi intención engañarte Vegeta!" Levanto la vista, lágrimas gruesas caían por sus mejillas, por un momento me lleve una mano a mi pecho, mi esposa sentía tanta culpa y dolor que podía sentirlo por su vínculo. "Por favor créeme, jamás fue mi intención... no quiero el divorció... mucho menos que se vayan de la Tierra..." exclamó con desesperación. Con mis manos lentamente tomé sus codos, ella apoyó su cabeza en mi pecho y tomó con fuerza mis brazos. "Jamás quise hacerles daño a Trunks y a Bra... mucho menos a ti." Sollozo, cerré los ojos con fuerza y apoyé mi barbilla en su coronilla, sentí como lloraba con más fuerza. "Ustedes tres son lo más importante para mí... amo que Trunks se parezca tanto a ti y su amor a luchar; amo que Bra a tan corta edad incluso ya pueda manejar una computadora... y amo tanto que pases tiempo con ellos, que les cuentes sobre tu planeta de origen e incluso el idioma... pero lo que más amo es ser parte de ello..." Apretó mis brazos con más fuerza. "Por favor perdóname muzh... perdóname por traicionarte..." Cuando escuché la palabra saiyajin con el que me llamó no pude evitar abrazarla con fuerza. Me había llamado Esposo en mi lengua materna.

Ella sabía que el lenguaje de mi raza era demasiado sagrado para mí. Antes de la destrucción del planeta Vegetta el lenguaje jamás se habló en ningún otro lugar y jamás con nadie que no tuviera sangre saiyajin. Ni siquiera los lacayos del Ejercito de Frezzer que iban a misiones en equipo con saiyajines sabían.

El lenguaje solo se hablaba entre nuestra especie o con las personas que consideramos cercanas. Ganarse la confianza de un saiyajin siendo de una raza distinta era difícil. Nuestra cultura es demasiado sagrada para nosotros y no dábamos el conocimiento a cualquiera.

Jamás le pedí a Bulma que aprendiera mí lengua materna, pero jamás la alejé cuando le daba lecciones a Trunks. No debería sorprenderme que ella supiera algunas palabras, pero que las dijera en voz alta era algo totalmente diferente.

"Tú no me engañaste..." Declare. Me separé un poco de ella, puse mis manos en su rostro e hice que me mirara directamente a los ojos. "Ante mis ojos no cometiste ninguna traición... Se que jamás hubieras roto tus votos si hubieras sido consciente. Me aceptaste aún después de lo ocurrido con Majin Buu y mi falta fue mayor: me manipularon y estuve de acuerdo. Tú en cambió fuiste manipulada en contra de tu voluntad." Limpie con mis dedos sus lágrimas. "No tengo que perdonarte nada. Debería ser yo quien pidiera perdón... no los detuve cuando tuve la oportunidad... pude a ver evitado todo esto."

La traición contra un esposo o compañero en mi cultura, es el peor de los crímenes... y se pagaba con la vida. Ella lo sabía.

"No Vegeta... no es tu culpa." Dijo, con ese tono dulce que usaba para consolarme. "Aquí nadie tiene la culpa... tú incluso fuiste a Nuevo Namek para acabar con todo este engaño..." Nuevas lágrimas volvieron a salir de sus ojos y ocultó su rostro en mi hombro.

"Mamá..." escuché la voz de Trunks. Abrí un poco los ojos. No había sentido su ki.

Bulma rápidamente se separó de mí y se dió la vuelta; Trunks estaba en la entrada del laboratorio, nos miraba y jugaba con las mangas de su playera, nervioso; a su lado se encontraba Bra; ella estaba un poco escondida detrás de su pierna izquierda.

"Trunks..." Bulma exclamo, ella dió un par de pasos hacia adelante, pero se detuvo. No muy segura de sí nuestro hijo aceptaría que se acercara.

"Aún... Aún nos quieres... ¿Verdad?" Preguntó él con voz frágil. Mi hijo heredó mi orgullo, habían sido contadas las veces que se mostraba débil frente a nosotros. "No nos tenemos que ir... ¿Verdad?, ustedes... ustedes no se van a separar... ¿Verdad?, no... no tenemos que comportarnos como humanos... ¿Verdad...?" Sollozo. Bulma rápidamente se acercó a él y lo abrazó con fuerza, mi hijo enterró su cabeza en su hombro y comenzó a llorar. "A-aún nos quiere-es... ¿Verdad... mat (mamá)?"

"Oh hijo claro que los quiero... los amo a los tres con todo mi corazón." Arrullo Bulma con voz suave, Trunks la abrazó con más fuerza, como si temiera que volviera a ser esa mujer fría si la soltaba. "No nos vamos a separar ni tampoco se van a ir... ustedes se quedarán aquí. Este es su hogar y siempre lo será." Declaró mi esposa, ella había vuelto a llorar. "Lo siento Trunks, lamento todo lo que dije, nada fue cierto... eres mi mayor orgullo..."

"¡Mami... mami!" Grito Bra de repente, ella se separó de su hermano y corrió hacia Bulma, abrazando su pierna y comenzando a llorar. "¡Mami, ma-amá!" Bulma se separó de Trunks y cargo a Bra, ella se acurrucó en su hombro y lloró con alivio. "Te quiero-o mamá..."

"Yo también te quiero Bra... lo siento, lo siento mucho..." se disculpó mi esposa. Trunks volvió a abrazarla y ella lo acercó más.

Quité el guante que aún tenía puesto y lo dejé en un estante. Me acerqué y los abracé; la cabeza de Bulma se acomodó en mi hombro izquierdo y el de Trunks en el derecho, Bra había quedado en el hombro de su madre: Bulma paso un brazo por mi espalda al igual que mi hijo, ambos acercándome. Después de un rato lentamente Trunks comenzó a ronronear, junto a el Bra, yo también comencé a hacerlo. Sentí la sonrisa de Bulma en mi cuello, había dejado de llorar.

Por primera vez en meses pude relajarme. Aquí estaba mi familia, no la había perdido de nuevo... no perdí de nuevo el planeta que se convirtió en mi hogar.

Solo faltaba una cosa por hacer...



¥¥¥



Pasamos el resto de la tarde en el laboratorio. Mi esposa tuvo que hacer algunas llamadas, sobre todo al abogado de Corporación.

A la hora de acostarse Bra no quiso separarse de Bulma, Trunks también esta estaba reacia a irse a su habitación. No pasó mucho para que todos terminaremos en la misma cama. Sabía que mis instintos no se calmarían si no los veía a todos en un mismo lugar, con mi hijo era igual.

Bulma y Bra estaban en medio de la cama; Trunks se encontraba detrás de su hermana en la orilla izquierda; yo estaba acostado en la otra orilla derecha, detrás de mi esposa y con un brazo en su cintura. Todos se habían dado una ducha y puesto una piyama o un pans en mi caso.

Me quedé mirándolos por un rato, observando cómo dormían profundamente, tranquilos. Retire la mano, me quite las sábanas de encima y me levante de la cama. Arropé mejor a mi esposa y me dirigí a la salida.

Antes de tomar la manija ví por última vez a mi familia, sonreí un poco.  Abrí la puerta del cuarto y salí.


×

"... Aquel que dejó una vida de asesinatos prometer volver a mancharse las manos, solo por el bien de su familia requiere valor, más con el peligro de caer en una antigua oscuridad." Me dio una mirada de advertencia. "Pero no creo que Goku lo permita."

×


Tal vez Kakarotto no esté de acuerdo con lo que pienso hacer, pero él no estaba en condiciones de detenerme. Al fin de cuentas no le haría nada a la arpía o al cobarde. Pero con el débil... era mi deber.

Había estado vigilando su ki desde hace un tiempo, se movía de una forma demasiado familiar para mí: miedo. El insecto tenía miedo.

Caminé a la sala de gravedad, ingresé el código y entre, las luces se prendieron automáticamente. Me acerqué a un closet cerca de la entrada de la cocina y lo abrí; dentro había por lo menos media docena de trajes de combate, saqué uno y comencé a cambiarme.

Piccolo aseguro que Krillin no había alertado a ninguno de los traidores sobre nuestro viaje a Namek. El que aún el inútil se encontrará con mi esposa hoy lo comprueba, y con el estallido de Kakarotto era obvio que se dieron cuenta de que los deseos fueron rotos: por las muchas conversaciones sin sentido que tuvo con mi esposa, sabía que tenía un apartamento en el centro de Satán City, el gato que siempre estaba con él iba de visita con regularidad, pero por lo que pude percibir, hace horas que el bastardo se encontraba solo.

Terminé de colocarme los guantes y abrí la puerta de la sala, pero tuve que detenerme al encontrarme con mi hijo justo en la entrada.

"Trunks... ¿Qué haces despierto?" Había estado seguro de que se había quedado dormido.

Mi hijo tenía puesto su dogy de color verde; debajo una playera negra de manga corta; llevaba sus muñequeras y el cinturón naranja; pero lo que se destaco fue la espada que llevaba en su espalda. Fue la espada que le hizo Bulma poco después de que cumplió 16. Estaba vestido para luchar.

"Vas tras él... ¿No es así?" Preguntó, pero ambos sabíamos cuál era la respuesta. "Voy contigo."

"No es tu pelea Trunks..." declare.

"Konechno, eto tozhe moya bor'ba! (¡Claro que también es mi pelea!) " Dijo serio. "Etot chelovek predal ne tol'ko moyu mat', no i moyego dyadyu. (Ese hombre no solo traiciono a mi madre, sino también a mi tío.) "

"I ya zastavlyu yego zaplatit' za to i drugoye, no ne pozvolyu tebe soprovozhdat' menya. (Y yo me encargare de hacerle pagar por ambos, pero no permitiré que me acompañes.) " Habíamos tenido conversaciones cortas en nuestra lengua natal antes, pero está es la primera que inicia.

Era difícil estar enojado con él cuando hablaba tan fluido.

"YA uzhe dostig sovershennoletiya, ty ne mozhesh' zapretit' mne soprovozhdat' tebya. Khochu ya ili net, chtoby moi ruki byli v krovi, eto moye resheniye. (Ya cumpli la mayoría de edad, tú no puedes evitar que te acompañe. Si quiero mancharme o no las manos de sangre es mi decisión.)" Me miró directamente a los ojos, demostrando que no estaba bromeando o que era una petición infantil. Sabía que esto era serio y estaba dispuesto a cargar con el peso. "Kak tvoy pervenets, ya nesu otvetstvennost' i pravo prinyat' eto predatel'stvo s tvoyego razresheniya ili bez nego. (Como su primogénito tengo la responsabilidad y el derecho a tomar esta traición con o sin tu permiso.) " A pesar de que estaba algo enojado, no pude evitar sentir orgullo. "Za predatel'stvo platyat krov'yu... ty menya etomu nauchil. (Una traición se paga con sangre... tú me lo enseñaste.) "

"Pryamo seychas ya sozhaleyu ob etom. (En estos momentos me estoy arrepintiendo.) " dije en un suspiró, él solo se río.

"Luchshe gordis', papa. (Mejor siéntete orgulloso, papá.) " No pude evitar soltar una carcajada. Llevé mi mano a su nuca y rápidamente junté nuestras frentes, Trunks cerró los ojos al mismo tiempo que yo.

No había hecho esto antes, pero era muy familiar para mí. Una muestra de apoyo y consuelo. Me llevaba a recuerdos felices y enterrados con la Reina. A ella le hubiera encantado conocer a sus vnuki (nietos) Sobre todo a este descarado: hubiera estado tan orgullosa de escucharlo declarar su derecho de nacimiento. Tal como lo estoy yo.

"Itak, nachnem... (Entonces, vamos...) " Declare.

No importaba cuánto quisiera evitarlo, él tenía razón, no podía evitar que me acompañara. Eto vashe pravo (Es su derecho.)



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